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Aproximación al conflicto de la remolacha en la región del Maule ? Chile

Enviado por erebomo


    1. Breve reseña histórica de la remolacha
    2. Estructuras productivas: Los campesinos remolacheros de la Región del Maule
    3. El conflicto de la remolacha en el contexto del actual sistema económico del país
    4. Conclusiones
    5. Anexo: Ley nº 19.897
    6. Bibliografía

    Introducción.

    La presente monografía pretende mostrar una realidad que se vive en el medio rural, pero también urbano, puesto que, los conflictos entre campesinos, empresarios y gobierno, atraviesan transversalmente estos dos contextos. En este sentido, el medio rural ya no puede abstraerse de los acontecimientos que afectan al país en particular y al mundo en general. Esta visión de las cosas, podría enmarcarse en lo que se ha dado en llamar "Nueva Ruralidad", por cuanto lo tradicional y lo moderno se entrecruzan para mostrar una misma realidad. Cual es, la situación en que se encuentran los cultivos de remolacha en nuestro país, las leyes que los rigen, el futuro de esta actividad económica y social y como afecta, tanto a los campesinos productores de remolacha, como a la gran industria azucarera.

    En este sentido, existiría un alto grado de integración del país en general y la actividad rural en particular, con respecto al proceso de globalización, variable que ha cobrado una gran importancia en los últimos tiempos. En efecto, podemos comprobar como los proceso globalizadores afectan a nuestro país, poniéndolo en desventaja gracias a los requerimientos de la Organización Mundial del Comercio, por ejemplo. Esta organización, ha ejercido gran presión en el gobierno chileno, para que termine con el sistema de bandas de precios para el azúcar y el trigo, lo cual quedó finalmente establecido en la ley nº 19.897, que pone término a este sistema de protección de nuestros productos, el año 2014. Esta situación llevará a un desmedro laboral y económico, a unos 50.000 campesinos que en estos momentos están produciendo remolacha, en las regiones VI y VII de nuestro país.

    He querido por tanto, conocer esta realidad en "terreno", al entrevistar a cuatro campesinos pertenecientes a la localidad de Longaví, en la provincia de Linares. Como lo señalo más adelante, estas entrevistas no representan una muestra válida científicamente, sin embargo, pude conocer la realidad de los campesinos desde ellos mismos: sus problemas, sus luchas, lo que esperan para el futuro del cultivo de la remolacha y cual es su visión del conflicto al respecto.

    El presente trabajo ha sido estructurado en tres apartados. En el primero, se presenta una breve reseña histórica acerca de los orígenes de la planta de remolacha, como se cultivaba y los lugares donde comenzó a producirse, en el mundo. Luego, como llegó a nuestro país, el éxito que tuvo inicialmente su cultivo, especialmente por la creación de fuentes de trabajo que permitieron mejorar la calidad de vida de un gran sector rural. Gracias a lo cual, se crea a través de CORFO, la Industria Azucarera Nacional, que tuvo un enorme impacto social y económico. Los problemas por los que atravesó esta empresa estatal y su posterior privatización en el contexto del gobierno militar.

    En el segundo apartado he intentado entregar las características sociales y económicas más relevantes de los campesinos remolacheros de la VII Región del Maule. Lamentablemente no he encontrado estudios específicos acerca de este importante grupo social, de manera que sólo entrego datos parciales de su realidad. Además se inserta un resumen de los aspectos más relevantes y coincidentes, de las entrevistas realizadas a los cuatro campesinos de Longaví.

    Finalmente, presento el conflicto de la remolacha en el contexto del actual sistema económico del país. Las luchas de los campesinos, la postura de IANSA y otras industrias a las que también afecta esta situación, etc. Además, desde el punto de vista organizacional, un análisis de los actores que intervienen y los factores detonantes del conflicto. Para arribar a algunas conclusiones, que dejan más preguntas que respuestas. Es importante destacar que esta pequeña monografía, representa una aproximación solamente a un importante problema sociológico, que afecta a un significativo grupo social, cuales son los campesinos remolacheros, pero también a empresarios azucareros y a la economía del país en general. En este sentido, constituye una puerta abierta a la realización de una investigación seria al respecto.

    Breve reseña histórica de la remolacha.

    Planta de remolacha en su medio natural.

    Las primeras referencias a la familia botánica denominada Beta, se encuentran en la literatura griega alrededor del 420 a.C. Aparecían descritas como "plantas de jardín versátiles"; se mencionaban variedades oscuras y claras. Poco a poco, se extendió el cultivo de la remolacha en Francia y España, a menudo en monasterios, pero también entre los campesinos. En el siglo XV, este cultivo se encontraba en toda Europa.

    Al principio, la planta de la remolacha se cultivaba por sus hojas, que probablemente en aquella época equivalían a las espinacas o las acelgas. Más adelante, la raíz ganó popularidad, especialmente la de la variedad roja conocida como remolacha. En 1600, el agrónomo francés Olivier de Serres relataba: "cuando se cocina este manjar da un jugo almibarado". En esa época nadie se preguntó de dónde provenía el sabor dulce de la raíz. El primer hito en la historia del azúcar europeo, lo marcó un notable descubrimiento del científico alemán Andreas Marggraf. En 1747, demostró que los cristales de sabor dulce obtenidos del jugo de la remolacha eran iguales a los de la caña de azúcar. En 1801, se construyó la primera fábrica de azúcar en Cunern, Baja Silesia.

    A pesar del descubrimiento de Marggraf, a principios del siglo XIX la caña de azúcar seguía siendo la principal fuente de azúcar. La remolacha azucarera no recibió la atención que merecía hasta el bloqueo de las líneas comerciales francesas durante las guerras napoleónicas.

    En 1806, la caña de azúcar prácticamente había desaparecido de las tiendas europeas. En 1811, unos científicos franceses presentaron a Napoleón dos barras de azúcar obtenido a partir de remolacha. Tan impresionado quedó Napoleón que ordenó plantar 32.000 hectáreas de remolacha, y contribuyó al establecimiento de fábricas. En pocos años, había más de cuarenta fábricas de azúcar de remolacha, especialmente en el norte de Francia, pero también en Alemania, Austria, Rusia y Dinamarca.

    Cuando se levantó el bloqueo de los puertos del continente y reapareció la caña de azúcar, muchos países dejaron de producir azúcar de remolacha. Sin embargo, el gobierno francés apoyó la selección y explotación de las variedades con mayor contenido de azúcar y los avances en las técnicas de extracción de éste.

    Esta política hizo posible que la remolacha se convirtiera en una opción viable. La industria de la remolacha ha tenido altibajos a lo largo de su historia, pero en la actualidad Europa produce 120 millones de toneladas de remolacha al año, que se usan para producir 16 millones de toneladas de azúcar blanca. Francia y Alemania siguen siendo los principales productores, pero se produce azúcar de remolacha en todos los países de la UE excepto en Luxemburgo. Casi el 90% del azúcar que se consume en Europa es de producción interna, lo que habría resultado impensable hace tan sólo doscientos años.

    En nuestro país, la producción de remolacha, se remonta a los años 1940. En una visita de autoridades a Europa en aquella época, les llamó la atención el cultivo de remolacha. Las condiciones de las siembras eran similares a las del sur de Chile y la introducción de este nuevo cultivo –de uso intensivo de tecnología– podía ser beneficiosa para la agricultura nacional.

    Los ensayos en terreno arrojaron buenos resultados y se dio forma al proyecto de producción de remolacha azucarera. El objetivo central, era fomentar el desarrollo agrícola y mejorar la calidad de vida de los sectores rurales. En este sentido, la remolacha combinaba un conjunto de rasgos favorables: gran requerimiento de mano de obra en los meses de invierno, mejoramiento de los suelos gracias a los residuos de la fertilización, forraje invernal para el ganado, que consiste en hojas y coronas que no van al proceso industrial, además de incorporación intensiva de tecnología, como se señalara anteriormente. Además, la producción de azúcar nacional también era atractiva desde el punto de vista estratégico, ya que en aquella época, toda el azúcar que se consumía en el país, era importada y sólo la refinación se hacía en Chile.

    En este contexto, CORFO creó la industria Azucarera Nacional S:A: y puso en marcha en Los Ángeles la primera planta industrial. Su impacto económico y social en la zona fue tan profundo, que motivó la ampliación del proyecto. En una decisión técnicamente equivocada, la segunda planta fue instalada, en 1958, a orillas del lago Llanquihue, lugar donde el 60 por ciento de la zona potencial de cultivo era agua, por lo que operó sólo dos décadas y luego fue vendida para otros usos.

    En los años siguientes fueron levantadas cuatro nuevas plantas: Linares (1959), Chillán (1967), Rapaco, La Unión (1970) y Curicó (1974).

    Acorde con su objetivo original, el criterio de administración de la compañía era el beneficio social. Ello se tradujo en estructuras de costo ineficientes e importantes pérdidas. En contraste, a nivel agrícola e industrial existía una preocupación permanente por mantener un alto nivel tecnológico y una relación cercana con los líderes mundiales del sector, por lo que la empresa siempre estuvo a la vanguardia en estos aspectos.

    Bajo el gobierno militar fue una de las empresas más cuestionadas, dado su carácter estatal y las fuertes pérdidas que había generado, y se consideró seriamente la posibilidad de cerrarla. En este contexto, entre 1980 y 1981 las plantas de Linares y Los Ángeles fueron vendidas a CRAV y la fábrica de Rapaco fue comprada por INDUS.

    Poco después sobrevino la crisis económica internacional que significó una fuerte caída del precio internacional del azúcar y el colapso de CRAV, producto de las importantes operaciones que había realizado en los mercados del azúcar. Sus plantas pasaron a manos del Banco del Estado -entidad que había financiado la compraventa- y permanecieron cerradas durante una temporada. La crisis económica y social que ello desató en las zonas de Linares y Los Ángeles dio paso a una profunda revisión del futuro de este sector.

    Las pérdidas históricas de la empresa, obedecían en gran medida a las reiteradas fijaciones del precio de venta del azúcar a niveles de subsidio por motivaciones político/sociales. El mismo General Pinochet, encarga un estudio a Odeplan, para verificar la viabilidad económica de esta industria, con el propósito de determinar su cierre definitivo, reestructuración o privatización. El estudio concluyó que, dado sus bajos costos, la producción de azúcar en nuestro país era viable en el mediano y largo plazo. En la medida que se lograra estabilizar las variaciones de los precios internacionales, el negocio no requería subsidios. Se consideraron las fuertes distorsiones que, igual que hoy en día, afectan al mercado externo del azúcar como consecuencia de los enormes subsidios que reciben los productores y que se traducen en agudas fluctuaciones de precios.

    Por lo tanto, en 1982 se puso en marcha un Programa Remolachero, destinado a lograr la producción de azúcar en condiciones competitivas frente al mercado externo. Este proceso finalizó en los años 1986 y 1988, con la privatización de la empresa. En 1986, fue publicada la ley de bandas de precios, mecanismo que ha jugado un papel clave en el desarrollo del sector, al evitar que los precios internos del azúcar estén completamente expuestos a distorsiones del mercado internacional. Además permite que se reflejen en nuestro país, las tendencias del precio mundial de mediano y largo plazo. En este contexto, Chile exhibe sostenidamente uno de los precios de azúcar de remolacha al consumidor más bajos del mundo.

    Estructuras productivas: Los campesinos remolacheros de la Región del Maule – Chile.

    En nuestro país se ha mantenido en los últimos años, una cierta tendencia hacia la urbanización, que se traduce en que hacia fines de los 90, casi un 86 % de la población vive en áreas urbanas. Esto ha sido resultado tanto de los fenómenos migratorios campo-ciudad como de la introducción de características propias del medio urbano en zonas y poblados tradicionalmente rurales.

    En este contexto, y con relación a la situación de pobreza de la población en el país, el 83,6 % de la población pobre residía en zonas urbanas (poco menos de 2.58 millones de personas) y el 16,4 % restante en zonas rurales (505 mil personas). Sin embargo, las incidencias relativas de pobreza eran más altas en el sector rural (23,8%) que en el urbano (20,1%). Por otra parte, la distribución de la población en pobreza extrema o indigencia a nivel nacional, se acercaba a las 850 mil personas. El 79,2 % de esta población, se ubicaba en zonas urbanas y sólo un 20,8 % en zonas rurales. Al igual que en el caso de la pobreza, la proporción de población indigente era más alta en el sector rural que en el urbano (8.3 % y 5.3 %, respectivamente). Estos agudos contrastes se mantienen en el año 2000, en términos de localización de la pobreza, entre las diferentes regiones. En este contexto, la Región que presenta mayores niveles de pobreza en el país, es la Novena con un 32,7%, en cambio la Séptima Región del Maule, que es la que nos interesa para efectos de este trabajo, presenta un coeficiente de pobreza en un rango aproximado de 23% a 27 %.

    La capital de esta región es Talca y está compuesta además, por las provincias de Curicó, Linares y Cauquenes. Desde el punto de vista económico, la Región del Maule, posee una variada agricultura, proveedora de materias primas a las industrias vitivinícola, molinera, azucarera, aceitera, maderera y de celulosa. Existen los cultivos tradicionales de trigo, leguminosas y papas y los cultivos industriales de remolacha y arroz.

    Al efectuar una rápida búsqueda de posibles estudios de caracterización de los remolacheros de la Región del Maule, no he encontrado investigaciones al respecto. Es por esto que sólo entrego datos parciales de la realidad de este grupo social. En esta región existen aproximadamente unos 50.000 productores de remolacha. En la temporada agrícola 2001/2002, el 64% de estos agricultores sembró remolacha en superficies de menos de 5 hectáreas, el 29 % lo hizo en extensiones de 5 a 20 hectáreas y apenas el 2 % sembró superficies de más de 50 hectáreas, como lo demuestra el siguiente gráfico :

    Estos campesinos remolacheros, han estado enfrentados a un grave conflicto, que les afecta directamente a sus cultivos y por tanto a su fuente de trabajo y subsistencia. El término de las bandas de precios del azúcar estipulado a través de la promulgación en Septiembre de 2003 de la nueva ley nº 19.897, del Ministerio de Hacienda, que modifica el artículo 12 de la ley 18.525 y el Arancel aduanero. En este contexto, la industria azucarera del país, iría reduciéndose considerablemente y tal vez, podría acabarse, de aquí a unas décadas más.

    Sin embargo, es importante considerar que no todos los pequeños productores de remolacha, están exclusivamente dedicados a su producción, ya que también están cultivando comercialmente, porotos, trigo, cebada cervecera, frambuesas, además de tener animales. Asimismo, muchos de ellos cultivan una huerta para el sustento familiar, produciendo papas, cebollas, tomates, lechugas, betarragas, zanahorias, etc. Por lo cual, el término del cultivo de remolacha, en el largo plazo, es decir unos diez años más, no debiera tener un impacto económico y social, tan determinante, en sus estructuras productivas. Ellos han sabido ir diversificando su producción agrícola.

    En este contexto, he entrevistado en la localidad de Longaví, perteneciente a la provincia de Linares, a cuatro campesinos que en promedio llevan unos 10 años produciendo remolacha. Si bien es cierto, no constituye una muestra significativa para ninguna investigación seria, al menos permite conocer "en terreno" la opinión que los propios campesinos tienen de su situación. Ellos coinciden en algunos aspectos generales, tales como:

    • La producción de remolacha ya no es rentable y más bien se están descapitalizando.
    • IANSA (Industria Azucarera Nacional S.A.) empresa que les compra su producción, fija arbitrariamente los precios de la remolacha y por tanto, no se han respetado los acuerdos.
    • Los precios han bajado, además, por las fluctuaciones a la baja del dólar, lo cual, ya no hace conveniente producir remolacha.
    • En estos momento, el cultivo de la frambuesa se presenta como una buena alternativa a la producción de remolacha.
    • No se visualizan en el mediano plazo, cultivando remolacha. Incluso de los cuatro entrevistados, sólo uno tiene actualmente plantada remolacha y los demás ya han comenzado con otros productos, como porotos, trigo, cebada, frambuesa.
    • Sólo uno de los entrevistados pertenece a la FENARE (Federación Nacional de Remolacheros). Los demás, coinciden en que las huelgas que ha realizado esta organización en la lucha por conseguir precios más convenientes desde IANSA, no han servido de nada. Esta industria fija igualmente los precios que ella estima conveniente y no ha respetado los acuerdos.

    Uno de estos acuerdo fue el precio fijo para cuatro años, que fuera acordado, el 31 de

    Julio 2003, en Valparaíso, según lo interpretaron en esa oportunidad los dirigentes de

    FENARE.

    • Reconocen que IANSA, les presta apoyo en cuanto a créditos para abonar y plantar, además de las visitas de personal técnico para la supervisión de los cultivos.

    El conflicto de la remolacha en el contexto del actual sistema económico del país.

    El conflicto de la remolacha, en los últimos años, se ha transformado en una verdadera guerra, que ha tenido enfrentados a IANSA, agricultores y obreros agrícolas de la remolacha, con los industriales productores de confites, bebidas y productos alimenticios. Además, se involucra también al gobierno, que gracias a la firma de tratados comerciales y "recomendaciones" de la OMC (Organización Mundial del Comercio), promulgó el año pasado la ley nº 18.987, a la que aludimos en párrafos anteriores. De acuerdo a esta ley, la facultad de establecer derechos específicos y rebajas al arancel, expiraran el año 2014, para el trigo y el azúcar. Es decir, los valores piso y techo que han sido establecidos hasta ahora para estos productos, que se denominan bandas de precios, dejarán de funcionar a partir de esa fecha.

    Cabe considerar que el mecanismo de las bandas de precios ha perdurado desde la dictadura militar, como una forma de proteger a la industria nacional. "Los aranceles aduaneros han constituido tradicionalmente una barrera de protección para defender a las producciones nacionales; así como las bandas de precios para eliminar los efectos negativos que la volatilidad de los precios internacionales pudieran ejercer sobre la producción nacional. Este método ha demostrado ser bastante efectivo, pero está siendo cuestionado por socios comerciales de Chile". Estas bandas de precios, impiden que ingresen productos

    del extranjero (especialmente mezclas que contienen azúcar en un alto porcentaje, como la fructosa) a un valor inferior al piso, aunque su valor internacional sea menor, protegiendo de esta forma a la industria nacional de las fluctuaciones en los mercados internacionales de los valores de esos productos, y así evitar que los productores nacionales desaparezcan.

    En el contexto de la globalización, podemos comprobar que nuestro país ha debido insertarse con más desventajas que ventajas en la comercialización internacional de muchos de nuestros productos. Puesto que, en pro de los tratados de libre comercio, ha debido ceder y acatar, como señaláramos antes, "recomendaciones" de organismos internacionales, como la OMC, que definitivamente ha demostrado que los intereses de los países ricos son mucho más importantes de cubrir que los de países más pobres.

    Los países desarrollado protegen sus productos nacionales abierta y directamente frente a las fluctuaciones de precios internacionales en este sector, no sólo a través de aranceles, sino mediante barreras de distinta naturaleza, con el fin de defenderse contra las importaciones en períodos de precios bajos. Es el caso de EE.UU. y de la Unión Europea. Estos grupos económicos, los más poderosos del mundo, han entrado en conversaciones de liberalización del comercio mundial del azúcar con compromisos que, de alguna manera, han operado más bien como sistema de banda de precios, particularmente la UE, con tasas efectivas de protección altísimas.

    Es importante destacar que Chile ha demostrado un alto nivel de competitividad en la producción de azúcar, llegando a ser el número uno mundial entre los países remolacheros. Su eficiencia está sustentada en los bajos costos de producción agrícola e industrial, junto con los altos índices de rendimiento obtenidos tanto en el cultivo de remolacha, como en las operaciones de fábrica. ¿Por qué entonces, nuestra industria azucarera, enfrenta una alta presión competitiva? ¿Por qué el gobierno cede a las presiones de la OMC, para poner término al sistema de bandas de precios, en vez de proteger esta industria nacional, importante para nuestro país, tanto social como económicamente?

    El proteccionismo que ofrecen las bandas de precios y que se terminarán el 2014, permitirá la entrada de azúcar importada a precios más bajos que los precios internos. Este hecho llevará al término de un sector dedicado a la producción de azúcar en nuestro país. Pero a quienes más afectará, será a los miles de pequeños productores de remolacha, el 65% de los cuales, cultivan en pequeños predios de no más de cinco hectáreas, como señaláramos en el apartado anterior.

    Este año, el conflicto resurgió entre los remolacheros e IANSA, por la fijación del precio que debe pagar esta empresa por la remolacha en la actual temporada. Según la FENARE, la empresa habría establecido un precio de 44,5 dólares por tonelada, fijo durante cuatro años, en un acuerdo establecido el 31 de Julio 2003, en Valparaíso. IANSA desconoce este acuerdo, y ofrece un precio de 41 dólares para las siembras de otoño, señalando a través del gerente de recursos humanos de la Empresa, que "el acta que se firmara en aquella oportunidad, no es más que la interpretación que dio el secretario de la comisión a las intervenciones de las partes(…)de llegar a pactar un precio fijo por cuatro años, Iansa correría el riesgo de ser acusada de actuar concertada con los productores, lo que podría derivar en la apertura de un panel en la OMC". Finalmente, se optó por reabrir las conversaciones entre remolacheros y representantes de IANSA, para la fijación de un nuevo precio, adecuado a ambas partes, para la remolacha de la temporada.

    Sin embargo, este conflicto deja traslucir las fuertes presiones y condicionantes que establece la Organización Mundial del Comercio a nuestro país y su industria nacional, no sólo en la producción de azúcar, sino en todos nuestro productos que se transan en los mercados internacionales.

    Desde el punto de vista organizacional, la posición en la estructura productiva rural, define a los campesinos afiliados a FENARE, como trabajadores por cuenta propia, por cuanto son dueños de sus predios agrícolas. Son además de labradores, ganaderos rurales, ya que la gran mayoría de ellos, posee animales. Pero también podemos señalar que esta asociación posee un carácter reivindicativo, especialmente por el contenido ideológico de su discurso.

    Por otra parte los dueños de IANSA, se caracterizan como empresarios nacionales modernizados, ya que están muy vinculados a los mercados capitalizados y utilizan tecnologías de punta. Poseen gran capacidad de procesamiento y como vemos le dan gran valor agregado a su propia producción, al diversificar sus productos. Cabe señalar que esta empresa, es dueña de otras empresas hortofrutícolas, de alimentos, fertilizantes, así como servicios financieros. Además, tiene presencia en Brasil y Perú.

    Podríamos caracterizar tanto a FENARE como IANSA, como movimientos sociales, tanto en cuanto, ambos están organizados en torno a objetivos definidos, ejercen poder entre sus afiliados y su base social es heterogénea, especialmente para el caso de FENARE, organización que agrupa no sólo a los campesinos más pobres, sino que también a otros campesinos con mayores niveles socioeconómicos.

    En este contexto, los factores que han detonado el conflicto FENARE-IANSA, descrito anteriormente, están conformados tanto por aspectos coyunturales, como la fijación del precio de la remolacha, que este año ha estado especialmente condicionado por la baja del precio del dólar. Cómo situaciones de más largo alcance y que involucran a otros actores sociales, como el gobierno con la dictación de la ley señalada anteriormente que pone término a las bandas de precios y la OMC, que ejerce presión para que esto se lleve a cabo efectivamente, en nuestro país. Por lo tanto, las razones que han llevado a las movilizaciones efectuadas por FENARE, estarían ubicadas más bien de forma externa a la organización.

    Cabe destacar que para IANSA, tampoco resulta nada beneficioso el término de las bandas de precios, pues podría significar el término de la producción azucarera, que le afectaría directamente. En este sentido, IANSA, comparte con los remolacheros el malestar por esta situación y por otra parte se conflictúa con ellos en torno al tema de los precios de la remolacha. Lo cual nos muestra las distintas posiciones que tienen los actores sociales, en torno a una misma situación que concierne a ambos. Para los remolacheros, significa terminar con la producción de remolacha y comenzar a producir otros productos que puedan ser rentables para su propio sustento y el de sus familias. Para IANSA, en cambio, significa redireccionar capitales hacia otros negocios que ya está operando, como la industria de alimentos o los servicios financieros u otros que eventualmente podría desarrollar en el futuro.

    Conclusiones

    El cultivo de la remolacha ha dado trabajo y sustento a un número considerable de familias sureñas de nuestro país, por más de 60 años, desde que en 1940, autoridades de la época trajeran esta planta y comenzaran los ensayos para su cultivo masivo. Gracias a la generosidad y riqueza de nuestros suelos y clima, la producción de remolacha se extendió rápidamente, hasta llegar a cultivarse en una importante área de dos regiones VI y VII, dando también paso a la creación de grandes empresas en torno a este producto. Sin embargo, en estos momentos, esta importante industria nacional se ve amenazada de muerte, gracias a la inserción de nuestro país, en los mercados internacionales, a pesar que se ha demostrado su gran eficiencia y los más bajos costos de producción de azúcar de remolacha, en comparación con otros países que también la producen.

    Al respecto, resulta importante preguntarse por que este producto nacional atraviesa por esta situación. Al terminarse la producción de azúcar nacional, entrará al país azúcar importada a precios más bajos, sin embargo, esto no es tan cierto, pues en todos los países del mundo donde se produce azúcar, ya sea, de caña o remolacha, existe algún sistema de protección.

    Lo más grave es el impacto social que pueda causar este hecho, ya que, resulta muy significativo que más de 50.000 campesinos de nuestro país estén cultivando remolacha, en momentos tan difíciles para esta industria, en torno a la cual, además existen otros trabajadores como transportistas, los que también se verán directamente afectados.

    Podemos comprobar de que manera lo económico y social se escinde definitivamente, a pesar de todo el discurso gubernamental del "crecimiento económico con equidad". No puede hablarse de equidad cuando está en peligro la fuente laboral de tan importante grupo social, detrás del cual hay también familias, con todo lo que ello involucra. Además, el ir terminando con diversos cultivos agrícolas ha llevado a una reducción significativa del mundo rural y la producción agraria. Esto no es bueno para el país, que terminará importando todos aquellos productos que nuestra generosa tierra produce con excelente calidad.

    ¿Cómo podemos entender entonces, el curso que toma el crecimiento social y económico de nuestro país, cuando los gobiernos ceden a presiones externas, que ponen en desventaja los precios de nuestros productos en los mercados internacionales?

    ¿Los tratado de libre comercio son beneficiosos para nuestro país, cuando debe ceder a presiones tan desventajosas para nuestros productos?

    En este sentido, esta pequeña aproximación a un problema tan importante, cual es el futuro de nuestra industria azucarera, significa como señalara en la introducción una primera mirada a la situación descrita, dejando más interrogantes que respuestas. Sin embargo, puede significar el planteamiento de un interesante problema a investigar.

    Anexo: Ley nº 19.897

    MINISTERIO DE HACIENDA

    SUBSECRETARIA DE HACIENDA

    LEY NUM. 19.897

    MODIFICA EL ARTICULO 12 DE LA LEY Nº 18.525 Y EL ARANCEL ADUANERO

    Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al siguiente Proyecto de ley:

    "Artículo 1º.- Sustitúyese el artículo 12 de la ley Nº 18.525, por el siguiente: "Artículo 12.- Establécense derechos específicos en dólares de los Estados Unidos de América, por unidad arancelaria y rebajas a las sumas que corresponda pagar por derechos ad valórem del Arancel Aduanero, los que podrán afectar la importación de trigo, harina de trigo y azúcar, en la forma prevista en la presente ley. El monto de tales derechos y rebajas será fijado en la forma establecida en este artículo por el Presidente de la República, mediante decreto supremo expedido a través del Ministerio de Hacienda, bajo la fórmula "por orden del Presidente de la República", seis veces para el trigo por cada período anual comprendido entre el 16 de diciembre y el 15 de diciembre del año siguiente, y doce veces para el azúcar por cada período anual comprendido entre el 1 de diciembre y el 30 de noviembre del año siguiente, en términos que, aplicados a los niveles de precios que los mencionados productos alcancen en los mercados internacionales, permitan dar estabilidad al mercado nacional. Para la determinación de los derechos y rebajas hasta el período anual que finaliza el año 2007, se considerarán los valores piso y techo utilizados para el trigo y el azúcar, en la elaboración de los decretos exentos del Ministerio de Hacienda Nº 266 y Nº 268, publicados en el Diario Oficial con fecha 16 de mayo de 2002, expresados en términos FOB en dólares de los Estados Unidos de América por tonelada. Deberán establecerse, por una parte, derechos específicos cuando el precio de referencia sea inferior al valor piso de 128 dólares para el trigo y 310 dólares para el azúcar, y, por la otra, rebajas a las sumas que corresponda pagar por derechos ad valórem del Arancel Aduanero, cuando el precio de referencia sea superior al valor techo de 148 dólares para el trigo y 339 dólares para el azúcar. Para la determinación de los derechos y rebajas desde el período anual que finaliza el año 2008 y hasta el año 2014, los valores piso y techo establecidos en el inciso anterior, se ajustarán anualmente multiplicando los valores vigentes en el período anual anterior por el factor 0,985 en el caso del trigo. En el caso del azúcar, éstos se establecerán multiplicando por el factor 0,980 hasta el año 2011 y por el factor 0,940 a partir del período anual que finaliza el año 2012. El año 2014 el Presidente de la República evaluará las modalidades y condiciones de aplicación del sistema de bandas de precios, considerando las condiciones de los mercados internacionales, las necesidades de los sectores industriales, productivos y de los consumidores, así como las obligaciones comerciales de nuestro país vigentes a esa fecha. Los derechos y rebajas a que se refiere este artículo, corresponderán a la diferencia entre los valores piso o techo determinados en los incisos precedentes y un precio de referencia FOB, multiplicado por el factor uno (1) más el arancel ad valórem general vigente para estos productos. El precio de referencia FOB estará constituido por el promedio de los precios internacionales diarios del trigo, del azúcar refinada y del azúcar cruda, registrados en los mercados de mayor relevancia durante un período de 15 días corridos para el trigo y de un mes calendario para el azúcar, ambos contados desde la fecha que para cada decreto fije el reglamento. Los derechos y rebajas que se determinen para el azúcar refinada se aplicarán a las mercancías cuyas características cumplan con los requisitos de los grados 1 y 2 de la Norma Chilena Oficial NCh 1242 del Instituto Nacional de Normalización. En el caso de las demás importaciones de azúcar refinada, al precio de referencia determinado de conformidad al inciso precedente, se le restará el monto correspondiente al 60% del valor de la prima de refinación vigente, la que corresponderá a la diferencia entre los precios de referencia calculados para el azúcar refinada y el azúcar cruda.  En el caso de la harina de trigo, se aplicarán los derechos y rebajas determinados para el trigo multiplicados por el factor 1,56. Los derechos y rebajas aplicables para cada operación de importación, serán los vigentes a la fecha del manifiesto de carga del vehículo que transporte las correspondientes mercancías. Los derechos que resulten de la aplicación de este artículo, sumados al derecho ad valórem, no podrán sobrepasar el arancel tipo consolidado por Chile ante la Organización Mundial del Comercio para las mercancías a que se refiere el inciso primero, considerando cada operación de importación individualmente y teniendo como base de cálculo el valor CIF de las mercancías comprendidas en la respectiva operación. Las rebajas establecidas que resulten de la aplicación de este artículo, en ningún caso podrán exceder a la suma que corresponda pagar por concepto de derecho ad valórem en la importación de las mercancías. El Servicio Nacional de Aduanas deberá adoptar las medidas necesarias para dar cumplimiento a lo señalado en este inciso. El Presidente de la República, mediante un decreto supremo expedido a través del Ministerio de Hacienda y suscrito, además, por el Ministro de Agricultura, establecerá, en conformidad a lo señalado en este artículo, las épocas de dictación y los períodos de aplicación de los derechos específicos y rebajas al arancel. Asimismo, establecerá los mercados de mayor relevancia para cada producto, los procedimientos y fechas para el cálculo de los precios de referencia y otros factores metodológicos que sean necesarios para la aplicación del presente artículo."

     Artículo 2º.- Los productos afectos al sistema de bandas de precio, tanto puros como mezclados, o asociados con otras materias, deberán clasificarse en la partida del Arancel Aduanero que les confiera el carácter esencial, salvo que constituyan una preparación contemplada como tal en el texto de una partida o en una nota de sección o de capítulo del arancel aduanero. Cuando el azúcar se presente mezclada o asociada con otras materias en una proporción en peso seco superior al 65%, se presumirá que el azúcar le confiere su carácter esencial. Los interesados podrán solicitar la modificación de la clasificación de mercancías, efectuada de conformidad a lo establecido en el presente artículo, ante el Director Nacional del Servicio Nacional de Aduanas, según las normas y procedimientos técnicos establecidos mediante resolución del mismo Director, publicada en el Diario Oficial. Asimismo, los interesados podrán solicitar al mismo Director, la reconsideración de las determinaciones que efectúe en conformidad al inciso precedente, quien se pronunciará en definitiva acerca de la clasificación arancelaria, previo informe de una Comisión Técnica Asesora, integrada por un representante del Ministerio de Hacienda quien la presidirá; un representante del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción; un representante del Ministerio de Agricultura y dos representantes del sector privado, nombrados por el Presidente de la República propuestos en una quina confeccionada por la Junta Nacional de Aduanas. Los interesados deberán presentar la reconsideración dentro del plazo de quince días, contado desde que el Servicio Nacional de Aduanas resuelva acerca de la clasificación arancelaria. Esta Comisión se pronunciará dentro de un plazo de treinta días contado desde la petición de informe. En su cometido la Comisión deberá ponderar los antecedentes recibidos y los planteamientos que los interesados hagan valer. Presentada la reconsideración, el Director Nacional de Aduanas deberá, dentro del término de cinco días, solicitar el informe de la Comisión Técnica Asesora y pronunciarse en definitiva dentro del plazo de diez días hábiles, contado desde la fecha de recepción del informe de la Comisión. Los integrantes titulares de la Comisión Técnica Asesora, así como sus miembros suplentes, serán nombrados, a proposición de la entidad que representan, mediante resolución del Ministerio de Hacienda, la que deberá publicarse en el Diario Oficial.

    Artículo 3º.- Sustitúyense los incisos tercero y cuarto del artículo 1º, de la ley Nº 19.772, de 2001, por los siguientes: "Establécense para el ítem arancelario 1701.9100 "azúcar de caña o de remolacha y sacarosa químicamente pura, con adición de aromatizante o colorante", un contingente arancelario de treinta mil toneladas anuales libre de derechos de aduana y un contingente arancelario de quince mil toneladas anuales libre de derechos de aduanas, el que podrá ser utilizado en las subpartidas arancelarias 1701.91 y 1701.99. Ningún importador podrá, directa o indirectamente, hacer uso de más de un veinte por ciento (20%), de los contingentes arancelarios establecidos en este artículo. Facúltase al Servicio Nacional de Aduanas para establecer las normas aplicables a la administración de los referidos contingentes arancelarios, los que estarán destinados a la importación de insumos empleados en la elaboración industrial de productos alimenticios que se clasifiquen en una posición arancelaria diferente del Arancel Aduanero. El Servicio Nacional de Aduanas deberá informar, en el primer trimestre de cada año, a las Comisiones de Hacienda y de Agricultura de la Cámara de Diputados, acerca de la utilización de los contingentes establecidos en esta ley, así como respecto del comportamiento de las importaciones de los productos afectos al Sistema de Bandas de Precios y aquellos de los capítulos 10, 11, 17, 18, 19, 20 y 21 del Arancel Aduanero.".

    Artículo primero transitorio.- El artículo 1º de esta ley entrará en vigencia a contar del 1 de diciembre del año 2003 para el azúcar y a contar del 16 de diciembre del año 2003 para el trigo y la harina de trigo.

    Artículo segundo transitorio.- Facúltase al Presidente de la República, para que con cargo a los contingentes arancelarios señalados en el artículo 3º de la presente ley y en el marco de profundización de acuerdos comerciales, establezca preferencias arancelarias, las que serán formalizadas mediante decreto supremo, expedido a través del Ministerio de Hacienda, bajo la fórmula "Por Orden del Presidente de la República.".

    Y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la República. Santiago, 17 de septiembre de 2003.- RICARDO LAGOS ESCOBAR, Presidente de la República.- María Eugenia Wagner Brizzi, Ministra de Hacienda (S).- Jaime Campos Quiroga, Ministro de Agricultura. Lo que transcribo a Ud., para su conocimiento.- Saluda atentamente a Ud., María Eugenia Wagner Brizzi, Subsecretaria de Hacienda.

    Bibliografía.

    1.- CEPAL-ECLAC (Juan Carlos Feres): La pobreza en Chile en el año 2000. Santiago de Chile, Julio de 2001.

    2.- Sergio Gómez E.: La "Nueva Ruralidad": ¿Qué tan nueva?, LOM Ediciones, Santiago de Chile, Junio 2002.

    3.- http://www.eufic.org/sp/food/pag/food29/food294.htm: Los orígenes del azúcar de remolacha.

    4.- http://www.empresasiansa.cl/historia.htm: Nuestra historia.

    5.- http://viachile.relacionarse.com/index.php/112229: Viajando por Chile. Séptima Región del Maule.

    6.- http://www.anfitrion.cl/actualidad/20ulle/03092519897.html: Actualidad Jurídica. Base de datos del Diario Oficial.

    7.- Revista del Campo de El Mercurio: IANSA y Remolacheros: La tregua duró un año. Santiago de Chile, 7 de Junio 2004.

    8.-CENDA (Jacobo Satán). Citado en:

    http://www32.brinkster.com/grrlaplata/Julio2003/Guerra-azucar.html: Chile: La polémica guerra del azúcar. Julio 2004.

    EDITH REBOLLEDO MOLLER

    Socióloga.

    Primer Semestre 2004.

    UNIVERSIDAD DE CHILE

    Facultad de Ciencias Sociales – Escuela de Postgrado

    Departamento de Sociología.