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Wilhelm Reich – Critica a la moral sexual (página 2)


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Si este odio permanece consciente puede desencadenar una poderosa fuerza revolucionaria; hace que el individuo rompa sus ataduras familiares y pueda convertirse en energía motriz para intervenciones racionales contra las causas reales de ese odio.

Si por el contrario, el odio es reprimido, conduce a exteriorizaciones inversas: la fidelidad ciega y la obediencia infantil patológica. estas actitudes constituyen más tarde un inconveniente grave para aquellas personas que quieran alistarse en un movimiento liberal.

Tal tipo de individuos podrá muy bien abogar por la libertad total y, al mismo tiempo, enviar a sus hijos a la catequesis dominical o formar parte ellos mismos de una asociación parroquial para "no hacer sufrir a sus ancianos padres", aunque todo eso vaya en contra de sus convicciones.

Presentará todos los síntomas de indecisión y dependencia, consecuencia de su fijación a la familia.

No es un buen militante de la libertad.

Capitalismo, represión sexual y neurosis

El instrumento ideológico más importante de las clases dominantes lo constituye la moral sexual autoritaria existente.

Gracias a esta moral antivida se produce la neurosis y la psicosis.

Antes de que naciéramos, nuestros padres, educados en la moral judeo-cristiana, han sido programados para que, cuando lleguemos a este mundo, seamos víctimas de ese tipo de educación, en el que se nos niega la libertad y el placer.

Desde nuestros primeros días de vida comenzamos a sufrir la represión sexual, cuando nuestros padres nos prohíben gozar con nuestro cuerpo y en especial con nuestros labios.

Los tormentos que nos aplican como el de agregar picante a nuestros dedos o el de amarrarnos las manos con el fin de que no nos chupemos los dedos, son la primera manifestación de una serie de sufrimientos que tendremos a lo largo de nuestra vida.

Una vez en la escuela tendremos que adaptarnos a otra serie de injusticias y tormentos productos del autoritarismo y moral sexual imperante.

Los exámenes, por ejemplo, son en realidad un tormento en los que muchos maestros gozan sádicamente y en el que nosotros quedamos alterados de nuestros nervios, hasta el grado de quedarnos traumados al sólo escuchar que nos aplicarán un examen.

La escuela también es el medio utilizado por la clase dominante para adaptarnos a la sociedad enferma y si no nos adaptamos al sistema social, entonces se nos diagnosticará locura y seremos internados en un manicomio.

La escuela, bajo el capitalismo y el socialismo burocrático, es el lugar en donde se nos enseña a subsistir en el manicomio social. a veces la enseñanza falla y se traslada al educando al pequeño manicomio.

La fábrica y la oficina son los espacios en los que el vampirismo, de los sistemas sociales mencionados, se oculta, toma forma de ideología y se pierde en el misterio de la noche.

al que no produce plusvalía (tiempo de trabajo que roba legalmente el patrón), lo excluyen o recluyen en el pequeño manicomio.

el diagnóstico psiquiátrico, arma política de la locura fascista, sea de derecha o de izquierda, tiene como fin asustar y castigar a todo hombre o mujer rebelde que no acepte autoridad o injusticia alguna, ni desee con su sangre, incrementar el poder monetario y político de las clases dominantes.

el trabajo neurótico asalariado es el eslabón que nos encadena al gran manicomio social capitalista.

en conclusión, la burguesía tiene sus capataces: el opio moral, el religioso, el futbolístico y otras ideologías disfrazadas de libertad.

Orden manicomial y orden capitalista

El manicomio es uno de esos momentos sociológicos fundamentales. lugar precioso de aprendizaje de la realidad social, de aprehensión de sus verdaderos valores, si se quiere una espléndida escuela sociopolítica.

Los manicomios pueden enseñarnos muchas cosas sobre una sociedad donde el oprimido está cada vez más lejos de las causas y de los mecanismos de la opresión.

Es que el manicomio una de esas situaciones límite en las que precisamente por serlo, afloran, de manera más clara y patente las verdaderas coordenadas del orden social capitalista y sus contradicciones fuertemente empañadas, habitualmente, por la ideología.

El manicomio es, históricamente, el espacio de la locura, representa la negación absoluta a una serie de valores esenciales al orden social establecido.

El loco es internado porque su locura lo hace inaceptable socialmente, para la familia, para el médico y para el poder gobernante, ya que traspasa el límite de lo establecido.

El manicomio encierra toda la locura del mundo, pero además, establece con ella un doble vínculo: en primer lugar, la excluye, la separa del mundo de los normales para, después, internarla, domesticarla en un severo trabajo de reeducacion del loco.

Esta doble funcionalidad del manicomio, constituye así, un real sentido y significación sociales.

Por una parte encierra, excluye y segrega la locura que el loco vive, en tanto que ésta ha llegado a ser una situación límite respecto a la norma social establecida.

Por otra parte, se organiza en función de la locura y consecuentemente, lleva al límite la norma, con la esperanza de paliar ese error de educación que es el loco y su locura.

La educación en el sistema capitalista está religiosamente orientado por la doble conceptuación de bueno-malo, conveniente-inconveniente, provechoso-perjudicial, positivo-negativo, hasta llegar al productivo-improductivo.

En general se afirma el primer término para negar el segundo, por cuanto el signo de lo productivo se hace norma e impone sus valores: la eficacia, el orden, la autoridad, la responsabilidad, valores todos que precisa el sistema como una condición más de su existencia, para los cuales el proceso educativo intenta lograr un consenso generalizado a nivel individual.

La función de la educación capitalista es conseguir la interiorización de dichos valores, funcionales al sistema, a la vez que, en el mismo proceso, se excluye y niega los valores signados como improductivos, tales: la ineficacia, el desorden, la desobediencia, la irresponsabilidad, la irracionalidad, o lo que es lo mismo, con otras palabras, el inconsciente, su ello y su deseo.

La educación es una condición de existencia del sistema social capitalista, que en última instancia tiene como objetivo la afirmación de los valores a nivel psíquico, y exclusión, repudio y negación de todo valor improductivo.

El proceso educativo está dirigido tendenciosamente a alcanzar aquellos objetivos. y digo "tendenciosamente", por cuanto caben en él fisuras y fracasos.

En este sentido puede hablarse de errores de educación.

Todos los sectores dominados o marginados serían la expresión de estos "errores", y el producto de uno de ellos sería la locura.

Que el loco es, en la perspectiva del sistema capitalista, el extremo remate del "mal educado", lo confirma la cotidiana confusión que entre locura y mala educación nos propone la conciencia monjil, tan ampliamente introyectada en la psiquiatría manicomial.

Y siendo el loco y su locura un "error de educación", es lógico que sean tratados con la reeducación.

Excluidos en cuanto representan los valores improductivos, propuestos como objetos a reeducar en la medida que se pudieran ser devueltos a los valores productivos.

El real problema del manicomio no es sólo y exclusivamente la violencia abierta y directa (celdas y pabellones de castigo, hábitat inhumano, tratamiento represivo, etc.), sino su organización (fiel reflejo de la organización social), que incluye otro tipo de violencia: la de la técnica terapéutica reeducativa, unas técnicas muy rudimentarias, comparables a las técnicas pedagógicas-educativas, creadas en torno al principio de la "letra con sangre entra".

Las nuevas técnicas psiquiátricas siguen considerando al loco y su locura como un error que necesariamente hay que subsanar, desde la perspectiva de quienes están en la norma.

La violencia persiste por cuanto ha estado encerrada siempre en el principio básico, a saber: el loco y su locura deben ser normalizados.

También al loco se le define como "desordenado", incapaz de mantener un orden o norma de sus actos, hábitos o costumbres por lo que, en su aislamiento manicomial, se le debe imponer una rígida coordinación de su vida cotidiana, negándole a través de ella toda libertad de iniciativa y toda espontaneidad que, por "tender al desorden", serían "perjudiciales".

El loco es, por definición, un ser capaz de violar los principios y reglas de la moral sexual o incapaz de relacionarse más allá de una serie de extravíos, abusos y perversiones sexuales, y por ello el manicomio debe incluir la estricta separación de los sexos y con ello la negación de su libertad sexual.

El loco queda también definido como improductivo, por lo que el espacio manicomial debe organizarse sobre la ideología del trabajo.

En el orden manicomial capitalista es imposible separar la doble función de exclusión y reeducación.

La "necesidad" de reeducación sirve de base ideológica para justificar la exclusión (se excluye para reeducar, se reeduca excluyendo).

Igualmente, es imposible deslindar la violencia implícita en una u otra función: el encierro, tal como muchas veces se ha comprobado en la práctica cotidiana, no es un acto gratuito sino la expresión de un rechazo.

El sistema organizativo manicomial que reemplaza al exterior para la reeducación del loco no es sino la consumación organizada de este rechazo, racionalizado en la perspectiva de la ideología médica.

Fuera y dentro del manicomio, la locura, en cuanto se significa como diferencia, es juzgada y castigada. y se juzga mediante un juicio en el que sería ingenuo decir que no hay juez, abogado ni testigo, porque todas estas funciones están recogidas en una sola figura: la del médico cuyo poder ha quedado establecido por un contrato social que le hace garante de la norma.

Desde finales del siglo XVIII el certificado médico ha llegado a ser obligatorio para internar a los locos. en el interior mismo del manicomio, el médico ocupa un lugar preponderante en la medida en que instala la locura como un espacio médico.

La intervención del médico no es realizada en virtud de un saber o de un poder medicinal que él tuviera como algo propio y que estaría justificado por un conjunto de conocimientos objetivos.

No es en su calidad de "sabio" como el "homo medicus" posee autoridad dentro del manicomio, sino como prudente.

Si se exige la profesión medica, es como garantía jurídica y moral, no como titulo científico.

La repetida inmersión en el agua hasta segundos antes de perecer ahogados, la producción de dolorosos absesos mediante la inyección de substancias tales como la trementina, las lobotomías, el electrochoque, el encierro y el aislamiento, la separación de los sexos, la puntual y la

monótona organización de la vida cotidiana, la ideología del trabajo y la "laborterapia" etc., son ejemplos de violencia que "el loco" debe soportar desde la perspectiva de su "tratamiento". sin alguno osa contestar a estas violencias es su locura la que contesta.

Desde el "tratamiento moral", del siglo XIX, hasta las modernas técnicas analíticas de la psiquiatría institucional, el encuentro de la ideología médica, y el confinamiento de la locura, sólo han sido un, más o menos sutil encubrimiento de la violencia necesaria para domesticar al loco; acallarlo, silenciar su locura. en la historia del manicomio aparece la palabra del psiquiatra y con ella el orden capitalista: los valores y la moral de la clase dominante. cuando ha querido surgir la palabra de la locura (schreber).

Se ha hecho patente la unión de la psiquiatría con el poder político burgués.

Los psiquiatras se han unido con el estado y la moral para acallar la rebeldía salvajemente.

Capitalismo, autoritarismo familiar y locura

Al principio de este siglo se publicó un libro que con el tiempo sería el caso clínico más estudiado por psicólogos y psiquiatras.

Me refiero a las memorias del dr. schreber, quien enloqueció a los 42 años de edad, recuperándose luego y volviendo a enloquecer ocho años y medio después.

Los especialistas en enfermedades mentales consideran este caso clínico enmarcado, en lo general, dentro de la psicosis.

El padre de schreber, que supervisó su educación, fue un destacado médico y pedagogo alemán, su influencia sobre la vida del hijo fue muy grande. ante la época "blanda y decadente", debido a la laxitud de la educación y la disciplina de los niños en el hogar y en la escuela.

Se propuso combatir la flojera de su época mediante un complejo sistema de educación infantil, cuyo fin era hacer a los niños obedientes y sumisos a los adultos.

Las ideas del padre de schreber acerca de la vida familiar reflejan, como una caricatura en miniatura, las ideas ampliamente difundidas en el sistema capitalista, en su actual etapa de decadencia.

Los varones adultos tienen que ser dominantes, la sexualidad de los niños y adolescentes tiene que se dominada.

Los padres, por ignorantes, fanáticos e intolerantes que sean, tienen que supervisar la moral de sus vástagos hasta, por lo menos, el final de la adolescencia.

Los niños tienen que aprender pronto a someterse, a menudo, sin críticas a la voluntad de sus padres, con el fin de adaptarse a la sociedad actual capitalista, donde también deberán someterse sumisamente a las injusticias del autoritarismo.

El pedagogo alemán schreber, afirmó que los padres de familia deben inculcar el amor hacia dios, padre de la humanidad y el amor al padre, dios de los hijos.

El dr. schreber pensaba que los padres debían restringir la libertad de sus hijos mediante severas disciplinas en aras de la salud; moral, mental y física.

Creía que los niños son criminales o enfermos mentales desde su nacimiento, o que con seguridad llegarían a serlo si no se les rescataba a tiempo.

Proponía, entre otras medidas, que los padres se reuniesen, constantemente, con el fin de controlar mejor la conciencia de los niños.

Este pedagogo alemán, pretendía saber, como los conductistas, lo que es bueno, elevado, correcto y fino y lo que no es.

En otras palabras se tomaba atribuciones de un dios que guía a su pueblo elegido.

Schreber, como todos los maestros y padres autoritarios, luchaba contra la "mala" conducta infantil, que consiste en las manifestaciones naturales del niño.

Luchaba contra la sensualidad y la sexualidad, la adolescencia, la blandura y la cobardía, pues según él, llevaba a los individuos a las depresiones, enfermedades mentales y suicidios.

Aplicando sus métodos inquisitorios-pedagógicos, (parecidos a los métodos fascistas), a sus hijos, logró lo que quería erradicar: la locura hizo presa de sus dos hijos y el suicidio fue la salida de uno de ellos.

Pensaba que el padre debe enseñar a sus hijos lo que es bueno y justo desde edad temprana.

Los buenos hábitos según él, deben ser producidos y controlados por el padre.

Acostumbrar a un niño significa programarlo para que obedezca, sumisamente, las órdenes de los padres, maestros, patrones y la clase dominante capitalista.

Educar un niño, según schreber, significa imponer una regla sobre cada detalle de su vida, sobre cada pensamiento y actividad cotidiana del individuo, preparándolo así para que la ideología dominante y las figuras autoritarias, como los maestros, patrones, líderes sindicales y gobernantes, determinen su existencia alienada y neurótica.

La finalidad de este tipo de pedagogía autoritaria, propia del sistema capitalista, es la de lograr que el niño, y luego el adulto, sea un sumiso y obediente incondicional.

Si llegara a surgir la desobediencia, deberá ser aplacada, mejor dicho aplastada, hasta convertirla en una toral sumisión, empleando, si fueran necesarios, los castigos corporales.

El psicoanálisis ha demostrado que los modelos de relaciones personales grabados en los niños, desde su tierna infancia, suelen permanecer para toda la vida.

Los individuos repiten inconscientemente formas de relaciones sociales de sumisión a la autoridad, que le fueron programados desde pequeños.

Existe la paradójica situación que este tipo de pedagogía divide, aliena, enloquece al ser humano, al lograr que éste considere que su programación para la sumisión no le fue impuesta por unos padres y la clase dominante capitalista, sino que él, conscientemente, en "libertad", se programó a sí mismo.

La sociedad capitalista produce neurosis y locura

La sociedad capitalista, bajo la cual arrastramos nuestra existencia, es una sociedad neurótica que produce neurosis a escala masiva y la fábrica de dicha personalidad es la familia.

Es tal la cantidad de neuróticos que arrastran su vida en el planeta tierra, que se ha llegado a pensar que los que sufren tal anomalía son sanos y normales.

Ahora bien ¿cuál es el mecanismo utilizado por la sociedad para producir la neurosis?

El mecanismo según freud se llama complejo de Edipo.

Este complejo consiste en el deseo del niño hacia su madre y el odio hacia el padre.

Para "superar" este complejo es necesario que el pequeño se identifique con el enemigo, es decir, querer ser como el padre neurótico, y cuando lo consigue se adapta a la sociedad.

Una vez adaptado será un neurótico más que reproducirá el sistema capitalista, no sólo en lo económico por medio de la plusvalía (trabajo no pagado por el patrón), sino por medio de su conducta sumisa y adaptada.

Después que ha aceptado el individuo su destino, ser ingeniero, médico, abogado, etc., el camino que recorre para lograrlo está lleno de buenos propósitos y carente de obstáculos.

En cambio el camino al cielo está lleno de espinas y se corre el peligro de ser diagnosticado de loco.

Este camino lo eligen aquellos que deciden no aceptar la domesticación social.

En otras palabras, la sociedad capitalista produce masivamente neuróticos adaptados al sistema, disfrazados de sanos.

Para el capitalismo es sano aquel que produce ganancias y consume las mercancías veneno;

Asiste a la escuela, es asalariado, tiene una esposa, una tv., unos hijos y, por lo menos, una amante.

Ahora bien ¿cómo es producida la locura? según los anti-psiquiatras, la psiquiatría es una ideología de la clase dominante, es decir, aquel individuo que no acepta esta sociedad neurótica, no produce ganancias, ni se casa por las 3 leyes, ni asiste a la iglesia, es clasificado y diagnosticado como enfermo mental, al grado de que se le confina en un manicomio con el fin de que su mal no contagie a los neuróticos adaptados.

En síntesis, este manicomio social que reproduce a la sociedad capitalista, solo será superado con la sustitución de esta sociedad enferma por una sociedad sana. una sociedad realmente humana, basada en el amor, la libertad y la felicidad.

La locura y la sociedad capitalista

La locura, como la neurosis, son enfermedades sociales producto de una sociedad inhumana, cuyo fin no es la felicidad ni la libertad del ser humano.

La sociedad capitalista es una organización social neurótica basada en la explotación del hombre por el hombre.

Los niños domesticados por la educación escolar y familiar son aquellos ciudadanos que en forma resignada y sumisa aceptan todo tipo de injusticias que se cometa con ellos.

En otras palabras, los adaptados a esta sociedad enferma son aquellos individuos sumisos y neuróticos que con su trabajo incrementan las ganancias de los patrones y reproducen inconscientemente todo el sistema social que los produce como neuróticos asalariados.

Pero no todos se adaptan a este sistema.

Existe una minoría de individuos que no se resignan a ser domesticados y el castigo que reciben por no aceptar las normas existentes de la sociedad moderna es el de ser recluidos en esa cárcel especial llamada manicomio.

ahora bien, existen dos tipos de manicomios, el que todos conocemos y el que se llama familia.

La familia, bajo el capitalismo y el socialismo burocrático, es el manicomio disfrazado de buenas palabras y es la institución autoritaria en su rígida desnudez.

Patología de la cultura en las sociedades patriarcales

Desde el esclavismo hasta la actualidad, es decir desde el origen de la propiedad privada, las clases sociales, la explotación del hombre por el hombre, la formación del aparato de estado, como instrumento de las clases dominantes, todas las manifestaciones culturales son en sí manifestación de la patología de sus autores quienes a su vez han tenido que sufrir para ser reconocidos por sus contemporáneos.

La mayoría de los grandes artistas han muerto sin haber sido reconocidos como grandes hombres.

Cabe agregar que la cultura universal desde su aparición hasta la actualidad, ha sido gozada por una minoría social, parte de la clase dominante y parte de la pequeña burguesía,

La mayoría de la población trabajadora de la ciudad y del campo a lo largo de toda su vida y por generaciones ni siquiera saben de la existencia de beethoven, Dostoyevski, Van Gogh, Miguel Ángel, Nietzsche, etc.

En cuanto a la enfermedad que han sufrido los grandes genios de la humanidad, han sido la neurosis y la psicosis.

Por ser las sociedades particulares de tipo neurótico en la que estos genios han existido, han sufrido neurosis, aunque exista un número de ellos que han estado en la psicosis y desde ella, o antes de llegar a ella, han producido sus obras maestras, como Holderling, Maupassant, Nietzsche, Van Gogh, etc.

Es necesario también agregar que freud, el fundador del psicoanálisis, afirmó en sus libros que las obras de la cultura son como un sueño, es decir, son una realización alucinatoria de deseos reprimidos.

En otras palabras la cultura realiza en la novela, la música, la pintura,,el cine etc., lo que el autor y sus lectores no pueden llevar a cabo en la vida real.

El porqué los grandes autores logran conmover a sus lectores, se debe a que sus obras hablan de un mundo que le está vedado a la mayoría de la población.

Igual que las telenovelas, la obra literaria, por ejemplo, hace vivir al lector una o muchas vidas de los personajes que le gustaría vivir en la realidad.

Si la TV. hipnotiza, la obra literaria nos traslada a un mundo ficticio en el que gozamos.

La lectura también es una evasión, una locura que puede producir en nosotros una adicción parecida a la de las drogas o el alcohol.

Mientras la sociedad en que arrastramos nuestra existencia nos siga prohibiendo nuestros deseos y ansias de goce y de felicidad, continuaremos huyendo hacia ese mundo de fantasía, a ese país de las maravillas al que van todas las niñas y niños, carentes de amor y de cariño.

La cultura dejará de ser una evasión, un mundo de locura, cuando el mundo real sea un mundo basado en el amor, la libertad y la felicidad de todos los seres humanos de la tierra.

Carácter genital y carácter neurótico

El carácter genital tiene un modo de andar ágil y firme, un trato directo y franco, una mirada clara y brillante, una voz cálida; es activo y eficaz sin ser agitado.

Considera los problemas con objetividad y realismo y se esfuerza por hallar soluciones racionales.

Si bien los tormentos de la culpabilidad casi no lo alcanzan, en cambio conoce la angustia y la inquietud.

Puesto que es sensible a las complejidades, a las dificultades, a las amenazas y a la riqueza de lo real, a las cuales se enfrenta con un espíritu crítico y creador, fraternal con sus amigos.

Ama a su mujer, goza con ella y la hace gozar apasionadamente sin sentirse con ello sometido al rigor monogámico.

Toda ley obligatoria y represiva le repugna y sólo reconoce la autoridad fundada en la razón; que el valor esté armonizado en el principio de autorregulación.

Puesto que establece la supremacía de la inteligencia y la libre circulación de la energía libidinal; se opone ( con argumentos racionales y precisos alimentados por una curiosidad siempre despierta) a todas la empresas del misticismo, del mecanicismo, de la demagogia, de la rabia destructora (propia del fascismo), e impulsa sin exhibicionismo, en su práctica cotidiana, todo aquello que favorece la libertad, el amor, la alegría de vivir.

Su plenitud orgásmica y el rechazo moderado de los impulsos pregenitales (goce oral y anal) e incestuosos, alimenta, casi de modo espontáneo, las sublimaciones creadoras: sociabilidad abierta y positiva, vida cultural intensa, compromisos políticos revolucionario, autonomía, racionalidad, realismo, positivismo, intensidad.

El carácter genital encarna para wilhelm reich el "equilibrio perfecto de la economía libidinal basada en su capacidad para la experiencia sexual plena".

el carácter neurótico, puede describirse, desvalorizado como el negativo del genital.

En el neurótico predominan las negaciones, las negativas, las denigraciones; los impulsos pregenitales e incestuosos son violentamente reprimidos y vuelven de modo obsesivo en forma de fantasmas que invaden y pervierten la actividad cotidiana, y en síntomas cargados de angustia.

el yo, el ello, el super yó, forman una perpetua ronda de conflictos, fuentes de culpabilidad y de inhibición.

tras la figura paterna, amantes, amigos o enemigos, se deslizan las imágenes de parentescos fuertemente cargadas de afectos.

el sujeto evita la confrontación con el otro y con lo real y prefiere someterse servilmente al orden reinante (sumisión al orden autoritario capitalista).

Se abandona a impulsos místicos y al influjo de los jefes (en los que ve a sus padres autoritarios) y pronto los abandona.

La Impotencia orgásmica y desequilibrio libidinal se expresan por medio de comportamientos estereotipados, compulsivos, impulsivos o rígidos, nerviosos o acompasados, resignados o reivindicados.

Reich también es claro cuando afirma que la mayoría de los hombres y mujeres que subsisten bajo el capitalismo autoritario, sufren de neurosis, pues es el carácter que requiere este sistema para poder continuar explotando a los trabajadores y oprimiéndolos políticamente.

Por esta razón reich es muy consciente de que sólo los que posean el carácter genital pueden ser capaces de ser revolucionarios y luchar por una sociedad realmente humana que esté acorde con el cuerpo, los impulsos genitales, la naturaleza, y la energía cósmica inteligente.

El mito de la sexualidad procreadora en el capitalismo

En el área de la cultura cristiana occidental, la moral autoritaria de la sociedad capitalista siempre ha intentado que la práctica sexual quede reducida a la mínima expresión, a lo imprescindible para la supervivencia.

Por todos los medios posibles, de las más diversas formas y utilizando toda clase de argumentaciones (religiosas, filosóficas, sociales, científicas, psicológicas, legales, etc.) se ha tratado de que el sexo fuese identificado y calificado únicamente en su función reproductora o procreadora de la especie humana.

En este sentido, la sexualidad ha aparecido como sinónimo de la anatomía y fisiología de la procreación del hombre.

La misma palabra "sexo", hasta hace poco tiempo resultaba para muchos timoratos, vergonzante o grosero.

Por ello a menudo no se habla de instinto sexual, se le denomina "instinto genético" o instinto de la generación.

A este instinto se le concibe todavía de un modo finalista, utilitarista y hasta productivo, pero no se le mencionaba como un medio para alcanzar el goce y el placer sexual.

Para la moral sexual predominante, el orgasmo no sólo no debía mencionarse, sino que hasta se concibe como una aberración sexual propia de las prostitutas y degenerados sexuales.

La ideología de la sexualidad como procreación es una idea deliberadamente represiva y moralista. estigmatiza toda expresión sexual que no tenga como finalidad el nacimiento de un nuevo ser, calificándola de perversa, anómala o degenerada.

Considera a la vejez como asexuada. y niega la sexualidad infantil, arrojada al silencio de la supuesta inocencia de los niños.

Sigmund freud, fue el primer médico que, rompiendo abiertamente con la moral autoritaria, afirmó la existencia de la sexualidad infantil.

mantuvo la opinión de que el niño era un "perverso poliforme".

Si la precocidad sexual no era un trastorno del desarrollo infantil, entonces todos los niños serían perversos y poliformes, ya que su sexualidad adopta múltiples formas distintas a la forma generalizada y procreadora, la única socialmente permitida por al moral antivida.

Los hallazgos de freud, obtenidos a través de la técnica psicoanalítica en adultos, resistieron todas las críticas, y al final tuvieron que ser aceptados.

sin embargo los médicos conservadores, sacerdotes de la moral burguesa, siguen defendiendo la inocencia sexual de los niños "normales" o "sanos", quienes paradójicamente, por la represión sexual están domesticados y neurotizados por la familia autoritaria y la sociedad capitalista actual.

La "función del orgasmo" de Wilhelm Reich

Los trabajos de reich, de su tercer periodo, están basados en su concepción global de la vida sexual y de la energía libidinal.

El placer expansión como antítesis de la "formula del orgasmo", definida por un ritmo en cuatro tiempos, tensión mecánica –carga eléctrica –descarga eléctrica –relajación mecánica.

Reich se propone medir esas cargas y descargas eléctricas, examinar el papel desempeñado por los diversos estímulos, excitaciones y emociones en diferentes órganos y tejidos excitados, definir las relaciones existentes entre los fenómenos mecánicos y psíquicos concomitantes, poner a prueba sus proposiciones previas (surgidas de la práctica psicoanalítica y del análisis del carácter), acerca de la naturaleza y la función de la sexualidad y de la vida en general, determinar las eventuales vinculaciones entre el funcionamiento bioeléctrico de los organismos vivos y el universo, físico, etc.

En su libro: "La función del orgasmo", resume los resultados más significativos de sus investigaciones:

-la superficie de la piel, en condiciones normales se caracteriza por un "potencial básico" que representa el potencial biológico normal de la superficie del cuerpo.

-algunas partes del cuerpo se distinguen por sus respuestas diferentes a las demás; son las "zonas erógenas", labios, lengua, palmas de las manos, pezones, lóbulo de la oreja, ano, pene, mucosa vaginal y, curiosamente, la frente (a la altura del "tercer ojo" de los lamas de Tibet).

El potencial de estas zonas, unas veces elevado y otras débil, permiten diferenciar a los sujetos desde el punto de vista vegetativo: sujetos rígidos y fríos, sujetos flexibles y libres.

Todo aumento de potencial en una zona erógena va acompañado por una sensación de placer: impulso, onda, calor, prurito o sensación de "fusión", a la inversa, disminución de potencial y disminución de placer van a la par.

Los fenómenos de congestión o entumecimiento que afectan a los órganos y tejidos no provocan automáticamente sensación de placer; para que esta sensación sea perceptible es necesario que la congestión mecánica del órgano segregue un aumento de carga bioeléctrica, derivándose de esto la siguiente fórmula: la intensidad psíquica de la sensación de placer corresponde a una cantidad fisiológica de potencial bioeléctrico.

Para la mayoría de los biógrafos de Reich, este psicoanalista al dedicarse a la investigación de la energía de la vida y vincularla a la energía cósmica, cayó en la locura, pero en cambio para su biógrafo más serio y profundo: Luigi de Marchi, Reich en su tercer período, llamado orgonómico por su investigación del orgón (energía cósmica), es la etapa más brillante y genial donde reich se desenvuelve libremente, pues al no tener a freud, ni a unos burócratas autoritarios comunistas, que lo limitaran y reprimieran, pudo dedicarse todo el resto de su vida, día y noche, a la investigación de dicha energía.

Urge una educación sexual para adolescentes

Hace tiempo, la directora del "Centro de Orientación para Adolescentes", afirmó que el 25% de la población mexicana tiene entre 12 y 19 años de edad, y de ese grupo muchos cuentan entre 15 y 19, mismos que realizan ya relaciones sexuales ocasionando embarazos no deseados, enfermedades sexuales, abortos, matrimonios precoces, y madres solteras de corta edad.

La especialista aseguró que la sexualidad y el proceso productivo humano constituyen dos contextos educativos que debe se cuidados en nuestro país.

Declaraciones de este tipo deben ser tomadas en cuenta no sólo por las instituciones como la SSA, ISSSTE y el IMSS, sino por las organizaciones de padres de familia, los maestros, los sindicatos, grupos políticos, etc.

En cuanto a los contenidos temáticos de educación sexual incluidos en los textos gratuitos, cabe señalar que sólo se refieren a la fisiología sexual y se encuentran cargados de ideología moral, en cuanto se considera a la sexualidad únicamente con fines reproductivos y no se indica que a nivel individual el objetivo es lograr el placer orgásmico.

Por lo que se refiere al consejo nacional de población (CONAPO), es solamente un consejo de tipo consultivo, es decir, únicamente planea actividades, algunas de ellas llevadas a cabo con pocos recursos monetarios, que tienen destinados para este fin.

Considero que la educación sexual masiva para los jóvenes es ya una necesidad nacional, no basta titular a 1985, como el año de la juventud, es urgente que iniciemos una campaña de educación entre todos los jóvenes mexicanos.

Para nadie es un secreto que la educación sexual errónea que reciben los jóvenes desde pequeños son la causa, no sólo de embarazos no deseados, abortos, enfermedades venéreas, sida, sino también es la causa de las neurosis, las psicosis y las perversiones.

El motivo por el cual no se llevan a cabo campañas de educación sexual, se debe al miedo que tienen los poseedores de las riquezas y detentadores del poder político, pues bien saben que la juventud es una bomba lista para estallar si se le proporcionan las condiciones de libertad suficientes como para que tomen conciencia de su potencialidad revolucionaria, potencialidad que ha demostrado su efectividad en el movimiento del "sexpol",.

Movimiento de sexualidad política que estalló entre los jóvenes alemanes en los años 30 del siglo XX, cuando Reich, encabezó una lucha sexual de los jóvenes en contra de la moral represora de las clases dominantes.

Corriente que por cierto fue reprimida por la dirección stalinista burocrática del partido comunista alemán.

Para una segunda edición de un movimiento sexual político los jóvenes mexicanos tienen la acción histórica.

El asesinato de Cristo

La crisis social que estamos atravesando se debe básicamente a que los hombres, y mujeres en general, son incapaces de gobernar sus propias vidas.

A partir de esta incapacidad han surgido crueles dictaduras, que carecen de todo fin social racional y que no están acordes con la naturaleza y la energía cósmica.

Por todas partes, hombres (y mujeres) serios quieren saber la verdad desnuda.

En su libro "el asesinato de cristo, Reich analiza los graves problemas de la sociedad humana actual.

Dios es la naturaleza y cristo es la realización de la ley natural.

Dios (naturaleza) creó los órganos genitales de todos los seres vivientes.

Los hizo para que funcionen de acuerdo con la ley natural.

No es un sacrilegio, una blasfemia, adjudicarle al mensajero de la energía cósmica en la tierra, una vida sexual natural.

Por el contrario, es el enraizamiento de dios en la más limpia profundidad del hombre.

Esta profundidad existe desde el mismo comienzo de la vida.

La reproducción se añade a la genitalidad tan sólo en la pubertad.

El amor genital existe mucho antes de la función de la reproducción.

Por tanto la naturaleza no creó el abrazo genital con el único propósito de la reproducción.

Reich imagina a Jesús como un hombre joven, fuerte, atractivo, deseable y rodeado de mujeres sanas, que frecuentaba la compañía de pescadores y del pueblo en general.

Reich afirma que Jesús ama a las mujeres y conoció el amor físico con las mujeres, así como conoció todas las demás cosas naturales.

Nada en su vida nos hace pensar en la castidad o el ascetismo.

Su palabra es de amor sentimental y corporal.

Cristo muere cada vez que la vida es golpeada,, molestada, reprimida, en expresión auténtica.

Cristo es asesinado en toda violencia que inflige al niño, a la mujer y a todo ser débil e indefenso.

El asesinato de cristo es el triunfo de la coraza neurótica, de la peste emocional sobre un brote fulgurante de la sexualidad vital, en su aspecto energético más puro.

El mal, el diablo, es un dios pervertido, originado en la represión de las cualidades de la gran energía cósmica inteligente.

La falta de este conocimiento es una de las piedras angulares de la tragedia humana.

Descubrir esa tragedia requiere conocer el secreto del hombre acorazado: el odio a lo viviente.

Jesús amaba a los niños y era semejante a ellos: sabio, ingenuo, confiado pero cauteloso.

Derramaba bondad y sin embargo era capaz de golpear con fuerza.

Gentil pero severo, como será el niño del futuro.

No es meramente vengativo y severo, ni bueno y manso.

El dar la otra mejilla quiere decir: comprende a tu enemigo, ponte en su lugar

Jesús no condena al cuerpo: comprende a la prostituta y a la esposa infiel.

Ama a los seres humanos que le rodean

Ese amor es una sed y hambre de amor, que se convierte en malignidad si no es satisfecha en forma natural.

Los seres sanos, como Jesús, radiantes y llenos de vida, son guías natos del pueblo.

Se convierten en ello automáticamente, sin autoproclamarse, como lo hacen los políticos de todas las naciones que sufren la peste emocional, quienes por ser reprimidos sexuales, se revuelcan en la miasma de Jesús.

El poder curativo de Jesús

El niño del futuro gozará de libertad sexual y no sufrirá neurosis y psicosis, provocada por la moral sexual antivida que en la actualidad asesina al cristo que tren de nacimiento.

El niño del futuro será amoroso, no sufrirá, ni tendrá miedo a unos padres, sacerdotes y padres neuróticos.

La mayoría de los seres humanos, incluidos los niños neuróticos, son fríos, no irradian calor amoroso, no dan fuerza a los demás.

Necesitan fuerza ellos mismos y la beben donde pueden.

El poder curativo de cristo se nota en los campos de energía cósmica que poseen los terapeutas naturales, que son capaces de excitar los sistemas energéticos inactivos, muertos, de los desgraciados que sufren de biopatías.

Esta excitación inducida del sistema viviente débil, es capaz de expandir los vasos sanguíneos, inducir una mejor provisión de sangre a los tejidos, acelerar la curación de heridos y revitaliza la energía vital estancada.

La curación se experimenta como un alivio de la tensión y relajamiento del sistema nervioso.

Incluso produce una sensación grata, callada, amable, de amor verdadero, en organismo cargados de odio.

Cristo no presta atención a sus poderes curativos.

Son tan naturales en él, como caminar, comer, pensar o dar amor.

El acorazamiento neurótico es el sepultamiento de la energía cósmica, es el asesinato de cristo.

El diablo es enfermedad, es neurosis provocada por una moral antivida, instrumento ideológico de las clases dominantes, propio de una sociedad antivida, como lo es la capitalista, basada en la propiedad privada.

El diablo es sadismo, violación sexual, asesinato, traición al prójimo, engaño, mentira y avidez de dinero y poder político, características de la sociedad actual.

Cristo dice lo que piensa, ama, irradia cariño y amor, no engaña, no miente

Dice la verdad en cada uno de sus movimientos.

El cuerpo y el rostro dicen la verdad.

El viernes santo los que no son neuróticos, sufren por que se sienten culpables por asesinarlo en el interior de sus cuerpos.

La religión, que durante el matriarcado unió a los seres humanos entre sí y con la naturaleza.

En el patriarcado actual, basado en la esclavitud asalariada, se utiliza la religión, (por gobiernos como el vaticano) ,como instrumento ideológico al servicio de los explotadores y opresores del mundo.

En cambio en el aniversario del nacimiento de Jesús nos sentimos felices.

Esto sucede debido a que en esos días la humanidad irradia cariño y amor hacia todos los seres vivientes.

En navidad damos y cosechamos tal cantidad de amor, que si lo hiciéramos todo el año, la sociedad sería realmente humana.

Gracias a la caracterología sabemos que las neurosis se deben a la impotencia orgásmica.

Así se entiende como los acorazados neuróticos odien todo lo sano, como lo es Jesús y lo asesinen constantemente.

Las formas de ese asesinato son muchas.

El núcleo bioenergético, su sentido cósmico es la función del orgasmo.

La convulsión involuntaria de todo organismo viviente.

Durante el abrazo genital hombre-mujer es la descarga y carga de la bioenergía de uno dentro del otro.

El acorazado neurótico repudia y rechaza la sexualidad de los demás por que la suya la tiene sepultada en su propio cuerpo desde la infancia.

Los signos de la frustración genital: pensamientos lascivos, lujuriosos, sadismo físico y moral, perversiones sexuales, son absurdos en la imagen de Jesús.

Jesús no podría haber sido límpido como el agua de un arroyo y de sentidos agudos como un siervo, si hubiera estado lleno de la inmundicia provocada por la represión sexual, generadora de neurosis.

Jesús conoció el amor corporal y a las mujeres, del mismo modo que conoció a la naturaleza.

 

 

Autor:

Humberto Escobedo Cetina

 

Partes: 1, 2
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