Abraham y Job: misioneros de la fe, obediencia y esperamza
Enviado por Dr. Luis Alberto Navarrete Obando
- Introducción
- Definiciones
- Abraham: padre de la fe
- Job: hombre de fe y obediencia
- Abraham y Job: misioneros de la fe, de la obediencia y de la esperanza
- Citas bíblicas
- Bibliografía
Introducción
Fe, Obediencia, Esperanza, Convicción y Fanatismo ¿dónde están sus límites?
Sobre este tema, se han visto mensajes desde los más tranquilos hasta los de verdad rayan en la casi locura, supuestamente defendiéndose de supuestos ataques del contrario.
Entonces en dónde deja de ser "fe"[1] para convertirse en "fanatismo"[2]; la "fe" es buena, pero el fanatismo no, y entre tantas acusaciones hasta se pierde el verdadero sentido de la doctrina de Jesús y su enseñanza, baste con leer un mensaje donde sintamos que nos atacan para responder con furia, y hacer uso de todo nuestro florido lenguaje para hacer sentir al otro que él es peor que nosotros y le botamos en la cara mil y un anatemas[3]pregunto al actuar de esta manera ¿estaremos cayendo en el fanatismo?, mucho se ha acusado a la Iglesia Católica de detener el avance científico y tecnológico durante siglos, pero en este foro nada mas basta con que alguien ponga en tela de juicio que el mundo y todo fue creado en seis días para que inmediatamente le digan indocto[4]etc., etc., ¿Jesús nos enseñó esto?.
Jesús siempre se mantuvo firme, pues aunque el vino a cumplir la ley, nunca anduvo de revoltoso ni injuriando a nadie, ni mucho menos utilizando palabras despectivas ni rebajando la moral de nadie.
Siempre enseñó la obediencia[5]a las Sagradas Escrituras, así como tener esperanza[6]en su segunda venida.
Hay personas que dicen que de Roma ni la mugre de las uñas, ¿quién compiló los libros que conforman el Nuevo Testamento?, entonces al afirmar que de Roma nada de nada, y olvidar quien conformó el Nuevo Testamento, ¿no se cae en el fanatismo irracional?.
Ahora dicen estar llenos de Cristo, ¿Cómo?, insultando antes de poner la otra mejilla, llamando de lo peor a la persona antes de meditar y responder lo mejor posible. Dicen no tener jerarquías, será porque son muy poquitos, pero ya han dejado manifiesto que tienen un "Consejo de doctos[7]en Teología" o algo así.
La "fe" es una fuerza interna para creer en algo (en nuestro caso está dirigida hacia Dios, Jesús y el Es), y el fanatismo es creer saberlo todo y defenderlo de una manera irracional.
¿o más bien será delirio de persecución?.
Josué 1:8, 9: (1)
"Nunca se apartará de tu boca este Libro de la Ley, sino que de día y de noche Meditarás en él, para que hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien."
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas."
Seguramente usted conoce a personas que piensan que la palabra de Dios es para leerse un momento, meditarla, y bueno……, analizarla como una buena obra literaria.
También existen quienes piensan que aquel que habla mucho y muy seguido de la palabra de Dios, es un fanático religioso. Y también piensan que es una persona de ideas cerradas y sin criterio, si flexibilidad para pasar por alto aquello que la sociedad aprueba y Dios reprueba.
Aquellas cosas que el mundo ve normales, porque la mayoría las hace, Vgr.: el odio, la amargura, el rencor, el pleito, la ira, los vicios, los malos hábitos, el orgullo, la soberbia, la idolatría, la hipocresía, la fornicación, el adulterio, la mentira, etc. Y aunque no todos practicamos estos pecados, quizá difícilmente podemos evitar el cometer alguno. Bueno, tal vez usted no lo sepa, pero la paga del pecado[8]es la muerte, así es que si permanecemos en pecado estamos condenados a morir por el pecado mismo; sin embargo, Dios nos da una hermosa salida y nos ofrece a su hijo Jesús para que por medio de Él tengamos vida eterna, cómo dádiva de Dios para con los que obedecen. (2)
En fin, mucha gente acude los domingos a las Iglesias, oran, escuchan la palabra de Dios ("Recortada"). Reconocen que están en pecado; reconocen que "no" leen la biblia ni menos hacen lo que en ella se les ordena; lloran,…., se engañan pensando que hablan con Dios, pero "no" quieren cambiar.
La Real Academia de la Lengua Española, define a la "Convicción", como: "Idea religiosa, ética o política a la que se está fuertemente adherido.".[9]
Proviene del latín "convictio", la "convicción", valga la redundancia, "es el convencimiento que se tiene sobre algo.". Quienes tienen una convicción poseen razones o creencias que les permiten sostener un determinado pensamiento, discurso o acción. Por ejemplo: "Llegué a la Casa de Gobierno con la convicción de que nuestro proyecto permitirá sacar al país adelante".
Dentro de lo que sería la psicología es frecuente hablar de la convicción. En concreto, de ella "se dice que es fundamental para encontrar la motivación a la hora de llevar a cabo determinadas acciones, para ser positivo y confiar en que las cosas que vamos a realizar se van a conseguir e incluso para convencerse de que uno mismo está y estará bien.".[10]
Pero en ese mismo campo también se hace referencia a todas esas personas que tienen convicción pero sobre aspectos pesimistas y negativos en todo momento. Son individuos que creen a pies juntillas que no valen nada, que no son capaces de afrontar el reto que tienen por delante o que la persona a la que aman no les va a corresponder porque no poseen nada para ofrecerle a esta.
"Convicción" también "es una idea política, ética o religiosa a la que una persona se encuentra fuertemente adherida.". Lo habitual es que el término se utilice en plural (convicciones): "Sin convicciones, es imposible triunfar en un mundo tan competitivo".
Los políticos son personas que también requieren tener convicción no sólo sobre su programa electoral sino también sobre las ideas que defienden y sostienen a su partido. Por eso, es fundamental que cuando dan mítines lo hagan con convicción acerca de todas las ideas que defienden y las medidas que deciden llevar a cabo.
En concreto, se considera que en esos casos es fundamental que hablen con convicción porque animará a quienes les escuchan no sólo a tomarse en serio lo que están diciendo sino también a apoyarles y seguirles en sus actuaciones. Con fuerza y con seguridad es como se consigue esa convicción oral que hará que los oyentes les respalden con su voto en las elecciones pues habrán creído en ellos.
Definiciones
Ya hemos visto algunas definiciones de fe, obediencia, esperanza, convicción y fanatismo, según la Real Academia Española (ver. Pág. 2). Bien, ahora, veremos definiciones de estos vocablos desde otros puntos de vista: filosófico, teológico, histórico, gramatical, entre otros.
La fe:
Proviene del latín "fides", es la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad, opinión o doctrinas o enseñanzas de una religión. También puede definirse como la creencia que no está sustentada en pruebas[11]además de la seguridad producto en algún grado de una promesa[12]
Si analizamos el vocablo "Fe", desde las diferentes ópticas de las religiones, veremos que, por ejemplo, según:
El Cristianismo:
La "fe" en el cristianismo se basa en la obra y enseñanzas de Jesús de Nazaret. El cristianismo declara no caracterizarse por la fe, sino por el objetivo de la "fe". En lugar de ser pasiva, la fe conduce una vida activa alineada con los ideales y ejemplo de vida de Jesús.[13]
El Budismo:
La fe (En pali: Saddha, En sánscrito: Sraddha) es un componente importante de las enseñanzas de Gautama Buda[14]tanto en las tradiciones del Theravada[15]y el Mahayana[16]Sus palabras se registraron originalmente en el lenguaje pali y la palabra saddha[17]se traduce generalmente como fe. En sus enseñanzas, el saddha a veces se describe como:
Una convicción de que algo es.
Una determinación de lograr las metas personales.
Una sensación de dicha producto de los dos anteriores.
Mientras que la fe en el budismo no implica "fe ciega", la práctica budista no obstante requiere cierto grado de confianza, principalmente en la conquista espiritual de Gautama Buda. La fe en el budismo se centra en el entendimiento de que Buda es un ser Despierto, en su papel superior como maestro, en la verdad de su Dharma (enseñanzas espirituales) y en su Sangha (comunidad de seguidores con desarrollo del espíritu). La fe en el budismo puede resumirse como aquella en las Tres Joyas: el Buda, el Dharma y el Sangha. Esta tiene el propósito de conducir a la iluminación, o bodhi, y el Nirvana. Volitivamente, implica una decisión resoluta y valiente. Combina el propósito firme y la autoconfianza de que se podrá lograr lo que se desea.
Al contrario de cualquier forma de "fe ciega", las enseñanzas de Buda incluyen aquellas incluidas en el Kalama Sutra[18]y exhortan a sus discípulos a investigar cualquier enseñanza y vivir de acuerdo a lo aprendido y aceptado, en lugar de creer en algo simplemente debido a que así fue enseñado.
El Judaísmo:
La fe en sí misma no es un concepto del judaísmo. La única vez que se menciona "fe en Dios" dentro de los 24 libros del Torá[19]es en el Libro de Isaías. En este Libro, el mandato de conocer a Dios es seguido por los mandamientos de creer y entender.
No obstante, el judaísmo reconoce el valor "emuná" (generalmente traducido como fe, confianza en Dios) y su estado negativo de Apikorus (herético), pero la fe no es tan destacado o central como en otras religiones, especialmente comparado con el cristianismo o islam. Podría ser un medio necesario para ser un judío religiosamente activo, pero el énfasis está puesto en el verdadero conocimiento, auténtica profecía y el actuar más que la fe en sí. Rara vez se relaciona con una enseñanza que deba ser creída. El judaísmo no exige al fiel explícitamente identificar a Dios (un dogma central de la "fe cristiana", que es llamada Avodah Zarah en el judaísmo, un forma menor de idolatría pero un gran pecado y prohibición estricta para los judíos). En cambio se pide honrar a la idea (personal) de Dios apoyada por los muchos principios citados del Talmud para definir al judaísmo, principalmente por lo que no es. Por tanto no existe una formulación establecida de los principios de la fe judía que sean imperativos para todos los judíos.
Richard Dawkins describe a la fe como una creencia sin evidencia; un proceso activo de no pensar. Afirmó que es una práctica que solo degrada nuestro entendimiento del mundo natural al permitirle a cualquiera realizar una declaración sobre la naturaleza que está basada únicamente en sus pensamientos personales y sus percepciones posiblemente distorsionadas, que no requiere examinarla con la realidad, no tiene habilidad para realizar predicciones confiables y coherentes y no está sujeta a revisión por pares[20]
El Dr. Peter Boghossian de la Universidad de Portland, una de las mayores influencias en la promoción del escepticismo aplicado a la religión, autor y miembro honorario de la Global Secular Council, critica que las actuales definiciones de fe no reflejan fielmente su significado. Argumenta que cuando las personas usan la palabra fe, como en "Yo tengo fe en X", realmente no tienen confianza en X o esperanza de que X sea verdadero, sino que declaran que saben que X es verdadero. Además sostiene que la fe sólo se alberga en la ausencia de buena evidencia que apoye a la creencia. En esa situación, Boghossian razona que la "fe es una afirmación de conocimiento sin evidencia que la justifique". Por lo tanto propone la siguiente definición como la mejor descripción de fe en su uso real: "Fingir saber algo que no sabes".[21]
La "fe" en las Sagradas Escrituras.
Hay dos usos principales de la palabra "fe" en la Biblia.
En primer lugar, la "fe" es a veces el cuerpo entero de la verdad y la práctica y la verdad que es bíblico. En particular, la verdad dada a los Apóstoles por Jesús.
"… exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos." (3)
"Al señalar estas cosas a los hermanos serás un buen ministro de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la "fe" y de la buena doctrina que has seguido." (4)
"… sé que permaneceré y continuaré con todos ustedes para su progreso y gozo en la fe…" (5)
"El que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en un tiempo quería destruir." (6)
En segundo lugar, tener "fe" es tener confianza en algo. Tener "fe en Cristo" es poner su confianza en Él para la salvación.
Este tipo de fe es la clase que Dios usa para salvarnos. Pablo escribió esto a Timoteo: "Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús." (7)
"Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." (8)
"Importante no es mi fe, pero el objeto de mi fe. Si tengo fe en un dios de mi imaginación, un dios falso, o fe en mí mismo o de otra persona, esta fe es inútil para la salvación." (9)
"Todo aquél que invoque el nombre del Señor será salvo." (10) ¿Cómo, pues, invocarán a Aquél en quien no han creído?. ¿Y cómo creerán en Aquél de quien no han oído?. ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
"Debemos tener fe en el Jesús que murió por nuestros pecados y resucitó." (11)
Estas son sólo algunas de las cosas elementales que la Biblia cita acerca de la "fe":
Tener fe es saber que Dios está sin pecado y perfecto, y yo no lo soy. (12);
Tener fe es saber que Jesús pagó el castigo por mi pecado en la cruz. (13);
La fe es una obra del Espíritu de Dios. (14);
Dios hace milagros y cambia vidas a través de la fe. (15);
Recibimos la justicia de Dios por la fe. (16);
La fe anima. (17);
La fe nos guía. (18);
La fe es una manera de vivir todos los días; (19)
La fe nos protege. (20)
La fe resulta en buenas obras. (21)
La fe nos ayuda a resistir al diablo. (22)
La fe es la convicción de que Dios cumplirá sus promesas eternas. (23)
La fe vence al mundo. (24)
A través de la fe, ¡Dios nos salva y nos da nueva vida!. (25)
Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Y sin "fe" es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que recompensa a los que Lo buscan. (26)
Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?. (27)
Pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza. (28)
La Obediencia:
El término obediencia etimológicamente proviene del Lat. "ob audire", que significa "el que escucha"), al igual que la acción de obedecer, indica el proceso que conduce de la escucha atenta a la acción, que puede ser puramente pasiva o exterior o, por el contrario, puede provocar una profunda actitud interna de respuesta[22]
Obedecer requisitos se realiza por medio de consecuentes acciones apropiadas u omisiones. Obedecer implica, en diverso grado, la subordinación de la voluntad a una autoridad, el acatamiento de una instrucción, el cumplimiento de una demanda o la abstención de algo que prohíbe.
La figura de la autoridad que merece obediencia puede ser, ante todo, una persona o una comunidad, pero también una idea convincente, una doctrina o una ideología y, en grado sumo, la propia conciencia y además, para los creyentes, Dios.
Tipos y niveles de obediencia.
Se pueden destacar distintos tipos y niveles de obediencia:
Obediencia militar.
La obediencia militar se trata del acatamiento de instrucciones en el marco de un código de vida y de conducta preparado para responder a los conflictos o crisis sociales o políticas y, en casos extremos, a la guerra. La desobediencia militar implica consecuentemente estrictas sanciones ya que significa a menudo un riesgo para la seguridad de otros o de los intereses colectivos. Sin embargo, la desobediencia, en este plano, se puede deber por razones legales, éticas y/o religiosas. En Argentina se ha producido un debate intenso respecto a la obediencia militar a raíz de la Ley de Obediencia Debida. La contraposición entre las órdenes emanadas en circunstancias de tensión ha sido reflejada en el drama literario "El príncipe de Hamburgo" por Heinrich de Kleist.[23]
Obediencia infantil.
La obediencia infantil se trata de la natural posición subordinada a los padres, resultante del proceso de integración familiar de todos los niños. En el sentido figurado se trata además, del comportamiento infantil manifestado por algunos adultos de manera habitual o eventual.
Obediencia solidaria.
La obediencia solidaria se refiere a la obediencia de un sujeto partícipe de un grupo o colectivo, incluso sin tener la plena convicción de las ideas fundamentales o de las acciones realizadas de dicho grupo.
Obediencia sociológica.
La obediencia sociológica, para el sociólogo Max Weber, es la principal característica definitoria de la "dominación", en contraste con el "poder".
Weber decía: "Los tres mecanismos que pone en marcha la autoridad política son: "dominio", "obediencia" y "legitimidad". Que la sumisión no se consiga por una explícita violencia sino por "adhesión" de los individuos no puede explicarse sin acudir a mecanismos de fascinación por el poder, como los que se mueven en el concepto de "servidumbre voluntaria" de La Boétie. La ritualización del poder, la aceptación de su legitimidad indiscutida, la persuasión, etc., son creencias sin las cuales ningún Estado puede subsistir y que necesita divulgar."[24]
La dominación es una construcción social y, por esto mismo, estudiar los mecanismos de creación de la obediencia o, por mejor decir, de la docilidad resulta imprescindible en cualquier teoría sobre el poder. La relación de fuerzas desiguales (recuérdese que toda acción social es una relación social) tendría que hacer difícil el establecimiento de un "orden" social; y sin embargo el orden social existe porque se han encontrado mecanismos para hacerlo no sólo legítimo sino incluso deseable para los humanos. De aquí que el análisis de las condiciones de producción de la creencia en la legitimidad sea un elemento básico en el trabajo de Weber. O mejor dicho, lo que llega a mostrar es cómo la dominación se convierte en obediencia y la obediencia engendra legitimidad.
Obediencia voluntaria.
La obediencia voluntaria es, referida a normas preestablecidas o a la conciencia que se posea, el reconocimiento de lo bueno (por ejemplo, los diez mandamientos) de tal modo que se produzca una transformación en el sujeto.
Obediencia como autodisciplina.
Detrás de esta actitud está el sentido o la significación, o bien, lo que positivamente se considera que sirve de base para la estructura social.
Obediencia religiosa u obediencia de la "fe".
La obediencia religiosa u obediencia de la "fe", tal como lo expresa el Catecismo de la Iglesia Católica es el libre sometimiento a la palabra escuchada, cuya verdad está garantizada por Dios, que es la Verdad misma. De esta obediencia, la Escritura propone el modelo de José y de María que realiza en su carne la voluntad de Dios, permitiendo que se encarne el Hijo del eterno Padre.[25]
La obediencia es una de las doctrinas más antiguas de la Biblia. La obediencia o desobediencia determinó la entrada del pecado a la eternidad, el disfrute de las bendiciones de Dios ha Israel, la salvación tuya y mía.
Citemos algunos ejemplos:
La obediencia a Dios es la meta divina para aquellos que hemos sido regenerados y hechos una nueva creación en Cristo. (29)
La obediencia es una decisión del corazón humano. (30)
La obediencia es oír la voz de Dios. (31)
La obediencia es la decisión de hacer lo que Dios nos ordena en su palabra. (32)
La obediencia es mejor que los sacrificios. (33)
La obediencia complace a Dios. (34)
Voto de Obediencia.
En las comunidades religiosas, ya sean Órdenes o Congregaciones masculinas y femeninas, el voto de obediencia es uno de los tres Consejos evangélicos, junto con el de castidad y pobreza. El voto de obediencia es la promesa formal de radicalizar el bautismo, eligiendo libremente (de manera pública o privada, temporal o perpetuamente) la vida cristiana siguiendo el ejemplo de Cristo Jesús, que fue obediente al Padre hasta la muerte, ofreciendo su vida por la humanidad.
Obediencia sacerdotal.
La obediencia sacerdotal es la que los sacerdotes deben a sus respectivos ordinarios, en primer lugar los Obispos y, en el caso de los miembros de Órdenes o congregaciones religiosas, los superiores de la comunidad. Los presbíteros, como colaboradores diligentes de los Obispos y como ayudantes e instrumentos suyos, llamados para servir al Pueblo de Dios, forman con su Obispo un único presbiterio, dedicado a diversas tareas pastorales. En cada una de las comunidades locales de fieles, hacen presente -por medio de su ministerio- al Obispo, al que están unidos con confianza y magnanimidad; participan en sus funciones y preocupaciones y las llevan a la práctica cada día. Los presbíteros sólo pueden ejercer su ministerio en dependencia del obispo y en comunión con él. La promesa de obediencia que hacen al obispo en el momento de la ordenación y el beso de paz del Obispo, al final de la liturgia de la ordenación, significan que el obispo los considera como sus colaboradores, sus hijos, sus hermanos y sus amigos y que, a su vez, ellos le deben amor y obediencia.
Obediencia anticipada.
Al percibir una expectativa sobre uno mismo, es decir, antes de que una instrucción fuera expresamente formulada, ya "uno mismo obedece". Este tipo de obediencia fue formulada por primera vez como una máxima para los jesuitas. También desempeñó un papel importante para lograr la eficacia de las organizaciones nacionalsocialistas durante las guerras.
Obediencia ciega.
La obediencia ciega es la que los jesuitas y muchos otros religiosos (antes de las reformas de la vida religiosa introducidas por el Concilio Vaticano II[26]ejercitaban cumpliendo cada disposición al momento de ser impartidas, sin demora y sin discusión con la autoridad. De fondo estaba la conciencia de que hipotéticamente podía equivocarse el que ordenaba pero no el que acataba la orden obedientemente. Una variante de este modo de obediencia es la que se da a las autoridades de organizaciones sociales, políticas y/o religiosas (por ejemplo: el Partido, un proceso de reeducación, una secta, etc.).
El valor de la obediencia.
Obedecer es aceptar y cumplir la voluntad de otra persona que está por encima de nosotros en una determinada situación.
Detrás de todas las órdenes dadas por quienes más nos quieren siempre está la intensión de ayudarnos y protegernos, aunque pueda parecernos que no es así.
Aprender a ser obedientes.
La obediencia forma parte del aprendizaje, del control y regulación de la conducta, de la asimilación de las reglas, las cuales irá asimilando primero en el plano externo, haciendo las cosas como el adulto le dice para agradarlo, y ganarse su aprobación y elogio; y posteriormente, si la persona es debidamente estimulada, por propio deseo, aprendiendo a controlar su conducta y cumplir las reglas de manera consciente, ya no para agradar a nadie sino por la satisfacción que esto le produzca.
El obedecer a Dios es para nuestro beneficio; sino leamos juntos, "Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella". (35); "Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?." (36)
¿Qué tienen en común la ley, la gracia y la obediencia?, "Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia." (37)
La obediencia puede mantenernos libres de enfermedades; "Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador". (38)
La obediencia es la clave para tener una vida de éxito; "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien." (39)
Seremos evaluados de acuerdo a nuestra obediencia a los mandamientos de Dios; "De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos." (40)
La obediencia es el resultado de amar a Dios; "Si me amáis guardad mis mandamientos. El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él." (41)
El Espíritu Santo será impartido únicamente a aquellos que obedezcan al Señor. "Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen." (42)
Jesús obedeció a su Padre dándonos un ejemplo de cómo debemos obedecerle; "Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen." (43)
Dios nos aconseja obedecer las leyes terrenales; "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos." (44)
En algunas ocasiones el obedecer a Dios y a su ley puede requerir desobedecer los mandatos terrenales; "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres." (45)
Los hijos deben obedecer y honrar a sus padres; "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra." (46)
Si el pecado es desobediencia a la voluntad de Dios, la persona que es perdonada y empieza una nueva vida, no debe pecar más. (47), sino obedecer a la voluntad de Dios.
¿Qué es mejor que los sacrificios?
Y Samuel dijo: "¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros." (48)
Evidentemente, este texto nos indica que lo que Dios más valora, más que los sacrificios, las ofrendas y demás, es la disposición de nuestro corazón, de nuestra actitud en la vida, nuestro diario vivir en armonía con los consejos y principios que el Creador nos dio en su Palabra.
Por otro lado, este texto tampoco excusa de nuestro deber ceremonial y religioso, notemos que dice "mejor es", lo que también indica que es bueno ofrecer sacrificios y ofrendas, aunque no lo principal para la salvación. Más bien son fruto de un corazón agradecido a Dios.
¿Cómo conocer la voluntad de Dios?. ¿A través de qué podemos conocer Su voluntad?
"Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios." (49)
Entendiendo por "fe", "confianza", es lógico ver que sólo se confía en alguien que conocemos. Es difícil confiar en un desconocido.
Por ello, sólo hay una forma de conocer a alguien, de tomar confianza, y es escuchándole, hablando con esa persona.
Antes de que existiesen los medios de comunicación modernos, las personas se comunicaban por escrito. Era la forma de "oírse" en la distancia. Dios nos ha dado su Palabra escrita, la Biblia, por medio de la cual, le conocemos.
Cuanto más leemos la Biblia, más le conocemos. Cuanto más conocemos a Dios, más confianza tendremos en él. Más "fe" en Dios.
¿Qué otro medio hay?
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti." (50)
El corazón, o la conciencia en otros lugares, es el medio por el que Dios también nos habla en el diario vivir.
"Pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe." (51)
¿Qué más hay que contiene su maravillosa voluntad?
"Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley." (52)
La ley de Dios, más que una lista de prohibiciones, como muchos la ven, en realidad se trata de una serie de promesas donde se expresan la maravillosa voluntad de Dios. Los mandamientos nos indican que si hacemos de Dios lo primero en nuestra vida, a partir de ese momento "no matarás" (notemos que no se usa el imperativo "no mates"). Es decir, a partir de ese momento no tendremos el impulso, o la necesidad de hacer eso que indica el mandamiento (matar, adulterar, codiciar… etc.); sin embargo, sí haremos con agrado lo que se nos indica de forma positiva, como honrar al padre y la madre, guardar el sábado, etc. La ley de Dios son diez maravillosas promesas.
¿Quién nos enseña acerca de ella?
"Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho." (53)
¿Qué no buscaba Jesús?
"Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió." (54)
"No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre." (55)
Jesús nos dejó ejemplo de cómo actuar como humanos. Buscar primeramente la voluntad de Dios.
¿Qué papel desempeñó la obediencia de Jesús en el plan de la salvación? "Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos." (56)
Recordemos que la muerte de Jesús en la cruz nos perdona del pecado. Pero también debemos recordar que su Vida de obediencia nos es acreditada, sustituyendo nuestro pasado ante Dios, desde el momento en que aceptamos a su Hijo como nuestro Salvador personal.
¿Hasta qué punto fue Jesús obediente?
"… y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." (57)
"No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida." (58)
Dios no nos pondrá en ninguna situación que no sea prevista o que no podamos soportar (59), pero si llegase la ocasión en que la obediencia pudiese llegar a costarnos la vida (esta vida terrenal) Dios nos promete la vida Eterna.
La obediencia como experiencia del creyente.
"Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe." (60)
Observemos que la aceptación de Jesús iba acompañado de la obediencia.¿Cómo debe comportarse el creyente?
"Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia." (61)
¿Podrá existir verdadera fe sin obras de obediencia?
"Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma." (62)
No debemos confundir el legalismo con las obras de la fe. El legalismo pretende alcanzar la salvación a través de hacer cosas buenas, sería tomar la obediencia como medio para alcanzar un fin (supuestamente la salvación). Pero la verdadera fe, la verdadera confianza en Dios lleva como fruto hacer lo que nos pide, no para ganar un favor o un mérito, sino porque entendemos que Dios quiere lo mejor para nosotros, y hacemos con agrado lo que nos pide. La verdadera obediencia es consecuencia del amor.
¿Qué nos enseñó Jesús a pedir?
"Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." (63)
¿Cómo debemos hacer la voluntad de Dios?
"No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios." (64)
¿Cuál será el resultado de la obediencia en nuestras vidas?
"Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro." (65)
La obediencia refina nuestro carácter. Cuando uno, por amor, hace lo que un ser amado le pide, no siempre apetece, pero obedece por cariño, se sacrifica con agrado. Esto conlleva a un refinamiento de las facultades físicas y mentales del ser humano, especialmente si se trata de obediencia a la voluntad divina, que siempre busca nuestro bien.
Recompensa del obediente.
¿Cuál será el destino de los desobedientes?
"Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo." (66)
Dios no quiere la desgracia de nadie. Peor castigo sería condenar a vivir eternamente a alguien en compañía de personas que le desagradan, en compañía de seres con los que no está en armonía. Si estamos en desarmonía con el Creador, la Fuente de Vida, mejor es ser privado de ella que obligados a convivir en sufrimiento.
¿Quiénes entrarán en el reino de los cielos?
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos." (67)
¿Para quién es Jesús autor de eterna salvación?
"Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen." (68)
Jesús brindó y brinda la salvación a toda la humanidad, pero ésta no servirá de nada para aquellos que la rechacen. La obediencia es la evidencia de la aceptación de Jesús como Salvador personal. Evidentemente, aquellos que le desobedezcan, muestran con sus actos que no le han aceptado, por lo que la eterna salvación será efectiva sólo sobre aquellos que le obedecen.
¿Quiénes obtendrán la promesa?
"Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa." (69)
Dios ha prometido la salvación, entre otras muchas cosas. Los que realmente han aceptado hacer su voluntad, son los que evidencian la obediencia, y por lo tanto, los que finalmente disfrutarán de las promesas divinas.
¿Quiénes permanecerán para siempre?
"Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre." (70)
¿Qué es necesario hacer?
"Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres." (71)
". . .Sé vigilante, y tienes que obedecer todas estas palabras que te estoy mandando, a fin de que les vaya bien a ti y a tus hijos después de ti hasta tiempo indefinido, porque harás lo que es bueno y recto a los ojos de Jehová tu Dios." (72)
A su vez Samuel dijo: "¿Se deleita tanto Jehová en ofrendas quemadas y sacrificios como en que se obedezca la voz de Jehová? ¡Mira! El obedecer es mejor que un sacrificio, el prestar atención que la grasa de carneros; porque la rebeldía es lo mismo que el pecado de adivinación, y el adelantarse presuntuosamente lo mismo que [usar] poder mágico y terafín[27]Puesto que tú has rechazado la palabra de Jehová, él, en conformidad con ello, te rechaza de ser rey." (73)
"… Pero la sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita." (74)
Resumen: La "obediencia" es necesaria, no como algo buscado, sino porque es requerimiento y fruto natural de una relación de amor con y por Dios. El que obedece, sólo puede salir beneficiado, transformado y dando evidencia de que realmente ha aceptado a Jesús y la voluntad de Dios.
La Esperanza.
La "esperanza" es el estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible. Ya sea a partir de un sustento lógico o en base a la "fe", quien tiene esperanza considera que puede conseguir algo o alcanzar un determinado logro[28]Por ejemplo: "Es una enfermedad muy dura, pero tengo esperanza en que saldré adelante".
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