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Lo estético en el proceso docente en la formación integral del profesional universitario (página 2)


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La relación estética del hombre con la realidad se debe caracterizar, ante todo, por el placer causado por la asimilación nueva y optimista del mundo y la nueva actitud creadora del ante el trabajo como necesidad natural del hombre. Esta relación hay que educarla día a día, en la práctica cotidiana, en la familia, en la escuela, en la comunidad, en la sociedad en general, a través de una labor mancomunada. La interpretación estética del mundo es, en grado sumo, un elemento formador de la personalidad, porque es capaz de abarcar a todo el hombre, de "conmoverlo". Es en la fase superior de la educación de los sentimientos humanos, sin la cual no hay "ideas", ni hechos en desarrollo. En la educación, lo estético no es un "ingrediente bonito" para un proceso, es el componente básico y medio destacado de la formación socialista del hombre. Sin una total imprenagnación del "lado" estético del proceso de conocimientos y la vida del hombre no se puede hablar de instrucción y educación armónicas e integrales.

En las universidades, el proceso docente educativo es la principal vía para la formación de los valores, los cuales serían imposibles sin la estética, como soporte de todos los demás valores, esenciales incluyendo los profesionales. Mas, los actores sociales de la educación axiológica deben estar preparado para llevar a cabo esta compleja y tan importante tarea para el logro de los objetivos del encargo social, para la cual se necesita una ética, una epistemología al respecto.

El objetivo de este artículo es exponer algunas reflexiones y recomendaciones acerca de lo estético en el proceso de enseñanza aprendizaje en la formación de profesionales universitarios, como proceso imprescindible para la educación de valores.

Desarrollo

El término "estética" fue introducido por Baumgarten (Estética, 1750-1758). De ella existen diversas interpretaciones:

La estética (del griego aisthetikos: sensible) ciencia sobre las regularidades de la asimilación estética del mundo por el hombre, sobre la esencia y las formas de creación según las leyes de la belleza Diccionario de filosofía (1980).

La estética es la ciencia que versa sobre la naturaleza de lo estético y sus funciones, sobre las leyes de la actividad y la educación estética y sobre la apropiación (el conocimiento y la transformación) estética de la naturaleza y la vida social Colectivo de Autores (1986).

Sánchez, V. A (1978), sitúa la estética en el campo de las ciencias de la cultura o del espíritu. "La estética viene a ser (en este caso) una ciencia particular entre de las ciencias de la cultura que tiene por objeto en estudio de los procesos de descubrimiento y realización de los valores expresivos".

El contenido y la estructura de la estética está condicionada históricamente, por el nivel y el carácter de la apropiación de la realidad por todas las formas de la actividad y la conciencia estéticas, así como por el carácter de los sistemas filosóficos dentro de los cuales se desarrollo la estética en la solución de los problemas a ella inherentes.

Los primeros conceptos de estética surgieron en las sociedades esclavistas del Antiguo Oriente: Egipto, Babilonia, India y China. Su mayor desarrollo se manifestó en la Antigua Grecia, el la que la vida de las polís era rica en acontecimientos políticos, en el desarrollo de las artes y la literatura, como fuente del desarrollo del pensamiento filosófico y estético. Tales son las razones de la múltiple variedad de tendencias filosófico-estéticas en esta civilización.

El Grecia antigua el contenido fundamental del pensamiento filosófico fue la lucha entre el materialismo y el idealismo, como reflejo de la lucha de las fuerzas progresistas y reaccionarias de aquella saciedad. Pensadores clásicos en este sentido fueron: Heráclito, los pitagóricos, Empédocles, Demócritos, etc., los cuales desarrollaron las primeras concepciones estéticas. A excepción de Pitágoras, todos ellos, resolvieron el problema fundamental de la estética de manera materialista — el de la relación existente entre la conciencia estética y la realidad–, para los cuales, el cosmo era la síntesis de la simetría, la armonía y la realidad.

Para Sócrates, la atención del pensamiento se traslada al hombre y su actividad. Logró formular un pensamiento acerca de la esencia del arte. Por su parte Platón, reelabora los rasgos idealistas de la estética de de los pitagóricos. Para él el mundo sensible es reflejo del mundo de las ideas, una copia de estas. La fuente de lo bellos radica no en el mundo de esencias e ideas espirituales: Las imágenes artísticas son solamente "copia de copias", carente de valor cognoscitivo. Sin embargo considera que puede desempeñar un papel activo en el hombre y la sociedad, como aspecto bastante positivo del problema.

Aristóteles fue el más brillante en cuestiones de estética en la antigüedad, en cuya doctrina remanifiesta, pese a su idealismo, las tendencias materialista de su teoría estética. Veía la base de la belleza en las cualidades materiales, en los vínculos y las proporciones del cosmo; la belleza se expresaba concretamente en la integridad, la unidad, la variedad, la perfección, en "la magnitud y el orden"; la fuente del placer estético radica en la alegría del conocimiento y reconocimiento. Este filósofo veía la importancia de la educación estética en la formación de la personalidad armónicamente desarrollada.

En la Edad Media, el pensamiento estético se desarrolló principalmente en los marcos de la teología (San Agustín, Santo Tomás de Aquino). La Iglesia con su estricta jerarquía y sus teorías canonizadas influía en toda la vida espiritual, incluyendo en la educación de la personalidad. El arte eclesiástico medieval se basaba en la idea religiosa de que la vida terrestre no era más que un débil reflejo de la visa celestial. De ahí provenía el menosprecio del mundo sensible, que sólo era insinuación, puesto que lo verdadero era lo divino.

En el contexto del Renacimiento el pensamiento estético vuelve a florecer, a partir de los intereses y aspiraciones de la nueva clase burguesa, para la cual "renovar" era la primera prioridad, volviendo al pasado y tomar de allí lo mejor de este pensamiento, para ser utilizado en un nivel superior de desarrollo social. El movimiento humanista nació contre los cánones de la Iglesia y del feudalismo, su exigencia principal era la demanda de la libertad política y la independencia frente a las intromisiones de la Iglesia en la vida política y espiritual. Los teóristass de este período histórico plantearon cuestiones relacionadas con la verdad artística, que en momentos posteriores — en los siglos XVII y XVIII– los pensadores de la ilustración inglesa y francesa desarrollaron teorías estéticas en las que fundamentaron nuevas corrientes y tendencias, donde se destaca el principio de la educación moral del individuo. Para este movimiento, el arte era un arma, servía para conocer la vida, era una escuela de moral y un medio para la educación política del hombre como principal racionalidad.

Un lugar muy importantes en desarrollo del pensamiento estético universal lo tiene la estética del fundador de la filosofía clásica alemana Inmanuel Kant, cuyas concepciones ejercieron una enorme influencia no sólo en la estética alemana posterior, sino en toda la estética europea Colectivos de Autores(1986), pp.30-31.

Schiler, J.C.F. (1795) caracteriza la época que le tocó vivir y se ocupó de forma especial de la teoría de la educación estética del hombre, de cuyas concepciones se pueden extraer reflexiones muy positivas, a pesar de sus limitaciones.

La teoría marxista de la educación estética no se encuentra enteramente alejada de las aspiraciones de Schiller. Para Carlos Marx una contradicción de la modernidad capitalista entre el burgués y el obrero, su punto de partida es diferente, ya que: "El hombre abrumado de inquietudes, necesitado, no tiene sentidos para el más bello espectáculo" Marx, C. (1844)

La estética marxista, apoyada en los antecedentes positivos que sobre la temática existen en la historia de esta ciencia, estableció, no sin dificultades, que lo estético no existe al margen de la interrelación dialéctica que sobre la base de la práctica se origina entre el sujeto y el objeto.

El objeto de la actitud estética es la naturaleza, los propios hombres, los productos de su actividad (material y espiritual), lo estético se programa intencionalmente desde su génesis hasta su completa realización. El sujeto de la actitud estética es un hombre concreto, que como sujeto social puede entrar en diferentes relaciones con la realidad: cognoscitiva, práctica y estética.

La filosofía marxista-leninista define la base objetiva de la asimilación estética del mundo como actividad creadora y prácticamente consciente de los hombres y de la educación estética. Las categorías estéticas fundamentales: lo bello y lo feo, lo sublime y lo vil, lo dramático, lo trágico y lo cómico, lo heroico, se ponen de manifiesto como original expresión de la asimilación estética del mundo en cada una de las esferas del ser social y de la vida humana: la actividad laboral, productiva y sociopolítica, la actitud hacia la naturaleza, la cultura, la educación y la vida cotidiana, etc.

Koprínarov, L. (1990), al referirse al concepto moderno de educación estética, plantea: "La educación estética llega ser un proceso orientado para la creación y desarrollo de una actitud estética ante la realidad, para la formación de las capacidades para comprender y crear belleza en la realidad y en el arte, con vista a educar de una manera multifacético armónica la personalidad comunista"

En resumen, la estética marxista-leninista ofrece la solución a los problemas filosóficos y estéticos, en término generales, es la base metodológica de ciencias más concretas que se aplican al análisis de la actividad artística, de las obras de arte o de sus receptores.

Lo estético en el proceso de enseñanza aprendizaje

La teoría de la educación estética, que atañe directamente a la pedagogía socialista, constituye un componente orgánico de la educación comunista. En el mundo moderno, con el desarrollo de la ciencia y la técnica ha ido creciendo el interés de la pedagogía marxista-leninista por la formación estética del hombre, por cuanto ella aspira a la educación de un hombre capaz de asimilar la esencia de las necesidades e ideales de la sociedad y el entorno en que vive y de actuar consciente y consecuentemente en las condiciones materiales objetivas y subjetivas que se derivan en dicho desarrollo; un hombre capaz de comprender científicamente el mundo, el orden y la armonía de la naturaleza, el pensamiento y la creación humana, el carácter de las relaciones y su estética. Constituyen tareas de la educación estética la formación de una conciencia y de sentimientos estéticos y el desarrollo de las capacidades artísticas vinculadas a los sentimientos, las capacidades cognoscitivas y la creación. La Universidad junto a la familia y el medio circundante, contribuyen al desarrollo de la personalidad y a los valores estéticos del sujeto –del profesional—

La conciencia estética es una forma particular del reflejo sensible-figurado de la realidad formado históricamente por efecto de las necesidades de la práctica social, en cuya dimensión adquiere un significado independiente, como forma particular de la relación entre el hombre y el mundo externo, sobre la base del conocimiento, la selección y la valoración de sus propiedades objetivas y sus transformación en una imagen sensible de acuerdo con lo ideal. En el contenido de esta conciencia se incluye la necesidad estética, expresada en unas u otras referencias del gusto estético; el reflejo de la realidad objetiva, en la forma de una imagen cargada de determinado sentido estético; la vivencia estética, relacionada con la sensación de placer o desagrado; el juicio del gusto estético, etc., que también forman parte de la conciencia estética.

El sentimiento estético del individuo, el cual se presenta como una profunda vivencia provocada por la observación de un objeto estético, no se limita a la reproducción del objeto, sino que incluye también una apreciación del gusto, o sea, su análisis y valoración de acuerdo con las necesidades y concepciones estética generalizada en un ideal.

La activación emocional se manifiesta como una vivencia directa e intensiva que abarca todo el organismo del sujeto y proporciona un determinado fin a su modo de pensar y de conducirse y no puede separarse de los sentimientos como procesos afectivos. La vivencia emocional, la fantasía y la imaginación son aspectos importantes de la relación del hombre con el mundo, que dijera Lenin "en vano se piensa que ella sólo le hace falta al poeta. ¡Es un tonto prejuicio! Es necesaria incluso en la matemática…OC t. XLX, p.125.

En la estructura de la conciencia se pueden señalar dos aspectos: el intelectual, cuando en la corriente de la información acerca del ambiente, la conciencia refleja, dentro de la estructura de una situación, los elementos de esta de acuerdo con sus valor objetivo; y el emocional-figurativo, cuando la conciencia procesa la información de acuerdo con su valor para el sujeto. En el nivel de la conciencia cotidiana, estos dos aspectos se relacionan entre sí. Sin embargo, cada uno de ellos puede convertirse en el dominante, según las planteadas ante el sujeto.

La conciencia estética y sus principales categorías se deben formar a través del proceso docente educativo. Existe una didáctica de lo estético, donde este aspecto como principio de la enseñanza, se referencia fundamentalmente al trabajo de apreciación estética, de lo valorativo, lo cual no puede verse como algo separado de la apreciación moral, al respecto, Portuondo, J. A. (1979) planteó: "La experiencia estética, revela, como ninguna otra forma (…), de experiencia la ardiente batalla creadora de la que surge con inusitado esplendor, como anhelaba Martí, la dignidad plena del hombre".

Lo estético como principio de enseñanza significa: formación estética del medio que enfrenta el alumno como sujeto del aprendizaje. El profesor en la enseñanza aprendizaje de sus alumnos debe aprovechar todas las posibilidades que brinda el contenido de su materia, así como todas las actividades que realice en función de la formación estética. Ejemplo: el profesor de historia todo el arsenal de contenido —hechos y acontecimientos–, para mostrar las relaciones políticas, económicas o sociales, así como las distintas categorías estética manifiestas en las expresiones históricas como parte de la actividad de los hombre; o el profesor de biología, cuya función es siempre el cuidado de las sensaciones humanas para la vida y por lo vivo, endilgará a sus alumnos hacia la utilidad lo bello que existe en la naturaleza y su creación; el profesor de matemática, tiene la oportunidad de enseñar la belleza y la elegancia de las operaciones matemáticas lógicas y las demostraciones; el profesor de literatura, al igual que el de teatro, arte plástica, expresan mediante la palabra, el dibujo, la pintura o las diferentes técnicas de expresión de la expresión pictórica, plástica y del lenguaje. Como dijera Carpentier, A (1989)," lo real maravilloso se encuentra en cada paso en la vida de los hombres…"

Al tratar la educación estética como sistema y unidad orgánica en el desarrollo de la personalidad, se hace referencia específica a la formación de la actitud estética. Por ello, se afirma que la educación estética se refiere a la formación de una actitud creadora estética hacia la vida, el trabajo, el estudio, las relaciones sociales, las instituciones, la naturaleza y el arte. En este sentido el proceso docente educativo en la Universidad, a través de las diversidades de asignaturas de los planes de estudio, en las diversas actividades de continuidad y la realidad que rodea al educando – la comunidad–, ofrecen múltiples oportunidades para enseñar y formar a los educandos en los principios de la estética marxista-leninista.

En el proceso docente de cada una de las asignaturas que se imparten se cumple la relación didáctica y dialéctica fundamental de objetivo, contenido, métodos, formas y condiciones. En esta relación, el método tiene que corresponder –adecuar—a la relación objetivo-contenido. Con otras palabras la peculiaridad de las asignaturas exige un estilo y un método didáctico que estén orientados en la especificad del proceso estético-artístico de conocimientos.

Klingberg, L (1972) "La estética de la enseñanza está inmersa en lo didáctico. Sin la organización de su parte estética el proceso de enseñanza no es totalmente eficaz. Por tanto, el componente estético de la enseñanza hay que organizarlo como un proceso. La estructura está unida con lo creador y con la formación…"

El proceso de enseñanza tiene su propia belleza y la estética de este proceso se sustenta en su lógica, en relación estrecha con la didáctica de enseñar y aprender, orientada hacia los objetivos pedagógicos y dirigidos hacia la asimilación de las asignaturas –sistema teórico-conceptual—del plan de estudio del perfil de que trate.

Robert A. (1956) fue quien demostró como la enseñanza en la comunidad primitiva se desarrolló poco a poco desde los proceso espontáneos de aprendizaje y enseñanza hasta convertirse en un forma artística de la enseñanza y el aprendizaje.

Lo didáctico y lo estético tienen orígenes históricos y lógicos. La didáctica y la estética se basan en la relación de contenido y forma. En una obra de teatro al igual que en una buena clase, el contenido, la idea, y el tema son determinaciones para el método y la forma.

Klingberg, L. (1972) "Toda clase es una unidad didáctica en el proceso de enseñanza, algo relativamente cerrado, un todo. Por tanto, exige el cumplimiento de las leyes de sus sistema estructural, pero también el sentimiento de forma para su ritmo interno y la entonación específica respectiva…La estructura de la clase presupone no sólo el enfoque científico y capacidades didáctica, sino también un órgano para su equilibrio y armonía didáctica, para su ritmo y melodía, en una palabra; para su estética…"

Los componentes estéticos de la enseñanza son por ejemplo: a) la rítmica didáctica del proceso de enseñanza; b)la tensión didáctica del proceso de enseñanza; c)el equilibrio de los "eslabones" del proceso de enseñanza – por ejemplo, las proporciones correctas entre la función didáctica de la impartición de los nuevos conocimientos y capacidades, y la función didáctica de consolidación y aseguramiento de lo aprendido–; d)el equilibrio de las formas organizativas y metódicas fundamentales de la enseñanza; e)la "arquitectura" de la clase" (Ibídem).

La capacidad de apreciación no se puede desarrollar al margen del proceso de enseñaza aprendizaje y necesita del conocimiento de los procesos cognoscitivos, de habilidades y capacidades intelectuales que permitan al educando percibir, observar, comprender, comparar, sentir, expresar, valorar, seleccionar o rechazar lo feo y vulgar y disfrutar de la belleza donde quiera esta exista.

¿Cómo lograr desarrollar la apreciación estética a través del proceso docente educativo?

  • A través de múltiples vías y procedimientos, partiendo siempre de la reflexión acerca de cómo poner el proceso de enseñanza-aprendizaje como un todo (con todos sus componentes – objetivos, contenidos, métodos, medios, formas de organización) en función de estos fines.

  • Aprender significativamente, que implica aprender dando un sentido personal a lo que se aprende, tratando de interpretar y comprender, para lo cual es necesario relacionar los nuevos contenidos con todo aquello que constituye la experiencia previa individual.

  • Lograr el vínculo entre el conocimiento y la vida, entre la teoría y la práctica – y, por último, relaciones entre la materia que se aprende y el mundo personal, afectivo-motivacional de los sujetos (significatividad afectiva) Castellano, D. e Irene G (1997).

  • Adecuada vinculación entre las asignaturas de los diferentes planes de estudio y la realidad. La belleza está presente en cada una de las actividades docentes (académicas, científicas, sociales, políticas, etc.), que realizan los estudiantes y las de nuestro pueblo en general. Lo real maravilloso está en cada acción que realizamos en cada momento de la vida cotidiana.

  • Estimular la significatividad en tres direcciones, a través del aprendizaje: en lo conceptual, en lo experiencial y en lo afectivo. Un aprendizaje significativo no solamente promueve la comprensión profunda del material sino que también parte de y potencia su relevancia personal y social, su funcionalidad.

  • Desarrollar la subjetividad del estudiante, del gusto estético, como capacidad para apreciar la belleza, de distinguir, comprender y valorar lo bello en la realidad, para lo cual se debe desarrollar la valoración, la vivencia emocional y personal en la actividad.

  • Preparación de los actores de la educación, sobre todo, los docentes, en los aspectos didácticos y estéticos como parte de formación integral, el la que se inserta la "maestría pedagógica".

Conclusiones

  • Las categorías fundamentales de estética: lo bello y lo feo, lo sublime y lo vil, lo dramático, lo trágico y lo cómico, lo heroico, se ponen de manifiesto como original expresión de la asimilación estética del mundo como actividad creadora y prácticamente consciente de los hombres en cada una de las esferas del ser social y de la vida humana: la actividad laboral, productiva y sociopolítica, la actitud hacia la naturaleza, la cultura, la educación y la vida cotidiana, etc.

  • La enseñanza aprendizaje de las categorías estéticas, donde apreciación estética, de lo valorativo, lo está estrechamente vinculado de la apreciación moral, se logra en el proceso didáctico y dialéctico.

  • La Universidad es una de las instituciones por excelencia que tiene las posibilidades reales de formar integralmente al profesional universitario, mediante el concurso de sus principales actores (los docentes), los cuales necesitan de amplios conocimientos de los procesos cognoscitivos, de habilidades y capacidades intelectuales que permitan guiar a los educandos a percibir lo real maravilloso de la vida.

Bibliografía

  • Colectivos de Autores (1986): Estética marxista-leninista. Editorial Arte y Literatura. C. de la Habana.

  • Carpentier, A (1989: Prólogo al reino de este mundo, Editorial Letras Cubanas, La Habana.

  • Castellano, D. E Irene G.(1997): Estrategias de enseñanza y de aprendizaje: los caminos del aprendizaje autorregulado. Curso Pre-Congreso Pedagogía, La Habana.

  • Diccionario de filosofía (1984), Editorial Progreso, Moscú.

  • Koprínarov, L. (1990) Estética, Editorial Pueblo y Educación, La Habana

  • Klingberg, L (1972): Introducción a la didáctica general, Editorial Pueblo y Educación, C. de la Habana.

  • Marx, C. (1844): Manuscritos económicos y filosóficos. En: C. Marx y F. Engels: Sobre la literatura y el arte, Editora Política, La Habana, 1965.

  • Marinello, J. (1973): Creación y Revolución, UNEAC, Contemporáneos, La Habana

  • Portuondo, J. A. (1979): Orden del día, UNEAC, Contemporáneos, La Habana

  • Sánchez, V. A (1978): Estética y marxismo, T. I, Ediciones Era, México.

  • Schiller, J.C.F. (1795): La educación estética del hombre, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1984.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Ms. C. Anselmo Bandera Comeron

Lic. Enrique Justo Espinosa Leyva

Institución: Centro Universitario Jesús Montané Oropesa I. de la Juventud

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