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Analisis del contenido del texto escolar de matematica según las exigencias educativas del nuevo milenio

Enviado por ceresoly


    Indice1. Introduccion 2. Fundamentacion Teorica 3. Resultados De La Investigacion 4. Conclusiones y recomendaciones 5. Referencias bibliograficas y electronicas

    1. Introduccion

    Para Martín (1997), la educación en Venezuela es uno de los grandes problemas nacionales, porque se aferra con desesperación al pasado, pero el país no tiene mas alternativa que asumir los cambios, que de todo tipo, se están dando de manera global; así como también, debe incorporarse a las tendencias educativas del nuevo milenio que, según Rivas (1996), exigen la formación de un ciudadano integral, creativo, con pensamiento crítico, educado hacia el crecimiento, la participación e identificación con vecinos, comunidades y grupos organizados, para superar el individualismo y el aislamiento.

    Desde esta perspectiva, es imperativo mirar a la educación básica como el nivel donde se forma al futuro ciudadano, y a quien se le debe proveer de una educación de calidad, por ende, el nuevo diseño curricular de la primera etapa de educación básica, implantado a partir del período 1997-1998, tiene como propósito: preparar a los niños para que puedan aprender a aprender, aprender a ser, aprender a hacer, aprender a emprender y a aprender a convivir. Este es un cambio funadamental que dará cambios positivos en pocos años y reinvindicará el papel de la escuela y el rol del maestro en la escuela venezolana (El Universal, p.D/2, Septiembre, 1977).

    Así, como cambian las demandas de la sociedad, también cambian las competencias necesarias para que los individuos puedan vivir productivamente en esta sociedad, cambios que afectan a la enseñanza y con ella a la matemática. En este sentido, el Consejo Nacional de Supervisores de Matemática, propone que todo ciudadano necesita una serie de competencias esenciales que le permitan desarrollar una amplia comprensión de los conceptos y principios matemáticos, razonar con claridad y comunciarse efectivamente, reconocer aplicaciones y principios matemáticos en el mundo que lo rodea y acercarse a los problemas matemáticos con confianza, entre otras cosas, de manera que ingrese al nuevo milenio comenzando una vida adulta responsable (Carl, 1989).

    Todo lo anteriormente expresado, se tendría que concretar, formalmente, en la escolaridad y se debería utilizar el libro de texto como uno de los instrumentos de apoyo más idóneos para la transmisión actualizada del conocimiento; de esta forma se estaría respondiendo a una de las tareas prioritarias de la política educativa de una nación como lo es, según Chall y Conard (1992), citados en Rivas (1996), la elaboración y validación de textos escolares apropiados.

    Tanto Arrangóiz (1994), como Peña y Gringberg (1977), coinciden en que los textos no son el centro de gravedad del proceso de enseñanza, sino bien un elemento organizador de las experiencias de aprendizaje, además dan seguridad a los padres, a los alumnos y a los mismos docentes, porque este recurso indica cuáles son los objetivos, los contenidos y las actividades a realizarse en el aula de tal manera que los tome como guía para lograr flexibilidad y autonomía ante la posible rígidez del currículum, y también para cumplir totalmente con el programa del grado respectivo.

    A pesar, de las opiniones en contra del uso del texto escolar, existen una serie de investigaciones que corroboran su influencia positiva en el rendimiento estudiantil. Se pueden mencionar los trabajos realizados por Schiefelbein (1973), citado en Peña (1977), donde se concluye que si se mantienen constantes otros factores y sólo se varía la disponibilidad del texto, se oberva que dicha variación influye en el rendimiento escolar, generando aumentos de 10 a 30 por ciento de los rendimientos promedios; también los trabajos del Departamento de Secretaría Educativa del Convenio Andrés Bello de la Organización de Estados Americanos, que han demostrado que a los niños que se le proporciona un libro de texto, alcanzan un mayor rendimiento que los que no lo tienen (Fienmayor, 1997); a esto se agrega que, en un documento publicado por el Banco Mundial y titulado los Textos Escolares y el rendimiento académico, se indica que en dieciocho evaluaciones estadísticas, realizadas en diferentes países, se observó que la disponibilidad de textos era el factor que influía principalmente en la productividad (Nuñez, 1998).

    Al respecto, en la investigación llevada a cabo por Fontaine e Eizaguirre, citadas en Nuñez (1998), se concluye que los niños que habían tenido un libro de mejor calidad, se desempeñaban considerablemente mejor que los que habían utilizado un texto mediocre. Al respecto, en la investigación llevada a cabo por Fontaine e Eizaguirre, citadas en Nuñez (1998), se concluye que los niños que habían tenido un libro de mejor calidad, se desempeñaban considerablemente mejor que los que habían utilizado un texto mediocre. En Venezuela, es preocupante la situación del texto escolar porque en un estudio exhaustivo realizado en 1995, por el Centro de Investigaciones Educativas TEBAS de la Universidad Central de Venezuela, se llegó a la conclusión que de los 1700 libros analizados, la calidad de casi todos ellos dejaba mucho que desear, y que aquellos que habían sido aprobados por el Ministerio de Educación, no coinciden con lo que se considera idóneo o más cercano a lo que debería ser el texto escolar (Esté, 1995). Esto trae nefastas consecuencias ante una tradición arraigada, como es el seguimiento fiel al texto para organizar el trabajo en el aula.

    La anterior situación se presenta en el país, a pesar que existe un basamento legal para la evaluación de textos escolares. La Ley Orgánica de Educación, es el documento más importante con el que se cuenta para dar cumplimiento a esa evaluación, a través de la figura del Ministerio de Educación, a quien corresponde planificar, orientar, dirigir, coordinar, supervisar y evaluar el sistema educativo (Qüenza, 1986).

    El texto escolar tiene el compromiso de convertirse en gestor del cambio educativo, esto no solo es responsabilidad de su autor, pues para Linares (1997), el texto también está mediado por la editorial, el maestro y en última instancia por el lector. Lo cierto es, que cada día debería ser mayor la preocupación por mejorar su calidad, sobre todo cuando este recurso va dirigido a los primeros niveles de escolaridad, por ser esa primera etapa la base fundamental para la buena formación del futuro ciudadano de un país.

    Tomando en cuenta la problemática del texto escolar venezolano, y ante la preocupación del texto escolar venezolano, y ante la preocupación de conocer si los escolares del país ingresarían al nuevo siglo XXI, adquiriendo una formación básica en matemática pautada por los nuevos enfoques educativos o, por el contrario, lo harían con un desfase intelectual acentuado, se plantea la siguiente interrogante: ¿El texto escolar de matemática, de la primera etapa del sistema educativo venezolano, se adecúa a los cambios educativos que exigen las corrientes teóricas emergentes del finales de siglo ?.

    Objetivo general Analizar el contenido del texto escolar de matemática, de la primera etapa de educación básica venezolana, según los cambios educativos exigidos por las corrientes teóricas emergentes de finales de siglo.

    Objetivos específicos Identificar si la estructura didáctica del texto escolar de matemática, de la primera etapa de educación básica, se sustenta en las teorías pedagógicas emergentes de finales de siglo. Establecer, cuál es la tendencia del nivel psicológico y soporte neurocientífico, presentes en el texto escolar de matemática Determinar si las competencias esenciales de la disciplina matemática: comunicar ideas matemáticas, razonamiento matemático, aplicaciones a situaciones de la vida diaria, atención a lo razonable de los resultados, estimación, habilidades computaciones, pensamiento algebraico, medida, geometría, estadística, probabilidad y clima para el aprendizaje; que se exigen para el nuevo milenio, están presentes en el contenido del texto escolar de matemática.

    Analizar si el tipo y los procesos de evaluación, propuestos en el texto escolar de matemática, se basan en las teorías actualizadas, sobre los criterios de evaluación, de finales de siglo. Recomendar los correctivos necesarios, en caso de determinar la ausencia total o parcial de los lineamientos de los nuevos enfoques educativos y de las competencias esenciales de la matemática, para la adecuación del texto escolar de matemática a los cambios educativos del nuevo milenio.

    La importancia del estudio radica en el aporte a la comunidad educativa del nivel básico, al informarle si el texto de matemática funciona como elemento estratégico de formación, actualización y transformación social o, por el contrario, no se adecúa a los cambios de finales de siglo, de tal manera que se tomen las decisiones respectivas para la superación de esas carencias y disparidades que, aún, podrían estar presentes en el contenido del mismo.

    El estudio está delimitado por el análisis de contenido de los textos escolares de matemática, de la primera etapa de educación básica, adaptados a la reforma curricular vigente; tal análisis se fundamenta en el constructivismo, como una de las corrientes pedagógicas con mayor auge dentro de las tendencias de finales del siglo XX que, entre otros aspectos, mantienen la posición que los libros de texto deben transmitir la ciencia de una manera interactiva, donde participen docentes y alumnos dentro del contexto socio-productivo de su comunidad (Rivas, 1996).

    Recuento histórico: desde la escuela primaria hasta la educación básica.En Venezuela, la gestación de la escuela básica data desde los años 1936 y 1937, cuando la Federación Venezolana de Maestros orientó sus luchas hacia la masificación de la educación para lograr la igualdad de oportunidades y la renovación pedagógica (UPEL, UNA, 1998). La Ley de Educación de 1940, establecía la división del sistema educativo en ramas: preescolar, primaria, secundaria, normal, especial y técnica, y superior. Posteriormente, la Ley Orgánica de 1948, establece una nueva división en niveles y modalidades, en este caso, la educación primaria o primer ciclo comprende lo seis primeros grados de la escuela venezolana, continúa un ciclo básico común para la educación media, y se mantiene la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza, todo esto constituye un antecedennte importante para la gestación de la escuela básica; en 1969, se reforma la educación media en ciclo básico común y ciclo diversificado.

    En 1975, siguiendo lineamientos del V Plan de la Nación, se detectó una serie de deficiencias que obligaron a rediseñar el sistema educativo y, es así como el concepto de educación básica se concreta en 1977, pero sólo entre los años 1980 y 1988 es cuando se establece como subsistema en etapa experimental (UPEL, UNA, 1988). En 1986, la comisión para el estudio del Proyecto educativo Nacional informa que la no evaluación cabal de los resultados de los diseños anteriores, conllevó a que los contenidos programáticos de ese nivel estuviesen recargados y pecaban de excesiva uniformidad, se le daba poco énfasis a la formación profesional y no se tomaban en cuenta la diferencias geográficas, culturales, económicas y sociales (Duplá, 1991); al respecto, el Plan de Acción del Ministerio de Educación, en 1995, indicaba que la educación venezolana se había convertido en un gigantesco fraude respecto a las expectativas de democratización, progreso y maduración (Odremán, 1997).

    Para el período 1997-1998, entra en vigencia otro diseño curricular, cuyo propósito es influir directamente en la práctica pedagógica de los docentes, convirtiendo el aula en un espacio para el desarrollo de las experiencias significativas, así como también, para controlar y disminuir los índices de repitencia y deserción escolar. Los programas de estudio se simplifican en lo esencial, representados por la transversalidad de los ejes (lengua, pensamiento lógico, valores y educación para el trabajo), cruzado con sólo seis aasignaturas (lengua, matemática, ciencias sociales, educación física y educación artística), (Arrieta, 1997).

    La primera etapa de educación básica es un período de integración que abarca tres grados: primero, segundo y tercero, donde los ejes transversales se desarrollan en el contexto de las areas académicas para que el aprendizaje sea global; se enfatiza en el área de matemática por ser un medio para el mejor entendimiento del individuo, su realidad y su relación con sus semejantes; es otra herramienta dentro del proceso de autoconstrucción, que plantea la formación de un individuo más proactivo y capacitado para la vida en sociedad (op. cit).

    La enseñanza de la matemática en el país, según Gutiérrez (1988), está delimitada por un modelo pedagógico claramente definido y se observa la falta de continuidad histórica en las decisiones curriculares, éstas se dan en un período político-administtrativo determinado y se implantan sin que se evalúe el anterior currículum. Sólo, es a partir de 1912 cuando se inicia la orientación oficial de la enseñanza de la matemática, mediante programas que debían renovarse anualmente, pero en 1915 se abandonan los programas y se implanta un sistema mixto de programas y sinópsis; tales programas siguen vigentes hasta 1963 sin que se registren modificaciones curriculares relevantes. En la etapa 1944-1963, la enseñanza sigue un enfoque calculista, centrado en el contenido matemático de las operaciones; en 1976, se actualizan los programas adaptándolos a las necesidades nacionales y regionales; en esa década de los años 70, la enseñanza sigue el enfoque conjuntista, centrado en los procesos de razonamientos presentes en la teoría de conjuntos de la Matemática Moderna. En la década de los años 80, se fundamenta en los principios cognoscitivos y se aplica la teoría de Jean Piaget, sobre las operaciones del pensamiento para así graduar el proceso de enseñanza-aprendizaje; también influyen las ideas de Freire, la noción de aula-taller de Freire, el humanismo de Carls Rogers, y se hace énfasis en el uso de la tecnología educativa.

    Para la década de los años 90, según Fé y Alegría (1994), la enseñanza de la matemática en la escuela básica se caracteriza por su énfasis en la memorización, el apuntismo y el miedo a la asignatura; su enfoque se sustenta en una serie de mitos, entre los que destacan: su enseñanza por igual en los contextos urbano, rural e indígena; prioridad hacia su lógica matemática más que hacia la psicología del aprendizaje, énfasis en los objetivos medibles, en los resultados y no en el proceso; dificultad de la asignatura, a mayor contenido mayor aprendizaje y, además, el alumno es sólo un repetidor de órdenes previamente planificadas.

    En el diseño curricular de 1997-1998, se plantea como alternativa de solución a esta problemática, el programa de Biblioteca de Aula, dirigido a la primera y segunda etapa de educación básica para promover en los alumnos la construcción de significados mediante procesos de aprendizajes activos y participativos, proporcionando a alumnos y docentes, un conjunto de materiales educativos como recursos de apoyo a los proceos pedagógicos de aula (González, 1997).

    2. Fundamentacion Teorica

    Para Flórez (1994), los modelos que norman la forma de abordar la enseñanza de las ciencias son: tradicional, conductista, romántico, desarrollista y socialista; los tres últimos pertenecen al enfoque constructivista, que plantea que el aprendizaje debe ser una construcción del alumno, que modifique su estructura mental, que contribuya con su desarrollo personal y que no se limite a la simple acumulación de conocimientos, datos y experiencias aisladas; porque lo importante no es informar sino instruir, desarrollar y humanizar.

    Para Rivas (1996), la evaluación ha pasado por varias etapas: la medición, por objetivos instruccionales, sin objetivos preestablecidos y la constructivista, donde se plantea la negociación entre los participantes del proceso para elaborar una opinión multifacética y pluralista que estimule el mejoramiento de los resultados obtenidos; deben considerarse los aspectos emocional, social, cognitivo y valorativo, en presencia del mismo alumno y del grupo. Para Estévez (1996), son tres los procesos que se deben evaluar: desempeño, desarrollo de aptitudes, rendimiento y Chadwick (1994), establece algunos criterios generales para la selección de contenidos: valor anticipativo, relevancia, identificación, transferencia, equidad, participación, factibilidad, eficacia y eficiencia.

    La mayoría de los libros de texto proponen actividades de control, recapitulación o autoevaluación, para observar el logro de los conocimientos que propone. Se deben analizar todas esas actividades de seguimiento y recapitulación, diferenciando la evaluación diagnóstica de la formativa; ya que los textos no pueden promocionar, entonces es el docente quien debe elaborar esos controles de evaluación sumativa (Alvarez, 1997).

    En cuanto a nivel psicológico, son las ideas de Jean Piaget, sobre los estadios en la evolución del pensamiento, las más aplicadas en las escuelas elementales popr su aporte respecto al desarrollo de las estructuras mental, sin embargo, (Alvarez, 1997), considera que a veces el nivel de desarrollo psicológico alcanzado en un momento dado, no tiene relación con la edad cronológica del niño y, en este sentido cobran importancias las ideas de Vygotsky sobre los niveles evolutivo real y potencial, el primero define las funciones que ya han madurado, el otro define aquellas que ya no han madurado pero que se hallan en proceso de maduración y que se pueden potenciar mediante la ayuda de otras personas, lo que permite conocer en mayor medida cómo está su desarrollo mental (Reig y Gradolí, s/f). Al respecto, se ocnsidera que el texto es una herramienta que permite madurar el aprendizaje, por ser un poderoso medio de autoinstrucción, en la medida que se internalizan los pensamientos y acciones del autor (Wells, s/f).

    Por otra parte, en 1982, un neurocirujano demuestra científicamente la existencia de dos hemisferios cerebrales: el izquierdo y el derecho (Roo, 1993), que a pesar de delimitar perfectamente sus funciones, están en capacidad de interconectarse a la memoria almacenada en el otro hemisferio para trabajar como un verdadero sistema; ese proceso de pensamiento se ve afectado por el sistema límbico, encargado de realizar y controlar las funciones afectivas y emotivas del ser humano (Rivas, 1996); en conjunto forman el cerebro triuno.

    Aún continúan las investigaciones respecto a las funciones de uno u otro hemisferio. En los programas instruccionales se procura, ingenuamente, la formación del pensamiento crítico y el desarrollo de la creatividad, pero lo que en realidad se fomenta es el desarrollo del hemisferio izquierdo por sus funciones racionales, dejando a un lado el incentivo a la creatividad y emotividad del alumno (Heller, 1995).

    Si bien es cierto la importancia de lograr el equilibrio de ambos hemisferios, no menos cierto es que en ello se debería involucrar aquellas competencias esenciales de la matemática que permiten el desarrollo del pensamiento lógico, del razonamiento, creatividad e imaginación; bajo esta sugerencia, el Consejo Nacional de Supervisores de Matemáticia, establece como prioritaria las siguientes: resolución de problemas, comunicar ideas matemáticas, razonamiento matemático, aplicaciones a situaciones de la vida cotidiana, atención a lo razonable de los resultados, estimación, habilidades computacionales, pensamiento algebraico, medida, geometría, estadística, probabilidad y clima para el aprendizajes, pues el dominio de éstas permitirá que se ingrese al nuevo milenio con una formación básica al respecto (Carl, 1989).

    Hipótesis El contenido del texto escolar de matemática, de la primera etapa de educación básica, adaptado a la reforma curricular implantada a partir del año escolar 1997-1998, no se adecúa totalmente a los cambios exigidos por las corrientes educativas emergentes a finales del siglo debido, entre otras razones, a que mantiene la estructura tradicional en modelos pedagógicos y tipo de evaluación, continúa aplicando los aportes de la Teoría Piagetiana sobre el pensamiento, estimula el hemisferio cerebral izquierdo y no considera, adecuadamente, las competencias esenciales exigidas para el conocimiento matemático en el próximo milenio.

    Metodologia El diseño de la investigación sigue las modalidades documental y de campo, es un estudio expost-facto porque se evalúa la actualización psicopedagógica del texto escolar de matemática adaptado a un nuevo diseño curricular; es descriptiva y está basada en el análisis de contenido manifiesto con un enfoque cuali-cuantitativo, que da una visión holística al tratamiento del estudio (Cabero, 1998; Hernández, 1997; Tamayo y Tamayo, 1995; Ary, 1994); Hurtado, 1996). La población está conformada por los textos escolares de matemática, de los tres primeros grados de la educación básica, adaptados al currículum básico nacional vigente. Las editoriales de esos textos son: Larense, Excelencia, Colegial Bolivariana, Santillana, Básica y Monfort. El instrumento de recolección de datos fue validado por profesionales en el área, está estructurado en cinco partes relacionadas con las unidades de análisis de estudio: modelo pedagógico, nivel psicológico, soporte neurocientífico, tipo de evaluación y competencias matemáticas; que se evalúan mediante una escala ordinal no binaria sugerida en Tavella (1995); la confiabilidad medida por el coeficienta de alfa de cronbach, es del 98.43 por ciento.

    3. Resultados De La Investigacion

    De los dieciocho textos escolares de matemática, de la primera etapa de educación básica, se obtuvo que: el modelo pedagógico constructivista destaca sólo en un 33 por ciento de esos textos, la teoría de Piaget se aplica en mayor medida en un 83.33 por ciento; el hemisferio cerebral izquierdo se fomenta con prioridad en un 16 por ciento, mientras que en el porcentaje restante no se evidencia una acentuada diferenciación entre uno u otro hemisferio; la evaluación constructivista predomina en un 33 por ciento; en un 100 por ciento está ausente la competencia matemática del pensamiento algebraico y casi ausente las habilidades computacionales; además, las que presentan mayor predominio son: comunicar ides matemáticas (100 %), estadística (83.33 %), razonamiento matemático, medida, aplicación a situaciones de la vida diaria, geometría y clima para aprender (66.66 % de los textos). Las demás competencias también están presentes, pero se manifiestan con poco porcentaje o de manera aislada en esos textos de uno u otro grado de la primera etapa de educación básica. El análisis cualitativo refleja cuáles son las características más resaltantes, así como también las carencias que, con respecto a las unidades de análisis mencionadas, se observan en el contenido de los textos escolares de matemática.

    4. Conclusiones y recomendaciones

    La estructura didáctica del contenido del texto escolar de matemática, de la primera etapa de educación básica, está principalmente sustentada en los enfoques pedagógicos ttradicionales, aún cuando muestra algunos elementos significativos de la teoría constructivista. La fundamentación psicológica del texto, se apoya fundamentalmente en la Teoría de Piaget, y no muestra una evidente tendencia hacia el desarrollo de uno u otro hemisferio cerebral. De las competencias esenciales de la matemática exigidas para el nuevo milenio, principalmente se manifiestan las referidas a la comunicación de ideas matemáticas, medida, razonamiento, aplicaciones a situaciones de la vida diaria, geometría y clima para el aprendizaje; está ausente el pensamiento algebraico y casi ausente, las habilidades computacionales. Se confirma la hipótesis planteada, sin embargo, a la misma se agrega, que no se presenta una tendencia acentuada hacia el fomento de uno u otro hemisferio cerebral.

    Recomendaciones En líneas generales, se sugiere que el contenido del texto escolar de matemática, sustituya los esquemas tradicionales por los lineamientos de la acción constructivista, que le permitan su actualización y adecuación a las nuevas tendencias educativas. En ese sentido, el compromiso debería ser compartido por el autor, las editoriales, docentes, representantes y alumnos; así también, le corresponde al Ministerio de Educación aplicar las leyes y reglamentos referentes a la evaluación de libros de textos para controlar la calidad de los mismos. En cuanto a la fundamentación psicológica, debería establecerse una semejanza entre la evolución del pensamiento del niño y el desarrollo de la matemática, que partiendo de objetos concretos y conceptos primitivos se ha convertido en una disciplina científica y aún continúa su proceso de construcción. Se deben incluir adivinanzas, rompecabezas, contraejemplos y proposiciones divergentes, entre otras cosas, para que el niño piense más, para que haga más, para que desarrolle su pensamiento crítico, analítico, divergente, para que opte por la discusión de ideas bajo un clima democrático dentro y fuera del ámbito escolar. Para contribuir al desarrollo de ambos hemisferios cerebrales, se podría incorporar en el contenido del texto, artículos de prensa, cuya lectura sea objeto tanto de análisis como de síntesis; a su vez, se fomentan valores de responsabiloidad y honestidad; así también se pudiese dar inicio a las nociones de probabilidad ante casos de duda e incertidumbre presentes en las encuestas, pronósticos y juegos de azar publicados en ese medio impreso. Los textos deberían apoyar al docente en el buen uso de las tecnologías, ya que no pueden mantenerse al margen del empleo de la calculadora y el computador, que han contribuido a modificar las habilidades matemáticas necesarias para el ciudadano del nuevo milenio. Los juegos educativos, como estrategia de solución de problemas, permiten que se combine el placer con el trabajo, contribuyendo a la formación de actitudes favorables hacia la matemática. El pensamiento algebraico puede incorporarse siguiendo los lineamientos del aprendizaje significativo, minimizando el grado de abstracción al ubicarlo en un contexto familiar al niño, lo que evita dificultades insalvables en el manejo posterior de estructuras más complejas. Los textos podrían establecer un puente conceptual entre los conocimientos previos del niño y el nuevo material por aprender, al incluir preguntas de sondeo al inico de caca tópico o como anticipo en las actividades propuestas del tema anterior. Finalmente, se sugiere que se incluyan hojas de registro cualitativo que promuevan la evaluación multidireccional, para valorar los cambios cognoscitivos, emocionales, afectivos, sociales y valorativos, manifestados a lo largo de todo el proceso de formación integral del niño.

    5. Referencias bibliograficas y electronicas

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    Autor:

    Dra. Ycila García Fernández.