4. Pasos en un Estudio Etnográfico
A partir de las ideas de varios autores (De Tezanos, 1981, Wiersma, 1986, Titone, 1986, Goetz y LeCompte, 1988, Domínguez, 1989, Buendía Eisman 1988), se pueden distinguir como pasos en el proceso de investigación etnográfica a los siguientes:
Identificación del fenómeno estudiado Para focalizar el objeto de estudio se puede comenzar formulando una pregunta que proporcione la idea central del fenómeno a ser abordado. Al identificar el fenómeno a estudiar, el etnógrafo vislumbra el alcance de su investigación, de modo que puede ubicarlo en un nivel micro o macro dependiendo de las unidades sociales que abarcará y del tiempo disponible.
Identificación de los informantes y participantes Algunos autores conciben a los sujetos de la investigación etnográfica como informantes clave del fenómeno en estudio. Otros autores señalan además que los participantes cumplen una función activa, no sólo son dadores de información sino que inclusive forman parte del equipo de investigación. En una situación educativa los informantes de interés generalmente pueden ser los estudiantes. Pero es imposible observar detenidamente a cada uno de ellos. Es por ello que hay que puntualizar en qué condiciones serán sometidos a observación. Por ejemplo, ¿se trabajará con los individuos de un solo salón de clase, o de varios?. Si son varias aulas, ¿se observarán simultáneamente? ¿Durante todo el día o sólo una parte de la clase?, ¿se observarán sólo mientras trabajan en el aula, o también mientras realizan otro tipo de actividad fuera del aula? Preguntas como éstas podrán orientar la recolección de información del etnógrafo. Además de los estudiantes, el investigador etnográfico puede observar a otros integrantes como docentes, administrativos, personal de aseo, personal de vigilancia, quienes pueden suministrar información relevante dependiendo del objeto de estudio.
Selección del diseño de investigación En la práctica, el etnógrafo individualiza el diseño de sus investigaciones. El diseño etnográfico va indisolublemente unido a la teoría, sus productos son incomprensibles sin las funciones de la integración e interpretación de la teoría que los explica. Al elegir el diseño de investigación, el autor de un trabajo etnográfico ha de plantearse las siguientes cuestiones teóricas: ¿Cómo contribuye la perspectiva teórica del investigador a la reconstrucción del escenario cultural a que se refieren las cuestiones de la investigación? ¿En qué medida puede contribuir el diseño etnográfico a la verificación, perfeccionamiento o generación de una teoría formal relevante para el tema investigado? ¿Los constructos propios de esta teoría formal relevante explican o aclaran los datos aportados por el diseño etnográfico? ¿Qué modelos de investigación han sido predominantes en el desarrollo de la teoría sustantiva en la que se basa el investigador?
Generación de hipótesis o interrogantes etnográficas En la investigación etnográfica, las hipótesis o preguntas, a lo largo del proceso de recolección de la información pueden ser reformuladas y modificadas cuando el investigador lo considere conveniente en función de la información que va recolectando. Un estudio puede comenzar sin hipótesis o interrogantes, con formulaciones iniciales, tentativas y luego ser reajustadas de acuerdo con la realidad, descartando aquéllas que no estén suficientemente soportadas. No hay límites preestablecidos en relación al número y naturaleza de las hipótesis o interrogantes. La formulación de hipótesis o de preguntas es una actividad continua en el trabajo etnográfico. Esta tarea está implícita en las observaciones más simples y registros o anotaciones que realiza el investigador. Para la formulación de las hipótesis o interrogantes del estudio, el etnógrafo utiliza diferentes tipos de preguntas que plantean variados tipos de observación en el trabajo de campo.
Preguntas descriptivas o iniciales que orientan la posibilidad de conocimiento inicial del objeto de estudio. Por ejemplo, ¿de qué gente se trata? ¿Qué hacen? ¿Dónde viven? Preguntas estructurales que conducen a precisar características y significados de fondo de la situación analizada. Por ejemplo, ¿cuál es el significado de la expresión utilizada por un actor en un momento determinado? Preguntas de contraste que permiten comparar información recolectada en diferentes momentos de la observación. Por ejemplo, ¿utiliza el actor esa misma expresión en otras situaciones?
Recolección de la información El estudio etnográfico supone la ejecución de un trabajo de campo que permite recabar los datos en el contexto natural donde ocurre el fenómeno. La información que se busca es aquélla que tenga más relación con el objeto de estudio y ayude a descubrir las estructuras significativas que explican la conducta de los participantes en el estudio. Puede ser muy relevante obtener los siguientes tipos de información: El contenido y la forma de la interacción verbal entre los sujetos. El contenido y la forma de la interacción con el investigador en diferentes situaciones y ocasiones. La conducta no verbal: gestos, posturas, mímicas. Los registros de archivos, documentos, artefactos u otro tipo de evidencia. Para recabar la información, el etnógrafo recurre a procedimientos tales como la observación participante, la entrevista u otras vías que se constituyan en fuentes de información.
La observación participante implica vivir con el grupo de personas que se estudia para conocer sus formas de vida a través de una interacción intensa. Ello exige estar presente y compartir tantas situaciones como sea posible, aprendiendo a conocer las personas a profundidad y detectando lo más significativo de su conducta, de sus estados emocionales, de su ambiente físico y sociocultural. El observador trata de asumir el rol de los individuos e intenta experimentar sus pensamientos, sentimientos y acciones. El énfasis está en captar la perspectiva de las personas observadas.
A medida que efectúa la tarea de observación, el investigador va tomando anotaciones que se denominan notas de campo. Inmediatamente después, el observador sintetiza y resume las notas e incluye interpretaciones propias y preguntas que puedan surgir. El registro de las observaciones puede ser identificado en términos de cuándo, dónde y bajo qué condiciones fue realizada.
La entrevista permite complementar y verificar la información obtenida mediante la observación participante. La entrevista tiene como propósito fundamental reconstruir historias de vida de los individuos involucrados en el estudio y de lo que acontece en el ambiente bajo estudio. Mediante la entrevista se puede llegar a un contacto con los individuos, creando unas condiciones que les permita a los participantes decir libremente lo que piensan y sienten, empleando su propio lenguaje que es parte de su realidad natural.
El etnógrafo no necesariamente tiene que entrevistar a todas las personas relacionadas con su estudio, para ello recurre a algunos informantes claves. La entrevista puede ser casual e informal, o estructurada. Los datos recabados a través de la entrevista pueden ser registrados en forma de notas durante o una vez culminada la entrevista, o también es posible utilizar la grabación en audio o video de una forma abierta.
Otras fuentes de información que pueda emplear el investigador son cuestionarios, archivos, fotografías, diapositivas, documentos y demás fuentes que sean consideradas válidas para el estudio.
Triangulación de la información La triangulación permite reinterpretar la situación en estudio, a la luz de las evidencias provenientes de todas las fuentes empleadas en la investigación. Constituye una técnica de validación que consiste en "cruzar", cualitativamente hablando, la información recabada. Su propósito está dirigido a ofrecer la credibilidad de los hallazgos. La triangulación puede adoptar varias formas, pero su esencia fundamental es la combinación de dos o más estrategias de investigación diferentes en el estudio de las mismas unidades empíricas.
El ejercicio de la triangulación consiste básicamente en la comparación de información para determinar si ésta se corrobora o no, a partir de la convergencia de evidencias y análisis sobre un mismo aspecto o situación. Por ejemplo, se puede constatar la consistencia de una información considerando la perspectiva de diferentes actores como: Profesor Alumno Observador o Investigador
Se considera que hay consistencia en los resultados de la triangulación cuando las evidencias coinciden, o se complementan, en torno a una tendencia o caracterización de la situación analizada. En caso contrario, el investigador debería recabar más información hasta lograr, desde las distintas fuentes, corroborar la exacta interpretación de la misma.
El adecuado empleo de la técnica de triangulación minimiza los riesgos de la no representatividad y la exclusividad de una determinada postura, así como la inconsistencia de la información recabada y/o de los resultados obtenidos.
Según Titone (1986), la triangulación puede realizarse de tres maneras distintas:
- A través de la contrastación de la información obtenida y de su interpretación, considerando las fuentes implicadas: profesor, alumnos, observador. Se trata de lograr un consenso intersubjetivo que elimine el riesgo del predominio de la subjetividad del investigador que pudiera conducirlo a actuar a solas, estableciendo caracterizaciones o inferencias excesivamente dependientes de su propio marco teórico las cuales pudieran no corresponderse plenamente con la realidad o perspectivas de los otros participantes.
- A través de la convergencia de información sobre un mismo fenómeno, obtenida mediante el uso de diversas estrategias metodológicas: observación, entrevistas, cuestionario, entre otras.
- A través del análisis de la información a partir de la aplicación de métodos (cualitativos, cuantitativos, fenomenológicos), y también a través de estadísticas de contraste propias de metodologías cuantitativas.
"La triangulación es un procedimiento muy poderoso de contraste" (Angulo Rasco citado en Martínez Rodríguez, 1990, p. 102), a través de éste el investigador interpretativo contribuye a lograr la credibilidad de su estudio. La Triangulación es un procedimiento imprescindible cuyo uso requiere habilidad por parte del investigador para garantizar que el contraste de las diferentes percepciones conduzca a interpretaciones consistentes y válidas.
Interpretación de la información Interpretar la información constituye uno de los momentos claves de la investigación etnográfica. Esta interpretación supone categorizar una realidad. "La categorización, análisis e interpretación de los contenidos no son actividades mentales separables." (Martínez, 1996, p. 73). El paso de la categorización o clasificación exige la revisión, una y otra vez, de la información recopilada, con el propósito de ir descubriendo el significado de cada evento o situación, considerando el todo y las partes. La fase de interpretación es entendida como el logro de la coherencia entre una categorización particular y su ubicación en el contexto estructural de la situación que se estudia.
En la investigación etnográfica, la interpretación de la información es un proceso de identificación de preguntas. En vez de ir al campo con preguntas específicas, el etnógrafo analiza la información compilada como producto de la observación participante, para identificar preguntas. Después de cada sesión de trabajo en el campo, necesita revisar y analizar sus anotaciones para saber qué va a buscar en su próxima sesión de observación participativa. Este constante proceso de análisis conduce a nuevas preguntas etnográficas, a partir de las cuales se recopila nueva información, más anotaciones y nuevas interpretaciones.
La tarea de analizar e interpretar la información implica, para el etnógrafo, el desarrollo de una teoría cónsona y coherente con dicha información. El etnógrafo no se precipita en aplicar teorías externas en la interpretación de sus notas. Más que otros investigadores, él está preparado para captar la posible unicidad del ambiente, grupo u organización estudiada. Los resultados de investigaciones y teorías paralelas le son útiles para profundizar en los fundamentos de aquella(s) teoría(s) que mejor se aplica(n) a la situación que analiza. El etnógrafo compara sus hallazgos con los de otros investigadores para corroborarlos o contraponerlos a los mismos.
La fase de interpretación parte de lo estrictamente descriptivo hasta llegar a la explicación de la situación abordada. El etnógrafo cumple una labor mediadora que le permite relacionar eventos, hechos y representaciones, sin aferrarse a modelos rígidos preestablecidos. Esta forma flexible de abordar el proceso le permite ir descubriendo y construyendo el objeto de su investigación.
De Tezanos de Mañana (1981) plantea que ser intérprete en una investigación es lograr experiencias y relacionarlas. Tales experiencias suponen relacionar lo particular con lo universal y asociar los acontecimientos con el proceso histórico social. Toda experiencia parte de lo observado por el investigador. Así, el contenido de la observación es una síntesis que depende, en cada caso, de la relación observador-observado. Esto explica por qué, ante un mismo evento, grupos humanos o personas refieren representaciones distintas y aún opuestas. Por otro lado, el contenido de la observación depende de la historia misma del sujeto puesto que éste es una síntesis de la actividad en una sociedad históricamente determinada.
Una estrategia de análisis e interpretación de la información recabada en las observaciones lo constituye la formalización. Ésta consiste en determinar los pasos fundamentales que conforman la situación o actividad observada. Cada momento debe ser registrado, de acuerdo a la sucesión cronológica en que ocurre en la realidad. La articulación de esta primera formalización analítica de la observación puede partir de interrogantes directrices como: ¿En qué momento se articula la realidad con el modelo teórico? ¿Dónde se presentan las contradicciones? El paso de la formalización analítica es imprescindible en la búsqueda de lo significativo, meta de la etnografía. Lo significativo no es una simple ocurrencia casual; ello tiene conexiones con su origen: la realidad observada. El proceso de articulación etnográfica conduce a la elaboración de categorías sociales las cuales propician la construcción del objeto a través de la relación y reflexión permanente y sistemática entre los presupuestos teóricos asumidos por la investigación y la realidad (De Tezanos de Mañana, 1981).
Durante este paso, el etnógrafo -a partir del análisis, la descripción e interpretación de la información- formula una explicación lo más fidedigna posible de la cultura que estudia, resaltando lo verdaderamente significativo y estableciendo conexiones con el contexto global en el cual se inserta la situación en estudio.
Elaboración de conclusiones En la investigación etnográfica, a diferencia de otro tipo de investigaciones, las conclusiones están plasmadas a lo largo del proceso y se generan mediante un proceso de aproximaciones sucesivas, evitando afirmaciones prematuras. Las conclusiones reflejan la complejidad estructural de un caso concreto, de una realidad específica, de una situación, un grupo o ambiente particular. Al desarrollar esta fase, el etnógrafo se enfrenta a la decisión de generalizar los resultados. En la medida en que estén bien identificadas y descritas tanto la estrategia de investigación como las categorías de análisis y las características del fenómeno o grupo estudiado, las comparaciones y las transferencias a otros casos y grupos serán más confiables.
Según Goetz y LeCompte (1988), las conclusiones de un trabajo etnográfico suponen cuatro componentes fundamentales: a) Presentación de la información de campo analizada de modo accesible a los lectores; b) Interpretación e integración de los significados en un marco conceptual o teórico más general; c) Exposición de los significados; y d) Aplicación de los resultados.
Organización del informe final Este paso, en el ciclo de la investigación etnográfica, se va realizando durante la ejecución del estudio. Incluso, el informe final puede incluir y conducir a nuevas preguntas y más observaciones. Redactar un informe etnográfico requiere, de parte del investigador, la realización de un análisis intensivo. El informe debe incluir una exposición sólidamente organizada, reflejando claramente cómo los resultados se fundamentan en la información recabada.
Goetz y LeCompte (1988) plantean que un informe etnográfico es considerado aceptable cuando contempla:
- El foco y el fin del estudio, clarificar la situación que aborda,
- El modelo o diseño de investigación y las razones de su elección,
- Los participantes del estudio, el escenario y el contexto investigado,
- La experiencia del investigador y sus roles en el estudio,
- La estrategia para recabar la información,
- La técnica empleada para analizar la información,
- Los descubrimientos del estudio, la interpretación y aplicaciones del mismo.
En síntesis, el modelo cíclico de investigación propuesto por la técnica etnográfica se caracteriza por ser dinámico, flexible y dialéctico. Según este modelo, cuando el investigador decide estudiar una realidad cultural, participa intensamente en ella a fin de comprender los eventos más significativos desde la óptica de los propios protagonistas, con miras a explicitarlos y proponer formulaciones teóricas que representen en forma fidedigna dicha realidad.
Limitaciones a enfrentar Autoras como Goetz y LeCompte (1988) han señalado que la utilización correcta del diseño etnográfico en la investigación educativa se ha visto limitada por una serie de factores tales como: La potencial confrontación de la investigación tradicional con respecto a los soportes antropológicos y sociológicos de la etnografía. Ello se manifiesta en el énfasis que los estudios tradicionales en educación otorgan al componente psicológico, especialmente en el campo de la psicología experimental, así como la relevancia que se otorga a la individualidad del sujeto y la reducción del proceso educativo al ámbito de la enseñanza escolar.
La escasa influencia que tiene la minoría de profesores conformada por antropólogos y sociólogos. El propósito que tienen docentes-investigadores de prescribir, evaluar y analizar el hecho educativo mediante la investigación, con miras a mejorar el proceso de enseñanza. En cambio, el objeto de la Antropología y la Sociología es describir el mundo empírico y desarrollar una teoría explicativa del comportamiento humano (Goetz y LeCompte, 1988).
El fuerte afianzamiento de epistemologías y estrategias metodológicas características del paradigma tradicional constituye un serio obstáculo para la incorporación de la etnografía en la investigación educativa (Torres Santomé, 1988). El poco entrenamiento que posee el investigador principiante en estudios etnográficos. Esta circunstancia acarrea la posibilidad de desnaturalizar los fundamentos o emplear inadecuadamente los procedimientos propios de un estudio etnográfico (Gibaja, 1988).
El peligro de convertir a la etnografía en una moda de investigación (Rist, 1980). La escasa posibilidad que tiene la investigación naturalista de garantizar con anterioridad las teorías que fundamentan el estudio y la rigurosidad del proceso metodológico, en la misma medida en que lo hace la investigación racionalista. Por ello, en ocasiones, la investigación cualitativa es descalificada y tildada de inconsistente, a la vez que es descartada cuando se trata de proyectos que implican inversión de dinero (Guba, 1981).
La exigencia que posee este tipo de estudio al suponer que el investigador debe penetrar, durante períodos prolongados, la "nueva cultura" que estudia en donde no sólo observará sino también hablará profusamente con los participantes (Delamont y Hamilton, 1984).
En la investigación participativa puede generarse una posición excluyente de cualquier otro tipo de modalidad investigativa o de un reemplazo indiscriminado de lo cuantitativo por lo cualitativo, desconociendo la necesaria complementariedad de las técnicas y enfoques metodológicos que están en estrecha relación con el problema a abordar y de las preguntas formuladas sobre el mismo. Ello puede implicar, por una parte, el reemplazo de la reflexión por la acción y una visión acrítica-pragmática de lo cotidiano sin una adecuada elaboración teórica (Cambours de Donini, 1988).
La desvalorización del rol de investigador, la escasa rigurosidad metodológica y la manipulación de la información en detrimento del elemento científico y de la reflexión crítica, son riesgos que puede acarrear la inadecuada interpretación de los fundamentos de la investigación etnográfica.
Condiciones que influyen en un estudio etnográfico Las condiciones en las cuales se ejecuta un estudio etnográfico pueden favorecer u obstaculizar el desarrollo de la investigación participativa. Algunos aspectos que influyen en un trabajo etnográfico exitoso son:
- Disposición personal, intereses grupales e institucionales y condiciones sociopolíticas favorables al propósito del estudio.
- Aspectos personales como experiencia en acciones participativas, adecuado nivel de criticidad, capacidad autocrítica, sensibilidad y respeto, actitudes abiertas, dialógicas, flexibles y solidarias.
- Apertura al cambio en el plano institucional.
- Valoración de la labor investigativa y reconocimiento de su utilidad, por parte de las autoridades educativas.
- Contexto político que contribuya a impulsar la investigación participante.
- Uso de un lenguaje común por parte del investigador y de los informantes lo cual favorece la discusión y la confrontación de puntos de vista distintos. Este aspecto cobra especial relevancia al considerar la importancia que otorga la investigación etnográfica al significado del fenómeno en estudio, desde la perspectiva de los participantes (Cambours de Donini citado en Torres Santomé, 1988).
5. Algunas experiencias iniciales
En el ámbito mundial, a partir de los años sesenta del siglo XX, la literatura científica reporta el empleo de la técnica etnográfica no sólo en el campo de la Antropología, en cuyo ámbito tuvo sus orígenes, sino también en el estudio de situaciones enmarcadas en otras disciplinas tales como Sociología, Psicología, Lingüística, Medicina y Educación.
A continuación se ofrece, a manera de ejemplo, una muestra de referencias que aunque no es representativa de la vasta aplicación que ha tenido la etnografía en múltiples disciplinas, puede dar una visión de la diversidad de situaciones específicas que han sido abordadas por parte de investigadores interesados en la metodología etnográfica, hace ya varias décadas.
Jules (1963), al estudiar la cultura estadounidense, aclaró que su obra no era una descripción objetiva de los Estados Unidos sino, más bien, una etnografía apasionada. Este autor abordó la cultura contemporánea de ese país, su estructura económica y sus valores, la relación de esos factores con el carácter nacional, las relaciones padre-hijo, las inquietudes de los adolescentes, las escuelas, los problemas emocionales, la vejez y la guerra.
- En un estudio referente al silencio de la cultura de los Apaches occidentales, el análisis etnográfico se centró en el evento comunicativo como sistema, sin privilegiar a priori el tipo de código verbal u otros componentes de dicho evento. En el trabajo se hace alusión a la escasez de estudios existentes sobre las condiciones situacionales que determinan el silencio.
- Irvine (1979) seleccionó una sola situación social para efectuar un estudio etnográfico: la forma de saludarse de los Wolof (comunidad de Senegal, al oeste de África).
Por lo menos una vez al día visitaba varias tiendas del valle para unirme a los grupos de hombres que conversaban, o bien, si el tendero se encontraba solo, para tratar de aclarar puntos obscuros sobre las obligaciones del parentesco… Otras veces, ayudaba a los hombres de la localidad a cosechar maíz o heno, a construir cobertizos, talar árboles, recoger y empacar hierba "galax" y a buscar parajes ricos en frutillas silvestres.
- Hicks (1976) centró su estudio en la forma de vida de los montañeses del Valle de los Apalaches. Su objetivo fue describir su cultura; aprender a ver el mundo desde su perspectiva. Para ello, se mudó con su familia al Valle Little Laurel; su hija se inscribió en la escuela local y su esposa se convirtió en una de las dirigentes de la asociación local de las Muchachas Exploradoras. Hicks descubrió que las tiendas y los tenderos constituían el centro del sistema de comunicación de la comunidad. En sus escritos, Hicks relata:
- Erickson (1977) analizó las características de la investigación cualitativa y utiliza la metodología etnográfica para estudiar la vida cotidiana desde una perspectiva sociológica y antropológica. Dicho autor refiere el caso de investigadores de la tradición de Malinowski en Antropología -así como sociólogos de trabajos de campo, interaccionistas simbólicos y más recientemente etnometodologistas, en Sociología- que han mostrado interés por el hecho social como acción social, considerando los significados sociales y la actuación cotidiana de las personas. Tales significados son descubiertos durante el trabajo de campo, observando y conversando con las personas acerca de por qué hacen lo que hacen, interrogándolos a veces cuando están en la plena ejecución de sus tareas.
- Willis (1983) realizó un trabajo etnográfico en el que hace un seguimiento intensivo de alumnos de la clase obrera, en una escuela secundaria exclusivamente masculina, durante los dos últimos años de educación obligatoria y los primeros meses de su incorporación al mundo laboral. El autor analizó cómo los alumnos, agrupados en pandilla, desarrollan un código de grupo y construyen una contracultura. A través de su estudio, comprobó cómo se conectan las experiencias escolares y laborales.
- Everhart (1983) realizó un trabajo, durante dos años, en un centro de secundaria norteamericano en el cual dirigió su foco de atención a la cultura de alumnos y alumnas, analizando cómo crean, renuevan, defienden o modifican las tareas escolares o su ritmo; de qué manera se va constituyendo la cultura adolescente; de qué manera se construyen los significados que otorgan a sus acciones. Este autor demuestra cómo los estudiantes rechazan la cultura de los programas oficiales y pasan gran parte del tiempo "vagueando", "haciéndose los tontos" y creando formas culturales propias que servían para alcanzar algún poder dentro del grupo de iguales o pandillas.
- Jungck (1985) realizó un estudio, asesorada por Apple, cuyo propósito fue describir e interpretar el desarrollo y uso del computador en un proyecto de lecto-escritura en una escuela. El estudio identifica la influencia de la comunidad distrital, su historia y estructuras organizadas, en el desarrollo del curriculum, a la vez que describe la naturaleza y los efectos del nuevo curriculum en docentes y alumnos. Algunas de las conclusiones revelan que la introducción del nuevo curriculum de lecto-escritura por computador, ocasionó algunas disfunciones por lo cual los estudiantes elegían otras opciones de cursos.
- Dillon (1989) desarrolló un estudio con el propósito de construir una descripción e interpretación de la organización social en una escuela secundaria rural norteamericana, analizando las acciones e interacciones entre estudiantes predominantemente negros, procedentes de clases bajas, y su maestro blanco. Los resultados revelan que la efectividad en el desempeño del docente estuvo definida por su habilidad para: a) crear una organización social congruente que justificaba la procedencia cultural de sus estudiantes; b) variar el estilo de enseñanza de modo que le permitiera comunicarse efectivamente con sus alumnos y contribuir a mejorar la actitud hacia el aprendizaje y hacia la escuela en general.
- Martínez Rodríguez (1990) dedica, en su obra Hacia un enfoque interpretativo de la enseñanza, un capítulo a la práctica de la etnografía didáctica. Este autor presenta tres estudios de casos en el campo educativo, basados en la etnografía, efectuados en España, a saber: a) Evaluación de la reforma educativa en el Colegio Público Minerva, b) La experimentación de la reforma en Matemática, estudio de una clase, y c) Análisis de la reforma a través del uso de sus materiales curriculares.
En el ámbito latinoamericano han sido desarrollados diversos estudios de iniciación etnográfica, desde la década de los ochenta. Una de las experiencias iniciales dignas de resaltar es la emprendida por Colombia y Venezuela a través del Proyecto Escuela y Comunidad en América Latina, durante la década de los años ochenta, con base en la perspectiva etnográfica de la investigación educativa.
Según relata De Tezanos de Mañana (1981), la experiencia de Colombia partió de interrogantes como: ¿Qué sucede en la escuela? ¿Qué se enseña? ¿Cómo se enseña? ¿Qué se aprende?, entre otras. El trabajo de campo se centró en cinco escuelas públicas (rurales y urbanas), con la participación de maestros, alumnos, padres y representantes. Los investigadores se incorporaron a los cursos y programas, se reunieron con docentes, entrevistaron a padres y alumnos, emplearon la observación y la entrevista no estructurada. El trabajo de campo les permitió conocer la vida cotidiana de la escuela. A través de las entrevistas, los investigadores reconstruyeron historias de vida de los informantes. Una vez recabada suficiente información, se procedió a interpretar la misma partiendo de un proceso de formalización guiado por interrogantes como: ¿En qué momento se articula la realidad con el modelo teórico? ¿Dónde se presentan las contradicciones? Algunas de las conclusiones resaltan las bondades de la formalización como un paso imprescindible hacia la búsqueda de lo significativo, además de recalcar las posibilidades de la etnografía como metodología de investigación para contribuir en el desarrollo del conocimiento científico y de construcción teórica.
La experiencia de Venezuela se centró en analizar los acontecimientos que ocurren dentro del ámbito escolar que pueden incidir en el proceso de aprendizaje y el efecto de la acción del docente sobre el éxito o el fracaso escolar de los alumnos. El estudio se planteó entre otras interrogantes: ¿Qué es lo que sucede dentro de las escuelas? ¿Cómo se desarrolla el proceso de aprendizaje? ¿Cuáles son las acciones que realiza el maestro dentro del salón de clases? El trabajo de campo se llevó a cabo en cinco escuelas (rurales y urbanas) con población de escasos recursos económicos. El estudio contempló entre sus informantes a docentes, alumnos, padres y representantes. La investigación consideró al éxito y el fracaso escolar, la interacción en el salón de clases, el ambiente escolar y las relaciones escuela-comunidad, como categorías y subcategorías de estudio.
En opinión de las autoras, la etnografía constituye una alternativa metodológica de investigación acerca de la cual aún existen reservas y quizá poca difusión en el ámbito educativo. No obstante, actualmente son numerosos los trabajos fundamentados en este enfoque cualitativo de investigación.
Al profundizar acerca del tema, uno de los aspectos notados es el hecho de que, sobre la etnografía, los autores defienden criterios particulares e incluso incompatibles. Por ejemplo, son diversas las opiniones con relación a su alcance, su definición y aplicabilidad. Esto ha ocasionado confusión en la terminología y en la exposición de argumentos, como se aprecia al consultar la literatura, con la consecuente desorientación entre quienes se inician en el estudio del tema.
La perspectiva etnográfica abrió un nuevo camino susceptible de ser aplicado con propiedad en el ámbito de las Ciencias Sociales, particularmente en el campo educativo. A juicio de las autoras, la etnografía ha cumplido un importante papel social ya que los resultados derivados de la descripción, interpretación y explicación de una cultura, sea a nivel micro o macro, pueden ser el punto de partida para generar la intervención en los problemas detectados.
La consulta bibliográfica y el intercambio de ideas permite afirmar que la estrategia etnográfica es una vía fundamentalmente humana, con connotación netamente subjetiva, para enfrentar el estudio y la transformación de la realidad social. Además, es una alternativa flexible que no pretende formular generalizaciones definitivas sino que contrariamente, aspira arribar a interpretaciones de una situación específica. Esto contribuye a la claridad y honestidad del investigador en cuanto al alcance de su trabajo.
Hubo quienes calificaron a la técnica etnográfica como informal y sin fundamentos teóricos. Al parecer, quienes así opinaban, no comprendían el verdadero alcance y profundidad de la etnografía pues ésta conduce a elaboraciones teóricas que, aunque válidas sólo en contextos particulares, contribuyen al conocimiento y comprensión global de determinadas realidades socio-educativas. Por otra parte, dicho argumento pudiera reflejar un sentimiento negativo con respecto a la investigación cualitativa en general. Afortunadamente, tal sentimiento ha sido progresivamente superado. Quienes se identifican con este paradigma de investigación enfrentan el reto de proyectar la credibilidad de los resultados que arrojan los estudios cualitativos, con miras a fortalecer el soporte filosófico, epistemológico y metodológico de este enfoque en el ámbito científico. En efecto, el pronunciamiento de numerosos investigadores a su favor ha contribuido a que esa actitud descalificadora que la tildaba de investigación acientífica, reducida a simples relatos de individualidades, ha quedado atrás.
La actual situación educativa en Venezuela y demás países latinoamericanos requiere de trabajos cuyos hallazgos contribuyan a formular características, condiciones, propiedades y relaciones extraídas de la propia realidad, no transferidas de otros contextos culturales. La etnografía, conjuntamente con otras metodologías cualitativas, es una alternativa para sistematizar esa realidad, a veces tan alejada de las formulaciones ministeriales.
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Resumen El artículo tiene como propósito promover la reflexión, la discusión y el empleo de la técnica de investigación etnográfica en el campo socioeducativo. En aras de tal propósito, las autoras ofrecen referentes históricos, filosóficos y científicos relativos al surgimiento de la etnografía. A lo largo del documento se hace énfasis en las características, los alcances y los pasos metodológicos que involucra el uso de la etnografía. El desarrollo del tema es abordado a partir de diez interrogantes centrales: ¿Qué significa etnografía? ¿Cuál es el objeto fundamental de la etnografía? ¿Cuál es el alcance de la etnografía? ¿Cuáles son las bases filosóficas de la etnografía? ¿Cuáles son las tendencias más representativas de la investigación cualitativa y de la etnografía? ¿Qué características posee la investigación etnográfica? ¿Qué pasos contempla la ejecución de un estudio etnográfico? ¿Qué limitaciones presenta un estudio etnográfico? ¿Qué experiencias etnográficas se tiene en el espacio mundial y latinoamericano? ¿Cuáles reflexiones nos planteamos en torno a la etnografía?. Descriptores: Etnografía, metodología de investigación, investigación cualitativa, enfoque interpretativo, fenomenología.
Autor:
Lourdes Denis Santana y Lidia Gutiérrez Borobia
Ediciones Empresa Orbitas, CA Cursos en-línea: Investigación Cualitativa
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