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Movimientos Emancipadores en Hispanoamérica (página 2)

Enviado por Magui Ferrere


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El 19 de abril de 1810, después de la invasión napoleónica en España, un grupo de criollos caraqueños aprovecha este acontecimiento para convocar una reunión del cabildo aduciendo que actuaban en nombre de Fernando VII, rey depuesto de España, y en desobediencia de José I Bonaparte. Los miembros que lo conformaban desconocen al entonces Capitán General de Venezuela, Vicente Emparan, quien no estuvo de acuerdo con esto, y cuando desde la ventana del ayuntamiento le preguntó al pueblo que se había reunido en la plaza mayor si quería que el siguiera mandando, el presbítero José Cortés de Madariaga, le hizo signos a la multitud para que contestaran que "NO". Y eso fue lo que ocurrió. Emparan dijo que entonces, que el tampoco quería mando, renunció y se fue a España con sus colaboradores.

Para sustituir a Emparan, se establece una Junta de Gobierno, llamada Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, que toma varias iniciativas, como establecer juntas similares en las provincias de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida y enviar delegaciones diplomáticas a los países que podían apoyar la insurrección: el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, Estados Unidos y Nueva Granada.

Adicionalmente, la Junta Suprema se dirigió a todos los otros ayuntamientos de América para que siguieran el "ejemplo que Caracas dio", uniéndose a este movimiento. Se convocaron a elecciones para el mes de Noviembre, a fin de elegir los representantes al primer congreso de Venezuela, el cual quedó instalado el 2 de marzo de 1811 con los diputados electos en 7 provincias.

Buscando el esquema de 3 poderes separados, se creó una Alta Corte de Justicia, presidida por Francisco Espejo y para el poder ejecutivo, se designó un triunvirato formado por Cristóbal Mendoza, Juan Escalona y Baltazar Padrón. Es así como el Trujillano, Cristóbal Mendoza, se convierte en el primer presidente de Venezuela.

Con la firma de la declaración de la independencia y las campañas emprendidas por los republicanos se inicia la Guerra de Independencia. Venezuela será el primer país de Iberoamérica que declara la independencia y el tercero del Continente Americano después de Los Estados Unidos y Haití.

El Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela es un documento en el cual siete provincias españolas, pertenecientes a la Capitanía General de Venezuela en Sudamérica, declararon su independencia del Reino de España olvidándose de una vez de la defensa de los derechos de Fernando VII y explicaron sus razones para esta acción. Fue redactada principalmente por Juan Germán Roscio y firmada el 5 de julio de 1811 en la Capilla Santa Rosa Lima de Caracas. Los representantes de las provincias, que venían autogobernándose desde los sucesos del 19 de abril de 1810, se constituyeron en la "Confederación Americana de Venezuela".

La primera constitución fue muy similar a la de los Estados Unidos, es decir de tipo federalista, en donde las provincias conservaban mucha autonomía y podían tener sus propias leyes. A pesar de que este sistema fue objetado por varios miembros de la Sociedad Patriótica (entre ellos Bolívar y Miranda), fue aprobado por la mayoría. Esta constitución también estuvo inspirada en las ideas francesas, respetando los derechos del hombre y dándole a todos los habitantes el tratamiento de ciudadano, sin importar la clase social.

Con la firma de la declaración y las campañas emprendidas por los republicanos, se inició la Guerra de Independencia.

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Firma de la Independencia por Tomás Lovera

Independencia del Perú

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La Independencia del Perú es otra de las emancipaciones hispanoamericanas, que se desarrollo desde 1808 hasta 1829, que enfrenta a la monarquía española, antecedida, a su vez, por otras rebeliones y revoluciones que pretendían el surgimiento de un país independiente del Imperio Español.

San Martín, al mando de la Expedición Libertadora del Perú, luego de haber concluido con la liberación de Chile, había zarpado del Puerto de Valparaíso el 20 de agosto de 1820, para desembarcar el 8 de septiembre en la bahía de Paracas. Seguidamente, estableció su Cuartel General en la ciudad de Pisco. Inmediatamente, el general español José de la

Serna, tras un pronunciamiento militar contra Joaquín Pezuela, asume el gobierno del Virreinato, abandona Lima y se establece en Cusco.

El 5 de julio de 1821 el general José de San Martín ocupa la ciudad de Lima y reúne a un Cabildo Abierto en la plaza mayor, donde declaró junto al pueblo la Independencia del Perú de la dominación española y de cualquier otra dominación extranjera con las siguientes palabras:

"EL PERU DESDE ESTE MOMENTO ES LIBRE E INDEPENDIENTE POR LA VOLUNTAD GENERAL DE LOS PUEBLOS Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE ¡VIVA LA PATRIA! ¡VIVA LA LIBERTAD! ¡VIVA LA INDEPENDENCIA!"

Mas tarde, bajo el protectorado del General, se dan los primero pasos con la formación del Congreso Constituyente. Don Manuel Pérez de Tudela, más tarde Ministro de Relaciones Exteriores, redacta el Acta de la Independencia, que fue suscrita por las personas notables de la ciudad.

La Serna reorganiza sus fuerzas en la sierra del Perú y en el Alto Perú, desde donde realiza incursiones sobre la costa retomando las fortalezas de el Callao. Los patriotas envían expediciones contra los bastiones realistas de la sierra a través de los Puertos Intermedios, pero son destruidas. El presidente José de la Riva Agüero organiza un nuevo ejército que arriba a Arequipa y se interna en el Alto Perú, llegando a La Paz 8 de agosto de 1823, pero tras el resultado indeciso de la batalla de Zepita los patriotas sufren posteriormente la dispersión durante una retirada precipitada. Entonces el Congreso de Lima decide encargarle a Bolívar, establecido entonces en Guayaquil, la dirección de la guerra. Así, con refuerzos de Colombia organiza un nuevo ejército que permanece en Trujillo hasta tener conocimiento de la guerra civil entre los realistas por la sublevación del general español Olañeta, quien se encontraba al mando de las tropas realistas. Bolívar aprovecha esta coyuntura y dirige la campaña de Junín (6 de agosto de 1824) , y más tarde su lugarteniente Sucre obtiene la victoria de Ayacucho (9 de diciembre de 1824) que determinan el final de la guerra en el Perú tras la toma de la fortalezas del Callao en 1826.

Tras Ayacucho, el gobierno del Perú continuó en manos de Simón Bolívar, quien delegaba sus funciones ejecutivas en otros personajes, hasta su destitución en 1827, año tras el cual continúan las pugnas caudillistas; el Perú ingresó a una etapa marcada por gobiernos militares, dirigidos por los caudillos de la independencia, período durante el cual la joven república se enfrenta en una guerra con la Gran Colombia (1829).

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San Martín en la Plaza Mayor de Lima.

La Revolución de México

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La independencia de México fue la consecuencia de un proceso político, social y bélico que se siguió para alcanzar la soberanía de la nación mexicana mediante la emancipación política del virreinato de Nueva España de la metrópoli española. El proceso se manifestó en un conflicto armado que comenzó con el Grito de Dolores, con el que el cura Hidalgo convocó a su pueblo a levantarse en armas en la mañana del 16 de septiembre de 1810, y concluyó el 27 de septiembre de 1821 con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México. La guerra de independencia propiamente dicha entre el ejército español y los insurgentes duró poco más de once años.

El movimiento independentista mexicano tiene como marco la Ilustración y las revoluciones liberales de la última parte del siglo XVIII. Por esa época la élite ilustrada comenzaba a reflexionar acerca de las relaciones de España con sus colonias. Los cambios en la estructura social y política derivada de las reformas borbónicas, a los que se sumó una profunda crisis económica en Nueva España también generaron un malestar entre algunos segmentos de la población.

A partir de 1810, el movimiento independentista pasó por varias etapas, pues los sucesivos líderes fueron puestos en prisión o ejecutados por las fuerzas leales a España. Al principio se reivindicaba la soberanía de Fernando VII sobre España y sus colonias, pero los líderes asumieron después posturas más radicales, incluyendo cuestiones de orden social como la abolición de la esclavitud. José María Morelos y Pavón convocó a las provincias independentistas a conformar el Congreso de Anáhuac, que dotó al movimiento insurgente de un marco legal propio.

Aquí comienza la llamada etapa de organización de la guerra independentista de México, la cual comprende los sucesos bélicos y políticos ocurridos entre el momento en que Ignacio López Rayón fue nombrado jefe de las fuerzas insurgentes en Saltillo (16 de marzo de 1811) -poco antes de que Hidalgo, Allende, y otros jefes insurgentes fueran presos y ejecutados en el norte de México- y el fusilamiento del Siervo de la Patria, José María Morelos y Pavón (22 de diciembre de 1815). Cuatro años que fueron de los más brillantes en lo que se refiere a las acciones de guerra y de posicionamiento ideológico del movimiento independentista de México.

El movimiento insurgente fue respaldado por las clases bajas, especialmente campesinos. Los hombres se juntaban en grandes turbas armados con hondas, flechas, lanzas, palos y piedras. Se reunían espontánea y transitoriamente con los jefes insurgentes para oponerse al ejército virreinal, ocasionalmente surgía un líder entre ellos. En las batallas llegaron a participar comanches y lipanes al igual que los esclavos negros. Solamente los esclavos de algunas haciendas siguieron fieles a sus amos. Aquellos que poseían caballos, generalmente miembros de las castas, arengaban a los indígenas labradores para unirse al movimiento un poco mejor armados. Casi la totalidad de las fuerzas bajo el mando de Ignacio López Rayón eran indios flecheros de El Bajío, las de José María Morelos estaban compuestas por negros y mulatos del sur que eran peones de haciendas, algunas veces soldados del ejército virreinal que habían sido vencidos y miles de campesinos apenas armados los cuales eran de gran ayuda en los trances difíciles. A medida que avanzó el movimiento, la clase media comenzó a simpatizar con los insurgentes, las ideas de la revolución se fueron propagando en el ambiente urbano entre los letrados, destacando Joaquín Fernández de Lizardi y Carlos María de Bustamante en México, así como fray Servando Teresa de Mier en Londres.

Tras la derrota de Morelos, el movimiento se redujo a una guerra de guerrillas. Hacia 1820, sólo quedaban algunos núcleos rebeldes, sobre todo en la sierra Madre del Sur y en Veracruz.

La rehabilitación de la Constitución de Cádiz en 1820 alentó el cambio de postura de las élites nuevohispanas, que hasta allí habían respaldado el dominio español. Viendo afectados sus intereses, los criollos monarquistas decidieron apoyar la independencia de Nueva España, para lo cual buscaron aliarse con la resistencia insurgente. Agustín de Iturbide dirigió el brazo militar de los conspiradores, y a principio de 1821 pudo encontrarse con Vicente Guerrero. Ambos proclamaron el Plan de Iguala que convocó a la unión de todas las facciones insurgentes y contó con el apoyo de la aristocracia y el clero de Nueva España.

La independencia de México se consumó el 27 de septiembre de 1821.

Nueva España se convirtió en el Imperio Mexicano, una efímera monarquía católica que dio paso a la república federal en 1823, entre conflictos internos y la separación de América Central. España reconoció la independencia de México hasta 1836.

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Entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México

Las Revoluciones del Virreinato del Río de la Plata

Revolución de Mayo (Provincias Unidas del Río de la Plata)

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Cuando llegó a Buenos Aires la noticia de la caída de la Junta Central de Sevilla, la autoridad del virrey Cisneros comenzó a ser seriamente cuestionada. Algunos habitantes comenzaron a reunirse para discutir lo que sucedía y analizar las medidas que podían tomarse, tarea difícil debido a la diversidad de opiniones. Por un lado estaban los patriotas, partidarios de declarar la independencia, de establecer una patria libre del poder colonial. Por otra parte, los partidarios del rey, llamados por este motivo "realistas", creían que debía restaurarse la autoridad de Fernando VII en el Imperio Colonial Español. A su vez, en ambos grupos había criollos y españoles, lo que hacía más complicado el enfrentamiento debido a los lazos que existían entre ellos.

Esta Revolución tuvo la particularidad de desarrollarse durante una semana, desde el 18 de mayo de 1810, con la llegada de la noticia de la caída de la Junta Central, hasta el 25 de mayo, cuando se forma la Primera Junta.

El 22 de mayo de 1810, los criollos exigieron al virrey que convocara a un Cabildo Abierto, durante en cual el principal debate era si Cisneros debía seguir gobernando. A lo largo de esta reunión se observaron posturas tanto patriotas, de parte de Juan José Castelli, como realistas, como la del Obispo Benito Lué y Riera. A su vez, se hablo de temas de organización interna, entre lo que se incluyeron opiniones como las del general Cornelio Saavedra, quien no quería la participación del pueblo; la del fiscal Manuel Villota, que exponía la necesidad de consultar las decisiones con los otros virreinatos; y la del abogado Juan José Paso, quien argumentó que, como capital del virreinato, Buenos Aires tomara las decisiones y luego las comunicara a las demás provincias debido a la urgencia de las mismas.

Finalmente, por votación, el 23 de mayo, los vecinos reunidos en el Cabildo decidieron destituir al virrey y que el Cabildo de Buenos Aires gobernase hasta tanto se forma una junta de gobierno.

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Las autoridades españolas intentaron modificar la decisión tomada por el Cabildo, y el 24 de mayo, sorpresivamente, éste designo una junta presidida por Cisneros. Milicias y grupos de habitantes se reunieron entonces en la plaza principal, exigiendo la renuncia de Cisneros y la formación de una nueva junta.

Así, el 25 de mayo de 1810 se formó la Primera Junta, el primero gobierno patrio de nuestro país, integrado por españoles y criollos que juraron lealtad al re Fernando VII. Las primeras medidas tomadas por el nuevo gobierno fueron invitar a las demás ciudades del antiguo virreinato a integrarse a la Junta a través de representantes y enviar expediciones militares para enfrentar a los realistas que se oponían al gobierno formado en Buenos Aires, como los que ocupaban el Alto Perú, Paraguay y Montevideo.

A pesar de que los patriotas se habían puesto de acuerdo para expulsar al virrey, no todos sus integrantes pensaban del mismo modo sobre como y cuando se declararía la independencia. Mariano Moreno, secretario, y sus seguidores querían que se declarara cuando antes, en cambio, Cornelio Saavedra, presidente, proponía ir despacio, sin afrontar demasiados riesgos. Esta pelea terminó en la renuncia de Moreno, quien murió poco tiempo después. A fines de 1810, los diputados del Interior se incorporaron, luego de grande diputas sobre la organización política y económica del nuevo gobierno, a la Junta, denominada desde entonces Junta Grande, pero siguieron sin lograr ponerse de acuerdo, y la toma de decisiones se hizo más difícil. Estos conflictos debilitaron el poder de la nueva Junta, lo que dio paso a la creación de un nuevo gobierno en 1811, el Primer Triunvirato, compuesto por tres miembros, el cual también debió enfrentar una fuerte oposición. Mas tarde, en octubre de 1812, La Sociedad Patriótica y la Logia Lautaro lograron derrocar al primer triunvirato e instalar un Segundo Triunvirato. Este gobierno envió nuevas expediciones militares para enfrentar a los opositores y convocó a una Asamblea General Constituyente con representantes de las provincias para organizar al país.

Esta Asamblea inicio en Buenos Aires en 1813 con el propósito de declarar la independencia y sancionar una constitución. Aunque no logró cumplir sus objetivos, tomo medidas muy importantes, como la creación de símbolos patrios, la supresión de títulos de nobleza y tributos indígenas, etc.

Más tarde se constituyó el Directorio, la forma de gobierno vigente en la Provincias Unidas entre 1814 y 1820. Durante este período, se sucedieron seis Directores Supremos, lo cuales debieron renunciar debido a la crisis que atravesaban las Provincias Unidas.

En el ámbito interno existían varias posturas respecto a la organización que debía adoptar el país. Los habitantes de Buenos Aires, en general, pretendían la formación de un gobierno centralizado, mientras que la Liga de los Pueblo Libres, liderada por Artigas, imponía la idea de un gobierno federal.

Mientras tanto en Europa, Fernando VII había recuperado su trono, y se había propuesto restaurar su autoridad en las colonias. Ya en 1816, luego de intensas batallas, el Imperio Español había recuperado la mayoría de las colonias americanas, exceptuando las Provincias Unidas del Río de la Plata, las cuales se encontraban en constante amenaza de los realistas. Por esto, los revolucionarios necesitaban terminar de romper los lazos con España, para lo que debía declarar la independencia lo más pronto posible. Con este motivo, el Directorio convocó a un Congreso General Constituyentes en la ciudad de Tucumán, que se reunió el 24 de marzo de 1816, y en el cual se trataron temas como el reemplazo del director supremo Álvarez Thomas, quien fue precedido por Pueyrredón. Mas tarde, comenzaron a discutir sobre la forma de gobierno, entre las que sobresalían las de Belgrano y Anchorena, quienes planteaban establecer o una monarquía o un gobierno federal respectivamente.

El martes 9 de julio de 1816, los diputados del Congreso firmaron el Acta de la Independencia, en la se declaraba la voluntad de las Provincias Unidas de romper los vínculos que las ligaban a los reyes de España, de recuperar los derechos que les había sido despojados y de convertirse en una nación independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y su metrópoli.

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Acta de Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Independencia de Bolivia

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Este movimiento liberalista es uno de los últimos ocurridos en América y en el Virreinato del Río de la Plata. Se desarrollo gracias a incesantes campañas de libertadores tanto argentinos como venezolanos, y fue uno de los mas extensos movimientos emancipadores.

Todo comenzó cuando el Imperio Español colonizo íntegramente este territorio debido a que era una región rica en yacimientos de oro y plata. Muchas autoridades fueron impuestas por la fuerza a la población nativa que sufría toda clase de abusos y despotismos. La encomienda generaría un sentimiento de rencor al poder central español.

En 1780 tienen lugar los primeros levantamientos rebeldes y apenas un año después tiene lugar, el 15 de enero, la sublevación de Chayanta, un violento levantamiento acaudillado por los hermanos Tomás, Dámaso y Nicolás Katari, quienes tomaron el mando de la población minera de Aullagas, los tres serían asesinados violentamente.

El 25 de mayo de 1809 se realizó la Revolución de Chuquisaca, que fue el primer grito libertario de América, encabezada por Bernardo Monteagudo, Jaime de Zudáñez y otros que mantenían fidelidad al Rey Fernando VII. En este entorno, un mes y medio después se creó la Junta Tuitiva, liderados por Pedro Domingo Murillo que buscaba la independencia, pero fue violentamente reprimida por el gobierno realista, ahorcando a los líderes independentistas.

La noticia de la caída del virrey Cisneros llegó a Potosí y a Chuquisaca en 1810, y el presidente de Charcas, desarmó el cuerpo de Patricios de Buenos Aires que había llevado a esa ciudad el año anterior, expulsó a los oidores de la Real Audiencia y al fiscal, Arenales y llamó a un congreso de gobernantes altoperuanos, al que sólo asistió el gobernador intendente de Potosí, Paula Sanz. Se acordó pedir al virrey del Perú que las cuatro intendencias del Alto Perú fueran incorporadas a su virreinato, lo que fue aceptado por Abascal, quien nombró al general José Manuel de Goyeneche como su delegado en el Alto Perú. El 14 de septiembre se produjo la Revolución de Cochabamba, siendo depuesto el gobernador intendente, y el 23 de septiembre se procedió a la jura y reconocimiento de la Junta de Buenos Aires con Francisco del Rivero como gobernador, consiguiendo el 14 de octubre el triunfo en la Batalla de Aroma. El 24 de septiembre Santa Cruz de la Sierra proclamó su adhesión a la Primera Junta de Buenos Aires.

Pero al margen de las incursiones del ejército argentino, en el territorio altoperuano, las guerrillas desempeñaron un papel sumamente importante en la consecución de la independencia de Bolivia. El cura Ildefonso de las Muñecas cubrió el norte del Lago Titicaca, Sorata y Yavi; en el sudeste, entre Camargo y Cotagaita estaba Vicente Camargo; entre los ríos Grande y Pilcomayo, y en la Laguna combatían los esposos Padilla; en el este entre Vallegrande y Santa Cruz de la Sierra, ponía en jaque a las autoridades realistas, el valiente guerrillero Ignacio Warnes; y por último en el sur, o sea en Chichas y Tarija, se encontraban Eustaquio Méndez, Manuel Rojas y Francisco Pérez de Uriondo.

Luego de una serie de intento fallidos de generales y directores argentinos de establecerse en contra los contraataques realistas por el dominio de las colonias americanas, en 1824, con el triunfo de Simón Bolívar sobre los ejércitos españoles de Canterac y Suárez en Junín (preámbulo del golpe final al colonialismo español que tendría lugar después del triunfo de la batalla de Ayacucho), Antonio José de Sucre, siguiendo instrucciones de Bolívar, inicia la campaña del Perú y 9 de diciembre de 1824, logra vencer a las fuerzas realistas en la llanura de Ayacucho. El vencido virrey La Serna tuvo que reconocer la "Independencia del Perú y América".

Mas tarde, el 9 de febrero de 1825, Sucre y Casimiro Olañeta, abogado de Chuquisaca, convocaron a todas las provincias altoperuanas para reunirse en un congreso que debía decidir el destino de la nación. Pero estaba sujeto a tres posibilidades que se abrían en el seno de la asamblea: proseguir la unidad con Buenos Aires, incorporándose al conjunto de las Provincias Unidas, mantener la adhesión al Perú reconociendo las medidas de incorporación dictadas por el virrey Abascal como resultado de la revolución del 16 de julio de 1809 en La Paz, o sostener con decisión la independencia absoluta del Alto Perú, no sólo con relación a España, sino también con referencia al Provincias Unidas del Río de la Plata y al Perú. Tanto el gobierno de Buenos Aires como el del Perú admitían esta tercera alternativa, al contrario de Bolívar, quien reprochó a Sucre en una carta la toma de esta iniciativa.

El Congreso General Constituyente de Buenos Aires, por decreto de 9 de mayo de 1825, declaró que «aunque las cuatro provincias del Alto Perú, han pertenecido siempre a este Estado, es la voluntad del congreso general constituyente, que ellas queden en plena libertad para disponer de su suerte, según crean convenir a sus intereses y a su felicidad», despejando el camino a la independencia altoperuana.

A estos triunfos se sucederían otros más como el de Lanza al tomar La Paz en 1825. Sucre entrará en territorio peruano el 25 de febrero de 1825, iniciando el proceso de construcción de la nueva república independiente de Bolivia.

El acta de independencia, redactada por José Mariano Serrano, fue declarada el 6 de agosto de 1825.

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Antonio José de Sucre, Libertador.

Independencia del Paraguay

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Paraguay se emancipa definitivamente en 1811 y se convierte en uno de los primeros países de Latinoamérica en organizarse como una nación independiente, aunque no lo haya documentado hasta 31 años después, cuando asumió López como presidente.

En la madrugada del 14 al 15 de mayo de 1811 culmina el proceso de emancipación de la intendencia de Paraguay del Virreinato de Río de la Plata y por ende de la corona de España. El proceso revolucionario auspiciado desde el exterior por las campañas bélicas del argentino Manuel Belgrano y la Junta Mayor de Buenos Aires e internamente por un grupo de militares revolucionarios liderado por Pedro Juan Caballero es la consecuencia de un largo proceso cuyos orígenes y antecedentes se remontan al siglo XVIII. Nos encontramos con un fenómeno regional que provocará, que en un rápido proceso de descolonización, la Monarquía Hispánica pierda su hegemonía en la práctica totalidad de sus dominios.

En 1810, debido a la Primera Junta independiente de Buenos Aires, el gobernador realista de Asunción, Bernardo de Velasco remitió a Buenos Aires una nota comunicando la separación de la Provincia del Paraguay del Virreinato del Río de La Plata, Velasco y sus adeptos formaron una junta el 24 de junio de 1810, junta que reiteró su fidelidad a la monarquía española de Fernando VII.

Finalmente el 15 de mayo de 1811 un pronunciamiento militar revolucionario dirigido por Pedro Juan Caballero obligó al gobernador Velasco a formar una Junta de Gobierno Revolucionaria como las que ya existían en otras zonas del Virreinato desde el año anterior. Una semana después es obligado a dimitir y años después muere en el olvido

En 1811 las tropas al mando del General Manuel Belgrano marcharon en una expedición para libertar al Paraguay, pero fueron derrotadas en la batalla de Tacuarí (9 de marzo de 1811) y en la de Paraguarí por las tropas locales, hasta entonces declaradas realistas.

Las tropas vencedoras asumieron una nueva identidad y el 14 de mayo de 1811 estalló el movimiento revolucionario paraguayo, dirigido en lo militar por el capitán Pedro Juan Caballero, Fulgencio Yegros, Vicente Ignacio Iturbe y Mauricio José Troche y en lo político por Fernando de la Mora, Juana de Lara, Juan Valeriano Zeballos y José Gaspar Rodríguez de Francia, quienes intimaron al Gobernador Velasco a unírseles. Zeballos y Francia asumieron entonces un cogobierno con el funcionario español. Velasco sería destituido antes de un mes.

El 15 de mayo de 1811 el gobernador Velazco había entregado las llaves del Arsenal así como de la Real Hacienda al comandante del Cuartel General Capitán Pedro Juan Caballero.

El 17 de junio de 1811 un congreso nombró una junta gubernativa presidida por Fulgencio Yegrosen la cual se trató la situación política de la misma a partir del pronunciamiento militar del 14 de mayo que había colocado en el gobierno a dos diputados junto al Gobernador Español Bernardo de Velazco e Huidobro. Se estableció un proyecto de confederación entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y Paraguay (inclusive llamando a la integración de toda Latinoamérica), pero los intereses contrapuestos de las elites porteñas y asuncenas chocaron a despecho de las intenciones de los patriotas y los pueblos, tal desinteligencia fue incentivada por el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve. El 12 de octubre de 1811 se firmó con el enviado de Buenos Aires, el General Manuel Belgrano, un Tratado de Amistad, Auxilio y Comercio.

El Segundo Congreso Nacional se reunió del 30 de septiembre al 12 de octubre de 1813. Las decisiones de este segundo Congreso fueron las siguientes: se eligió una nueva forma de gobierno, el Consulado al frente de Fulgencio Yegros y del Dr. José Gaspar de Francia, adoptándose el nombre de República que sustituyó al de Provincia. Poco después Yegros se aparta del gobierno y Francia declara oposición a la idea confederación paraguayo-argentina dado que en Buenos Aires preponderaban los unitarios (en este caso los partidarios de un gobierno centralizado en Buenos Aires, que formaban una élite que daba muestras de querer subyugar la autonomía de los demás integrantes de la confederación). El Congreso reunido el 3 de octubre de 1814, resolvió conceder el título de Dictador Supremo de la República del Paraguay, por un período de 5 años, a José Gaspar de Francia.No cumplidos aún dos años de la Dictadura Temporal, el Cuarto Congreso Nacional, reunido el 30 de mayo de 1816, declaró dictador perpetuo a José Gaspar de Francia, cargo que ocupó hasta su muerte en 1840. El gobierno de José Gaspar de Francia que duró 24 años, cerró prácticamente el país a la influencia extranjera

En 1820, se produjo una conspiración contra el Dictador, pero fue descubierta y más de 100 conspiradores fueron ejecutados, entre los que había algunos próceres de la independencia.

El 25 de noviembre de 1842 un congreso declaró formalmente la independencia del Paraguay respecto de la Confederación Argentina, comunicándoselo a Rosas, quien la rechazó y no fue reconocida por la Argentina hasta el 17 de julio de 1852.

Carlos Antonio López, uno de los cónsules, es elegido presidente en 1844 y se proclama una constitución, la primera del país, que consagra un régimen de tipo presidencialista. Durante su gobierno cesa la política de aislamiento, se organiza la educación pública gratuita y obligatoria, reduciendo la tasa de analfabetismo, comparable con la de los países europeos. Se construye una línea de ferrocarril (la primera de toda Sudamérica), una línea de telégrafos y se promueve eficazmente la industria no sólo telar, sino también naviera y metalúrgica, destacando la fundición de "La Rosada".

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Carlos Antonio López, 1er Presidente Constitucional del Paraguay

Independencia de Uruguay

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Iniciado el proceso revolucionario en Buenos Aires, en la llamada Revolución de mayo de 1810, la Banda Oriental tardó en sumarse. El denominado Grito de Asencio protagonizado por Pedro José Viera y Venancio Benavides el 27 de febrero de 1811, se considera tradicionalmente el punto de partida de la revolución en el país. Rápidamente al día siguiente se ocuparon las villas de Mercedes y de Santo Domingo de Soriano, solicitando auxilios a la Junta de Buenos Aires. José Gervasio Artigas, hoy considerado máximo héroe nacional, se sumó a la revolución y lanzó una exitosa revuelta en contra de España. Tras ocupar Soriano, Benavides tomó El Colla (Rosario) el 20 de abril. Manuel Francisco Artigas avanzó sobre las poblaciones del este, el 24 de abril de 1811 tomó la villa de Minas, el día 28 entró en San Carlos y el día 29 rindió Maldonado, luego un destacamento avanzó hacia el fuerte de Santa Teresa. Fuerzas unidas de Manuel Francisco Artigas y de Benavides ocuparon San José el 25 de abril tras tomar a Porongos.

José Gervasio Artigas dirigió sus tropas hacia Montevideo y venció a los realistas en la batalla de las Piedras, el 18 de mayo del mismo año, sitiando pocos días después la ciudad amurallada de Montevideo, último reducto de la colonia española en la Banda Oriental, ya que Colonia del Sacramento había sido ocupada el 26 de mayo por Benavides.

El envío de un contingente portugués en auxilio de los españoles llevó al Gobierno de Buenos Aires a pactar con los españoles, ordenando la retirada de las tropas revolucionarias de la Banda Oriental que incluia Entre Ríos, Sur de Corrientes, Uruguay, Misiones Orientales, Río Grande do Sul, Santa Catarina. Artigas acató el pacto, retirando el sitio de Montevideo. Casi toda la población del sur de la Banda Oriental excepto Montevideo, lo acompañó en la retirada hasta el arroyo Ayuí Grande en la actual ciudad entrerriana de Concordia, dejando el territorio virtualmente vacío. A este acontecimiento se le denomina el Éxodo oriental o también La Redota y demostró el liderazgo de Artigas en el pueblo del sur Banda Oriental.

La posición de Buenos Aires, aunque acatada, provocó fuerte malestar entre los orientales. A partir del 26 de febrero de 1813 se reanuda el sitio de Montevideo, que cae finalmente el 23 de mayo de 1814. Durante ese período se incrementan los enfrentamientos entre Artigas, partidario del federalismo y cuadillo de la Liga Federal, y el gobierno de Buenos Aires. Entre las instrucciones que Artigas dio a los diputados orientales a la Asamblea del año XIII, figuran los límites de la Provincia Oriental que él pretendía:

Artículo 8º: El territorio que ocupan estos Pueblos desde la costa oriental del Uruguay hasta la fortaleza de Santa Teresa forman una sola Provincia, denominada la Provincia Oriental.

Pues el resto de la Banda Oriental esto es el Norte del Río Negro mas todo Río Grande do Sul y Santa Catarina era Portuguesa.

Artículo 9º: Que los siete Pueblos de Misiones, los de Batoví, Santa Tecla, San Rafael y Tacuarembó que hoy ocupan injustamente los portugueses y a su tiempo deben reclamarse serán en todo tiempo territorio de esta Provincia.

En 1815, Artigas logró reunir en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay que pertencia por entonces a la Banda Charrúa o Banda Oriental el protocongreso de la independencia argentina, conocido como Congreso de Oriente, con representantes de la Banda Oriental, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, las Misiones -mucho más extensas que la actual provincia argentina de ese nombre, aunque sus representantes no llegaron a tiempo- y Santa Fe, aunadas en la Liga Federal a la cual fueron invitadas todas las otras provincias de los territorios del antiguo Virreinato del Río de la Plata.

Así, la Banda Oriental se divide en cuatro republicas: Republica de Entre Rios (con Corrientes), Republica de Uruguay, Republica de Rio Grande do Sul y Republica Juliana (Santa Catarina), las que desde 1825 intentan ser independientes y confederadas.

En 1820 Ramírez creó entonces la República de Entre Ríos (1820-1821).

En 1825 Declaración de independencia de la Banda Oriental.

En1828 Uruguay es independiente del Brasil (solo el sur de la Banda Oriental el norte sigue siendo brasileño.

En 1836 Se proclama la Republica Rio Grandense (norte de la Banda oriental).

En 1839, la República Riograndense formó una confederación conjunta con la República Juliana, la cual fuera proclamada ese mismo año, en Santa Catarina, y cuya capital era la ciudad de Laguna.

El 4 de octubre de 1828 quedó definitivamente ratificada la Independencia de Uruguay, después de las reuniones llevadas a cabo entre el 11 y el 27 de agosto de 1928 entre los delegados de Brasil y de las Provincias Unidas del Río de la Plata, después de las cuales se acordó su Independencia.

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José Gervasio Artigas

Las principales consecuencias que produjeron las guerras de la independencia fueron:

· En el aspecto económico, el dinero aportado por lo gobiernos para financiar las campañas no siempre fue suficiente. Por eso se necesitó del aporte de dinero y bienes de la población, a veces en forma voluntaria, y otras, por la fuerza, sobre todo en lugares donde los ejércitos se asentaron por mucho tiempo.

· En el aspecto social, las guerras permitieron que clases sociales relegadas, como los esclavos, pudieran ascender, ya sea gracias a su aporte en las batallas, etc.

· En cuanto a lo político, la primera etapa de las guerras aceleró el proceso hacia la independencia.

· Las relaciones comerciales internacionales tampoco cambiaron con respecto a los últimos años de la colonia. Ya el comercio con España había caído en decadencia y los productos norteamericanos e ingleses habían inundado el menguado mercado peruano. Luego de la independencia, esta tendencia no cambió, sino se confirmó y agudizó. El ingreso de productos forasteros al mercado interno ante la debilidad de los antiguos comerciantes fue inevitable, así como la influencia de estas nuevas potencias en los ámbitos de la vida política nacional.

 

 

Autor:

Magui Ferrere

Partes: 1, 2
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