- Justificación y objetivos
- Esquizofrenia
- Preguntas frecuentes
- Síntomas
- Tipos de esquizofrenia
- Diagnóstico
- Causas
- Tratamiento
- Perspectiva para el futuro
- Conclusión
- Anexos
- Bibliografía
Justificación y objetivos
¿Qué es un loco? Exactamente, la locura es la incapacidad de continuar con las ideas, como si se estuviese en un país extranjero: viendo todo, entendiendo lo que pasa alrededor, pero sin poder explicar o ser ayudado, porque no se entiende la lengua hablada ahí. Todos hemos estado locos en algún momento de nuestra vida.
Existe una idea errónea tanto de la locura como de la esquizofrenia, pues normalmente se nos presentan a personas muy agresivas con éste trastorno.
La esquizofrenia es una enfermedad debilitante y desconcertante. Los que la padecen tienen frecuentemente el sentimiento de estar controlados por fuerzas extrañas, que hablan de él y están convencidos de que otros pueden leer sus mentes; la percepción puede distorsionarse más allá de la realidad haciendo que éstas personas escuchen o vean cosas que no existen, llámense también alucinaciones. Normalmente las personas con ésta enfermedad se aíslan y son cerradas.
Objetivos
Capacitar y/u orientar a los jóvenes sobre esta enfermedad para eliminar mitos sobre este padecimiento.
Identificar oportunamente a las personas con esquizofrenia para un tratamiento adecuado.
Conocer los signos y síntomas de la enfermedad.
Informar correctamente sobre todo lo relacionado con esta enfermedad.
Hipótesis
La esquizofrenia es una enfermedad mental peligrosa el cual presenta síntomas como violencia extrema ante cualquier situación, delirios y alucinaciones. A los esquizofrénicos les gusta llamar la atención y son muy hiperactivos.
La esquizofrenia solo es tratable con medicación.
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno mental caracterizado por una pérdida de contacto con la realidad (psicosis), alucinaciones (usualmente, oír voces), delirios (creencias falsas), pensamiento anormal, aplanamiento afectivo (índice reducido de emociones), motivación disminuida, y desarrollo laboral y social alterado.
La esquizofrenia es un gran problema de salud pública en todo el mundo. El trastorno suele afectar a las personas jóvenes en el momento preciso en que están estableciendo su independencia, y puede tener como resultado una discapacidad y estigma durante toda la vida. En términos de costes personales y económicos, la esquizofrenia figura entre los peores trastornos que carga la humanidad.
La gravedad de los síntomas y la larga duración de la enfermedad tienden a causar un alto grado de discapacidad. Los medicamentos y otros tratamientos usados para la esquizofrenia sirven para reducir y controlar los síntomas, solo si se siguen de la manera indicada por el médico. A pesar de todo, algunas personas no se benefician mucho con los tratamientos disponibles. Otras los suspenden de manera prematura. Una de las razones para que esto suceda es la presencia de efectos secundarios de la medicación, los cuales pueden ser desagradables e inconvenientes. Inclusive cuando el tratamiento en si es moderadamente efectivo, la capacidad de funcionamiento de algunos enfermos es afectado por la falta de oportunidades de trabajo, el estigma que se asocia con esta enfermedad y los síntomas que no mejoran con la medicación.
Los primeros síntomas de la esquizofrenia generalmente son cambios peculiares del comportamiento. Estos síntomas pueden causar desconcierto y confusión en los familiares del enfermo. La presencia de estos síntomas es especialmente chocante para los familiares más cercanos que conocían como era el paciente antes de enfermarse. Resulta extremadamente difícil comprender cómo una persona que era tan saludable y llena de vida puede tener un cambio tan drástico. La aparición súbita de síntomas sicóticos se conoce como la fase "aguda" de la esquizofrenia. La "psicosis", un estado común en la esquizofrenia, representa un deterioro mental marcado. Las alucinaciones, como el oír voces que no son reales, son un trastorno de la percepción muy común. También son comunes los delirios, es decir el desarrollar creencias falsas que surgen como consecuencia de la incapacidad para distinguir lo real de lo imaginario. Otro síntoma menos obvio es el aislamiento social, es decir el evitar el contacto social con familiares, amigos y otras personas. Dicho aislamiento puede presentarse antes, al mismo tiempo, o después de los síntomas psicóticos.
La evolución de la esquizofrenia es variable. Algunas personas sufren un solo episodio psicótico y se recuperan. Otras tienen muchos episodios de psicosis en el transcurso de su vida, pero entre dichos períodos llevan una vida normal. Otras personas sufren de esquizofrenia "crónica", la que se manifiesta en forma continua o recurrente. Éstas generalmente no se recuperan del todo y típicamente requieren tratamiento con medicamentos a largo plazo.
La esquizofrenia está catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la novena de las principales causas de discapacidad mundial y afecta a cerca del 1% de la población, aunque han sido identificados focos donde la esquizofrenia es más o menos frecuente. La esquizofrenia afecta por igual a varones que a mujeres. La prevalencia en los países occidentales es del 1% aproximadamente pero influye de manera mucho mayor sobre los días de incapacidad laboral. La esquizofrenia es más frecuente que la enfermedad del Alzheimer y la esclerosis múltiple.
Determinar cuándo se produce su inicio suele ser difícil si se considera que el escaso conocimiento de los síntomas puede retrasar la asistencia médica durante varios años. El promedio de edad para el comienzo de la esquizofrenia son los 18 años para los varones y 25 años para las mujeres. Su inicio en la infancia o el principio de la adolescencia es poco frecuente, como también lo es su comienzo en la vejez.
El deterioro del funcionamiento social puede conducir al abuso de sustancias tóxicas, a la pobreza y a la falta de hogar. Las personas con esquizofrenia que no siguen ningún tratamiento pueden perder el contacto con sus familiares y amigos, y es frecuente que se las encuentre viviendo en las calles de las grandes ciudades.
Problemas de la enfermedad
La esquizofrenia se oculta por los sentimientos de vergüenza y estigmatización que provoca. Muchas personas que padecen la enfermedad no están diagnosticadas ni son tratadas, especialmente al comienzo del trastorno.
La discriminación debida a la esquizofrenia aumenta el sufrimiento de la persona que padece la enfermedad, también es una fuente de perturbación y sufrimiento para el paciente y sus familiares. La carga de la esquizofrenia revela que la enfermedad causa sufrimiento, pérdida de productividad, una menor calidad de vida y problemas médicos y mentales de carácter secundario en los pacientes y sus familias.
Los ciudadanos se muestran contrarios al establecimiento de centros de tratamiento y alojamiento para personas con enfermedad mental en las zonas residenciales. Ello supone un gran obstáculo para su integración en la comunidad. Se otorga a este colectivo una categoría más baja que la de minusválidos o ex convictos.
Problemas de vivienda: Los propietarios suelen negarse a alquilar casas a personas con problemas psiquiátricos.
Problemas de empleo: Aunque la mayoría de las personas con enfermedad mental tienen una importante capacidad para el trabajo, sólo un pequeño porcentaje están empleados.
Aislamiento social: Las personas con esquizofrenia suelen estar socialmente aisladas, en parte por la estigmatización y en parte como consecuencia de los síntomas negativos asociados con la enfermedad. Casi no tienen amigos.
Los pacientes que aceptan el diagnóstico de enfermedad mental sienten una presión interna para ajustarse al estereotipo de incapacidad e inutilidad, esto les hace más retraídos y los lleva a adoptar el papel de discapacitados. Los enfermos se vuelven más dependientes del tratamiento y de la asistencia. La percepción de la propia enfermedad puede ser motivo de un pronóstico adverso. Aceptar la enfermedad puede significar perder la capacidad de enfrentarse a ella.
Preguntas frecuentes
¿Estoy enfermo/a?
La esquizofrenia se reconoce, al producirse un cambio en el funcionamiento social y personal para el que no existe explicación. Los signos iniciales incluyen:
Alteraciones del comportamiento, como ansiedad generalizada, depresión leve transitoria.
Pérdida de interés o abandono del trabajo, y de las actividades sociales que antes eran importantes.
Suspicacia y un cambio profundo y visible en los hábitos y valores personales, como el aseo, la higiene, el cuidado de la imagen personal o la puntualidad.
¿Tengo síntomas?
La esquizofrenia es una enfermedad que presenta muchos y variados síntomas. Ninguno es específico de ella sino que pueden encontrarse también en otras enfermedades mentales. Alteraciones del comportamiento, depresión leve o falta de cuidado de la higiene personal, no tienen porqué significar la presencia de la enfermedad. En ocasiones resulta difícil diagnosticar a un paciente con esquizofrenia, aunque los síntomas hagan sospechar la enfermedad.
El comienzo de la enfermedad puede ser agudo, es decir, puede comenzar de un momento para otro con una crisis delirante, un estado maníaco, un cuadro depresivo con contenidos psicóticos o un estado confuso onírico. También puede surgir de manera insidiosa o progresiva.
¿Se hereda?
Los familiares de personas con esquizofrenia tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad. Aunque los factores genéticos son importantes no explican por sí solos el modo de presentación de la esquizofrenia.
¿Se contagia?
La esquizofrenia no es una enfermedad contagiosa, es la consecuencia de una serie de factores que interactúan entre sí y desencadenan la aparición de la enfermedad.
Síntomas
Se llaman síntomas a aquellas manifestaciones del sujeto que anuncian una anomalía o enfermedad. Serían síntomas los dolores, las inflamaciones, los cambios de ritmos biológicos.
El problema de la esquizofrenia es que la mayoría de los síntomas son subjetivos, dependen de lo que el paciente refiera. Hay dos tipos de síntomas en la esquizofrenia:
Síntomas positivos
Los síntomas positivos consisten en aquello que el paciente hace o experimenta y que las personas sanas no suelen presentar, como los delirios, las alucinaciones y las conductas extravagantes. En las fases agudas de la enfermedad, la excitación de los sentidos provoca trastornos en el cerebro, por lo que el paciente ve, oye, huele o siente cosas que no existen. Esta percepción provoca miedo en el enfermo, que puede tener delirios de ser perseguido o espiado.
Las conexiones lógicas del pensamiento se pierden y el discurso resulta incoherente.
Las ideas delirantes son falsas creencias de las que la persona está firmemente convencida a pesar de la ausencia de pruebas concretas. Las personas que experimentan delirios pueden creer que son perseguidas, que tienen poderes o talentos especiales o que sus pensamientos o acciones están bajo el control de una fuerza externa.
Las alucinaciones son sensopercepciones sensoriales imaginarias. Los tipos de alucinaciones más habituales en la esquizofrenia son las auditivas, en forma de voces imaginarias. Otras alucinaciones menos frecuente consisten en ver, sentir, saborear u oler cosas que no existen y que son percibidas como reales por quien las padece.
Los enfermos que sufren trastornos del pensamiento, tienen una forma de pensar confundida que se revela en el contenido y en la forma de lo que dicen. La conversación puede resultar difícil de seguir, porque salta de un tema a otro con poca o ninguna conexión lógica.
Comportamiento extraño: algunas personas con esquizofrenia se comportan de forma extraña o trasgreden normas y costumbre sociales (por ejemplo: se desnudan en público). Pueden hacer gestos raros y muecas o adoptar expresiones faciales incongruentes y posturas extrañas sin razón aparente.
Los síntomas positivos se reconocen con relativa facilidad, difieren de lo normal. Sin embargo, las ideas delirantes y las alucinaciones no justifican el diagnóstico de esquizofrenia.
Estos mismos síntomas se suelen dar en personas que abusan del alcohol o las drogas o que sufren depresión grave u otras enfermedades.
De igual manera, los síntomas positivos incluyen angustia y excitividad en el área de sentimientos, insomnio, palpitaciones, sudores, mareos, trastornos gastrointestinales y trastornos respiratorios en el área vegetativa, comportamiento, agresivo y/o agitado, inquietud corporal, movimientos extraños y absurdos y conducta repetitiva en el área motriz.
Los antipsicóticos pueden eliminar o reducir la intensidad de los síntomas positivos y disminuir las posibilidades de sufrir recaídas, aunque la persona todavía se vea afectada por los síntomas negativos. Las recaídas suelen venir provocadas por:
– Acontecimientos estresantes.
– Relaciones conflictivas prolongadas.
– Interrupción o reducción de la dosis de los medicamentos.
También se producen recaídas sin un factor desencadenante evidente, aún cuando el paciente tome una dosis que hasta ese momento era adecuada.
Síntomas negativos
Aquello que el paciente deja de hacer y que los individuos sanos suelen realizar cotidianamente. Pensar con fluidez y con lógica, experimentar sentimientos hacia las personas y las cosas, voluntad para emprender las tareas cotidianas.
Embotamiento afectivo: las personas con esquizofrenia suelen presentar un estado emocional aplanado, de forma que no responden a lo que pasa a su alrededor. La persona afectada puede parecer mal encaminada, sin objetivos, alegremente inoportuna y a menudo impulsiva.
Pérdida de vitalidad: la esquizofrenia reduce la motivación de las personas y disminuye su capacidad de trabajar o de participar en diversiones. Surge en ellos indecisión, negativismo y pasividad, mezclados con impulsos súbitos.
Pobreza de pensamiento: sufren una notable reducción de la cantidad y calidad de su pensamiento. Rara vez hablan con espontaneidad y contestan a las preguntas con respuestas cortas sin ningún detalle.
A diferencia de los síntomas positivos, los negativos constituyen déficit más sutiles del funcionamiento y no suelen reconocerse como síntomas de la enfermedad. Los síntomas negativos pueden deberse a una depresión (que puede manifestarse a la vez que la esquizofrenia) o constituir la respuesta a un ambiente poco estimulante (como una estancia prolongada en el hospital) o presentarse realmente como efectos secundarios de algunos antipsicóticos. Suele ser difícil determinar si los síntomas negativos forman parte de la propia esquizofrenia o son el resultado de otro tipo de problemas.
La diferencia entre lo normal y lo anormal
Ocasionalmente, las personas normales pueden sentirse, pensar, o actuar de maneras que se asemejan superficialmente a la esquizofrenia. Por ejemplo, a todas las personas normales les puede suceder en algún momento que no pueden pensar claramente por ansiedad extrema como cuando tienen que hablar frente a grupos de personas. En una situación que produce ansiedad marcada, uno puede sentirse confundido e incapaz de coordinar los pensamientos u olvidarse lo que quería decir. Esto no es esquizofrenia. De igual modo, las personas con esquizofrenia no siempre actúan de manera anormal. De hecho, algunas personas esquizofrénicas pueden parecer completamente normales y perfectamente responsables aún cuando están experimentando alucinaciones y delirios.
La condición del paciente puede variar marcadamente a través del tiempo mostrando períodos de empeoramiento, especialmente cuando los medicamentos son suspendidos, y períodos en los que vuelve casi a la normalidad, generalmente cuando está recibiendo el tratamiento apropiado.
La esquizofrenia no es lo mismo que la "personalidad múltiple". Es un error pensar que la esquizofrenia es lo mismo que la "personalidad múltiple", es decir un cambio de personalidad. Este error es bastante común.
¿Los actos de violencia son comunes en las personas que sufren de esquizofrenia?
La prensa, radio y televisión muchas veces presentan a la violencia criminal como si fuera el resultado de enfermedades mentales. Sin embargo, la realidad es otra. Los estudios de investigación indican que las personas con esquizofrenia no tienen una predisposición a la violencia, excepto aquéllas que tienen antecedentes de violencia criminal antes de enfermarse, y aquéllas con problemas de drogas o alcohol. La mayoría de personas que sufren de esquizofrenia no son violentas. Lo habitual es que prefieren estar solas y se aíslan. La mayoría de los crímenes violentos no son cometidos por personas con esquizofrenia, y la mayoría de personas con esquizofrenia no cometen crímenes violentos.
El abuso de drogas eleva significativamente la probabilidad de cometer actos de violencia en las personas con esquizofrenia, pero lo mismo sucede con las personas sin enfermedad mental. Las personas que sufren de síntomas paranoicos y psicóticos, los cuales tienden a empeorar si se suspenden los medicamentos, también tienen un riesgo más alto de cometer actos violentos. Es común que éstos sean dirigidos a familiares y amigos, y generalmente ocurren en el hogar.
Esquizofrenia y suicidio
El suicidio es la causa principal de muerte prematura en los pacientes con esquizofrenia. Según la revisión que se llevó a cabo para elaborar la GPC (Guía de Práctica Clínica) de la American Psychiatric Association, la incidencia de suicidios a lo largo de la vida en pacientes con esquizofrenia es de un 10% a un 13%, y se estima en un 18% a 55% el porcentaje de pacientes con esquizofrenia que intentan suicidarse. El conocimiento de los factores de riesgo de suicidio asociados a la esquizofrenia es limitado.
Algunos de ellos son comunes a los de la población general: sexo masculino, raza blanca, soltería, aislamiento social, depresión o desesperanza, falta de empleo, dependencia de sustancias, pérdidas recientes, y antecedentes personales y/o familiares de intentos de suicidio.
Otros factores de riesgo específicos son, por un lado, la juventud, con una media de edad de 33 años, mientras que en la población general el mayor riesgo se sitúa después de los 65 años; y por otro, encontrarse en los 6 primeros años siguientes a la hospitalización inicial, tener un curso crónico y con un deterioro progresivo con exacerbaciones, o una percepción de la pérdida de capacidades funcionales. Otros factores de riesgo adicionales son la presencia de ideas suicidas, las alucinaciones auditivas y el alta reciente del hospital.
Se recomienda aumentar la frecuencia de las visitas ambulatorias en pacientes con alta reciente del hospital, ya que constituye un período de vulnerabilidad del paciente.
Es posible que el mayor riesgo de suicidio en la esquizofrenia se produzca en la fase de remisión. La sintomatología depresiva asociada se caracteriza principalmente por desesperanza, empobrecimiento y deterioro cognitivo, más que por síntomas diagnosticables como depresión mayor.
Muchos pacientes presentan uno o varios de estos factores de riesgo, pero no se suicidan ni intentan suicidarse, mientras que otros pueden hacerlo de manera inesperada sin que existan indicios previos de riesgo importante. No es posible predecir si un paciente concreto se quitará la vida.
Generalmente los suicidios tempranos coinciden con una clara conciencia de enfermedad incapacitante y tras la remisión de la sintomatología aguda. Los suicidios de aparición tardía coinciden con un deterioro especialmente social; generalmente son suicidios premeditados aunque pueden estar precipitados por algún acontecimiento estresante.
Una parte importante de los suicidios de pacientes esquizofrénicos se producen durante un período de remisión después de 5 a 10 años de enfermedad, como reflejo al parecer de una percepción de desespero respecto a su propia patología que puede aparecer sin ningún signo de alarma. Los familiares deben conocer esta posibilidad. Incluso con la mejor de las asistencias posibles, una parte de los pacientes esquizofrénicos es probable que fallezcan por suicidio.
No obstante, es esencial evaluar el riesgo de suicidio inicialmente y de manera regular como parte de la evaluación psiquiátrica del paciente. Las ideas suicidas o las amenazas de suicidio deben evaluarse en el contexto de la historia clínica del paciente proporcionada por él mismo y por los familiares y el terapeuta actual, si ello es posible.
Los pacientes en los que se considera que existe un riesgo elevado de suicidio deben ser hospitalizados, y deben aplicarse las precauciones necesarias para evitarlo. Es importante optimizar el tratamiento farmacológico de la psicosis y la depresión, y abordar la tendencia suicida del paciente de manera directa, con un enfoque de empatía y apoyo. Debe haber una estrecha vigilancia de los pacientes vulnerables durante los períodos de crisis personal, modificaciones del entorno o períodos de dificultad o depresión durante el curso de la enfermedad.
Trastornos similares a la esquizofrenia
A veces, algunas situaciones médicas y neurológicas, como la enfermedad tiroidea, los tumores cerebrales, la epilepsia, la insuficiencia renal, las reacciones tóxicas a fármacos y la deficiencia de vitaminas, pueden producir síntomas similares a los observados en la esquizofrenia. A demás, cierto número de trastornos mentales comparten características con la esquizofrenia.
Trastorno psicótico breve: Los síntomas de este trastorno se parecen a los de la esquizofrenia, pero duran desde sólo 1 día hasta 1 mes. Esta trastorno, limitado en el tiempo, a menudo aparece en sujetos con un trastorno de personalidad preexistente, o en los que hayan experimentado un estrés importante, como la pérdida de un ser querido.
Trastorno esquizofreniforme: Los síntomas, similares a los de la esquizofrenia, característicos de este trastorno duran de 1 a 6 meses. Este trastorno puede resolverse o puede progresar hacia la enfermedad maniacodepresiva o la esquizofrenia.
Trastorno esquizoafectivo: Trastorno caracterizado por la presencia de síntomas de trastornos de humor, como la depresión o la manía, junto con síntomas más típicos de la esquizofrenia.
Trastorno de personalidad esquizotípica: Este trastorno de la personalidad puede compartir síntomas de esquizofrenia, pero generalmente no es tan grave como para reunir los criterios de psicosis. Las personas con este trastorno tienden a ser tímidas y a aislarse en sí mismas y pueden mostrar desconfianza leve y otras alteraciones del pensamiento. Los estudios genéticos indican que el trastorno de personalidad esquizotípica puede ser una forma leve de esquizofrenia.
Tipos de esquizofrenia
Esquizofrenia paranoide
Se caracteriza por el predominio de ideas delirantes y alucinaciones, sobre todo auditivas. Los delirios y las alucinaciones a veces constituyen una unidad. Es la más frecuente, suele iniciarse entre los 20 y 30 años y es la que mejor evoluciona a pesar de la aparatosidad del cuadro.
Esquizofrenia catatónica
Predomina el trastorno del movimiento o movimientos motores. Los expertos hablan de "estupor catatónico". A pesar de tener la conciencia despierta, el enfermo no reacciona a los intentos de entrar en contacto con él. Su rostro permanece inmóvil e inexpresivo, no se percibe ningún movimiento interior e incluso fuertes estímulos de dolor pueden no provocar reacción alguna. En los casos más graves pueden llegar a no hablar, ni comer, ni beber durante periodos lo suficientemente largos como para que peligre su vida. Sin embargo en el interior del enfermo puede haber verdaderas tormentas de sentimientos, que a menudo solo se manifiestan en una aceleración del pulso. También se dan repetición constantes del mismo movimiento (automatismos) y muecas. Los cuadros de extrema gravedad, en los que el enfermo por ejemplo se mantiene sobre una pierna durante unas semanas, solo se observa muy raras veces gracias a las posibilidades actuales del tratamiento. Sólo ocurren cuando nadie se ocupa del enfermo o cuando el tratamiento no es eficaz. El pronóstico para este tipo de esquizofrenia suele ser malo.
Esquizofrenia desorganizada o hebefrénica
Predomina un afecto absurdo, no apropiado, las conductas suelen ser infantiles, el estado de humor es absurdo, existe desinhibición en los sentimientos. Suelen tener comportamientos extraños, como reír sin motivo aparente y realizar muecas. A menudo muestran falta de interés y de participación. Hay casos en los que se manifiestan alucinaciones y delirios, aunque esto no es una condición ecuánime en este tipo de esquizofrenia la mayoría de los casos los brotes no son claramente delimitables. Suele comenzar en edades tempranas como es la pubertad, por eso reciben el nombre de esquizofrenias juveniles e incluso hay casos en los que la enfermedad viene de la infancia. Los desarrollos hebefrénicos lentos y desapercibidos por presentar pocos síntomas se califican como esquizofrenia simple. Por la ausencia de síntomas es difícil de reconocerla, (los indicios suelen ser el descuido personal, conductas solitarias…). El pronóstico suele ser desfavorable en comparación con las otras esquizofrenias, debido a la personalidad inmadura del enfermo.
Esquizofrenia indiferenciada
Es un tipo de esquizofrenia en la cual no predomina un síntoma concreto para el diagnóstico, es como la mezcla de otros anteriores.
Esquizofrenia residual
En estos casos debe haber habido, por lo menos, un episodio de esquizofrenia anteriormente, pero en el momento actual no hay síntomas psicóticos importantes. Es la fase en la que los síntomas negativos son más evidentes. No se manifiesta en todos los enfermos.
Diagnóstico
No existe una prueba diagnóstica definitiva para la esquizofrenia. El médico establece el diagnóstico a partir de una evaluación que aparque el historial de una persona y su sintomatología. Para un diagnóstico de esquizofrenia, los síntomas deben durar, por lo menos, seis meses y estar asociados a un deterioro significativo del trabajo, los estudios o el desarrollo social. La información procedente de la familia, los amigos o los profesores suele ser importante para establecer cuándo se inició el trastorno.
Con frecuencia se realizan análisis de laboratorio para descartar el abuso de sustancias tóxicas o un trastorno médico subyacente de tipo neurológico u hormonal que pueda tener las características de una psicosis. Ejemplos de tales trastornos son los tumores cerebrales, la epilepsia del lóbulo temporal, la enfermedad del tiroides, las enfermedades autoinmunes, la enfermedad de Huntington, las enfermedades hepáticas y las reacciones adversas a los fármacos. A veces está justificada la prueba del abuso de drogas.
Las personas con esquizofrenia tienen anomalías cerebrales que pueden ser vistas en una tomografía computarizada (TC) o en una resonancia magnética nuclear (RMN). Sin embargo, las anomalías no son lo suficientemente específicas como para ayudar al diagnóstico de esquizofrenia.
Examen del estado mental
En donde se trata de establecer el grado de psicopatología que se presenta en el momento de la entrevista. Se puede notar que muestran poco interés por la entrevista y a veces se oponen rotundamente a ella, lucen distraídos, con la mirada vaga o a veces evitan el contacto visual con el entrevistador, descuidados de su aspecto personal, gesticulando o riéndose sin motivo, hablando por señas, pueden mostrar una conducta muy suspicaz, pueden estar agitados e inquietos o inmóviles.
Su relato puede no ser confiable porque se detectan incongruencias que ameritan ser aclaradas por algún familiar o amigo. En el curso de pensamiento pueden encontrarse las clásicas disgregaciones que son el resultado de incoherencias en las ideas, llegando hasta la ensalada de palabras (lenguaje cantinflesco).
Puede existir el robo del pensamiento en donde sienten que se quedan sin ideas porque alguien se las robó.
En el contenido del pensamiento se encuentran las ideas delirantes, que pueden ser de tipo paranoide, místico, religioso, de grandeza, de influencia extraña, de despersonalización o de des-realización. En las percepciones, pueden existir alucinaciones auditivas (principalmente), visuales, táctiles, cinestésicas (sienten que su cuerpo se mueve involuntariamente o que flota en el espacio), cenestésicas o propioceptivas (las manos se le hicieron muy grandes, la cara se le deformó, es mitad humano y mitad animal) o de desintegración cósmica, en donde su cuerpo flota desmembrado en el espacio.
La memoria es buena y la capacidad de abstracción (análisis de proverbios) es mala. La información general es buena y de acuerdo a su nivel educativo. Hay pobre capacidad de juicio crítico hacia la realidad. Generalmente no hay consciencia de enfermedad o existe en forma parcial ya que se cree enfermo de algo físico.
Examen físico
Es poco relevante. Generalmente se aprecian alteraciones secundarias a hiperactividad del sistema simático como taquicardia, hipertensión arterial, pupilas dilatadas, palidez generalizada. Pueden existir alteraciones motoras propias del catatónico o gesticulaciones propias del hebefrénico.
Examen neurológico
No se encontrarán alteraciones groseras en este sentido pero si se deben buscar los llamados signos neurológicos suaves (que no tienen una ubicación topográfica específica en el cerebro) y que son los siguientes:
Presencia de movimientos en espejo: Consisten en que cuando uno ordena a un paciente que mueva una extremidad, una mano, un dedo o un pie, se produce un movimiento opuesto en la misma parte del lado contra-lateral del cuerpo.
Dificultad para decir trabalenguas: Que se explora diciéndole al paciente que repita dos trabalenguas usados con frecuencia.
Confusión derecha-izquierda: El examinador, con sus manos cruzadas en el tórax le indica al paciente que con su mano izquierda toque la mano izquierda del explorador. Si hay dificultad para lograr esto, se considera que está presente este fenómeno.
Movimientos musculares anormales en reposo: Se le pide al paciente que junte sus pies, mantenga la cabeza erguida, con los ojos cerrados, las extremidades superiores a la altura de los hombros y los dedos de ambas manos abiertos durante un minuto. Si aparecen movimientos coreicos en las extremidades superiores, cabeza, cuello o tronco, se consideran signos positivos.
Dificultad para oponer los dedos: De una mano al pulgar correspondiente.
Dificultad en la pronación-supinación alterna repetitiva: Se le pide al paciente que golpee varias veces la palma de su mano derecha con la palma de la mano izquierda y que luego le de vuelta a la mano izquierda y golpee con el dorso de esa mano, la palma de la mano derecha varias veces. Luego se hace lo mismo sobre la palma de la mano izquierda.
Dificultad para realizar movimientos repetitivos: Con los pies en forma de golpear el piso repetitivamente con la punta de los pies tanto el izquierdo, como el derecho, como ambos simultáneamente.
Causas
No se ha identificado una causa única para la esquizofrenia. Muchas enfermedades, tales como las cardíacas, son el resultado de la interacción de factores genéticos, del comportamiento y otros. Es posible que ese sea también el caso en la esquizofrenia. Los científicos todavía no han descubierto qué factores son necesarios para que se produzca. Hoy día, se están utilizando todas las herramientas de la investigación biomédica moderna para aclarar qué papel juegan los genes, cuáles son los momentos críticos del desarrollo cerebral y qué otras causas contribuyen en el desarrollo de la enfermedad.
Predisposición genética
Se sabe desde hace tiempo que la esquizofrenia viene de familia. Las personas que tienen un pariente cercano con esquizofrenia tienen una probabilidad mayor de desarrollar la enfermedad que las personas que no tienen parientes enfermos. Por ejemplo, el gemelo idéntico de una persona con esquizofrenia tiene una probabilidad más alta, cuarenta a cincuenta por ciento, de desarrollar la enfermedad. Una persona que tiene padre o madre enfermo tiene aproximadamente una probabilidad del diez por ciento. Comparativamente, el riesgo de esquizofrenia en la población general es de aproximadamente el uno por ciento.
Los científicos están estudiando los factores genéticos de la esquizofrenia. Es probable que múltiples genes estén implicados en la predisposición a la enfermedad. Además, es posible que factores tales como dificultades prenatales, malnutrición intrauterina, infecciones virales durante la gestación, complicaciones peri natales y otros factores contribuyan a que se produzca la enfermedad. Aún no se conoce cómo se transmite la predisposición genética y no se puede predecir si una persona en particular desarrollará o no la enfermedad.
Actualmente se están investigando varias regiones del genoma humano para identificar los genes que confieren susceptibilidad a la esquizofrenia. La evidencia más sólida hasta la fecha indica que los cromosomas 13 y 16 pueden estar implicados, pero esto aún no se ha confirmado. La identificación de los genes específicos que participan en el desarrollo de esta enfermedad proporcionará información importante sobre qué es lo que deja de funcionar en el cerebro y permitirá el desarrollo de tratamientos mejores.
Defecto químico en el cerebro
El conocimiento básico de la química cerebral y su vinculación con la esquizofrenia se está expandiendo rápidamente. Desde hace tiempo se cree que los neurotransmisores, substancias que permiten la comunicación entre las células nerviosas, están implicados en el desarrollo de la esquizofrenia. Es probable, aunque no se sabe con certeza, que el trastorno se deba a un desequilibrio de los sistemas químicos complejos e interrelacionados del cerebro. También es probable que los neurotransmisores dopamina y glutamato estén implicados. Esta área de investigación es prometedora.
Anormalidad física en el cerebro
Las técnicas de imágenes del sistema nervioso permiten a los científicos estudiar la estructura y función del cerebro en personas vivas. Esta tecnología ha avanzado significativamente en los últimos tiempos. En varios estudios se han descubierto anormalidades en la estructura del cerebro. Por ejemplo, una dilatación de las cavidades llenas de fluido llamadas ventrículos, y un encogimiento de ciertas regiones. También se han descubierto anormalidades en las funciones. Por ejemplo, una reducción de la actividad metabólica en ciertas regiones del cerebro. Debe enfatizarse que éstas son anormalidades sutiles y no se observan en todas las personas con esquizofrenia. Tampoco ocurren únicamente en las personas que sufren la enfermedad. Los estudios microscópicos del tejido cerebral obtenidos después de la muerte del paciente muestran cambios menores en la distribución y el número de las células cerebrales. Aparentemente muchos de estos cambios, aunque probablemente no todos, se producen antes que la persona se enferme.
Se cree que la esquizofrenia puede ser, en parte, un trastorno del desarrollo del cerebro. Los neurobiólogos patrocinados por el National Institute of Mental Health (NIMH) que estudian el desarrollo del sistema nervioso han descubierto que la esquizofrenia se produce cuando las neuronas forman conexiones incorrectas durante el desarrollo del feto. Estos defectos pueden no manifestarse hasta la pubertad, cuando los cambios cerebrales que ocurren normalmente durante esta etapa de maduración interactúan adversamente con las conexiones defectuosas. Estos estudios de investigación han motivado esfuerzos para identificar los factores prenatales que producen estas anormalidades en el desarrollo cerebral.
En estudios con técnicas de imágenes cerebrales, los investigadores han hallado evidencia de cambios bioquímicos tempranos que pueden ser anteriores a la presentación de los síntomas de la enfermedad. Estos hallazgos sugieren que es necesario examinar los circuitos de neuronas que probablemente estén implicados en la producción de esos cambios. Por otro lado, los científicos que trabajan en el aspecto molecular están explorando la base genética de las anormalidades en el desarrollo cerebral y de los sistemas neurotransmisores que controlan la función cerebral.
Abuso de Drogas
Las drogas en sí mismas, incluyendo el alcohol, el tabaco y las drogas de uso callejero, no causan esquizofrenia. Las drogas pueden crear en individuos sanos síntomas similares a los de la esquizofrenia.
Teorías Nutricionales
Aunque una nutrición adecuada es esencial para el bienestar de la persona con la enfermedad, es improbable que la esquizofrenia sea causada por la falta de ciertas vitaminas. No se ha podido sustanciar la validez de la terapia que promueve como tratamiento el uso de dosis masivas de vitaminas o megavitaminas.
Algunas personas mejoran mientras toman vitaminas. Esto puede ser debido al uso concomitante de medicación antipsicótica o al efecto terapéutico de una buena dieta, la administración de vitamina y medicación. También puede ser que estos individuos sean parte del grupo que se va a recuperar sin importar el tratamiento que se use.
Tratamiento
Los objetivos generales del tratamiento son la reducción de la gravedad de los síntomas psicóticos, la prevención de la recurrencia de los episodios sintomáticos y el deterioro asociado con el funcionamiento del individuo, así como suministrar un apoyo que permita al paciente un funcionamiento al máximo nivel posible.
Fármacos antipsicóticos
Los fármacos antipsicóticos pueden ser eficaces para reducir o eliminar síntomas como los delirios, las alucinaciones y el pensamiento desorganizado. Una vez que los síntomas inmediatos se han corregido, el consumo continuado de los fármacos antipsicóticos reduce sustancialmente la probabilidad de episodios futuros.
Desafortunadamente, los fármacos antipsicóticos tienen efectos adversos significativos que pueden incluir sedación, rigidez muscular, temblores y un desaosiego motor. Los fármacos antipsicóticos también pueden causar discinesia tardía, un trastorno caracterizado por movimientos involuntarios, principalmente el fruncido de labios y lengua o las contorsiones de brazos o piernas. La discinesia tardía puede mantenerse incluso después de interrumpirse la administración del fármaco. No existe un tratamiento eficaz para la discinesia tardía. Otro efecto adverso de los fármacos antipsicóticos, aunque raro, pero potencialmente mortal, es el síndrome neuroléptico maligno, que se caracteriza por rigidez muscular, fiebre, hipertensión arterial y cambios en la función mental (por ejemplo, confusión y letargia).
Están disponibles algunos de los nuevos fármacos antipsicóticos que causan menos efectos adversos. Éstos fármacos pueden aliviar síntomas positivos (como alucinaciones), síntomas negativos (como falta de emociones) y deterioro cognitivo (como un funcionamiento mental y un campo de atención reducidos) en mayor grado que los fármacos antipsicóticos más antiguos.
Se ha comprobado que la clozapina resulta eficaz hasta en la mitad de las personas en las que otros fármacos no han funcionado. Sin embargo, clozapina puede causar graves reacciones adversas, como convulsiones o supresión de la médula ósea, potencialmente mortal; por ello, se suele usar sólo en las personas que no han respondido a otros fármacos antipsicóticos. Los pacientes que toman clozapina deben hacer un recuento semanal de los glóbulos blancos, al menos durante los primeros seis meses, para que pueda interrumpirse la administración de clozapina a la primera indicación de que el número de los glóbulos blancos está bajando.
Fármacos antipsicóticos: ¿Cómo funcionan?
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