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El Alhambra: su contribución a la conformación del teatro bufo en Cuba (página 2)


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Para concluir podemos destacar que la guaracha a llegado a ser un signo de identidad cubana que permanecerá mucho más de los dos siglos que llevamos disfrutándola , sobre todo si se alcanza la calidad inmutable , su expresión en un lenguaje correcto , ni chabacano ni pornográfico como algunas , que obviamente no han sido mencionadas , que fueron prohibidas por la antigua comisión de la Decencia , en el siglo xx y que eran cantadas sotto voce por muchas personas , las cuales eran aún más criticables que las antiguas "Al morena" y "La Guabina", por solo citar algunas

Capítulo#2

El Teatro Alhambra, su contribución la formación de nuestra identidad nacional

Epígrafe1.1Características generales del Teatro Alhambra.

En los albores del siglo XX el teatro tuvo en Cuba un prometedor reflorecimiento, si bien la mayor actividad teatral se concentraba en lo que años atrás fue bautizado como "género bufo", cuyos orígenes se remontan al autor y actor Francisco Covarrubias.

Cierto es que este teatro, el Alhambra , estaba clasificado , "teatro para hombres solos ", a causa de los chistes y ocurrencias de subido color y aún de sabor pornográfico , que aparecían intercalados en los sainetes que allí subían a escena ; pero algunas de estas obras culminaron en éxitos tan resortes que la empresa juzgó conveniente presentarlas en algún coliseo al que pudieran concurrir las familias , previo cuidadoso expurgo de chistes groseros y chocarreros , durante cortas temporadas que se renovaban de año en año , y que constituían una selección de loas sainetes que habían alcanzado mayor éxito .

Las piezas escritas para este teatro eran, en realidad ingeniosos sainetes con sabios manejos de los resortes escénicos y viz cómicas de buena ley.

Entre los años 1923 a 1933, nos hallamos – en lo que ha producción dramática se refiere -, ante un verdadero vacío ideológico por cuanto los temas que debían ser abordados se obviaron o recubrieron con imagen idílica, como consecuencia de los intereses clasistas, fundamentalmente. El pueblo, por tanto no se "reconocía" en este teatro, porque no planteaba realmente sus inquietudes ni sus problemas.

Es por esto que los espectáculos del Alhambra devino símbolo de la seudorrepública, acapararon el interés del público, y sus temporadas "afirmaron la otra imagen populachera y divertida del cubano socavando los pilares morales del pueblo."(18)

Los espectáculos del Teatro Alhambra no variaron sustancialmente lo que habíamos heredado del teatro bufo, se utilizaban sus mismos mecanismos: música, texto superficial, el choteo, la parodia y por supuesto un tono que en lo general lindaba con la pornografía .Los temas de actualidad política se abordaban pero en la medida en que pudieran provocar la risa del espectador, sin hacer la más leve alusión a las causas de los males que padecía el país.

El Alhambra fue algo más que un teatro .Es el símbolo escénico de esos años, su definición mejor, y como tal lo caracterizó Mella en 1925. En su artículo titulado "Machado: Mussolini Tropical", decía: "Creemos tan útil la política como las representaciones del Alhambra; ambas cosas sirven para divertir al pueblo de Cuba, y para corromperlo .Hablamos de política como la última representación lírica en el teatro de Regino."Pensamos que nada mejor que esta similitud que establece el líder estudiantil para caracterizar a los espectáculos de tan popular teatro."(19)

Frente al desierto ideológico que la creación dramática ofrece, las temporadas del Alhambra afirmaron la otra imagen populachera y divertida del cubano, socavando los pilares morales del pueblo.

En este sentido no hicieron otra cosa que prolongar (y perfeccionar) los mecanismos de comunicación del bufo, sustituir unos tipos vernáculos por otros y mantener los elementos de apelación del publico, basados en la música, el texto superficial, el choteo, la parodia, el tono subido de color o francamente pornográfico, y la actualidad política, excluyendo de la misma toda critica que fuese a la raíz del problema.

Su repertorio tuvo los oportunos cambios que le convenían: atacó a los mambises en el 95; a los norteamericanos en el 98, se plegó al a la intervención; y si descubrimos referencias antiyanquis en algunas piezas, se trata mas bien de nostalgia madrileña frente a los vencedores, que defensa de la soberanía .En la República barrió con el juego de los partidos políticos, se sometió a Menocal para quien se escribe" La Casita Criolla" y fue anticomunista, por supuesto.

Como bien vemos, este tipo de teatro fue continuidad del bufo, pero además en él se incorporaron nuevos elementos que lo hicieron peculiar. Según la opinión de la investigadora por su tiempo fue el que más ha durado con respecto a años anteriores, lo que demuestra su trascendencia histórica y cultural.

Epígrafe1.2Etapas y representantes significativos del Teatro Alhambra

Sus principales figuras siguieron un patrón semejante. Regino López hizo honor a su condición hispana durante la guerra , e interpretó obras antindependentista , y Villoch no ocultó nunca sus simpatías por la Madre Patria …¡aunque había nacido en Ceiba Mocha !Muy pocos se salvan de esta relación , como Mario Sorondo , o Gustavo o Francisco Robreño , o Guillermo Anckermann , que en estos años de mediocridad y entreguismo , supieron al menos , moverse con alguna dignidad .

Villoch que conocía el género como pocos y lo manejó como un fructífero negocio, divide la historia del Alhambra en cuatro etapas .Antigua: desde su fundación el 10 de noviembre de 1900 hasta el estreno de batalla de triples en 1905. Media: desde 1905 hasta La Casita Criolla en 1912. Moderna: desde La Casita Criolla hasta 1930, el momento de esplendor. Contemporánea: desde el machadato hasta la caída del techo del teatro el 18 de febrero de 1935. Es ya la decadencia del género, que desde hacía algunos años mostraba los síntomas más externos de su deterioro.

Si bien el Alhambra había abierto en 1890, su verdadera historia comienza en 1900, cuando se hace cargo del mismo la empresa Pirolo Villoch –Arias. A la muerte del primero, le continuó su hermano Regino, y a Arias sucedió en 1915 Pepe Gomíz, y luego Nono Noriega, escenográfos que crearon grandes espectáculos de efectos deslumbrantes. En el aspecto musical, se destacan Manuel Mauri , José Marín Varona ,y Rafael Palau , y en 1911 es nombrado director orquestal , Jorge Anckermann , que desarrolló un verdadero Conservatorio nacional, y compuso nada menos que 767 partituras teatrales que , francamente hablando, es lo mejor y lo más nacionalista que nos dejó el Alhambra .

El repertorio de este teatro ha sido clasificado en varias facetas: el sainete costumbrista, el de solar, el político, los sainetes –revistas de actualidad, las revistas de espectáculos, la opereta y las parodias. Es fácil observar que en el fondo el Alhambra tocaba cuerdas diversas de un mismo diapasón: el acento sainetero, espectacular, musical y actual .Con esta mezcla, sazonada con la gracia de sus intérpretes y el doble sentido los escritores jugaban al seguro .Y así surge la dramaturgia del Alhambra.

Si Regino fue su máximo intérprete, Federico Villoch fue denominado, alhambrezcamente, "el Lope de Vega de La Calle Consulado."Escribió, según confesión propia, 386 obras (otros señalan 412), en las que ningún tema, estilo o actualidad le fueron ajenos.

Nacido en 1868, en Matanzas, se educó en España, y en 1896 obtiene su primer triunfo con La Mulata María. A partir de ese momento fue el índice de las temporadas, su firma más segura, el autor cubano que más dinero ha ganado en la escena. Estreno Aliados y alemanes, La carretera central, La chambelona, Delirio de automóvil, La danza de los millones, La isla de las cotorras, El lobo segundo, El Patria en España, La revista sin hilos, El Ferrocarril central, Cuba en la guerra y entre otras que se pueden citar. La mayor parte las musicalizo Anckermann aunque también intervinieron Rafael Palau y Mauri, y hasta Pepín Rodríguez colaboro como coautor. Talento, gracia y espontaneidad no le faltaron nunca, y sobre estos valores convirtió a al Alhambra en un feudo privado.

Tubo una gran virtud: manejaba la actualidad como un cronista vivaz, y los títulos de sus obras son un catalogo de los hechos mas populares de la republica. Sabía como agradar y donde estaba el gusto del público. Intento hacer teatro dramático pero el fracaso de: el proceso Dreyfus, que interpretó en 1900 La Martínez Casado, le convenció que su fuerte era la sátira y la actualidad. Sus competidores más cercanos fueron los hermanos Robreños, Francisco y Gustavo, hijos de Joaquín. El repertorio de estos es amplísimo, y Gustavo fue un actor favorito del público.

Algunas de sus obras son:

  • Napoleón

  • Tin Tan te comiste un pan

  • Buffalo Exposition

  • Los Dardanelos

  • Un bombardeo de Amberes

  • Las paz del Mundo

  • Pachencho capitalista

Otras personalidades que se pueden destacar son: Julio Díaz, Agustín Rodríguez, José Sánchez Arcilla, Manuel Más, José del Campo, Sergio Acebal, Armando Bronca, Raúl del Monte, Víctor Reyes, Pedro Catany y Félix Soloni .Ellos y muchos más crearon las cientos y cientos de obras que el Alhambra representó a lo largo de sus 35 años, como un inmenso central que devorase cañas hasta dejar un bagazo tan seco, que de él muy poco puede extraerse. El teatro ofrecía 2 estrenos semanales y 3 tandas diarias, con 5 el domingo. ¡Veintitrés funciones a la semana! Y solía desplazar su repertorio más aceptable a otros escenarios como el Payret o el Nacional, para realizar temporadas "decentes". No puede negarse que exprimieron las ubres del público de todos los niveles.

También resulta significativo destacar algunos interpretes liderados por Regino Villoch que desfilaron por el Alhambra como : Ramón Espigul , padre e hijo .Carlos Llorens , , Pedro Castany , Roberto Gutiérrez (bolito ), Alberto Garrido , padre , José Sanabria , Benito Simancas , Sergio Acebal , Enrique Arredondo , Blanca Becerra , la mexicana Luz Gil , Pilar Jiménez, Adolfo Colombo , Arturo Ramírez Pancho Bas , Adolfo Otero , SINDO Triana Candita Quintana , Raúl del Monte , Mariano Fernández , Aníbal de Mar Eloísa Trías , Inés Maria Hernández (la chelito criolla ), Consuelo Castillo y María Pardo .

Al igual que los bufos del siglo XlX, sus actores y cantantes fueron parte destacadísima de los espectáculos. Y en cierto sentido , coautores de los mismos .Las creaciones de negrito , gallego , mulata , chinos , policías , bobos , borrachos , triples, cómicas , caracterizaciones de personajes de la época y tipos populares , contribuyeron en enorme medida a crear el fenómeno Alhambra .

Pero a todos aventajó Regino López Falco .Nacido en Austrias, emigró a Cuba a los nueve años y se dedicó a tabaqueros. Aunque en sus ratos libres era actor aficionado de la Caridad del Cerro y el Pilar. El empresario del primitivo Alhambra lo convenció para que se pusiese al frente de una nueva compañía cubana , que debutaría en ese teatro el 21 de febrero de 1891, sustituyendo a la zarzuela .Así ingresa Regino en la escena bufa, aunque años después se disgusto con su hermano Pirolo , y pasó al Lira . Se dice que el motivo del rompimiento fue el amor de consuelo Novoa que se caso finalmente con Regino .Cierto o no, la Novoa se divorcio más tarde de Regino y, este tuvo que entregarle 12000 pesos de bienes gananciales.

Al morir Pirolo, Regino pasó a integrar la empresa del Alhambra y allí reinó sin discusión posible. Probablemente fue el actor más popular de nuestra historia, y su trabajo lo enriqueció. Como director fue un artista responsable, serio, disciplinado. Como actor genérico interpretaba cualquier tipo, excepto el de negrito: borracho, gallego, asturiano. "bruja", "guayabito", y hasta emocionado galán.

Como bailarín era excelente en danza, danzones y rumbas .Como cantante su voz de barítono aun puede escucharse en viejas grabaciones.

Fue un actor inteligente, variado e incansable y poseía un olfato infalible para saber como conquistar al "respetable.". Murió en 1945, a los84 años de edad, y cuarenta y dos de trabajo escénico.

Su rival más peligroso fue Arquímedes Pous (1892-1926). Abandonó los estudios de medicina y se dedicó a la escena, debutando muy joven como aficionado. Se especializó en negritos, y recorrió los principales teatros del interior de la Isla. Empresario del Politeama realizó largas temporadas, así como en el Regina, y ocasionalmente trabajo en el Alhambra. Viajó por México , Puerto Rico , Santo Domingo , Estados Unidos y Canadá .Escribió entre muchas otras , La canción del mendigo , Del ambiente, La mulatas de Manbay , Habana –Barcelona –Habana y Pobre papá montero, una tetralogía , pues dedicó otros tres títulos a tan renombrado personaje .Su fama llegó a tales niveles que su Cienfuegos natal le erigió un busto, honor que no a alcanzado ningún intérprete cubano , murió repentinamente en Puerto Rico , en pleno trabajo , su sobrino Carlos Pons , aún derrocha gracia y profesionalidad .

En 1958 nuestro teatro está en un callejón sin salida. Bien es verdad que surgen nuevos autores ()Piñera , Felipe , Ferrer) pero en cuanto a la producción nacional , lo más que se alcanza es que, febrero, el mes más corto del año se dedique a estrenos nuestros .El repertorio extranjero ahoga de nuevo la expresión propia . El 31 de diciembre de 1958 hay una sola obra "cubana" en cartelera, es la adaptación de Mujeres de la norteamericana Clare Boothe. El ejemplo no puede ser más elocuente, lo que trae consigo una nueva etapa en el desarrollo de nuestro teatro cubano.

Epígrafe1.3La película "La Bella del Alhambra", su impronta en el teatro cubano.

A continuación se presentan algunos criterios de diferentes personalidades de nuestra Cultura Cubana, los cuales resultan ser de vital importancia para este trabajo, por lo cual se estima conveniente consultarlos, pues sirvieron para acercarnos más hacia el Teatro Alhambra, siendo esta película un ejemplo de desacuerdo y crítica a la etapa en la que se desarrollo este teatro cubano, además de reflejar uno de las etapas más valiosas de nuestra historia teatral.

Hay películas que, como los buenos perfumes, disimulan sus historias secretas. Son abismos donde uno se sumerge a gusto y protege de la cotidiana devastación del tiempo. Esas películas se recuerdan no solo por lo que cuentan, sino por lo que inspira en nosotros su sola evocación. El placer de evocarlas se convierte en un raro estremecimiento al que nos gusta recurrir con demasiada frecuencia.

"La Bella del Alhambra" tiene para mí muchos significados. Es la película, con su banda sonora de lujo, su historia romántica, y el descubrimiento de una Beatriz Valdés sencillamente impresionante. Pero es también el puente que me hizo amigos de personas a las que, de entonces para acá, no he podido dejar de admirar, de extrañar. Sé que soy demasiado predecible, y que todo el que me lee ahora sabe que hablo en primer lugar de Enrique Pineda Barnet. Más no es el único: en todo caso tendría que decir que Enrique se ha erigido en el puente mismo a través del cual se deslizan sus amigos, la gente que lo quiere.

Me hubiese gustado estar hoy a su lado, festejando la existencia de ese clásico de clásicos que es "La Bella del Alhambra". Pero Enrique me ha enseñado que no es la distancia física lo que arruina la comunicación entre los seres humanos, o la hace posible. Gracias a Enrique Pineda Barnet, sé de puentes que ahora mismo me permiten llegar hasta él. Y la mayoría de las veces sin que lo note.

Enrique Pineda Barnet

"La bella del Alhambra es un excelente ejemplo de la obra de arte como sistema complejo y riquísimo de lenguajes y estructuras multidimensionales. Lejos de ser el acto unipersonal de una estrella, se conforma como un sistema planetario orgánico que gira en torno del protagonismo excepcional de Beatriz Valdés, quien combina ingenuidad, frivolidad, gracia, timidez y cierta malicia erotizada, con una admirable madurez artística que pulveriza la probable connotación kitsch de su diva. (…) La bella del Alhambra es una obra mayor sin la grandilocuencia de las aspirantes a "grandes obras". En cierto modo, este filme es como su protagonista: un simple ser humano que supo jugarse la apuesta de la vida, sin miedo y sin pecados preconcebidos, entregando su eros y su alma a una opción cultural, contaminada para siempre por el virus maldito del arte escénico. Ella es Beatriz Valdés y la nostalgia, la cubanía y su reencuentro. La aprehensión de la belleza y del placer del sonido, el reino de comunicación de los valores de una fuente específica de nuestra nacionalidad. En su rostro hermoso nos hemos encontrado con esa verdad que Martí nos alertara: en este filme, todo es música y razón."

Eduardo López Morales

"La bella del Alhambra desborda por su complejidad y su nitidez, por su transparencia y su densidad, los objetivos de estos apuntes apresurados, pero eso sí apasionados. Si en otras ocasiones hemos hablado -refiriéndonos al teatro sobre todo- de que muchas veces ignoramos, y hasta despreciamos lo que tenemos al alcance de la mano, Pineda Barnet logra aquí un precioso homenaje a la cultura cubana en sus costados más esenciales. Lo tragicómico, que es una de nuestras evidentes y cardinales características como pueblo, está aquí de forma coherente y diáfana. Es una película repleta de música, de ¿alegría?, de ritmo y picardía insular…pero tiene momentos profundamente trágicos. En otras situaciones -como la brillante secuencia en que Rachel se reencuentra con su descubridor Adolfito- el resultado del trabajo actoral, de la fotografía y de la música, dan ganas de reír y llorar a la vez, en una casi inexplicable y lúcida mezcla que recuerda inevitablemente a Brecht. Puede argumentarse que en otros momentos asoma su oreja el melodrama, que hay encuentros que se tornan artificiosos como el de Rachel y el villano amante o la casual muerte de Adolfito…pero ¿acaso este matiz un tanto sensiblero no está también, como componente, en el ajíaco de nuestra idiosincracia?. La música de Mario Romeu, la escenografía, el vestuario (Derubín Jacomé-Diana Fernández) y el sentido mismo de las caracterizaciones, convierten a la película en un homenaje al teatro cubano, a la música y a la época de la primera mitad del siglo XX. Pero es mucho más; se hace evidente la indagación, desde nuestras circunstancias, sobre el destino individual del artista y su responsabilidad social. Recuerdo que para los estudiantes de teatro, la historia del Alhambra fue siempre un tema controvertido. Leímos al maestro Robreño en sus defensas afectivas y argumentadas, junto a otros intelectuales que atacaban con vehemencia todo ese género que se le ha dado en llamar bufo, vernáculo, o en ocasiones, alhambresco. Porque, sin dudas, fue en el Alhambra donde la música de Anckerman y otros compositores brilló más y donde actores como Regino López, Acebal y actrices como la Rachel histórica, imprimieron un estilo donde la gracia personal, el canto y el baile, aseguraron público suficiente para abrir ininterrumpidamente el telón desde 1902 hasta el 36, en lo que se ha llamado la temporada teatral más larga de la historia. Pineda Barnet nos ha dado una gratísima sorpresa en una película muy bien facturada en todos sus elementos; pero que concede protagonismo al talento del actor. Mucho se hablará de la encantadora Rachel de Beatriz Valdés, tal vez esta y las venideras generaciones le pongan a su figura y encanto el misterioso rostro de la legendaria artista de la que se enamoraron, allá en la adolescencia, los abuelos".

Amado del Pino.

"Desde una seriedad de planteamientos en sus propósitos, Pineda Barnet transita conocidos caminos expresivos y sale bastante airoso, además de por los aciertos apuntados, porque tiene el apoyo de una excelente fotografía y una actuación general que se mueve a tono con los requisitos estilísticos del filme. En esos desempeños sobresale Beatriz Valdés como Rachel, un personaje que la obligó a convencer también desde la canción y el baile. Las semanas y meses de trabajo dedicados al afán de convertirse en una dama de las tablas de los tiempos del Alhambra dieron un fruto inmejorable. Ahora bien, el siempre atrayente y a la vez peligroso melodrama, hace que La bella del Alhambra esté punteado de algunos tonos que resultan demasiado facilistas y hasta sensibleros, como la muerte a balazos y a cámara lenta del chaplinesco Adolfito, el telegrama del rompimiento amoroso y posterior anuncio periodístico anunciando el suicidio del novio y el espejo que se rompe con premoniciones del mal agüero. Son aspectos que en un rejuego discursivo que contemplara la parodia u otra estructura no convencional a partir de la reformulación de viejos modelos hubieran encontrado un mejor campo para la plasmación. Pero ése no era el propósito del director, sino la película que hizo, seria en intenciones dramáticas, una La bella del Alhambra que con sus más aciertos que defectos se agradece y disfruta".

No sé cuántas cuartillas he leído sobre La Bella del Alhambra. En veinte años mucho se ha escrito sobre esa película que ha recibido el favor de críticos y espectadores. Aún recuerdo cómo, en un acto de rectitud, el público ovacionó hasta el cansancio a Beatriz Valdés en el teatro Carlos Marx, cuando ella anunciaba los premios Corales del XI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Los asistentes a la ceremonia sabían ya que a Beatriz no le habían otorgado el lauro a la Mejor Actuación Femenina, y acompañaron las palmadas exclamando "Justicia", hasta hacer llorar de emoción a la actriz y que ella, casi en un susurro, dijera: "Todos ustedes son mis Corales, cada uno".

Nadie entendió entonces, ni entiende ahora, por qué la joven actriz fue despojada de un cetro que merecía como ninguna otra competidora. Mucho se especuló sobre si la entrega del Coral masculino a Ernesto Tapia por el filme Papeles secundarios y la premisa nunca escrita de no conceder las dos preseas de actuación a un mismo país, apartaron a La Bella del galardón. Si la causa fue esa, la injusticia es mayor aún, porque Tapia estuvo bien en su papel, pero ni siquiera es el protagonista del otro buen filme cubano que compitió el mismo año que la película de Enrique Pineda Barnet.En ese 1989, los Corales primero, segundo y tercero recayeron, respectivamente, en Ultimas imágenes del naufragio, de Eliseo Subiela; Papeles secundarios, de Orlando Rojas; y Morir en el golfo, de Alejandro Pelayo. Mientras que el Premio Especial del Jurado se le entregó a La nación clandestina, de Jorge Sanjinés.

La película de Beatriz y Pineda obtuvo los lauros a la mejor música, escenografía y ambientación. Bien ganados, ciertamente, pero merecía más; y a ella, la actriz protagónica, sin dudas, le fue usurpado su premio. Por supuesto, un trofeo no siempre es sinónimo de equidad porque los jueces son seres humanos que pueden equivocarse, y lo hacen. Esa es la razón por la que muchas personas creemos que el tiempo es el mejor juez. Por suerte, para salvar el inmenso dislate, y aunque no se trataba de un Coral pero sí de un reconocimiento responsable, El Caimán Barbudo le entregó a Beatriz en ese momento un premio especial. El director, a su vez, ha contado que luego del acto de clausura, un poco defraudado, iba a entrar en su casa y "me encuentro en un escalón un premio Coral, idéntico a los del Festival, y que dice: Premio del Pueblo a La Bella del Alhambra. Hasta hoy no he podido saber quién lo hizo, quién tuvo el gesto, quién lo sintetizó, pero realmente mi premio más grande fue este trofeo."

Pronto Pineda y todo su equipo pudieron paladear el Premio Goya de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España, en 1990; la categoría de aspirante al Oscar a Mejor Película Extranjera, en 1991; el Premio Mano de Bronce en el Festival Latino de New York, 1991; el Premio Pitirre en el Festival Cinemafest de San Juan, Puerto Rico, 1991; los de mejor filme y mención especial a Beatriz Valdés en Troia, Portugal (1990); los Premios Caracol de dirección, fotografía, sonido, edición, diseño de vestuario y escenografía, actuación femenina en el VII Festival de la UNEAC, La Habana (1990); el Premio a la mejor película concedido por la Universidad de La Habana (1990), y premio El Mégano de la Federación de Cine Clubes de Cuba, La Habana (1991). Pasados cuatro lustros, todos los que trabajaron en la película pueden gozar de la gran satisfacción de ver cómo los espectadores siguen disfrutando la cinta.No faltan quienes dicen: "Claro, es un melodrama". Pero esa no es la única razón de su éxito, ni tampoco el que se enlace con el musical. La Bella del Alhambra, como muchas obras de arte, parece estar bendecida por ese duende indescifrable que algunas piezas poseen, y que hace que una las vea y escudriñe, que vuelva sobre ellas con el mismo gusto.

Desde la fecha en que se estrenó, un 31 de diciembre por cierto, imponiendo un récord de taquilla en los días siguientes; y en tiempos recientes, cuando fue exhibida por la televisión y acaparó la teleaudiencia, la cinta ha demostrado un producto de alta efectividad comunicativa. Si a esto se añade que ha gustado en diferentes latitudes, probada ante públicos diversos, se comprende mejor esa singularidad de atracción que posee.

Los críticos en la época de su estreno y ahora, han valorado distintas aristas. Para Rufo Caballero "La Bella del Alhambra constituye una enérgica parábola sobre las facultades subversivas y transgresoras del orden deformante que asisten, por naturaleza, al genuino arte popular. La película está dedicada a todos los que hicieron y hacen posible nuestro teatro, pero creo que en el fondo se abre más a las potencialidades de emplazamiento y liberación que han encarnado de siempre —y por supuesto todavía hoy— en la desfachatez sensual y a menudo refinadísima con que el arte popular sabe leer lo real, desafiarlo, transgredirlo, instar a su rebasamiento".

Mientras, el desaparecido Eduardo Morales aseguró que el filme de Barnet "es un excelente ejemplo de la obra de arte como sistema complejo y riquísimo de lenguajes y estructuras multidimensionales. Lejos de ser el acto unipersonal de una estrella, se conforma como un sistema planetario orgánico que gira en torno del protagonismo excepcional de Beatriz Valdés, quien combina ingenuidad, frivolidad, gracia, timidez y cierta malicia erotizada, con una admirable madurez artística que pulveriza la probable connotación kitsch de su diva. (…) La Bella del Alhambra es una obra mayor sin la grandilocuencia de las aspirantes a 'grandes obras'. En cierto modo, este filme es como su protagonista: un simple ser humano que supo jugarse la apuesta de la vida, sin miedo y sin pecados preconcebidos, entregando su eros y su alma a una opción cultural, contaminada para siempre por el virus maldito del arte escénico. Ella es Beatriz Valdés y la nostalgia, la cubanía y su reencuentro"

Amado del Pino dijo que "Pineda Barnet nos ha dado una gratísima sorpresa en una película muy bien facturada en todos sus elementos; pero que concede protagonismo al talento del actor. Mucho se hablará de la encantadora Rachel de Beatriz Valdés, tal vez esta y las venideras generaciones le pongan a su figura y encanto el misterioso rostro de la legendaria artista de la que se enamoraron, allá en la adolescencia, los abuelos".

"¿Qué representa La Bella del Alhambra en el contexto del cine cubano revolucionario…? El saldo —tardío, pero válido— de una deuda con un género de arraigo popular que los espectadores cubanos (y de otras latitudes) esperaban de la cinematografía del país durante varias décadas. El cine cubano prerrevolucionario, pese a contar en numerosas películas con la presencia de varias figuras del Alhambra, no llegó a rendirle el tributo que merecían. Las tentativas anteriores, fallidas en grado superlativo, por revitalizar el género musical, de Manuel Octavio Gómez con Patakín (1982) y de Constante Diego con Hoy como ayer (1987), dejaron el camino libre para que brillara con luz propia, alejada de toda historicidad y documentalismo, la creación lozana e imperecedera de Enrique Pineda Barnet", sostiene Luciano Castillo.

Juan Antonio García recordó hace poco: "Hay películas que, como los buenos perfumes, disimulan sus historias secretas. Son abismos donde uno se sumerge a gusto y se protege de la cotidiana devastación del tiempo. Esas películas se recuerdan no solo por lo que cuentan, sino por lo que inspira en nosotros su sola evocación. El placer de evocarlas se convierte en un raro estremecimiento al que nos gusta recurrir con demasiada frecuencia. La Bella del Alhambra tiene para mí muchos significados. Es la película, con su banda sonora de lujo, su historia romántica, y el descubrimiento de una Beatriz Valdés sencillamente impresionante. Pero es también el puente que me hizo amigo de personas a las que, de entonces para acá, no he podido dejar de admirar, de extrañar. Sé que soy demasiado predecible, y que todo el que me lee ahora sabe que hablo en primer lugar de Enrique Pineda Barnet.". Mientras, Rafael Grillo asegura que La Bella…hizo nacer algo inusual: nuestra Marilyn, una sex simbol de la cinematografía nacional posrevolucionaria, y argumenta: "Resulta curioso que la mayoría de las visiones críticas e historiográficas sobre La Bella del Alhambra subrayen el rol renacentista del filme de Pineda Barnet dentro de la tradición del cine musical en Cuba, pero que no insistan en su significado para la psico-sociología de sus oriundos. Mentes lúbricas y sensuales, con ojos que comen y cuerpos ardientes, los nativos de la isla tropical hallaron por fin, en la Rachel de Beatriz, las dotes a la medida de sus sueños húmedos."

Si veinte años atrás, sólo en las dos primeras semanas de exhibición, alcanzó La Bella… cifra récord de dos millones de espectadores; hoy a Pineda Barnet hay que seguirle agradeciendo por haber rescatado una tradición teatral y músical que estaba preterida, por entregarnos a una Beatriz Valdés insuperable, y el que dotara al cine cubano, en fin, de una película que si bien es alegórica al pasado histórico, sirve para el entretenimiento a partir de sólidos presupuestos éticos y estéticos. Esto último no es fácil de conseguir y La Bella… lo logró con creces, para bien de nuestro cine y de sus seguidores

Para finalizar podemos destacar que esta película sirvió para cambiar la situación en la que estaba envuelto nuestro país tanto en lo histórico como en otros ámbitos de la vida social .Un aspecto relevante, es la presencia de la música cubana a través de un género singular como: la guaracha y otros que forman parte de nuestra cubanía e identifican al pueblo cubano en cualquier parte del mundo, los cuales están presentes en muchas de las escenas del filme.

Conclusiones

  • El teatro bufo es una representación de la lucha por la independencia nacional a pesar de la opresión colonialista.

  • El Teatro Alhambra ha tenido una enorme significación para la conformación de teatro bufo pues constituyó un desafío para la preservación de nuestra nacionalidad cubana.

  • Contribuyó al desarrolló de un teatro distinto, dispuesto a defender sus tradiciones culturales y artísticas.

Recomendaciones

  • Desarrollar interés por el Teatro Alhambra, a partir de sus principales características así como su interrelación con el Teatro Bufo.

  • Continuar desarrollando investigaciones socioculturales de este tema, tan relevante dentro de nuestra historia teatral.

  • Que los estudiantes de la Carrera de Estudios Socioculturales se sientan motivados a seguir profundizando en este peculiar teatro.

  • Realizar conversatorios y conferencias relacionadas con este tema.

Referencias bibliográficas

  • 1. Rine Leal : Para leer a nuestro clásicos de siglo XlX , Editorial Letras Cubanas, La Habana , Cuba, 1986, p, 5.

  • 2. Inés María Mariatatu <<Eugenio Hernández, un dramaturgo entre la polémica y "altos riesgos">>(entrevista), en la Gaceta de Cuba, La Habana, #1, enero- febrero de 2005, pp.6-10.

  • 3. Frank Padrón <<Es mejor reír (para no llorar). (Sobre el choteo Cubano)>>, la Gaveta, Pinar del Río, Año V, #13, enero –abril, 2006, pp. 35-38.

  • 4. Rine Leal. ob. Cit., p.23.

  • 5. Ibídem p23.

  • 6. <<Fue la Guerra de independencia 1868 -1878, primera y verdadera gran batalla por abolición esclavitud en Cuba, aunque no todos los que participaron esa contienda estuviesen acuerdo con eliminar tan oprobiosa institución. Sin embargo, fue también el momento dentro del cual apareció nítidamente lo devendría una constante a largo historia: supeditación cuestión racial al proyecto unidad nacional, ante necesidad unir fuerzas contra España, se hicieron conseciones. >> Estevan Morales Domínguez :<<Un modelo para el análisis de la problemática racial cubana contemporánea >>, en Catauro. Revista Cubana de Antropología, La Habana ,Año 4, #6.2002, pp.32-93

  • 7. Rine Leal. ob. cit., p38.

  • 8. Ibídem p10.

  • 9. Ibídem p14.

10. Ibídem p 17

11. Rine Leal: La selva oscura. De los bufos a la neocolonia, ed. Cit .pp63-67.

12. Jorge Mañach: Indagación del choteo. Edición digital tomada de la tercera edición revisada de la Editorial del Libro Cubano, Colección Clásicos del Pensamiento Cubano. Siglo XlX, La Habana, 1955.

13. Rafael Hernández :<<1912.Notas sobre raza y desigualdad>>, en Catauro. Revista Cubana De Antropología, La Habana, Año 4, #.6, julio –diciembre, 2002, p. 99.

14. Enrique Sosa: La economía en la novela cubana del siglo XlX, Editorial Letras Cubanas, Colección Teoría y Crítica, La Habana, 1978.

15. Tomado de Catauro. Revista Cubana de Antropología, La Habana, #0, jul-dic., 1999, pp. 94-104.

16. Rine Leal: La selva oscura. De los bufos a la neocolonia, ed. Cit .1982p20.

17. Leal: ob .cit

Alejo Carpentier: La música en Cuba, Fondo de Cultura Económica, México, 1946.

18. Mella, Julio A:"Machado: Mussolini tropical ", en Mella .Documentos y artículos .p 169.

19. Leal, Rine Breve historia del teatro cubano. p 113.

Bibliografía:

  • Martiatu, Inés María: Bufo y nación. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 2008.

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  • Hernández Sampier, Roberto: Metodología de la Investigación Tomo 1. Editorial, La Habana, 2004.

  • Rojas Bez, José: el cine entre las artes. Reflexiones estéticas sobre cine. Editorial Pueblo y Educación, Cuba, 2006.

  • Muñoz Carrazana, Fernando: treinta años de Teatro Profesional en Granma una propuesta de periodización. Editorial Crisol, Bayamo, Granma, 2007.

  • Colectivo de Autores: Apreciación de la Cultura Cubana "Apuntes para un libro de texto."Empresa Nacional de Producción del Ministerio de Educación Superior, julio de 1986.

  • Revista de Cine Cubano # 172 abril –junio, 2009.

Artículo"La Bella del Alhambra" (1989), de Enrique Pineda Barnet

Anexos

El teatro cubano

edu.red

RECUERDOS DE LA BELLA

En el 2007, Carlos Barba realizó el documental Canción para Rachel, un homenaje merecido a la película y a sus hacedores, con los numerosos testimonios de ellos. Pineda rememora frente al joven director cómo asistió junto a Manuel Octavio Gómez, a principios de los sesenta, a un agasajo a los sobrevivientes del Teatro Alhambra. Y allí nació la semilla de lo que sería la película, porque mientras él ya paladeaba la ficción, el otro acariciaba la idea de un documental. Luego, la vida lo puso en un encuentro-desencuentro con Amalia Sorg, quien lo apretujó en un ómnibus. Días después supo que aquella audaz y coqueta mujerona había sido una de las reinas del Alhambra. Le contó a su primo, el escritor Miguel Barnet, y este le dijo que iría a conocer a Amalia. Ella sería la musa y protagonista de la novela testimonio Canción de Rachel, publicada en 1969. Y sólo cuatro lustros después es que Pineda podría hacer su película; la cual toma como referencia al libro pero, en esencia, es la película que el cineasta había soñado desde el principio.

Para el director era vital encontrar a Rachel. Con un casting de unas 50 mujeres preseleccionadas, y luego de haberse negado a contratar a una rusa que le facilitaría la producción porque atraería presupuesto, Pineda se enfrentó a una disyuntiva: "Yo no estaba seguro de que fuera Beatriz. La había conocido y la veía como una muchacha deportiva, muy contemporánea, no me daba para nada la imagen de aquella mujer de los años 20, 30, y entonces le hicimos las pruebas. Probamos la escena donde ella tiene la discusión con Federico, en el camerino, cuando este le da la bofetada. Una escena fuerte, yo quería que terminara desgarrada, halando la cortina, una onda muy overacting del cine mudo, después le pedí que una vez que estuviera desgarrada en el piso, que empezara a tratar de revivir y que llegara a treparse hasta alcanzar nuevamente el espejo del camerino y ahí se viera y que su imagen le devolviera su optimismo, le devolviera sus ganas de vivir, su sentido de autocomplacencia, de belleza, y Beatriz lo hizo y fue exactamente el gesto nada más que de mirarse, cuando ella se descubre en el espejo y empieza a sentirse bella, empieza a sentirse ella, ahí yo dije: Esta es Rachel".

Por su parte, Beatriz Valdés evoca: "Recuerdo cuando hice La Bella… que algunos juzgaban errada mi elección. Fue una apuesta total y absolutamente hermosa la de Enrique (…) que quiso y creyó en lo que 'miró". La actriz confiesa que el largometraje "sí fue un desafío, pero también hubo mucho de disciplina y de ejercitación. Estuve un año preparándome para esa película y colaboraron conmigo muchas personas que me ayudaron a conformar ese personaje. No fue producto ni mucho menos de la 'voluntad inexpugnable y férrea' que yo tuviera para atreverme a tal o más cual cosa. Tuve el privilegio de contar con gente que individualizaron cada objetivo a cumplir y me acompañaron en un proceso que resultó maravilloso. ¿Qué hubiera sido de mí si no hubiera contado con Olivia Belisaire, que me enseñó a bailar, sin el coreógrafo Gustavo Herrera, sin Zenaida Castro, que me recibió en su casa todos los días para dar clases de canto, sin ese cineasta que se llama Enrique Pineda Barnet?".

LA BELLA DEL ALHAMBRA

(1989)/ 100"/ D: Enrique Pineda Barnet/ Productor: Humberto Hernández/ Argumento basado en la novela "Canción de Rachel" del escritor Miguel Barnet/ Guión: Miguel Barnet, Enrique Pineda Barnet, con la colaboración de Julio García Espinosa/ Fotografía: Raúl Rodríguez/ Edición: Jorge Abello/ Sonido: Raúl García/ Actúan: Beatriz Valdés, César Évora, Carlos Cruz, Isabel Moreno, Omar Valdés, Verónica Lynn, Ramoncito Veloz, Jorge Martínez, Miguel Navarro, Miguel Gutiérrez, Omar Padilla, Héctor Echemendía, Chaflán, Roberto Jiménez, Gaspar González, Carlos Más, Adolfo Robal, Ulises Requeiro, Andrés Piñero, Héctor Eduardo Suárez, Yara Yglesias, María Elena Molinet, Paula Alí, José Raúl Cruz.

Inspirada en la novela de Miguel Barnet "Canción de Rachel". En la atmósfera de La Habana de los años veinte, transcurre la vida de Rachel, corista de una carpa, que ambiciona llegar a ser una vedette del famoso teatro Alhambra. Con el apoyo del dueño del teatro, que la hace su amante, y sus dotes artísticas, llega al pináculo de la fama, siendo conocida como La Bella del Alhambra. En el camino ha perdido trágicamente el amor de su vida y se han entregado a una pasión que estuvo a punto de destruir su carrera.

"He querido contar la historia de una mujer que, como la República, no quiso ser prostituida, y su mayor aspiración fue la de ser actriz. La cinta es un melodrama que incorpora diversos números musicales, pero no es un musical. Contiene todos los géneros de nuestra música y pretende renovar para los oídos actuales, con una sonoridad nueva, nuestra vieja música. Por representar el testimonio de una época estoy seguro que le va a interesar especialmente a los jóvenes y al público en general."

PREMIOS:Premio Goya a la mejor película extranjera de habla hispana. Corales a la mejor música, escenografía y ambientación en el Festival de la Habana"89; mejor actuación femenina en el Festival Latino de Nueva York; mejor película en el Festival de San Juan, Puerto Rico. Premio especial de El Caimán Barbudo a Beatriz Valdés, premio de la Universidad de la Habana; premio al mejor filme de ficción y premio Pitirre en II Festival de San Juan, Puerto Rico (1990), mejor filme y mención especial a Beatriz Valdés en Troia, Portugal (1990); premios Caracol de dirección, fotografía, sonido, edición, diseño de vestuario y escenografía, actuación femenina en VII Festival de la UNEAC, La Habana (1990), premio a la mejor película concedido por la Universidad de La Habana (1990), premio El Mégano de la Federación de Cine Clubes de Cuba, La Habana (1991).

 

 

Autor:

Lic. María Rosalía Ramírez Aguilar

Lic. Susell Gómez González

Lic. Elena María Díaz Rosabal

Lic. Yanel Pompa Chávez

Universidad de Granma

Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas

Partes: 1, 2
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