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El sector energético en América Latina y el Caribe: retos y perspectivas integracionistas tipo ALBA (página 4)

Enviado por Elizabeth Castillo


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El Acuerdo de Cooperación de Caracas establece que su aplicación será exclusiva para los entes públicos avalados por los gobiernos de Venezuela y el país con el cual se suscriba, estableciendo además que las ventas a los entes públicos designados se realizará sobre la base de precios referenciados al mercado internacional y el pago de las deudas podrá realizarse mediante mecanismos de compensación comercial, siempre y cuando sea solicitado por el gobierno de Venezuela. Los volúmenes de las ventas financiados por Venezuela deben corresponder al consumo interno del país beneficiario. Sólo Nicaragua y Honduras, naciones altamente endeudadas, pidieron leves modificaciones a los convenios bilaterales. En lugar de un año de gracia, ambos países recibirán un año y medio con este beneficio, además sus convenios establecen que el financiamiento se amortizará por completo cuando se cumplan 15 años, mientras que los textos de los demás acuerdos indican un plazo de hasta 15 años para su amortización.

El Convenio Integral de Cooperación entre Cuba y Venezuela suscrito en el año 2000 y al cual se sumó el Acuerdo Energético de Caracas del propio año, constituye un compromiso de ambos países para elaborar programas y proyectos de cooperación. En el marco de este acuerdo Venezuela acordó venderle a Cuba hasta 53 mil barriles diarios de petróleo en condiciones financieras preferenciales bajo un esquema de financiamiento mixto de corto y largo plazo. El financiamiento de corto plazo tiene una tasa de interés del 2% aplicable a noventa días contados a partir de la fecha del conocimiento del embarque, mientras que el de largo plazo se realiza bajo los términos de un periodo de financiamiento de 15 años con un período de gracia de dos años y quince pagarés con vencimientos anuales a partir del tercer año consecutivo. Los intereses de los primeros dos años se capitalizarán y pasarán a formar parte del capital a ser considerado en los quince pagarés con una tasa de financiamiento del 2%. El precio del petróleo se calculará a un precio promedio de entre 15 y 30 dólares y el convenio tendrá una vigencia de cinco años y podrá ser prorrogado por otros cinco si ambas partes están de acuerdo.

Cuba por su parte ofrece a Venezuela servicios médicos, medicinas, tecnología médica y algunos productos como el azúcar para saldar parte de las compras de petróleo. En el convenio se contempla además el compromiso de Venezuela de proveer a Cuba bienes y servicios que comprenden asistencia y asesoría técnica proveniente de entes públicos y privados. Se manifiesta el interés por parte de Venezuela de llevar a cabo exploraciones petroleras en Cuba. Dentro de los resultados más significativos de este acuerdo se encuentra la reactivación de la refinería de la ciudad de Cienfuegos en el año 2008 que le ha permitido a la Isla disminuir las importaciones de petróleo con un efecto muy significativo para la economía del país.

La iniciativa Petroamérica surge también impulsada principalmente por Venezuela y programa la integración de las empresas energéticas estatales de América Latina y el Caribe para la instrumentación de acuerdos y realizar inversiones conjuntas en la exploración, explotación y comercialización del petróleo y gas natural. Desde esta perspectiva se asigna una importancia estratégica al sector energético, con una política de Estado que trace los objetivos principales, evalúe las necesidades de largo plazo y coordine a los diferentes miembros.

Esta concepción subyace tanto en las Declaraciones emitidas por la Organización Latinoamericana para el Desarrollo Económico (OLADE), en el 2003, como en la Declaración de Caracas, suscrita por los ministros de energía en 2005. En dicha Declaración, las autoridades sudamericanas acordaron continuar dando pasos concretos dentro de la iniciativa Petroamérica, con base en los principios del derecho soberano de los países a establecer los criterios para asegurar el desarrollo sustentable en la utilización de los recursos naturales renovables y no renovables, así como también a administrar la tasa de explotación de los recursos naturales no renovables y respetar los modos de propiedad que utiliza cada Estado para el desarrollo de sus recursos energéticos.

En la Declaración de Caracas del 2005 se considera a Petroamérica como una vía de identificación de los mecanismos de cooperación e integración energética, como base para el mejoramiento socio-económico de sus pueblos, que tiene por objetivo ser un acuerdo multilateral para la coordinación de políticas energéticas con la finalidad de procurar la integración regional y busca además identificar complementariedades y aprovechar los potenciales energéticos y los beneficios de los intercambios para solventar las asimetrías energéticas, económicas y sociales de la región. Este hecho permite afirmar que las declaraciones gubernamentales sobre integración han dejado el ámbito hemisférico para trasladarse al ámbito estrictamente latinoamericano y sudamericano con un cambio de enfoques; de una integración organizada por el mercado, a una con participación más activa del Estado.

La iniciativa Petroamérica se basa no sólo en el potencial energético de Venezuela, sino también en el desarrollo de las capacidades adquiridas por PDVSA y otras empresas estatales como Petrobras Y PEMEX, entre otras. La acumulación de experiencias y capacidades desarrolladas por varias empresas petroleras estatales latinoamericanas, es el otro elemento sobre el que se sustenta la iniciativa. Un buen ejemplo, es la valoración que se realiza de la experiencia adquirida por Brasil en la explotación y exploración costa afuera (offshore) con importantes avances tecnológicos, lo que da lugar a que la iniciativa impulse la asociación de empresas como Petrobras y PDVSA para impulsar operaciones conjuntas e identificar áreas comunes y proyectos que puedan desarrollar ambas empresas.

Las áreas fundamentales de cooperación de Petroamérica son:

  • Negociaciones directas entre los Estados para eliminar la intermediación y abaratar los costos de las transacciones; suscripción de convenios integrales de cooperación;

  • Identificación de áreas de cooperación y acuerdos bilaterales entre empresas y/o entes de los Estados. Venezuela brinda cooperación técnica para apoyar la constitución de entidades estatales donde no existan;

  • Acuerdos se cooperación en aspectos como: suministro de crudo y productos; exploración y explotación conjunta de petróleo y gas, procesamiento y comercialización de gas; petroquímicas; tecnología; adiestramiento; combustibles ecológicos; y políticas públicas.

  • Desarrollo de infraestructura y financiamiento;

  • Diseño, construcción y operación conjunta de refinerías;

  • Facilidades de almacenamiento en terminales;

  • Comercialización conjunta de crudos, productos, gas, asfaltos, lubricantes;

  • Transporte y logística;

Entre varios de los otros ámbitos de cooperación y complementación que plantea la iniciativa Petroamérica, figuran la coordinación de políticas tendientes a garantizar la estabilidad de los precios de los crudos pesados, que son los que básicamente producen México, Venezuela y Brasil a través de la instalación de capacidades de conversión profunda.

En Petroamérica confluyen tres iniciativas subregionales de integración energética: Petrosur, donde se agrupan Argentina, Brasil, Venezuela y Uruguay; Petrocaribe, acuerdo suscrito por catorce países de la región caribeña; y Petroandina, propuesta que involucra a los países que conforman la zona andina –Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela-.

3.1.4.2.1. Petrocaribe

Petrocaribe surge el 29 de junio de 2005, luego de que catorce países firmaran el Acuerdo de Cooperación Energética durante el Primer Encuentro Energético de Jefes de Estado del Caribe sobre Petrocaribe, celebrado en la ciudad de Puerto La Cruz, Venezuela. Los países firmantes del Acuerdo fueron: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, República Dominicana, Granada, Guyana, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela. Es un Acuerdo de Cooperación Energética propuesto por el Gobierno Bolivariano de Venezuela, con el fin de resolver las asimetrías en el acceso a los recursos energéticos, por la vía de un nuevo esquema de intercambio favorable, equitativo y justo entre los países de la región caribeña, la mayoría de ellos sin control estatal del suministro de estos recursos. Constituye una iniciativa de cooperación energética destinada a brindar facilidades financieras y garantizar el suministro directo hacia los países del área.

Busca además asegurar la coordinación y articulación de las políticas de energía, incluyendo petróleo y sus derivados, gas y electricidad, así como impulsar programas de ahorro de energía mediante su uso eficiente y aprovechamiento de fuentes alternas tales como la energía eólica, solar y otras. Se propone gestionar créditos e intercambiar tecnologías para que los países beneficiados desarrollen programas y sistemas altamente eficientes de consumo energético y actividades que les permita reducir su consumo de petróleo y constituir empresas mixtas para el desarrollo de la infraestructura energética.

Igualmente, defiende el derecho soberano de administrar la tasa de explotación de los recursos naturales no renovables y agotables, minimizar los costos de transacciones de la energía entre los países miembros, crear mecanismos para asegurar que los ahorros derivados de la factura energética, surgidos en el marco de Petrocaribe sean empleados para el desarrollo económico y social, el fomento de empleo, el incremento de actividades productivas y de servicios, de salud pública, educación, cultura y deporte para que de este modo los beneficios derivados de este acuerdo sean un aporte a la lucha contra la pobreza, el desempleo, el analfabetismo y la falta de asistencia médica en los países miembros.

Petrocaribe se ha constituido en una organización intergubernamental, de carácter permanente, cuya sede es Caracas. El acuerdo de cooperación energética dispone de una plataforma institucional que está estructurada por un Consejo Ministerial y una Secretaria Ejecutiva. El Consejo Ministerial designa una presidencia y una vicepresidencia. La primera será ocupada permanentemente por Venezuela, mientras que la segunda es rotativa. Está integrado por los ministros de energía de los países firmantes del acuerdo y tiene entre sus funciones la coordinación de las políticas, estrategias y planes correspondientes; acordar y aprobar los tópicos de interés prioritario para la organización; acordar el ingreso de nuevos miembros y los retiros que tengan lugar. En lo relativo al ingreso de nuevos miembros se plantea que sólo podrán ser admitidos en la Organización aquellos países que tengan intereses y necesidades similares a la de los países miembros.

En el marco de este mecanismo, se han llevado a cabo cinco cumbres presidenciales hasta mayo de 2009, que han servido para suscribir una importante cantidad de acuerdos energéticos entre los países miembros del ALBA y los países caribeños y centroamericanos que integran Petrocaribe. Estos procesos de integración impulsados por Venezuela resultan atractivos para los países centroamericanos, sin embargo, su adhesión no implica necesariamente un compromiso ideológico-político, sino una voluntad de aprovechar las oportunidades económicas en beneficio de todas las partes.

El hecho de que el ALBA se presenta como una alternativa para Latinoamérica y el Caribe, flexibiliza la adhesión a Petrocaribe. Independientemente de las articulaciones subregionales u otros compromisos que cada gobierno haya adquirido, la no pertenencia al ALBA no supone un obstáculo para los avances en otros proyectos de integración. A pesar de que en la práctica el fuerte carácter ideológico de estas propuestas ha generado importantes divisiones y conflictos en cada país, lo cierto es que la región está respondiendo al acercamiento propuesto a través del ALBA y, más específicamente, de Petrocaribe, como parte de un proceso de búsqueda de acuerdos comerciales que ofrezcan a la región verdaderas ventajas en su intercambio. En este marco, se ha convertido en una de las mayores fuentes de cooperación para Centroamérica y el Caribe.

Petrocaribe defiende un modelo de cooperación energética guiado por la solidaridad y el trato especial y diferenciado, cuya base es la política de otorgar precios subsidiados y desarrollar empresas mixtas para operar los mercados de petróleo; pero Petrocaribe debe ser entendido como un instrumento de cooperación del ALBA que va más allá de las cuestiones estrictamente energéticas, de hecho, en su contexto se analizan proyectos para el desarrollo del transporte aéreo y marítimo en la subregión como requisito indispensable para la integración.

De esta manera, el convenio de Petrocaribe no se contrapone con acuerdos existentes anteriormente, como el convenio de San José o el Acuerdo Energético de Caracas. Sin embargo, mejora las condiciones financieras de este último, que prevé el financiamiento de un 25% de las facturas con un año de gracia y pagadero en 15 años a un 2% de interés. Plantea una escala de financiamiento de la factura petrolera tomando como referencia el precio del crudo: financiamiento a largo plazo del 30%, cuando el barril esté a un precio mayor o igual a cuarenta dólares; de 40% si el barril alcanza los cincuenta dólares y un 50% si llega a los cien dólares. Extiende el período de gracia para el financiamiento a largo plazo de 1 a 2 años; mientras que el pago a corto plazo se extiende de 30 a 90 días.

Para los pagos diferidos se mantienen las mismas bases del Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas: 17 años, incluyendo los dos años de gracia señalados cuando el precio se mantenga por debajo de cuarenta dólares el barril. Cuando el precio exceda este valor, el período de pago se extiende a 25 años, incluyendo los dos años de gracia referidos, reduciendo el interés al 1%. A partir de 2005 se propuso la financiación de 17 mil millones de dólares de factura petrolera a diez años, a razón de 200 mil barriles de petróleo diarios.

Los fondos de este órgano son considerables. Desde junio de 2005 hasta diciembre de 2007, el total de créditos otorgados a los países miembros llegó a los 1.170 millones de dólares; esto representa 468 millones de dólares anuales en líneas de crédito. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se estima que en países como Guyana, Jamaica y Nicaragua el financiamiento de Petrocaribe equivale a 5% o 6% del PIB. La importancia de estas sumas se hace más evidente si se las compara con los 100 millones de dólares destinados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a los países miembros de Petrocaribe entre 2005-2008.

Con el fin de dar cumplimiento a los lineamientos operativos de Petrocaribe, PDVSA ha creado la filial de propósitos especiales PDV-Caribe, para operar en la región. El propósito de esta filial es la creación de una red logística de buques, capacidades de almacenamiento y terminales, capacidad de refinación y distribución de combustibles y productos, con el fin de estructurar un sistema de suministro directo que brinde seguridad en el abastecimiento de hidrocarburos para los países de la región, con prioridad para aquellas naciones con mayores necesidades. Se considera que la capacidad de transporte de esta filial será suficiente para cubrir los compromisos de suministro con los buques tanque venezolanos y los fletes que resulten de estas operaciones siendo facturadas al costo.

De igual forma, se ha creado el denominado fondo ALBA- Caribe con el aporte de 50 millones de dólares otorgados por el Gobierno venezolano y el cual consiste en un instrumento de financiamiento de programas sociales y económicos en países miembros del acuerdo Petrocaribe. En el futuro este fondo será constituido con aportes provenientes de instrumentos financieros y no financieros, contribuciones que se puedan acordar de la porción financiada de la factura petrolera, así como los ahorros producidos por el comercio directo de hidrocarburos.

La V Cumbre de Petrocaribe, realizada en Cuba en 2007, puso de manifiesto que la política de trueque y créditos blandos de Venezuela está generando importantes beneficios. La creación de una cesta de productos y servicios locales de los países miembros que sirva como instrumento de compensación para el pago de la factura petrolera ha permitido que cada vez más naciones se incorporen a Petrocaribe. Con el ingreso de Honduras y Guatemala, más la solicitud formal de Costa Rica, Petrocaribe queda integrado por 19 países.

Los resultados obtenidos en este acuerdo se evidencian en todas las naciones miembros de Petrocaribe. Un ejemplo de esto lo constituye Honduras, este país durante los primeros ocho meses del 2008 recibió tres embarques con derivados venezolanos, con lo cual lograron ahorrar unos 17 millones de dólares, que se destinaron al fomento del agro y la inversión social. Actualmente, Petrocaribe distribuye alrededor de 140 mil y 150 mil barriles de petróleo diariamente en condiciones beneficiosas de pago, que representan un ahorro para los miembros de 700 a 800 millones de dólares.

Otro ejemplo de estos resultados de Petrocaribe lo constituye República Dominicana. Según el presidente de este país, Leonel Fernández, con los beneficios obtenidos del acuerdo de Petrocaribe, firmado con Venezuela, el país ha podido garantizar la generación de energía eléctrica que consume la población dominicana. El país recibe veinticinco mil barriles de petróleo de Venezuela que están contribuyendo a contrarrestar la dificultad tradicional que presenta éste con la generación de energía.

Venezuela y Jamaica constituyeron una empresa mixta con el fin de activar el proyecto de ampliación de la Refinería de Kingston, en Jamaica, PDV Caribe, filial de Petróleos de Venezuela, y la empresa estatal energética Petroleum Corporation of Jamaica, acordaron compartir acciones de la Empresa Mixta Petrojam. En este sentido, PDV Caribe adquirió 49% de las acciones de Petrojam, a través de un acuerdo suscrito por el vicepresidente de Refinación, Comercio y Suministro de PDVSA y presidente de PDV Caribe y la dirección de Petroleum Corporation of Jamaica. Desde entonces, PDV Caribe suministra 23500 barriles diarios de petróleo a Jamaica como parte del Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe.

Dentro del Acuerdo de Petrocaribe uno de los resultados a destacar hasta el momento lo constituye el apoyo brindado por PDV-Caribe, filial de Petróleos de Venezuela a la estatal energética de Antigua y Barbuda, Antigua Public Utilities (APUA), con el financiamiento de parte de la generación eléctrica en el país insular. En este sentido, se mantiene en marcha el cumplimiento de un contrato con la empresa Aggreko, para la generación de 10 megavatios de electricidad, cuyo costo es financiado bajo las condiciones del Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe, que propone la cancelación del 60% de la factura a 90 días y el 40% restante hasta en 25 años, al 1% de interés, de acuerdo a los costos del crudo.

3.1.4.2.2. Petrosur

Los antecedentes de Petrosur se remontan a la Declaración de la I Reunión de Ministros de Energía de América del Sur en la Isla Margarita, en octubre de 2004, acordándose realizar acciones concretas para la conformación de dicho acuerdo. La declaración fue firmada por Argentina, Bolivia, Brasil y Venezuela. En mayo de 2005 los ministros de energía de Argentina, Brasil y Venezuela establecieron en Brasilia las bases conceptuales para la constitución del Secretariado de Petrosur, suscribiéndose el gobierno de Uruguay en agosto del mismo año.

Los objetivos principales de Petrosur son: la coordinación de las políticas públicas en materia de energía de los países miembros y la determinación de los medios necesarios para salvaguardar sus intereses, individual y colectivamente; asegurar la valorización justa y razonable de los recursos energéticos, sobre todo de aquellos no renovables y agotables; minimizar los costos de transacción en los intercambios de energía entre los países miembros; el aprovechamiento de los recursos energéticos para eliminar las asimetrías económicas y sociales entre los pueblos latinoamericanos; intercambiar y desarrollar tecnologías y optimizar recursos en el campo de energía.

Para el logro de estos objetivos y debido al carácter dinámico del ámbito energético se estableció una organización formal para la coordinación y articulación de las políticas de energía. La iniciativa esta compuesta por un Consejo Ministerial y una Secretaría Ejecutiva. El primero está integrado por los ministros de energía de los países miembros y tiene como principal función la de tomar decisiones relacionadas con los tópicos de interés prioritario.

Dentro de la suscripción de acuerdos bilaterales se cuentan; la alianza estratégica acordada en septiembre de 2005 entre PDVSA y Petrobras para la construcción de la refinería Pernambuco, exploración conjunta en el Orinoco. Esto se trata de un proyecto de procesamiento de crudos pesados. Existen además otros acuerdos en el área de energía, petróleo y gas firmado entre los presidentes de éstos dos países contando con proyectos como la construcción de plataformas y navíos entre el Ministerio de Energía y Petróleo de Venezuela y el Ministerio de Minas de Brasil; el desarrollo de un proyecto conjunto en la Faja del Orinoco; el desarrollo de negocios y actividades de cooperación en el área de producción y distribución de lubricantes entre las empresas estatales de petróleo.

Uno de los principales desafíos de Petrosur consiste en contribuir a que la empresa estatal petrolera Energía Argentina S.A. (ENARSA), fundada en octubre de 2004, tenga un papel más protagónico en la actividad petrolera. ENARSA se fundó debido a que Argentina carece de una empresa similar a Petrobras y PDVSA, desde la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en 1999. Dentro de los acuerdos entre Argentina y Venezuela se incluye la venta de fueloil venezolano a Argentina a cambio de productos agroindustriales y la construcción de dos buques petroleros para Venezuela, en astilleros argentinos. Se procura además avanzar en proyectos para la exploración conjunta entre ENARSA y PDVSA en el mar Argentino.

Entre Uruguay y Venezuela se han suscrito importantes convenios en los que el gobierno venezolano se ha comprometido a garantizar el abastecimiento total de petróleo durante 25 años a través de un compromiso de explotación binacional de crudo, lo que le permitirá a Uruguay pagar el crudo venezolano cinco dólares más barato que el valor del mercado, que significa un ahorro de 60 millones de dólares anuales. Con Paraguay, Venezuela firmó acuerdos de participación con Petróleos de Paraguay (Petropar), para la modernización de la refinería. Dentro de los contratos se establece el financiamiento del 25% de las compras con un plazo de hasta 15 años, dos años de gracia y un interés fijo del 2%. El 75% restante será abonado por Paraguay al contado, con un plazo de 90 días.

Los acuerdos de cooperación energética entre Bolivia y Venezuela en el marco de Petrosur han tenido lugar siguiendo la política energética definida por el gobierno de Evo Morales. De tal forma, se han suscrito importantes convenios de cooperación, entre ellos, se han acordado los términos en que Bolivia participará en el Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas. Éste establece que Venezuela suministrará crudo, productos refinados y GLP a Bolivia por una cantidad de hasta 200 mil barriles mensuales. De igual forma se firmó el Acuerdo sobre la Cooperación en el sector energético entre Bolivia y Venezuela, el cual tiene como objetivo iniciar un proceso amplio y sostenido de integración y cooperación en el sector energético entre ambos países con el fin de desarrollar las áreas de petróleo, gas, electricidad y petroquímica que contribuya a la consolidación de Petrosur.

Dentro de las modalidades de cooperación energética existente entre Bolivia y Venezuela se encuentra la ampliación del suministro de crudo, productos refinados, GLP, asfalto, contemplado en el Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, hasta los volúmenes requeridos para satisfacer la demanda interna de Bolivia, estableciendo mecanismos de retribución con productos bolivianos para la cancelación de la factura por estos conceptos, así como el apoyo al proceso de reestructuración de la empresa estatal Boliviana Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

3.1.4.2.3. Petroandina.

La iniciativa de integración energética Petroandina fue puesta en consideración en oportunidad del XVI Consejo Presidencial Andino realizado en julio de 2005 en Lima, como plataforma común o alianza estratégica de entes estatales petroleros y energéticos de los cinco países de la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Venezuela y Ecuador y Perú). El objetivo consiste en impulsar la interconexión eléctrica y gasífera, la provisión mutua de recursos energéticos y la inversión conjunta en proyectos. La propuesta Petroandina, en los términos planteados por Venezuela no ha registrado avances importantes en esta subregión debido principalmente al estancamiento que muestra este proceso integracionista provocado entre otras cosas por el retiro de este país a causa de la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos por parte de Perú y Colombia.

A nivel bilateral, sin embargo, han tenido lugar algunas acciones importantes, entre las que se destaca la inauguración en octubre del 2007 de un gasoducto colombo venezolano con una extensión de 225 km, para la transportación en un inicio de 50 millones de pies cúbicos de gas desde los campos colombianos de Ballena hacia Venezuela, garantizando el abastecimiento de la región occidental venezolana la cual presenta un déficit de combustible. En el marco de este acuerdo se ha impulsado la venta de gas de Colombia a Venezuela durante cinco años a partir del 2008 hasta alcanzar los 150 millones de pies cúbicos. El gasoducto tiene una capacidad de 500 millones de pies cúbicos y fue construido en su totalidad por PDVSA con una inversión de 335 millones de dólares.

Otra de las iniciativas que han surgido en el área Andina consiste en que Ecuador, exportador neto de petróleo y actualmente importador de gasolina, refine en Venezuela parte de sus crudos. Se estima que esta iniciativa permita el ahorro de una parte de los mil millones de dólares anuales que paga Ecuador por combustibles importados.

Analizando las políticas, objetivos, estrategias y resultados de las diferentes propuestas integracionistas energéticas en América Latina y el Caribe, podemos decir que el ALBA, a través de mecanismos de cooperación como Petrocaribe. Petrosur y Petroandina, resultan ser una alternativa necesaria y viable, en la medida que contribuye a las necesidades propias de la región, al fortalecimiento del proceso de integración y al desarrollo regional; cuenta con recursos energéticos importantes y existe voluntad política por parte de numerosos gobiernos para llevarla a cabo.

Conclusiones

  • El sector energético a nivel mundial se caracteriza por el uso irracional de los recursos no renovables por parte de los países centros de la economía mundial, así como por la inestabilidad en los precios de los hidrocarburos, fundamentalmente en el petróleo, factores que afectan en mayor medida a las regiones subdesarrolladas, en las cuales existen grandes desequilibrios en el acceso de la población a las fuentes de energía.

  • En respuesta a esta situación crítica del sector energético, los países desarrollados impulsan producción de biocombustibles y agrocombustibles, incorporando a los países subdesarrollados como productores de los mismos, acentuando la problemática alimentaria por la elevación de los precios de los alimentos que provoca esta situación.

  • América Latina posee importantes reservas de hidrocarburos, sufriéndola explotación histórica de las empresas transnacionales, lo cual ha agudizado la desigualdad existente en el acceso a la energía, así como en los niveles de desarrollo tecnológico y de infraestructura para el desarrollo del sector energético. La presencia de las empresas transnacionales en el sector ha afectado de forma directa a los pueblos de América Latina y el Caribe que han vivido la expropiación de los recursos por parte de estas empresas.

  • En los últimos años América Latina y el Caribe han vivido un cambio de enfoque en las políticas estatales, fundamentalmente en el sector energético, con mayor protagonismo del Estado para llevar a cabo estrategias encaminadas a lograr un mayor desarrollo económico y social, nacionalizándose los recursos energéticos de países como Venezuela y Bolivia, poniéndolos en manos del pueblo.

  • Los países de América Latina y el Caribe se han hecho eco de programas como la llamada Revolución Energética puesta en práctica en Cuba, con el fin de reducir el consumo energético. Sus impactos han llegado a otras regiones latino-caribeñas, donde se ha logrado un incremento en el nivel de vida de la población. Con este programa se ha logrado además disminuir la carga de contaminantes a la atmósfera, siendo éste otro de los aspectos positivos de la Revolución Energética.

  • Son diversos los procesos integracionistas que han abordado la problemática del sector energético latino-caribeño, sin embargo estos acuerdos no han contribuido significativamente a superar las dificultades de la región en la medida en que responden principalmente a los intereses de los países desarrollados entre los que sobresale Estados Unidos.

  • El proceso integracionista tipo ALBA constituye una alternativa para erradicar las diferencias existentes entre los países de América Latina y el Caribe, eliminando las disparidades que colocan en una posición desventajosa a los de menor desarrollo para propiciar de esta forma un desarrollo equitativo del sector energético a través de mecanismos como Petrocaribe, Petroandina y Petrosur, enmarcados todos en el proyecto Petroamérica, Estos mecanismos contribuyen al desarrollo del sector, con una escala de financiamiento de la factura petrolera que permite el pago a largo plazo de un porcentaje, el cual varía teniendo en cuenta los precios del crudo, contando con un período de pago que varía entre 15 y 23 años y un período de gracia de 2 años. Para financiar proyectos que favorecen el desarrollo de las naciones miembros se ha creado el fondo ALBA-Caribe con aportes derivados de los ahorros que originan estos mecanismos. Los resultados se ven en todas las naciones miembros; en Cuba este acuerdo se ha visto materializado en varios proyectos como la reactivación de la refinería de petróleo de Cienfuegos, significando esto un gran ahorro para el país.

Recomendaciones

  • Profundizar en estudios posteriores lo relacionado con los procesos de integración energética que contribuyan a diseñar y consolidar estrategias de cooperación que logren un mayor desarrollo de este sector en América Latina y el Caribe.

  • Contribuir a la consolidación del proceso integracionista tipo ALBA, para que este a su vez siga siendo un instrumento que permita continuar con la reanimación del sector energético y el desarrollo socio-económico de los países de la región.

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  • 27. Querol, María. Estudio sobre los convenios y acuerdos de cooperación entre los países de América Latina y el Caribe, en relación con sistemas hídricos y cuerpos de agua transfronterizos. (2003). Versión electrónica: http://www.menergia.gov (14 de enero de 2009).

  • 28. Ramírez Vera, Douglas (2008). Mene en Venezuela: el surgimiento del conflicto por la renta del petróleo, preámbulo histórico a la coyuntura actual. Versión electrónica: http://prdleg.diputados.gob (diciembre de 2008).

  • 29. Rodríguez Rojas, Pedro. Petróleo y tercermundismo, julio de 2004.Versión electrónica: http://www.mem.gob.pe (febrero de 2009).

  • 30. Ruiz Caro, Ariela, (2005). Los recursos naturales en los tratados de libre comercio en Estados Unidos, CEPAL, Santiago de Chile, Serie Recursos naturales e infraestructura, N.92, mayo. Versión electrónica: http://www.eclac.org (15 de diciembre de 2008)

  • 31. _______ (2006). Cooperación e integración en América Latina y Caribe, CEPAL. Santiago de Chile. Versión electrónica: http://www.eclac.org (15 de diciembre de 2008)

  • 32. _______ (2002), Situación General del Petróleo, Gas Natural y Carbón en América Latina. Versión electrónica: http://www.cacme.org. (15 de Diciembre 2008).

  • 33. Sánchez Albavera, Fernando y Alejandro Vargas. La volatilidad de los precios del petróleo y su impacto en América Latina. Santiago de Chile, septiembre del 2005. Versión electrónica: http://www.eclac.org(15 de diciembre de 2008).

  • 34. Sheinbaum Pardo, Claudia. (2008). Propuesta alternativa para fortalecer y desarrollar el sector energético sin privatizarlo, México. Versión electrónica :

http://www.constellation.com (Febrero del 2009)

  • 35. Tablada, Carlos y Gladys Hernández (2003). Petróleo, poder y civilización. Editorial Ciencias Social. Versión electrónica: http://www.portalalba.org (22 de abril de 2009)

  • 36. ____Un recuento de los logros del ALBA. Abril de 2008. Versión electrónica: http://www.portalalba.org (22 de abril de 2009)

  • 37. UNCTAD, Informe sobre las inversiones en el mundo. Empresas transnacionales, industrias extractivas y desarrollo, 2000. Versión electrónica: http://www.unctad.org (15 de diciembre de 2008).

  • 38. Zamudio, Vaquino, Liliana. (2002) Las políticas del BID en materia energética y las reformas del sector eléctrico en América Latina. Colombia. Versión electrónica: http:// www.cce.org. (15 de Diciembre 2008).

  • 39. Varea, Carlos. Cuando los recursos naturales se convierten en una maldición: otra guerra por petróleo. Artículo del periódico Diagonal, enero de 2008, España.

Otros sitios de Internet consultados:

-Asociación Latinoamericana de Integración: http://aladi.org

Comunidad Andina de Naciones: http://www.comunidadandina.org

-Empresa propietaria de la red del sistema de interconexión eléctrica de los países http://www.eprsiepac.com

-Organización de Países Exportadores de Petróleo: http://www.opec.org

Web oficial de la Unión Europea: http://europa.eu

-Organización Mundial del Comercio: http://www.wto.org

Anexos

Anexo 1

edu.red

Fuente: BP-Amoco, 2000.

Anexo 2

edu.red

Fuente: BP-Amoco, 2000.

Anexo 3

Demanda mundial de petróleo.

(Miles de barriles diarios)

1980

2004

2005

2010

2015

2030

2005-2030*

OCDE

41.9

47.5

47.7

49.8

52.4

55.1

0.6%

América del Norte

21.0

24.8

24.9

26.3

28.2

30.8

0.9%

Estados Unidos

17.4

20.5

20.6

21.6

23.1

25.0

0.8%

Canadá

2.1

2.3

2.3

2.5

2.6

2.8

0.8%

México

1.4

2.0

2.1

2.2

2.4

3.1

1.6%

Europa

14.7

14.5

14.4

14.9

15.4

15.4

0.2%

Pacífico

6.2

8.2

8.3

8.6

8.8

8.9

0.3%

Economías en transición

8.9

4.3

4.3

4.7

5.0

5.7

1.1%

Rusia

n.d.

2.5

2.5

2.7

2.9

3.2

1.0%

Países en desarrollo

11.4

27.2

28.0

33.0

37.9

51.3

2.5%

Asia en desarrollo

4.4

14.2

14.6

17.7

20.6

29.7

2.9%

China

1.9

6.5

6.6

8.4

10.0

15.3

3.4%

India

0.7

2.6

2.6

3.2

3.7

5.4

3.0%

Indonesia

0.4

1.3

1.3

1.4

1.5

2.3

2.4%

Medio Oriente

2.0

5.5

5.8

7.1

8.1

9.7

2.0%

África

1.4

2.6

2.7

3.1

3.5

4.9

2.4%

Norte de África

0.5

1.3

1.4

1.6

1.8

2.5

2.4%

América Latina

3.5

4.8

4.9

5.1

5.6

7.0

1.5%

Brasil

1.4

2.1

2.1

2.3

2.7

3.5

2.0%

Bunker de Marines

2.2

3.6

3.6

3.8

3.9

4.3

0.6%

Mundo

64.4

82.5

83.6

91.3

99.3

116.3

1.3%

Unión Europea.

n.d.

13.5

13.5

13.9

14.3

14.1

0.2%

Fuente: World Energy Outlook 2006

*Promedio de crecimiento anual.

n.d.: no disponible.

edu.red

Fuente: Elaboración propia a partir de la tabla; Demanda Mundial de petróleo.

Anexo 4

edu.red

Fuente: BP-Amoco, 2000.

Anexo 5

Oferta mundial de petróleo.

(Miles de barriles diarios)

1998

2000

2005

2010

2015

2030

2005-2030*

No OPEP

35.2

43.9

48.1

53.4

55.0

57.6

0.7%

Petróleo Crudo

32.2

38.1

41.6

45.5

45.4

43.4

0.2%

OCDE

14.6

17.2

15.2

13.8

12.4

9.7

-1.8%

Estados Unidos

8.7

5.8

5.1

5.3

5.0

4.0

-1.0%

Europa

2.4

6.2

4.8

3.8

2.9

1.5

-4.5%

Economías en transición

11.5

7.7

11.4

13.7

14.5

16.4

1.5%

Rusia

10.7

6.3

9.2

10.5

10.6

11.1

0.7%

Otros

0.8

1.4

2.2

3.3

3.9

5.3

3.6%

Países en desarrollo

6.0

13.2

15.1

17.9

18.5

17.4

0.6%

China

2.1

3.2

3.6

3.8

3.7

2.8

-1.0%

India

0.2

0.6

0.7

0.8

0.8

0.6

-0.2%

América Latina

1.5

3.4

3.8

4.8

5.3

5.9

1.8%

Brasil

0.2

1.2

1.6

2.6

3.0

3.5

3.1%

África

1.2

2.6

3.5

5.2

5.5

4.9

1.4%

Medio Oriente

0.5

2.0

1.9

1.7

1.6

1.4

-1.1%

NGLs

2.6

4.9

5.1

5.5

5.8

6.8

1.2%

OCDE

2.3

3.7

3.7

4.0

4.1

4.4

0.7%

Economías en transición

0.2

0.5

0.5

0.4

0.5

0.6

1.2%

Países en desarrollo

0.1

0.7

0.9

1.1

1.3

1.8

2.7%

Petróleo no convencional

0.4

0.9

1.4

2.5

3.7

7.4

7.0%

Canadá

0.2

0.6

1.0

2.0

3.0

4.8

6.4%

Otros

0.2

0.3

0.4

0.5

0.7

2.7

8.2%

OPEP

28.0

30.9

33.6

35.9

42.0

56.3

2.1%

Petróleo Crudo

26.2

27.8

29.1

30.2

34.9

45.7

1.8%

NGLs

1.8

2.9

4.3

5.4

6.3

9.0

3.0%

Arabia Saudita

0.7

1.0

1.5

1.9

2.0

2.7

2.5%

Irán

0.0

0.1

0.3

0.4

0.6

1.1

4.8%

UAE

0.4

0.4

0.5

0.7

0.9

1.3

3.6%

Argelia

0.1

0.6

0.8

0.9

0.9

0.7

-0.3%

Otros

0.6

0.8

1.2

1.5

1.9

3.3

4.1%

No convencionales

0.0

0.2

0.2

0.3

0.8

1.5

8.8%

Venezuela

0.0

0.1

0.1

0.1

0.2

0.4

5.8%

Otros

0.0

0.1

0.1

0.2

0.6

1.2

10.5%

Total Mundial

64.9

76.5

83.6

91.3

99.3

116.3

1.3%

Fuente: World Energy Outlook, 2006

*Promedio de crecimiento anual.

Anexo 6

Tabla 3: Reservas de petróleo mundiales.

Reservas de petróleo mundiales

*Miles de millones de barriles

Arabia Saudí

265.3

Irak

115

Kuwait

98

Irán

96.4

Emiratos Árabes Unidos

62.8

Rusia

54.3

Venezuela

47.6

China

46.6

Libia

30

México

26.9

Nigeria

24.1

Estados Unidos

22

Argelia

12.7

Noruega

10.1

Fuente: World Energy Outlook, 2006

Reservas de petróleo mundiales.

edu.red

Fuente: Elaboración propia a partir de la tabla, Reservas de petróleo mundiales.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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