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El pensamiento ético de Ernesto Che Guevara (página 2)


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Desarrollo

Cuando se habla de la historia de la Revolución Cubana, no se puede dejar de mencionar a Ernesto Che Guevara: "Una de las más notables expresiones del internacionalismo, uno de los principales jefes militares de Cuba, Presidente del Banco Nacional, Ministro de Industrias, educador de la juventud, promotor del trabajo voluntario, teórico y militante reconocido legalmente como ciudadano cubano por nacimiento". (Cantón, 1996: 242)

La esencia de su pensamiento radica en su ética, a pesar de que fue un hombre multifacético que abarcó varias disciplinas, el interés en el individuo como ser social es el tema principal en cada uno de sus actos y obras. En su corta pero intensa vida no se dedicó a dejar un tratado acerca de sus concepciones, pero estas ideas las encontramos en los discursos y trabajos escritos que hizo.

El Che apunta como elementos fundamentales en el proceso revolucionario, el fortalecimiento de la conciencia, la espiritualidad, la subjetividad y la moral, estos son indispensables en la formación del Hombre Nuevo, que creará los cimientos hacia el comunismo.

Al respecto añade: "Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo. De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Ese instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social." (Guevara, 1988: 10).

En el pensamiento del Ché, la formación del hombre nuevo constituye el objetivo fundamental de su ideario moral. Su ideal moral se concreta en la formación del hombre del siglo XXI, en el cual se perfilan rasgos morales superiores como la intransigencia hacia la explotación, el rechazo al individualismo, el humanismo, el internacionalismo, el compañerismo, la disciplina, la veracidad, la honradez, la sencillez y la modestia.

Transformar moralmente a los hombres sobre la base de los objetivos a alcanzar y los éxitos obtenidos en la construcción de la nueva vida, es el eje esencial en la formación del hombre nuevo.

Aunque el Che probablemente no fue el primero en hablar de la necesidad del hombre nuevo, si fue el primero que lo hizo desde la perspectiva marxista, en la dialéctica de que se forja en la práctica revolucionaria de la vieja sociedad. Un hombre nuevo que se forma en determinado contexto histórico, en condiciones diferentes.

Educación, coerción social, normación, deber social, combinaciones de estímulos, relativa falta de desarrollo de la conciencia social, emulación, trabajo voluntario, planificación, trabajo, mercancía, costos de producción, valor, precios, finanzas, sistema de dirección económica y otras son palabras que encuentro a lo largo de todos los escritos del Che.

Las enfáticas discusiones sobre el problema de los estímulos morales y materiales, los programas de emulación, la normación del trabajo, la vigencia (o no) de la ley del valor, entre otros temas, reflejan una preocupación fundamental por los principios que regulan una distribución justa. Parece obvio pensar que un revolucionario marxista estuviera necesariamente preocupado por la justicia social y por el modo en que dicha justicia debía ser administrada.

Recalcó que la nueva sociedad no se hace solo para tener fábricas brillantes, sino también para lograr un hombre integral. Manifestaba que el hombre debe transformarse a la par del avance de la producción y que no haríamos una tarea adecuada si solamente fuéramos productores de artículos y no fuéramos a la vez forjadores de hombres.

La base fundamental del hombre nuevo es la educación; ya que es allí donde se va a lograr el cambio de conciencia, ideológicamente hablando. Planteaba que se debía priorizar a la juventud, ya que es la nueva generación, la que está menos vinculada con el pasado y por tanto tiene más posibilidades de acercarse rápidamente a la fisonomía moral del nuevo individuo. En otras palabras, no nacerán con el pecado original, así pues se irá encontrando la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica.

Esas ideas que representará dicho individuo, van a ir orientadas a la realización de esos cambios importantes que tanto se buscan: la transformación de estructuras sociales, de las instituciones políticas y del régimen existente, esto nos explica la importancia del hombre nuevo y la necesidad de su existencia, en una sociedad que quiere vivir en una libertad plena, en igualdad de beneficios para todos, así de esta manera, poder llegar al socialismo deseado.

Comprendió que la educación moral colectivista supone necesariamente el desarrollo de determinadas cualidades. Se hacía necesario convertir el saber en instrumento de perfeccionamiento moral es una de las importantes y complejas tareas que plantea la revolución socialista.

Su ideario moral se afinca en el criterio de que el trabajo honesto, en bien de la sociedad, y la preocupación por conservar los bienes sociales constituyen rasgos esenciales en la vida de los hombres de la sociedad nueva, principios básicos de la moralidad.

La transformación del hombre nuevo no es algo radical, sino un proceso que se enriquece día a día, a través de la participación, la reflexión, la critica y la autocrítica, con esto se llegan a estándares mayores de justicia y equidad social.

Al respecto Víctor Afanásiev señala:" La educación del hombre implica también su autoeducación y autoperfeccionamiento, que presuponen una actitud critica del individuo para consigo mismo, el franco reconocimiento de sus defectos y errores y su superación obligatoria." (Afanásiev, 1977: 207).

El Che, trabajador infatigable, no reparó nunca en el descanso. Su firme convicción de que el trabajo es la única fuente de riqueza y bienestar de la sociedad lo llevó a ser promotor del trabajo voluntario en nuestro país, como expresión viva de la nueva moral en formación. Proclamaba la tesis marxista de: (…) "transformar la realidad sólo es posible en el proceso de la actividad laboral constructiva del hombre." (Ídem, 1977: 213).

Queda claro entonces que la práctica revolucionaria conlleva al cambio, el trabajo es una pieza fundamental para consolidar la conciencia social. Es necesario que los estudiantes vinculen el estudio con el trabajo, con las escuelas al campo. Esto garantiza su formación integral, ya que son ellos los hombres del mañana de quienes dependerá el socialismo.

Sostiene que simultáneamente se va construyendo el nuevo hombre al calor del proceso de transformaciones sociales y a medida que la conciencia se va desarrollando y va dejando de lado las formaciones mezquinas y egoístas que imperan en el capitalismo, el ser humano va tomando como motor fundamental de su accionar los incentivos morales.

Es en este momento en que el hombre se hace carne y responsable se su propia vida como individuo y se asume como motor de la historia. Así podemos ver como la moral comunista revolucionaria es propia de la clase obrera. El hombre es el centro y factor esencial de la revolución; hace la revolución y se hace en la revolución.

Reflejaba la necesidad de pensar en el beneficio colectivo por encima del individual. Cuando reflexionó acerca de aquellos que abandonaron todo por la causa revolucionaria y murieron sin ver los beneficios alega: "De muchos esfuerzos sinceros de hombres simples está hecho el edificio revolucionario, nuestra misión es desarrollar lo bueno, lo noble de cada uno y convertir a todo hombre en un revolucionario (…), de sacrificios ciegos y de sacrificios no retribuidos, también se hizo la Revolución. Los que hoy vemos sus realizaciones tenemos la obligación de pensar en los que quedaron en el camino y trabajar para que en el futuro sean menos los rezagados". (Guevara, 2000: 107)

También podemos apreciarlo en su escrito del El Socialismo y el hombre en Cuba cuando apunta: "Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte". (Ídem, 1988: 29)

Al Che también se le puede ver como excelente comunicador y si se quiere enfatizar más como educador popular, pues dentro de algunos de los rasgos que señala que se necesita para la formación del hombre nuevo, se observa la preocupación en la comunicación y la importancia del diálogo, de que las personas se expresen libremente sin importar profesión ni nivel académico, con este tipo de comunicación se promueve la participación del sujeto en la construcción de la sociedad en que vive, con un carácter transformador y consciente.

Al respecto insiste en que: "El hombre, en el socialismo, a pesar de su aparente estandarización, es más completo; a pesar de la falta del mecanismo perfecto para ello, su posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social es infinitamente mayor". (Ídem, 1988: 15)

Con este planteamiento se ratifica una vez más la importancia que le cede el sistema socialista al hombre y es que debemos ver a la sociedad como un sistema que es regulado por otros subsistemas que la integran y que influyen directamente en la formación del individuo, lo que nos deja claro cuanto influye el entorno y la diferencia que hay en el tratamiento que se le da al ser humano de un régimen a otro. En el socialismo el hombre no puede ser un objeto que se regula sino un sujeto capaz de regular sus propios cambios.

"La regulación moral se acostumbra a ver como la expresión social que se ejerce desde un colectivo, comunidad, grupo o sociedad y que obliga de cierto modo a la persona a comportarse de determinada forma (…)." (García, 2005: 25)

Comparto el criterio de que la moral se expresa como una tendencia en la orientación hacia el logro de los valores morales humanos universales, esta regularidad se ha comprobado que tiene su fuente objetiva en el proceso de las luchas de clases como fuerza del desarrollo histórico de la humanidad. La moral actúa como factor de perfeccionamiento de la personalidad puesto que el incremento de la educación moral en el seno de la sociedad influye en el desarrollo gradual de los individuos.

Ahora bien, opino que sobre la base del estudio de los valores se puede regular, para que el grado de convicción con que se asuman las normas crezca paulatinamente hasta que el propio individuo se llegue autorregular por sus propios principios y valores sin presión externa de ningún tipo. Obviamente la autorregulación de la conducta sería lo perfecto y es necesario llegar a ella a través de la conciencia moral, este es un paso fundamental en la formación del hombre nuevo.

Es que tanto los valores y las normas, como la regulación y autorregulación son elementos muy vinculados dialécticamente y que se presentan en la vida práctica de los seres humanos en estrecha relación y al final se complementan. Para implantar normas sociales, poder regular y que el individuo se llegue a autorregular correctamente se debe partir del sistema de valores para no generar contradicciones.

Cuando el individuo sea capaz de autorregularse de tal forma, el mismo Guerrillero Heroico apunta que: "(…) Así logrará la total conciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas las cadenas de la enajenación". (Guevara, 1988: 15)

Pienso además de que el Che sería partidario del tipo de Dirección por Valores, más allá ahora de tratar de definir conceptualmente la misma solo puedo remitirme a que es un tipo de modelo participativo, como propuesta generadora acción organizativa ética y creativa, más profunda integralmente que la dirección por objetivos y por instrucciones. Esta va en busca de los valores de control, gestión y desarrollo, permitiendo que las personas tengan conductas consistentes con el propósito de la organización. Aunque este término es relativamente nuevo en empresas modernas, vemos como las propuestas del Che se corresponden perfectamente con ella, con una visión macro social, ya que él proclamaba el humanismo y el trabajo creativo en aras de alcanzar índices más altos de producción y calidad.

Su proyección humanista que parte siempre del hombre como protagonista del proceso revolucionario, defensor del compañerismo, la identificación con los trabajadores, la preocupación por su familia y por sus hijos, un hombre capaz de vibrar ante las injusticias que pudieran cometerse en cualquier lugar del mundo. Si bien Marx trató de expresar la idea del comunismo incluyendo a la consciencia como elemento dentro de su explicación; no llegó a ser lo suficientemente preciso, por lo que se puede llegar a considerar que Guevara realiza una de las contribuciones más ricas y significativas al desarrollo del humanismo marxista.

Recalcó el compromiso moral de los internacionalistas cubanos de prestar un apoyo total a la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos de América. La necesidad de ayudar, por todos los medios, a esos pueblos en su lucha por la independencia y la soberanía.

Todas estas concepciones del Che son totalmente opuestas al régimen capitalista, como bien apunta Víctor Afanásiev sobre los intereses del capitalismo: "El objetivo es claro: quieren emponzoñar la conciencia trabajador, aniquilar sus rasgos propiamente humanos, en primer lugar, su aspiración al porvenir, reprimir su ansia de lucha y su afán de una vida nueva, denigrar al hombre del socialismo y el régimen socialista". (Afanásiev, 1977: 205)

Es que la conciencia comunista está formada bajo preceptos de solidaridad, internacionalismo, ayuda mutua entre compañeros, sobre el curso de la participación conciente de los trabajadores, es un nuevo tipo relaciones sociales que se desarrollan en la producción y en la vida, con una ideología totalmente diferente.

En su ideario ético ocupa un lugar central la lucha contra el individualismo, insistió en la necesidad de educar a las masas en el espíritu de fidelidad a los intereses sociales, en el espíritu de una elevada conciencia del deber social y de intolerancia hacia las infracciones de los intereses colectivos.

Por otra parte, deontológicamente sus propuestas como normas o principios éticos en la formación del hombre nuevo quedan subordinadas totalmente al sistema de valores propios del pueblo cubano, como herencia de la tradición ética nacional del deber, pues era el propio sujeto el transformador y constructor de la nueva sociedad. En este sentido, los valores del Che son parte de un delicado equilibrio entre ética y política.

También hizo mucho énfasis en el papel que debe jugar la Unión de Jóvenes Comunistas y el Partido, porque ellos son la vanguardia de la Revolución quienes desde sus puestos de trabajo tienen el deber de ser los mejores entre los mejores, con su ejemplo diario. Es que son estos militantes precisamente los que tienen que movilizar a las masas y el protagonismo de forjarlas en hombres nuevos.

El marxismo del Che es profundamente antidogmático. Este antidogmatismo fue repudiado, calificado como escándalo teórico. Es que, en su tiempo era muy fuerte criticar el estalinismo soviético. Las posturas teóricas del Che durante el Gran Debate Económico van marcando su distanciamiento con la URSS, hasta llegar a la ruptura pública en el "Discurso de Argel", en 1965. No viene al caso detallar aquí todos los puntos de disidencia, basta señalar simplemente que el Che quería que se pensara desde nuestra propia realidad revolucionaria cubana, sin recetas porque estas deben adaptarse a los nuevos tiempos y enriquecerse. Cabe señalar que era fiel a las teorías marxistas y precursor de sus ideas, pero manifestaba que el legado marxista se debía concebir como una guía para la acción, una introducción que se alimentaria con la práctica cotidiana.

Entre otras muchas cosas, él les reprochaba a los soviéticos la deliberada afirmación de las categorías de mercado, el uso del interés material como palanca impulsora del desarrollo, la autogestión de las empresas, el desprecio por la planificación centralizada, el etapismo de su teoría revolucionaria y la indiferencia frente a las luchas de los pueblos del Tercer Mundo.

Su posición respecto a los estímulos morales como palanca impulsora de la construcción del socialismo y como condición necesaria para la justicia, le permiten agudizar más su pensamiento normativo.

En él encontramos una guía en el desarrollo de la cultura económica de Cuba, incorpora la interrelación entre economía y conciencia, no los analiza como elementos aislados ni contrapuestos, sino como que la conciencia es un vehículo válido para lograr un mayor desarrollo. En la línea transversal del pensamiento revolucionario cubano la relación entre economía, política y ética han sido aspectos muy vinculados a la historia del país, donde se ha salvaguardado la identidad nacional.

Pienso que es preciso notar que, a diferencia de Fidel, quien pasó a representar el día a día de la Revolución, el Che encarnó la idea misma de la Revolución Cubana. Se comportaba como el hombre nuevo, de ahí su enorme legado y trascendencia a pesar de que murió muy joven constituye un ejemplo a seguir, en sus actos demostraba correspondencia con sus ideales. La teoría era puesta en práctica con su labor revolucionaria, por lo que se afirma que su marxismo es producto de sus luchas y sus infatigables lecturas. No en vano el mismo se consideraba un "revolucionario joven".

Entre los principios éticos fundamentales, de manera general, concebidos para el hombre nuevo se pueden encontrar:

Alto sentido de la dignidad humana, que abarca desde el apreciado significado de respeto, consideración y estima a la sensibilidad del hombre y sus derechos como ser humano, en cualquier parte del mundo.

Este valor humano universal integra entre sí las cualidades de ser consciente y cumplidor de sus deberes, tener una actitud positiva ante el trabajo, ser autorreflexivo y valorativo, amor a la justicia social y a la patria, mantener el espíritu de rebeldía ante las injusticias y humillación humana, antirracista, valentía en la defensa de los ideales sociales y de sus puntos de vista.

El valor de la intransigencia e intolerancia ante todo tipo de dominación o intervención extranjera que incluye, a su vez, el valor de la fidelidad a la causa revolucionaria, que implica la no traición, y adquiere rango de principio ético e ideal moral, generando las cualidades de voluntad de lucha ante las dificultades y ante lo mal hecho, la capacidad de resistencia.

La solidaridad humana, que se manifiesta como el respeto mutuo, ayuda a otros, hospitalidad, generosidad. Entre los valores que la solidaridad aglutina entre sí se encuentran: ser colectivista, honesto, sincero, modesto, receptivo, tener espíritu crítico y ser amistoso.

Soy partidaria de que esta concepción de imagen y perfil ético del individuo aquí proyectada, lo que busca es que en la medida en que el hombre nuevo labra su realización personal en la entrega a la obra social es consciente de ser continuador del proyecto revolucionario cubano.

Conclusiones

Luego de haber analizado brevemente el pensamiento ético del Che en la formación del hombre nuevo, pienso que podemos arribar algunas reflexiones:

– Su pensamiento va encaminando aportes que tienen que ver fundamentalmente con el tipo de hombre y la ética revolucionaria que se va gestando tanto en el proceso de la lucha por el poder, como una vez que se este construyendo la nueva sociedad socialista.

– El aporte fundamental del Che es la importancia que da al sujeto: su visión del hombre nuevo en la del continuo cambio y perfeccionamiento dentro de la escala humana.

– Nos dejó una concepción clara de la Revolución Socialista, con una visión futurista orientada a dar paso a la vida de un hombre que sería el resultado de todos los cambios que en el seno de los procesos revolucionarios se iría gestando

– Guevara por tanto, tenía puesta la mirada no tan sólo en un país particular sino en toda América, en el hombre, en su felicidad y vida digna. Donde se vivencia su internacionalismo.

– Va a lo más esencial del comunismo y lo concibe como un nuevo tipo de sociedad y de hombre, necesarios para lograr un sistema de reparto social igualitario. Pero añade que para alcanzar esto, se necesita desarrollar la conciencia social y que esta a su vez se forma mediante el trabajo.

– Recalca que un lugar importante en la formación de la conciencia social lo tiene la vanguardia para que guíe, de ejemplo a las masas que la sigue y que la ayuda a educarse, así como los máximos dirigentes del país la educa a ella.

– En todo el trabajo vemos dos conceptos fundamentales que se repiten: revolución y humanismo. En ellos dos encontramos un debate entre objetivismo y subjetivismo, es decir, por un lado se encuentran los procedimientos para llegar a la victoria del proletariado; y por el otro escuchamos términos como amor ante el prójimo, con esto se ha podido comprobar que viene siendo una manera efectiva de llevar a cabo la guía de la Revolución Cubana y el pueblo.

– Por otro lado puntualiza que el hombre nuevo se forma en determinado contexto histórico, por lo tanto sus ideas al respecto nos pueden servir de referente pero no enmarcarlo rígidamente, porque el mundo y las condiciones cambian constantemente.

– Con el vemos un proyecto integral económico, ético y político. En cierta medida se convirtió en un teórico de la revolución, que analizó mucho los senderos del socialismo e insistió en que Cuba debía pensar por sí misma y trazarse sus propias estrategias de acuerdo a sus condiciones, sin necesidad de copiar los modelos del socialismo soviético. Aquí se evidencia como el Che con su visión, se anticipó al escenario que tendría que contemplar el mundo años más tarde.

– La importancia que le cede a la comunicación como elemento fundamental en la formación del hombre nuevo, fomentando la participación y la reflexión en el proceso de transformación revolucionaria.

Ernesto Guevara aún vive, convertido en millones, en cada compatriota dispuesto a echar la pelea por la segunda y definitiva independencia de esta Patria grande que es Nuestra América. Los hombres que hoy luchan por la igualdad, la justicia y la solidaridad deben seguir el camino recorrido por el Che Guevara.

Citas Bibliográficas

  • Afanásiev, Víctor: Fundamentos del Comunismo Científico. Moscú, Editorial Progreso, 1982, p. 205.
  • Ídem: Ibidem, p. 207.
  • Ídem: Ibidem, p. 213.
  • Cantón Navarro, José: Historia de Cuba. La Habana, Editorial SI-Mar S.A., 1996, p. 242
  • García Luis, Julio: Ética y Deontología de la Comunicación Social. La Habana, Editorial Félix Varela, 2005, p. 25
  • Guevara, Ernesto Che: El socialismo y el hombre en Cuba. La Habana Editora Política, 1988, p.10.
  • Ídem: Ibidem, p. 15.
  • Ídem: Ibidem, p. 29.
  • Ídem: Pasajes de la Guerra Revolucionaria. La Habana, Editora Política, 2000, p. 107

Bibliografía

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  • Cantón Navarro, José: Historia de Cuba. La Habana, Editorial SI-Mar S.A., 1996.
  • Chacón Arteaga, Nancy: La formación de valores morales, retos y perspectivas. La Habana, Editora Política, 1998.
  • Colectivo de autores: Che. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1969.
  • Ídem: Tabloide especial, Universidad para todos, Curso de Ética y Sociedad. La Habana, Editado por Juventud Rebelde, s/f.
  • Ídem: Fundamentos de los conocimientos políticos. La Habana, Editorial Pueblo y Educación, 1980.
  • García Luis, Julio: Ética y Deontología de la Comunicación Social. La Habana, Editorial Félix Varela, 2005.
  • Guevara, Ernesto Che: El socialismo y el hombre en Cuba. La Habana Editora Política, 1988.
  • Ídem: Pasajes de la Guerra Revolucionaria. La Habana, Editora Política, 2000.
  • Ídem: El Diario del Che en Bolivia. La Habana, Editora Política, 2000.
  • López Bombino, Luis R: El saber ético de ayer a hoy, tomo II. Ciudad de La Habana, Editorial Félix Varela, 2004.
  • Vera, Ernesto: Periodismo ético y patria grande. La Habana, Editorial Pablo de la Torriente, 1990.

 

Autora:

Yuleisy López García

Carrera: Comunicación Social

Año: 5to

Fecha de realización: junio/2006

Partes: 1, 2
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