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La Atlantida y el nuevo mundo (página 5)


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No sabemos si los mayas se cuestionaron demasiado sobre quién sería este hombre de rasgos tan distintos a los de ellos. ¿Habrá sido un conquistador precolombino que cautivó a los mayas con algo de extrañeza y artes foráneas? ¿O habrá sido una deidad pisando la tierra para enseñar a esta civilización ávida de conocimientos?

Esta civilización aborigen es un misterio para los investigadores contemporáneos pues no se sabe cómo desarrollaron sus perfectas matemáticas y astronomía, para crear, por ejemplo y entre otras obras, el templo en honor al Dios, sin siquiera haber descubierto la rueda. Tal vez Kukulcán haya sido quien los adiestró en el desarrollo de sus conocimientos.

¿Era Kukulcán un viajero, un dios o un extranjero? Tampoco podemos más que suponerlo. Prometió volver, pero nunca lo hizo. Los mayas esperaron pacientemente y allá, entre los siglos XV y XVI, lo confundieron con Hernán Cortés. El conquistador español deshizo las esperanzas de los aborígenes por reencontrarse con su líder espiritual y, acaso, ideológico. Cortés fue recibido como si fuese su tan anhelado dios, y los aborígenes fueron disminuidos en el choque de culturas; ellos esperaban al Mesías y en su lugar llegó un conquistador.

En esos tiempos, los mayas practicaban el culto al Sol. Sacrificios humanos se deslizaban por doquier en su honor, pues pensaban que la gran estrella se alimentaba de sangre humana. Los españoles, al ver estas prácticas bárbaras, se horrorizaron, comenzando así una inmediata y poderosa evangelización.

Podemos decir que la serpiente emplumada perdió sus esperanzas de reaparecer ante su pueblo cuando los mayas se perdieron en la historia. Un misterio común a muchas civilizaciones.

Y bien, entonces por las evidencias se puede decir que llegaron del mar a la America, hombres blancos barbados, que tenían conocimientos adelantados, sin embargo persiste la duda, de donde vinieron o quienes fueron.

Pero en el Perú no solo se habló de hombres blancos, sino también de mujeres blancas, por ello nos referiremos al mito de las mujeres blancas de la Amazonía Peruana, mito que fue oído y buscado por lo conquistadores españoles.

LAS AMAZONAS.

Gonzalo Pizarro (hermano de Francisco Pizarro, el conquistador) en el año 1535 fue encargado de explorar la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, en territorio actualmente peruano. Cuando esta expedición llegó al río Napo, se le encomendó a Francisco de Orellana explorar la gran corriente, lo que emprende con un grupo de compatriotas y tras un recorrido accidentado llega a un río

mucho más grande y caudaloso, en donde un grupo de mujeres armadas y muy aguerridas los ataca ferozmente. Este episodio inspira a Orellana, en recuerdo de las guerreras griegas, bautizar al río con el nombre de "Río de las Amazonas", nombre que perdura. Cuando Orellana narra su descubrimiento, emplea términos como maravilloso, majestuoso, colosal e increíble, y más aun lo califica de "una maravilla no descubierta", lo que refleja la sorpresa e impresión que causó a los conquistadores.

Camilo Valdivieso nos ilustra en su trabajo ?Las Amazonas y Paititi? lo siguiente:

Las zonas inexploradas de la jungla amazónica guardan un sin fin de mitos y leyendas que seducen las mentes de los más estrictos pensadores del mundo moderno. De esta forma cientos de hombres han dedicado su vida a tratar de comprobar una sutil brisa de realidad detrás de tanto misterio escondido en estos sectores inhóspitos del mundo.

Paititi se alza como el más importante objetivo a concretar, y es de esta manera como se han llegado a tejer las más extrañas historias detrás de este gran mito americano, que no por nada ha llegado a traspasar las fronteras de todo el orbe.

LAS PIRÁMIDES DE PARATOARI.

Hacía la tarde del 30 de diciembre de 1975, las zonas del parque nacional del Manú era fotografiada por el satélite geoestacionario de la N.A.S.A. Landsat II, el cuál se encargaba de explorar los sectores selváticos de esta reserva del Perú.

Para sorpresa de los científicos una de sus fotografías denotaba la extraña presencia de unos puntos perfectamente simétricos que se extendían en un diámetro aproximado de 3 kilómetros en la cordillera del Pantiacolla (una de las últimas estribaciones andinas). Estos puntos a los que bautizaron "dots", parecían enseñar una geografía bastante diferente -a las accidentadas zonas del Madre de Dios-, ya que se podía llegar a observar lo que al parecer no correspondía a fallas naturales, si no a construcciones increíblemente desarrolladas, y en ¡un sector totalmente inexplorado por ser humano alguno!

Al principio la incertidumbre era presa de todos los científicos por lo que decidieron utilizar el método del rayo infrarrojo que lograba captar más que el ojo humano, y el misterio se elevaba cada ves más ya que los dots aparecían de color blanco, demostrando que había algo más indescriptible en esos parajes del bosque tropical.

De esta manera se hicieron análisis de todo tipo tratando de llegar a una conclusión objetiva detrás de tan importante descubrimiento, de esta forma decidieron enviar las fotos satelitales al "Interamerican Geographic Institute" donde el ingeniero cartográfico A.T, Tizando recalco lo sorprendente de las estructuras y defendió la teoría de que no podían haber sido creadas por la naturaleza, si no por el hombre

Estas colosales manifestaciones describían las figuras de pirámides tan grandes como las de

Egipto aproximándose a un tamaño de entre 150 y 200 metros de diámetro, y se dividen en

2 grupos de 5 alineadas de dos en dos.

Sin duda que esta información llego a oídos de exploradores, científicos e investigadores de lo insólito, quienes no dudaron de la veracidad de dichos descubrimientos y decidieron armara expediciones a las zonas selváticas anteriormente mencionadas.

Muchas de esas expediciones jamás volvieron producto de picadas de víboras, caídas en barrancos o la acechanza de tribus caníbales.

Se creía que la demostración de la existencia de las pirámides daba pie al descubrimiento del mítico Paititi, teniendo en cuenta que las fotos del satélite ya comenzaban a mostrar anfiteatros y caminos trazados al rededor de las estructuras del Pantiacolla.

Hasta nuestros días no hay una respuesta oficial de como fueron construidas esas pirámides, ya que algunos defienden la teoría natural producto de terremotos y movimientos tectónicos, y otros creen que nos encontramos ante uno de los descubrimientos más importantes del último tiempo

LOS ATLANTES

Es imposible dejar de lado a ese misterioso archipiélago que se habría desarrollado en el

Atlántico y que Platón designó como la Atlántida…

El mundo posee muchas zonas que hasta el momento no tienen una explicación racional, ya sea por sus construcciones o por los mitos que terminan convergiendo en tradiciones, ya sea orales o escritas, y la mejor forma de explicar lo inexplicable es el recuerdo de una civilización extinguida hace miles de años y que se cree tuvo un gran poder, capaz de surcar el espacio exterior e interior.

Obviamente al adentrarnos en las zonas selváticas inexploradas nos encontramos con grandes mitos que hablan de ciudades regentes de algunos sobrevivientes de la Atlántida.

Estas informaciones no eran al azar, ya que provenían de las bases de importantes órdenes del conocimiento esotérico, como es el caso de la Teosofía y su líder carismática Helena Petrovna Blavatsky quién aseguraba la existencia de remanentes atlantes en los sectores más inaccesibles de la Jungla Sudamericana, y por que no aprovechar esa información para matar dos pájaros de un tiro y explicar de esa forma la realidad de la mítica Paititi…

Dentro de los exploradores que más creía en esa teoría se encontraba el hoy famoso Coronel del Ejercito Inglés; Percy Harrison Fawcett, quién continuamente viajaba a Sudamérica a principios del 1900 contratado por el presidente de Bolivia en ese entonces, Ismael Montes, el cuál deseaba dejar en buenas manos el trazado de las líneas fronterizas entre Perú y su país.

Fawcett aprovechaba sus estadías en Bolivia y Perú para realizar importantes expediciones que le dieran una clave para encontrar la mítica ciudad de "Z", un centro que según el explorador guardaba importantes pilares de la cultura de la Atlántida.

Ya traspasando el año 1925 este valiente hombre se adentra junto a Raleigh Rimmel y su

hijo Jack en las zonas amazónicas del Brasil, en lo que conocemos como La Sierra del

Roncador, Matto Grosso, para nunca más volver.

En la figura de Fawcett se han tejido las más interesantes historias que hablan de su gran hallazgo y por que no de su traspaso a una dimensión superior junto a seres que lo saben todo…

Otro de los mitos que se tejen en relación a ciudades perdidas es la historia de un escritor Alemán llamado Karl Bruger quien apoyado por un indígena mestizo de nombre Tatunca Nara , habrían alcanzado el contacto con una tribu perdida del amazonas, los "Ugha Mongulala", quienes poseían el secreto para llegar a un grupo de ciudades escondidas, más conocidas como Akakor.

Este escritor y periodista Alemán falleció en extrañas circunstancias, según algunos por haber contado el secreto guardado para solo unos pocos…

LAS AMAZONAS

Todo buscador de "El Dorado" debía someterse a un sin número de escollos y peligros, producto de la espesa selva y la manifestación de un sin fin de especies animales en estado salvaje, capaces de hacer todo por salvaguardar su territorio.

Pero en el año 1542 el español Francisco de Orellana navegando por el río Marañon hasta encontrar su desembocadura en el -hasta entonces- desconocido río más largo del mundo, se sorprendió al observar como por las orillas circulaban un grupo de mujeres guerreras diferentes a cualquier tribu existente en esos sectores. Este hallazgo no fue nada de fácil, ya que prontamente se vieron atacados por este grupo que poseían una destreza sin igual en el uso del arco y la flecha.

Gaspar de Carvajal, capellán de la expedición narró lo siguiente:

"Sabida nuestra venida -consigna en su diario-, van a pedir socorro, y vinieron hasta diez o doce, que estas vimos nosotros, que andaban peleando delante de todos los indios como capitanas"

"Estas mujeres son muy blancas y altas -añade-, y tienen un largo cabello y andan desnudas, tapadas sus vergüenzas, con sus arcos y sus flechas en las manos, haciendo tanta guerra cada una como diez indios"

CRÓNICAS DE LA EXISTENCIA DE LAS AMAZONAS.

No solo Francisco de Orellana relata el encuentro con esta etnia de mujeres blancas, también nos encontramos con otros cronistas y exploradores que dejaron un registro de sus experiencias…

En 1543, Irala, embarcándose en el río Paraguay, en compañía del adelantado Nuñez Cabeza de Vaca, oyó hablar de "mujeres que pelean como hombres y que son muy valientes y guerreras, y que son señoras de mucho oro y plata".

Díaz de Guzmán, en 1612, agrega que se hacían extirpar el seno derecho para utilizar de mejor forma el arco y la flecha, no hay duda que esta información la toma de la fábula de Heródoto y Diódoro de Sicilia.

El Portugués Pedro de Texeira exploró el Amazonas, remontándolo desde su desembocadura hasta el interior, dirigiéndose luego a Quito. Advertido de esto el virrey, y temiendo que tropa tan numerosa pudiera tomar posesión de algún territorio oriental, le impuso, a su regreso, la compañía de dos jesuitas, uno de los cuales, Cristóbal de Acuña, llevó una crónica del viaje.

El relato de Acuña es muy preciso, con muchas informaciones valiosas sobre los habitantes, la flora y la fauna de la amazonía. Dentro de sus relatos hace la siguiente reflexión:

"Los fundamentos que hay para asegurar provincia de amazonas en este río son tantos y tan fuertes, que sería faltar a la fe humana no darles crédito".

Humboldt, en su célebre viaje por la Amazonía, menciona brevemente a las amazonas, sin expresar ninguna duda en cuanto a su existencia. Se limita a indicar las zonas en que se advirtió de su presencia.

La existencia de esta enigmática tribu de mujeres blancas y guerreras siempre quedará en el baúl de los misterios, hasta que se logre comprobar su realidad, ya sea pasada como presente.

ANIMALES EXTRAÑOS.

No hay duda que la ciencia al oír hablar de la selva del Manú, levanta sus ojos en son de interrogación ya que las distintas especies de animales que se yerguen en esos sectores son realmente inimaginables…

Los biólogos modernos hoy creen en la posibilidad de que sectores inexplorados de la selva tropical puedan guardar especies que hubiesen sido extintas oficialmente, o que incluso hasta nuestros días no conociesen. De esta forma las teorías que plantean que aún es posible encontrar animales prehistóricos no son de lo más descabelladas.

El año 1997 a orillas de un pueblo amazónico peruano se concentró un grupo importante de militares preocupados por un evento que comprometía a uno de estos mitológicos animales, el cuál había dejado una huella que más tarde por las lluvias se convertía en riachuelo. Era el paso de una anaconda de dimensiones gigantescas, la cuál fue observada por una gran cantidad de Indígenas atónitos que no podían creer como las historias de sus padres y abuelos de hacían realidad. Según las informaciones esta serpiente de zonas húmedas medía más de 40 metros de largo…

Las leyendas que hablan de serpientes gigantes en la selva amazónica son muchas, incluso solo basta recordar la narración del ya mencionado explorador Inglés Percy Fawcett, el cuál en una de sus exploraciones en barcaza por los ríos amazónicos se encontró con una

anaconda que se elevaba en su dimensión, llegando a más de 20 metros. Según Fawcett, su rifle y una puntería de tipo militar, los salvó del ataque de tan horroroso animal.

Otros animales que han preocupado a un gran número de exploradores e indígenas es la existencia del Mapinguary, una especie de Mono erecto semejante al legendario Bigfoot o Pies Grandes de las tradiciones americanas. Este misterioso Homínido ha sido visto por muchos campesinos en sectores boscosos y alejados de la mano del hombre. Según plantean las narraciones este animal sería extremadamente hostil, repeliendo un hedor que puede ser reconocido a muchos metros de distancia.

Así tratando de resumir, las distintas narraciones que plantean la presencia de animales extraños son extremadamente comunes en estas zonas, donde la mano del hombre no tiene mayor acceso, por lo que no escaparía a la lógica que las distintas especies trataran de replegarse, logrando con ello sobrevivir un tiempo más…

EL MUNDO INTRATERRENO

Parte de las historias que llaman más la atención es la que nos sumerge en la posibilidad de que la selva sea el gran receptor de un importante grupo de galerías subterráneas que conectan unas con otras hasta llegar a su más trascendental base llamado por muchos Paititi.

Este gran reino sería el custodio de una cultura que posee uno de los tesoros más relevantes e importantes de la humanidad, y que es su propia historia, un conocimiento capaz de sacar al ser humano de su letargo y ponerlo nuevamente en el camino que jamás debió perder…

El Agartha de los tibetanos, el Shangri-La de los hindúes, se habría trasladado a Sudamérica, y su centro sería hoy en día el Paititi. Una ciudad que de una u otra forma alberga a miles de seres de distintas razas, los cuales poseen una evolución mental y espiritual más desarrollada que el común de las personas.

La historia comienza con la migración Atlante a estas zonas logrando con ello comenzar el desarrollo de un conjunto de seres que en el futuro pudieran resguardar ese conjunto de tablas que conocemos como "El Libro de los de las vestiduras Blancas", y que en futuro entregarían la posta a seres híbridos de extraterrestres y terrestres, denominados Estekna- Manes, quienes actúan como Maestros del conocimiento esperando a los representantes de la raza humana para acceder a tan trascendental información.

Para este tipo de objetivos se han realizado varias expediciones, tratando con ello de conectar con esos seres que viven dentro del Paititi. Una de las más importantes la realizó el peruano Ricardo González en agosto de 1996 junto con un grupo de uruguayos.

Tratando de reconocer los Petroglifos de Pusharo se encontraba a plena luz del día este muchacho de 22 años cuando sintió un ruido hacia sus espaldas, y al pensar que se podía acercar algún animal salvaje tomo un palo. Cuanta sería su sorpresa al observar que se alzaba delante de sus ojos un hombre de apariencia oriental, vestido con túnica y un sombrero tipo mandarin que le entregó valiosa información. En su libro los Maestros del Paititi, Ricardo González narra lo siguiente:

"Grande en indescriptible fue mi sorpresa cuando al voltear me encontré frente a una persona, rodeada de una intensa luz dorada; esta sorpresiva visita se encontraba a unos 10 metros de ubicación, levantó su mano izquierda y la luz que lo envolvía, que hasta ese momento permanecía concentrada en torno suyo, se abrió, iluminando la roca de Pusharo. Entonces pude ver con mayor claridad los rasgos del ser que estaba frente a mí".

Dentro de las cosas que podríamos rescatar se encuentra el destino del Disco Solar, el que se cuenta habría sido llevado por los Incas desde el Koricancha hasta las bases de Paititi, aguardando el día en que el Incarri, o Inca Rey retorne para reestablecer el orden perdido

A lo largo de nuestro trabajo, y en forma reiterada nos preguntamos ¿Fueron Atlantes? Cada quién elaborara su propia conclusión, sin embargo la presunción de que fueron Atlantes quienes poblaron Tiahuanaco, Centro América o Sud América no es nuevo, así tenemos que:

Robert Charroux, y Robert Laffont, cuando se refiere a Tiahuaco dice:

En efecto la presencia de muelles muy anchos hace pensar que la ciudad era un puerto del lago Titicaca. Ahora bien Tiahuanaco se sitúa actualmente en aproximadamente 18 kilómetros al sur del lago, así que más de a 30 metros arriba del nivel actual del lago.

Sabemos que el lago Titicaca, es la meseta del Altiplano sobre la cual se sitúa y mucho se ha movido. En efecto la antigua orilla septentrional del lago es visible a 88 metros más alto que su nivel actual, entonces a 60 kilómetros más al sur, la misma orilla se sitúan 82 metros más bajo.

Es este movimiento del Altiplano que permitió a los profesores Ponansky y Müller afirmar que Tiahuanaco no se construía en -500, como lo afirma la cronología ortodoxa, sino en -15000, y que habría sufrido la cólera de una catástrofe natural once milenios antes de nuestra era.

¿Entonces, Tiahuanaco, es la más vieja ciudad del mundo?

LAS DOS COLONIAS ATLANTES

Quiénes se desarrollaron después del último gran cataclismo

El origen de las relaciones entre el continente europeo y el continente americano se remonta al tiempo previo al último gran cataclismo, al último cambio tierra sobre su eje, cuando la civilización del Atlantide irradiaba sobre la tierra. Tras este último gran cataclismo, el pueblo superviviente conservó el recuerdo de este conocimiento mientras que debían vivir en condiciones muy deterioradas y una miseria económica y cultural. Se nos suministra un rastro de estos vestigios del Atlantide conservadas piadosamente por los científicos y grandes amos espirituales del pueblo antiguo, en un manuscrito de Enrique Schliemann publicado por su nieto Paul Schliemann :

"en 1873, durante mis excavaciones en las ruinas de Troya en Hissarlik, cuando puesto al día, en la segunda capa, lo celebro Tesoro de Priam, yo descubrí bajo este tesoro una barra de bronce de una forma particular."

Esta barra contenía algunos cascos de arcilla, pequeños objetos en metal, de las monedas y objetos petrificados, en hueso. Varios de estos objetos y la barra de bronce llevaban una inscripción en hiéroglyphes fenicios. La inscripción era: De rey Chronos de Atlantide.

Un documento señalado de la carta B decía:

"en 1883, vino al museo del Louvre una colección de objetos procedente de excavaciones efectuadas al Tiahuanaku en Centroamérica (se trata de Tiahuanaco en Bolivia, n.d.l.r.)." Hubo cascos de alfarerías exactamente de la misma factura y la misma materia, y también de los objetos en huesos petrificados absolutamente similares a los que había encontrado en la barra de bronce del Tesoro de Priam.

La semejanza de estas dos series de objetos no podía implicarse aleatoriamente. Las barras de Centroamérica no implicaban escritura fenicia ni de otras inscripciones. Me apresuré examinar de nuevo mis especímenes personales y estuve convencido de que las inscripciones trazadas por una mano extranjera eran más recientes que los propios objetos.

ME que se obtiene algunos fragmentos procedente de Tiahuanaku, yo los sujetos a un examen químico y microscópico. Este examen establece indiscutiblemente que las dos series de alfarerías, tanto las de Centroamérica como las de Troya, estaban de la misma clase particular de arcilla que no se encuentra ni en la antigua Fenicia ni en Centroamérica.

El análisis de los objetos establece que el metal se componía de platino, aluminio y cobre, de aleación que no se encuentra en ninguna otra parte entre los vestigios del pasado y que es desconocida actualmente. Llegué pues a concluir que estos objetos procedente de dos regiones tan distantes una del otro se hacía de la misma sustancia y tenía seguramente el mismo origen. Pero los propios objetos no son ni fenicios, ni mycéniens, ni americanos. ¿Qué es necesario pensar?

¿Qué antes de un mismo punto de origen, llegaron a los dos lugares diferentes donde se los encontró? La inscripción observada sobre mis objetos revelaba este punto de origen: el Atlantide.

Este extraordinario descubrimiento me animó que prosiguiera mis investigaciones con una nueva energía. Sabemos hoy que otros vestigios atlantes se descubrieron en Tripolitaine y son idénticos a los de Tiahuanaco y Troya. Los rastros de coca descubiertos en 1992 en momias egipcias ponen de manifiesto también que la carretera entre las dos colonias atlantes supervivientes del último gran cataclismo siempre siguió siendo abierta, transitando por Asia y la carretera de los oasis, utilizando los estrechos entre los continentes más bien que las grandes travesías marítimas. Este conocimiento guardado en la doble casa de vida del templo de Dendérah fue proseguido por los monjes

coptes, sirios, cristianos irlandés o benedictinos. Se conoce la historia de estas expediciones europeas hacia la colonia atlante americana.

Los vínculos entre las civilizaciones europeas y amerindias: Las 3 olas de establecimientos europeos en América.

Del IV al siglo XII: la primera llegada de los monjes irlandeses que pertenecen al orden columbita de los culdees.

Estos monjes desarrollaban el conocimiento cristiano aportado por monjes sirios y coptes y no aceptaban la tutela de la iglesia de Roma. Para escaparse al Gobierno de la iglesia de Roma, se refugiaban siempre más al norte e Islandia ya que preferían huir del mundo. Los monjes llevaban el nombre de "papá". En el año 877, para la presencia de los vikingos en Islandia, una cincuentena de monjes y oblats tomaron el mar y se propuso más nunca hablar.

En 963, el vikingo Ari Marsson fue lanzado por la tormenta sobre una costa desconocida, la del "Huitramannaland" o "tierra de los hombres blancos", al oeste del Vinland. Ari fue retenido allí y sido bautizado. En 1007, Thorsfinn Karlsefni hizo a preso, al Vinland, dos indios que, más tarde, en Groenlandia, después de haberse enterado del norrois, le dijeron que al norte de su país, vivían hombres vêtus de blanco quienes, algunos días, con grandes pedazos de tela vinculados a pértigas, salían en procesión "hablando muy muy". En 1029, durante un viaje de Dublín a Islandia, el vikingo Gudhleif Gudlangsson fue desplazado hacia el suroeste por una violenta tormenta y drossé sobre una costa desconocida donde se hizo a preso por hombres que hablaban irlandés. Tuvo la vida segura gracias a la intervención de un anciano que llegó a caballo y le envió la palabra en norrois. Esto era Bjorn Asbrandsson, el héroe de Breidavik, exiliado en el año 999, después de una aventura enamorada que había terminado mal. Esta región del Huitramannaland corresponde al Acadie, al Gaspésie y a la Nueva Escocia en el Canadá actual.

Los monjes columbitas eran marineros tanto como religiosos. Muy rápidamente a partir de sus nuevos monasterios, navegaron hacia el sur y México. Sabemos por las tradiciones indígenas que la primera llegada de los Blancos en América media fue la de religiosos vêtus de largos vestidos blancos, que se llamaba a "papá". Su influencia fue extraordinaria, puesto que llegaron, no solamente a predicar un cristianismo cuyo recuerdo siempre no se había borrado cinco ciento años más tarde, pero aún a transformar las costumbres de los indios. Con todo su presencia de ser breves ya que no fundaron a familias.

En el año 967, el vikingo Ullman Jarl afectó tierra a Panuco, en el golfo de México. Es la segunda llegada, la "última llegada" de los hombres blancos para los Mayas. Ullman descarga de 7 buques, con aproximadamente 700 Vikingos, hombres y mujeres, originarios del Schleswig y formando parte de las posesiones danesas de Gran Bretaña, él ganó el Anahuac donde se volvió el quinto rey de los Toltecas, el Quetzalcoatl belicoso. Al cabo de veinte años, dejó una colonia a México, descargó sobre las costas de la actual Venezuela, cruzó Sudamérica hasta el Pacífico. Los vikingos fundaron el reino de Quito luego subieron sobre la alto meseta. Por su capital, Tiahuanacu, en los

alrededores del lago Titicaca, se lanzaron a la conquista del subcontinente a partir de los años 1000. Su imperio se extendido pronto de Bogotá, en la actual Colombia, a Valparaíso, en Chile, con dos salidas sobre el Atlántico: el Amazonas, al norte, y el Peaviru, al sur, el "camino esponjoso" que, por la sierra del Dinero, ganaba Paraguay y el océano. Eran aproximadamente cuarenta miles cuando, hacia 1290, el Araucans, venidos de Chile, se apoderaron de Tiahuanacu. Algunos de los supervivientes de la masacre que se siguió remontaron la costa hasta Ecuador donde se embarcaron hacia Polinesia sobre balsas de balsa. Otros se refugiaron en la selva amazónica y paraguaya, donde encontramos a sus descendientes. Otros aún rehicieron sus fuerzas en el Apurimac, en el Perú propiamente dicho, y, aproximadamente diez años más tarde, hacia 1300, descendieron sobre Cuzco donde fundaron al nuevo imperio, el del Incas.

Luego vinieron los templiers hacia el 1294 y a 1307 llegó un último grupo. Ayudaron a los descendientes de los vikingos a fundar al imperio inca luego participaron en su desarrollo. En 40 años, de 1272 a 1307, habían hecho el comercio con los vikingos, principalmente para traer el dinero al puerto del Rochelle y con este metal precioso que se ha convertido en una nueva moneda, financiar las construcciones de su movimiento: Abadías, casas templières y sobre todo las catedrales una vez que su tesoro coge en Oriente Medio y que procedían de la utilización del oro desde la civilización del alto Egipto, se habían consumido en las obras inmobiliarias y la adquisición de tierras y ámbitos. Los templiers aportaron el arte de la construcción de la piedra a los vikingos.

Por ejemplo, la apertura de la puerta monolítica conocida bajo el nombre de Puerta del Sol, que se encontró, acostada y rota, en el recinto del Kalasasaya, iglesia cristiana y principal edificio de Tiahanaco y que no se acababa en 1290 en la toma de la ciudad por el Araucans de Kari. Esta Puerta del Sol constituía una de las entradas del recinto de la iglesia. Se adorna con una friso que reproduce, siempre en el estilo de Tiahuanaco, la Adoración del Cordero, tal como se la ve al tímpano de la catedral de Amiens. El motivo central responde en sus menores detalles a la descripción apocalíptica del Cordero. Las cuarenta y ocho figuras de las tres hileras superiores representan, con sus atributos respectivos, a los doce apóstoles, los doce profetas menores y los venticuatro ancianos portadores de cithares y corte de oro, tal como el describe San Juan. Sobre la hilera inferior, se ven dos ángeles en tren de jugar de la trompeta, instrumento desconocido en la América precolombina. Amiens se sitúa en Picardía, en la frontera de Normandía y Dieppe es su puerto y desembocado en el mar por aproximadamente 100 km. La catedral de Amiens se construyó entre 1220 y 1288 y su pórtico entre 1225 y 1236. Las crónicas indígenas nos hablan de un monje católico que hacia 1250, había aparecido sobre la alta meseta después de haber descargado en el golfo de Santos y haber cruzado Paraguay, él se nombraban al padre Gnupa. Aportaba los planes de una iglesia romance, más fácil a construir con ayuda de los albañiles indígenas altamente cualificados que anteriormente habían construido los numerosos edificios arruinandos o que desaparecieron.

Podemos deducir de estos acontecimientos que hacia 1150, los vikingos principales de la región del Titicaca, una vez conquistados su imperio y aseguradas, gracias a su alianza con los Guaranis, sus vías de comunicación hasta el Atlántico, reanudaron contacto con Europa, seguramente a Dieppe, a algunos kilómetros del puerto templier de Saint- Valery-en-caux. Se combinaron a los templiers en el secreto y gracias a los artesanos del Templo, grandes edificios surgieron, a Tiahuanaco y a otra parte, en sustitución de las

chozas de mazorca y piedras secan vikingos. Los templiers dieron también un nuevo impulso a la metalurgia local: a la orfebrería de origen asiática que los indígenas de la costa peruana conocían ya vinieron a añadirse métodos más complejos, como el bastidor a la cera perdida, y el trabajo del hierro. Minas estuvieron abiertas, en particular, de dinero y los buques del Orden del Templo fueron para La Rochelle estado cargados de lingotes de dinero. Hacia 1250, monjes cristianizaron la región de Tiahuanaco. Después de 1307, la aventura finalizó, Perú en plena anarquía no constituía para los hermanos templiers escapados de Europa, un refugio satisfactorio, le prefirieron México. (Extractos del libro: los Templiers en la América de Jacques de Maheu, los enigmas el universo, Robert Laffont, 1981).

Obviamente esta cita generará especulaciones diversas, sin embargo la presunción que los atlantes estuvieron en América y que por razones diversas algunos se desarrollaron más que otros, subsiste, pero sus técnicas y conocimientos desaparecieron en la noche del tiempo.

¿Puede haber tanta coincidencia?.

M:.M:. Herbert Oré Belsuzarri.

Lima Marzo del 2011.

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