Descargar

La genética del comportamiento humano: (NEXT) la conquista más incierta de la biología conductista (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

  • A menudo se torna muy complejo definir con certeza el comportamiento que cae bajo el estudio de los investigadores. Tomemos la inteligencia, la cual nos proporciona el ejemplo más clásico.

¿Es inteligencia la habilidad de resolver un cierto problema? ¿Es la destreza de conducirse y de llevarse bien en el mundo? O, ¿es la capacidad de lograr buenos resultados en una prueba estándar de conocimiento?

Acerca de esto último, durante el verano del 1999, un biólogo molecular en la Universidad de Princeton publicó los resultados impresionantes de una investigación que él condujo en las que mejoró enormemente la habilidad de ratones para aprender cuando les insertara un gen que codificaba por una proteína en el cerebro, conocida por sus efectos positivos en la memoria. Porque los animales experimentales fueron más productivos que controles — en una serie de pruebas para medir la "habilidad de asimilar nuevos conceptos" — el gene se reconoció como el "gen inteligente" o el "IQ gen". Como si ésta mejora en la memoria fuese central, o constituyera, el único criterio que define la inteligencia. Cuando en la realidad no existe concordancia en cómo definir este atributo, ni aun para quienes se ganan la vida trabajando con ella.

  • Aunque existan otros obstáculos. Una vez que se haya establecido una definición para los propósitos de cualquier experimentación, el investigador tiene que medir el comportamiento examinado con grados aceptables de validez y credibilidad. Esto es especialmente difícil cuando se miden ciertas características como son la timidez y la seguridad de uno en sí mismo, que constituyen temas de investigaciones recientes. Resultando en una refundición imprecisa entre lo definido y lo medido — como es en el caso de las pruebas de IQ — donde los resultados se han convertido en la expresión misma de la característica que estos estiman, lo que resulta siendo antitético.

  • Comportamientos en general, como resulta siendo con todos los rasgos complejos, involucran múltiple genes, una realidad que complica la exploración de contribuciones genéticas.

  • Además, y, como es igual con otros proyectos de investigación de la herencia, estudios de genes y comportamientos requieren análisis de familias y de poblaciones muy amplias para lograr establecer comparaciones entre los que demuestran el rasgo investigado y quiénes no. Los resultados obtenidos son a menudo una expresión de la "heredabilidad", un patrón de estadísticas que estima la proporción de variación en una población que es atribuible a factores genéticos. Sin embargo, el poder explicativo de los valores de la heredabilidad es de valor limitado, si es que éstos se aplican sólo a una población estudiada y sólo al entorno donde ocurre cuando se conduce el estudio. Porque si la población o el entorno cambian, la heredabilidad asimismo cambiaría. Pero, lo que resulta ser de la mayor importancia es el hecho de que las expresiones de la heredabilidad no proveen bases fiables acerca de la expresión del rasgo en cuestión en ningún individuo en particular.

En los párrafos anteriores hemos enfatizados algunas de las áreas de mayor importancia que obstaculizan la ciencia de la genética conductista.

edu.red

Lo que la historia nos enseña es diferente…

Para quienes estudian la reseña cronológica de los excesos que se han llevado a cabo en los siglos XX y XXI en nombre de la "limpieza racial" de ciertas nacionalidades, uno no puede sino permanecer horrorizado cuando realiza que muchos médicos, sacerdotes y aún filósofos endosaron entusiásticamente atrocidades étnicas basadas en la eugenesia aplicada, utilizándola como "sistema científico" cimentado en premisas consideradas legítimas y éticas.

Supervivencia para el más apto, frase desafortunada que aún hace eco histórico en memoria de Herbert Spencer quien la introdujera en su Principles of Biology en el 1864.

Pero lo más trágico es que esa frase, de apariencia inocente, despierta en la memoria de todos, los nombres vilipendiados de Hitler, Stalin, Mao, Slobodan Milosevic, Trujillo y de Trofim Lysenko, como los de tantos otros, que han justificado crímenes en los Balcanes, en África, en Asia, en la República Dominicana, y, por todas partes.

edu.red

¿Más apto?

Pero ignorar las realidades de esta ciencia naciente, como tantos han hecho, o capitalizar en sus oportunidades asombrosas, haciéndolo sin el auxilio de controles éticos, es invitar el desastre. El problema se reduce, cuando pensamos en quiénes administrarán los controles, a la frase famosa de Juvenal: Quis custodiet ipsos custodes? (Véase mi artículo al respecto: Los dietistas, quienes los siguen y el pensamiento del satírico romano Juvenal).

Nuestro propósito al desarrollar esta tesis

El designio de esta lección es examinar muy de cerca — porque su relevancia e importancia cruciales así lo meritan — el estado actual del desarrollo de la genética del comportamiento humano, de los efectos inmediatos de sus investigaciones, y de sus repercusiones teleológicas en lo que aplica a la exégesis del genoma humano.

La ciencia que aquí nos interesa es de importancia mayor a los científicos y profesionales de las disciplinas del comportamiento humano, aunque, por extensión, a todos, igualmente, nos debe de importar… Y, a los médicos en especial.

Recordando tiempos ya idos…

Una vez, mientras, estudiaba la "medicina romántica" de mis días, aprendí con arrobamiento, los nombres de tantos galenos del pasado que fueran humanistas, literatos, concertistas (Ignacio Chávez de México, Gregorio Marañón de España, Axel Munthe de Suecia) y — sobre todo, médicos — A la sazón recuerdo a uno de mis profesores favoritos, el doctor Marmolejos decirnos: "don Gregorio Marañón asegura dice que el médico que solamente sabe de la medicina, ni de eso, tampoco sabe…"

Marmolejos, que muriera como víctima anónima en una mazmorra de Trujillo, no viviría para ser testigo del espectáculo triste que hoy practican sus herederos actuales, quienes se afilian a gremios dedicados a perturbar y agitar la conciencia pública en lugar de querer cultivarse como galenos. En ese sentido, el médico tan admirado de mi pasado, duerme en paz en su tumba desconocida, ya que para él sus discípulos no eran "doctores" sino "¡médicos!" Y, ¿los de ahora?… sólo ellos saben lo qué son.

edu.red

Dolly

Prosigamos con nuestra tesis

¿Qué indicaciones existen para suponer que el comportamiento y la conducta — como es, por su parte, el color de la piel — pueden tener bases biológicas?

Como han ilustrado ampliamente, en sus contribuciones a la etología, Konrad Lorenz, Niko Timbergen y Temple Grandin — entre muchísimos otros genios investigadores del reino animal — dominio el cual, en todos sus niveles, abunda en surtirnos pruebas que soportan el hecho de que muchos comportamientos y rasgos emocionales son heredados. Y, que, asimismo, como Darwin creyera, muchos de los comportamientos heredados son sujetos a ser modificados por el efecto de las alteraciones del entorno en que viven.

Veamos algunas de estos hallazgos corroborativos:

  • El comportamiento, a menudo es, especie-específico

Un tipo de avecilla acarrea una sola semilla de un montón, para comerla en una rama cercana y luego vuelve por más, mientras que otras especies se mantienen en donde está apilada la comida, comiendo en el propio lugar.

Los pájaros del género boobies, que Darwin conociera en las Galápagos, dividen la estrategia alimenticia de las islas donde viven entre ellos, de manera que no les resulta competitivo el encontrar qué comer.

edu.red

Danza nupcial

Algunos de los comportamientos de apareamiento varían entre las especies. Unas aves despliegan las alas haciendo contorsiones artísticas individuales, mientras otras las hacen en grupos. Tanto es así, que algunos biólogos caracterizan tales comportamientos como rasgos hereditarios.

  • Los comportamientos se transmiten a los descendientes. Comparemos las conductas de coleccionar las presas del perro labrador y las de controlar los rebaños del pastor escocés.

  • Las conductas cambian en respuesta a alteraciones de estructuras y procesos. Por ejemplo, una lesión cerebral (como sucediera a P. P. Gage) puede hacer de una persona gentil y apacible, otra persona distinta, violenta y obscena en su lenguaje. Asimismo los comportamientos pueden controlarse con el uso de drogas, o enfermedades mentales pueden alterar la función cerebral. En el laboratorio, los científicos han logrado modificar comportamientos básicos en ratas, variando desde el cuidado de sus camadas hasta sus movimientos voluntarios, por medio de la inyección de genes que los controlan o por la destrucción de los pelos del hocico. (Véase mi artículo al respecto: Phineas P. Gage y su significado en la neurociencia).

  • En los seres humanos ciertas conductas se repiten en familias. Por ejemplo: Ciertos talentos y tendencias a ciertas enfermedades emocionales son rasgos familiares comunes — o la estirpe de J. S. Bach como ejemplo demostrativo.

  • Los comportamientos poseen una historia evolutiva que persiste a través de especies relacionadas. Como patrón, nosotros compartimos con los chimpancés — nuestros parientes más cercanos — el cuidado de los pequeños, la cooperación social, el altruismo, expresiones del duelo, y ciertos rasgos faciales. Los genes en el ADN son el pegamento que ha fijado esos atributos como parte de nuestra historia evolutiva escrita en el lenguaje de la herencia universal.

¿Cómo se conduce la investigación en la genética del comportamiento?

Las estrategias tradicionales de la investigación en este campo incluye el estudio de gemelos, de hijos adoptados y de la aplicación de técnicas que evalúan el impacto de las influencias del entorno. En tiempos recientes, algunos investigadores han añadido la búsqueda de segmentos del ADN que supuestamente se asocian a ciertas conductas. Lo que ha resultado ser productivo en la localización tentativa de genes relacionados con la esquizofrenia y con el trastorno bipolar. Aunque aún no se hayan hecho hallazgos sorprendentes, la esperanza en que, tarde o temprano, estos adelantos lograrán alguna fruición es algo que todos los científicos abrigan. Sin embargo, la heredabilidad de rasgos de la personalidad humana, como es el síndrome del narcisista patológico, han sido los más frustrantes.

edu.red

La genética y la biología molecular han provisto entendimientos de la mayor significación en expresiones genéticas asociadas con ciertos trastornos familiares. Por ejemplo, sabemos que un extra cromosoma 21 se asocia con el síndrome de Down, aunque el proceso que es responsable por la disrupción de la función cerebral, en este trastorno, es desconocido. También sabemos los pasos de gen a efecto en un número de disturbios mono-genéticos que resultan en la retardación mental, incluyendo la fenilcetonuria (PKU) una condición controlable del metabolismo de la fenilalanina.

En general, es mucho más fácil discernir la relación que existe entre la biología y el comportamiento para los desórdenes que son mono-genéticos, que para los que son más comunes — los comportamientos poli-genéticos — que son los de la mayor importancia para todos. En este último respecto, puede argumentarse que la ciencia aun permanece en pañales.

¿Cuáles son las implicaciones y las consecuencias de la investigación de la genética del comportamiento para la sociedad en general?

Investigadores en el campo de la genética del comportamiento han hecho afirmaciones de que existen bases hereditarias para un número de comportamientos físicos, incluyendo la homosexualidad, la agresión, la impulsividad, la criminalidad, la obesidad, y el cuidado de los hijos. Lo que ha resultado en la resurgencia errónea del movimiento del determinismo del conductivismo genético, implicando que el factor hereditario resulta siendo el más relevante, en lo que a los comportamientos humanos respecta.

edu.red

Pandora…

Lo que aún no se ha demostrado.

La pregunta que emerge, de lo antedicho, es la siguiente: ¿Son los comportamientos humanos endogámicos e indelebles, como si fuesen imperativos biológicos inmutables, o es el entorno el que modula nuestras reacciones? Estas preguntas están en las mentes de los pensadores en nuestras sociedades cultas, formando la base del dilema de la natura contra la crianza, una locución extraña para los biólogos quienes reconocen que los comportamientos sólo existen dentro del marco de las influencias del medio ambiente. Lo que no impide que esta controversia exista más por razones políticas que por las verdaderamente científicas.

¿Qué consecuencias sociales los diagnósticos genéticos de inteligencia, criminalidad u homosexualidad tendrían en nuestra sociedad? ¿Qué efecto el descubrimiento de un gen para la criminalidad pondría en nuestro sistema legal? Si encontramos un gene gay ¿resultaría en mayor o en menor intolerancia? ¿Significaría que los que son gay están "enfermos" y que deben de procurar su "cura"? Y, ¿qué medidas tomaría la sociedad para prevenir el nacimiento de personas afligidas con el gene culpable?

Existen varios obstáculos demostrados en la correlación del genotipo (el componente genético individual) con el comportamiento manifiesto o fenotipo. Un problema es la definición acertada de lo que caracteriza la esquizofrenia o la inteligencia y otro problema es la identificación y exclusión de otras causas para el trastorno en cuestión. Por lo que hay que ser muy específico en lo que se determina como producido genéticamente y en lo que, simplemente, se cree serlo — antes de haber sido corroborado de manera científica e irrefutable.

¿Cómo afectan los genes el comportamiento?

No gen en aislamiento determina por sí mismo un tipo específico de comportamiento. Los comportamientos son rasgos muy complejos que involucran múltiple genes los cuales son afectados por un sinnúmero de factores. Este es un asunto que se olvida cuando se hacen afirmaciones exageradas de que existen genes para "Dios", la obesidad o la homosexualidad — lo que confunde al público en general e incita pasiones en algunos elementos que están listos a tomar la oportunidad propicia par devenir ventajas personales, políticas, y egotistas.

Tomemos como ejemplo el estudio, ya aludido, que fuese publicado en el 1999 proponiendo que la sobre-expresión de un gen específico en los ratones resultaba en una mejora en "la capacidad de aprender". De inmediato, los medios de comunicación — siempre sedientos por algo nuevo, que pasar por nuevas — se referirían a este "nuevo gen" como "el gene del aprendizaje" o el "gen de la sabiduría". Lo que la prensa nunca dijo sería que la mejora en el aprendizaje que se observara en el estudio solo duraría unas pocas horas o, a lo más, unos pocos días.

Pero, a pesar de que los resultados fueran inconcluyentes, nadie se ha preocupado en tratar de explicar los cambios, aunque breves, que ocurrieran en los ratones sometidos al, experimento "famoso".

Lo que es de importancia para quienes nos leen, es el hecho de que dando el nombre a un gene del "gen de la inteligencia" le da al público la falsa impresión de de que los científicos ahora saben, mucho más de lo que han demostrado conocer, acerca de estos asuntos cruciales. Una vez que se propagaran las nuevas del "gen de la inteligencia" se comenzaría a hablar de bebés diseñados y del potencial de que de embriones de ingeniería genética podrían programarse la inteligencia y otros rasgos deseables, a generaciones futuras. Cuando en la realidad el camino de los genes, hacia las proteínas, en su pasaje al desarrollo y el comportamiento, permanece un misterio.

Con los trastornos humanos, sus comportamientos, o con cualquier característica física, los genes no son más que una parte circunscrita de la historia, porque una gran variedad de factores del entorno, amén de los genéticos, están involucrados en la evolución de cualquier rasgo. La existencia de una cierta variación genética no significa necesariamente, que un rasgo específico será expresado. La presencia de ciertos factores genéticos puede aumentar o suprimir otros factores hereditarios. Los genes, asimismo se encienden y se apagan, existiendo factores que son responsables porque se expresen o no. En adición, la proteína codificada en el gene, puede ser modificada en maneras que puede afectar su habilidad de conducir sus funciones celulares.

edu.red

Fenilcetonuria

Los factores genéticos pueden también influenciar la manera como ciertos factores del entorno afectan cierto rasgo en particular. Por ejemplo, una persona puede acarrear una variación genética que facilita que sufra de enfisema por fumar — un factor del entorno. Pero, si esa persona nunca fuma, entonces, el enfisema nunca tendrá lugar — en esto, por lo menos, creemos.

La Ley de la Biogénesis

En la biología es una ley que establece que las etapas embrionarias tempranas de las especies en el proceso evolutivo, se parecen a los embriones de especies ancestrales como son los peces. La ley se refiere solamente a los estados embrionarios y no a los estados adultos, porque, a medida que el desarrollo procede, los embriones de las distintas especies se tornan más y más disimilares entre ellos.

Una forma temprana de esta ley fue formulada por el zoólogo estonio del siglo XIX K. E. von Bauer, quien observara que los embriones se parecen entre ellos pero no a los adultos de otras especies. Más adelante una teoría incorrecta seria propuesta por el zoólogo de la misma época Ernest Heinrich Haeckel quien estipulara que el desarrollo de los embriones (ontogenia) recapitula el desarrollo evolutivo de los antepasados del mismo animal (filogenia).

Analizando un artículo de índole personal que Steven Pinker[2] publicara en el NY Times acerca del análisis de su propio genoma podremos mejor apreciar la profundidad del asunto que aquí nos ocupa.

El titulo que Pinker diera a su artículo fue

My Genome My Self (Mi Genoma Soy Yo)

Así leen las palabras del introito

El distinguido profesor de la Universidad de Harvard nos informa del hecho de que, durante su vida como psicólogo, ha sido sujeto a pruebas estructuradas para determinar su inteligencia, sus rasgos personales, su orientación política, asimismo ha sido sujeto a escáneres de su cerebro, y será sometido, muy pronto, a una prueba — para muchos innecesaria — en la que se determinará su amor marital por la mujer a quien eligiera por esposa.

El resultado de esa "prueba" — pensamos algunos — será de algún interés a la mujer con quien está casado y, a quien aun no sabe si ama, hasta que alguien desde el laboratorio, se lo confirme. ¡La tecno-ciencia al recate del amor como sentimiento básico!

Pero, todo es válido, si es que se hace en el nombre del saber.

Pinker continúa. Cuando nos dice que él aceptó el reto de hacer la secuencia de su genoma y de que los resultados del mismo fueran publicados en el Internet acompañados de su historial médico.

edu.red

Foto de Pinker que acompaña el artículo del NY Times

Más adelante Pinker, también nos ilumina con revelaciones personales, que en el artículo mencionado hiciera, las que aparecerán en itálicas por el resto del texto que sigue.

El otoño pasado, yo me sometí a los encantos de lo más avanzado que existe en la tecnología más sofisticada, durante el proceso de desnudar mi alma, yo permití que hicieran una secuencia de mi genoma el que, a su vez, haré para todos disponible en el Internet en conjunto con mi historial médico. La oportunidad vino cuando el biólogo George Church procuró 10 voluntarios para dar comienzo a su ambicioso proyecto P.G.P (Personal Genome Project). Este Proyecto contendrá la base informativa y las características de 100,000 personas para determinar, con la asistencia de genéticos de todas partes del mundo, los pronosticadores de rasgos hereditarios, médicos y de comportamientos individuales.

El significado del PGP es muy simple y directo. Es un desarrollo comercial de la genética, de venta, para el consumidor. Por etiquetas de precio que varían entre 100,000 y cuatrocientos dólares, cualquier persona puede ordenar su propio genoma personal.

Tan simple

Pinker nos continúa diciendo

Es como en los días tempranos del Internet, la alborada del genoma personal promete beneficios y desventajas que nadie puede todavía adivinar. Lo que sí es cierto es que la industria de los seguros médicos se beneficiará, especialmente de las debilidades de los neuróticos e hipocondriacos quienes serán sus propios médicos en un nuevo orden de medicina — no sin fronteras — sino en una nueva "medicina sin límites".

Además, dice el psicólogo que no cree en la música como instinto (Véase mi artículo: Música: Evolución y Destino… "Yo sé por qué, el pájaro, canta en su jaula…").

A simple vista familiarizarse con el código de la vida probablemente nos confrontará con el portamanteo asociado con la idea de nuestra naturaleza básica. La razón siendo que el genoma, no sólo contiene información acerca de nuestras enfermedades, sino que asimismo tiene mapas de nuestro temperamento y propensiones. La pregunta de "¿quién soy?" Será legítima como lo serán las que cubren nuestro árbol genealógico y las selecciones que hacemos en nuestras vidas.

edu.red

Ecce homo ?d?? ? a????p??

Por ejemplo, como sucede con casi todos a quienes conocemos, Pinker no puede determinar la razón por la cual terminara dedicando su vida profesional a la psicología cognitiva y al desarrollo del lenguaje específicamente, como tampoco parece saber la razón porque decidiera casarse con la mujer con quien lo hiciera…

Todo lo que puede decirnos es que los genes influyen de alguna manera en las oportunidades que la vida nos presenta y que de ello derivan nuestras decisiones finales. Aunque admite que algunas de nuestras aptitudes, inclinaciones y temperamentos son rasgos esencialmente ingénitos, aunque no comprendamos cómo éstos se desarrollan de entre todas las posibilidades existentes o de cómo, precisamente, estos nos influyen.

Él cree firmemente en que los genes algún día nos dirán lo que hace que alguien sea decente o vil, ambicioso o pasivo… La respuesta, el psicólogo presume, que estará contenida en el análisis del genoma personal.

Pero, aún así existen riesgos asumidos cuando se abren cajas de Pandora. El descifrar el genoma es una de éstas…

Reflexionando acerca de la inspección de los mensajes contenidos en el genoma, Pinker continúa sus reflexiones

edu.red

Trisomía 21

Analizando el genoma de una persona es algo muy distante de ser inocuo. En el Siglo XX muchos intelectuales abogaron por la idea de que los bebés eran tabla rasas en las que los padres y la sociedad escribían el destino. Haciéndolo así les permitía distanciarse de de doctrinas tóxicas como la de las razas superiores, del apareamiento eugenésico, de las especies superiores, o de la absurda defensa legal del Twinkie, donde se atribuyen la culpabilidad de actos criminales a los genes, de modo que individuos, o la sociedad pudieran evadir las responsabilidades por las acciones propias.

Nunca dejemos que la noción del "determinismo" obstruya el entendimiento de nuestras raíces genéticas. Para algunas enfermedades, como sucede con la enfermedad de Huntington, el determinismo genético es simplemente lo correcto: todos los que heredan el gene defectivo, viviendo lo suficiente, desarrollará esta condición. Aunque el desenlace final dependa de otras circunstancias imprevistas.

Con el genoma personal aún en su infancia todavía no sabemos si podrá algún día revelarnos detalles acerca de nuestros rasgos personales. Aunque la evidencia proveniente de otras fuentes nos aseguran de que la información existe en algún sitio todavía recóndito para nuestros medios de investigación actuales.

El hallazgo más prominente de la genética del comportamiento lo resume el psicólogo Eric Turkheimer de esta manera: "El debate entre la natura y la crianza (nature vs. nurture) ha cesado… todos los comportamientos humanos son hereditarios…"

Turkheimer y quienes como él piensan, mantienen que es cierto que muchas de las diferencias que existen entre distintas personas no pueden ser atribuidas solamente a los genes. Entre los más desatacados se encuentran las diferencias culturales, el valor de cuyas influencias todos reconocen.

El efecto en particular de esta última atribución permanece uno que los genéticos no saben cómo medir, o mucho menos, interpretar de modo adecuado en sus investigaciones.

Pinker dedica mucho espacio en su artículo al debate interminable y, para siempre inconcluso, entre la naturaleza y la crianza, dejándonos tan claros, o tan confusos, como siempre estuviéramos antes de considerar su razonamiento tan circular como poco persuasivo en estos asuntos.

Pero, el científico permanece optimista como en seguida leeremos

Todo lo que he expresado prepara el tablado para que entendamos lo que podemos esperar del genoma personal. Nuestros genes son una gran parte de lo que somos. Pero aún si conociéramos los pronosticadores genéticos, con absoluta certeza, todavía restarían muchas cosas acerca de nuestra naturaleza que el genoma no puede elucidar.

edu.red

Genoma humano

El PGP comenzará con el análisis del exoma: el 1% de nuestro genoma que se traduce en cadenas de aminoácidos que se conectan entre ellos para hacer proteínas. La gran mayoría de las enfermedades hereditarias que ya entendemos involucran diferencias mínimas de uno de los exones que colectivamente constituyen los exomas — lo que nos indica que es un lugar lógico donde empezar.

En mi caso, sólo una porción de mi exoma ha sido secuenciado por PGP, y hasta ahora, nada extraordinario se ha encontrado. Aunque tengo que confrontar la decisión que confrontará a todos quienes tengan su genoma analizado. ¿Deseo enterarme de la existencia en mí de genes que pueden significar que sufriré de condiciones potencialmente letales? Por ejemplo, uno de mis colegas, cuyo padre murió del mal de Huntington, decidió no averiguar si él posee el gen en cuestión.

James Watson, quien con Francis Crick descubrió la estructura del ADN, decidió no saber si era candidato para sufrir de la enfermedad de Alzheimer.

Para mí, todos sufrimos de una condición genética llamada la "mortalidad" y cómo nos ajustamos a esta realidad, involucra la negación, la resignación o la religión. Siendo humano, yo compartí con Watson la idea de no recibir la misma información acerca de mis posibilidades de adquirir el Alzheimer.

Yo sé desde el 1972 que estoy claro para Tay-Sachs y que soy portador de una copia del gene para la disautonomía familiar (síndrome de Riley-Day). Pero, como no tengo hijos, eso será de interés particular para mis sobrinos y sobrinas.

edu.red

ADN

Las únicas noticias que me fueron útiles, provenientes de mi genoma son que estoy a un riesgo de 12.6% de que me afecte el cáncer de la próstata y que asimismo tengo un 26.8% de desarrollar diabetes tipo II. Lo que no sé es qué hacer con esa información…

El nuevo "juguete" de la codificación del genoma, en manos de Pinker, se deshilvana como lo que es, una seducción a aplicar cierto narcisismo secundario de lograr superar lo que el destino posee en contra nuestra — algo que todo terapeuta reconoce instantáneamente, cuando lo ve.

Aquí vale la pena que reflexionemos en la poco conocida Paradoja de Geno — no a ser confundida con la Paradoja de Zenón. De acuerdo a Pinker, ésta nos dice que por mucho tiempo la genómica personal será usada más por sus aspectos recreativos que por sus aspectos clínicos y diagnósticos.

Lo que Pinker nos reitera es que, por necesidad, algunos padres querrán saber si sus hijos van a ser altos o no, o si van a gozar de inteligencia excepcional. A lo que que uno puede tener curiosidad en lo que harán, luego de obtener esta información, si le es adversa.

Los atributos nobles de la personalidad serán algún día sopesados junto a los negativos, y, entonces ¿qué? Ya que los genes mutan, y que sabemos que no simple gene califica para producir de manera infalible el rasgo anticipado.

edu.red

Lo que conduce a reflexiones acerca de la herencia de la inteligencia, aunque no se define el concepto y aún a lo más engorroso, la herencia del autismo y de la esquizofrenia.

La pesquisa por los genes de la personalidad y los que determinan la obesidad y el abuso de sustancias no están codificados, pero parece ser más importante, por razones cosméticas si codificamos los que se asocian con la estatura y el "genio".

Prosiguiendo en sus reflexiones que llenan unas 28 páginas doble espaciadas, Pinker nos advierte de lo siguiente

Sabemos que algunos genes se han asociado con lealtad y dedicación personal y con la tendencia de explosiones antisociales. Lo que hace de ésta una ciencia desorganizada llena de falsas alarmas, resultados contradictorios y muy poco que mostrar.

Pero, la genética personal está con nosotros y con nosotros permanecerá. Así que si uno está espoleado por curiosidad científica o personal, o si lo que uno desea es conocerse a sí mismo la sugerencia de François La Rochefoucauld aun es válida: "La opinión que nuestros enemigos tienen de nosotros, siempre vive más cerca a la realidad que la nuestra".

Así concluimos nuestra reducción a tamaño manejable de la disertación del Profesor Steven Pinker.

edu.red

Genética animal

En resumen

En esta ponencia hemos hecho una descripción del estado del arte de la genética del comportamiento y de la de obtener el genoma propio por razones personales. La modificación genética de nuestros alimentos y el mejoramiento de algunos de nuestros rasgos individuales se consideran hechos que están dentro de nuestras posibilidades cercanas.

La genética en general nos ofrece oportunidades para alimentar un mundo de población galopante y para controlar la reproducción demográfica. Nuevas enfermedades y nuevas bacterias resistentes a las curas conocidas nos sorprenden cada día.

¿Qué podemos hacer para modificar nuestra predisposición a hacer guerras, a cometer toda clase de crímenes y a perpetuar toda forma de injusticia?

No lo sabemos, porque los genes son partículas de proteínas que nos constituyen pero existen otros factores epigenéticos que residen en nuestros cerebros y que, sin poderlos definir y sin haberlos entendido, no podríamos tratar de enjaezarlos éticamente hablando.

Mientras esperamos, debemos de aprender. Ese ha sido el propósito de esta lección.

Bibliografía general

Larocca, F: (2007) Del gen de la obesidad… "Of Mice and Men"… en monografías.com

Larocca, F: (2007) Phineas P. Gage y su significado en la neurociencia en psikis.cl y en monografías.com

Larocca, F: (2007) El gen homicida y atavismos que matan en monografías.com

Larocca, F: (2007) ¡Médico! en monografías.com

Larocca, F: (2007) La fenilcetonuria – Glioma del nervio óptico en monografías.com

Larocca, F: (2008) Contra la Eugenesia en monografías.com

Larocca, F: (2008) La serendipia revisitada en psikis.cl y en monografías.com

Larocca, F: (2008) Déjame que te cuente genoma: La tragedia errante del hubris patológico en psikis.cl

Larocca, F: (2008) Fatiga crónica y fibromialgia con depresión asociada. La neurociencia aplicada en psikis.cl y en monografías.com

Larocca, F: (2008) Los dietistas, quienes los siguen y el pensamiento del satírico romano Juvenal en monografías.com

Larocca, F: (2009) El gen cumple cien años: Un breviario de la Ciencia Genética como celebración en monografías.com

Larocca, F: (2009) La ciencia mutante de la psicología evolucionista y sus alcances en monografías.com

Larocca F: (2009) La Teoría de la evolución cumple ciento cincuenta años y Darwin, ya celebra sus doscientos en monografías.com

Pinker, S: (2009) My Genome, My Self NY Times (Jan. 11)

Grandin, T: (1998) Genetics and the Behavior of Domestic Animals Academic Press

Bibliografía especial de artículos suministrados por solicitud

  • Larocca, F: (2008) El Zelota como heraldo del Mal…

  • Larocca, F: (2008) Las disfunciones sexuales y la neurociencia aplicada

  • Larocca, F: (2008) Los Puentes, el destino, el Pontífice del Mal

  • Larocca, F: (2008) Síncope vaso vagal o disautonomia

Notas:

  • (1) Crichton, J: (2007) Next (Harper) Este es un excelente libro del género science.fi, que habiendo sido escrito por un médico excepcional (ya no entre los vivos) proporciona una visión del futuro de la biogénesis. Como dividendo adicional, lo acompaña una bibliografía detallada al respecto.

  • (2) La mención de Steven Pinker aparece en muchas de mis ponencias disponibles en muchas fuentes de referencia. Para mejor entenderlo, sugerimos:

  • Larocca, F: (2009) Música: Evolución y Destino… "Yo sé por qué, el pájaro, canta en su jaula…" en monografías.com

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente