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Alan García: Pizarro, el Rey de la baraja (página 2)

Enviado por Rafael Herrera Robles


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Contrariamente a las afirmaciones de García, debemos recordar que España se convierte en baluarte oscurantista contra la reforma religiosa y el naciente capitalismo europeo, acentuando la persecución a las "herejías" mediante la Santa Inquisición, a lo que se agrega, ser de los primeros países europeos en practicar la guerra de "limpieza étnica" (racista) contra musulmanes y judíos. Sin embargo, según García, los conquistadores estaban dentro del "big bang" europeo de la ciencia, el arte y la reforma religiosa y, en tal sentido, debemos decir, estarían adelantados respecto a sus compatriotas. Lo que no explica García es porqué esos adelantados de la cultura no impusieron por lo menos el protestantismo como religión oficial en los territorios conquistados.

Para justificar la crueldad, en otras palabras, el genocidio de la conquista –término que se resiste a nombrar-, García deja de lado los atributos personales del conquistador, para legitimarlo por el ambiente europeo de violencia y guerras que conllevan a una mentalidad de desprecio a la vida, a lo que se suma la fe religiosa europea, a la creencia en la conversión de los infieles combatiendo las herejías sin importar los medios.

De la "civilización" y la "barbarie"

Por lo general, las primeras noticias de los grandes navegantes europeos que se aventuraban por mares ignotos, dando a conocer nuevos territorios, fue de alborozo, de admiración a los habitantes o "nativos" de los mundos "descubiertos". Las conquistas que advienen luego, son diferentes, porque, para legitimarlas, las potencias europeas, además de la religión oficial en su vertiente siniestra, enviaban a sus periodistas –quiero decir a sus cronistas- que con sus escritos, intentaban legitimar el robo de los medios de vida –en otras palabras, de su propiedad– a las culturas conquistadas, para incorporarlas en calidad de parias, al naciente sistema económico mundial en el cual surge el capitalismo, dando inicio a la "globalización". A la par que el capitalismo y las conquistas, surge una ideología nueva, moderna, reclamándose científica: el racismo.

(Antes de proseguir, es necesario aclarar los descubridores de América fueron los primeros seres humanos que desde otros continentes, llegaron por el norte, a través del estrecho de Bering, aprovechando los inviernos que congelaban las aguas; y por el sur, desde Oceanía surcando los mares. Poblaron estas tierras dando origen a las primeras culturas hace miles de años. Y antes de que los europeos invadieran el continente en el siglo dieciséis, hombres de otras latitudes de rasgos negros y chinos visitaron estas tierras, cuyos indicios –evidenciados por Rafael Larco Hoyle- han sido perennizados en antiguos ceramios de la costa norte peruana)

Antes del descubrimiento de América y el advenimiento del capitalismo, escribió Arnold Toynbee27 señala que en Europa, antes del descubrimiento de América, se hacía la distinción entre cristianos (creyentes) y paganos ("gentiles", no creyentes). Las luchas y conflictos entre clases y de pueblos contra pueblos se legitimaban en nombre de la conversión de los paganos y persecución de las herejías, por lo cual se incluía a toda la humanidad como merecedores a la "conversión", a la "salvación", en tanto renuncien a las creencias paganas y se conviertan a la religión oficial. En el mundo musulmán -explica- ha sobrevivido esa mentalidad, con los conflictos entre "creyentes" y "no creyentes" ("santos" contra "demonios"). Con la concepción racista (moderna), -que adviene junto a las conquistas y al capitalismo- una parte de la humanidad, las "razas de color", quedan por siempre en calidad de inferioridad frente a la "raza blanca", ya que el fundamento de la distinción está en los rasgos filogenéticos, por lo que racismo, es peor que el criterio de discriminación religiosa. El prejuicio racial, es una "reflexión seudo intelectual de los sentimientos raciales de Occidente".

Con las conquistas modernas surge la discriminación de la "raza blanca" contra las "razas de color", y el etnocentrismo europeo se extrema. Los conquistadores e invasores europeos se ufanan ser "civilizados", "cultos", "modernos", y a sus víctimas, los pueblos conquistados, los tratan de "bárbaros", "salvajes", "incivilizados", "infieles", "gentiles", a los que achacan las peores lacras: come hombres, violencia, crueldad, etc. Surge la primera gran transnacional santificada por las religiones oficiales (católicos y protestantes) conformado por ingleses, españoles, portugueses y holandeses, que en forma moderna y "civilizada", mediante tratados, se repartieron áreas de influencia en Africa para la caza y tráfico de negros a los que convertían en esclavos por el color de su piel. Ninguna potencia podía estar ausente de uno de los negocios más rentables de la naciente época moderna28.

Michael Lowy29 ha señalado con toda razón, que la violencia y crueldad de los países "civilizados" es incomparablemente superior a la de los llamados pueblos "salvajes" o "bárbaros", por lo que habla de la "barbarie civilizada", que además de los genocidios del pasado –entre ellos, las conquistas-, sólo en el siglo veinte a producido, entre otras cosas, al nazifascismo con el genocidio a los judíos y dos guerras mundiales en el continente más "civilizado", etc. No se trata de la maldad biológica de los europeos, sino de las contradicciones del régimen capitalista que alienta la fragmentación y polarización de intereses entre pueblos, clases sociales e individuos.

Con las conquistas y la formación del sistema económico mundial en el cual surge el capitalismo, mientras en Europa, utilizando adelantos técnico científicos, se tiende a superar las relaciones de estamentos y castas surgiendo relaciones de explotación basado en el salario propio del régimen capitalista, en las colonias es lo contrario, se acentúan las relaciones de trabajo precapitalistas, desvirtuándolas en parte, de su sentido original, para servir a la acumulación internacional del capital. Recién en el transcurso del siglo veinte, las relaciones capitalistas se expanden al conjunto del planeta.

Los conquistadores, como expresión del colonialismo europeo, destruyeron la organización económica social que, en un medio geográfico agreste, hostil, planificando la economía, fue la única cultura en el ámbito universal que solucionó el problema del hambre, sin reemplazarla por otra mejor, obstaculizando además, la difusión de lo más progresivo de la cultura europea. La pobreza, marginación y degradación de la persona comienza con la conquista.

Las dos vertientes de modernidad

La modernidad en forma orgánica, como mentalidad y modo de vida, adviene con el capitalismo pero no es patrimonio de este régimen sino que lo trasciende, en tanto la burguesía europea, sobre todo al hacerse del poder político, reniega de las ideas libertarias que en parte utilizó para hegemonizar la lucha contra la aristocracia feudal en Europa, y son las clases populares quienes las reivindican, cohesionándolas para la acción política, surgiendo el socialismo.

Es decir, existe una vertiente moderna siniestra expresado en gran parte por los intereses de la burguesía, y existe la vertiente libertaria de la modernidad expresado por la lucha de clases y pueblos oprimidos por su liberación.

Los conquistadores no expresan los mejores logros de la cultura europea como los presenta García, sino todo lo contrario, sus actos de barbarie fueron legitimados con los peores lastres de la cultura europea, dentro de ello, las tendencias más siniestras de la religión oficial que bendecía los genocidios, a lo que suma el racismo, todo lo cual, desde el primer momento, fue criticado por mentalidades libertarias europeas, que en el Perú, en parte, estuvo representado por el Padre Las Casas. La tecnología que trajeron los conquistadores no sirvió para mejorar las relaciones entre humanos, sino para empeorarlas, llegando a la degradación de la persona, demostrando una vez más que la ciencia y la técnica en sí mismas no mejoran las relaciones entre los hombres. Todo esto, al margen de las cualidades personales del conquistador o catequizador, quienes cumplían su rol de agentes del colonialismo. La mayor osadía de una fracción de conquistadores capitaneados por Gonzalo Pizarro fue rebelarse contra la corona española.

Desde la colonia, conquistadores y conquistados forman una unidad y, con toda claridad, los primeros, además de las lacras del pasado precapitalista, expresan la vertiente siniestra, bárbara, de la modernidad, porque sus intereses particulares, privados, no han logrado confluir con los intereses de las mayorías, siendo por tanto clases sin historia o al margen de la historia. Los vencidos, sobre todo en sus inicios, tuvieron dos vertientes: la que rechazaba en su conjunto a la cultura universal reivindicando lo autóctono, intentando regresar al Tawantinsuyo, que con el paso de los años se fue diluyendo; y la vertiente que comienza a ubicarse en el nuevo contexto mundial, confluyendo con la modernidad libertaria en todos los terrenos, incorporándose así al sistema mundial. Juan Santos Atahualpa desde las selvas y montañas centrales, -conciente del nuevo contexto mundial- intentaba contactarse con los ingleses para que esperen a los españoles en el mar para victimarlos cuando sean desalojados del territorio del Tawantinsuyo. Huamán Poma de Ayala, reivindicando al cristianismo libertario, se preguntaba en lo que pensaría Jesucristo si supiera de las maldades que en su nombre cometen los españoles. El Inca Gracilazo de la Vega contribuyó a cohesionar ideales libertarios modernos en Europa, con sus "Comentarios reales de los Incas".

La vertiente indígena anticolonialista que tuvo su punto más alto en la revolución liderada por Túpac Amaru (1780-1781) –en la confluyeron las diversas facciones indígenas y sectores de criollos- fracasó, y la lucha fue liderada por los criollos, formándose una república al margen de las mayorías, por lo que el historiador Jorge Basadre hablaba de la existencia de un Perú oficial de las clases dominantes representadas por el estado, y de un Perú real, profundo, de las mayorías.

Los vencidos han sido y son los principales protagonistas de las reivindicaciones libertarias, comenzando de la lucha contra el dominio español y contra las relaciones de esclavitud y servidumbre, a lo que suma la lucha por la preservación del medio ambiente. Los intereses de las clases dominantes desde la conquista –clases al margen de la historia- no han logrado confluir con los intereses de las mayorías, representando la tendencia siniestra de la modernidad. De la misma forma que arrebatan la propiedad y el fruto de su trabajo a las mayorías, les arrebatan la autoría de las grandes conquistas sociales como si fuesen suyas. Por ejemplo, la conquista de los ocho horas de trabajo en 1919 es presentado en los textos escolares como si fuese obra del gobierno de turno, ocultando que el pueblo, mediante una huelga general se apoderó de las calles de Lima y Callao, y a las clases dominantes no les quedó otra cosa que ceder. Igual sucede con las demás reivindicaciones sociales, incluyendo el derecho a la cultura. La mejor expresión de la cultura y literatura europea en la colonia vino de contrabando, porque los colonialistas intentaban impedir el desenvolvimiento de la imaginación y fantasía prohibiendo libros como "El Quijote" de Cervantes.

Contrariamente a lo que se difunde en medios académicos, la modernidad, en su acepción de cambio para superar las relaciones de estamentos y castas, no necesariamente se encuentra en las elites dominantes usufructuarias del confort material como las clases dominantes peruanas afincadas en Lima que en el siglo diecinueve se preciaban contar con ferrocarril y electricidad, -adelantos tecnológicos que no contaban muchos de sus homólogos sudamericanos-, porque tenían mentalidad colonial de casta propia del precapitalismo, inmerso en criterios racistas. En el siglo veinte las oligarquías agro minero exportadoras que se entrelazaban vía el comercio a las potencias capitalistas, no obstante que en muchos casos podían utilizar tecnología de punta y relaciones salariales en la explotación del trabajo, tenían mentalidad de casta, haciendo el papel de capitalistas y señores (feudales) al mismo tiempo, lo que se traslucía a la política formalmente liberal de la república oficial, incapaz de promover una reforma agraria para acabar con la servidumbre en los andes, donde estaban sus socios, los gamonales (hacendados). En las grandes haciendas agro exportadoras de la Costa, en las haciendas andinas, en las comunidades indígenas…, no regían las constituciones de la república. Las clases dominantes son las primeras en violarlas. El "liberalismo" encubría la mentalidad de casta.

Con el correr del siglo veinte, a las luchas de los campesinos contra la servidumbre y la opresión, se suman nuevos sectores, clase obrera y capas medias, cambiando radicalmente la escena política nacional. Paralelamente generaciones de escritores y artistas, entre ellos, indigenistas, irrumpen contra el oscurantismo colonial. Aparecen los primeros partidos políticos libertarios de la modernidad –el Partido socialista fundado por Mariátegui en 1928 y el Apra fundado en 1930- reclamándose marxistas, rompiendo el criterio elitista de las clases dominantes que reducían la política a una casta, a un club de notables, a la conspiración, al complot, al golpe de estado.

La reivindicación de lo autóctono o indígena no ha sido ni es uniforme. Existe una tendencia libertaria indígena protagonista de los grandes cambios libertarios, entre ellos, de la lucha contra las relaciones de servidumbre; y existe una tendencia que surge identificada con el gamonalismo que puede reivindicar lo autóctono, pero no los cambios libertarios en las relaciones sociales. Los militares reformistas (1963-1968) liquidaron a los gamonales, pero de la misma manera que sobrevive la mentalidad de casta de la oligarquía, sobrevive la mentalidad "indigenista" patrocinada por el gamonalismo, encarnada en parte en el "etnonacionalismo" o "etnocacerismo" que llega al chauvinismo más extremo y al racismo contra los "blancos".

El "big bang" de Alan García y del Apra

Desde tiempos antiguos sabemos que por lo general, cuando sectores o clases sociales están en ascenso luchando para superar relaciones que han devenido arcaicas, lo representan políticos probos, con grandes virtudes y atributos, en tanto promotores de cambios libertarios. Al contrario, cuando un régimen social llega a su declive, sus representantes se tornan, además de siniestros, sin ideales y sin mayores atributos ético morales, que lo intentan reemplazar con la grandilocuencia, pedantería, y hasta la mera charlatanería, asesorados por empresas de marketing, que de la misma manera que promueven la venta de productos alimenticios o insecticidas, promueven a personajes y organizaciones políticas. Comparemos sino a Abraham Lincoln, que a mediados del siglo diecinueve además de promover un capitalismo avanzado, luchó contra el régimen esclavista, para así unificar un territorio, con George Bush, que siglo y medio después, cuando el capitalismo muestra sus peores lacras de decadencia, para legitimar sus acciones de rapiña colonialista, "confiesa" que en sueños ha sido escogido por Dios para promover invasiones, entre ellas a Irak. Es un mensaje dirigido a los ciudadanos más incultos.

Cuando el Apra representaba bastos sectores sociales que intentaban liberarse de la explotación y opresión, -a pesar de su ambivalencia y doble discurso-, sus líderes daban muestras de honradez, alto valor intelectual y moral, dignificando a la política, porque intentaban enseñar con el ejemplo, y Haya de la torre pudo decir:

"…gobernar no es mandar no es abusar, no es convertir el poder en tablado de todas las pasiones inferiores, en instrumento de venganza, en cadalso de libertades; gobernar es conducir, es educar, es ejemplarizar, es redimir. Y eso no lo harán jamás quienes van al poder sin titulo moral, quienes carecen de la honradez de una inspiración superior, quienes capturan el Estado como botín de revancha. Ellos mandarán, pero nosotros seguiremos gobernando. Porque nosotros continuamos educando, organizando y dando ejemplo, vale decir, nosotros continuaremos redimiendo".

"Quienes han creído que la única misión del aprismo era llegar a Palacio están equivocados. A Palacio llega cualquiera, porque el camino de Palacio se compra con oro o se conquista con fusiles. Pero la misión del aprismo era llegar a la conciencia del pueblo antes que llegar a Palacio. Y a la conciencia del pueblo no se llega ni con oro ni con fusiles. A la conciencia del pueblo se llega, como hemos llegado nosotros, con la luz de una doctrina, con el profundo amor a una causa de justicia, con el ejemplo glorioso del sacrificio… Solo cuando se llega al pueblo se gobierna: desde abajo o desde arriba! Y el aprismo ha arraigado en la conciencia del pueblo. Por eso, mientras los que conquistaron el mando con el oro o con el fusil, crean mandar desde Palacio, nosotros continuaremos gobernando desde el pueblo30".

Estas palabras eran justas para el aprismo primigenio de la heroicidad, cuando junto al pueblo, cientos y acaso miles dieron su vida por la justicia social. Hasta la década del cuarenta el Apra estaba a la izquierda del estalinismo en América Latina, para luego claudicar, por lo que en 1959 un líder burgués reformista, Fernando Belaunde Terry, ante la alianza del Apra con la oligarquía, dijo: "Maneja actualmente al Perú una estrecha argolla de financistas a la antigua, con la complicidad de un partido pseudo revolucionario que ha claudicado para ponerse al servicio de sus verdugos de ayer31".

Pero, de estrategas de la revolución, los apristas se convierten en estrategas de la contra revolución. Desde mediados de la década del cuarenta, miles de hombres y mujeres denunciaron la claudicación y traición a los ideales libertarios. El liderazgo de García adviene cuando el Apra había dejado de representar los intereses del pueblo, por lo que es congruente que limite la política al bluf, a la "criollada", a la conspiración, al golpe de estado al margen del acontecer económico social, al margen del pueblo. Y al igual que Bush, Alan García también se siente un predestinado: "Dios me ha dado la capacidad de convencer a las personas, incluso a las que dudan".

Actualmente los apristas se quejan de que siempre han sido perseguidos, pero olvidan aclarar que en los tiempos primigenios los perseguían por sus ideales libertarios y luchar junto al pueblo por la justicia social, pero, sobre todo en los últimos tiempos, son perseguidos por sus actos punibles contra la sociedad, y contra los intereses populares.

En el pasado, generaciones de apristas libertarios lucharon contra el imperialismo que coloniza pueblos, pero en la actualidad Alan García ha descubierto que el imperialismo no coloniza y que las invasiones recientes de Estados Unidos y sus aliados a Irak y otros pueblos no es un acto colonialista, sino una simple lección de "poderío". Otro de sus "descubrimientos", es que los conquistadores eran adelantados de la cultura europea de la época y Pizarro, por encima de ellos, era un sabio que encarnaba lo más progresivo de Europa en todos los terrenos. Seguramente, intentando emularlo, para justificar la represión en Bagua contra los pueblos de la amazonía el 5 de junio del 2009, en su segundo gobierno, dijo: "Ya está bueno. Estas personas no tienen corona, no son ciudadanos de primera clase. 400,000 nativos no pueden decirnos a 28 millones de peruanos: tu no tienes derecho de venir por aquí". Este es el lenguaje discriminatorio de los conquistadores y de la vieja oligarquía, contra la que miles de hombres y mujeres, entre ellos apristas libertarios, entregaron su vida.

Sebastián Salazar Bondy interpretando la política oficial peruana en su obra "Lima la Horrible", publicado por primera vez en 1964 y silenciado en los últimos tiempos, hablaba del criollismo ingenuo, costumbrista, popular, evidenciado por ejemplo en obras literarias como la de José Diez Canseco, que contrasta con el criollismo que resalta el colonialismo, promovido por las grandes familias que tienen el poder. En la "viveza criolla", escribió, se dan la mano el político profesional al servicio de las grandes familias que puede llegar con cinismo y mentiras a palacio de gobierno, con el más vulgar "trapacero" que con los mismos métodos pretende encubrir sus fechorías.

Quizá el antecedente más remoto de la "criollada" o la "viveza criolla" lo encontremos en la actitud de los primeros conquistadores cuando alguna ordenanza del Rey de España iba contra sus intereses y no los cumplían. De esa época se recuerda el dicho: la ley se acata pero no se cumple, o también, hecha la ley, hecha la trampa.

Hay quienes han convertido a la "criollada", a la falta de escrúpulos de políticos como García, en una cualidad positiva, en un "mérito".

(noviembre 2012)

Notas

1.- Alan García: "Pizarro, el Rey de la baraja". Titanium Editores, Lima, 2012, p. 29

2.- Alan garcía: Ob. cit. p. 29-30

3.- Alan garcía: Ob. cit. p. 39

4.- Al respecto remitimos al capítulo I: "Historia" de nuestro estudio, "Barbarie y modernidad, el Perú en la globalización capitalista"

5.- Marx, Carlos: "El capital", FCE, Méjico, 1974, tomo I, p. 424

6.- Trotsky: "En memoria de Sergio Esenin". Incluido en, "Sobre arte y cultura", Alianza Editorial, Madrid, 1974.

7.- La cita es de Haya de la Torre en su libro "Espacio Tiempo Histórico"

8.- G.D.H. Cole: "Historia del pensamiento socialista", FCE, Méjico, 1962, volumen VI, p. 275

9.- Gramsci, Antonio: "El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce".Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1973 (("Algunos puntos de referencia preliminares")

10.- Haya de la Torre: "El Antiimperialismo y el Apra" (Capítulo IX: "Realidad económico social")

11.- Carlos Marx: "El dieciocho brumario de Luis Bonaparte"

12.- Engels: Carta a Joseph Bloch fechada en Londres, 21-22 de septiembre de 1890.

13.- Mariátegui; "Freudismo y marxismo", incluido en "Defensa del Marxismo".

14.- Trotsky: "Historia de la revolución rusa", SARPE, Madrid, 1985, p. 38

15.- José de la Riva agüero y Osma, Marqués de Montealegre y Aulestia: "Carácter de la literatura del Perú independiente".

16.- Engels, Federico: "El origen de la familia, la propiedad privada y el estado", incluido en Marx, Engels: "Obras Escogidas". Editorial Progreso, Moscú (s/f), p. 608.

17.- Carlos Marx: "El Capital", F.C.E. Méjico, 1975, tomo I, p. 292

18.- Alan garcía: Ob. cit. p. 32-33

19.- Mariátegui: "El hombre y el mito", "La lucha final", "Pesimismo de la realidad y optimismo del ideal", "La imaginación y el progreso" (incluidos en "El Alma Matinal")

20.- Engels: "Introducción a la Dialéctica de la naturaleza" (en Marx Engels: "Obras Escogidas", editorial Progreso, Moscú, p. 355)

21.- Antonio Gramsci: "Notas sobre Maquiavelo"

22.- Alan garcía: Ob. cit. p. 41

23.- Trotsky: "El arte de la insurrección" (capítulo XLIII de su "Historia de la revolución rusa".

24.- Así escribieron en la contra carátula los editores (Populibros peruanos) del libro

25.- Ricardo Palma: "Un negro en el sillón presidencial"

26.- Alan García: Ob. cit. p. 37

27.- Toynbee, Arnold: "La historia" (en colaboración con Kaplan)

28.- Nicomé de Santa Cruz Gamarra: "El Negro en Iberoamérica". Revista "Encuentro", editada por el Centro de Proyección Cristiana. N° 54-55, Lima, 1989-l990.

29.- Michael Lowy: "Barbarie y modernidad en el siglo XX"

30.- Discurso pronunciado el 8 de diciembre de 1931, luego que el Apra perdiera las elecciones frente a Sánchez Cerro. Se vivía una situación revolucionaria donde las clases dominantes (oligarquía) no podían "gobernar" como antes y las clases populares no querían seguir viviendo como antes, estallando motines en las fuerzas armadas y grandes gestas populares, siendo la más importante la revolución de Trujillo entre el 7 y 11 de julio de 1932. .

31.- Belaunde Terry, Fernando: "La conquista del Perú por los peruanos". Ediciones "TAWANTINSUYO", Lima, 1959, p. 49

En 1963 Belaunde ganó las elecciones a la presidencia ofreciendo reforma agraria, reforma financiera, reforma urbana, promover la planificación siguiendo el ejemplo de los Incas, solucionar el problema con una empresa petrolera en noventa días, etc. Estafó al pueblo. No cumplió ninguna de sus promesas. En medio de la crisis económica social y la corrupción en las más altas jerarquías del estado, -lo que fue denunciado principalmente por el Dr. Hector Vargas Haya- fue depuesto por un golpe militar presidido por el General Juan Velasco Alvarado, que en el poder (1968-1975) realizó en parte algunas reformas no cumplidas Belaunde. En 1980 Belaunde vuelve a ganar las elecciones ofreciendo entre otras cosas, un millón de empleos, que no pudo cumplir. Para las clases dominantes es uno de los "patriarcas" de la democracia peruana.

 

 

Autor:

*Rafael Herrera Robles

(sociólogo)

Este escrito es complementario al publicado en este mismo espacio con el título: "Alan García y el Apra" (RHR)

 

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