Por parte la Cultura Griega se distingue varias concepciones sobre la locura, entre ellas: la opinión popular, literaria, médica y filosófica. Para el vulgo las alteraciones mentales son debidas a causas sobrenaturales. Se destacaba que las personas que sufrían de ciertas alteraciones mentales estaban poseías por los espíritus malignos, asignando personificaciones. Los casos ligeros eran abandonados a su propia iniciativa y eran objeto de burla. Los considerados violentos eran confinados en casa, a menudo atados con cadenas, por la asunción de que los mismos dioses que habían vuelto locos a la gente podían igualmente curarlos de acuerdo a la técnica homeopática.
Para entender y poder explicar el proceso histórico de la cultura griega, partiremos de las aseveraciones de distintos autores, entre ellos: Homero (s. X y IX a. de. C.), en su obra Iliada, se encuentra que el trastorno (ate) enviado por un dios se utiliza para explicar la conducta aberrante y los pensamientos de los héroes. Por su parte, Hipócrates (460-335 a. de C.) desde el punto de vista médico, es considerado el fundador de la Medicina mental, parece que tomó de la tradición homérica las palabras manía, melancolía y mal sagrado. Se centró en los cuatro humores corporales (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema) que, a su vez, resultaban de la combinación de las cuatro cualidades básicas de la naturaleza, a saber: el calor, el frío, la humedad y la sequedad. Las personas se clasifican según cuatro temperamentos diferentes: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático, cuya clasificación se consideraba como un índice de orientación emocional. Platón (428-348 a. de C.) en el Fedro distingue cuatro clases de locura: profética (locura temporal), teléstica o ritual (libertad de las necesidades instintivas), poética (posesión por las musas por un estado de inspiración particular) y la erótica (asociada con el amor humano, la cultura griega incluía las relaciones homosexuales y heterosexuales); y Aristóteles (348-322 a. de C.) el padre de la Psicología, defendía el punto de vista de que la bilis negra (en griego, mélaina chole, de donde procede la palabra "melancolía") podía causar ciertas alteraciones de la percepción sensorial y alucinaciones.
Encontramos que en la Cultura Romana se repetía la experiencia de Grecia, pero con variaciones muy pequeñas, las nociones de locura (La opinión popular, médica y literario-filosófica). En lo que respecta a la noción popular, la locura es relacionada como un éxtasis frenético. Desde la visión médica, Ascleopiades (s. I. de C.) describe la frenitis como una fiebre acompañada de excitación mental, y la manía, como una excitación continua sin fiebre. También diferenció las ilusiones de las alucinaciones y prescribía el tratamiento en habitaciones iluminadas para aquellos pacientes afectos a las alucinaciones debido a su característico miedo a la oscuridad. Aulo Conerlio Celso (s. I. de C.), por su parte, emplea la palabra insania, de la que se admite dos acepciones, la insania alucinatoria y la insania que se refiere al mentecato, dividiéndola en tristeza y alegría. Galeno (130-200 d. C.) influido por la doctrina de los cuatro humores. Consideró que la salud era debida a una proporción correcta de sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra; la discrasia, que conducía a la enfermedad, se debía a una mezcla inadecuada. Así, la melancolía se producía por un exceso de bilis negra, las aberraciones melancólicas (paranoia) procedentes en parte de impresiones sensoriales falsas (phantasis); sin embargo, eran comunes a todas ellas el miedo y la desesperación (dysthymia). El tratamiento para ello consistía en eliminar el exceso de bilis a través de las flebotomías o utilizando agentes catárticos. También señalaba que la retención del esperma masculino o el retraso de la descarga uterina contribuían al desequilibrio psíquico de las manifestaciones de la ansiedad.
Áreas del Medio Oriente en el transcurso de la EDAD DE PIEDRA.
Se encuentra que en el Oriente Medio, específicamente en las culturas egipcias e india, la vida se consideraba como un equilibrio entre la experiencia estática del hombre y su relación con el universo. Este equilibrio daba lugar a sucesos rítmicos y cíclicos desde el nacimiento hasta la muerte, probablemente relacionados con las cosechas cíclicas causadas por del Nilo. En la cultura india se tenía la creencia que el alma es inmortal. Se creía también que los sueños llevaban indicaciones de gran importancia pronostica.
En la zona Asiática, es decir la cultura China, se publico un libro de Medicina interna clásica, por el Emperador Amarillo (aprox. 1000 años a. de J.C.) donde se hace referencia a la locura, la demencia, la conducta violenta y las convulsiones. Es probable que las personas mentalmente enfermas, cuando no eran violentas, fueran abandonadas en el campo. La creencia de que el yin (fuerza femenina) y el yang (fuerza masculina), los portadores del equilibrio psíquico, se hallaban igualmente distribuidos por todo el cuerpo ofrecía la base racional para las practicas de la acupuntura y la moxibustión, es decir, la aplicación de agujas y de sustancias ígneas en determinadas áreas del cuerpo, puesto que ambas intentaban facilitar el flujo correcto del yin y yang a través de los canales del cuerpo.
Por su parte en Babilonia y Jerusalén, que conforman en el área Judaica, se observa que el reconocimiento de la enfermedad mental como algo distinto de la deficiencia mental y de las enfermedades físicas que producen síntomas psiquiátricos, como delirio, se encuentran presentes en el Antiguo y el Nuevo Testamento, en el Talmud de Babilonia y de Jerusalén. De las diversas palabras que se refieren a características mentales, shiggayon significa locura, y etimológicamente se encuentra relacionado con meshuggai, que quiere decir hombre loco. Los Hebreos, traen el concepto de religión monoteísta, se oponen, por falsos, al politeísmo y la magia. La enfermedad es para ellos un castigo por los pecados cometidos, y los sacerdotes aparecen como curanderos. Se observa que los sueños son interpretados. Cristo cura a los «poseídos». Los Hebreos con el tiempo se impregnan de la cultura griega y forman el puente en la transmisión a los árabes.
EDAD MEDIA
En la Edad Media este modelo hipocrático-galénico dominaría buena parte de las reflexiones sobre la salud y la enfermedad, época en la cual Alberto el Grande y Tomas de Aquino mantuvieron una posición marcadamente organicistas acerca de los trastornos mentales (ya que el alma no podía estar enferma debido a su origen cuasi divino). En este momento de la historia la locura era una enfermedad somática, atribuida a un uso deficiente de la razón, o bien a pasiones que interferían con la razón o de un peculiar aparato físico en estado de intoxicación o sueño, etc.
Encontramos que en este periodo de la historia, los individuos aceptaban que el origen de las enfermedades mentales era la posesión de la mente de los enfermos por un espíritu maligno sin importar la voluntad del sujeto afectado; el pensar de está manera era común y aceptado por el común de la gente. Es decir, se aceptada la locura como una alienación.; que a su vez posee dos significados: por un lado, representaba el fracaso del amor de Dios y el rechazo al orden previamente establecido; por el otro, la falta de involucrarse en el mundo con el fin de ser premiado en el otro.
La Iglesia. Como sabemos la iglesia fue un sistema o una institución de gran importancia y transcendencia en la Edad Media, por tanto, es de esperarse que realizase alguna aseveración en relación a la misma. La Iglesia tuvo que hacer frente al dilema de determinar si el individuo que mostraba una conducta desviada era un santo o un enviado del diablo. Ya a fines del s. VII la locura se clasificaba perversa en tanto era una acción contra Dios provocada por el demonio. La causa no era atribuible al individuo, sino que era causa de una trasgresión a la voluntad del individuo por arte de un ser superior; por lo tanto, éstos individuos debían ser puestos bajo el control de las autoridades religiosas porque sólo ellos estaban legitimados a luchar contra el mal. Estas ideas demonológicas prevalecieron en los albores del Renacimiento
Otro de los grandes factores de la Edad Media además de la iglesia, se encuentra la actividad popular llamada la Brujería, que Russell definió como ".fenómeno complejo derivado del folklore, la superchería, la demonología, la herejía y la teología cristiana" (c. p. Freedman y col, 1982, p.35). Se observaba la ejecución de fiestas en honor a dioses, en su mayoría en horario nocturno, en sitios solos, y realizados por mujeres en homenaje a la diosa Diana (la diosa que cuidaba a las jóvenes y mujeres durante el parto y quizá fue confundido con la diosa Hecate, la diosa de los brujos y de los espíritus), probablemente con propósitos innocuos. Frente a está realidad social la iglesia toma medidas para erradicarlo y aceptar su poder, entre las estrategias se destaca el aplicar sanciones, denominadas religiosas de acuerdo al Canon Episcopi (aprox. Año 906).
Luego nos encontramos con una de las acciones más imponentes de la iglesia, como fue la Inquisición; establecida por el Papa Inocencio III en 1199, con el fin de exterminar la herejía, poco tiempo después, el crimen de la herejía se castigó con la muerte, realizaron cruzadas y mataron a gran cantidad de personas que no practicaran de manera correcta las practicas de la Iglesia Católica. Creando miedos, entre otras circunstancias que no son relevantes desarrollar en está investigación.
Por su parte la cultura Árabe, encontramos que los médicos árabes se preocupaban de las causas: creían que la explicación estaba en la inflamación del cerebro, la mezcla de los humores. Los antiguos conceptos como el frenesí, la manía y la melancolía son retomados, descritos y completados. Se observa el trabajo de Avicena (980-1037 d.C.) quien consideró la existencia de cuatro tipos de melancolía (sanguínea, colérica, flemática y natural) distinguiendo un tipo de enfermedad que podría traducirse como "mal de amor", para curar tal enfermedad era conveniente conocer el nombre de la persona amada. Si el paciente se resistía a revelarlo, el médico le tomará el pulso e irá pronunciando distintos nombres, por la alteración del pulso que observará a pronunciar el verdadero, conocerá como se llama la persona. Luego, mediante el mismo procedimiento, podrá averiguar más detalle: dónde vive, a qué familia pertenece. Dicho método es una versión rudimentaria de los métodos esfigmográficos y pletismográficos.
Para la Europa del siglo XIII nos encontramos con la época de Tomás de Aquino (1225) quien concibió que las causas de los trastornos psíquicos se conveniente buscarlas en las perturbaciones de los órganos. Este autor también describió la manía (ira patológica), la psicosis orgánica (pérdida de memoria) y la epilepsia, atribuidas a un aumento de la formación de vapores en el cerebro. De igual manera en la época de Alberto Magno (aprox. año 1206) se cree que los rasgos patológicos como la timidez, arrogancia, resentimiento e impulsividad eran atribuidos a factores somáticos. En Italia se desarrolla un fenómeno llamado tarantismo, una espacie de posesión por fuerzas extrañas que se extendió por toda Europa. Supuestamente la mordedura de una tarántula durante la etapa cálida del verano hacia que las personas salieran corriendo de sus casas a ponerse a saltar y a bailar en forma extraña. No tardaron en unírseles otros individuos otros individuos quienes también habían sido mordidos por arañas. El tarantarismo y otros brotes de conducta aparentemente maníaca que afectaron a grupos de personas, probablemente fueron reacciones contra la terrible opresión social, el hambre y la peste, comunes en Europa occidental desde el siglo XIII hasta el XVI.
Edad Moderna
En este periodo se destaca el movimiento del Renacimiento, que se caracterizó por el retorno a la cultura greco-romana, el nacimiento del Humanismo y el Racionalismo y el Positivismo, donde se cree que todo conocimiento que pretenda ser científico debe ser demostrado empíricamente. A continuación se pretende encontrar en cada uno de estos movimientos aportes significativos en la formación histórica de la Psicopatología.
Entre los autores humanista se destacan Juan Luis Vives, Johann Weyer, Paracelso, y Cardano, quienes enfatizaron en el papel de la mujer y de los enfermos mentales. Encontramos que Juan Luis Vives (1492), realizo un tratado sobre la educación de las mujeres, otra obra Alivio de los pobres subrayó que se debería prestar atención particular aquellos que estaban enfermos de la mente. Se considera como el primer psiquiatra a Johann Weyer (1515), quien describe un amplio número de afecciones y síntomas asociados, tales como la psicosis tóxica, la epilepsia, la psicosis senil, las pesadillas, la histeria, las convicciones delirantes, la paranoia y la depresión. Por su parte Paracelso (1493-1541), presentó una visión dinámica de la personalidad y subrayaba su total relación con la enfermedad mental; intentó clarificar cuadros clínicos definidos de las enfermedades mentales (psicosis maniacodepresivo, la personalidad psicopática y los contagios masivos), concibió a la enfermedad mental como una desviación de la normalidad, por lo tanto, era necesario buscar los factores causales y hallar los métodos terapéuticos capaces de reintegrar al paciente a su estado original de salud. Por ultimo Jerolamo Cardano (1501-1576), quien en su autobiografía describió en detalle las alteraciones emocionales que padeció durante su infancia (pesadillas, tartamudez que él atribuyó a la influencia patológica de su padre) y en adolescencia (impotencia sexual, alucinaciones e ideas grandiosas).
Se denomina a los siglos XVII y XVIII aquellos llenos de luces y de razón, debido a la decadencia del Renacimiento, se destaca la defensa de planteamientos anatomoneurológico y fisiopatológico. Se destaca que el problema fisiopatológico se ha complicado en tanto se compruebe en la clínica psiquiátrica el principio inespecificidad etiológica de las psicosis, distintas infecciones, intoxicaciones o traumatismos cerebrales originan idénticas clase de alteración mental patológica, mientras la misma causa produce, a veces, diversos síntomas. También en este momento encontramos que existe un descubrimiento de las localizaciones cerebrales por Gall (1758-1828), quien sostiene que en el cerebro existen regiones de la sustancia gris particularmente destinadas a ser asiento de determinadas funciones intelectuales, y que nuestro cerebro está compuesto de una serie de pequeños órganos aislados y relacionados entre sí. En está época se intentó probar que existen lesiones cerebrales especificas para cada una de las psicosis, comprendiéndose éstas como el resultado de lesiones anatómicas, existiendo intimas relaciones entre las enfermedades neurológicas y las mentales, por cual fue planteado por Griesinger (1817-1868). Mientras que Haller (1708-1777) establece los cimientos de la Fisiología experimental, se inicia una nueva Era de la Psiquiatría con el estudio de la fisiología del sistema nervioso y el atribuirse a este sistema el asiento de las combinaciones temperamentales, antes relacionadas con la composición de la sangre; esta tendencia pretende hallar ciertas correlaciones entre las enfermedades mentales y los trastornos de las funciones fisiológicas generales y los varios grados de irritabilidad de los órganos.
Edad Contemporánea
En desarrollo de la presente investigación nos hemos paseado por diferentes momentos de la historia de la humanidad, ahora pasamos al desarrollo de la Revolución Francesa, la Declaración de los Derechos Universales del Hombre, al surgimiento de paradigmas emergentes en el campo de las ciencias naturales y sociales (final del siglo XX e inicio del siglo XXI), lo que corresponde a la Edad Contemporánea.
Para los inicios del siglo XIX, entre los representantes de la Psiquiatría de la época se destacan: Phileppe Pinel, Vincenzo Chiarugi y Wuilliam Tuke.
Vincenzo Chiarugi (1759-1820), en el Regolamento Leopoldino, Chiarugi estableció los principios de la reforma del tratamiento de los enfermos mentales. Distinguió tres categorías generales de las enfermedades mentales: melancolía (locura parcial), manía (locura general) y amencia (funcionamiento anormal del intelecto y de la Etiología de la enfermedad mental se discutía ampliamente y entre sus causas se citaban las congénitas y las ambientales. Los principios prescritos para el tratamiento consistían en la especial importancia de tratar a los pacientes con tacto, comprensión, con un enfoque autoritario y firme al mismo tiempo fuera agradable e individualizado. Por su parte, Phileppe Pinel (1745-1826), intentó analizar y categorizar los síntomas y su aplicación del tratamiento moral; en su obra Traité Médico-Philosophique sur la Manie, describía cuatro tipos de locura: melancolía (alteración de las funciones intelectuales); manía (excitación nerviosa excesiva con delirio o sin él); demencia (alteración de los procesos de pensamiento); e idiocia (obliteración de las facultades intelectuales y de los afectos). La dirección de Retreat en York (Inglaterra) fue Wuilliam Tuke (1732-1819) para atender a unos 30 pacientes que eran tratados como huéspedes, con amabilidad y comprensión, libre de cualquier método de contención mecánico y también de cualquier influencia médica directa, lo cual le interesaba.
Entre los aspectos más significativos del siglo XIX, encontramos la prevalecía de los conceptos orgánicos; siendo unos de los exponentes Wilhelm Griesinger (1817-1868), quien mantuvo que las enfermedades mentales podían explicarse sólo sobre la base de los cambios físicos del sistema nervioso, sin embargo, adelantó ciertos elementos que anticiparon la psicología del ego.
Por su parte las entidades clínicas del siglo XIX se tienen: la hebefrenia llevada a cabo por Hecker (1871); la catatonia, por Kahlbaum (1874); y la polineuritis causada por el alcoholismo y la grave deficiencia de ingesta de alimento (síndrome de Korsakoff) por Korsakoff (1887). La estigma degenerativa, encontró su mayor expresión en Francia a través de los trabajos de Benedict Morel (1809-1873) y Valentin Magnan (1835-1916), quienes postularon que la enfermedad mental era una prueba de una tendencia hereditaria degenerativa que se iría haciendo progresivamente más grave en las generaciones venideras causando su extinción. Por su parte Karl Jasper (1883-1969) realizó un estudio fenomenológico de la mente humana. Influyó notablemente en la Psicopatología y en la psicoterapia en general.
En el siglo XIX el punto de vista psiquiátrico también se ha estudiado la correlación entre constitución física y el tipo de personalidad, temperamento y alteración emocional. Entre las correlaciones más destacadas se tienen la de kretschmer y Sheldon. Encontrándose que kretschmer correlacionó al individuo bajo y gordo (pícnico) con la extroversión, ciclotimia (cicloide) y la psicosis maniacodepresiva; la constitución del individuo asténica delgada, leptosomática, la correlacionó con la introversión, tendencias esquizoides y la esquizofrenia; y al individuo displásico, con alteraciones endocrinas e hipofisarias. Otros autores consideraron que la constitución atlética (muscular y proporcionado) es un variación de la constitución asténica.
Se destaca que Sheldon por su parte, aplicó la metodología de la antropometría, el endomorfo de temperamento viscerotónico (sociable, relajado); el ectomorfo de temperamento cerebrotónico (hipersensible, retraído, poco sociable); y el mesomorfo es somatotónico (enérgico, competitivo).
Ocurre un factor importante en el siglo XIX atribuido primariamente al movimiento romántico del siglo XIX el interés por el inconsciente, es decir, se habla de Psicogénesis, se halló la mayor expresión en cinco corrientes principales del pensamiento, Conceptos metafísicos (el inconsciente comparado con la voluntad por los filósofos Schelling y Schopenhauer). Conceptos biológicos (inconsciente fisiológico de von Hartmann). Conceptos basados en la psicología profunda (de carácter místico, mesmeriano y parapsicológico Por su parte, Schuber destaco en su trabajo sobre los sueños (1837) el simbolismo del inconsciente, anticipando a ciertos puntos de vista freudianos y jungiano). Conceptos precientíficos (Herbart destacó "las representaciones inconscientes" como fundamento del consciente). Concepto del inconsciente dinámico (se desarrollo como algo concomitante con la hipnosis por un grupo de médicos de la escuela francesa.
A su vez, el estudio científico de la hipnosis se inicio por el neurólogo Jean Martin Charcot (1825-1893). Él empezó a reconocer que los traumas de naturaleza sobre todo sexual a menudo hacían olvidar las ideas y sentimientos que se hacía inconsciente. Síntomas similares a la histeria, como la idea de parálisis, podían reproducirse experimentalmente mediante la hipnosis. También creía que la histeria podía curarse mediante la hipnosis, que él dividió en tres etapas sucesivas: letargia, catalepsia y el sonambulismo. Por su parte, Pierre Janet (1859-1947) desarrolló la noción de automatismo psicológico, consiste en la aparición de funciones psicológicas inferiores cuando las funciones superiores se encuentran alteradas. Entre sus descripciones clínicas están la histeria, la amnesia, las fugas, la anorexia, los tics y otros síndromes. Lo común de la mayoría de estos síndromes es la aparición de los contenidos subconscientes relacionados con dimensiones olvidadas de la psique, con los cuales era posible establecer contacto en situaciones particulares de sugestionabilidad. Dentro de esta teoría psicopatológica el concepto de psicoastenia, que se describía como una perdida de la "función de lo real" como una disociación parcial de la capacidad para mantener las ideas en su plena conciencia debido a la debilidad de las actividades integradoras superiores.
Es importante señalar la escuela de Suiza, que tuvo lugar en el hospital mental Burgholzli. Eugen Bleuler (1857-1939), quien dirigió dicho hospital, acuño la palabra esquizofrenia (palabras griegas schidsein, dividir; phren, mente, es decir, disociación entre los pensamientos y los afectos). Clasificó esta alteración en hebefrenia, catatonía y paranoia; diferenció las alteraciones primarias de las secundarais como el autismo y las alucinaciones. Bajo la influencia del psicoanálisis, se centró en el contenido del síndrome, como el desplazamiento y la condensación.
Dentro de la llamada Edad Contemporánea, surge el Psicoanálisis, siendo su máximo creador, defensor, investigador Sigmund Freud (1856-1939), en su obra planta la utilización de la interpretación de los sueños (1900), la cual representó el mayor progreso en el entendimiento de la mente humana en tres aspectos: el primero, introdujo una técnica metodológica estricta en el estudio de los sueños (tema de estudio durante siglos); el segundo, confiaba en el estudio introspectivo del Yo, en contraste con la psicología objetiva de la época; y el tercero, colocó las bases para la fundación de la psicología en la que la normalidad y la patología se concebían como un continuum, abriendo así el camino para una actitud más comprensiva hacia cualquier alteración emocional. El llamado padre del psicoanálisis, descubrió el método de la asociación libre y renunció completamente a la hipnosis. Denominó a este método "psicoanálisis" por primera vez en 1896. Este autor también propuso los fundamentos de la teoría de la libido en Tres ensayos sobre la teoría de la Sexualidad (1905). De acuerdo con los procesos evolutivos, describía una fase oral, una fase anal y otra fase fálica, precedentes todas ellas a la fase genital, propia de la madurez. En su escrito más allá del principio del placer (1920) Freud diferenció entre los impulsos del Yo y la libido sexual, proponiendo una teoría de los instintos primarios, el instinto de la vida (eros), se refiere a la preservación del individuo y el instinto de la muerte (thanatos), se refiere a la preservación de la raza. Posteriormente escribió el libro el Yo y el Ello (1923) –teoría de la personalidad–, el Ello es la matriz común del inconsciente desde el que cada persona, desde el nacimiento en adelante, desarrolla su propio ego progresivamente sustituyendo el principio de realidad por el principio del placer. Esta sustitución tiene lugar bajo la influencia del Superyó y consiste en las costumbres y reglas inconscientes transmitidas por la familia y la sociedad, y la función del Yo consiste en armonizar las necesidades de los instintos con las reglas externas. Otra de sus obras de interés clínico Síntomas de inhibición y ansiedad (1925), en ella Freud reemplazó su primitiva noción de ansiedad como producto de una libido sexual frustrada por un nuevo concepto de ansiedad como señal de acercamiento de un peligro externo. La ansiedad, más que la sexualidad, se transforma en el punto nuclear de la patogénesis de las neurosis, y la importancia del Yo, empieza a superar el primitivo énfasis sobre el inconsciente.
Además de Freud se encuentra otros autores en la rama psicoanalítica, entre ellos: Adler, Jung, Rank, Horney, Fromm, Kelin y Lacan. Alfred Adler (1870) en su libro El Carácter nervioso, destacó que las neurosis proceden de sentimientos de inferioridad puestos de manifiesto por factores sociales y que la atención médica debe basarse en la individualidad de la persona considerada desde el punto de vista de su dimensión temporal. Mientras que Carl Gustav Jung (1875) la energía psíquica procede de los instintos; el inconsciente colectivo procede de los arquetipos universales, independientemente de los períodos culturales e históricos; la estructura de la psique humana, compuesta por la persona (mascara social), la sombra (características personales escondidas), el ánima (identificación femenina en el hombre), el animus (identificación masculina en la mujer) y el Yo (el centro más importante de la personalidad). Otto Rank (1884) en su obra El Trauma del nacimiento minimiza la importancia del complejo de Edipo y considera la ansiedad propia de la separación relacionada con el nacimiento (ansiedad primaria) como el elemento más importante en el futuro desarrollo de la persona y también como la fuente de la neurosis. Karen Horney (1885-1952), consideró que debía asignar un mayor papal a los factores culturales en el desarrollo de la neurosis. Erich Fromm (1900-1980), enfatizó que la sociedad ejerce su influencia sobre el individuo. Melanie Klein (1882-1960), defendió los mecanismos proyectivos e introyectivos basados en la internalización por el niño de las partes de la madre (el pecho, la cara, las manos) y de la división de los impulsos y los objetos en sus aspectos buenos y malos, son esenciales para construcción del mundo interno del niño y del Superyo. Finalmente, Jean Lacan (1901-1981) concede gran importancia al juego de los significantes que estructuran cadenas en el inconsciente; desde el plano de la lingüística estructural precisa: "el discurso del inconsciente está estructurado como un lenguaje".
En contraparte del psicoanálisis de Freud, surge la Reflexología y Conductismo, que se infiltraron en la Psiquiatría moderna, al aceptarse sus principios por los psiquiatras, para la interpretación aislada de los comportamientos. Siendo sus principales representantes se encuentran Iván Pavlov (1849-1936) y Bechterew. El descubrimiento del condicionamiento de reacciones orgánicas se le atribuye a Pavlov a través de un mediante un procedimiento experimental objetivo. Se conoce el conductismo ideado por Watson (1878-1958) quien investigó las leyes a que obedecen las reacciones externas, y la conducta se encuentra constituida por las reacciones del individuo a los estímulos del medio, cuyas reacciones han de entenderse fisiológicamente.
El funcionalismo americano, la reflexología soviética, el movimiento gestaltico y la escuela de Wüsburgo, marcando sus divergencias con respecto a la propuesta de Wundt, aportan su propia interpretación sobre cuáles son los métodos y los datos adecuados para el desarrollo de una psicología verdaderamente científica. Por su parte, la psicología dinámica, heredera del sonambulismo artificial y desarrollado sobre todo en el ámbito psiquiátrico, realizará su propia aportación a la nueva ciencia.
Dentro de está Edad Contemporánea, observamos que la Psiquiatría desde mediados de la década de 1950 ha estado ligado históricamente a la corriente psicoanalítica progresivamente mezclada con la psicología del Yo seguía siendo predominante. Para el año 1956, Erikson introdujo los conceptos de la identidad del Yo, difusión del Yo y crisis de identidad para explicar el desarrollo complejo de la personalidad al pasar por la niñez a la edad adulta. Es importante el desarrollo psicofarmacológico permitió que gran cantidad de enfermos mentales fueran capaces de funcionar de una manera más integrable y aceptable en las instituciones, y más importante aún que muchos de los enfermos permaneciera menos tiempo en hospitalización o pudiera volver más pronto con sus familiares.
En la actualidad de la Psicopatología encontramos que según Vallejo (1981) existen seis puntos de la investigación científica tradicional: 1.- Determinación científica de la existencia de elementos psíquicos patológicos: Psicopatología subjetiva y objetiva. 2.- Investigación de las propiedades y leyes a que está sometido el funcionamiento de los fenómenos psíquicos patológicos: Fenomenología psicopatológica. 3.- investigación de la naturaleza de cada uno de los elementos que constituyen la vida psíquica patológica: Psicopatología compresiva. 4.- Investigación de la explicación causal última de las leyes y propiedades descubiertas a través de la experiencia: Psicopatología explicativa. 5.- Estudio del aspecto dinámico de las funciones en estado patológico: Psicofísica patológica. 6.- Investigación del desarrollo de las funciones psíquicas, lo mismo en las fases ontogénicas que en las filogénicas y alteraciones patológicas: Psicopatología genética.
Métodos de investigación en la Psiquiatría
En los procedimientos de la investigación psiquiátrica, se observa la utilización de métodos de investigación de la Fisiología y de la Psicología experimental, utiliza modos de pensar, medios de conocimiento y modos de ver. Al lado de la observación y de la introspección, la Psicopatología ha generado maneras especiales, a pesar que no permiten una exploración sistemática, sirven para precisar las relaciones causalidad. De las observaciones incidentales se siguen de un período de historia clínica, biografías y observaciones sistemáticas, de las cuales pasan a la aplicación de los experimentos, pruebas y medios de valoración, tests, cuestionarios y valoraciones estadísticas. Para Pinel, la observación de los enfermos mentales se efectúa en intima convivencia con ellos: "El vivir siempre entre locos, estudiar sus acciones, sus diversos caracteres, los objetos que les gustan o fastidian, la utilidad que se saca de seguir el camino de sus desórdenes, de noche, de día y en todas las estaciones del año; la habilidad en gobernarlos sin violencia, de evitar sus arrebatos y quejas, el talento de tomar con ellos, según conviene, el tono de benevolencia o un aspecto grave, sujetarlos con la fuerza cuando no alcanza la dulzura, en fin, el mirar incesantemente todos los fenómenos de la enajenación del alma y el estar destinado a cuidar de ellos". (c. p. Vallejo Nágera, 1981, p. 51).
Para culminar se destaca la coyuntura de la normalidad o anormalidad de las relaciones psicosociales del enfermo mental, la cual no depende de la naturaleza de la psicosis que padece, sino de la posición psíquica que adopta ante la sociedad, a consecuencia de la multitud de factores que intervienen.
Los objetos de estudio de la Psicopatología social son: 1.- desórdenes de la visa social directamente determinados por la enfermedad psíquica que padece el sujeto. A la Psicopatología social se ve interesada por los efectos sociales de la conducta psicopática, que entraña el problema de reeducación y readaptabilidad social de las personalidades psíquicamente anormales. En cambio, le compete a la psiquiatría forense, rama de la Medicina legal, el estudio de la criminalidad directamente derivada de la enfermedad psíquica, y determinar acerca del grado de responsabilidad en los crímenes perpetrados por los epilépticos, melancólicos, paranoicos y otros enfermos mentales. 2.- Dificultad que tiene el sujeto para la adaptación social. Ciertos síntomas psíquicos condicionan la adaptabilidad social del sujeto, de manera especial el autismo y el negativismo. Los trastornos en la asociación de ideas, las representaciones mentales delirantes, las alucinaciones, son también síntomas psíquicos patológicos que perturban las relaciones interpersonales del psicótico. 3.- Influencia de los trastornos psicopatológicos en la utilidad social del propio enfermo.
Se observa luego de está narración, que la psiquiatría se funda en el marco de las ideas filosófico-políticas de los llamados sensualistas o ideólogos. De acuerdo a Parot, la psicopatología es el "estudio de las dolencias del alma, puede definirse como una ciencia que toma su objeto de la psiquiatría y su espíritu de la psicología, y asume la misión de elaborar la observación psiquiátrica en teoría del conocimiento del hecho psiquiátrico".
Referencias Bibliográficas
Davison, G. y Neale, J. (1983). Psicología de la conducta anormal. México: Limusa.
Freedman, A., Kaplan, H. y Sadock, B. (1982). Tratado de Psiquiatría. Tomo I, Edit. Salvat.
Vallejo Nágera, J. (1981). Tratado de Psiquiatría. (3era. ed.). Edit. Salvat.
Autor:
Ingrid Dayana Hernández Esteves
Caracas, Junio 2008
Universidad Central de Venezuela
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela de Psicología
Cátedra: Psicopatología
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