- Introducción
- Antecedentes
- Justificación
- Marco teórico
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Anexos
- Glosario
- Bibliografía
Introducción
En la actualidad, los brotes de violencia, que se manifiestan en cualquier nivel social de nuestra sociedad, han tomado un rol protagónico en nuestro espectro social. La violencia, es el pan de cada día, durante doce años he convivido con la demencia del terrorismo, y hoy en día vivimos en medio de la violencia urbana, la cual se acrecienta aceleradamente. La violencia social vino del campo y se quedó en la ciudad.
Hoy en día es muy común leer en los puestos de venta de periódicos, sendos titulares que rinden culto a las orgías de muerte y sangre, las cuales son publicadas por aquellos diarios denominados la prensa y nuevo diario.
De igual manera sucede cuando en algunas emisoras radiales que propagan noticias nefastas que lejos de informar fomentan el desconcierto en la población, y ni que hablar de la programación televisiva, en donde se emiten programas con contenidos sexuales muy fuertes, con actos y escenas violentas, que son trasmitidas en horarios inadecuados.
Si asumimos con pasividad la actual coyuntura de la violencia urbana en el escenario social, las nuevas generaciones de bluefeña tendrán como socialización y formación una cultura de la violencia, la cual estará muy arraigada en el medio en donde se desarrollan. Ahora bien, la presente investigación bibliográfica se enfoca desde una perspectiva sociológica respecto a la problemática de la Violencia Juvenil en El Puerto del Bluff.
El análisis es estructural y consiste en conocer las causas y efectos del mismo, obligándonos a conceptualizar las variables de Niño, Adolescente, Joven, términos que se confunden mucho cuando se trata este problema. Esta investigación bibliográfica que asume una posición multidisciplinaria y que propone el concurso abierto de todos aquellos profesionales comprometidos con el desarrollo de la población más vulnerable que tiene en la violencia como un patrón de conducta generalizada; Los Jóvenes.
Para finalizar, el fenómeno de la violencia juvenil en el Puerto El Bluff, es un problema de estructura y no de coyuntura. Es un problema social en la cual se necesita el apoyo y concurso del Estado y la sociedad civil en su conjunto, para que en un futuro tengamos hombres de provecho y forjados para el bien de nuestro país.
Antecedentes
La violencia juvenil es una de las formas de violencia más visibles en la sociedad. En todo el mundo, los periódicos y los medios de radiodifusión informan diariamente sobre la violencia juvenil de pandillas, en las escuelas y en las calles. En casi todos los países, los adolescentes y los adultos jóvenes son tanto las principales víctimas como los principales perpetradores de esa violencia. Los homicidios y las agresiones no mortales que involucran a jóvenes aumentan enormemente la carga mundial de muertes prematuras, lesiones y discapacidad.
La violencia juvenil daña profundamente no solo a las víctimas, sino también a sus familias, amigos y comunidades. Sus efectos se ven no solo en los casos de muerte, enfermedad y discapacidad, sino también en la calidad de vida. La violencia que afecta a los jóvenes incrementa enormemente los costos de los servicios de salud y asistencia social, reduce la productividad, disminuye el valor de la propiedad, desorganiza una serie de servicios esenciales y en general socava la estructura de la sociedad.
No se puede considerar el problema de la violencia juvenil aislado de otros comportamientos problemáticos. Los jóvenes violentos tienden a cometer una variedad de delitos; además, a menudo presentan también otros problemas, tales como el ausentismo escolar, el abandono de los estudios y el abuso de sustancias psicotrópicas, y suelen ser mentirosos compulsivos y conductores imprudentes y estar afectados por tasas altas de enfermedades de transmisión sexual.
Sin embargo, no todos los jóvenes violentos tienen problemas significativos además de su violencia ni todos los jóvenes con problemas son necesariamente violentos. Hay conexiones cercanas entre la violencia juvenil y otras formas de violencia. Por ejemplo, presenciar actos violentos en el hogar o sufrir abuso físico o sexual puede condicionar a los niños o adolescentes de tal modo que consideren la violencia como un medio aceptable para resolver los problemas.
La exposición prolongada a conflictos armados también puede contribuir a crear una cultura general del terror, que aumenta la incidencia de la violencia juvenil.
Justificación
Esta investigación bibliográfica que he realizado tiene como propósito, identificar y señalar las acciones y medios en los que incitan a los y las jóvenes hacer violentos, con personalidades irresponsables y con una práctica constante de antivalores.
Paulatinamente se va formando el estado de ánimo por el desafío a la autoridad, cualquiera que sea esta; sin distinción de familiaridad o sin vínculo familiar.
El estado de violencia juvenil como tal, es un proceso que según la forma de practica o ejercicio de la autoridad familiar, esta llega a darse, ya que su raíz se presenta en los padres de familia que son muy permisivos o demasiados estrictos, en donde el joven desea liberación, en donde la liberación se convierte en libertinaje y el libertinaje para poder ser alcanzado o ejercido constantemente, requiere de medios, medios que solo son alcanzado en la mayoría de los casos a través del robo, asalto, agresión o estafa hacia otras personas que son más propensa a vivir violencia de tipo económica.
Tal es el caso de algunos jóvenes que los instigan a dar el dinero que sus padres de familia se dan para su receso.
Dicho dinero, en su cincuenta por ciento, es utilizado para adquirir o consumir algún tipo de droga, ya sea esta, cigarrillo, alcohol o marihuana. Otro tanto es utilizado como medio para comprar alimentos como repostería, frescos naturales y en ciertos casos en recargas electrónicas.
Como he descrito, la violencia es ejercida, vivida y aplicada desde diferentes puntos de vista en la vida diaria del joven de nuestra hermosa comunidad. Si las personas en su totalidad reconocen el cómo se manifiesta la violencia, se fomenta, se incorpora en la persona y se aplica por la misma; el efecto de violencia juvenil la viviremos en un contexto de criminalidad juvenil, siendo que el paso siguiente a la violencia juvenil.
Resaltare que las personas y en especial los jóvenes deben de reconocer la diferencia entre violencia juvenil y criminalidad juvenil, ya que el segundo término hace referencia a sicarios o asesinos a sueltos. En donde el medio droga no solo queda en el consumo, sino en la distribución a gran escala en todos los sectores de la sociedad.
Como joven tengo una familia extensa en donde, como jóvenes podemos caer en el círculo de la violencia juvenil; por dicha razón me es indispensable dar a conocer las formas en que se presenta la violencia entre los jóvenes con o hacia otros jóvenes.
Objetivo.
Objetivo general:
Desarrollar los antecedentes, conceptos, características y prácticas de jóvenes que promueve la violencia juvenil en la localidad del Puerto El Bluff en el año dos mil catorce.
Objetivos específicos:
Conocer los antecedentes que se dieron en la formación de la violencia juvenil.
Describir los conceptos que envuelven el estado de violencia juvenil desde un punto de vista sociológico y psicológico.
Especificar las diferentes características que presentan los jóvenes cuando ejercen violencia entre jóvenes.
Resumir las prácticas de violencia juvenil que son producidas en el contexto social.
Sugerir medidas de cambio personal, familiar, social e institucional para contrarrestar la violencia juvenil.
Bosquejo
1. Descripción del concepto de Violencia.
1.1 Delimitación de Conceptos: Conflicto, Agresividad, Agresión, Violencia y Delincuencia.
1.2 Conceptualización de la Violencia.
1.3 Conceptualización de la Violencia Juvenil.
2. Causas de la Violencia Juvenil
3. Factores que inciden a la violencia juvenil:
3.1 Factores Sociales.
3.1.1 Las Migraciones por Convicción.
3.1.2 Las Migraciones por Coacción.
3.1.3 La Violencia Familiar.
3.1.4 El terrorismo.
3.2. Factores Económicos
3.3. Factores Culturales.
4. Comportamientos de riesgo relacionados con la violencia juvenil.
5. La dinámica de la violencia juvenil.
6. Violencia en los centros educativos.
7. Caracterización Psicodinámica de la Violencia.
8. Desarrollos Metapsicológicos Freudianos acerca de la Violencia.
9. Desarrollos Post freudianos acerca de la Violencia.
Marco teórico
1. Descripción del concepto de Violencia.
1.1 Delimitación de Conceptos: Conflicto, Agresividad, Agresión, Violencia y Delincuencia.
Algunos términos son utilizados con frecuencia en forma indiscriminada para describir a los adolescentes violentos; es por ello que resulta importante conocer el alcance de los mismos. En este punto, se presentan las definiciones más abarcativas acerca de estos términos, a través de la delimitación de los conceptos de conflicto, agresividad, agresión, violencia (que será desarrollado más ampliamente en el próximo punto) y delincuencia.
El término conflicto suele ser definido, en general, como el conjunto de factores que se oponen entre sí. Desde el psicoanálisis se considera al conflicto como constitutivo del ser humano (Laplanche y Pontalis, 1996) y desde diversos puntos de vista: conflicto entre el deseo y la defensa, conflicto entre sistemas (Inc-Prec-Cc) y conflicto entre instancias (yo, ello y superyo). Además de ello se puede considerar el conflicto entre pulsiones, el conflicto edípico y el conflicto con lo prohibido o el superyo. La resolución del conflicto implica un trabajo orientado a la obtención de un nuevo equilibrio psíquico, más estable que el anterior.
Con respecto a la agresividad, la misma representa la capacidad de respuesta del organismo para defenderse de los peligros potenciales procedentes del exterior (Echeburúa, 1989). Esto implica considerar a la agresividad como una respuesta adaptativa de los seres humanos que forma parte de las estrategias de afrontamiento de que disponen los mismos. En este sentido, Lolas (1991) distingue tres dimensiones en la noción de agresividad: una conductual a la que denomina agresión, una fisiológica que apunta a los concomitantes viscerales y autonómicos y que forma parte de los estados afectivos, y por último, una vivencial o subjetiva a la que denomina hostilidad y que califica la experiencia del sujeto. Esta conceptualización de la agresividad permite afirmar que todas las personas son agresivas pero no necesariamente violentas.
En forma directamente relacionada con la agresividad, se encuentra el término de agresión, ya que el mismo remite a la conducta mediante la cual la potencialidad agresiva se pone en acto. A través de esta conducta, se puede entender que la agresión comunica un significado a través de las diferentes formas que adopta (motoras, verbales, gesturales, posturales, etc.). Esta conceptualización de la agresión permite observar que la misma tiene un origen (agresor) y un destino (agredido); en este punto resultan fundamentales los desarrollos de Benyakar (2003), quien plantea que el rasgo fundamental de la agresión es que el ejecutor del daño se presenta abiertamente como tal, emitiendo signos que alertan al destinatario y que le permiten desarrollar modos de defenderse.
A diferencia de la agresión, la violencia tiene, por el contrario, un carácter destructivo sobre las personas y los objetos, lo cual supone una profunda disfunción social. Continuando con los desarrollos de Benyakar (2003), el autor sostiene que lo que diferencia a la agresión de la violencia, es que en esta última el ejecutor del daño aparece enmascarado, solapado y no permite al otro advertir la amenaza contenida en la situación, alertarse y defenderse; esto implica que la fuente productora de violencia no puede ser identificada por el agredido. Es interesante considerar la diferenciación que realiza Echeburúa (1989) acerca del término violencia: por un lado se encontraría la violencia que se desencadena en forma impulsiva o ante diferentes circunstancias tales como el abuso de alcohol, el fanatismo político o religioso, una discusión, etc. y por otro, la violencia que se presenta, como en el caso de la personalidad psicopática, de una forma planificada, fría y sin ningún tipo de escrúpulos.
Por último, el concepto de delincuencia implica un significado diferente a los anteriores, ya que la misma se refiere a la transgresión de los valores sociales vigentes en una comunidad en un momento histórico determinado. En este sentido, la delincuencia puede acompañarse o no de conductas violentas (Echeburúa, 1989).
Como se puede observar en estas conceptualizaciones, la delimitación de estos términos a menudo no es muy clara y pueden llevar a confusiones al intentar realizar un diagnóstico adecuado. Sin embargo, a modo de síntesis, se pueden considerar algunas características particulares que los distinguen: el conflicto es constitutivo del ser humano, la agresividad representa la capacidad de respuesta del organismo para defenderse de los peligros potenciales procedentes del exterior, la agresión remite a la conducta mediante la cual la potencialidad agresiva se pone en acto, la violencia tiene un carácter destructivo sobre las personas y los objetos imposibilitando la defensa, y la delincuencia implica la transgresión de valores sociales pudiendo estar acompañada o no de conductas violentas.
1.2 Conceptualización de la Violencia.
La raíz etimológica del término violencia remite al concepto de fuerza, dado que es la combinación de dos palabras en latín, la raíz "vis" (fuerza) y el participio "latus", de la palabra "tero" (acarrear, llevar). Esto significa que la palabra violare, violencia, en su origen etimológico tiene el sentido de acarrear fuerza hacia. Es interesante considerar que en la palabra violencia surge la palabra fuerza, la misma que emplea Foucault (1979) para referirse al poder como una fuerza material, una acción que se ejerce para controlar el deseo del otro. Por lo tanto, la violencia presupone el uso de la fuerza, dimensión del poder donde hay alguien que lo posee y lo ejerce, y alguien que está desposeído y lo sufre (Angelino, 2006). Por otro lado, la raíz "vis" forma parte de palabras de significado contrapuesto tales como violación o virtud: violación como forzamiento y negación de la voluntad del otro que es negado como individuo o como persona mediante el uso de la fuerza material y virtud como fuerza de ánimo, fuerza del valor, propio de la fuerza moral.
Desde la perspectiva de la mitología griega, la Violencia era una divinidad alegórica pagana llamada Bia por los griegos. En este punto, Misgalov (1986) expresa que era hija de la ninfa Efigia y del gigante Palas, yjunto con sus hermanas la Fuerza (Cratos) y la Victoria (Niké) y Zelos, vivió desde su niñez en el Olimpo, protegida por Zeus. En la Ciudadela de Corinto hubo un templo dedicado a la Violencia y a Némesis, quien más que una divinidad era una fuerza divina, abstracta, que mantenía el orden y el equilibrio entre el poder, la riqueza y la belleza excesivos. A la Violencia se la terminó considerando como la diosa de la venganza y suele ser graficada como una mujer armada con una coraza que con una maza mata a un niño.
En el marco del "Informe mundial sobre la violencia y la salud. Maltrato y descuido de los menores por los padres u otras personas a cargo", realizado por la Organización Mundial de la Salud- OMS, Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi, y Lozano (2003), definen la violencia como el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. Esta definición comprende tanto la violencia interpersonal como el comportamiento suicida y los conflictos armados, cubriendo también una amplia gama de actos que van más allá del acto físico para incluir por un lado, las amenazas y las intimidaciones, y por otro lado, las numerosísimas consecuencias del comportamiento violento tales como los daños psíquicos, las privaciones y las deficiencias del desarrollo que comprometen el bienestar de los individuos, las familias y las comunidades. Desde esta perspectiva, la violencia es subdividida en tres grandes categorías de acuerdo con el comportamiento del autor del acto violento: por un lado se encuentra la Violencia dirigida contra uno mismo (comportamientos suicidas y autolesio- nes); por otro, la Violencia interpersonal (dividida en dos subcategorías: a violencia intrafamiliar o de pareja que incluye el maltrato de los niños, la violencia contra la pareja y el maltrato de los ancianos y b- violencia comunitaria que incluye la violencia juvenil, los actos violentos azarosos, las violaciones y las agresiones sexuales por parte de extraños así como también la violencia que se lleva a cabo en establecimientos como escuelas, lugares de trabajo, prisiones y residencias de ancianos); y por último, la Violencia colectiva (conflictos armados dentro de los estados o entre ellos, genocidio, represión y otras violaciones de los derechos humanos, terrorismo y crimen organizado).
Más allá de esta definición abarcativa realizada por una prestigiosa institución internacional, la violencia ha sido conceptualizada desde diferentes perspectivas teóricas, que a continuación se exponen brevemente.
Desde los conceptos de la psicología conductual, Echeburúa (1989) plantea que la violencia tiene un carácter destructivo sobre las personas y los objetos y supone una profunda disfunción social. El autor reconoce la existencia de predisponentes psicosociales en el desarrollo de las personalidades antisociales en la adultez, que aluden al conjunto de circunstancias que favorecerían la emergencia de conductas violentas. Entre estos predisponentes incluye el abuso infantil, el nivel socioeconómico bajo, la residencia en barrios marginales y en viviendas hacinadas, la falta de escolaridad suficiente, el subempleo, la humillación, el castigo físico sistemático, la ruptura familiar y el aprendizaje social que facilita la adopción temprana de conductas antisociales así como también la búsqueda de reforzamientos alternativos poco convencionales. En la misma línea que Echeburúa, del Corral (1989) afirma que el mejor predictor del delito violento en la vida adulta surge de la interacción entre cierta vulnerabilidad psicológica y una historia de abuso y/o violencia familiar.
Desde una perspectiva social, Franco (1993) explica que la violencia no puede ser considerada como un conjunto de hechos que suceden aisladamente, sino que debe ser comprendida como un proceso. Este proceso se desarrolla a partir de condiciones estructurales del individuo y el contexto en el cual toma lugar, haciendo que en ocasiones seamos víctimas de la violencia o por el contrario, agentes activos, cómplices o tolerantes de la violencia. En esta línea, la modalidad abusiva del ejercicio del poder emerge en sistemas humanos donde existen interacciones abusivas facilitadas por un sistema de creencias y valores que las justifican (Garrido, 2002).
Desde el punto de vista de la psiquiatría, Basile (1999) explica que la violencia ocurre cuando se rompe el balance entre los impulsos y el mecanismo de control del yo, lo cual significa que si bien una persona puede tener fantasías o pensamientos violentos, a menos que se pierda el control, éstos no se convierten en actos. Esta definición implica que cualquier situación que produzca un incremento de los impulsos agresivos en el contexto de una disminución de control, puede producir actos violentos.
Con respecto a la conceptualización psicodinàmica de la violencia, como se expresó anteriormente, la misma será profundizada en el tercer punto. En este apartado, sólo se mencionará una definición de la violencia realizada por Rojas, Kleiman, Lamovski, Levi y Rolfo (1990) quienes la caracterizan como el ejercicio absoluto del poder de uno o más sujetos sobre otro, que queda ubicado en un lugar de desconocimiento, es decir, no reconocido como sujeto de deseo y reducido en su forma extrema a puro objeto. Esta conceptualización alude al uso del poder al igual que la definición planteada desde la OMS e implica considerar, de alguna manera la violencia por su eficacia. Desde este punto de vista, la eficacia de la violencia consiste en anular al otro como sujeto diferenciado, sumiéndolo en una pérdida de identidad y singularidad que señala el lugar de la angustia.
1.3 Conceptualización de la Violencia Juvenil.
Con respecto a la conceptualización de la violencia juvenil, la misma plantea dificultades en la definición operacional, debido a la variedad de posturas teóricas y de las implicaciones y restricciones que cada una conlleva. En este punto, Kazdin (1993) plantea que al referirse a la violencia juvenil y/o a la conducta antisocial en niños y adolescentes, suelen utilizarse diversas denominaciones, entre las que se encuentran los términos conducta disruptiva, trastorno de la conducta, agresión, comportamiento delictivo y conducta externalizada.
Considerando nuevamente el ""Informe mundial sobre la violencia y la salud. Maltrato y descuido de los menores por los padres u otras personas a cargo", realizado por la Organización Mundial de la Salud- OMS, Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi y Lozano (2003) definen la violencia juvenil como aquella que afecta a personas de edades comprendidas entre los 10 y los 29 años. Para los autores, la violencia juvenil abarca un abanico de actos agresivos que van desde la intimidación y las peleas hasta formas más graves que incluyen el homicidio. En este informe, destacan que si bien algunos niños presentan problemas de comportamiento en la primera infancia que van derivando hacia formas más graves de agresión al entrar en la adolescencia y suelen persistir en la vida adulta (Huizinga, Loeber y Thornberry, 1995; Nagin y Tremblay, 1999; Stattin y Magnusson, 1989), la mayoría de los jóvenes que se comportan de forma violenta suele hacerlo durante períodos más limitados, en especial en la adolescencia, y tras haber mostrado pocos o ningún signo de problemas de comportamiento durante la infancia (Satcher, 2001).
En la misma línea, Reza, Krug y Mercy (2001) destacan que la violencia juvenil es una de las formas de violencia más visibles en la sociedad. Para los autores, ésto se debe a que en todo el mundo, la comunicación radial, televisiva y/o periodística informan diariamente sobre la violencia juvenil de pandillas en las escuelas y en las calles. Lamentablemente, en casi todos los países, los adolescentes y los adultos jóvenes son tanto las principales víctimas como los principales perpetradores de esa violencia.
En este sentido, plantean que los homicidios y las agresiones no mortales que involucran a jóvenes aumentan enormemente la carga mundial de muertes prematuras, lesiones y discapacidad. En concordancia con estas ideas, Dahlberg y Potter (2001) expresan que la adolescencia y los primeros años de la edad adulta constituyen un período en que la violencia, así como otro tipo de comportamientos se expresan con mayor intensidad.
LeBlanc y Frechette (1989), por otra parte, destacan que los jóvenes que tienden a delinquir sólo durante la adolescencia en busca de emociones suelen realizar estos actos en compañía de un grupo de amigos.
Los desarrollos realizados por Madaleno (2001) en la línea de la OPS/OMS muestran que la violencia juvenil es motivo de preocupación de la sociedad en general y que, aunque ha sido interpretada o definida desde diversos puntos de vista, el hecho trascendente es que es una violencia que no responde totalmente al encuadre de la violencia que manifiestan los adultos. La autora considera que la violencia juvenil es multicausal y permite reconocer la existencia de distintos factores: estructurales (desigualdad, pobreza, bajo nivel de desarrollo de la sociedad, falta de oportunidades de educación y trabajo); institucionales (carencias familiares, impunidad y desconfianza, mala calidad de educación, instituciones como la policía o la justicia) y directos o facilitadores (disponibilidad de armas, consumo de alcohol y drogas, falta de recreación y de espacios para actividades físicas).
Por otra parte, entiende que es necesario incluir la perspectiva de género en este grupo etéreo, debido a que en la perspectiva tradicional, la mujer es en la mayoría de los casos la víctima de la violencia y el varón el victimario, pero en la violencia juvenil se agregan creencias compartidas acerca de que los varones son percibidos como más violentos que las mujeres. Esta percepción se refleja tanto en el estigma social asociado a ser varón como en las expectativas sociales impuestas en los adolescentes varones que incluyen por ejemplo el conformar pandillas juveniles, jugar videojuegos violentos, tener mayor cantidad de peleas violentas como forma de solución de conflictos, etc.
Con respecto a la asociación de la violencia con otras patologías y/o comportamientos, resultan interesantes los desarrollos de Satcher (2001), quien plantea que el problema de la violencia juvenil no puede ser considerado en forma aislada de otros comportamientos problemáticos. En este punto, entiende que los jóvenes violentos presentan además otros problemas asociados tales como el ausentismo escolar, el abandono de los estudios y el abuso de sustancias psicotrópicas, caracterizándose por ser mentirosos compulsivos y conductores imprudentes y estar afectados por tasas altas de enfermedades de transmisión sexual.
Sin embargo, destaca que no todos los jóvenes violentos tienen problemas significativos además de su violencia ni todos los jóvenes con problemas son necesariamente violentos; por lo tanto considera fundamental conocer cuándo y en qué condiciones se presenta el comportamiento violento de acuerdo con el desarrollo de la persona para poder ayudar, de esta manera, a planificar intervenciones y políticas de prevención orientadas a los grupos de edad más críticos. En la misma línea, Farrington (2001) y Miczek, DeBoId, Haney, Tidey, Vivian y Weerts (1994) destacan que en los jóvenes que presentan comportamientos violentos y delictivos, es frecuente encontrar la presencia de alcohol, drogas o armas, lo cual aumenta las probabilidades de que se produzcan lesiones graves e incluso la muerte, ya sea del atacante o del agredido.
Estas conceptualizaciones de la violencia juvenil se corresponden con lo expresado por Quiroga (1994, 2001), quien sostiene que desde el punto de vista intrapsíquico, se considera que la adolescencia constituye el momento de mayor capacidad vital de un individuo, pero también el de mayor posibilidad de riesgo. Esto se debe a que la inermidad psíquica del adolescente lo pone en una situación de desamparo frente a la realidad que le resulta traumática por carecer de elementos mentales que posibiliten una ligadura representacional adecuada.
2. Causas de la Violencia Juvenil
En primer lugar se entiende por violencia a la acción o serie de acciones en las que se hace uso de la fuerza, en especial la fuerza física, con la finalidad o el propósito de destruir una cosa. También violencia es obligar a alguien a que haga algo en contra su voluntad o causarle daño.
Ahora bien, como su nombre lo indica la violencia urbana, es la que se desarrolla en la ciudad, ella no distingue una clase social, sexo, raza, o religión, puede ser violento tanto el individuo que viva en una urbanización residencial de Lima o como aquel individuo que vive en un asentamiento humano ubicado en algún cono urbano de la ciudad.
La violencia juvenil puede producirse de muchas formas; las invasiones, son un ejemplo clásico de estas manifestaciones de violencia en donde cierta población carente de un sitio en donde vivir, se posesionan ilícitamente de un terreno de propiedad privada, y que al momento de ser desalojados se enfrentan a la fuerza pública, en verdaderas batallas campales, y que en algunos casos hay pérdida de vidas humanas. Otro claro ejemplo de violencia juvenil, es el accionar de las pandillas.
Cuando las pandillas tratan de mantener una supremacía acaparando el territorio de otra pandilla, es un hecho seguro que se dará origen a un enfrentamiento encarnizado de extrema violencia, por el control del territorio en disputa, sobre este aspecto de la violencia urbana no podemos dejar de lado la alevosía y premeditación con la que los adolescentes actúan y cometen una infracción a la ley penal, con una clara y abierta predisposición a la violencia.
3. Factores que inciden a la violencia juvenil:
Hay factores que determinan la violencia juvenil, estos son:
3.1 Factores Sociales.
Las Migraciones. A partir de 1940 en Nicaragua, empieza a sufrir cambios en su estructura urbana por efecto de las migraciones. En 50 años, Managua la capital de Nicaragua se convierte en una Metrópoli. Ahora bien, bajo el contexto social de las migraciones, Managua es objeto de dos procesos migratorios muy bien definidos en el tiempo y espacio se sucede una migración por convicción y otra por coacción.
3.1.1 Las Migraciones por Convicción.
Que da inicio al gran flujo migratorio en el pacifico de Nicaragua, y que en 1946 da origen al surgimiento del tránsito terrestre comercial en masa hacia el caribe nicaragüense. En esta coyuntura el factor económico fue determinante para el incentivo de las migraciones, y es que por esa década el despegue económico de Managua, se vio atractivo para los individuos que residían en las provincias y tuvieron en la emigración una alternativa de movilidad social de sus lugares de origen, una alternativa de desarrollo personal, pues las inversiones de capitales extranjeros específicamente norteamericanas estaban en la mayoría de los sectores productivos del país. Ante esta situación, el fenómeno social sorprendió al Estado nicaragüense de aquella época, pues no tuvo los recursos suficientes como para afrontar los problemas que generó la migración, como la falta de viviendas, una creciente tendencia al hacinamiento del casco urbano y por ende el brote de una incipiente violencia urbana.
3.1.2 Las Migraciones por Coacción.
Esta oleada migratoria tiene su origen en la década de los ochenta cuando se dan las primeras incursiones terroristas en el centro del país, al interior de las provincias. Ante los brotes acelerados de la violencia social, los campesinos al verse desprotegidos, huyeron dejando sus campos y chacras para venir a asentarse en los principales polos de desarrollo de las ciudades de mayor despegue económico, con la finalidad de encontrar estabilidad económica y social.
En resumen las migraciones movilizan a grupos humanos y obedecen a la búsqueda de un bienestar personal, que se materializa en la ubicación y posesión de un terreno en donde vivir.
El migrante de provincia en ese afán de búsqueda de su bienestar, de una manera directa o indirecta, germina el fenómeno de la violencia urbana. Algunas de estas migraciones fueron pacíficas y ordenadas otras violentas y sangrientas, y es que en su la lucha por el afán de posesionarse de un espacio físico en donde vivir, fueron hacinando de esta forma a la alicaída capital nicaragüense en sus deteriorados y eriazos espacios físicos urbanos que le quedan.
3.1.3 La Violencia Familiar.
Se dijo que la familia es el primer ente socializador del nuevo individuo. Pero que sucede cuando en el seno de una familia, esta se encuentra desintegrada, con carencias en sus recursos económicos para subsistir, con valores morales deteriorados, en donde la violencia familiar es su modo de vida. Bajo esta influencia socializadora de la violencia familiar el nuevo individuo asumirá una aptitud de violencia como medio de vida ante la sociedad.
Ahora bien, una cultura de violencia se acrecienta cuando individuos con los mismos patrones de conducta (en este caso niños y adolescentes) que provienen de hogares con problemas de integración, se adecuan, se manejan, se identifican y se aceptan bajo los mismos códigos sociales dentro de su grupo o entorno social. Sobre esas bases de su identidad con la violencia buscarán hacerse sentir dentro del circuito social con manifestaciones de violencia juvenil.
Así "Uno de los factores predominantes de la delincuencia juvenil es el influjo negativo de la disolución o ineducación familiar, acompañada de la carencia de Comprensión y afecto". Para concluir con esta parte del tema, la familia como institución aún en pleno siglo XXI, es importante para el desarrollo de los nuevos individuos porque de no estar fortalecida, como el árbol mal abonado y sin cuidado dará malos frutos.
3.1.4 El terrorismo.
Es una parte de la Historia del Nicaragua que muchos de nosotros quisiéramos olvidar, ya que marcó en toda una generación de nicaragüenses el tener que vivir en el más escabroso miedo a los apagones y a las incursiones terroristas las que se producían tanto en el campo como en la ciudad. En tal sentido el terrorismo ha cumplido una doble función en la forma de socializar la violencia en nuestra sociedad; la primer como ya se vio, se origina en el segundo proceso migratorio a través de los desplazados del campo a la ciudad, con el fenómeno de la violencia social (terrorismo) que se genera a principios de la década de los 80 que azoto al país y en especial a las zonas rurales de Nicaragua, y que obligó a miles de personas (Desplazados) a movilizarse para evitar ser víctimas de la demencia terrorista existente en sus lugares de origen; y que vieron como única alternativa el emigrar a los principales centros de desarrollo urbano, en especial a la ciudad de Managua, volviéndola en una ciudad caótica, hacinada y sobre – poblada y con los consecuentes problemas ya conocidos.
Y la segunda es la que generó toda una cultura de la violencia en una generación de nicaragüenses ya que; "Los jóvenes y los adolescentes de hoy no saben lo que es vivir en paz ni en seguridad ni en tranquilidad. La violencia terrorista en Nicaragua ha durado aproximadamente entre 14 y 15 años, quienes han nacido hace 18 años que son los Adolescentes, no saben absolutamente lo que es tranquilidad, seguridad ni paz. Por lo tanto, una primera cosa que hay que decir es que la violencia se ha instalado como una cultura en la juventud de Nicaragua". Razón que hoy en día el gobierno impulsa diferentes alternativas de recreación y reinserción del joven a una vida libre de violencia.
3.2. Factores Económicos
Las alicaídas economías familiares de los sectores con menos recursos, son en algunos casos (o si se quiere entender en la mayoría de ellos) el factor económico que determina y condiciona la violencia urbana. Cuando se habla de la solidez de una economía familiar no se desvirtúa que alguno o todos sus miembros asuman aptitudes de violencia o posturas anómicas dentro de la sociedad.
Se manifiesta que la violencia emerge de los lugares marginados por la sociedad, además hay cierta predisposición a satanizar a la pobreza como generador de violencia, dicha aseveración cumple una proposición válida, pero no es total.
Ahora bien, no toda sociedad por ser pobre tiende a ser violenta, es más existen sociedades muy desarrolladas pero que tienen un alto índice de violencia, como por ejemplo la sociedad norteamericana.
Lo que sí queda claro es que las incidencias de violencia pueden tener mayor aceptación en los sectores más populosos de la ciudad de Bluefields, debido a una escasa o pobre educación, a la falta de oportunidades de trabajo, a la poca expectativa de superación y a las escasas fuentes de generación de empleos para los que menos tienen. De esta manera el papel de la economía basada en los ingresos que puedan percibir las familias de menos recursos sí determinan en la mayoría de ellos el grado de violencia que puedan asumir.
Bajo este contexto existen paradojas e incongruencias sociales; mientras por un lado existen jóvenes que no tienen espacios en donde pueden canalizar sus ratos de ocio, no cuentan con programas alternativos que apoyen al fortalecimiento de la familia como institución en los aspectos sociales, económicos y culturales, y el no tener propuestas o alternativas para el desarrollo personal, la violencia estará mas cerca y latente a ellos. Caso contrario sucede con aquella población de jóvenes que si tienen un modo de vida aceptable, sin restricciones económicas y que teniendo una inmejorable y adecuada infraestructura educativa y recreativa a su favor, asumen pautas con marcadas tendencias a la violencia.
En tal sentido "La pobreza y la miseria, son fuentes de delitos contra la propiedad en especial, pero sucede que hoy asiste al fenómeno de un crecimiento más explosivo en los países más desarrollados, con mayor índice de ocupación y de producto bruto interno, que en lo no desarrollados económicamente durante mucho tiempo se identificó la delincuencia juvenil con barrios pobres, villas miserias, fabelas u otras zonas de subcultura delictual; hoy las formas más frecuentes, graves y asociadas se dan en los centros de ocio de las grandes urbes de consumo y de confort; entre jóvenes de familias pudientes aún universitarios".
Para finalizar, cualquier manifestación de violencia que provenga de sectores precarios o de las más adinerados de la ciudad de Bluefields, son condenables, pues causan en la población el mismo temor y dejan las mismas secuelas y muchas veces llegando hasta la muerte.
3.3. Factores Culturales
Los medios de comunicación masivos. Juegan un papel elemental en la socialización de nuestra sociedad, propone el modelo de conducta a su público objetivo.
El poder y la capacidad económica que poseen los medios de comunicación masivos para manejar conciencias son fuertes, ya que sus intereses económicos van acompañados por lo general de intereses políticos y así de esta manera se moldea el sistema de información que se quiere dar y trasmitir.
Se entiende que los medios de comunicación como la radio, televisión, periódicos, revistas y demás tienen por finalidad de informar y difundir cultura, mantener a la población al tanto de los sucesos más relevantes del quehacer nacional.
Según nuestro análisis, en lo que se refiere al factor de los medios de comunicación como determinante de la violencia, no cuestionamos por qué (aunque deberíamos hacerlo) se nos esté llenando la conciencia con información de mala calidad y que simplemente no culturiza, ese no es el tema. El problema radica que cuando los medios de comunicación quieren tener un alto rating o llegar a aumentar sus volúmenes de ventas en sus ediciones periodísticas recurre al sensacionalismo; este sensacionalismo que contiene elementos violentos, los lleva a enfocar de una manera fría y cruda un hecho con sucesos violentos, ellos nos alimentan el morbo de muertes y hechos sangrientos.
Son estos los medios de comunicación que socializan la violencia en la mente de muchos individuos, aquí radica el problema, en la cual se comercializa el morbo. Esos medios de comunicación nos acostumbraron a leer, ver y escuchar a diario noticias trágicas de muertes y charcos de sangre. Pareciera que algunos medios de comunicación tienen el fiel propósito de socializar violencia y hacer de esta algo cotidiano entre nosotros.
Ahora bien, hay un público que es vulnerable al impacto de lo que se difunde en los medios de comunicación respecto a la violencia, y estos son los niños quienes "Están expuestos a diversos medios de comunicación masiva que llegan a gran cantidad de personas – televisión, radio, cine, videos, discos, historietas cómicas, revistas y periódicos. Si bien todos los medios son agentes importantes de socialización, el más influyente es probablemente la televisión. Ciertamente ningún otro medio consume más tiempo de los niños. Los padres y otras personas están preocupados por la forma como la televisión está socializando a los niños.
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