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Autoestima y asertividad (página 2)


Partes: 1, 2

La Autoestima está relacionada con la confianza en uno mismo.

Existen necesidades reales y otras que no lo son aunque a veces así lo pensemos.

La Autoestima está relacionada con el amor incondicional hacia uno mismo.

La Autoestima orienta la acción hacia el logro de los objetivos y el bienestar general.

Podemos tener limitaciones y a pesar de ello tener Autoestima.

Los eventos externos, las contingencias, no necesariamente deben afectar nuestra Autoestima., al menos no de manera estable o permanente.

    Otros conceptos de Autoestima, relacionados de alguna forma con los que ya hemos expuesto arriba, sugieren que:

    • Es el juicio que hago de mi mismo.

    • La sensación de que encajo y de que tengo mucho por dar y recibir.

    • La convicción de que con lo que soy basta para funcionar; que no tengo que incorporar nada nuevo a mi vida, sino reconocer aspectos de mí que no he concientizado, para luego integrarlos.

    • La reputación que tengo ante mí mismo.

    • Es una manera de vivir orientada hacia el bienestar, el equilibrio, la salud y el respeto por mis particularidades.

    Para efectos de facilitar la comprensión de todo lo expresado anteriormente, asumiremos que la Autoestima es siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, ya que si lo vemos con cuidado, concluiremos que siempre es posible amarnos más, respetarnos más o estar más conscientes de nosotros y de la relación que tenemos con todo lo que nos rodea, sin llegar a caer en el narcisismo o egoísmo, que es cuando sólo podemos amarnos a nosotros mismos. Por eso utilizaremos expresiones como aumentar, elevar o desarrollar la Autoestima, para aludir al hecho de que alguien pueda mejorar en los aspectos citados.

    De manera que sí es posible una potenciación de este recurso de conocimiento, aceptación y valoración de uno mismo.

    Cuando nos referimos a personas o situaciones de poco amor o respeto hacia nosotros mismos, utilizaremos los términos "DESVALORIZACIÓN" o "DESESTIMA", como palabras que se refieren a una manera inconsciente de vivir que niega, ignora o desconoce nuestros dones, recursos, potencialidades y alternativas.

    También es conveniente aclarar, que podemos tener comportamientos de baja Autoestima, en algún momento, aunque nuestra tendencia sea vivir conscientes, siendo quienes somos, amándonos y respetándonos. Puede también suceder lo contrario: vivir una vida sin rumbo, tendente al Auto sabotaje y a la inconsciencia, pero podemos experimentar momentos de encuentro con nuestra verdadera esencia. Fragmentos de tiempo de inconsciencia y desconfianza en uno, no son igual que una vida inconsciente regida por el miedo como emoción fundamental. Lo uno es actitud pasajera, lo otro es forma de vida. Hay que distinguir.

    ¿Cómo nace el autoestima?

    Desde el momento mismo en que somos concebidos, cuando el vínculo entre nuestros padres se consuma y las células sexuales masculina y femenina se funden para originarnos, ya comienza la carga de mensajes que recibimos, primero de manera energética y luego psicológica.

    Debido a que los pensamientos y emociones son manifestaciones de energía y en el organismo se presentan en forma de reacciones eléctricas y químicas, cada vez que una mujer embarazada piensa o siente algo con respecto al niño en formación, su cerebro produce una serie de químicos que se esparcen por todo su cuerpo y que la criatura recibe y graba en su naciente sistema nervioso, sin tener la suficiente consciencia como para comprender o rechazar lo que recibe a través de un lenguaje químico intraorgánico.

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    El hecho de que alguno de los progenitores, por ejemplo, asuma como un problema la llegada del niño, es captado por éste emocionalmente, y su efecto formará parte del archivo inconsciente del pequeño y tendrá repercusiones más adelante, cuando reaccione de diferentes formas y no logre comprender las causas generadoras de sus conflictos. Igualmente, cuando ya se ha producido el alumbramiento, todo estímulo externo influirá en el recién nacido y le irá creando una impresión emocional que influirá sus comportamientos futuros. Los padres y otras figuras de autoridad, serán piezas claves para el desarrollo de la Autoestima del niño, quien dependiendo de los mensajes recibidos, reflejará como espejo lo que piensan de él y se asumirá como un ser apto, sano, atractivo, inteligente, valioso, capaz, digno, respetado, amado y apoyado o, por el contrario, como alguien enfermo, feo, ignorante, desvalorizado, incapaz, indigno, irrespetado, odiado y abandonado. La forma como nos tratan define la forma como nos trataremos, porque esa es la que consideraremos como la más normal.

    Con la llegada de la pubertad y la adolescencia, se da la bienvenida a la sexualidad y a la necesidad del joven de encontrarse a sí mismo. Se inicia la llamada "brecha generacional" y el tránsito hacia una mayor definición de la personalidad. Esta etapa es crucial ya que en ella surgen con fuerza la competencia y el deseo de ser mejor que los demás. El joven experimenta una gran necesidad de aprobación por parte de su grupo cercano y aprende a dirigirse hacia quienes lo aplauden y a huir de quienes lo pitan. Desarrolla, con tal de ser querido, conductas muy específicas que se generalizarán hacia la vida adulta.

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    El ingreso al mundo laboral complica el asunto de la formación y manifestación de la Autoestima, ya que en ese contexto se nos mide por lo que hacemos y no por lo que somos. Si produces, te quedas y si no te vas. Esa es la medida cuando de dinero se trata.

    Finalmente en la pareja y el matrimonio se expresa mucho de lo aprendido en los años precedentes: grabaciones, condicionamientos, tradiciones; lo que fue vertido en el molde durante muchos años y que hemos llegado a creer que somos. En este tiempo, formamos parte de una sociedad uniformada en la que muchos han renunciado a expresar su originalidad y tienen ideas fijas de las cosas, que casi siempre siguen aunque no les funcionen. La inconsciencia y falta de comprensión de lo que ocurre, induce a culpar, a resentir, a atacar, a agredir a los demás, a quienes se ve "como malos que no nos comprenden".

    Para entonces, ya hemos construido una imagen de nosotros (auto imagen), puesto que habremos aprendido una forma de funcionar, y llevamos como marca en la piel de vaca, el sello de lo que creemos que podemos o no ser, hacer y tener.

    Como se manifiesta el autoestima

    • a) La vida sin autoestima.

    Es factible para el observador atento o entrenado, detectar los niveles de Autoestima o Desestima en las personas, ya que su manifestación se extiende a pensamientos, palabras, estados emocionales, hábitos y otras maneras de experiencias. La manera como vive un ser auto estimado es bastante diferente de la forma como funciona un desestimado.

    COMPORTAMIENTOS CARACTERÍSTICOS DEL DESESTIMADO.

    Algunos comportamientos característicos de las personas desestimadas son:

    INCONSCIENCIA.

    Ignora quien es y el potencial que posee; funciona automáticamente y depende de las circunstancias, eventualidades y contingencias; desconoce sus verdaderas necesidades y por eso toma la vida con indiferencia o se dedica a hacer mil cosas que no le satisfacen; ignora las motivaciones, creencias, criterios y valores que le hacen funcionar. Muchas áreas de su vida reflejan el caos que se desprende del hecho de no conocerse. Parte de ese caos, generalmente autoinducido, se observa en conductas autodestructivas de distinta índole. El desestimado vive desfasado en el universo temporal; tiene preferencia por el futuro o el pasado y le cuesta vivir la experiencia del hoy: se distrae con facilidad. Pensar y hablar de eventos pasados o soñar con el futuro, son conductas típicas del ser que vive en baja Autoestima.

    DESCONFIANZA.

    El desestimado no confía en sí mismo, teme enfrentar las situaciones de la vida y se siente incapaz de abordar exitosamente los retos cotidianos; se percibe incompleto y vacío; carece de control sobre su vida y opta por inhibirse y esperar un mejor momento que casi nunca llega. Tiende a ocultar sus limitaciones tras una "careta", pues al no aceptarse, teme no ser aceptado. Eso lo lleva a desconfiar de todos y a usar su energía para defenderse de los demás, a quienes percibe como seres malos y peligrosos; siempre necesita estar seguro y le es fácil encontrar excusas para no moverse. La vida, desde aquí, parece una lucha llena de injusticia.

    IRRESPONSABILIDAD.

    Niega o evade sus dificultades, problemas o conflictos. Culpa a los demás por lo que sucede y opta por no ver, oír o entender todo aquello que le conduzca hacia su responsabilidad. Sus expresiones favoritas son: "Si yo tuviera", "Si me hubieran dado", "Ojala algún día", y otras similares que utiliza como recurso para no aclarar su panorama y tomar decisiones de cambio.

    En su irresponsabilidad, el desestimado acude fácilmente a la mentira. Se miente a sí mismo, se autoengaño y engaña a los demás. Esto lo hace para no asumir desde la consciencia adulta las consecuencias de sus actos, de su interacción con el mundo. Ninguna cantidad de nubes puede tapar por mucho tiempo el sol.

    INCOHERENCIA.

    El desestimado dice una cosa y hace otra. Asegura querer cambiar pero se aferra a sus tradiciones y creencias antiguas aunque no le estén funcionando. Vive en el sueño de un futuro mejor pero hace poco o nada para ayudar a su cristalización. Critica pero no se autocrítica, habla de amor pero no ama, quiere aprender pero no estudia, se queja pero no actúa en concordancia con lo que dice anhelar. Su espejo no lo refleja.

    INEXPRESIVIDAD.

    Por lo general reprime sus sentimientos y éstos se revierten en forma de resentimientos y enfermedad. Carece de maneras y estilos expresivos acordes con el ambiente, porque no se lo enseñaron o porque se negó a aprenderlos. En cuanto a la expresión de su creatividad, la bloquea y se ciñe a la rutina y paga por ello el precio del aburrimiento.

    IRRACIONALIDAD.

    Se niega a pensar. Vive de las creencias aprendidas y nunca las cuestiona. Generaliza y todo lo encierra en estereotipos, repetidos cíclica y sordamente. Pasa la mayor parte de su tiempo haciendo predicciones y pocas veces usa la razón. Asume las cosas sin buscar otras versiones ni ver otros ángulos. Todo lo usa para tener razón aunque se destruya y destruya a otros.

    INARMONÍA.

    El desestimado tiende al conflicto y se acostumbra a éste fácilmente. Se torna agresivo e irracional ante la crítica, aunque con frecuencia critique y participe en coros de chismes. En sus relaciones necesita controlar a los demás para que le complazcan, por lo que aprende diversas formas de manipulación. Denigra del prójimo, agrede, acusa y se vale del miedo, la culpa o la mentira para hacer que los demás le presten atención. Cuando no tiene problemas se los inventa

    Porque necesita del conflicto. En estado de paz se siente extraño y requiere de estímulos fuertes generalmente negativos. En lo interno, esa inarmonía se evidencia en estados ansiosos, que desembocan en adicciones y otras enfermedades.

    Para el desestimado, la soledad es intolerable ya que no puede soportar el peso aturdidor de su consciencia.

    DISPERSIÓN.

    Su vida no tiene rumbo; carece de un propósito definido.

    No planifica, vive al día esperando lo que venga, desde una fe inactiva o una actitud desalentada y apática. Se recuesta en excusas y clichés para respaldar su permanente improvisación.

    DEPENDENCIA.

    El desestimado necesita consultar sus decisiones con otros porque no escucha ni confía en sus mensajes interiores, en su intuición, en lo que el cuerpo o su verdad profunda le gritan.

    Asume como propios los deseos de los demás, y hace cosas que no quiere para luego quejarse y resentirlas. Actúa para complacer y ganar amor a través de esa nefasta fórmula de negación de sí mismo, de auto sacrificio inconsciente de sus propias motivaciones. Su falta de autonomía, la renuncia a sus propios juicios hace que al final termine culpándose, auto incriminándose, resintiendo a los demás y enfermándose como forma de ejecutar el auto castigo de quien sabe que no está viviendo satisfactoriamente. La dependencia es el signo más característico de la inmadurez psicológica, que lleva a una persona, tal como dice Fritz Perls, a no pararse sobre sus propios pies y vivir plenamente su vida.

    INCONSTANCIA.

    Desde el miedo, una de las emociones típicas del desestimado, las situaciones se perciben deformadas y el futuro puede parecer peligroso o incierto. La falta de confianza en las propias capacidades hace que aquello que se inicia no se concrete. Ya sea aferrándose a excusas o asumiendo su falta de vigor, el desestimado tiene dificultad para iniciar, para continuar y para terminar cualquier cosa. Puede que inicie y avance en ocasiones, pero frente a situaciones que retan su confianza, abandonará el camino y buscará otra senda menos atemorizante. La inconstancia, la falta de continuidad, señala poca tolerancia a la frustración.

    RIGIDEZ.

    La persona desvalorizada lucha porque el mundo se comporte como ella quiere. Desea que donde hay calor haya frío, que la vejez no exista y que todo sea lindo. Le cuesta comprender que vivimos interactuando en varios contextos con gente diferente a nosotros en muchos aspectos, y que la verdad no está en mí o en ti, sino en un "nosotros" intermedio que requiere a veces "estirarse". Sufrir porque está lloviendo, negarnos a entender que una relación ha finalizado, empeñarnos en tener razón aunque destruyamos vínculos importantes, demuestra incapacidad para abandonar posturas rígidas que nos guían por la senda del conflicto permanente. Eso es no quererse, eso es Desestima.

    En general, el desvalorizado es un ser que no se conoce, que no se acepta y que no se valora; que se engaña y se auto sabotea porque ha perdido el contacto consigo mismo, con su interioridad, y se ha desbocado hacia el mundo con el afán de ganar placer, prestigio y poder, es decir, de obtener a cualquier precio la aprobación de los demás, como un niño que requiere el abrazo materno para sobrevivir. El desestimado no se percata fácilmente de que ha roto el equilibrio que necesita para vivir paz y disfrutar de la vida, que como un don especial le ha sido.

    Algunos comportamientos de baja autoestima

    Además de los mencionados anteriormente, existen otros comportamientos que reflejan desamor e irrespeto por nosotros, y como consecuencia de eso, por los demás. Sin que deban ser tomados como algo inmutable y absoluto, algunos de los más frecuentes son:

    • Mentir

    • Llegar tarde

    • Necesitar destacar

    • Irrespetar a las personas

    • Preocuparse por el futuro

    • Actuar con indiferencia

    • Creerse superior

    • Descuidar el cuerpo

    • Negarse a ver otros puntos de vista

    • Negarse a la intimidad emocional

    • Vivir aburrido, resentido o asustado

    • Desconocer, negar o inhibir los talentos

    • Vivir de manera ansiosa y desenfrenada

    • Descuidar la imagen u obsesionarse con ella

    • Desarrollar enfermedades psicosomáticas

    • Seguir la moda y sufrir si no estamos "al día"

    • La maternidad y paternidad irresponsables

    • Improvisar la vida, pudiendo planificarla

    • Descuidar la salud como si no fuera importante

    • Negarse a aprender

    • Idolatrar a otras personas

    • Asumir como estados habituales la tristeza, el miedo, la rabia y la culpa

    • Tener y conservar cualquier adicción (Cigarrillo, licor, comida, sexo, etc.)

    • Anclarse en lo tradicional como excusa para evitar arriesgarse a cosas nuevas

    • Negarse a la sexualidad(salvo casos especiales vinculados al celibato espiritual)

    • Incapacidad para manejar los momentos de soledad

    • Quejarse

    • Perder el tiempo en acciones que no nos benefician

    • Manipular a los demás

    • Culparse por el pasado

    • Actuar agresivamente

    • Auto descalificarse

    • Discriminar y burlarse de los demás

    • Sentirse atrapado y sin alternativas

    • Preocuparse porque otro destaque(Envidia)

    • Actuar tímidamente

    • Dar compulsivamente para ganar aprobación

    • Invadir el espacio de otros sin autorización

    • Depender de otros pudiendo ser independientes

    • Celar de manera desmedida a amigos o a la pareja

    • Compulsión por obtener títulos académicos y dinero

    • Irrespetar a las personas

    • Incapacidad para expresar los sentimientos y emociones

    • Maltratar a los hijos en vez de optar por comunicarnos

    • Denigrar de uno mismo y de los demás de manera frecuente

    • Sostener relaciones con personas conflictivas que te humillen y maltraten

    • b) La vida con autoestima.

    Cuando la vida se vive desde la Autoestima todo es diferente. Las cosas cambian de color , sabor y signo, ya que nos conectamos con nosotros y con el mundo, desde una perspectiva más amplia, integral, equilibrada, consciente y productiva.

    Comportamientos característicos del autoestimado

    La caracterología que ofrece una persona con una Autoestima desarrollada, es más o menos la siguiente:

    CONSCIENCIA.

    El auto estimado es la persona que todos podemos ser. Alguien que se ocupa de conocerse y saber cuál es su papel en el mundo. Su característica esencial es la consciencia que tiene de sí, de sus capacidades y potencialidades así como de sus limitaciones, las cuales tiende a aceptar sin negarlas, aunque o se concentra en ellas, salvo para buscar salidas más favorables. Como se conoce y se valora, trabaja en el cuidado de su cuerpo y vigila sus hábitos para evitar que aquellos que le perjudican puedan perpetuarse. Filtra sus pensamientos enfatizando los positivos, procura estar emocionalmente arriba, en la alegría y el entusiasmo, y cuando las situaciones le llevan a sentirse rabioso o triste expresa esos estados de la mejor manera posible sin esconderlos neuróticamente.

    En el auto estimado el énfasis está puesto en darse cuenta de lo que piensa, siente, dice o hace, para adecuar sus manifestaciones a una forma de vivir que le beneficie y le beneficie a quienes le rodean, en vez de repetir como robot lo que aprendió en su ayer cuando era niño o adolescente. Esa consciencia de la autoestima, hace que el individuo se cuide, se preserve y no actúe hacía la autodestrucción física, mental, moral o de cualquier tipo. La gratitud es norma en la vida de quien se aprecia y se sabe bendito por los dones naturales que posee.

    CONFIANZA.

    Autoestima es también confianza en uno mismo en las fuerzas positivas con las que se cuenta para abordar el día a día. Esta confianza es la guía para el riesgo, para probar nuevos caminos y posibilidades; para ver alternativas en las circunstancias en que la mayoría no ve salida alguna; para usar la inteligencia y seguir adelante aunque no se tengan todas las respuestas. Estas es la característica que hace que el ser se exprese en terrenos desconocidos con fe y disposición de éxito. Cuando se confía en lo que se es, no se necesitan justificaciones ni explicaciones para poder ser aceptado. Cuando surgen las diferencias de opinión, confiar en uno hace que las críticas se acepten y se les utilice para el crecimiento.

    RESPONSABILIDAD.

    El que vive desde una Autoestima fortalecida asume responsabilidad por su vida, sus actos y las consecuencias que éstos pueden generar. No busca culpables sino soluciones. Los problemas los convierte en un "cómo", y en vez de compadecerse por no lograr lo que quiere, el auto estimado se planteará las posibles formas de obtenerlos. Responsabilidad es responder ante alguien, y ese alguien es, él mismo o Dios en caso de que su visión de la vida sea espiritual. Toma como regalo el poder influir en su destino y trabaja en ello. Quien vive en este estado no deja las cosas al azar, sino que promueve los resultados deseados y acepta de la mejor forma posible lo que suceda.

    COHERENCIA.

    La Autoestima nos hace vivir de manera coherente y nos impulsa a realizar e esfuerzo necesario para que nuestras palabras y actos tengan un mismo sentido. Aunque el auto estimado guste de hablar, sus actos hablarán por él tanto o más que sus palabras. No quiere traicionarse y se esmera en combatir y vencer sus contradicciones internas.

    EXPRESIVIDAD.

    Los que viven confiado en su poder, aman la vida y lo demuestran en cada acto. No temen liberar su poder aunque puedan valorar la prudencia y respetar las reglas de cada contexto. Mostrar afecto, decir "te quiero", halagar y tocar físicamente, son comportamientos naturales en quienes se estiman, ya que disfrutan de sí mismos y de su relación con las personas. La forma de vincularse es bastante libre y sin l típica cadena de prejuicios que atan culturalmente al desvalorizad. En esa expresividad, es seguro observar límites, ya que para expresarse no hay que invadir ni anular a nadie. La expresividad del auto estimado es consciente y natural, no inconsciente ni prefabricada.

    RACIONALIDAD.

    En el terreno de la Autoestima se acepta lo espontáneo aunque el capricho es indeseable. La vida es vista como una oportunidad lo bastante especial como para no dejarla en manos de la suerte. De esta visión se deriva un respeto por la razón, el conocimiento y la certeza. Quien anda de manos del amor propio, no juega consigo y por eso valora el tiempo como recurso no renovable que es. Quien se respeta busca, sin compulsiones, alcanzar un mínimo control de su existencia y para eso usa su inteligencia y capacidad de discernimiento, confiando en lograr sus objetivos al menor costo. He allí la consciencia de efectividad de la Autoestima.

    ARMONÍA.

    Autoestima es sí misma armonía, equilibrio, balance, ritmo y fluidez. Cuando existe valoración personal, también se valora a los demás, lo que favorece relaciones sanas y plenas medidas por la honestidad, la ausencia de conflicto y la aceptación de las diferencias individuales. Por ser la paz interna la máxima conquista de la Autoestima, quienes están por ese camino hacen lo posible por armonizar y aminorar cualquier indicador de conflicto. Esta armonía interior ahuyenta la ansiedad y hace tolerable la soledad, vista a partir de un estado armónico de vida como un espacio de crecimiento interior, encuentro con uno mismo y regocijo.

    RUMBO.

    El respeto hacia nosotros y hacia la oportunidad de vivir engendra una intención de expresar el ser, de trascender, de lograr y de ser útil. Eso se hace más factible al definir un rumbo, un propósito, una línea de objetivos y metas, un plan para ofrendarlo a la existencia y decir "esto es lo que soy y esto es lo que ofrezco". La vida es un don que se expresa a través de una misión y una vocación; descubrirlo es tarea de cada quien, y es únicamente en ese camino donde hallaremos la plenitud y la alegría de vivir. No hacerlo, equivale a nadar en tierra o arar en mar. E rumbo es indispensable aunque podamos modificarlo, si se llegara a considerar necesario.

    AUTONOMÍA.

    La autonomía tiene que ver con la independencia para pensar, decidir y actuar; con moverse en la existencia de acuerdo con las propias creencias, criterios convicciones, en vez de cómo seguimiento del ritmo de quienes nos rodean. No se puede vivir para complacer expectativas de amigos, parientes o ideologías prestadas, mientras algo dentro de nosotros grita su desacuerdo y pide un cambio de dirección. El auto estimado busca y logra escucharse, conocerse, dirigirse y pelear sus propias batallas confiadas en que tarde o temprano las ganará. No se recuesta en la aprobación, sino que mira hacia el interior donde laten sus autenticas necesidades, sin desdeñar lo que el mundo puede ofrecerle.

    VERDAD.

    El auto estimado siente respeto reverencial por la verdad, no la niega sino que la enfrenta y asume con sus consecuencias. Los hechos son los hechos, negarlos es un acto irresponsable que nos quita control sobre nuestra vida. Cuando se evade la verdad, comienza uno a creerse sus propias mentiras. No recuerdo quien fue la persona que dijo "no le temas tanto la verdad como para negarte a conocerla".

    PRODUCTIVIDAD.

    La productividad es un resultado lógico de la Autoestima. Me refiero a una productividad equilibrada en las distintas áreas de la vida humana. No a la productividad meramente económica que suele ser causas de enormes distorsiones en las relaciones y en la salud. Esta productividad equilibrada es consecuencia de reconocer y utilizar los dones y talentos de manera efectiva. Iniciativa, creatividad, perseverancia , capacidad de relacionarse y otros factores asociados con una sana Autoestima posibilitan, al entrar en funcionamiento, la obtención de aquello que deseamos, o l menos de algo bastante cercano.

    PERSEVERANCIA.

    Cuando alguien tiene confianza en sí mismo, es capaz de definir objetivos trazar un rumbo, iniciar acciones para lograr esos objetivos y, además desarrollar la capacidad para el esfuerzo sostenido, la convicción de que tarde o temprano verá el sueño realizado. La perseverancia es por eso característica clara de la persona auto estimada, para quien los eventos frustrantes son pruebas superables desde sus conciencia creativa.

    FLEXIBILIDAD.

    Es característica de la persona auto estimada aceptar las cosas como son y no como se le hubiese gustado que fueran. Ante la novedad, para no sufrir, es necesario flexibilizar nuestras creencias y adecuar nuestros deseos sin caer, claro está, en la resignación o la inacción. Flexibilidad implica abrirse a lo nuevo, aceptar las diferencias y lograr convivir con ellas; tomarse algunas cosas menos en serio, darse otras oportunidades y aprender a adaptarse. Todas estas son manifestaciones de inteligencia, consciencia y respeto por el bienestar.

    De forma sencilla y resumida, Lair Ribeiro al referirse a los atributos de la persona auto estimada nos dice que ésta es "ambiciosa sin ser codiciosa, poderosa sin ser opresora, auto afirmativa sin ser agresiva, e inteligente sin ser pedante".

    Algunos comportamientos de alta autoestima

    Algunos comportamientos que revelan Autoestima, sin que deban ser tomados como algo absoluto, son los siguientes:

    • Aprender

    • Agradecer

    • Reflexionar

    • Planificar

    • Procurarse salud

    • Producir dinero

    • Cuidar el cuerpo

    • Vivir el presente

    • Valorar el tiempo

    • Respetar a los demás

    • Disfrutar la soledad

    • Abrirse a lo nuevo

    • Actuar honestamente

    • Cumplir los acuerdos

    • Perdonarse y perdonar

    • Respetar a los demás

    • Vivir con moderación

    • Actuar con originalidad

    • Aceptarnos como somos

    • Aceptar los éxitos ajenos

    • Halagar y aceptar Halagos

    • Disfrutar del trabajo diario

    • Actuar para lograr objetivos

    • Respetar el espacio físico y psicológico de los demás

    • Vivir con alegría y entusiasmo

    • Cuidar la imagen personal

    • Dar ejemplos positivos a los hijos

    • Confiar en las capacidades propias

    • Reconocer y expresar los talentos

    • Expresar los sentimientos y emociones

    • Abrirse a la intimidad económica y física

    • Respetar las diferencias de ideas y actitudes

    • Pensar y hablar bien de uno y de los demás

    • Relacionarse con personas positivas y armónicas

    • Disfrutar de las relaciones con las demás personas

    • Desarrollar independencia en todos los órdenes posibles.

    Tipos de autoestima

     1. Autoestima positiva o alta autoestima

    • Es consecuencia de un historial de competencia y merecimiento altos.

    • Existe una tendencia a evitar las situaciones y conductas de baja autoestima.

    • Las personas tienen una sensación permanente de valía y de capacidad positiva que les conduce a enfrentarse mejor a las pruebas y a los retos de la vida, en vez de tender a una postura defensiva.

    • Se sienten más capaces y disponen de una serie de recursos internos e interpersonales.

    • Sólo una grave agresión a la autoestima puede afectarles (p .e. pérdida trabajo, divorcio,…).

    • Es una persona menos crítica consigo misma que una persona con autoestima baja o media.

    • No necesita esforzarse por dar una imagen ideal de sí mismo/a.

    • Su auto concepto es suficientemente positivo y realista.

    • La persona se respeta a sí misma y a los demás.

    • El/la presuntuoso/a:

    • Tiene un concepto de sí mismo/a irreal basado en ideales y no en realidades objetivas.

    • Despierta comentarios como "se cree mejor de lo que es" o "presume de lo que no es".

    Tiene una actitud déspota hacia los demás.

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    2. AUTOESTIMA MEDIA

    • Suele ser la más frecuente teniendo en cuenta que por diferentes motivos la vida nos conduce a retos y dificultades diversos.

    • Cabe la posibilidad de rechazo.

    • Lo más frecuente es que uno de los dos componentes de la autoestima esté más desarrollado que el otro.

    • Un momento puntual de autoestima positiva puede hacernos aumentar de forma natural nuestra o grado general de autoestima, este aumento puede ser aprovechado para abandonar posiciones más bajas.

    • Debemos abandonar la idea de que sólo una autoestima alta es la fuente de satisfacción y crecimiento personal, la autoestima media también lo es.

    • La autoestima tiende a ser estable, de hecho si alguna vez se ha tenido muy alta es muy difícil que se pierda y a la inversa, es casi imposible alcanzar un nivel de autoestima alto si en el pasado dicho nivel ha sido bajo.

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    3. Autoestima baja Defensiva – Narcisista – Seudo autoestima

    • Implica grandes deficiencias en los dos componentes que la forman (competencia y merecimiento).

    • La persona tiende a hacerse la víctima ante sí misma y ante los demás.

    • El sentirse no merecedora puede llevar a este tipo de persona a mantener relaciones perjudiciales que además de reforzarla negativamente dificultan la búsqueda d e fuentes de merecimiento tales como el hecho de ser valorado por los demás o saber defender los propios derechos.

    • Está más predispuesta al fracaso que otra porque no ha aprendido las habilidades necesarias para alcanzar el éxito y tiende a centrarse más en los problemas que en las soluciones.

    • Suelen evitar las situaciones en que pueden ser consideradas personas competentes o merecedoras dado que estas implican un cambio de patrón y para ella es más fácil evitar el cambio que afrontarlo.

    • No son capaces de mantener durante mucho tiempo un buen empleo o una relación positiva y enriquecedora.

    • Huyen ante cualquier posibilidad de cambio, aunque sea para mejorar; o bien lo evitan o hacen lo posible para que fracase y eso a su vez refuerza la idea que tienen de sí mismos (recordar profecía auto cumplidora).

    • Sus elecciones son incorrectas y los resultados que obtienen poco eficaces, llegando a ser en ciertas ocasiones contraproducentes.

    • El temor al fracaso les hace evitar la posibilidad de éxito: un ascenso, un nuevo trabajo, inicio de relación de pareja.

    • Las nuevas situaciones implican el desarrollo de ciertas habilidades que no han sido aprendidas.

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    Talleres vivenciales

    Los talleres vivénciales son espacios en los que los asistentes abordan problemas específicos (angustia, depresión, estrés, enojo, autoestima, problemas de pareja, problemas en la adolescencia, inteligencia emocional, etc.), de modo que el público puede ampliar sus conocimientos para mejorar sus relaciones con los demás y para llevar una vida mental más saludable.

    En éstos, se promueve el intercambio de testimonios de vida, de problemas, de preocupaciones y de opiniones, compartiendo, así, las experiencias entre los asistentes. Estos talleres permiten resaltar la importancia del poder escuchar y ser escuchados como un instrumento importante para el desarrollo de mejores vínculos con los demás; y, promueven la solidaridad, viviendo la experiencia de poder ayudarse al ayudar a los otros, descubriendo en este intercambio nuevas alternativas para enfrentar las dificultades e incentivando el uso de los recursos propios para empezar a solucionar los problemas.

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    ASERTIVIDAD

    ¿Qué es la asertividad?

    La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos nosotros mismos

    La asertividad es una actitud intermedia entre una actitud pasiva o inhibida y otra actitud agresiva frente a otras personas, que además de reflejarse en el lenguaje hablado se manifiesta en el lenguaje no verbal, como en la postura corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión facial, y en la voz. Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente.

    La asertividad impide que seamos manipulados por los demás en cualquier aspecto y es un factor decisivo en la conservación y el aumento de nuestra autoestima, además de valorar y respetar a los demás recíprocamente

    La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos nosotros mismos

    Como nace la asertividad

    Para poder conseguir cualquier cosa tenemos que saber como hacerlo y para ello hay que prepararse. Ir a un encuentro sin tener una mínima guía de comportamiento, cuando, además, no somos negociadores experimentados, nos expone a no lograr para nada los objetivos que perseguimos. Por tanto hay que preparar lo que se va a decir y a hacer en la negociación cara a cara con el otro.

    Dentro de la preparación habría que distinguir dos sub. Fases. La primera de preparación personal para evitar caer en la pasividad o en la agresividad y la segunda de preparación del diálogo que vamos a plantear al otro.

    Se trata de una fase previa, necesaria para Tener muy claros los objetivos que perseguimos en el encuentro. Es lo que nos motiva  a la negociación. Cuando negociamos tenemos que tener la vista puesta en nuestros objetivos. Hay algunas cosas que nos pueden distraer de ellos y hacernos fracasar. Por ejemplo, nuestra emoción. No podemos confundir la emoción con el objetivo. Nos gustaría quedar bien, pero normalmente ese no es el objetivo. Nos gustaría machacar al otro, pero así no lograremos lo que realmente queremos. Nos gustaría que el otro reconociese que tenemos razón y que él estaba equivocado, pero nos tenemos que preguntar si ese es nuestro objetivo o si así solamente conseguiremos una recompensa de tipo emocional, mientras que nuestro objetivo se pierde. No hay que olvidar la máxima: "lo que cuenta son los hechos y no las palabras". Si nos explayamos y nos descargamos emocionalmente puede que hayamos conseguido una recompensa a corto plazo, pero la pregunta que tenemos que hacernos es si hemos conseguido nuestros objetivos.

    Hay que huir de juicios de intenciones. Si juzgamos las intenciones de la otra persona y nos basamos en ellas para plantear la relación con el otro, corremos el riesgo de contestar y reaccionar a las intenciones que pensamos que tiene el otro y perdemos de vista nuestros objetivos. Así podemos llegar a ser agresivos o a ser pasivos. Si nos han hecho algo que nos ha dolido y pensamos que lo ha hecho con buenas intenciones, podemos estar tentados de dejarlo pasar y no decir nada. Si juzgamos que lo ha hecho con mala intención, vamos a atacar su "maldad" y no los hechos y seremos agresivos. En una negociación no se trata de agredir y someter al otro, aunque lo veamos como un rival. Hay que darle una salida, más o menos airosa porque si no se revolverá contra nosotros. Querer que nos reconozca lo equivocado que está y se someta completamente a nuestros deseos puede ser un objetivo emocional, que compense la humillación que hemos sentido, pero ¿es realmente nuestro objetivo? Sí tenemos que intentar entender que cosas son las pueden motivar al otro para hacer lo que nosotros queremos que haga.

    Tenemos que pensar en como crear la oportunidad de la negociación. Si es algo pendiente desde hace mucho tiempo y que queremos abordar, hay que buscar al otro y plantear un tiempo y un espacio en el que se pueda dar la negociación. Es lo primero que tenemos que conseguir del otro. Sin ellos no se consigue, no es posible hacer la negociación. En muchas ocasiones no hay que buscar la oportunidad, es la propia situación en la que se genera el problema. Pero en ella nos puede ocurrir que cuando el otro se va es cuando se nos ocurre aquello teníamos que haber dicho. Recuerda: Siempre hay una segunda oportunidad aunque haya que crearla. Crear la oportunidad es buscar al otro y plantear, aunque sea por enésima vez, el tema que nos ocupa. Cualquier frase introductoria como decirle, "de lo que hablamos ayer me gustaría comentarte algo" o frases parecidas para iniciar la conversación son ayudas inestimables para crear la oportunidad.

    Con los objetivos claros podemos controlar nuestra agresividad y motivarnos para dejar de ser pasivos, con la oportunidad creada y el entendimiento de lo que el otro espera podemos preparar el momento concreto de la negociación.

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    Como se manifiesta la asertividad

    Posibles tipos de respuesta ante situaciones que requieren ser asertivo

    La asertividad es un tipo de habilidad social que se posee en mayor o menor medida. Además, una misma persona puede exhibir una respuesta más o menos asertiva según la situación que afronte y el momento en que ésta se produzca.

    Por tanto, la asertividad debe considerarse una habilidad cuantitativa o dimensional (de más a menos) y no cualitativa o categorías (de todo o nada).

    Ante una situación que requiere una respuesta asertiva, la persona puede reaccionar más o menos activamente. Atendiendo a esta variable, la asertividad se sitúa en un término medio.

    En casos extremos encontramos de una parte, una reacción excesiva con una respuesta verbal y/o física de tipo agresivo, y de otra, una inhibición de la conducta verbal y/o física.

    Su representación gráfica podría tomar la siguiente forma:

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     A pesar de la variabilidad de respuestas que puede manifestar una misma persona, si sus habilidades asertivas son insuficientes suele presentar respuestas extremas con más frecuencia de lo que desearía.

    En algunos casos existe mayor tendencia a uno de los dos extremos, pero lo más frecuente es oscilar de uno a otro. Ambos extremos tienen en común el exceso de ansiedad que acompaña a la respuesta.

    Para mayor entendimiento del tema, a continuación se expone las consecuencias desestabilizadoras que tiene cada una de las tendencias de respuesta extrema.

    La respuesta de tipo agresivo se produce como defensa ante una situación que la persona percibe como fuente de peligro o amenaza para sí mismo, aunque en realidad no lo sea o lo sea en menor medida. Cuando esa valoración extrema se repite a menudo ante situaciones similares, se fundamenta en creencias disfuncionales que impiden una valoración emocionalmente más neutra y una respuesta más racional, adaptativa, y considerada hacia los demás. Muchas de esas creencias impiden incorporar, con toda naturalidad, los derechos asertivos que toda persona tiene. 

    De hecho muchas personas que tienden a actuar agresivamente ante este tipo de situaciones, creen estar actuando asertivamente, olvidando los sentimientos y los derechos asertivos de los demás. En esos momentos carecen de la empatía suficiente para tratar con ellos,  corriendo el peligro de romper la relación de confianza.

    Por tanto, en el objetivo de cambiar la respuesta agresiva por otra de tipo asertivo será necesario revisar y modificar el sistema de creencias. Para ello se recomienda la ayuda de un psicólogo clínico cognitivita.

    De la tendencia a responder agresivamente, se derivan dos tipos de consecuencias, las inmediatas y las que ocurren a medio-largo plazo.

    Consecuencias inmediatas:

    • Se produce una descarga de la tensión, sintiendo un alivio inmediato.

    • El receptor de la agresión podría presentar una reacción de sumisión, o por el contrario, defenderse mediante respuestas también agresivas, entrando en una escalada que difícilmente favorecerá el entendimiento mutuo.

    Consecuencias a medio-largo plazo:

    • La persona que ha producido la agresión podría tener sentimientos de culpa y de contrariedad por lo ocurrido.

    • Puede intentar justificar su conducta buscando argumentaciones que difícilmente resultarán suficientes. Este proceso conlleva una evocación de lo ocurrido, por lo que se reviven los sentimientos de inseguridad y agresivos que estuvieron presentes en la situación.

    • El auto concepto que construye la persona agresiva está marcado por episodios de descontrol emocional.

    • Disminuye la autoestima que se basa en aspectos negativos de su auto concepto.

    • Son frecuentes los episodios de desmoralización.

    • Con la finalidad de no volver a pasar por este proceso es probable que, en situaciones similares, la persona opte por inhibirse renunciando a ejercer sus derechos asertivos.

    • Dificulta la construcción y mantenimiento de una relación de confianza.

    • Puede generar sentimientos hostiles en el receptor de la agresión.

    • El receptor puede sentirse dolido y reaccionar distanciándose del agresor.

    Consecuencias de la tendencia a la inhibición

    La inhibición ante situaciones que requiere ser asertivo, se produce por el temor a las consecuencias que se prevé podría tener cualquier conducta activa. Igual que en el caso de la tendencia a responder agresivamente, la persona implicada en la situación la valora como fuente de peligro o amenaza para sí mismo aunque en realidad no lo sea, o lo sea en menor medida. Ante este panorama, decide no actuar.

    Cuando esa valoración extrema se repite a menudo ante situaciones similares, se fundamenta en creencias disfuncionales que impiden una valoración emocionalmente más neutra y una respuesta activa y adaptativa. Esas creencias impiden, de nuevo, actuar y hacer prevalecer los derechos asertivos que toda persona tiene. 

    De la tendencia a inhibirse ante este tipo de situaciones se derivan dos tipos de consecuencias, las inmediatas y las que ocurren a medio-largo plazo.

    Consecuencias inmediatas:

    • La persona se ve liberada de la tensión que le ocasiona el afrontamiento activo de la situación, evitando cualquier conflicto con el interlocutor que pudiera derivarse de su conducta.

    • Renuncia a manifestar sus derechos asertivos y por lo tanto, a dar a conocer aspectos importantes de su persona.

    • Se muestra como una persona gregaria con el grupo.

    Consecuencias a medio-largo plazo:

    • Alimenta creencias y sentimientos de temor hacia los demás al no tener la oportunidad de comprobar la aceptación de los demás hacia sus propias opiniones, sentimientos, ideas e intenciones.

    • Asume posiciones que no desea y contrarias a su modo de proceder.

    • Aumenta su sensación de inadecuación personal.

    • Fruto de lo anterior, va desarrollando una baja autoestima.

    • Son frecuentes los episodios de desmoralización y los sentimientos de soledad.

    • Genera sentimientos de hostilidad hacia los que le rodean y creencias de ser tratado injustamente.

    • Puede provocar indiferencia en los demás.

    • Puede tener reacciones agresivas descontextualizadas como reacción a la construcción que se ha hecho del mundo. Si ello sucede, sus conductas pueden resultar extrañas a los ojos de los demás que no entenderán su reacción. 

    • Dificulta la construcción y mantenimiento de una relación de confianza.

    Tipos de asertividad

    Para una mejor comprensión de comunicación asertiva la comparamos con la pasividad y la agresividad.

    A) Forma de comunicación asertiva:

    Cuando la persona es capaz de expresar sus sentimientos, pensamientos y deseos y defender sus derechos sin violar los de los demás. Cuando se está abierto a la negociación, al diálogo y al compromiso.

    B) Forma de comunicación pasiva:

    Cuando la persona no expresa directamente sus sentimientos, pensamientos y deseos. Cuando se intentan comunicar éstos indirectamente o se ocultan por completo. Se confía en que los demás adivinen lo que queremos o lo que sentimos. No se violan los derechos y/o sentimientos de los demás, pero se permite que los propios estén desatendidos.

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    C) Forma de comunicación agresiva:

    Cuando la persona expresa lo que siente, lo que quiere y lo que piensa a costa de los derechos y los sentimientos de los demás y tiende a humillar y a atacar cuando no puede salirse con la suya, fomentando la culpa y el resentimiento en los otros, no fomentando la negociación ni el diálogo.

    ¿Qué puede impedir que una persona se comporte asertivamente?

    Déficit en el aprendizaje de la habilidad: cuando ésta no se posee en el repertorio personal no se puede poner en marcha. Este déficit puede ser debido a diferentes causas, pero generalmente suele ocurrir, como consecuencia de la ausencia de modelos adecuados, en periodos críticos de la vida.

    Se posee la habilidad pero no se pone en práctica: bien por consecuencias negativas ante alguna actuación en la que la habilidad se llevo a cabo, lo que genera que en las siguientes situaciones no se ponga en práctica, o bien por pensamientos distorsionados, anticipando la evaluación que los demás pueden hacer de nosotros. Así se percibe a los otros como hostiles y la propia actuación siempre se evalúa como negativa y susceptible de ser reprobada y/o rechazada.

    Para facilitar su explicación y ver las diferencias las situamos en comparación con la pasividad y la agresividad.

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    Recomendaciones y conclusiones

    • La Autoestima se forma desde la gestación, durante el período prenatal y en los años que siguen el nacimiento del niño, quien aprenderá, de acuerdo con lo que perciba en su entorno, si es apto para lograr objetivos y ser feliz, o si debe resignarse a ser común; uno más en una sociedad en la que vivirá posiblemente resentido, ansioso y funcionando muy por debajo de su verdadera capacidad. Los niveles de salud, éxito económico y calidad de relaciones, están frecuentemente relacionadas con una Autoestima fuerte. El desequilibrio, el caos en estas áreas, se puede vincular a una baja, débil o escasamente desarrollada autoestima.

    • Envidiar, criticar, maltratar, celar, quejarse, negarse a aceptar las cosas como son, evitar los cambios necesarios, trabajar compulsivamente, fumar o beber en exceso y actuar tímidamente o con apatía, entre otras conductas frecuentes, revelan desamor por uno mismo, pérdida del equilibrio de la mente y del cuerpo y, por consiguiente, la urgente necesidad de restablecer la Autoestima, que es la pieza clave para todo tipo de relación en nuestras vidas: paternal, amorosa, de trabajo o simplemente social.

    • La autoestima se constituye en la esencia y motor del valor humano, teniendo en cuenta que solo valorándonos y haciendo un conocimiento profundo de nosotros mismos, valoraremos a nuestros semejantes.

    • La autoestima abarca muchos aspectos de la vida de una persona, por tanto si esta no es adecuadamente estimulada, puede truncar a una persona.

    • La autoestima juega un importante papel en la vida de las personas ya que es el grado de satisfacción consigo mismo y la valorización personal.

    • Es importante el tener una autoestima formada desde niños, para tener una proyección futura adecuada en el aprendizaje.

    • La figura del maestro y su forma de interactuar son decisivas para la formación de la autoestima del alumno. Depende del grado de autoestima positiva que tenga el niño.

    • Para que el docente pueda fomentar una autoestima positiva, deberá poseerla

    • Como hemos visto el autoestima es inseparable de nuestra persona, esta en nuestra relación diaria con la familia o con la gente que te rodea en el trabajo, con los amigos, por lo tanto es importante mantener un buen nivel de autoestima, para ello tenemos que hacer o tratar que nuestros hijos desde que han sido procreados  se sientan seguro para que conforme va creciendo se desarrolle naturalmente sin ningún trauma.

    • No hay que olvidar que el autoestima es modificable, y si tenemos por alguna razón una estima baja podemos pedir ayuda especializada y más el apoyo familiar tenemos la posibilidad de desarrollar una autoestima alta

    Bibliografía

    Libros:

    • Autoestima y gestión de calidad

    • Asertividad en los negocios

    • Psicología social

    • Introducción ala psicología

    • Técnicas del pensamiento positivo

    Sitios Web:

    edu.red

     

     

     

    Autor:

    Leonardo Fabián Ballon Urbano.

    Melissa stefanie Berrocal Martines.

    Zaida Guerra Mendoza.

    Carlos Tapia Mechato.

    Edwin Carlos Chunga.

    Renzo Rojas Bonilla.

    Marco Espinoza Huaranca.

    Lizbeth Orozco Ortiz

    Partes: 1, 2
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