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Syria Poletti: El mensaje social (página 2)


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En el prólogo a la obra, escribió: "Cuando yo era chica, vivía cerca de la estación ferroviaria y todas las tardes me asomaba a la ventana para ver pasar el tren y viajar con la fantasía hacia países fascinantes. Allí me encontraba con personajes distintos con los que vivía mis propios sueños. Era el momento más esperado del día: el tren me proyectaba hacia el futuro y también hacia otros presentes, aquellos que mi corazón anhelaba. Luego, furtivamente, llegaba también el pasado.

Todavía hoy extraño esa ventana, ese tren, esa hora que me permitía imaginar un mundo más amable cuando yo aún no sabía explicarme todo lo que pasaba en mí. Y la vida era un misterio que me causaba inquietud" (2).

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Italoargentina

Syria Poletti afirmaba que, habiendo nacido y habiéndose formado en Italia, era argentina, no sólo porque aquí gestó, escribió y publicó sus libros, sino porque "uno, como escritor, pertenece al área en cuyo idioma se expresa" (3).

"Nos hallamos frente a una escritora -considerada internacionalmente como argentina- que ha nacido en un país de habla no hispana: Italia Según la investigadora Catalina Paravati esta idea de interacción lingüística tan estrechamente vinculada en la obra de la autora presupone un ejemplo de superación en lo que hace al dominio de la lengua y al logro de un estilo claro y definido. Además le permite una pluralidad de enfoques ya que fusiona internamente los dos mundos que aparecen en sus textos [Europa por nacimiento y América por adopción]. Su sensibilidad se manifiesta tanto en el orden estético como en el orden social. Por otro lado, su novelística – y en cierta manera su labor de ensayo– se erige como testimonio histórico y social, pues refleja la realidad del inmigrante, figura central de toda su problemática, y señala los rasgos de un medio, a menudo hostil, así, su cosmos es poético y concreto a la vez" (4).

Afirma María Carmela D"Angelo: "Borges hace referencia a Syria Poletti, nacida en 1919 en Pieve di Cadore, emigrada a la edad de 20 años a la Argentina, muerta en 1991 en Buenos Aires, de ciudadanía italiana. Syria Poletti escribe en castellano obras para adultos y para la infancia, pero es traducida a varias lenguas, entre ellas, sólo muy recientemente y con grandes esfuerzos, al italiano" (5).

La escritora consideraba que su mejor cuento era "El tren de medianoche", publicado originariamente en 1964 en el volumen Línea de fuego, y reproducido en una antología (6). Daba las razones de esta elección: "Quizás porque es un fragmento de vida real convertido en ficción: el episodio clave de mi existencia y el punto de arranque de toda mi obra. En ese instante, momento en que mi madre me dejó para reunirse con mi padre en tierras de América, nace el drama y la rebeldía, pero también la revelación de la soledad y su misterio. Fue como si de pronto se hubiesen abierto las compuertas de la vida adulta, y al mismo tiempo, asomara la certeza de otro llamado. Al irse, mi madre respondía a un llamado ineludible. Yo también, con el tiempo, respondería a un llamado" (7).

A criterio de Patricia Spinato Bruschi, "Con la lúcida perspectiva de la distancia, Syria Poletti toma conciencia de una multiplicidad de situaciones que de otra manera hubieran sido difícilmente analizables y mal reproducibles a través del medio literario. La comunidad rural friulana y véneta de principios del siglo XX, el papel social de hombres y mujeres, los estragos de la primera guerra mundial, el fenómeno migratorio masivo hacia América, la inserción en el país adoptivo, la sociedad sudamericana de aquel entonces, constituyen las temáticas privilegiadas de la narradora ítalo-argentina" (8)

Como sostiene Daniela Aspeé Venegas, "En la pluma de Syria Poletti parecen traducirse constantemente guiños de una vida difícil, marcada por la soledad, los cambios abruptos, la carencia" (9).

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Gente conmigo

En el año 1961, Gente conmigo (10) fue distinguida con el Premio Internacional de Novela convocado por la Editorial Losada. Al año siguiente, dicha obra mereció el Segundo Premio Municipal de Buenos Aires y fue seleccionada entre las diez mejores novelas sudamericanas por la editorial Alan Williams de Nueva York. Fue traducida al inglés, alemán y ruso, y se realizó una adaptación cinematográfica y otra televisiva.

Al preguntársele a la escritora acerca de las razones por las que creó este libro, respondió: "Un libro que se escribe desde adentro, nace porque debe nacer. Hay fuerzas oscuras que impulsan toda creación auténtica. Pienso que toda mi vida no fue más que una larga gestación de Gente conmigo y de Extraño oficio. Esa gestación entrañable, misteriosa, debía plasmarse y salir a luz. Pero creo que nació y maduró en la fragua candente de un sentimiento de asombro y rebeldía frente al absurdo de ciertas situaciones humanas: el desconcierto de la mujer inteligente ante la mediocridad del hombre de nuestro tiempo y de nuestro medio; la soledad de quien está preñado de trascendencia; el abismo entre generaciones; el desarraigo del inmigrante; la injusticia de los convenios establecidos entre América y los países emigratorios, convenios que, en la actualidad, además de despiadados, resultan anacrónicos. Por ejemplo, el casamiento por poder entre una pareja de desconocidos o el veto de ingreso al país a los disminuidos físicos" (11).

En su estudio Syria Poletti, Mujer de dos mundos (12), Walter Gardini nos habla del aspecto autobiográfico de la novela: "La descripción literaria del mundo argentino está vinculada con la emigración italiana. Otra vez es una transcripción artística de una vivencia suya de la "gente" emigrada que está con ella. El texto base es, esta vez, la novela Gente conmigo (…) cuya protagonista, Nora Candiani, es la proyección de Syria".

El ensayista recuerda palabras de la escritora sobre su profesión, la misma que ejerce Candiani: " "Los problemas de los inmigrantes fueron el pan cotidiano que me procuró mi oficio", el de traductora pública. "Vi llegar a los arrojados de Europa con sus bagajes de rencores, de miedo y de trampas. A través del aluvión que llegó después del 43, yo pude entender el anterior que también había desbordado aquí como resaca, empujado por la dispersión desde el 18 en adelante. Yo vi de qué fuerzas oscuras están compuestos los aluviones".

En un reportaje, Poletti explicó por qué había abandonado la profesión: "Para un escritor el idioma es el instrumento clave: debe saber afinarlo al máximo para plegarlo a sus deseos, respetando sus estructuras originarias. La adquisición del idioma fue una conquistalenta, terca y cotidiana. Casi una obsesión. Cuando llegué a Buenos Aires, traía mi vocación. Nada más. No conocía el castellano. Pensé que si quería escribir y publicar, debía hacerlo lo mejor posible. Era el tributo mínimo que debía pagar como extranjera. Derecho de piso. Durante los años de mi aprendizaje, renuncié a hablar y leer en italiano. Había observado que los que escriben simultáneamente en dos idiomas similares, acaban confundiendo matices o imponiéndose cierta rigidez. Opté por desterrar el italiano; dejé las cátedras; renuncié a traducciones. Cuando un instrumento se nos vuelve imprescindible, todos los sacrificios que hacemos para conquistarlo, nos parecen pocos. Creo que me sirvió mucho el conocimiento del latín. Pero lo determinante fue el hecho de pensar y sentir en castellano" (13).

Cuanto escribe acerca del veto de ingreso a los disminuidos físicos, no parece estar basado sólo en su experiencia laboral. Lo que conocemos acerca de su biografía nos permite inferir que fue también su propio sufrimiento el que dio origen a la novela. "Un mazazo –dijo a Walter Gardini. Una imprevista enfermedad en la columna partió en dos mi vida". Se trataba de una escoliosis deformante. Fue enviada a un hospital de Venecia para intentar una cura. "Nunca vi una lucha más denodada. Cada veinte días me ponían un nuevo yeso que ceñía mi tronco. El más célebre de los ortopedistas italianos, Delitala, luchó durante más de un año para devolverme la movilidad". Todo fue inútil y Syria tuvo que llevar esta deformidad, como una marca indeleble, a lo largo de toda su vida".

Quizás haya sido ella la auténtica protagonista del trance que hace vivir a Nora Candiani: "Entramos a un salón vasto y desnudo. Era el lugar reservado a la revisión sanitaria. Junto a unas mesas, los médicos revisaban a mujeres y chicos con ráoida indiferencia. Pase usted, pase usted, adelante, otra, rápido. Y las mujeres esperaban pacientemente, con la ropa a medio quitar y los críos berreando". El médico le niega el permiso para emigrar, a causa de una malformación en la espalda.

Comienza entonces el peregrinar de la hermana mayor, que debió emigrar sola, y no se resigna a que Nora quede en Italia, cuando ya están todos en América: "Paso tras paso, con su carga de trabajo y el agobio de apuntalar a una familia dispersa, Bertina consiguió arrancar el permiso de embarque. Eso no invalidaba el fallo adverso emitido en Trieste; era una concesión, una dádiva lograda a fuerza de recursos, de cuña y obstinación. (…) Mi viaje a América se resolvió así en una suerte de contrabando: yo era como un producto deteriorado que debía pasar inadvertido, entremezclado con los productos destinados a la exportación: los emigrantes aptos. Yo era el polizón que logra trepar al barco. Luego, la piedad me admitiría. De todos modos, lo importante era viajar. La vida impone las leyes y la vida enseña las trampas. Sólo que las trampas arañan". La protagonista reflexiona: "Es paradójico que la deformidad constituya una culpa imperdonable".

Al enterarse de la imposibilidad de viajar de un compatriota con un problema parecido al suyo, la traductora reafirma su convicción: "Es inútil, me dije, la deformidad física no es un problema que puedan resolver los hombres. Sigue existiendo el Monte Taigeto. El mundo no cambia". Pero hay en ella algo mucho más doloroso que no poder viajar, que no poder reunirse con la familia: "Quizás ya sabía, con la cruda presciencia de los desdichados, que le estaba negado lo único realmente imprescindible para vivir: el amor. Este veto era mucho más cruel que el lanzamiento en el vacío. Ese era el precipicio abierto ante él a lo largo de toda la existencia".

No era la protagonista la única víctima de esta selección. Cuando intenta en vano emigrar con Bertina, puede observar otro episodio desgarrador: "A nosotras nos llevaron a un sombrío corredor de espera. Allí había un hombre y una mujer, los dos mudos, como nosotras. Y los dos se apretaban contra un chico que miraba estupefacto, sin entender. El es un poquito rengo… –explicó la mujer con la súbita camaradería que inspira la desgracia-. ¿Y tú? No contesté. Hubiese querido borrar esa presencia, esa evidencia. Quemarla. Ante mí acababa de abrirse el abismo temido desde la infancia. Y permanecí dura, con los ojos, secos y la garganta seca, apretando fuertemente las mandíbulas para mantener la rigidez del semblante".

Ya en América, conoce a una empleada que ha padecido la separación de su hija, también por discriminación. Hablando de su marido, la mujer comenta a la traductora: "Vinimos juntos, hace veinticinco años… Pero después él volvió a Italia porque allí teníamos una nena, paralítica, pobrecita. La habíamos dejado con mi madre… (…) Porque no nos dejaron viajar con ella, por sus piernitas flojas… Por eso mi marido volvió a Italia a buscarla. Y yo me quedé aquí para trabajar. Fue en el 39… Usted sabe: allí estalló la guerra. ¡Antoniello cayó justo en la boca del lobo! Tuvo que ir al frente. Y volvió sin las piernas. Ahora es mutilado de guerra…".

Una familia de italianos viene a pedirle que altere un documento. Le piden que facilite así que su hijo llegue a la Argentina: "¡Es Rafael! ¡El hijo mío! ¡Tiene doce años y es lindo como un ángel! No sé por qué nació así… Una jorobita… Muy chica… ¿Sabe? Y ahora dicen que tiene pus… (…) ¡No lo dejaron subir al barco! Yo lo llevaba de la mano y me lo sacaron. Me dijeron que lo iban a poner en un hospital por unos días, y que después…".

La revisión médica no afecta sólo a los menores; veda el ingreso asimismo a personas de la tercera edad. La madre de Rafael dice: "-Yo tengo una parienta que vive en Zárate y que no puede viajar a menudo a Buenos Aires. Y la pobre necesita permiso para traer de Italia a la madre. La madre es muy viejita… Quedó allí sola… ¿sabe? Todos vinieron aquí. Y ahora quieren traerla también a ella… (…) Le mandaron el dineroy los papeles para el pasaje, pero en Nápoles no la dejaron embarcar porque la viejita mueve siempre la cabeza. Hace así… Y Magdalena movió la cabeza de un lado a otro como si padeciera de un tic nervioso. (…) ¡No le pude hacer daño a nadie que una viejita mueva la cabeza! ¿No? ¡No va a contagiar a nadie!".

El casamiento por poder es otra de las realidades contra las que la escritora arremete. Aunque otro personaje señala las ventajas de la costumbre, la traductora no se deja convencer: "Jamás pueden llevarse bien los que no se conocían de antemano y resuelven casarse por poder como quien resuelve entre dos males: o eso o la miseria (…). Es una escapatoria; no una elección. Todas esas muchachas que llegan aquí casadas por poder y se enfrentan con la incógnita de un marido desconocido me dan la impresión de seres arrojados por algún éxodo… No sé… Una especie de aluvión acosado por fuerzas oscuras que desborda por el mundo a tontas y a ciegas…".

Existen otras situaciones; por ejemplo, cuando la pareja ya estaba de novia en Italia y acuerda emigrar. Considera que ni siquiera en este caso es aceptable el casamiento por poder y, para demostrarlo, narra lo sucedido a un matrimonio que vivió una desgracia: "El llegó primero; trabajó duro y construyó la casa. Entonces se casaron por poder y ella tomó el barco. Un barco hacia América, hacia él, hacia el nuevo hogar. Durante la travesía la contagió el tracoma y no pudo desembarcar. Las prescripciones sanitarias no lo permitieron. Y él tampoco pudo subir a la nave. Debió conformarse con agitar el pañuelo desde el muelle cuando el buque zarpó de regreso a Italia". La narradora sabe bien por qué sucedió eso a la infortunada pareja de emigrantes: "Ella había contraído el tracoma por viajar junto a algún enfermo clandestino. Un enfermo a quien alguien –un médico o un traductor- habría posibilitado el embarco eludiendo o alterando un diagnóstico".

"(…) es importante señalar que Gente conmigo es una novela compleja en la cual la visión de la autora Syria Poletti aparece a través de la boca de su personaje fetiche Nora Candiani y que pone de manifiesto problemáticas sociales y personales de alto conflicto psicológico y de fuerte valoración ética sobre los conflictos cotidianos de los inmigrantes que llegaron a América durante el llamado Primer Peronismo.

La narradora describe con soltura una época, un momento histórico, una conflictividad, la representación social de una mujer que se debate entre ideas que le llegan de su propia formación intelectual y aquéllas que se trasmiten desde un mundo arcaico, original, primitivo, casi mítico que entran en constante estado de tensión, de conflictividad" (14).

Syria Poletti defendía el derecho a mostrar a través de la literatura realidades que debían ser cambiadas, por eso dijo: "Toda obra de arte entraña un mensaje social y mucho más cuando está escrita desde adentro. Inclusive, desde el punto de vista temático, mi novela podría significar una punta de lanza para la revisión de algunos convenios inmigratorios que resultan escarnecedores, por ejemplo, el rechazo de los disminuidos físicos. Y toda la novela plantea dramas; dramas que nacen de las injusticias sociales. Sin embargo, inclusive como mensaje social, esto no es lo más importante: lo más importante está implícito en el amor y en la adhesión que los personajes pueden o no suscitar en el lector. La eficacia del "mensaje" depende de la carga de vivencias y de poesías que entraña una obra".

En 1965 Jorge Masciángioli adapta para cine Gente conmigo. "La película es dirigida por Jorge Darnell e interpretada por Milagros de la Vega, Norma Aleandro, Alberto Argibay y otros actores. Esta versión fílmica es elegida para el Festival Internacional de Venecia por el Instituto Nacional de Cinematografía, y obtiene una importante distinción en el Festival Cinematográfico Internacional de Locarno (Suiza)" (15).

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Notas

1. Sosa de Newton, Lily: Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas. Buenos Aires, Plus Ultra, 1986.

2. Prólogo del libro Una Ventana a la Vida, por Syria Poletti, en .

3. Fornaciari, Dora. "Reportajes periodísticos a Syria Poletti", en Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.

4. S/F: "Syria Poletti: una inmigrante escritora en el primer peronismo", en http://www.scribd.com/doc/7329960/Syria-Poletti- .

5. D"Angelo, María Carmela: "Identidad (transnacional) entre espacio geográfico y espacio interior: escritoras ítalo-argentinas", en Arriaga Flórez, Mercedes (Directora): Mujeres Espacio & Poder. España, Arcibel, 2006.

6. Varios autores: Mi mejor cuento. Buenos Aires, Orión, 1974.

7. Fornaciari, Dora: op. cit.

8. Spinato Bruschi, Patricia: "La línea de fuergo de Syria Poletti", en Perassi, Emilia y Regazzoni, Susanna: Mujeres en el umbral De la iniciación femenina en las escritoras hispánicas. España, Editorial Renacimiento, 2006.

9. Aspeé Venegas, Daniela: "Syria Poletti: Historias en Rojo, Corazón y Sangre", publicado el 2 de febrero de 2007 en http://de-autores.blogspot.com/2007/02/syria-poletti-historias-en-rojo-corazn.html .

10. Poletti, Syria: Gente conmigo. Buenos Aires, Losada, 1972.

11. Fornaciari, Dora: "Reportajes periodísticos a Syria Poletti", en Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.

12. Gardini, Walter: Syria Poletti, Mujer de dos mundos. Buenos Aires, Asociación Dante Alighieri, 1992.

13. Fornaciari, Dora: op. cit.

14. S/F: "Syria Poletti: una inmigrante escritora en el primer peronismo", en http://www.scribd.com/doc/7329960/Syria-Poletti- .

15. S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.

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Acerca de MGR

Nieta de gallegos de Lugo y La Coruña y bisnieta de lombardos, María González Rouco nació en Buenos Aires, en 1960. Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de dicha ciudad, de la que egresó con los títulos de Licenciada en Letras con Orientación en Letras Modernas (1984) y Profesora en Letras (1983). El Equipo Editorial de Monografias.com la designó Autora Destacada, por su cuantioso aporte en temas de Inmigración y Exilio.

Es autora de Inmigración y literatura (2002), libro digital publicado en el sitio www.monografias.com, y de las series Visiones del inmigrante (2003), Inmigración a la Argentina: Personalidades (2003) e Inmigración a la Argentina: Colectividades (2003), publicadas en el mismo sitio.

Ha publicado ensayos, comentarios, reportajes, notas de actualidad, cuentos y poemas en los diarios La Prensa (donde tramitó, en 1990, su Matrícula Nacional de Periodistas), La Nueva Provincia de Bahía Blanca, The Southern Cross, Mundo Israelita y Diario Armenia, entre otros. Colaboró en Galicia Oxe, en el magazine digital Argentina Universal (Washington, Estados Unidos), en la revista digital Vetas (Santo Domingo, República Dominicana), en Letras-Uruguay (Montevideo, Uruguay), en El Quincenal de Hungría (Budapest, Hungría) y en La Voz de Galicia (La Coruña).

En 2009 fue entrevistada en El Espejo Retrovisor, programa de Felipe Pigna en Televisión Pública; en dicha oportunidad se entrevistó asimismo a Fernando Devoto, Pacho O"Donnell y Alberto Sarramone.

En 2008 creó, junto a Carlos Prebble, el fotoblog Colectividades argentinas. Fotos tomadas por MGR publicadas allí han sido incluidas en el sitio de Relaciones Institucionales del GCBA ( http://www.buenosaires.gov.ar/areas/secretaria_gral/rel_inst/noticias/?modulo=foto_galeria&item_id=22395&contenido_id=49593&idioma=es ).

Recibió distinciones en diversos certámenes de cuento, poesía y ensayo. Ejerce la docencia en un colegio de la Ciudad de Buenos Aires, en cuyo periódico institucional colabora con fotografías.

 

 

Autor:

María González Rouco

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