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Los umbrales de la Semántica y la Pragmática (página 3)

Enviado por Carlos J. Sanchez


Partes: 1, 2, 3

En el primer caso, el verbo cumple la acción que se hace una vez dicho; únicamente a través de la palabra "juro". En el segundo se hace exactamente lo que se dice.

Austin señala que los actos realizativos al expresarse en las circunstancias apropiadas no describen ni significan que sean verdaderas o falsas, ni mucho menos ejecutar la acción de un enunciado al expresarse, sino que tiene que existir una relación concreta entre decir y hacer para que las expresiones sean adecuadas al emitirse, puesto que el hecho de expresar las palabras es la parte principal en la realización del acto realizativo.

En el segundo planteamiento, Austin observa que la acción de un enunciado puede ser llevado a cabo sin la utilización de las expresiones realizativas, por lo que las circunstancias que incluyen estas otras acciones deben ser las adecuadas. Debido a que algunos de los "realizativos" tales como "te prometo", deben ser dicho con seriedad y tomado por el oyente de la misma manera, porque de lo contrario el sentido de lo que se expresa cambiaria. En el caso particular del realizativo "prometer", como ocurre en muchos otros, es apropiado que la persona que expresa la promesa tenga una determinada intención para cumplir o no con su palabra.

Como se puede ver, el carácter intencional es uno de los temas que Austin incluye en su teoría.

En el tercer planteamiento, Austin intenta clasificar los tipos de casos en donde no se cumple la comunicación, esperando descubrir cuáles son las condiciones que deben existir para evitar el fracaso de un enunciado, puesto que los "realizativos" no son verdaderos ni falsos; serán adecuados o inadecuados sino se producen en contexto apropiados. El autor desarrolla la teoría de los infortunios para hacer su respectivo análisis.

Teoría de los infortunios.

Según, Austin la teoría de los infortunios debe estar fundamentada de la siguiente manera.

  • Tiene que haber un procedimiento convencional aceptado que posea cierto efecto convencional; dicho procedimiento debe incluir la emisión de ciertas palabras por parte de ciertas personas en ciertas circunstancias.
  • En un caso dado, las personas y circunstancias particulares deben ser las apropiadas para recurrir al procedimiento particular que se emplea.
  • El procedimiento debe llevarse a cabo por todos los participantes en forma correcta. Y en todos sus pasos; en aquellos casos en que, el procedimiento requiera que quienes lo usan tengan ciertos pensamientos o sentimientos, o está dirigido a que sobrevenga cierta conducta correspondiente de algún participante, entonces quien participa en él y recurre así al procedimiento debe tener en los hechos tales pensamientos o sentimientos, o los participantes deben estar animados por el propósito de conducirse de manera adecuada, y además, los participantes deben comportarse efectivamente así en su oportunidad. Austin, advierte que si violan una de estas reglas, la expresión realizativa será infortunada o inadecuada.

Austin, en el desarrollo de su teoría, hace énfasis en las dos últimas definiciones, resaltando algunos aspectos como los sentimientos, pensamientos e intenciones, los cuales son determinantes para que un acto comunicativo sea afortunado dentro del marco de la sinceridad, ya que el proceso comunicativo puede ser afortunado pero insincero.

A continuación, se presentan algunos ejemplos en los que no se tienen los sentimientos, pensamientos e intenciones de que el acto comunicativo sea sincero.

  1. "Te felicito", dicho cuando una persona no se siente complacida y quizás fastidiada.

  2. Sentimientos.

    "Te aconsejo hacer esto", dicho cuando no se piensa que el acto o actitud aconsejado será beneficioso para quien recibe el consejo.

  3. Pensamiento.
  4. Intenciones.

* "Te prometo", dicho cuando no se propone hacer lo que promete.

* "Declaro la Guerra", dicho cuando no se tiene intenciones de luchar.

Para Austin, en estos ejemplos se da la insinceridad, la cual configura un elemento esencial en el mentir y que es una cosa distinta de lo que se considera meramente decir algo falso. Asimismo el autor, para darle mayor poder explicativo a su teoría, analiza tres de las muchas formas en la que un enunciado implica la verdad de otros. Austin dice que estas son algunas de las formas con las cuales se puede errar y hablar abusivamente de la veratitividad de los enunciados.

  1. De "todos los hombres que se sonrojan" sólo "algunos hombres se sonrojan".Es decir, que de todos los hombres que hay, algunos de ellos se sonrojan. No se puede decir "todos los hombres se sonrojan", pero algunos hombres no se sonrojan.

    Austin dice que todos estos casos de la primera cláusula se sigue la contradictoria de la segunda. Estos ejemplos de contradicción se han venido estudiando desde hace mucho tiempo por ser la manera de demostrar la verdad de ciertos enunciados.

  2. Implica lógicamente.

    El hecho de que alguien diga "el gato está sobre el felpudo" implica realmente que ese alguien cree que está allí. No se puede decir "el gato sobre el felpudo pero no lo creo".

  3. Implica.
  4. Presupone.

"Todos los hijos de Juan son calvos", presupone que Juan tiene hijos. No se puede decir "Juan no tiene hijos y todos sus hijos son calvos".

Según Austin, en muchos de estos casos es donde se fundamentan los estudios de la teoría de la verdad y falsedad del lenguaje.

Por último, Austin, en el desarrollo de su teoría, profundiza su reflexión al descubrir que existen enunciados realizativos que no aparecen en primera persona del singular del presente indicativo. Asimismo, señala que un gran número de expresiones en primera persona del singular del presente indicativo no son enunciados realizativos, como se puede ver a continuación.

a.- Enunciados realizativos que no poseen la primera persona del singular del presente indicativo.

  1. "Por la presente usted está autorizado a pagar".
  2. "Se advierte a los pasajeros cruzar las vías por el puente".

b.- Enunciados con la primera persona del singular del presente

indicativo que no son realizativos.

  1. "Apuesto todas las mañanas diez pesos a que va a llover".
  2. "Prometo únicamente cuando me propongo cumplir con mi palabra".

Estas reflexiones conllevan a Austin a determinar que una forma gramatical se puede adecuar a diferentes tipos de acciones por lo que la forma imperativa del verbo hacer (¡hazlo!) puede utilizarse para ordenar, autorizar, recomendar entre otros, dependiendo del modo, las circunstancias y la correspondencia del manejo del contexto por parte de los interlocutores.

Finalmente, Austin tomando en cuenta las circunstancias que están presentes en el momento que se emite un enunciado, llega a la conclusión que decir algo tiene que ser siempre hacer algo, por lo que plantea una visión mucho más amplia sobre el proceso que se cumple cuando se hace la enunciación, desarrollando la teoría de los actos de habla, de la siguiente manera:

Actos de habla, según Austin.

1).- Acto locucionario:

Este es el que se cumple en el momento que se dice algo. Para que el acto de decir algo se lleve a cabo es necesario que ocurran tres tipos de actos diferentes.

Acto Fonético: Este consiste en la emisión de ciertos ruidos o

sonidos de una lengua determinada.

Acto Fático: Este consiste en la emisión de ciertos términos o

palabras adecuado a ciertas gramáticas.

Acto Rético: Este se refiere a la emisión de las expresiones con

ciertos sentidos y referencias definidas, es decir

un significado determinado.

2).- Acto ilocucionario. Éste está determinado por la manera

en que se está usando la locución.

Austin, confirma que realizar un acto "locucionario" es llevar a cabo un acto ilocucionario, el cual tiene que ver con la forma en que se utiliza el enunciado en el momento de expresarlo.

Los planteamientos de Austin modificaron la teoría tradicional del significado (semántica), la cual había supuesto la existencia de un solo significado: el proposicional, que tiene que ver con la idea que se transmite. Austin introduce el significado funcional-contextual el cual denominó Fuerza Ilocucionaria que tiene que ver con el valor intencional del enunciado en cuanto a la acción.

3.) Acto Perlocucionario. Éste se refiere a los efectos que

se producen por la manera en que

un acto locucionario es realizado.

Para Austin decir algo produce consecuencias o efectos sobre los sentimientos o acciones de quienes escuchan. Es decir, cuando se dice algo se puede transformar el contexto en donde ocurre el acto lingüístico.

Por lo antesmencionado, se puede afirmar que para que exista o se lleve a cabo un proceso comunicativo es necesario, el componente convencional y contextual del significado. Puesto que sobre la forma gramatical que representa una lengua es que ocurren los cambios de significado provocados por el contexto o la intencionalidad de los hablantes en un acto comunicativo.

En tal sentido, se puede asumir que el significado concreto de un signo en un acto comunicativo se debe a la participación conjunta de los componentes convencionales y contextuales del lenguaje.

En conclusión, se puede afirmar que cuando se enuncia algo, el acto locucionario, ilucucionario y el perlocucionario se ejecutan simultáneamente, puesto que el uso de una forma gramatical puede adquirir diferentes tipos de sentidos dependiendo de la intencionalidad del locutor y el medio donde se produzca la comunicación.

En definitiva, Austin, para extraer el significado del signo se apoya en el aspecto convencional o gramatical de una lengua así como también en la relación del mismo con los hablantes, en un contexto determinado, donde la intencionalidad define lo que se quiere expresar o comunicar.

Hasta aquí se presentan algunos de los tantos planteamientos realizados por Austin en su enfoque teórico del lenguaje. A continuación, se mostrarán los aportes más importantes de Searle para esta investigación.

Searle (1980), apoyándose en las ideas de Austin, señala que la unidad mínima de la comunicación lingüística es la producción y emisión de símbolos, palabras y oraciones al realizar el acto de habla y no la mera representación gramatical. Del mismo, expresa que hablar un lenguaje es tomar parte en una forma de conducta altamente compleja, por lo que aprender y dominar un lenguaje es aprender y haber dominado esas reglas, cuyo dominio es parcialmente descrito y manifestado en las caracterizaciones lingüísticas del hablante.

En el mismo sentido, Searle señala que un estudio adecuado de los actos de habla, es un estudio de la lengua, puesto que la comunicación no sólo incluye actos de habla, ya que, cualquier cosa que quiera ser dicha puede ser dicha aunque un lenguaje determinado no tenga una sintaxis o un vocabulario rico para su expresabilidad.

En consecuencia, se puede decir, que Searle en su teoría, asume que la parte gramatical es importante en el proceso comunicativo, porque es la forma convencional conocida por los hablantes para representar los enunciados, pero al final de los casos lo que decide el acto comunicativo concreto es el contexto. En tal sentido para Searle no puede haber dos estudios semánticos distintos. Es decir, el estudio de los significados de oraciones y estudio de las realizaciones de los actos de habla, puesto que la noción del significado convencional de una oración en un cierto contexto constituye la realización de un acto de habla particular. Además, el autor agrega que una oración expresada a través de los actos de habla no determina de manera definitiva el significado, debido a que un hablante puede querer significar más de lo que efectivamente dice.

En conclusión, se puede decir que cada acto de habla corresponde a una determinada estructura gramatical, pero que es el contexto el que determina en todos los casos el significado, puesto que no siempre se pretende decir lo que se dice. Asimismo, se puede agregar que el significado no se produce de forma aislada sino con la acción simultánea, tanto del aspecto convencional como el contextual.

En tal sentido, el autor de esta investigación demarca la diferencia entre el significado convencional determinado por el contenido de la oración, y el significado contextual determinado por la intencionalidad y el contexto donde se produce, como se verá a continuación, a través de los siguientes ejemplos:

Enunciado Significado Signíficado

Contextual Oracional

El tanque esta full———-Ya comí ——-El tanque esta lleno

Voy a sembrarlo ———-Lo mataré —-Yo voy a sembrarlo ¡Está! Bien, ¡Aristóteles! —–Eres inteligente — Tu tienes razón

O no sabes nada

¡Llegaron las diablas! —- Comenzó la rumba —–Las chicas llegaron

¡Muérete, vi a Pedro! —-¡Sorprendente!, vi a Pedro —¡Muérete!, yo vi a Pedro

¡Estás en las nubes —— Estas bobo, no sabes nada —Tú estás en las nubes

No copié — No entendí –Yo no copié en el cuaderno

Hijo el diablo —- Denota; regaño, impresión —Hijo del diablo

Broma.

De acuerdo con estos ejemplos, se puede determinar que todos los enunciados pueden ser representados por las estructuras convencionales de la lengua, pero con la salvedad de que el significado literal (convencional) de las oraciones no significa lo que los enunciados quieren decir. En este sentido, sí se puede hablar de la existencia de dos tipos de significados, tal como lo plantea Searle a continuación.

Actos de habla, según Searle.

Searle distingue dos elementos en la estructura sintáctica de la oración. El indicador proposicional determinado por el contenido expresado en la oración y el indicador de la fuerza ilocucionaria, la cual muestra el sentido en que debe expresarse la proposición u oración, tal cual como se muestra a continuación a través del siguiente planteamiento.

  • Juan fuma habitualmente.
  • ¿Juan fuma habitualmente?
  • ¡Juan fuma habitualmente!
  • Pluguiese al cielo que Juan fumara habitualmente.

Searle concluye que el hablante, al emitir cualquiera de estas oraciones, está diciendo algo y no meramente profiriendo palabras, por lo que emitir un enunciado u oración significa que el hablante está haciendo una aserción o enunciación, planteando una pregunta, dando una orden, por último, expresando un anhelo.

Searle asume que emitir cualquiera de las cuatros oraciones el hablante está realizando tres géneros distintos de actos de habla.

  1. (morfemas, oraciones)

  2. Acto de Emisión. Éste se refiere a la emisión de palabras

    referir y predicar.

  3. Acto Proposicionales. Éste tiene que ver con el acto de
  4. Actos Ilocucionarios. Éste se refiere al modo con que se

hace una enunciación. Puesto que se

enuncia, pregunta, manda y promete.

Para Searle, los actos de emisión son actos que consisten simplemente en emitir secuencias de palabras. Y los actos ilocucionarios y proposicionales consisten en emitir palabras dentro de oraciones, en ciertos contextos bajo ciertas condiciones e intenciones. Asimismo, el autor distingue en el acto ilocucionario el contenido proposicional y la manera con que se lleva a cabo el acto ilocucionario. En otras palabras, el autor lo que trata de explicar es que todo acto ilocucionario, el cual se refiere al sentido intencional o contextual con que se expresa un enunciado, ocurre sobre el contenido proposicional. Pero que el hecho de que el acto ilocucionario se fundamente sobre el acto proposicional, no es razón para decir que el acto proposicional es un acto ilocucionario.

Para propósito de esta investigación se puede afirmar que Searle hace una distinción entre el componente convencional y el componente intencional cuya participación conjunta hacen posible la existencia del significado concreto del signo en un acto comunicativo.

Condiciones adecuadas del acto ilocucionario.

Por otra parte, Searle define las condiciones adecuadas para llevar a cabo el tipo de acto ilocucionario que tiene que ver con el dar una orden, de la siguiente forma:

  1. Condiciones preparatorias, se refiere a que el hablante esté en posición de autoridad sobre el oyente.
  2. Condiciones de sinceridad, consiste en que el hablante desea que se lleve a cabo el acto ordenado.
  3. Condiciones esenciales, tiene que ver con el hecho de que el hablante intenta que la emisión del enunciado haga que el oyente lleve a cabo el acto que se le ordena.

Taxonomía de Searle.

Del mismo modo, Searle propone las leyes mediante las cuales ocurren los actos ilocucionarios, como se presentan a continuación.

  1. Siempre que se específica algún estado psicológico en la condición de sinceridad, la realización del acto cuenta siempre como una expresión de ese estado psicológico. Esta ley vale independientemente de si el acto es sincero o insincero, esto es independiente de si el hablante tiene no efectivamente el estado psicológico expresado.
  2. La inversa de la primera ley consiste en que solamente cuando el acto cuenta con la expresión de un estado psicológico es posible la insinceridad. No se puede, por ejemplo, saludar o bautizar insinceramente, pero sí se puede enunciar o prometer insinceramente.
  3. Mientras que la condición de sinceridad nos dice lo que expresa el hablante al realizar el acto, la condición preparatoria nos dice lo que éste implica al realizar el acto. Es decir, al realizar cualquier acto ilocucionario, el hablante implica que las condiciones preparatorias del acto se satisfacen, ejemplo. Cuando se hace un enunciado, implica que tiene que ser respaldado, cuando se hace una promesa implica que la cosa prometida interesa al oyente, cuando se da las gracias, implica que ha sido beneficioso para el hablante.
  4. Es posible realizar el acto sin invocar un dispositivo indicador explícito de la fuerza ilocucionaria cuando el contexto y la emisión clarifican que se satisface la condición esencial, cómo por ejemplo: "Te lo haré", será considerada como una promesa en cualquier contexto en el que sea obvio que al decir esta oración se está aceptando o asumiendo una obligación. De hecho rara vez se necesita decir explícitamente "Yo prometo".
  5. Donde quiera que la fuerza ilocucionaria de una emisión no sea explícita, puede siempre hacerse explícita. Constituye esto una instancia del principio de expresabilidad, el cual enuncia que cualquier cosa que pueda querer decirse puede decirse. Desde luego, un lenguaje dado puede no ser lo suficientemente rico para permitir a los hablantes el decir todo lo que quieren decir, pero en principio no existen barreras para enriquecerlo. Otra aplicación de esta ley consiste en que cualquier cosa que pueda ser implicada puede decirse, y que no puede decirse sin implicar otra cosa.
  6. El solapamiento de condiciones muestra que ciertos géneros de actos ilocucionarios son, en realidad, casos especiales de otros géneros; plantear preguntas es en realidad un caso especial de petición, pedir información (pregunta real) o pedir que el oyente exponga conocimiento (pregunta examen).
  7. La regla esencial para las peticiones consiste en que la emisión cuente con un intento de hacer que "X" haga algo, entonces la regla de contenido proposicional ha de influir la conducta futura de "X".
  8. Las nociones de fuerza ilocucionaria y diferentes actos ilocucionarios incluyen en realidad diversos principios de distinción completamente diferentes. En primer lugar, está el objeto o propósito del acto (la diferencia entre un enunciado y una pregunta), segundo lugar, la diferencia entre una petición y una orden; en tercer lugar, el grado de compromiso que se asume, es decir, la diferencia entre una mera expresión de intención y promesa; en cuarto lugar la diferencia en el contenido proposicional, es decir, la diferencia entre predicciones e informes; en quinto lugar, la diferencia en el modo en que la proposición se relaciona con el interés de H y O, es decir la diferencia entre jactancia y lamentos, entre consejos y predicaciones; en sexto lugar, los posibles estado psicológicos expresan (la diferencia entre una promesa que es una expresión de intención, y un enunciado que es una expresión de una creencia); en séptimo lugar, los diferentes modos en los que una emisión se relaciona con el resto de la conversación (la diferencia entre replicar simplemente a lo que alguien ha dicho y hacer una objeción a lo que él ha dicho).

De acuerdo con las condiciones mediante las cuales se lleva a cabo un acto ilocucionario y las leyes bajo las cuales ocurren, tal como lo plantea Searle, arrojan luces sobre el significado, lo que implica que el factor psicológico es el eje principal para que el signo sea significativo. Es decir, para llevar a cabo un proceso comunicativo es necesario que los hablantes tengan una actitud psicológica intacta, puesto que deben tener su juicio a plenitud, para poder hacer uso lógico de lo que las palabras significan convencionalmente y que al mismo tiempo puedan reconocer que dichos significados a los cuales se refieren pueden cambiar de sentido por el modo con que se enuncia en contextos diferentes.

Finalmente se puede concluir que Searle, entre sus planteamientos teóricos desarrolla tres aspectos importantes, los cuales son fundamentales para la nueva concepción pragmática del lenguaje. El primero está referido a la clasificación de los actos de habla, determinando las clases fundamentales de las acciones que se pueden presentar mediante la utilización de los enunciados. La segunda, tiene que ver con la definición de las condiciones adecuadas que deben existir para que un acto ilocucionario se lleve a cabo. Y por último la definición de las leyes bajo las cuales ocurren los actos ilocucionarios.

Hasta aquí se ha hecho un resumen de los planteamientos más importantes de Searle. A continuación, se conocerán los aportes más importantes de Grice en los estudios del lenguaje.

Grice (1975) fundamenta sus investigaciones en el análisis de las conversaciones que se desarrollan en la vida diaria, tratando de encontrar las reglas tácitas existentes que de alguna manera facilitan la comunicación entre los seres humanos.

Al respecto, el autor señala que los intercambios comunicativos no consisten en una sucesión de observaciones inconexas, sino que en cierta medida son esfuerzos de cooperación, donde cada participante reconoce de algún modo, un propósito o propósitos aceptados tácitamente por todos. Asimismo, el autor aclara que en cada situación algunas de los posibles convencionalidades lingüísticas serían rechazadas por inapropiadas lo que conllevaría a formular un principio general, el cual es el que se supone que observan los participantes: haga que su contribución a la conversación sea la requerida por el propósito a la dirección del intercambio comunicativo en el cual se está involucrado.

Por lo planteado, se puede decir que para que un proceso comunicativo se cumpla es necesario no sólo la transmisión del contenido literal de la expresión sino que es importante que el oyente reconozca la intención del hablante en el momento que se expresa.

Grice, para desarrollar sus planteamientos propone, en primer lugar, una serie de principios, los cuales, para él, son aceptados tácitamente por quienes sostienen una conversación. En segundo lugar, plantea el estudio de las inferencias pragmáticas como lo son las implicaturas conversacionales y las presuposiciones. Asimismo, considera las implicaturas convencionales.

En la primera parte, Grice desarrolla el principio de cooperación de la siguiente manera.

Principios de cooperación:

Cantidad: Se relaciona con la cantidad de información que

debe darse, tomando en cuenta las siguientes

máximas.

  • Que su contribución sea todo lo informativa que requiera el propósito.
  • Que su contribución no sea más informativa de lo necesario.

Cualidad: Que su contribución sea verdadera.

  • No diga algo que crea falso.
  • No diga algo de lo que no tenga prueba suficiente.

Relación:

  • Diga cosas relevantes. Es decir, que se relacionen con lo que se esta hablando.

Modalidad:

  • Evite la oscuridad de expresión.
  • Evite la ambigüedad.
  • Sea breve.
  • Sea ordenado.

En el mismo orden se puede decir que Grice distingue entre lo que un hablante dice y lo que quiere significar. Lo que se dice tiene que ver con el contenido proposicional y lo que se quiere decir corresponde al sentido contextual del enunciado, el cual recibe el nombre de inferencias pragmáticas, ya que es lo que se encuentra implícito en lo que se dice.

Entre los tipos de inferencias que se pueden nombrar, nos encontramos con las implicaturas convencionales y las conversacionales.

Implicaturas convencionales.

Éstas son las que se derivan de los significados literales de las palabras. Ejemplo:

  • Era pobre, pero honrado

Según Grice, en esta enunciación se produce una implicatura convencional, ligada al significado léxico de pero.

En mi opinión, desde el punto de vista gramatical se puede ver que existe una conjunción que denota una contradicción en la oración. Pero la conjunción necesita del contexto para determinar el momento cuándo se dice, porqué se dice, dónde se dice, quién lo dice y con qué intención se dice.

Implicaturas conversacionales.

Éstas son las que se generan en un contexto por el uso de los elementos deícticos (él, su, mi, donde, aquello, entre otros). Para Grice, este tipo de inferencias son las que se producen durante el intercambio comunicativo por parte de los hablantes en un contexto determinado, por lo que están regidas por los principios de cooperación.

Con respecto a los planteamientos de Grice, se puede concluir que el investigador no sólo hace una distinción entre el componente convencional y contextual del significado, sino que a través de los principios de cooperación, que tienen que existir para que un acto comunicativo sea certero, describe el estado psicológico que se debe tener para interactuar en un proceso comunicativo. Quién diga algo fuera de estos principios evidentemente no está psicológicamente acto para protagonizar un acto comunicacional, lo que conlleva a pensar definitivamente, que son lingüísticos todos aquellos elementos internos de un sistema de lengua, así como también los elementos extralinguisticos, ya que éstos, intervienen en la formación del significado concreto en un contexto determinado.

Hasta aquí hemos examinado brevemente algunos de los planteamientos de Grice. A continuación, se expondrán algunos de los criterios teóricos de Sperber y Wilson con respecto a las inferencias.

Ostención e inferencias.

Sperber y Wilson (1986 en Escandell 1993) expresan que la comunicación humana pone en funcionamiento dos tipos de mecanismos diferentes; uno basado en la codificación y decodificación, y el otro fundamentado en la ostensión (que significa hacer ver, en latín) y las inferencias. Los autores señalan que, al igual que lo son codificación y descodificación, ostensión e inferencia son dos caras de la misma realidad, y se refieren, respectivamente, a la producción y a la interpretación de evidencias o pruebas.

Los humanos nos comunicamos por medios diferentes: el primero es de tipo convencional, y consiste en utilizar correspondencias constantes y previamente establecidas entre señales y mensajes; el otro es de naturaleza no convencional, y se basa en atraer la atención del interlocutor sobre algún hecho concreto para hacerle ver e inferir el contenido que se quiere comunicar. Se denomina ostensivo a cualquier comportamiento que hace o manifiesta la intención de hacer manifiesto algo. La inferencia es el proceso por el cual se otorga validez a un supuesto sobre la base de la validez de otro supuesto.

En la comunicación ostensivo-inferencial el que comunica produce un estímulo ostensivo que hace mutuamente manifiesto a él y al otro que, por medio de dicho estímulo, está tratando de hacer manifiesto a un conjunto de supuestos. El estímulo ostensivo atrae la atención del otro y la enfoca en la intención del emisor, tratando de revelar cuál es esa intención, cómo por ejemplo, si una persona quiere comunicar a otra que tiene calor, puede hacerlo de muchas maneras diferentes.

La codificación puede consistir en emitir un enunciado como "tengo calor". Para descifrar el mensaje, el interlocutor no tiene más que conocer el valor que el código asigna a esa particular secuencia de fonemas. Pero, imaginemos ahora que el mismo individuo, sin pronunciar palabras, comienza a abanicarse exageradamente con la mano o con un periódico, o que se desabrocha visiblemente el cuello de la camisa o que se sube teatralmente las mangas hasta más arriba del codo. En todos estos casos se ha producido diferentes tipos de estímulos que, sin duda, atraen la atención del otro. Todos ellos son reacciones normales al calor. Por lo tanto, se puede pensar que la persona tiene calor. Pero ninguno de estos estímulos está convencionalmente asociado a un mensaje concreto. De hecho, uno puede abanicarse porque le falta aire o porque cree que va desmayarse; uno puede desabrocharse el cuello de la camisa porque le apreta.

Para que la comunicación se lleve a cabo con éxito, la persona a la que va dirigido el estímulo tiene que darse cuenta de varias cosas:

  • De que se trata de un estímulo intencional.
  • De que dicho estímulo va dirigido a ella.
  • De que es una modificación del entorno hecha concientemente para atraer sobre algún conjunto de hechos.

A partir de ese primer reconocimiento de que existe una intención comunicativa, debe inferir:

  • Qué información está siendo señalada; y
  • Con qué intención está siendo señalada.

La comunicación ostensiva consiste, por lo tanto, en crear muestras, pruebas o evidencias que atraigan la atención sobre un hecho o conjunto de hechos para comunicar que algo, es de una determinada manera, con la intención de que el otro infiera a qué realidad se está haciendo referencia y con qué objetivo. De este modo, la ostención proporciona dos niveles de información diferentes; por una parte, la información que ha sido directamente señalada, es decir aquella cantidad de hecho sobre lo que se ha tratado de atraer la atención del interlocutor; y por otra, la información de que los hechos han sido intencionalmente señalados.

Para que el proceso de la comunicación tenga éxito no basta con que el oyente conozca y reconozca el significado lingüístico codificado; es imprescindible que sea capaz de inferir cuál es el significado que el emisor le quiere transmitir.

Uno de los aspectos más destacados de la teoría de la relevancia es el que se refiere al cálculo de las inferencias por parte del destinatario. La inferencia es el proceso que nos hace aceptar como verdadero un supuesto sobre la base de la verdad de otro supuesto. Ello implica que la inferencia es un proceso que crea un supuesto en cada uno de los pensamientos que un individuo tiene catalogados como representaciones del mundo real.

Hasta aquí se ha hecho un resumen de los planteamientos más importantes que echaron los cimientos para que la pragmática asumiera un enfoque mucho más amplio en los estudios del significado y del lenguaje en general.

En resumen, después de revisar y analizar las diferentes investigaciones realizadas por Austin, Searle, Grice, Sperber y Wilson, se puede decir una buena definición amplia de la pragmática, sería aquella, cuyos estudios se fundamenten tanto en el significado que se denota por convencionalidad como el significado que se connota por la intencionalidad o contexto donde se produce el acto comunicativo.

En tal sentido, Levinson (1988) hace dos importantes definiciones de la pragmática. En la primera, la autora concluye que el término pragmática abarca tanto los aspectos de la estructura del lenguaje dependiente del contexto como los principios del uso del lenguaje y su comprensión. Pero tratando de excluir la sociolingüística y la psicolinguistica de la definición pragmática, se queda sólo con el aspecto lingüístico y propone que la pragmática sea el estudio de aquellas relaciones entre el lenguaje y el contexto que están gramaticalizadas, o codificadas en la estructura de una lengua. Esta primera definición según la autora restringe la pragmática al estudio de ciertos aspectos de la estructura lingüística como las investigaciones de las deixis, presuposiciones y los actos de habla, excluyendo el estudio de aquellos principios del uso del lenguaje que no demuestran tener repercusiones en la gramática de una lengua, tal cual como las implicaturas conversacionales.

De acuerdo con lo planteado, Levinson asume que muchos estudiosos de la pragmática no estarían de acuerdo con tal definición y profundiza su investigación a través del análisis de una serie de oraciones y concluye que la información convencional no siempre dice lo que el hablante pretende comunicar, ya que cuando se lleva a cabo un proceso comunicativo existe en el contexto un gran numero de inferencias que actúan en la enunciación dependiendo de lo que el hablante quiere expresar. Es así como la autora incluye en el ámbito de los estudios pragmáticos las implicaturas conversacionales como elementos fundamentales que intervienen en un proceso comunicativo y que estos no están codificados convencionalmente.

Tomándose en cuenta el planteamiento teórico de Levinson, se puede decir que la sociolingüística y la psicolingüística como elementos extralinguisticos también son lingüísticos, ya que éstas ayudan a definir el significado del signo en cualquier contexto donde se produzca considerando la manera e intención con que se lleva a cabo el proceso comunicativo, tal cual como lo expresa Reyes (1990), quien señala que la pragmática lingüística estudia la lengua en uso, es decir los procesos por medio de las cuales los seres humanos producen e interpretan significados cuando se usa el lenguaje.

Respecto a lo anteriormente dicho se puede exponer que uno de los factores que le dan fuerza a la nueva concepción pragmática como ciencia del significado, lo constituye su perspectiva de análisis, ya que toma en cuenta la convencionalidad lingüística y todos los elementos de índole extra-lingüísticos que de alguna manera influyen en la representación gramatical del significado convencional. En otras palabras la pragmática, considera todos aquellos aspectos a los que no se le puede hacer un estudio puramente gramatical: nociones como la del emisor, intención comunicativa, contexto verbal, situación o conocimiento de mundo, Escandell (1993).

Habiendo analizado el alcance teórico de la nueva concepción pragmática, se puede delinear los umbrales entre el componente convencional y el componente contextual, los cuales se entrecruzan en la parte interna del significado del signo para resultarlo en un acto de comunicación concreta.

Limites del alcance convencional y contextual del significado en la nueva concepción pragmática.

Después de revisar y analizar algunos de los planteamientos más importantes de las investigaciones convencionales y contextuales del significado antes y después de Austin, se puede concluir que no sólo se puede dibujar su frontera, sino que se palpa una existencia dependencia o subordinación de la convencionalidad lingüística ante la fuerza pragmática del lenguaje. Por lo que es necesario recurrir nuevamente a los planteamientos de Austin (1982).

Subordinación del componente convencional ante el poder contextual y usanza del lenguaje.

Según Austin (1982) señala que el lenguaje ordinario no puede tener la pretensión de ser la ultima palabra, si es que existe tal cosa. Pero incorpora, realmente, algo mejor que la metafísica de la edad de piedra, a saber, y como se dijo: la experiencia y la agudeza heredada de muchas generaciones de hombres. Ahora bien, esa agudeza se ha centrado primariamente en las ocupaciones prácticas de la vida. Si una distinción funciona para los propósitos prácticos de la vida ordinaria, lo cual no deja de ser una enseñanza, pues incluso la vida ordinaria está llena de cosas difíciles, entonces es seguro que algo tiene que haber en ella, aunque es de esperar que no sea la mejor forma de ordenar las cosas si nuestros intereses son más amplios o más intelectuales que los ordinarios. Como se puede ver, el autor señala que el lenguaje ordinario no es la última palabra, ya que puede ser complementado, mejorado y sustituido, es decir, el lenguaje ordinario a pesar de no ser perfecto, es la máxima expresión en la adquisición del conocimiento cotidiano. Asimismo, se puede afirmar que el lenguaje es usado por los miembros de una comunidad, porque este es significativo durante el proceso de comunicación.

En tal sentido, se puede decir que cuando el hombre empezó a plantearse la razón de las cosas a través de las diferentes ciencias que estaban emergiendo, se hizo necesario crear un código general de un determinado lenguaje, convencionalizando la denotación del significado literal de los signos y la forma más usada, bajo la cual el orden de los signos eran expresados. Es decir, el orden más utilizado por los hablantes de una lengua, lo que se conoce como gramática.

En conclusión, la base principal de la convencionalizacion lingüística y científica del signo no es más que la existencia de la convencionalizacion tácita del lenguaje corriente, la cual es producto de su usanza por los hablantes de una lengua determinada.

En definitiva, se puede señalar que a pesar de la relación gramatical entre una oración y un enunciado. Estas poseen en lo más profundo una separación radical, debido a que una estructura gramatical existe no porque el hombre arbitrariamente dice que esta es la forma de agrupar palabras para enunciar algo con sentido, sino que las diferentes formas (estructura) utilizadas en la comunicación se han venido mejorando y perfeccionando a través de los tiempos, motivado por la necesidad del hombre en querer expresarse de la mejor manera, para que el proceso comunicativo sea de lo más entendible posible.

En otras palabras, la existencia de las estructuras gramaticales se debe a la usanza de las mismas por parte de los hablantes. Estos utilizan las diferentes formas de las lenguas porque son significativas. En tal sentido, lo convencional no es convencional por mutuo acuerdo de los hablantes, sino porque es significativo para ellos. En pocas palabras, no hay convencionalizacion científica del lenguaje, sino existe la usanza del lenguaje corriente. Para reforzar lo dicho se puede ver lo siguiente,

Ejemplos:

  • Playa ir toda gente.
  • Pescando comido yo.
  • Escribió mucho yer.

Éstas fuesen algunas de las estructuras lingüísticas de la lengua castellana, sólo si los hablantes de la lengua las hubiesen utilizados por muchísimo tiempo, para significar algo. Pero los hablantes decidieron contextualmente utilizar la forma significativa de la siguiente manera.

  • Toda la gente va para la playa.
  • Yo comí pescado.
  • Escribí ayer.

En conclusión, las estructuras gramaticales y los significados de los signos están determinados por la usanza significativa de las expresiones por parte de los nativos de la lengua y no por su carácter convencional.

Finalmente, se puede afirmar que los estudios pragmáticos del lenguaje toman en cuenta tanto el significado referencial o denotacional como el significado contextual, situacional que los signos adquieren por la intencionalidad de los interlocutores al llevar a cabo un proceso comunicativo, valiéndose de todos aquellos elementos que actúan sobre el significado convencional, cambiándolo y adaptándolo a lo que se pretende comunicar. En fin, la pragmática es la ciencia del significado que estudia los signos por su significatividad tanto convencional como contextual e intencional con que los intérpretes se manifiestan.

CAPÍTULO IV

Reflexión epistemológica del discurso semántico y pragmático:

Delimitación de sus umbrales.

En realidad, los estudios tradicionales del significado, abordados por la semántica y la pragmática, no se le pueden reconocer como investigaciones que pertenecen a ámbitos diferentes, puesto que las definiciones teóricas tanto semánticas como pragmáticas sólo se limitan al estudio del significado denotacional que la gramática de una lengua posee por su carácter convencional.

Por un lado, las investigaciones semánticas se limitan a estudiar y explicar todos los fenómenos de ambigüedad que se presentan en una lengua, a través de la polisemia, sinonimia, homonimia, antonimia, entre otros, así como también las propiedades de verdad y falsedad que pueden haber en una oración, y por último se puede decir que la semántica estudia la estilística o la manera cómo las palabras son expresadas a través de los signos de puntuación y entonación para significar lo que se quiere expresar en un contexto determinado .

Por otro lado, se puede afirmar que la pragmática en sus inicios, tal cual como la define Morris (1938), quien propone un planteamiento amplio para estudiar la significación al abordar todos los fenómenos psicológicos, biológicos y sociológicos, los cuales tienen que ver con el funcionamiento de los signos.

En realidad, esta definición pragmática trasciende mucho más allá de lo que se considera meramente lingüístico. Sin embargo, la amplitud teórica de esta definición pragmática no tiene éxito, puesto que es limitada por Carnap (1938, según Levinson 1988 ) al definir la pragmática como una subdisciplina de la lingüística que se encarga de investigar el uso de las referencias explícitas (deícticos) por parte de los hablantes. Es decir, la pragmática, con esta visión, toma en cuenta a los hablantes sólo por el uso que estos hacen de algunas representaciones gramaticales de la lengua.

En este sentido, se puede señalar que la pragmática, no se desarrolla de manera rigurosa, teóricamente porque se pliega a los estudios del significado, de acuerdo con la definición de Carnap, que no es más que investigar la significación fundamentándose en la representación gramatical de una lengua, limitándose al estudio del uso que hacen los hablantes de algunas palabras o expresiones conocidas como deícticas.

En síntesis, se puede afirmar que la pragmática es encajonada, amoldada y subordinada a los estudios convencionales de la lengua. A tal punto, que ésta se podría considerar como una categoría más de los estudio de la semántica tal cual como se puede ver a continuación:

En definitiva, se podría concluir que a pesar de los esfuerzos realizados por la semántica, aun incorporando los estudios pragmáticos de los deícticos a su desarrollo epistemológico, no puede resolver los problemas del significado, ya que no fue más allá que a lo rigurosamente convencional. Es decir, al estudio del significado denotacional del signo.

A raíz del corto alcance que los estudios denotacionales desarrollados teóricamente sobre el significado del signo, emerge una nueva visión teórica del significado que reivindica a la pragmática como ciencia amplia que estudia y explica los problemas de la significación del signo, dónde no sólo se considera el significado convencional sino también la intencionalidad con que los hablantes lo expresan. Este nuevo enfoque pragmático es impulsado en su inicio por Austin (1982) y Searle (1980), quienes le dan un viraje a los estudios tradicionales del significado, puesto que en el desarrollo de sus teorías demuestran que el fin de la existencia de una lengua es la comunicación, por lo que consideran y estudian la manera como los actos de habla se llevan a cabo en diferentes contextos, por quienes los expresan, ya que una expresión no sólo transmite una idea, sino que produce cambios en el destinatario.

Los autores en el desarrollo de la nueva teoría del significado toman en cuenta el carácter convencional y contextual del lenguaje. Es decir, para ellos los actos de habla son posibles por la representación gramatical de una lengua y por la intencionalidad con que son expresadas en un contexto por parte de los hablantes. En otras palabras la significación del signo no está determinada por su significado convencional, sino más bien por la forma intencional con que los hablantes se expresan en un contexto determinado.

En el mismo orden, Grice(1975) y Sperber y Wilson fundamentan su investigación en la comunicación y tratan de explicar la manera o el mecanismo mediante el cual un proceso comunicativo es posible a través de la teoría de la cooperación (Grice) y la teoría de la relevancia (Sperber y Wilson).

Lo importante de este nuevo enfoque pragmático desarrollado por Austin, Searle, Grice y Sperber y Wilson es que le dan importancia al significado del signo en función de la comunicación o el uso concreto del significado en cualquier contexto determinado. Es importante aclarar que Austin y Searle son los que reivindican el carácter contextual e intencional del significado en un proceso comunicativo. En otras palabras, toman en cuenta el significado connotacional del significado. Por otro lado, Sperber y Wilson formulan teorías que describen y explican los mecanismos a través de los cuales la comunicación es posible.

En tal sentido, se puede asumir los estudios de la nueva perspectiva pragmática de la siguiente manera:

En el mismo orden de ideas reflexionando, sobre el alcance explicativo de la semántica y la definición teórica de Carnap sobre la pragmática, se puede decir que no existen fronteras que las definan, puestos que estas son borradas al subordinar los estudios pragmáticos al modelo de análisis de la semántica, pasando la pragmática a ser una categoría de estudio mas de las investigaciones convencionales del signo.

En resumen, el desarrollo de la semántica, asumiendo que la pragmática es una categoría mas de los estudios semánticos, se fundamenta en el mero análisis del significado convencional de las representaciones gramaticales.

En concordancia con lo que se viene planteando la nueva definición teórica de la pragmática, inspirada por Austin, asume en su modelo de análisis el estudio del significado en relación con las estructuras lingüísticas y el contexto e intencionalidad del hablante, ya que estos factores son importantes para conformar la concreción significativa de un enunciado en un acto comunicativo.

Ante esta situación, se puede afirmar que se está ante la presencia de los umbrales de una teoría tradicional denotativa del significado, representada por la semántica y una nueva visión connotativa del mismo, representada por la nueva visión pragmática. Como se puede ver, la visión denotativa del significado está determinada por los estudios convencionales del mismo, entendiendo que la posición de la definición de la pragmática tradicional está inmersa dentro de los niveles o categorías de los estudios de la semántica, la cual tiene como único objeto estudiar el significado convencional de un sistema de lenguas.

La nueva visión pragmática impulsada por Austin, entre otros está determinada por la reivindicación del carácter contextual e intencional con que los signos son expresados durante un proceso comunicativo por los hablantes de una lengua. La nueva concepción pragmática considera el aspecto convencional, es decir, las representaciones gramaticales, ya que sobre éstos ocurren los cambios de significados cuando son utilizados intencionalmente por los hablantes para comunicar lo que quieren significar en cualquier contexto.

En definitiva, la teoría semántica tradicional del lenguaje sólo considera en sus estudios el significado convencional, representado por la gramática de una lengua. Y la nueva perspectiva pragmática considera por un lado el componente convencional y contextual e intencional con que los hablantes se expresan, subordinando al componente convencional a los rigurosos cambios de sentidos que pueden sufrir los significados convencionales por la manera o intención con que son expresados por parte de los hablantes.

Asimismo se puede dibujar y simplificar las líneas que existen entre el componente convencional y el componente contextual que conforman la nueva visión de la pragmática. Como se puede ver a continuación:

Con este novedoso enfoque del significado, se estudia la manera cómo la lengua es usada de manera concreta en diferentes contextos, reivindicando de esta forma lo que nunca fue tomado en cuenta por la semántica, es decir el habla o los actos de habla y la intencionalidad de los hablantes cuando se expresan para comunicarse.

En otras palabras, el concepto de pragmática se renueva puesto que toma en cuenta no sólo el aspecto lingüístico convencional de la lengua, sino que también considera el aspecto psicológico y lógico, que se encuentran implícitos en la intencionalidad de los interlocutores cuando se pronuncian en cualquier contexto determinado.

Asimismo, se puede sostener que la significación del signo es lo más importante para que una lengua exista. Y lo que es aún más relevante, el significado del signo en la comunicación se deriva en primera instancia de la correspondencia psicológica que los hablantes poseen cuando se expresan en un contexto dado, a través de los signos lingüístico con una lógica significativa contextual

De esta manera, queda precisado que es lingüístico todo aquello que ayuda a conformar el significado del signo, para llevar a cabo un proceso comunicativo.

De acuerdo con los actos de habla de Austin y Searle y a los principios de cooperación de Grice y la teoría de la relevancia de Sperber y Wilson, se puede ver una ley general que es la que permite que un proceso comunicativo se lleve a cabo. La ley de la correspondencia psico- lógico-significativo que se produce en los interlocutores cuando tratan de comunicarse.

En tal sentido, se puede decir que el significado del signo es producto de una correspondencia contextual y psico-significativa entre los interlocutores de una lengua. Esta correspondencia está representada lógicamente por los signos lingüísticos. Es importante exponer que el aspecto lógico del signo o su significación lógica se puede entender de dos formas: una determinada por la convencionalidad lingüística, que es la que el individuo posee en su mente de manera estándar, como conocimiento de una lengua. Y la otra determinada por el contexto, es decir, el oyente interpreta la significación dependiendo de lo que el hablante pretenda comunicar en una determinada situación. El oyente entenderá lo que se le dice, sólo sí su mente capta la conjugación de todos los elementos contextuales que influyen en la producción del significado, de lo contrario el mensaje transmitido sería vacuo para él.

Para visualizar lo antes mencionado, veamos el siguiente esquema sobre la conformación del significado concreto de la lengua en un proceso comunicativo.

Conformación del significado concreto.

Por lo arriba dicho, se puede señalar que nos encontramos ante una nueva forma de percibir los actos de habla, ya que estos sólo son posibles si hay una correspondencia armónica de significados entre los hablantes. Ante esto, se puede plantear la teoría de la correspondencia.

Presentación de una propuesta teórica más allá de Austin

Teoría de la Correspondencia.

Como ya se dijo anteriormente, los actos de habla o la comunicación, sólo son posibles si existe una correspondencia psicológica del significado entre los interlocutores, tal correspondencia está determinada de manera lógica por el contexto y representada lingüísticamente por los signos de la lengua, y que éstos no necesariamente significan lo que ellos denotan convencionalmente sino que adquieren cualquier significado dependiendo de la intencionalidad con que se expresen los hablantes.

La teoría de la correspondencia se puede clasificar como actos expresados, actos silenciosos y actos a distancia.

Actos expresados.

Los actos expresados, son aquellos en donde los hablantes se comunican de forma oral. En este tipo de actos los interlocutores pueden utilizar cualquier verbo, sustantivo, adjetivo o expresión en general, para comunicarse, pero esta comunicación no sólo ocurre con el significado que ellos denotan convencionalmente sino con el que las palabras y expresiones adquieren por la intencionalidad con que son dichas.

En el mismo orden, se puede asumir que de lo que se dice, es escaso o poca información para la interpretación del oyente. Éste no sólo procesará psicológicamente lo que se dice convencionalmente, sino que observará todos los elementos que están en el contexto para conjugarlos y así recrear o derivar el significado concreto de lo que se le pretendió decir. Esta recreación significativa se conoce como inferencias. En la vida diaria quienes logran acertar sus inferencias se les llama "Hombres o Mujeres Pilas", es decir listos o rápidos de mente. Quienes hacen mal cálculo de las inferencias se les conoce como "Personas quedadas", es decir, toscas, tontas o sin mucho conocimiento sobre los diferentes contextos donde se usa la lengua. Como por ejemplo, en Caracas y en muchas Ciudades del País, la lengua se utiliza de manera diferente. Como se presenta a continuación:

  • ¡Epa! Convive bájate de la mula con el cobre, porque sino te siembro.

(¡Mira! Tú dame el dinero, porque sino te mato)

  • ¡Epa! Parroquia dame lo que cargas, sino te quiebro.

(¡mira! Tú dame el dinero que cargas, sino te disparo).

  • Vamos a rumbear que llegaron las diablas.

(Vamos a la disfrutar que llegaron las muchachas).

  • Estoy Cool.

( Estoy bien ).

Como se puede ver, quien no esté relacionado con este contexto se le hace difícil inferir sobre lo que se esta diciendo. Es decir, por no tener un conocimiento real del contexto donde las palabras son expresadas. Asimismo se puede dar el caso que la persona no hace sus inferencias, tal vez, por no prestar atención, por que no le interesa, por incorporarse tarde a una conversación o sencillamente porque no está apto psicológicamente.

Actos de gestualidad.

Estos son los actos que se llevan a cabo a través de señas de ojos, boca; muecas, o movimientos de las manos entre otros. Estos se producen en diferentes maneras:

  • Cuando se está distante de la otra persona. Aquí se hace un movimiento de mano para decir si o no, mas tarde, mañana, ya voy, vete, ven aca, que ocurre, adiós, señalar a alguien , o para comunicar que hizo o no hizo nada sobre algo que se le dijo.
  • Cuando las personas están cercas y de repente llega alguien más y una de las dos personas no quiere que la que está llegando se entere de lo que están hablando.
  • Cuando dos personas (Hombre-Mujer) se atraen, se pican el ojo o se tiran un beso. (esto indica que las personas tienen la intencionalidad de expresar algo, sin que las personas que están alrededor se den cuenta).
  • Cuando simplemente se ven fijamente dos personas y mueven la cabeza para comunicar: lo hiciste mal, estuvo bien, que vas hacer, entre otros.
  • Cuando se ve fijamente y se sonríe para expresar amor, o el perdón hacia alguien.
  • Cuando los jugadores de Béisbol se hacen seña para comunicarse y saber como van a jugar.

En los actos silenciosos, los interlocutores tienen que estar atento de todos los movimientos o señas que brinda el contexto para poder inferir y derivar acertadamente lo que se le quiere comunicar.

Actos a distancia.

El acto de habla a distancia ocurre cuando dos personas se encuentran en diferentes lugares, pero éstas piensan, dicen o realizan la misma acción sin consultarse. Aquí se puede afirmar que estas personas dicen o hacen lo que piensan porque poseen un conocimiento contextual previo a la acción que se ejecuta. Ejemplo:

  • El día Sábado María y Luisa hicieron una parrillada, dentro de todas las cosas que hablaron, dijeron que querían aprender a coser para ayudar a incrementar sus ingresos económicos en el hogar, puesto que la situación estaba un poco crítica luego no se dijo más sobre el asunto, y festejaron con sus familiares todo el día. María y Luisa no se vieron el Domingo, el día Lunes María salió al centro y compró una máquina de coser. El día Jueves Luisa fue al centro y también compró una maquina de coser. Pasadas dos semanas se reúnen nuevamente las amigas para compartir un momento agradable. María le dice a Luisa compré una máquina de coser e inmediatamente Luisa respondió, me adivinaste el pensamiento, yo también compre una.

Ante esta situación, muchos pensarían que se comunicaron telepáticamente para comprar las maquinas de coser. Pero no fue así, ya que había un antecedente, con respecto al aumento de sus ingresos a través de la costura.

En otras palabras la ejecución de este acto no se trata de una comunicación telepática sino de un antecedente de correspondencia de conocimiento contextual.

CAPÍTULO V

CONCLUSIONES

Conclusiones de los estudios semánticos y pragmáticos antes de Austin.

  • Las investigaciones semánticas del lenguaje sólo se reducen a los estudios del carácter denotacional del significado. Es decir, a todos aquellos elementos que se encuentran representados convencionalmente por la gramática de una lengua, incluyendo los elementos expresivos que denotan contextos determinados, cómo lo son los signos de puntuación en algunas lenguas y de entonación en general.
  • La semántica sólo se interesa en describir la idea que se transmite literalmente a través de las proposiciones y palabras aisladas de contexto, fundamentándose en el contenido que le proporciona sólo la estructura gramatical.
  • La semántica, explica las ambigüedades que se presentan en ciertas expresiones de una lengua, a través del estudio de la polisémia, sinonímia, antonímia entre otras.
  • La semántica, estudia la correspondencia entre las oraciones y el mundo; es decir, las condiciones veritativas que deben cumplirse para que una oración sea verdadera o falsa .
  • La pragmática se plega al estudio del significado denotacional o convencional, al investigar las expresiones explícitas de la gramática de una lengua, como lo son los deícticos.
  • Tanto la semántica como la pragmática antes de Austin se caracterizan por estudiar el significado denotacional del signo.
  • Los estudios semánticos tradicionales desarrollan un riguroso alcance explicativo del significado convencional, subordinando a la pragmática ante su modelo de desarrollo, por tal motivo la pragmática como subdisciplina del significado no alcanzó su madurez.

Conclusiones de los estudios Pragmáticos después de Austin.

  • La pragmática como ciencia del significado, aborda en su nuevo enfoque el componente convencional y el componente contextual del significado.
  • La pragmática se vale del significado convencional, para estudiarlo en relación a la forma con que los interlocutores lo utilizan intencionalmente cambiándolo de sentido y adaptándolo a una gran cantidad de contextos cuando es usado en una situación comunicativa concreta.
  • Los estudios pragmáticos consideran que un enunciado no sólo describe y transmite una idea, sino que produce cambio en el destinatario.
  • Investiga los principios que rigen la comunicación.
  • Intenta una teoría del significado de las expresiones en relación con los hablantes y el contexto.
  • El proceso comunicativo requiere mucho más que el intercambio del significado preestablecido.
  • La pragmática con el nuevo enfoque desarrolla un amplio alcance explicativo de los fenómenos del lenguaje.

La pragmática en su nuevo enfoque considera del componente convencional lo siguiente:

  • Orden sintáctico de las oraciones.
  • Contenido proposicional, es decir, el significado convencional.
  • Enunciado constatativo.
  • Acto locucionario.
  • Implicaturas convencionales.
  • La representación gramatical de las expresiones deícticas.

La pragmática, del componente contextual toma en cuenta lo que se presenta a continuación:

  • Intencionalidad del hablante.
  • Los enunciados realizativos.
  • Actos ilocucionarios.
  • Actos perlocucionario.
  • El principio de cooperación.
  • Las inferencias, representadas por las implicaturas conversacionales.
  • Las inferencias de doble intencionalidad según Sperber y Wilson.
  • La insinceridad y la sinceridad expresada en la teoría de los infortunios.
  • La manera de como las expresiones deícticas son usadas por los interpretes.
  • Finalmente se comprueba que las convecionalidades lingüísticas están subordinadas a la usanza del lenguaje corriente, (Pragmática) ya que este ha sido perfeccionado por muchísimas generaciones y asimilado tácitamente por los hablantes de una lengua particular, por ser profundamente significativo.

En definitiva, luego de revisarse y analizarse la forma como se concebían los estudios semánticos y pragmáticos del significado del signo antes de Austin y la manera en que son asumidos después de él, se puede determinar, por un lado, que no existen los umbrales entre la semántica y la pragmática tradicional, es decir antes de Austin, puesto que ambos enfoques se someten al análisis convencional del significado, ya que la definición pragmática de Carnap es la que se desarrolla, subordinando los estudios de la pragmática al mero análisis de las estructuras gramaticales explícitas, conocidas como deícticos.

Por otro lado, se puede apreciar las fronteras que existen entre el componente convencional y el componente contextual que conforman la nueva visión amplia del enfoque pragmático impulsado por Austin, Searle, Grice y Sperber y Wilson, por tomar en cuentas en sus estudios la convencionalidad lingüística y la intencionalidad de los hablantes al expresarse, para llevar a cabo un acto comunicativo concreto.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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  • Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Vicerrectorado de Investigación y Postgrado (1988).

Manual de Trabajo de Grado de Especialización y Maestría y Tesis Doctorales. CARACAS.

TRABAJO DE GRADO PRESENTADO COMO REQUISITO PARCIAL PARA OPTAR AL TÍTULO DE MAGISTER EN LINGÜÍSTICA.

 

 

 

Autor:

Prof. Carlos J. Sanchez

Carlos José Sánchez, nació en el caserío de Guasimal, Estado Sucre, 13 de Diciembre de 1.972; hijo de padre comeciante y madre del hogar, es el cuarto hijo de ocho hijos. En los estudios Pre-Grado obtuvo el Título de Prof. en Lengua Extranjera, Mención Inglés en la Universidad Pedagógica Experimetal "Libertador" (I.U.P.E.L); en los estudios de Post-Grado obtuvo el Título Magister en Lingüística, en la Universidad Pedagógica Experimetal "Libertador" (I.U.P.E.L). Docente de Profesión

Maturín, Marzo 2006.

Venezuela, Guasimal, Estado Sucre.

Partes: 1, 2, 3
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