Ejercicio: Reunirse con lectores de la parroquia para hacer realimentación de las intervenciones. Reunirse con lectores de la parroquia para estudiar la Palabra de Dios. Reunirse con lectores de la parroquia para hacer un estudio de las condiciones técnicas en que se lee (micrófonos, iluminación, etc.). GENERALIDADES I No cambiar las palabras. Leer tal y como aparece en el leccionario. Lo escrito en ROJO no se debe leer. El ambón es el sitio propio del lector. El ambón es para ser utilizado para la Palabra proclamada. (Introducción al Leccionario para la Misa #31, 33). Hacer pausa o disminuir la velocidad es valido si se quiere resaltar alguna expresión. No todo se dice a la misma velocidad. Los registros de voz están asociados con lo que se dice o con la intención comunicativa. Las pausas sirven como espacio de meditación y para respirar. La Palabra se proclama. El primero en escuchar y entender el mensaje leído es el lector. El es emisor y receptor a la vez. Evitar bajar el tono al final de las frases. Al contrario, subir un poco el tono al final evita que se pierdan las últimas sílabas. Los lectores deben ser hombres y mujeres católicos con testimonio de vida cristiana. Llegar temprano. Así se podrán ubicar y repasar las lecturas. 10
GENERALIDADES I El Leccionario no se debe levantar. Permanece sobre el ambón. Mientras el lector cumple su función, la asamblea debe respetar la silla del lector que ha estado vacía. Conocer muy bien la estructura del leccionario. No se trata de un simple acto de lectura pública. Se trata del paso de un mensaje sagrado al pueblo de Dios. Desde el ambón no se debe leer ningún otro mensaje: cantos, avisos parroquiales, invitaciones a la comunidad, colectas, rifas, etc. Las lecturas se deben tomar del leccionario y no de hojas sueltas. Según OLM 20-21 el salmo debería ser cantado. Al terminar la lectura. Hacer paneo de grupo. Y después de una pausa decir palabra de Dios. Esperar la respuesta de la asamblea y retornar despacio al sitio de origen. Un buen lector de textos o artículos académicos no necesariamente es un buen lector de la palabra. En el segundo prima la vivencia del Evangelio, pues él conoce las verdades reveladas. Se lee por un compromiso personal con Dios. El lector de la Palabra no nace en la vida académica. Nace en su experiencia de fe. Leer con calma. Despacio, pausado. 11
La evangelización no se hace “de una manera decorativa, como un barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces. E.N. #20 Capitulo 111 Consideraciones sobre la lectura, el vestido, lo técnico, la respiración, generalidades II, lenguaje corporal 12
CONSIDERACIONES SOBRE LA LECTURA No leer todo a la misma velocidad. Tener un movimiento adecuado de los ojos. Evitar regresiones. Cuando se pasa de una línea a otra se debe ir directamente a la primera palabra de la siguiente línea. Leer frases completas y no palabras. No ir hablando mientras se lee. Mal habito: preocuparse por manejar bien el castellano y no por una vida cristiana. Se deben distribuir las palabras en unidades de tal manera que el sentido del texto sea accesible al oyente y así evitar el cancaneo. Saber leer es recordar que el lector ve los signos de puntuación, pero el oyente no. No omitir sílabas ni terminaciones. Tener conocimiento de la Palabra de Dios. Tener buen conocimiento sobre la doctrina de la Iglesia. Sentir y vivir la Palabra como un Misterio Revelado. Dar el tono adecuado. Este se logra cuando se conoce el tipo de lectura que se hace. Histórica, meditativa, exclamativa, etc. Géneros literarios para el lectorado: histórico, moral, dogmático, profético y lírico. 13
EL VESTIDO El vestuario debe ser apropiado pero modesto, para demostrar el carácter de dignidad del ministerio. Que sea decoroso. No usar camisetas con textos, dibujos, etc. Que la ropa no moleste, de lo contrario, podría distraerle y también a la asamblea. Bien planchado. Zapatos embolados. Presentación personal que denote frescura. Valorar la figura corporal. Buena presentación personal (bien afeitado). Sin minifaldas. Sin escotes. No se asiste a un desfile, se asiste a la sagrada eucaristía. Camisa por dentro No subir al presbiterio con aparatos eléctricos. LO TÉCNICO Que el micrófono esté a la altura indicada. Si no lo está puede moverse siempre y cuanto esté apagado. Moverlo encendido genera ruido e incomoda a la asamblea. Prestar atención al golpe de micrófono “popeo”, o al seseo. Para evitarlos abra más la boca. Se ganará en volumen y eliminarán esos incómodos sonidos. Reconocer el micrófono. Unidireccional u Omnidireccional. A mayor sonido, mayor amplitud del error, del defecto. A veces, el problema no está en el sonido, está en la distancia que se toma del micrófono. Ensayar la distancia personal. Conocerla, recordarla y practicarla. Revisar micrófonos, recursos técnicos, baterías (inalambricos), luces. 14
LA RESPIRACIÓN Cuatro condiciones para respirar bien. Libertad, lentitud, finura, equilibrio. Si falta el aire, la voz será débil, temblorosa, sin firmeza, cansada. La respiración es una herramienta básica para el trabajo psicofísico. Porque es la función donde hay un mayor acercamiento entre los sistemas nerviosos involuntario y voluntario. Es la única función vegetativa que es fácil de hacer sin ningún tipo de entrenamiento. Esto hace que la respiración tenga una influencia tanto en nuestro yo conciente como en nuestro yo no conciente. Realizar un ejercicio de relajación, sencillo, breve, como por ejemplo realizar una inspiración profunda, retener el aire cinco segundos y dejarlo salir después lentamente. Repetir 5 veces. GENERALIDADES Hablar pausadamente. No precipitarse, pues no se trata de terminar pronto, sino de comunicar un mensaje. Tener en cuenta a las personas más lejanas. Cerciorarse que estén oyendo bien. Emplear un tono más elevado que el timbre natural de voz que se tiene. Leer en presencia de un amigo – amiga y permitir la corrección fraterna. 15
GENERALIDADES II Mantenerse en el ambón. Escuchar la respuesta de la asamblea. Luego, retirarse despacio. Cultivar el deseo por querer conocer siempre las escrituras Si se cambian las palabras que están en el leccionario y estas cambian el contexto de la oración entonces es mejor corregir. Hacerlo sin detenerse demasiado tiempo, sin gesticular y sin pedir excusas. La acción debilita y hace desaparecer el miedo ante nuevos escenarios o asambleas. ¿Cómo sentirse ante la mirada de los demás? seguros. Si se ha preparado y se tiene una estructura ensayada, lo más posible es que todo salga bien. El buen lector tiene a mano y consulta con frecuencia el diccionario. El miedo es común a todo orador. Para controlarlo, hay que aprender a respirar y mirar a la asamblea antes de pronunciar las primeras palabras. Los gestos, especialmente aquellos inadvertidos de la cara y en general del cuerpo, delatan ante el interlocutor, como por ejemplo, la forma de ser, pensar o sentir. Respirar antes de empezar a leer, genera tranquilidad. Regula la velocidad. No decir salmo responsorial o al salmo respondemos. No. Se inicia con la antífona. Para la realización de sus funciones, el lector debe estudiar con regularidad la Palabra de Dios. La asamblea es activa. No cambiar de registro o impostar la voz. 16
LENGUAJE CORPORAL Frotarse las manos: impaciencia. Golpear ligeramente los dedos: Impaciencia. Cruzar los brazos denota actitud defensiva. ¿Cuál es la posición de las manos y ocupación del espacio?. No es bueno mantener las manos en los bolsillos, entrelazarlas sobre la espalda, mantener los brazos en la cintura. Las señales corporales muestran un depósito de emociones y creencias. El que no puede ser conciente de sus propias señales corporales, tampoco podrá reconocer las señales de los otros. Las manos forman parte del lenguaje para- lingüístico. La práctica del fraseo corporal consiste en lograr una flexibilidad expresiva suficiente para que se armen las frases para generar el discurso corporal. Procurar un adecuado uso de técnicas no verbales (eje. expresiones faciales, gestos, movimientos corporales, dominio del escenario). El lector se acerca al ambón lentamente y con reverencia. Moverse despacio. Que no distraiga a la asamblea. Los movimientos litúrgicos son pausados. No correr para llegar al ambón y tampoco hacerlo al salir de el. Sólo para lectores 17
CCCapitulo 1V Recomendaciones, el Leccionario, glosario de términos 18
Recomendaciones Problemas Frecuentes Seseo Hacer gestos al equivocarse Desconocimiento de la litúrgia Evasión de la mirada Errores en la lectura Falta de comprensión Altura y ajustes de micrófonos Pronunciación equivocada Desconocer como le escuchan Nerviosismo Regresiones Subvocalización No conocer el sentido de las lecturas Perder la línea, saltar el renglón. Volumen bajo Lectura plana, sin inflexiones Mala articulación Falta de expresión facial No conocer diferencias entre lecturas Mal ritmo de lectura Poco volumen Desconocimiento del lenguaje bíblico Visión reduccionista del ministerio Posibles Solución Abrir la cavidad bocal Mantener economía gestual Cursos y talleres de formación Paneos de grupo y sostenimiento Evitar subvocalización y regresión Buscar estructura dominante Llegar temprano y revisar equipos Ensayar, preguntar al sacerdote Grabarse. Realimentación. Preparar la lectura Repasar técnicas de lectura. Leer sin retorno. Puede confundir Estudio del leccionario Repasa técnicas de lectura Abrir la boca Grabarse y escuchar los altos y bajos. Ejercicios de vocalización y grabarse Ejercicios frente al espejo Estudio de géneros literarios Desconocimiento de la puntuación Respirar para lectura pública Acercamiento a las escrituras Espacios de formación 19
LECCIONARIO Desde el comienzo de la Iglesia, se acostumbró leer las Sagradas Escrituras en la primera parte de la celebración de la eucaristía. Al principio, los libros del Antiguo Testamento. Y en seguida, también los libros del Nuevo, a medida que éstos se iban escribiendo (+1Tes 5,27; Col 4,16). Al paso de los siglos, se fueron formando leccionarios para ser usados en la Eucaristía. El leccionario actual, formado según las instrucciones del Vaticano II (SC 51), es el más completo que la Iglesia ha tenido, pues, distribuido en tres ciclos de lecturas, incluye casi un 90 por ciento de la Biblia, y respeta normalmente el uso tradicional de ciertos libros en determinados momentos del año litúrgico. -El salmo responsorial da una respuesta meditativa a la lectura -a la lectura primera, si hay dos-. La Iglesia, con todo cuidado, ha elegido ese salmo con una clara intención cristológica. Así es como fueron empleados los salmos frecuentemente en la predicación de los apóstoles (+Hch 1,20; 2,25-28.34-35; 4,25-26). Y ya en el siglo IV, en Roma, se usaba en la misa el salmo responsorial, como también el Aleluya -es decir, «alabad al Señor»-, que precede al Evangelio. Los leccionarios editados últimamente tienen una introducción general llamada "Ordenación de las Lecturas de la Misa" (OLM). En ella está la doctrina de la Iglesia sobre la Palabra de Dios. 20
1 2 3 Contiene las lecturas para los domingos y fiestas del Señor. Año A. Contiene las lecturas para los domingos y fiestas del Señor. Año B. Contiene las lecturas para los domingos y fiestas del Señor. Año C. PARA RECORDAR Lectura continuada cuando se lee todo el libro de la Biblia de seguido, de continuo. Un día se lee un texto y al día siguiente se sigue sin dejar nada. Cuando se dejan partes se dice que es Lectura semi-continua. Para los días feriales (Días feriales o ferias, se llama a los días que no es fiesta en la Iglesia). Fiesta en la Iglesia, no es lo mismo que fiesta en lo civil. Hay muchos días de santos que son fiesta. Lecturas del propio (Propio de santos. Algunos santos y santas tienen para la celebración de la misa textos propios de ellos. Por esto se dice Lecturas del propio.) y del común (Del común. Se dice porque hay unas lecturas que valen para todos los santos.) De los santos. Lecturas para las misas en diversas circunstancias y misas votivas (Misas votivas son aquellas misas que algunos días se pueden celebrar por alguna necesidad). Rituales. Lecturas para las celebraciones de los sacramentos, Profesión religiosa, consagración de vírgenes y exequias de adultos y niños. 21
Ambón: lugar del anuncio profético y apostólico, pascual e iluminante. MGR 83 – CAP.V c. 272. La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la Iglesia haya un sitio reservado para su anuncio, hacia el que, durante la liturgia de la palabra, se vuelva espontáneamente la atención de los fieles. Leccionario: La palabra leccionario, en su sentido amplio, es un termino el cual se puede aplicar correctamente a cualquier escrito litúrgico que contenga los pasajes a ser leídos en voz alta durante los servicios de la Iglesia. El libro-signo de la presencia de la palabra de Dios en la liturgia es el Leccionario, recuperado como libro litúrgico propio por la reforma litúrgica ordenada por el Vaticano II. Misal: Al celebrar la Misa, se coloca sobre el Altar, el Misal que como ya sabemos es un libro de oraciones y lecturas, que son necesarias para celebrar la Santa Misa; también se usa sin atril, aunque en algunas parroquias acostumbran ponerlo sobre un cojín. Glosario 22
Oficio Divino: Esta expresión significa etimológicamente una obligación para con Dios, en virtud a un precepto Divino. En lenguaje eclesiástico, significa ciertas oraciones a ser rezadas a determinadas horas del día o de la noche por sacerdotes, religiosos o clérigos, y, en general, por todos aquellos obligados por su vocación a cumplir con este deber; incluyendo a los fieles laicos. Salmos: El Salterio, o Libro de los Salmos, es el primer libro de las “escrituras” (Kethubhim o Hagiographa), es decir la tercera sección de la Biblia Hebrea de hoy día. En esta sección de la Biblia Hebrea, el orden canónico de los libros ha variado substancialmente, mientras que en la primera y segunda sección, en la Ley en los Profetas, los libros han tratado de mantener siempre el mismo orden. Año litúrgico: el año civil comienza el primero de enero. El año litúrgico cristiano comienza con el primer domingo de Adviento (fines de noviembre comienzos de diciembre) y está formado por “tiempos litúrgicos” que son: Adviento, navidad, cuaresma, pascua, tiempo ordinario. Tiempo Ordinario: El término "tiempo ordinario" tiende a mal interpretarse. En el contexto del año litúrgico, "ordinario" no significa "común, corriente". Tiempo Ordinario es la parte del Año litúrgico que se encuentra entre los tiempos de Navidad y Cuaresma y entre Pascua y Adviento. Durante el Tiempo Ordinario la Iglesia celebra el misterio en todos sus aspectos. Las Lecturas durante este tiempo ayudan a instruir en como vivir la fe cristiana diariamente. 23
Antiguo testamento: conjunto de libros de la Biblia redactados antes de Cristo. Corresponde a la antigua Alianza entre Dios y el pueblo de Israel. Son cuarenta y siete libros. Breviario: libro cuyo nombre tenía comúnmente hasta la reforma litúrgica posconciliar lo que ahora se llama liturgia de las Horas u Oficio Divino. Cuaresma: periodo del año litúrgico que va desde el miércoles de Ceniza hasta el sábado santo (cuarenta días) durante el cual los cristianos se preparan para celebrar la pascua de resurrección. Ministros laicos: designación específica para cuando un ministerio es atendido por un laico, no clérigo. Presbiterio: lugar del templo en torno al altar, reservado a los ministros durante la celebración. Doctrina Social de la Iglesia: desarrollo de la enseñanza social del Evangelio, aplicada a los problemas típicamente modernos de la vida común. Principales documentos de la Doctrina Social de la Iglesia Rerum Novarum (sobre las cosas nuevas), primer gran documento social de la Iglesia. Mater et Magistra (madre y maestra de la iglesia). Pacem in Terris (la paz en la tierra). Populorum Progressio (el desarrollo de los Pueblos) Laborem Exercens (al realizar el trabajo) Solicitudo Rei Sociales (la preocupación de la Iglesia por la cuestión social Centesimus Annus. Cien años. Sobre la dignidad del hombre Glosario 24
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