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La necesidad de la Cultura Axiológica en la Ética Pública


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La ética como necesidad de la cultura universitaria
  3. Problemas socioéticos más visibles en el deporte cubano. Enfoque crítico
  4. El fomento de la eticidad en la UCCFD como parte de la estrategia de extensión universitaria
  5. Conclusiones
  6. Recomendaciones
  7. Bibliografía
  8. Anexo
  9. Bibliografía

Introducción

En la tesis doctoral del autor de este trabajo se ha definido la cultura axiológica como el conjunto de conocimientos, habilidades y valores que el estudiante aprehende en el contexto académico universitario como un todo mediante los diferentes procesos sustantivos, la cual se complementa con las posiciones más ortodoxas en la existencia de asignaturas y disciplinas específicas para el tratamiento de lo sociocultural en su sentido más estricto. (…)[1] Es una definición que se fundamenta en la propuesta que nos hace el sabio griego Aristóteles cuando pensaba: "A aquellos que pueden ser orientados, debemos prestarles nuestra ayuda ética, más aún que si se tratara de ayuda material."[2] La sociedad humana, como paradigma de lo propiamente social, se define a sí misma por formadora de "culturas". Una cultura es un conjunto de elementos (básicamente: objetos, costumbres, reglas e ideas) creados por el hombre y que han de ser aprehendidos. El ser humano no nace con estos elementos, no son instintivos, por lo que tienen que ser aprendidos.

El hecho de que estos postulados hayan sido formulados y expuestos por el que suscribe, hace ya más de una década, precisamente en el proceso mismo de la conformación de la mencionada tesis, no ha derivado en absoluto hacia el declive de este interesante tema, sino que, contrario sensu de lo que se pudiera explicar alrededor del mismo, cada vez se torna más actual. Hoy día, se ha convertido en una práctica, la imposibilidad de hacer coincidir el ser con el deber ser. El apremio por la vida cotidiana actual, "mundana" para algunos, ha olvidado, relegado o simplemente echado a un lado, aquellos preceptos importantes que constituyeron la base de la convivencia de nuestros padres y abuelos y que a mi juicio, no han sido debidamente protegidos. Muchos de ellos han caído estrepitosamente en el descuido y la indiferencia, lo cual ha sido a todas luces contraproducente. Es por ello que el objetivo de este trabajo, consiste en dotar a los directivos, profesores y estudiantes de las facultades de cultura física, así como a los entrenadores y funcionarios de los equipos deportivos, muchos de los cuales se preparan en nuestra universidad, de algunas de los herramentales culturales y praxiológicos que el hombre mismo ha ido concibiendo, en aras de su mejoramiento humano y conductual, desde la óptica de la Ética Pública y que sin embargo, bajo el pretexto de los avatares de la vida, los han echado en saco roto.

El proyecto educativo liderado por los coordinadores y tutores de conjunto con los jefes de grupos y brigadas en la estrategia educativa universitaria, tiene que proveer los frutos esperados en la dirección de una conducta ética y estética responsable, de ahí que esta propuesta se dirija a coadyuvar a la solución del problema relacionado con el trabajo sociocultural de los educadores, para su interacción con el universo juvenil que constituye el objeto de su labor directa en las aulas universitarias.

Como los asuntos relacionados con la moral y el comportamiento humano son tan antiguos como la humanidad misma, no pocos filósofos de la antigüedad se ocuparon de esta problemática y fueron sacando sus conclusiones al respecto, que hoy perduran, dada la porfiada actualidad del tema en cuestión. Entre estos se pueden mencionar a Aristóteles, Platón, Cicerón, Séneca, Confucio, Plutarco, entre otros. Para que se tenga una idea de la importancia que le proporcionaron a este tema, baste señalar que solo Aristóteles escribió tres de sus más importantes obras con alusiones directas al contenido de la ética en obras tales como Política, Ética Nicomaquea y Gran Ética. En uno de sus pensamientos de más alto vuelo refería al respecto ese gran filósofo griego: "No se enseña ética[3]para saber que es la virtud, sino para ser virtuosos."

Esta máxima está indicando a los educadores y educandos, cual es el propósito de la ciencia dedicada a los problemas de la ética, que casi siempre ha sido soterrada como un asunto sin sentido, dado que se necesita ser muy probo en el cumplimiento de los deberes y ejercicios ciudadanos, con una honradez a toda prueba en la conducción pública y privada, como para llevar adelante tan gigantesca empresa. Como el Maestro José de la Luz y Caballero enseñaba: "Instruir puede cualquiera. Educar, sólo quien sea un evangelio vivo", los directivos y docentes universitarios cubanos siendo consecuentes con esta sentencia, de sus aulas han salido hombres con elevados valores[4]de la talla de los Mella, Trejo, José Antonio, Fidel, Delio, por sólo citar algunos ejemplos que harían interminable la lista. Igualmente profesores como Varona, Vicentina, Graciela, Talhía, han poblado las aulas de las universidades cubanas, incluso en etapas bien convulsas de la vida nacional, en las cuales la corrupción y el latrocinio se entronizaron en el país, y formaba parte de su quehacer, estas personas siguieron siendo ejemplos de dignidad y temple.

La ética necesita formar parte de todo el quehacer universitario, dado que cada personita que se gradúa como profesional en nuestras aulas ha observado y en lo adelante observará con mayor acento y detalles, el conjunto de actitudes antiéticas que a diario se suceden, y en las cuales puede ser un portador ingenuo, dado más por la ignorancia que por los deseos de ser una persona putrefacta, corrompida e ilícita. Por otro lado, el ejército de luchadores contra las actitudes indeseables de todo tipo, tiene que ir en aumento y no debe quedar en el marco estrecho de las aulas universitarias, sino que debe expandirse al plano comunitario y en ello juegan un enorme papel las acciones que se desarrollan en el campo de la extensión universitaria. En este sentido los proyectos comunitarios que se despliegan en la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte, en la Universidad de La Habana, la CUJAE en el municipio Marianao, así como en la Universidad Pedagógica "Enrique José Varona", por sólo citar tres casos determinados, constituyen ejemplos de que es posible dicho alcance. El centro Martin Lhuter King Jr. es otro de los ejemplos importantes de la cultura axiológica comunitaria en uno de los emblemáticos barrios de la Capital que es Pogollotti en el municipio Marianao. Los grandes pensadores a los cuales se hacía referencia anteriormente, coincidían en que una de las formas de prever dichas actitudes estaba dada por la adecuada educación en los valores de los ciudadanos. Cicerón precisaba: "Aquellas personas que saben de las constituciones políticas y sus cambios no son hombres, sino dioses porque esta materia es divina, es lo máximo a que puede aspirar el hombre."[5] Indudablemente hacía mención al papel de la formación de los valores, los principios y las virtudes en la educación ciudadana como un fenómeno cultural, de arraigo entre la gente. De igual forma Platón en sus diálogos con Protágoras señalaba el significado trascendental que jugaba la educación y la enseñanza de estos tópicos en la formación de los jóvenes.

El Héroe Nacional de Cuba José Martí razonaba: "Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo al nivel de su tiempo para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo con lo que no podrá salir a flote: es preparar al hombre para la vida." Martí estaba indicando el papel de la educación en el desarrollo futuro de los hombres y mujeres que han de vivir ese futuro. ¿Cómo podrán salir a flote en un ambiente de corrupción moral, política o económica? Ya el propio Comandante en Jefe lo advertía en su discurso de 17 de noviembre de 2005. Tanto Martí como Fidel han apostado por el mejoramiento humano que promueve la educación avanzada y popular que propone la Dra. Julia Añorga Morales y un poco más atrás en el tiempo del Dr. Paulo Freyre.

El pensamiento axiológico de estos grandes hombres sintetiza como un pacto lo que se necesita hacer en este campo para enraizar los principios y valores que no conduzcan a lo que tan certeramente ha señalado Fidel, de que solo nosotros podemos destruir la revolución y el Socialismo en este país. Por ello se precisa construir una cultura de los valores que satisfaga, a partir de los procesos sustantivos que conforman la estrategia educativa de la educación superior, estos requerimientos, que no van a sobrevenir mediante el complemento que brinda la exhortación, la contemplación y el entusiasmo, sino que se precisa de un pensamiento armónico consecuente que formando parte de dichas estrategias pueda materializar lo que expresaban esos grandes teóricos.

Palabras claves: Cultura axiológica; Ética Pública; Extensión Universitaria

DESARROLLO

La ética como necesidad de la cultura universitaria

El mundo actual vive una época de cambios ha expresado en más de una ocasión el presidente Correa de Ecuador. Han cambiado los tiempos. Sin embargo, el viejo pensamiento dogmático, ortodoxo y metafísico continúa fuertemente varado en los viejos códigos, que no han perecido ni mucho menos, y que a veces levantan la cabeza más de lo debido, por obra y gracia de las personas que le dan aforo, capacidad y determinación. Sobre todo la capacidad para el servicio humano es lo que más se incumple y aparece aún como una asignatura pendiente del hombre, que no es más que la demostración de la ausencia de una verdadera educación en los valores importantes en una serie de instituciones que impiden la eficacia y la eficiencia operacional de esas entidades.

Los antivalores surgidos de un tiempo a esta parte con tremendísima fuerza, tales como el dopaje y el juego amañado, en el deporte; la venta de exámenes y los fraudes académicos en la esfera educacional; los escándalos de corrupción administrativa que surgen por doquier en nuestras entidades económicas, entre otras, han probado que no bastan tan solo, los instrumentos de control interno utilizados para combatirlos y que han sido propuestos por la Contraloría General de la República mediante la Ley # 60, se necesita de algo más y es que hay que hacer prevalecer el papel de la educación en la contención de estos flagelos. Las leyes, los reglamentos, los decretos leyes, reportes, informes, entre otros tratados y documentos han demostrado su utilidad hasta determinados límites, a partir de los cuales han revelado también ellos mismos, su vulnerabilidad y agotamiento. Se impone educar en la conducta ética que induce a ser "pobre, pero honrado", y que es un magnífico instrumento de autocontrol individual que raras veces falla, dado que actúa desde el propio fuero interno del sujeto.

Lo que realmente mueve al hombre son los valores y por eso es tan importante inculcarlos desde la familia y desde la educación. "…El hogar es la primera escuela del niño y sus padres sus primeros maestros, por lo que es necesario aprender a educar a los hijos"[6]. Una vez más resurge el papel de la ética como una disciplina necesaria en cualquier ámbito en que el hombre quiera trascender.

Para las universidades cubanas el desarrollo de los preceptos éticos, que deriven en el autocontrol del individuo hacia un mejoramiento personológico, arraigado en los principios y valores de su sociedad constituye una de las premisas históricas que hacen de nuestra ciencia una necesidad insoslayable en el quehacer universitario. En la esfera deportiva, en que el ser humano, está más que necesitado, obligado al desarrollo de una cultura del esfuerzo, esta condición se acrecienta. En esta esfera no es concebible un ser perezoso, por lo que el hombre o la mujer están obligados a aportar todo de sí para obtener los resultados a los que aspira y el esfuerzo supremo es el único pasaporte que posee hacia el éxito.

La necesidad para la universidad del deporte de regirse por una actitud ética de excelencia, la impone también el contexto actual de muchas de las familias de nuestros jóvenes atletas, quienes a la par con su disfuncionalidad[7]en el seno de sus hogares, la codicia ha suplido a la prudencia, la mentira ha relevado a la verdad, el egoísmo ha dañado el colectivismo. La sociedad capitalista es testigo de ese mal que tratan de erigir como un pensamiento único actual y que en su momento denunciara Einstein respecto a los propios estudiantes de su país. Refería este sabio: "La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a esa amputación de la conciencia social de los individuos que mencioné antes. Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura. Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males: el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual"[8]. Como se aprecia este artículo escrito por Einstein en 1949, está fresco y es relevante hoy en día.

El espíritu del championismo que se ha instituido en muchos de nuestros entrenadores, ha sido una conducta que muy pocas veces ha favorecido la actuación ética de los jóvenes atletas. Los muchachos que ingieren sustancias prohibidas por tratar de alcanzar el éxito codicioso a toda costa y a todo costo, ignoran a veces, cuánto daño se provocan a sí mismos no sólo en lo que respecta a su salud, sino respecto de la posición moral. De ahí que la preparación de los estudiantes universitarios de la cultura física y el deporte para enfrentar este y otros flagelos perjudiciales, resulta una necesidad impostergable, que rebasa el estrecho horizonte de una asignatura optativa donde se traten estos temas.

La institución universitaria como un todo, mediante la actuación con intencionalidad de los procesos sustantivos debe aportar a la educación desde la óptica de la ética pública, dado que esta disciplina auxilia el trabajo del colectivo, dando a conocer que perjudica o no. ¿Por qué la Ética Pública? Esta disciplina tiene que ver con el proceso mediante el cual todos los miembros de la institución cooperan al logro de normas y procederes conductuales que tienen una estrecha relación con la concordia colectiva y que configuran el comportamiento ulterior de los individuos que conforman la colectividad dada. Es una definición que es ajustable a todos los colectivos, por lo que incluye a la familia, la escuela y a la comunidad. De igual forma contiene en su esencia a los equipos deportivos que en la práctica, deben acceder hacia una gran familia y no siempre se constituyen en tales, debido a los problemas éticos que nos aquejan. Los equipos de la alta competencia cubanos proceden de los más disímiles parajes de la geografía de nuestro país y no siempre su procedencia obedece a un hogar funcional en todo el sentido de la palabra. Por sólo situar un dato, el 85 % de los jóvenes atletas de nuestros equipos nacionales en el Cerro Pelado y la Cardín proceden de hogares disfuncionales, lo cual no quiere decir que ello sea el elemento esencial para las conductas antiéticas que se observan en algunos atletas, pero si son una especie de complemento más existente entre ellos, que retocan en negativo dichas conductas. El hecho de que nuestros jóvenes atletas se hayan convertido en las personas adultas de los diferentes hogares dada su posición económica boyante, han conducido en parte al descuido en la asimilación de los problemas éticos, que son manejados por personas inexpertas, que están señalando el rumbo, sin tener la necesaria preparación sociológica para enfrentar las metas sociales a las que les depara el propio devenir.

Las exigencias no bien fundadas de la familia hacia los atletas conducen a estos a la comisión de actos que no siempre tienen una medida de corte ético, e incluso tientan el afán de lucro lo que denigra la moral propia y del colectivo, con el consecuente descrédito del sistema deportivo cubano en especial.

Problemas socioéticos más visibles en el deporte cubano. Enfoque crítico

La ética eleva la cultura en general de la sociedad, por cuanto como decía el Maestro, es la utilidad de la virtud, que se aprehende para ser virtuosos. Precisamente las nociones de la ética, que tienen que ver directamente con el perfil administrativo y tecnológico de los aspectos relacionados con el deporte cubano, cargan con una serie de problemas, dificultades e inconvenientes, que su análisis, se constituye en el puntal fundamental de este epígrafe del trabajo, en particular aquellos que guardan una estrecha relación con la educación de los valores en el seno de nuestro deporte. No resulta fácil llevar al lenguaje de la ciencia la explicitación de dichos aspectos, pero debe y tiene que ser una preocupación de los cientistas sociales de la rama, dedicarse a una temática que resulta no solo interesante, sino que es una esfera muy importante dado su elevado influjo entre niños y jóvenes. Los problemas que más significativamente se encuentran son los siguientes:

  • La ambición y el egoísmo.- Se ha desatado un inusitado apetito por lo material que el deber ser ha sido relegado por el ser del tener. Es una extrapolación a nivel micro de lo que acontece en los últimos tiempos a escala social, donde se muestra como un resquebrajamiento del espíritu de altruismo que caracterizó al deportista cubano y al cubano en general, como un ser admirable, capaz de darlo todo, a cambio de nada, cediéndole el paso, poco a poco, a las posiciones más individualistas y egocéntricas. La marcada tendencia a ese interés material por sobre los juicios de valor provenidos de la conciencia ideológica se han ido rezagando y han quedado como fenómenos prehistóricos.

La esfera del deporte, no ha escapado a este flagelo, y aunque se ve menos que en el plano social, dado el espíritu de equipo que se imprime a prácticamente todos los resultados deportivos, que conlleva a su vez, que el ambiente que se respire sea diferente, es decir, más proclive al colectivismo, al igual que en otras esferas de la vida social se están dando y proliferan manifestaciones de este corte.

  • La avaricia y la deshonestidad.- Resultante de las primeras enunciadas aquí y que son tan antiguas como la humanidad misma, se han profundizado de alguna manera estos vestigios, que ganan cada vez más adeptos, en su mayoría so pretexto de la real y no ficticia precariedad del cubano promedio actual. El deporte, no ha estado exento de estos flagelos conductuales y determinadas posiciones de nuestros atletas, entrenadores y directivos, se han debido precisamente a las debilidades y fallas encontradas en torno a la conducta ética. En estas se potencian otros elementos de los antivalores tales como la codicia y la envidia.

  • El desorden y la desorganización.- Ha sido un mal que entronizado en todo el país durante los difíciles años del periodo especial, también fue abarcando de cierto modo, la esfera del deporte en general. Sobrevino la desmotivación, el desinterés y la desidia y estos fueron conduciendo paulatinamente a los desarreglos que en la actualidad aún se aprecian. Una de esas consecuencias se hace visible en la situación de las instalaciones deportivas, las cuales no en todos los casos se debe a problemas materiales. En el Consejo de Ministros anterior pasado, el compañero Raúl llamaba la atención al respecto. Estas manifestaciones han originado la posibilidad de la introducción de la ineptitud de conjunto con la irresponsabilidad.

  • La insolencia y la falta de respeto.- La creencia por determinados atletas de que todos sus logros deportivos han sido el fruto del esfuerzo y el sacrificio personal, obviando el real y manifiesto apoyo de todo el país al desarrollo pleno y el despliegue de sus potencialidades, han derivado en aspectos conductuales realmente intolerables que rayan en la desfachatez y la descompostura, alcanzando hasta la falta de respeto y la agresividad respecto de los funcionarios y líderes deportivos. La disciplina que impone el deporte por sí mismo, se ha visto afectada por estas concepciones, que como se aprecia, nada tienen que ver con lo material y sí con lo formacional y educativo.

  • La deslealtad y la traición.- Posiciones que son estimuladas desde fuera, y que por tanto su connotación es diferente a partir de que estos antivalores han arreciado su presencia en el deporte cubano, debido entre otras cosas a las condiciones de vida a que el pueblo ha sido sometido por el duro embargo imperial y también por el bloqueo interno que tanto ha costado. Todo lo relacionado con la mercantilización del deporte, se inscribe en este contexto. Se precisa trabajar en los valores de fidelidad, sinceridad, lealtad, probidad, nobleza, confianza, entre otros.

  • La incompetencia y la incapacidad.- Muy vinculado al desorden y la indisciplina, se ha tomado su espacio la torpeza y la impericia. El oportunismo emparentado con un entramado organizativo que evidencia deficiencias y fallas, hace que los más aptos se alejen, en tanto se abren las puertas a los menos capaces, que posteriormente se dan el lujo de impedir el acceso a la destreza y el buen hacer por cualquier medio. Ejemplos se manifiestan en nuestro medio y de ahí que florezca por doquier la improvisación y la negligencia se han ido enseñoreando como resultado de la ignorancia y la ineptitud.

  • La complicidad y el soborno.- Finalmente un espacio para el fenómeno de la corrupción que se ha ido introduciendo en el deporte mediante el soborno y el juego amañado, con poco éxito en nuestros medios, pero que aunque no nos llega más que al tobillo, no se le puede dejar que levante la cabeza.

Todos estos vicios emanados del mismo seno de la sociedad anterior capitalista, con su propaganda consumista, ha encontrado refugio entre lo más puro de nuestra sociedad que es su niñez y su juventud y ha hallado recalo en ella, por la ingenuidad de unos y el dejar hacer de otros, como aquellos directivos, los cuales sin la preparación debida, fueron escalando en las posiciones del poder revolucionario, en los más cruciales años del periodo especial y al calor de la "batalla de ideas" que la apresaron y convirtieron en su cuartel general, lo cual les permitió hacer y deshacer a su antojo, todo lo que sus calenturientas cabezas predisponía, y ello fue objeto de análisis exhaustivo, dada la peligrosidad de la actuación.

A ello se unieron las profundas debilidades que se fueron acumulando en el sector educacional y en el seno de la familia, que les imposibilitó en la práctica, actuar como muro de contención recto y pundonoroso al desenfreno moral y social reinante.

Los acuerdos del VI Congreso del PCC, que se traducen de forma general en los Lineamientos económicos y sociales aprobados, están dirigidos a minimizar y erradicar estos defectos, que hacia el futuro auguran una lucha muy fuerte, sobre todo en el plano formacional de la ética y los valores. Es una batalla en la cual, las universidades tienen que estar en la primera fila del combate y de modo especial, la universidad del deporte, debido a lo que ha sido expuesto antes en lo referido al enorme arraigo que el mismo posee entre la grey infantil y juvenil.

Fueron premonitorias las palabras de Fidel cuando advertía sobre estos antivalores que posteriormente a su introducción, se hace muy difícil el poder acometerlos desde una posición estratégica bien argumentada. Esa alerta de Fidel ha contribuido a que estemos mejor preparados para ese combate, en el cual los aspectos de corte ético tienen mucho que hacer contra el subdesarrollo moral, que es la falta de las virtudes necesarias que requieren las personas para conducir por buenos derroteros al país. El código de ética no es potestativo de un solo sector, aunque para la educación signifique lo primero.

El deporte por su objeto social es un organismo formador, por lo que está urgido de ser conquistado por personas que dueñas de sí mismas, comprendan que los deberes sociales están por encima de todo, y que el bien público se ha de menester, debido a la escasez que en estos tiempos tenemos de él. Lo bueno y lo justo, en su diversidad, se han de imponer a la sociedad que no quiera perecer, por lo que la educación y el entrenamiento de los atletas cubanos deben estar impregnados de esta propuesta. Se sabe nuestros estudiantes en sentido general, no son buenos oyentes de estos temas y que más bien los rechazan e incluso los escuchan vanamente, lo cual está dado sobre todo por el desconocimiento que tienen de las acciones de la vida.

El fomento de la eticidad en la UCCFD como parte de la estrategia de extensión universitaria

La estrategia de extensión universitaria en la UCCFD está dirigida a buscar la integralidad añorada en los estudiantes de cultura física, no sólo mediante su inserción en las actividades que les conciernen como estudiantes de la carrera en sus diferentes esferas de actuación, sino como verdaderos ciudadanos de una patria nueva. Este propósito, no es privativo de la Universidad del Deporte solamente, sino que es una finalidad que intentan alcanzar de uno u otro modo, todas las universidades cubanas, según sus peculiaridades.

La extensión universitaria es un proceso sustantivo que vinculado a la docencia, la investigación y las actividades políticas e ideológicas en la comunidad universitaria y su entorno, tiende en su quehacer al desarrollo y despliegue de todas las potencialidades gnoseológicas, culturales, recreativas, deportivas y científicas de los universitarios en pos de la cultura general integral de los mismos.[9]

Las ideas del programa de extensión universitaria, y que sirven de base a la estrategia específica de la UCCFD, fueron esbozadas como tal por los doctores Mercedes González Larrea y Gil Ramón González y han sido retomadas para su diseño curricular y extracurricular a nivel de la Universidad del Deporte Cubano por el autor de este trabajo. Son ideas que requieren de su completamiento y profundización a cada nivel de la actuación de las universidades, pero que como sus mismos autores recomiendan, requieren de su instrumentación, con vista a su implementación. En este caso la UCCFD mediante el proyecto educativo en las diferentes brigadas marcha hacia adelante en este esfuerzo formacional. Su fin es intencionalizar mucho más el trabajo con el grupo estudiantil que es un llamado de la última reunión de vicerrectores de la esfera con el Ministerio de Educación Superior. Entre estas ideas se pueden resaltar las siguientes adecuadas a los fines e intereses del sistema deportivo cubano en su conjunto:

  • a) Atender rigurosamente la conducta de los estudiantes, educadores, entrenadores y directivos de la UCCFD y de los centros deportivos en los que brindamos servicio. Cada vez más debe prestársele atención al aspecto de la conducta ética de los que de cierta forma llevan hacia delante las riendas de la universidad. Ellos son un reflejo de lo que podrán hacer nuestros estudiantes más allá hacia el futuro. Se ha desatado en la universidad una apetencia por los viajes y por los elementos superfluos de corte material, que si bien hacen falta, sobre todo en estos tiempos, se ha perdido la moderación y la mesura lo cual tiene su impronta en los estudiantes y su conducta ulterior. El deber de ser cuidadosos hace responsables a cada uno de los encargados de la formación de los futuros profesores de la educación física y entrenadores de los equipos que representarán a Cuba en la arena internacional en todas las categorías. Este fenómeno es causa de que prácticamente ningún estudiante muestre inclinación hacia la esfera de actuación de la educación física y todos prácticamente se inclinen a las que propician rápidos ascensos de ese tipo, lo cual es pernicioso desde el punto de vista formativo.

  • b) Crear con carácter permanente la Cátedra de Ética en cuyos avances trabajó el profesor Pedro Rey Scarp, desde la cátedra martiana, pero que no se culminó. Su finalidad esencial sería la evaluación y difusión de los aspectos éticos y axiológicos del deporte, formando parte de la atención directa de la Rectoría. Su función básica estaría signada por el establecimiento y promoción de las normas de conducta, principios y valores éticos a seguir en las diferentes áreas de la universidad y del sistema deportivo en su conjunto. El complemento de actividades y tareas extensionistas a desarrollar estarían vinculadas a la participación de todos en un ambiente de pulcritud moral, donde los antivalores prácticamente, no tengan cabida y sean presas del repudio unánime de la comunidad universitaria. Su función será fortalecer la cultura axiológica de nuestra organización deportiva.

  • c) Destacar con intencionalidad de prevalecencia en el papel normativo los marcos jurídicos e imperativos del cumplimiento de los preceptos legales que contiene el Código de Ética del Deporte, inexistente hasta ahora. Actualmente en la Universidad, el existente, está ligado en su letra, tanto para estudiantes como para trabajadores, con algunas especificidades, vinculadas al deber ser, con escaso desemboque en la obligatoriedad moral del cumplimiento de los mandatos éticos. Eso permite flexibilizar las medidas a tomar que en su mayoría, a veces, son burladas ya que no se le presta atención en este sentido.

  • d) Explicitar mucho más en las actividades académicas, de superación, investigaciones y postgrados, las acciones extensionistas que desarrolla la universidad y el significativo papel de la cultura ética. Con marcado interés se han observado los postgrados que han sido propuestos por nuestra institución, así como los cursos, seminarios, el evento del centro de estudios (CETLHON 2012), el simposio anual sobre cultura física terapéutica entre otros, y aunque solo de soslayo estos temas reciben su tratamiento, no siempre se hurga en sus esencias y más bien queda relegado a un segundo nivel de la atención respecto de los demás temas, cualquiera que ello sea. En la mayoría de los casos no se favorece su tratamiento.

  • e) Especificar en la universidad el acercamiento a los valores del deporte cubano por cada especialidad deportiva, estableciendo el por qué de su significado dentro de ellos, su historia, logros y resultados. A partir de aquí los compromisos y metas que se pueden proponer. Es un problema a resolver el hecho de que los códigos establecidos en la actualidad no se diferencien mucho unos de otros, de manera que los jugadores de ajedrez, juramentan prácticamente con el mismo discurso que los de beisbol, lo cual aunque guarda una estrecha relación en el sentido del sistema deportivo como tal, se trata de dos disciplinas distintas, que son diferentes por sus motivos de juego y los intereses de competición tanto deportivos propiamente dichos como políticos y sociales.

  • f) Interiorizar los valores éticos como parte de la educación y el sentido de pertenencia de los miembros de la universidad y de los diferentes equipos del sistema deportivo. Precisamente en esta medida está el reto principal de todo el trabajo por el fomento de la cultura axiológica de los estudiantes, entrenadores, deportistas y profesores cubanos. Cómo modelar y convertir en una práctica cotidiana el deber ser, es decir, como aniquilar los vicios que se han ido alojando en el deporte y que son amenazas y debilidades que pueden conducirnos a problemas más serios. Para ello se requiere de la actuación de empuje de los especialistas que dominan estos temas y que al mismo tiempo se muestren didácticos para trasmitir los conocimientos y habilidades respectivas, y que mediante las dinámicas y técnicas de grupos se alcance la sensibilización deseada en esta dirección.

  • g) Estimular que la salida de todas las acciones extensionistas o de otra índole, tengan su sello en una cultura de la ética y de los valores como hilo conductor que atraviese todo el funcionamiento de la universidad y que se logre con este influjo, permear a los diferentes centros y equipos del sistema deportivo cubano. Un hombre bien entrenado sin valores éticos sostenidos, es un deportista derrotado. La enseñanza de la ética, sobre todo en estos tiempos, donde en muchos hogares de nuestros atletas, no se favorece el mejor trabajo en su favor, los centros educacionales y deportivos tienen que convertirse en ejes conductores del desempeño de sus estudiantes, atletas, abarcando también a los entrenadores y funcionarios del deporte en general. La ventaja que tiene tanto la universidad como los centros de entrenamiento para el deporte es la juventud de sus atletas, que ingresan a los mismos, como alumnos y desde las más tempranas edades, que son modificables en los comportamientos, lo cual quiere decir que se pueden alcanzar los propósitos deseados. No es tarde aún para ganar en las lecciones de ética que queramos introducir, ya que la ética penetra en todos los aspectos de la vida tanto sociológica, como personológica y deportiva. Ello presupone que en los planes de entrenamiento, en los planes de estudio, en los programas de formación de cada disciplina y asignatura, un espacio importante tiene que ser ocupado por todo el acervo cultural relacionado con la ética como cultura en pos de hacerlos virtuosos no solo en los músculos, sino también en el alma.

  • h) Establecer el sistema de censuras de los actos antiéticos y las sanciones ejemplarizantes mediante sus correspondientes reglamentos tanto para la universidad por ser la formadora de los futuros entrenadores de los equipos nacionales y provinciales de todas las categorías como en los centros deportivos de alta competencia. Es increíble el daño que provoca la impunidad. Existen probados casos de que se han dejado sin sancionar, por mirar hacia otro lado, debido a que por un motivo u otro los atletas son necesarios, y ese "perdón" ha traído más perjuicio que beneficio, por su impronta sobre el resto. Muchos oportunistas han visto estos actos como momentos para desenfrenar sus conductas reprimidas, por el convencimiento de que no les pasará nada.

  • i) Trabajar en la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte por la elaboración del Código de Ética del sistema en su conjunto, dado que la UCCFD es el alma mater del deporte cubano. Ella es al sistema deportivo cubano, lo que la Universidad de La Habana es a la cultura nacional. Nadie, medianamente cuerdo, podrá soslayar la notable influencia de ambas instituciones a la hora de la toma de decisiones o simplemente para un consejo sano alrededor de los modos de actuación específicos de nuestra sociedad. Lo mismo ocurre con el ISA, la CUJAE, la Universidad Pedagógica y otros centros de estudios reconocidos que conformarían un largo y valioso listado de instituciones. Todas ellas constituyen un caudal de conocimientos nada despreciable. Sin embargo, la última década del pasado siglo, vio el decrecimiento, al menos en la experiencia deportiva, de esa influencia, sobre todo al calor de posturas antiéticas, ligadas al "quítate tú para ponerme yo", vinculadas a la lucha por el relumbrón material.

Conclusiones

  • 1. La excelencia en los procesos sustantivos de la Universidad del Deporte no será alcanzada si no incorporamos a ello la formación de una conducta ética sólidamente establecida. El peligro de que tanto los profesores como los entrenadores y sus discípulos puedan manifestarse con un comportamiento no acorde a los principios de la ética, nos imposibilitará de la conquista de nuevas y superiores metas.

  • 2. La necesidad de combinar los aspectos técnicos docentes-deportivos y éticos está dada por los aportes que realiza la misma en el sentido de que cada uno de nosotros seamos virtuosos. La integralidad a la que se aspira en la universidad es en la práctica insostenible si no nos hacemos éticamente creíbles.

  • 3. La preparación de las universidades para enfrentar los vicios en el sentido de que no penetren a sus funcionarios públicos, así como a sus graduados como a sus discípulos, es una necesidad impostergable. De tal forma la batalla que se tiene que librar por el fomento de los principios éticos ocupa un primer espacio en la labor de los directivos de la Universidad del Deporte, tomando en cuenta que la ética no es una sumatoria de principios, sino un cambio de mentalidad en la actuación concreta.

Recomendaciones

Desarrollar el curso de postgrado[10]de la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte de forma sistemática en los diferentes centros de alto rendimiento del sistema deportivo cubano, y en particular en las EIDE que es donde comienza la formación cultural e integral de los deportistas cubanos.

Bibliografía

  • 1. Acosta G., L (2005) La formación de la cultura axiológica sindical de los estudiantes universitarios. (Tesis en opción del título de Doctor en Ciencias Filosóficas). Universidad de La Habana.

  • 2. __________ (1997) Teoría y Práctica en la Educación Avanzada (Tesis en opción del título de Máster en Ciencias de la Educación avanzada). Universidad de Ciencias Pedagógicas "Enrique J. Varona" La Habana.

  • 3. __________ (1998) Proceso de Intervención a trabajadores de la Educación en las condiciones de trabajo y salud. Revista "Con Luz Propia". SNTECD

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  • Partes: 1, 2
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