Algunas consideraciones sobre educación, educación a distancia, estrategia, estrategia pedagógica y estrategia pedagógica a distancia (página 2)
Enviado por Enrique Verdecia Carballo
D. Rowntree apunta que "por educación a distancia entendemos aquel sistema de enseñanza en el que el estudiante realiza la mayor parte de su aprendizaje por medio de materiales didácticos previamente preparados, con un escaso contacto directo con los profesores. Asimismo puede tener o no un contacto ocasional con otros estudiantes" (Rowntree, D. 1986:16).
Mientras, el teórico G. Cirigliano considera que "la educación a distancia es un punto intermedio de una línea continua en cuyos extremos se sitúan la relación presencial profesor-alumno por una parte, y la educación autodidacta, abierta en que el alumno no necesita de la ayuda del profesor, por otra" (Cirigliano, G. 1983:19-20).
H. Perraton puntualiza que "la educación a distancia es un proceso educativo en el que una parte considerable de la enseñanza está dirigida por alguien alejado en el espacio y/o en el tiempo" (Perraton, H. 1982:26).
La Asociación de Aprendizaje a Distancia de EE.U.U. (USDLA) declara que la educación a distancia es "adquisición de conocimientos y habilidades a través de la instrucción e información mediatizada, cubriendo todas las tecnologías y otras formas de aprendizaje a distancia" (citado por Rivera Porto, E. 2001:4).
Se podrían agregar muchas más definiciones, pero entre las citadas se aprecian las diferentes concepciones que tienen autores e instituciones acerca de la educación a distancia cuando la llegan a considerar como un:
Sistema tecnológico.
Recurso.
Sistema de formas de comunicación.
Metodología de enseñanza.
Formas de estudio y estrategias educativas.
Actividad sistemáticamente planeada.
Punto intermedio entre dos relaciones de aprendizaje.
Sistema de enseñanza.
Proceso educativo.
Adquisición de conocimientos.
Modalidad que permite el acto educativo.
De ninguna manera esta amalgama de términos representa una recopilación de sinónimos aunque demuestran los resultados obtenidos en investigaciones realizadas en el campo de la enseñanza-aprendizaje a distancia en función de contribuir a su evolución.
Es interesante la alusión que se hace en ciertas definiciones a la comunicación, característica palpable del proceso. Sin embargo, el autor de este trabajo considera un tanto ambiguas estas menciones dado que en algunos casos no se hace referencia al tipo de comunicación que se debe establecer y en otros no se precisa qué se desea transmitir, es decir, el objetivo de la misma.
Para los intereses de este artículo se estableció una nueva definición de educación a distancia teniendo en cuenta las categorías didácticas que rigen, orientan y organizan el proceso de enseñanza-aprendizaje, y algunos elementos constitutivos del enfoque vygotskiano ya abordados con anterioridad.
Objetivo: Intercambiar y construir conocimientos de forma independiente y creativa.
Contenido: Aquellos que posean valor social-personal y estimulen el desarrollo del pensamiento (Fariñas Leon, G. 2004:237).
Método: Predominio de la comunicación bidireccional o dialógica.
Medios: Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
Formas de organización: Semipresencial o no presencial.
Evaluación: Dirigida hacia las potencialidades de aprendizaje de los participantes.
De ahí que la educación a distancia sea un:
Sistema de relaciones sociales mediado por las tecnologías de la información y las comunicaciones que tiene lugar en contextos sociohistóricos culturales semipresenciales o no presenciales, para intercambiar y construir de forma independiente y creativa aquellos conocimientos que poseen un valor social-personal para los participantes, entre los cuales prevalece la comunicación bidireccional o dialógica dirigida a evaluar las potencialidades de aprendizaje de los mismos.
Esta definición parte de reconocer al aprendizaje como resultado del sistema de relaciones sociales del cual el hombre es partícipe en todas las esferas de su vida, no necesariamente se debe limitar a ambientes institucionales educativos. Esto permite que los participantes del proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia pongan de manifiesto no solo los conocimientos adquiridos anteriormente en otros niveles de enseñanza, sino también sus experiencias personales de acuerdo a sus actividades cotidianas.
Un elemento a destacar es la utilización del término participantes para no establecer diferencias sustanciales entre profesores, estudiantes, instituciones y facilitadores, quienes deben ganar igual protagonismo dentro del proceso lo que no significa que mantengan iguales funciones o que pueden actuar improvisadamente. El proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia debe ser organizado, controlado y dirigido por aquellas personas y entidades responsables de garantizar los programas y recursos necesarios para llevar a cabo cada curso concebido con la intencionalidad educativa que requiere, pero al mismo tiempo cada parte implicada debe sentir que se va retroalimentando, nutriendo y renovando lejos de convertirse en estructuras mecánicas y repetitivas de algo que no posee sentido y significado alguno.
Es válido esclarecer la idea de la comunicación bidireccional o dialógica como método esencial, porque en realidad no se pretende aspirar a reducir la amplia cantidad de métodos de enseñanza-aprendizaje que existen ni mucho menos sugerir que estos, por disímiles que sean, no tienen lugar dentro de la educación a distancia, todo lo contrario. Las amplias posibilidades que brindan la utilización de las tecnologías de la información y las comunicaciones, permiten adaptar los conocidos métodos de la enseñanza tradicional hacia nuevos ambientes de aprendizaje. Es así que referirse a la comunicación interactiva que debe primar entre los participantes del proceso hace obligada mención al método problémico heurístico investigativo como forma "de activar el potencial desarrollo de las personas a través de la influencia educativa directa e indirecta, más que del aprendizaje de contenidos específicos a fin lograr el aprovechamiento académico" (Fariñas Leon, G. 2004:241).
Mediante los mecanismos de la comunicación los participantes del proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia deben ser capaces de cuestionar el mundo que les circunda, formarse juicios de valor y puntos de vistas que los hagan actuar en coherencia con la ética de sus relaciones con la sociedad (Fariñas Leon, G. 2004:241). Si importante para el aprendizaje resulta que el individuo llegue a incorporar en sus estructuras cognitivas los nuevos contenidos, más importante es que ese mismo individuo aprenda a aprender, que "no es la sumatoria de técnicas para estudiar, que comúnmente vemos en la literatura; es la activación de las formaciones psicológicas más importantes del hombre en función de su (auto)desarrollo, a través de métodos bien provechosos desde el punto de vista heurístico" (Fariñas Leon, G. 2004:240).
Este señalamiento de la Dra. Fariñas demuestra que el verdadero aprendizaje deber estar encaminado hacia lo que el individuo puede ser capaz de hacer si se logra un correcta orientación de la actividad; el conocimiento precedente constituye la base del nuevo, pero este deber verse como el potencialmente alcanzable cuando el sujeto logra inferir, inducir, deducir y generalizar. Así también lo corrobora González cuando define desde la perspectiva sociohistórico cultural que:
"El aprendizaje es una actividad social. Su resultado principal lo constituye las transformaciones dentro del sujeto, es decir, las modificaciones psíquicas y físicas del propio estudiante (…)" (González, O 1995:97).
"El aprendizaje es concebido como una actividad social de producción y reproducción del conocimiento bajo condiciones de orientación e interacción social; como el tránsito de lo externo a lo interno, de la regulación externa a la autorregulación, de la dependencia a la independencia cognoscitiva" (citado por Zilberstein Toruncha, J. 2000:4).
Lograr el desarrollo coherente y estable del proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia no es tarea fácil para los participantes del mismo, mucho menos cuando se enfrentan a nuevas concepciones y condiciones. Teniendo en cuenta las características singulares de profesores, estudiantes, centros de trabajo y estudios, las instituciones educativas se lanzan al diseño de estrategias que marquen el rumbo del proceso de principio a fin. Pero… ¿qué significa este concepto?
Desde su surgimiento hasta los días actuales, el concepto estrategia ha logrado sobrevivir a una gran diversidad de interpretaciones que también le han hecho asimilar innumerables aliados como: económica, política, corporativa, militar, directiva, deportiva, publicitaria, de mercado, diplomática, competitiva, productiva, didáctica, pedagógica, etc.
El concepto estrategia data desde la época de Perícles, en el año 450 a.c., y siempre estuvo asociado a las artes militares (Brian Quinn, J. 1980:4). Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en su versión digital, proviene del vocablo griego strathgía y entre sus acepciones se pueden encontrar (Academia Española, R. 1995):
1. f. Arte de dirigir las operaciones militares.
2. fig. Arte, traza para dirigir un asunto.
3. Mat. En un proceso regulable, el conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento.
A pesar de que las corrientes militares permearon el significado de este concepto, su tercera acepción demuestra una apertura hacia las ciencias matemáticas y viene a destacar algunas características que posteriormente estarán reflejadas en las definiciones aportadas por algunos teóricos del tema como son su capacidad para regularse, ser flexible y su concepción sistémica para lograr el cumplimiento de uno o varios objetivos.
Resaltando el papel que juegan las estrategias en el campo administrativo, J. Brian señala que "es el patrón o plan que integra las principales metas y políticas de una organización, y, a la vez, establece la secuencia coherente de las acciones a realizar" (Brian Quinn, J. 1980:5)
Desde el punto de vista corporativa Jarillo se refiere a la estrategia como "el modo en el que la empresa pretende ganar dinero a largo plazo" (Carlos Jarrillo, J. 1990:35).
Insertando este concepto en los predios pedagógicos D. Castellanos precisa que es una "guía consciente e intencional que proporcionan una regulación general de la actividad, y dan sentido y coordinación a todo lo que hacemos para llegar a una meta o fin, teniendo en cuenta las características de cada contexto y las circunstancias concretas" (Castellanos Simons, D. 1999:4).
Estas tres definiciones solamente vienen a ser una pequeña muestra de las diferentes aristas desde las cuales puede ser analizado el concepto estrategia. Al extraer de estas ideas los elementos más esenciales que las caracterizan, se puede decir que:
Expresan integralmente los objetivos de un proceso u organización.
Sus estructuras son coherentes en todo momento y por ende flexibles.
Constituyen el modo, la vía para alcanzar los resultados deseados.
Elementos reguladores de la actividad que tiene en cuenta el contexto concreto en que tendrá lugar.
En los marcos educacionales el concepto estrategia alcanza nuevas dimensiones al asociarse con otros vocablos como didáctica o pedagógica, por solo citar algunos. Sobre esta última se expondrán algunas definiciones de diferentes teóricos en función de ir tomando posición sobre la conceptualización de estrategia pedagógica a distancia.
M. Delgado y otros investigadores expresan que "cuando hablamos de estrategia pedagógica nos referimos a las acciones que en el ámbito educativo pueden ser desarrolladas para desarrollar aprendizajes significativos, por tanto, inferimos que es necesario la definición de una producción cultural en el ámbito educativo de la escuela" (Delgado Silva, M. y otros. 2003:15).
Por otra parte R. Hernández señala que la estrategia pedagógica "constituye el conjunto de formas didácticas de presentarle el contenido a los alumnos, la estructura y organización que se le va a dar a esas formas, así como los modos de comprobarlo" (Hernández Lamas, R. y otros 2000:73).
Quiñones Urquijo define que estrategia pedagógica "es un documento de orientación educativo-pedagógica; una propuesta integral para dirigir un proceso de intervención educativa. También es concebido como un instrumento que estructura la labor educativa de los profesores para lograr la formación de los estudiantes" (citado por Rodríguez Muñoz, R. 2008:2)
La Universidad de Antioquia plantea que entiende por estrategia pedagógica "aquellas acciones que realiza el maestro con el propósito de facilitar la formación y el aprendizaje de las disciplinas en los estudiantes. Para que no se reduzcan a simples técnicas y recetas deben apoyarse en una rica formación teórica de los maestros, pues en la teoría habita la creatividad requerida para acompañar la complejidad del proceso de enseñanza-aprendizaje" (citado por de los Ángeles Briceño-Moreno, M. 2008:2).
Barrera Kalhil plantea que estrategia pedagógica es "el conjunto de tareas o acciones previamente planificadas que conducen al cumplimiento de objetivos preestablecidos bajo una metodología elaborada para tal fin durante el proceso pedagógico" (Barrera Kalhil, J. 2003:43).
La Dra. N. Jurlow concibe la estrategia pedagógica como "la integración de acciones pedagógicas en las que intervienen determinados actores, con objetivos bien definidos, que permiten el cambio del estado real del fenómeno pedagógico a transformar, a un estado deseado, de acuerdo con una idea rectora determinada y, a través del cumplimiento de determinadas premisas" (Jurlow Nemeth, N. 2007:2).
Otra de las autoras mayormente consultadas con relación a la definición de este concepto, R. Salcedo, plantea: "dirección pedagógica de la transformación del estado real al estado deseado del objeto a modificar que condiciona todo el sistema de acciones entre el subsistema dirigente y el subsistema dirigido para alcanzar los objetivos de máximo nivel" (Sierra Salcedo, R. 2003:324).
De estas definiciones se derivan algunos elementos que pudieran caracterizar a la estrategia pedagógica:
Organiza integralmente las acciones educativas encaminadas a desarrollar el aprendizaje, hasta llegar a determinar las formas de evaluación.
Su concepción y ejecución necesita del conocimiento pedagógico de los maestros.
Representa un plan de acciones que tienen un objetivo bien definido para alcanzar los resultados deseados.
Requiere de planificación, metodología de instrumentación y definición de los objetivos a alcanzar.
Forma parte del proceso de dirección pedagógica que se propone organizar y controlar la enseñanza-aprendizaje para transformar tanto a personas como a determinadas situaciones que se dan en medio escolar.
Debe quedar registrada de forma documental.
Para la educación el concepto estrategia no perdió el ánimo de intervención, de transformación del espacio pedagógico, por tanto sería excluyente asociarla solamente a profesores y contenidos.
Como coincidentemente expresaran en sus definiciones Salcedo y Jurlow, la estrategia pedagógica es clave en el proceso de dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje; en él se encuentran interrelacionados profesores, estudiantes, categorías didácticas, familia, comunidad, institución, etc. Ello significa que en el momento de concebir una estrategia pedagógica encaminada a tratar de dar solución a determinada problemática que se presenta, se deben tener en cuenta todos aquellos actores y factores que intervienen en ella directa o indirectamente.
También es importante destacar que el tránsito del estado real al estado deseado al que se hace mención en las dos últimas definiciones, no es estático y mucho menos predecible. El cambio al que se aspira es dinámico, dialéctico, implica negar estados anteriores sobre los cuales se construirá un nuevo nivel que nunca dejará de ser perfectible. Durante todo ese proceso el camino a recorrer estará plagado de obstáculos de cualquier índole, luego, es de suma importancia para el éxito de la estrategia pedagógica establecer correctamente sus objetivos, el sistema de acciones a desarrollar y sobre todo, ser lo suficientemente flexible como para que pueda ser rediseñada en el momento necesario. "La estrategia no es algo rígida, es susceptible de ser modificada, precisada, delimitada constantemente a partir de los propios cambios que se vayan operando en el objeto de transformación" (Sierra Salcedo, R. 2003:324).
Aunque novedosa y alejada de las aulas tradicionales, la educación a distancia necesita de una estrategia pedagógica a distancia que organice, estructure, planifique, diseñe y lleve a cabo la dirección pedagógica del proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia, pero… ¿qué entender por estrategia pedagógica a distancia?
En la literatura consultada no se hace referencia a este término por lo que a los efectos de este trabajo se considera como estrategia pedagógica a distancia:
Herramienta dinámica y dialéctica de dirección pedagógica que diseña, organiza, controla y condiciona el sistema de relaciones sociales que tiene lugar en contextos sociohistóricos culturales semipresenciales o no presenciales, mediado por las tecnologías de la información y las comunicaciones.
Como se ha expresado, la estrategia pedagógica a distancia será la vía para concebir en toda su extensión el sistema de acciones que deberá llevarse a cabo antes, durante y después del proceso de enseñanza-aprendizaje en ambientes virtuales o semipresenciales.
La dirección pedagógica de la educación a distancia va mucho más allá de "dirigir la interrelación entre el proceso pedagógico y el proceso de aprendizaje teniendo en cuenta sus elementos, relaciones y etapas por las que transcurre" (Sierra Salcedo, R. 2003:324). La propia naturaleza de esta modalidad obliga a establecer normas de dirección desde sus inicios, al considerar, entre otros elementos no menos importantes, la selección del numeroso personal técnico y docente calificado dentro y fuera del centro de educación, implicado al mismo tiempo en la selección, elaboración y construcción de los medios de enseñanza-aprendizaje, en la determinación del sistema de evaluación a poner en práctica, en la selección y elaboración de los instrumentos de diagnóstico para determinar los niveles actuales y potenciales de aprendizaje en los estudiantes, y en la definición de los objetivos pedagógicos que la organización educacional pretende alcanzar como finalidad del proceso.
La previa planificación y organización del proceso permite que los objetivos establecidos puedan ser mensurables por lo que la evaluación se aproxima mucho más a la realidad; el tiempo de interacción y los medios de enseñanza se aprovechan al máximo de sus potencialidades; los participantes conocen de antemano cuál es su rol, qué se quiere lograr, cómo hacerlo y con qué hacerlo, de forma tal que el proceso no se produzca espontanea e improvisadamente sino que posea, como se ha dicho en otros momentos de este trabajo, intencionalidad educativa.
Precisamente dicha intencionalidad se refleja a través del sistema de influencias educativas en el que se encuentra insertado no solo el estudiante sino también el profesor. El elemento distintivo de dicho sistema radica en las cantidades y calidades de interacciones que se producen entre los participantes, entre estos y los previos y nuevos contenidos, los medios, los métodos, las evaluaciones, los ambientes de aprendizaje, el mundo circundante, todas persiguiendo un mismo objetivo: la internalización de las funciones psíquicas superiores a las que Vygotsky hace referencia en su teoría. Con ellas el individuo regula sus normas de conducta, sus modos de actuación, su sistema de valores, sus normas éticas y estéticas, sus estructuras cognitivas y afectivas, sus habilidades y capacidades, se transforma a sí mismo y al medio que le rodea en función de satisfacer las necesidades sociales y personales.
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Autor:
Lic. Enrique Verdecia Carballo
[1] Consulte el artículo Referentes teóricos de la educación a distancia.
[2] J. Daniel, M. Bayton, R. Collazo, E. Barberá, R. Delling, G. Rumble, J. Bringas, T. Rekkedal, J. Baath, L. Noa, D. Sewart, K. Smith, N. Valcarcel, T. Evans, K. Scales, C. Amudsen, C. Bravo, L. Aretio, J. Añorga, R. Bernard, D. Shale, C. González, entre otros.
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