La subteoría experiencial se puede representar en un continuo, desde una situación totalmente nueva para el sujeto a otra completamente automatizada, de ahí que, dos son sus capacidades fundamentales: hacer frente a la novedad y autonomizar los procesos básicos.
La subteoría contextual, destaca que la actividad cognitiva es necesaria para ajustarse la ambiente y a los grupos sociales y que para conseguir tal adecuación intervienen fundamentalmente tres procesos mentales: adaptación, modificación y selección.
- Entre los modelos más recientes tenemos, a los propuestos por Anderson y por Goleman, Mayer y Salovey
Anderson propone un diseño denominado arquitectura cognitiva mínima, que implica cuatro mecanismos mínimos:
- Mecanismo de procesamiento básico: Formado por procesos cognitivos básicos que varían en rapidez o eficiencia entre los individuos, de base genética y constituyen lo que se denomina inteligencia general.
- Módulos ( o sistemas de entrada de información): Los mecanismos que señala Anderson incluyen: percepción tridimensional, la descodificación fonológica, las reglas sintácticas y cierta teoría sobre cómo trabaja la mente.
- Procesadores específicos: Anderson defiende la existencia de dos factores grupales amplios ( procesadores): el proposicional y el espacial.
- Dos rutas diferentes para la adquisición del conocimiento: Según este autor, el conocimiento se alcanza por dos caminos distintos. El primero tiene su origen en los procesadores específicos sustentados por el mecanismo de procesamiento básico(MPB), proporciona información de carácter declarativo y procedimental y produce diferencias entre los individuos que lo manifiestan ( ruta 1); el segundo tiene su origen en los módulos, y el conocimiento que se adquiere por medio de ellos sin la participación del pensamiento depende del desarrollo cognitivo, es una información que se da directa y automáticamente.
La inteligencia emocional es propuesta como una inteligencia distinta de otras , que puede tener entidad real, y que se refleja, especialmente, en un grupo de capacidades relacionadas con el modo que tienen las personas de razonar sobre sus emociones, con lo cual empiezan a incorporarse los sentimientos en la estructura cognitiva. En realidad, estamos refiriéndonos a las interconexiones entre lo cognitivo y lo afectivo/ motivacional. Recientemente los investigadores, al definir la personalidad, le atribuyen variables autorreferenciales que unen los procesos anteriores con la cognición.
Se ha señalado que la inteligencia emocional nos remite al concepto de Thorndike(1920) de Inteligencia social. La inteligencia social ha sido definida como la habilidad de entender y relacionarse con las personas. Gardner ( 1983), diferenciará las inteligencias intra e interpersonal, en su teoría de las inteligencias múltiples. Ambas conformarían la inteligencia social.
Según Salovey & Mayer ( 1990), la inteligencia emocional incluye la inteligencia intrapersonal y la interpersonal, así como otras habilidades:
- Conocimiento de sí mismo: observándose y reconociendo un sentimiento cuando pasa
- Control emocional: implica el manejo de sentimientos de forma que sean apropiados; comprendiendo lo que está detrás de un sentimiento y las maneras de manejar miedos, ansiedades, cólera y tristeza.
- Automotivación: definida como la capacidad de motivarse a sí mismo, encauzando las emociones al servicio de una meta
- Empatía: el reconocimiento de las emociones ajenas, es la sensibilidad para percibir los sentimientos y preocupaciones de los otros, apreciando las diferencias que se presentan en la forma cómo las personas se sienten sobre las cosas.
- Habilidad para las relaciones interpersonales: Es el control de las emociones de los otros; incluye la competencia social y las habilidades sociales.
Goleman ( 1996), incluye en su definición de inteligencia emocional, además de las inteligencias intra e interpersonal, al optimismo, la perseverancia, y la habilidad de retardar satisfacción como aspectos relevantes de la misma. Parecieran tanto Goleman como Salovey y Mayer compartir el mismo modelo, el socioemocional, un conjunto de habilidades que combinan emoción y cognición.
Mayer y Salovey (1997) en una de sus últimas conceptualizaciones definen la IE como la capacidad para percibir, valorar y expresar las emociones con exactitud; acceder y generar sentimientos que faciliten el pensamiento; entender la emoción y el conocimiento emocional; regular las emociones y promover el crecimiento emocional e intelectual.
De lo expuesto, podemos concluir que el concepto de inteligencia como una capacidad unitaria para razonar lógicamente ha sido superado por los enfoques de inteligencias múltiples, ya anunciados por Thurstone. Gardner y Sternberg, cuyas teorías constituyen los prototipos de la multidimensionalidad, destacan la importancia de relacionar la naturaleza de la inteligencia, susceptible al cambio, con la autorregulación del pensamiento y la conducta, la resolución de problemas de manera creativa, la adaptación al entorno y la necesidad de evaluarla de manera más real, con pruebas cercanas a lo que el sujeto hace en la vida real.
En cuanto a la IM, lo importante es su relación con la variedad de papeles que desempeña el individuo en una determinada cultura y el reconocimiento de que, como indica Boyle( 1990), los rasgos emocionales y motivacionales interaccionan con las variables cognitivas, que entender y analizar las emociones supone una riqueza vivencial extraordinaria y que regular la vida afectiva para promover el equilibrio de la personalidad y el crecimiento intelectual son esenciales para el ser humano. Todo lo cual, es indispensable para desarrollar su competencia personal.
Inteligencia y personalidad interactúan en todos los momentos de la vida del ser humano. La inteligencia es más que el CI, que las estructuras neuronales, los procesos cognitivos, el conocimiento, las creencias, las actitudes y las emociones constituyen mecanismos que contribuyen a la conducta inteligente. Los datos más evidentes afirman que los procesos de la motivación y del afecto impregnan las operaciones mentales básicas cuando éstas trabajan, principalmente a través de dos vías distintas:
- los procesos cognitivos no pueden vigorizarse por sí mismos, necesitan de la energía de los afectivo/ motivacionales;
- las metas, esencia de la personalidad del sujeto y mezcla de motivación y afecto, influyen en el funcionamiento cognitivo; por ejemplo, en la selección y clasificación de la información, en cómo el sujeto interpreta las causas de lo que le ocurre, en las estrategias que utiliza para adquirir el conocimiento, en las habilidades para la resolución de problemas, en la forma de interaccionar la mente con el entorno, etc.
Las diferentes capacidades sociales y emocionales se desarrollan con la edad. Los niños crecen en la medida en que interaccionan con los demás, y comienzan pronto a aprender palabras emocionales: hacia los tres años son capaces de reproducir expresiones faciales sugeridas por los adultos; sobre los cuatro pueden identificar correctamente la emoción proyectada por el 50% de las caras que ven; y a los seis, el 75%. De igual manera progresan en la regulación de sus experiencias, emociones y en la transferencia de éstas a las relaciones interpersonales. Ciertamente, las personas difieren en la capacidad para aprovechar sus emociones con la finalidad de solucionar problemas, tomar decisiones y razonar. Por último, hay que destacar el influjo positivo que tienen los estados de ánimo sobre la persona que se observa en aquellos individuos que, cuando son felices, sienten más confianza en sus capacidades y no se desaniman ante los obstáculos. Las emociones nos proporcionan una clave importante para aceptar la conexión entre inteligencia y personalidad ( y sus sistemas dinámicos) y el impacto que provocan en la ejecución eficiente y en la vida social
Las relaciones dinámicas, complementarias y bidireccionales entre inteligencia y personalidad , donde mejor operan y se expresan es en la escuela, lugar idóneo para crecer en estos dos sistemas y conocer el modo de hacer buen uso de la mente. La educación puede estimular los procesos interfásicos relacionados con la enseñanza para incrementar la inteligencia y cultivar la personalidad, el logro de la autorregulación del aprendizaje, la mejora de la creatividad y el desarrollo de la competencia personal.
Educar para la competencia personal
La competencia personal se entiende como un conjunto de capacidades relacionadas con la formación para el trabajo y con la autorregulación de actividades que conlleva. En otras palabras, un potencial para dirigir las tareas, las interacciones con el ambiente y las características personales que se requieren para la conducta eficiente. Implica cuatro tipo de capacidades: a) intelectuales( inteligencias analíticas, creativas, y prácticas) y personales ( autoeficacia y autoestima, control emocional, relaciones interpersonales); b) tecnológicas (sistemas informáticos); c) de búsqueda y acceso al empleo; d) relacionadas con conocimientos ( declarativos, procedimentales y metacognitivos).
Mejorar la competencia personal de los estudiantes significa prepararlos para responder de la manera más eficaz posible a las exigencias que la vida les pueda presentar. Conseguir esta meta viene a constituir el apogeo del desarrollo de las capacidades cognitivas y afectivo/ motivacionales, el logro de la autorregulación de las tareas más importantes que se realizan dentro y fuera de la escuela, y el fruto de una creatividad personal. Todas estas realidades psicológicas ayudarán al estudiante a:
- adquirir una identidad y conocimiento de si mismo que le permitirán saber lo que quiere y cómo obtenerlo
- elegir con más criterio, capacidad e independencia el modo de vida y la profesión que desee llevar a cabo
- comprender el funcionamiento de la sociedad a la que posteriormente se incorporará, el mercado de trabajo, los cambios rápidos y continuos que se producen en las instituciones, en los medios laborales y en las relaciones interpersonales.
A partir de la crítica de los paradigmas de la modernidad, se ha planteado que la construcción de la sociedad no sólo proviene del Estado y de lo público, sino también de la sociedad, de las identidades y subjetividades de lo micro. Las personas, son capaces de gestar, no sólo iniciativas progresivas sino capacidades de crítica frente a los encasillamientos y rigideces de la modernidad y su normatividad.
Se registran dos movimientos conceptuales. De un lado, desde la teoría del desarrollo, se reinvindica el rol de lo subjetivo en la construcción de lo social: el desarrollo depende del despliegue de las capacidades de la persona humana. De otro, la crítica a los límites de la modernidad y a la estrechez de la normatividad ciudadana: la construcción de la ciudadanía implica el establecimiento de derechos sociales y la interiorización de valores(familia, escuela, comunidad, derecho). En tal sentido, el individuo debe ser concebido no sólo como elector y con igualdad de derechos( a la salud, a la educación, etc) sino como una persona que es poseedora de ideas, sentimientos, aspiraciones y capacidades, las cuales desarrolla en diversos ámbitos, y que actúa y toma iniciativas en el plano de la sociedad civil.
Todo ello, en un contexto difícil, como es el nuestro, caracterizado por: centralismo, brechas étnicas, distancias sociales, analfabetismo, discriminación cultural, y otras situaciones de exclusión social ( informalidad, subempleo, pobreza)
La socialización en niveles de pobreza de vastos sectores y el deterioro creciente de valores erosionan los procesos de afirmación ( de niños y jóvenes) como personas que deben crecer en un ambiente de violencia y desconfianza . Así, se ubican en los linderos y márgenes de un sistema social y de una promesa de desarrollo que no se concreta. Pero, y simultáneamente, se observa también, la emergencia de nuevos sectores sociales, y de una nueva cultura de la igualdad, que levanta valores como la autenticidad y fines como el sentido de logro. A Contracorriente , de una cultura dominante caracterizada por el individualismo, el pragmatismo y la desesperanza. Así, en convivencia difícil, sobre la base de los antiguos lazos de parentesco y compadrazgo, el trabajo de grupo, la cooperación, el soporte social, se yuxtaponen, al sentido de logro individual y familiar, la competencia y el riesgo. Al lado, de la solidaridad, la importancia de lo comunal, los afectos y tradiciones; simultáneamente, el individualismo, la "moral del vivo", la intolerancia.
Intervención psicopedagógica: Ejes y líneas de acción
- La modificación de relaciones sociales y comportamientos, desde las experiencias y vivencias, conectando sentimientos y conocimientos, afectividad y saberes, a todo aquello que ha dado lugar a situaciones de exclusión social: discriminación, competencia desleal, individualismo, etc.
- Construcción de una cultura ciudadana, en la que se destaquen las ideas de la igualdad, participación y autonomía; con acciones que supongan participación en proyectos de trascendencia social
- Rescatar la dimensión de calidad de vida como meta central del desarrollo
- La necesidad de una educación renovada, que incorpore la dimensión humanística y valórica que garantice nuevas condiciones de convivencia y la de proporcionar a los educandos las capacidades básicas requeridas para la vida moderna.
- Una educación planteada alrededor de determinados ejes fundamentales:
- Valores: Garantizar valores que permitan formar una conciencia moral autónoma. Se propone, el tratamiento de temas morales en clase, utilizando como método, por ej., la discusión transactiva, que se define como un conjunto de comportamientos en los cuales el orador representa (parafrasea) o bien opera activamente en ( analiza, amplia, etc) el razonamiento de un compañero de coloquio; y la discusión de dilemas morales.
- Competencias: Personales y sociales, para que el estudiante comprenda su entorno y asuma su realidad( conocimiento y valoración de las tradiciones y raíces culturales, espíritu de iniciativa y de empresa, hábitos de estudio y trabajo, capacidad de gestión, etc); estableciéndose relaciones entre las competencias psicosociales ( resiliencia ), procesos de maduración y procesos de aprendizaje. Estimulándose la comprensión crítica que se caracteriza por potenciar la discusión, la crítica y la autocrítica.
- Temas relevantes. Tales como interculturalidad, igualdad de género, afectividad, autoestima y sexualidad, protección y defensa del medio ambiente, etc
- La intervención vocacional., que tiene por finalidad conseguir la optimización de las capacidades del alumno y lograr una inserción adecuada del mismo en el campo socioprofesional. Se observa que la intervención vocacional ha experimentado una profunda evolución desde la concepción clásica y estática de Frank Parsons hasta las alternativas evolutivas y dinámicas de Super y de Holland y la teoría de la anticipación y del ajuste de Tiedeman y O’Hara. Entre los elementos primordiales de un estado de competencia vocacional, definida como un conjunto de capacidades y de comportamientos necesarios para responder a las nuevas demandas del mercado laboral, se mencionan los siguientes:
- Sentido de propósito: Disponer de un impulso intrínseco que origina y mantiene la conducta hacia el logro de una meta deseada.
- Resolución de problemas: Capacidad para enfrentarse hábilmente a las situaciones conflictivas , lo cual requiere analizar la información desde una amplia variedad de fuentes, considerar todos los aspectos del tema, pensar divergentemente, hacer juicios y elaborar planes de acción realizables y efectivos.
- Capacidad de comunicación. La persona idónea socialmente es capaz de dar y recibir, de fomentar relaciones firmes y profundas, de expresarse de manera clara y brillante y de asumir los diferentes niveles de comunicación interpersonal (familia, grupo, autoridad)
- Conocimientos previos. Poseer información significativa sobre:
- un campo del saber científico y tecnológico consolidado y actualizado
- los procedimientos eficientes para obtener y organizar la información que constantemente se está produciendo y para acercar la teoría a la práctica.
- los rasgos personales que ayuden al individuo a formarse un autoconcepto positivo, real y a regular su mente y su conducta.
- Adaptación flexible: Se refiere a la capacidad que debe poseer toda persona para defenderse de las estructuras sociales, reaccionar ante los cambios y responder sin miedo y sin angustia a la incertidumbre.
- Autodescripciones: Consisten en un conjunto de variables relacionadas con la dinámica de la propia personalidad: conocimiento, aceptación, eficacia, control, etc. Que cuando se desarrollan equilibradamente sustentan un yo , o una identidad personal sólida y singular.
¿Qué estrategias se requieren para conseguir esta competencia personal?. En concreto se formula la intervención por medio de:
- Programas de competencia vocacional. La meta general de los programas es preparar a los estudiantes para la elección vocacional y su ingreso en el mundo profesional, y entre sus objetivos tenemos: desarrollar los procesos de toma de decisiones y resolución de problemas, incrementar el conocimiento personal, capacidades, actitudes, autodescriptores ( inteligencia intrapersonal), favorecer las estrategias de búsqueda de empleo y proporcionar información puntual y completa sobre distintas profesiones.
- Infusión curricular. La estrategia de la infusión consiste en enseñar de manera conjunta y directa las capacidades del pensamiento , los autodescriptores de la personalidad y los contenidos del currículo. La metodología de la infusión requiere por parte del centro la selección del perfil cognitivo y afectivo/ social que se pretende mejorar en los alumnos a lo largo del proceso educativo.
Referencias
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Dr Héctor Lamas Rojas
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