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La revolución francesa (página 2)


Partes: 1, 2

A partir de que el rey tuvo que admitir la constitución de la Asamblea Nacional, la gran burguesía toma el liderazgo de la revolución. La Asamblea Nacional acomete un proceso de profunda reforma legal y destrucción del Antiguo régimen en Francia, lo cual se asienta sobre unos principios:

  • Relativos a la desaparición del régimen señorial.

  • Principios ideológicos: Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

  • Reforma administrativa.

  • Constitución civil del clero: reforma eclesiástica.

  • Elaboración de una Constitución escrita (1791).

  • Regulación de los principios económicos generales.

La cuestión señorial será prioritaria entre los revolucionarios porque son conscientes del papel del campesinado en el estallido de la revolución, y por tanto para el orden social era necesario acabar con las revueltas y satisfacer las necesidades de los campesinos. El 4 de agosto se aprueba la abolición de los privilegios fiscales de la nobleza y el clero, de los diezmos y de los tributos señoriales, pero esta última no se hizo de forma automática, sino que el campesino tenía que abonar una cantidad fija (canon) para acabar con el tributo señorial. Por tanto se aplaza y perpetúa la situación de dominio de los señores.

Así, en esta primera etapa es más aparente que real la desaparición del Antiguo Régimen, y afecta más al clero, por los diezmos, que a la nobleza, por el canon. Por ello persiste la forma de dominio señorial, porque sólo unos pocos podían pagar ese canon (labradores acomodados), lo que generará nuevas tensiones sociales ya que había más número de campesinos sin tierras. Así pues, el campo será un hervidero social durante toda la Revolución y esto será aprovechado. Más tarde, el canon será eliminado, siendo cuando se puede hablar de la desaparición del Antiguo Régimen.

Otra de las reformas realizada por la Asamblea Nacional será la de la administración: las antiguas provincias cambian sus límites territoriales y se convierten en departamentos iguales entre sí, para eliminar el privilegio de algunas de ellas en base al principio de igualdad:

  • Desaparecen las antiguas provincias.

  • Se homogeinizan.

  • Se crean nuevos departamentos.

  • Se igualan en derechos y deberes los diferentes territorios.

Es una reforma administrativa profundo que inspirará otras en algunos países.

También se incluye la uniformidad del gobierno local en todas las ciudades y se regulará la elección local de los funcionarios públicos.

Junto a estas reformas en julio de 1790 la Asamblea Nacional también aprueba una reforma que acaba con el Antiguo Régimen: Constitución Civil del Clero. No es anticlerical, sino que el hecho religioso se asume como una competencia más del Estado: Iglesia Nacional. Así, Francia acomete acciones como la elección democrática de obispos y redistribución de terrenos religiosos. Se regula al clero con iguales principios que a la sociedad civil.

Se da también una Desamortización Eclesiástica, es decir, se expropian bienes de la Iglesia, teniendo derecho a ellos la burguesía.

Pero esta composición civil del clero traerá consigo problemas, ya que se tiene al clero como un elemento contra-revolucionario.

En cuanto a la política económica, se encamina al Liberalismo Económico, es decir, se suprimen las barreras al desarrollo económico. Así:

En coherencia con el programa liberal, la Asamblea Nacional actuará en beneficio burgués.

El 9 de julio de 1791 la Asamblea Nacional se hace Asamblea Constituyente para elaborar la Primera Constitución Francesa, que recogiera los principios de la declaración de derechos y la dirección del Estado. Así se elabora la Primera Constitución, que recoge el espíritu de la Declaración de derechos del Hombre y del Ciudadano; de esta manera se establece la división de poderes:

  • El Rey ejerce el poder ejecutivo y puede nombrar a sus ministros.

  • La Asamblea Nacional ejerce el poder legislativo, pero no en función de un derecho arbitrario, sino en función de que la Asamblea es el "resumen" de la Nación.

  • El poder judicial insiste en la participación del pueblo, y se establecen los jurados.

Francia tiene de esta manera un Sistema Representativo, es decir, los ciudadanos han de participar, lo cual se hace desde el Régimen Electoral. Pero no participan todos los franceses, pues se establecen dos categorías de ciudadanos:

  • 1. Activos: sólo estos votan. Tienen un nivel económico determinado.

  • 2. Pasivos.

Así se fragua un Régimen Electoral a imagen de la burguesía.

Esta Constitución también proclama la igualdad civil. La libertad fue a veces invocada precisamente para recortarla; se abolió la esclavitud en Francia pero se mantuvo en las colonias, donde el esclavo era considerado simplemente una propiedad y, por tanto, derecho sagrado de los plantadores. Algunos políticos exigieron su total abolición, pero sólo se proclamó para los franceses del continente.

Tras aprobar esta Constitución se elige una nueva Asamblea que presenta una inclinación hacia la izquierda, pero la mayoría son representantes moderados, "centristas".

Ahora se crean grupos de opinión en el seno de la Asamblea: los CLUBES, precedentes de las modernas organizaciones políticas. Son grupos de individuos aglutinados en torno a un líder, que coinciden en algunos planteamientos teóricos comunes, pero no tienen la organización de un partido actual. Aparecen numerosos clubes por toda Francia, destacando:

  • 1. Club de los Girondinos: se identifican como el sector moderado de la opción republicana, porque algunos clubes son monárquicos, y se vinculan socialmente con la gran burguesía comercial y portuaria. Eran tenidos por revolucionarios pacíficos, defensores de la propiedad privada y partidarios de la descentralización administrativa (importancia de las provincias frente a París). Su líder más destacado era Brissot. Eran revolucionarios internacionalistas, pues creían que la revolución se daría en Francia si estallaba en el resto de Europa.

  • 2. Club de los Jacobinos: sintonizan socialmente con la pequeña burguesía y tienden a aproximarse a las clases populares. Son partidarios de la centralización, porque creían que un solo poder centralizado en París garantizaría el éxito de la Revolución, ya que desde un principio consiguieron el ayuntamiento de París. Eran contrarios a la internacionalización. Su líder fue Robespierre.

  • 3. El club liderado por Hebert, más radical que el jacobino.

  • 4. En el centro, los Feuillants, que eran partidarios de una monarquía moderada por una constitución. Un sector de la aristocracia se integra en este grupo. Su líder era La Fayette.

La Nueva Asamblea, tras aprobar la Constitución se enfrenta a una realidad: la guerra exterior. Así, en abril de 1792 se inicia la guerra contra Austria y Prusia, hasta 1815.

Mientras, en la Asamblea Nacional, la posición de las clases populares estaba pasando por un creciente descontento, debido a:

  • Inicialmente la guerra contra las potencias absolutistas, que fue desfavorable para Francia: reducción de los efectivos, la pérdida de la disciplina y la remoción de los cuadros de mandos no podían por menos de reflejarse en el campo de batalla.

  • Las clases populares se sentían defraudadas legislativamente, ya que veían cómo sus espectativas no se cumplían.

Esto incrementa el clima de tensión social, que rebrota en el verano de 1792 con el nuevo "asalto" de las clases populares a la escena política: Asalto de las Tullerías, nombrándose un gobierno revolucionario y disolviendo la Asamblea, estableciendo otra llamada Convención Nacional. Pero siguen sin tener la dirección, ya que esta Convención será dominada por los girondinos.

La Convención Nacional declara la República deponiendo al rey. Establece cambios simbólicos: adopción de un nuevo calendario. Este año será considerado el Año 1. Afecta también a los nombres de los meses, relacionados con las condiciones climatológicas.

La Convención Nacional está dominada por los girondinos, que intentan una política internacional expansiva: no hacen la guerra por defensa, sino que detrás hay una cuestión de fondo ya que los girondinos creen en la propagación de la revolución por toda Europa, para liberarla del yugo absolutista.

Así actúan de esta forma: con el cambio del rumbo de la guerra a favor de Francia, irán conquistando territorios (Bélgica), que se irán incorporando a ella, y en los cuales Francia aplicará iguales reformas que en su propio territorio: disolución de los privilegios, de las cargas feudales (diezmo), etc.

Esta idea será asumida luego por Robespierre. Finalmente, Napoleón es la culminación perfecta del plan revolucionario, en el sentido de la expansión.

Desde el punto de vista de la política interna, la primera etapa de la Convención se caracteriza por la división de girondinos y jacobinos, cada vez más enfrentados. Tras ellos hay una correspondencia sociológica, pues los jacobinos representan a las clases populares y, los girondinos, a la burguesía. Estas diferencias se pueden observar en cuestiones de fondo:

  • Política económica: los jacobinos son partidarios de la intervención estatal, mientras que los girondinos lo son del libre comercio. Ambos grupos tienen su propio plan económico.

  • Detención, juicio y ajusticiamiento de Luis XVI. En la vista actúa como fiscal Robespierre. Después le toca su turno a otros miembros de la familia real. Más tarde la Convención juzga a los girondinos.

  • Control de la insurrección de la región rural de La Vandée, con carácter campesino. El motivo inmediato fue la leva de 300.000 hombres para continuar la guerra, pero no tuvieron menor influencia la escasez de alimentos y la protesta campesina por las medidas religiosas anticlericales de las asambleas parisinas; los sacerdotes refractarios, que se han negado a jurar la constitución, encienden los ánimos de los campesinos del Anjou y Poitou. Otras zonas del campo francés, Bretaña, Provenza y el Sudoeste, se unen al levantamiento durante el verano de 1793. Otros promotores de estos levantamientos fueron los aristócratas que aún no habían huido y los espías británicos.

Finalmente, esta división entre jacobinos y girondinos se da tras una sublevación en mayo de 1793 en París y la toma del ayuntamiento: los seguidores de Hebert consiguen declarar la Comuna de París. Tras tomar el ayuntamiento, los jacobinos rodean la Convención Nacional y detienen a los líderes girondinos.

Desde ahora se inicia la ETAPA JACOBINA, la más radical de toda la Revolución Francesa. Entre 1793-1794 se da esta etapa bajo influjo de Maximiliano Robespierre, abogado y perteneciente a la burguesía media parisina, intelectual y políticamente radical. Este período también se conoce como la Época del Terror, Dictadura Jacobina…

¿Cuál es el Programa Jacobino?

En cuanto a política interior, Robespierre quiere controlar efectivamente la propia revolución:

  • 1. Quería evitar movimientos incontrolados al margen de los jacobinos, es decir, supresión de los elementos contra – revolucionarios: Hebert es una de sus víctimas porque quería liderar su propia revolución. Así, declara que no transigirá con nadie.

  • 2. Efectúan una democratización de la revolución: una nueva Constitución en 1793, pero no llegó a entrar en vigor (elimina el sufragio censitario y establece el sufragio universal masculino).

Respecto a la política exterior, ganan la guerra. Para ello introducen el concepto de Ejército Nacional o Nación en Armas: reclutan a todos los varones útiles para la guerra. Todos los ciudadanos tienen el derecho y el deber de defender a la nación.

Para redirigir el control de la Revolución Francesa, Robespierre se apoya en los Comités, que serán reforzados o creados: Comité de la Salvación Pública (abril de 1793), Comité de Seguridad General, y toda una serie de tribunales revolucionarios. Estos comités debían defender la pureza de la revolución y eliminar a los contra – revolucionarios. Originan tal represión que a este período se le conoce como el Reinado del Terror.

La represión afectó a todas las clases sociales, no sólo a la realeza que aún quedaba, sino también a la nobleza que no huyó y a burgueses, campesinos y miembros de las clases populares, es decir, a todos aquellos que pudieran poner en peligro la revolución. Se calcula que 40.000 personas fueron ajusticiadas, de las cuales 2/3 partes eran campesinos y trabajadores urbanos. Así, Robespierre ejerce la dictadura como forma de gobierno.

Pero esta cruel faceta no debe desvirtuar la visión del período jacobino, pues ponen en marcha una nueva política económica sintonizada con las clases populares, que por primera vez tienen ahora el control de la Revolución Francesa.

Esta política económica quería recoger diferentes manifiestos que buscaban objetivos como:

  • Abolición total de los derechos señoriales, de manera que ahora desaparece el canon.

  • Se ponen en venta las tierras de los emigrados al considerárseles enemigos de la Revolución.

  • Intervencionismo estatal en la economía.

Estamos ante el primer ensayo de la nacionalización de la economía.

Pero Robespierre acaba siendo víctima de su propio terror: es depuesto, encarcelado por los diputados de la convención, y ajusticiado en la guillotina el 28 de julio de 1794 (10 de Termidor). Factores de ello son:

  • Su política le enemistó con amplios sectores sociales.

  • Las victorias militares exteriores extendieron el sentimiento de que el control represivo ya no era necesario.

  • En la propia Convención se ganó muchos enemigos: generalización de la sospecha.

Se abre un breve período transitorio denominado la TRANSICIÓN TERMIDORIANA. Su objetivo era desmantelar los órganos de poder jacobino. Al terror de Robespierre lo sustituye el terror a la represión sobre los jacobinos, que son disueltos y sus líderes encarcelados.

Esta transición lleva al abandono de la economía dirigida y vuelta al liberalismo económico. Se suprimen el nivel mínimo de los salarios y el máximo de los precios. Pero este empeoramiento de la situación económica no impidió que las clases populares estuvieran al margen: en mayo de 1795 se da una nueva insurrección de las clases populares urbanas en París, fundamentalmente, denominada como las Jornadas de Pavial, lo cual evidencia que el Tercer Estado es una estructura heterogénea llena de complejas luchas sociales que enfrentan a burguesía y clases populares. Se cierra esta etapa de reacción con el sofoco de esta sublevación; y termina la etapa de la Convención.

Las Jornadas de Pavial no suponen la desaparición del pensamiento radical, que reaparecerá con la Conjura de los Iguales; además significa el triunfo de un determinado tipo de revolución, el liderado por la burguesía.

Hay dos proyectos sociales, políticos y económicos enfrentados en el seno de la Revolución Francesa.

Comienza una nueva fase regulada por la burguesía a partir de la propiedad y de la expansión del liberalismo económico, la FASE DEL DIRECTORIO. Se entiende que la igualdad es total es un objetivo inalcanzable. Se acaba con el objetivo de las clases populares.

No es una vuelta al Antiguo Régimen, sino a la primera etapa de la Revolución Francesa después de los jacobinos. Entre 1795-1799 se asienta el dominio burgués, consolidado después con el Imperio Napoleónico.

Un objetivo prioritario será el liberalismo económico, con ordenamiento económico y orden social. Para ello, se configura Constitución de 1795 (Año III): el derecho al sufragio se adscribe al pago de una contribución, con lo que nuevamente se produce la dualidad entre ciudadanos activos y pasivos; la declaración de derechos del ciudadano señala un retraso evidente en comparación con la de 1789, así se rechaza la afirmación de que los ciudadanos "permanecen libres e iguales en sus derechos". Por el contrario, el derecho de propiedad, enunciado lacónicamente en los textos del 89 y el 91, es explícita como el "derecho de gozar y disponer de los bienes, de las rentas, del fruto del trabajo y de la industria", sin que ningún apéndice haga referencia a las obligaciones sociales de los propietarios.

Sin embargo, a pesar de que su objetivo era la estabilidad social, el directorio se enfrentó a tres problemas:

1. La oposición radical, que hace frente a una conspiración conocida como la Conjura de los Iguales: movimiento político que se desarrolla entre el verano de 1795 y 1796. Está liderada por Babeuf, y articula un programa radicalmente apuesto a la burguesía, que entronca con la tradición radical. Los manifiestos se consideran como un precedente del ideario comunista.

Se sostiene que la revolución no ha acabado. Esto era sólo el principio de una revolución mayor:

  • Se propone una organización colectiva del trabajo (Robespierre sólo nacionalizó algo de trabajo).

  • Continúa la desigualdad entre las clases populares y las élites.

  • Se intenta acabar con el dominio de propiedad privada, para conseguir la igualdad perfecta (comunismo), que descansaría sobre una organización en comunidades rurales agrarias.

De igual modo aglutina diferentes tradiciones en su seno:

  • Influencias del pensamiento Ilustrado y de las Teorías de Rousseau sobre la desigualdad social.

  • Influencias de Robespierre y de todo el pensamiento jacobino y de su Constitución de 1793.

  • Línea de pensamiento representada por Mably y Morelly desarrollada en s. XVIII, conocida como Igualitarismo Agrario, también con influencias ilustradas.

Este movimiento representa la única alternativa al dominio burgués. Las clases populares no han visto satisfechas sus peticiones. El movimiento se articuló en torno al Club pero se desarticuló en la primavera de 1796: no se consiguió movilizar a las clases populares para un nuevo movimiento revolucionario (fotocopia).

2. La oposición de los Sectores Realistas, que persiguen la Monarquía de Luis XVIII y pretenden minar el gobierno del Directorio por dos vías:

  • Fomentando las insurrecciones, sobre todo en las provincias rurales.

  • A través del electorado.

No es un movimiento exclusivamente nobiliario, sino también de ciertos sectores sociales descontentos, al verse dañados durante la REVOLUCIÓN FRANCESA, como la pequeña burguesía rural (empobrecida por la caída de las rentas agrarias), y cierto sector del campesinado (al no conseguir el acceso a la propiedad de las tierras). Así, el caldo de cultivo sociológico está situado en las provincias rurales, como la Provenza.

Una vertiente del realismo son los Monárquicos Constitucionales, que se reclaman herederos de La Fayette, y defienden la recuperación de la monarquía sobre planteamientos constitucionales, a través de la Dinastía de Orleans.

3. La crisis financiera y económica: marcada por la inflación y por la devaluación monetaria. Sólo en 1796 se consiguió cierta recuperación económica, marcada por factores exógenos al Directorio: confluyen buenas cosechas con la recuperación del comercio exterior y la acumulación del pillaje que han hecho sobre los territorios europeos conquistados. Esto se da hasta 1799, cuando confluye un momento de inestabilidad que da lugar a un golpe de estado.

Se da un movimiento generalizado en todas las capas de la sociedad, que coincide con algunas derrotas, como en Holanda e Italia, y con el descontento de las élites económicas (obligadas a realizar un préstamo) y la presión realista. Esto incide a crear un clima que favorece una evolución.

Se empieza a pensar en una alternativa diferente, pretendiendo reformar la constitución para hacer más elitista el control de las instituciones políticas. Así aparece el Complot Revisionista, y se propone que el sistema de Asamblea varíe:

  • No se elegía a los miembros de las cámaras pro sufragio censitario, sino que la propia Asamblea elegía y renovaba a una parte de sus miembros.

  • Desaparece la práctica del Gobierno Legislativo, que se está autorrepresentando.

  • Se controla el derecho al voto por una minoría.

  • No sólo se revisan el funcionamiento de las instituciones, sino que a la vez se piensa en buscar a una persona con poder, para que ejerza un poder ejecutivo claro.

Es así como se piensa en Napoleón, un militar, que gozaba de popularidad en distintos sectores sociales y finalmente liderará el Golpe de Estado de 1799, conocido como el Golpe de Brumario.

No hay ruptura, sino que se intenta crear un gobierno fuerte y controlado por una minoría elitista. Se restringe el Gobierno para poder garantizar el Orden, siendo esto lo que pretende la burguesía, si bien el Directorio no lo había conseguido.

La Gran Burguesía quiere acabar con la inestabilidad social, por ello se recurre a la figura de Napoleón, y a cambio, la burguesía renuncia a ciertos aspectos. Por tanto no hay un corte radical, sino que Napoleón sella un pacto con la burguesía.

 

Enviado por:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®

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Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2016.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE, JUAN BOSCH Y ANDRÉS CASTILLO DE LEÓN – POR SIEMPRE"®

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