- Introducción
- ¿Qué es la realidad social?
- El fin de la realidad mexicana
- El surgimiento de la sociedad emergente
- Los cambios sociales generan nuevos paradigmas sociales
- La situación actual de la Psicología
- ¿Qué es la Psicología?
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
De entrada quiero hacer una confesión pública: confieso que tengo el complejo de Cristóbal Colón, entendido éste como "el proceso mediante el cual los pensadores sociales se aburren súbitamente de sus viejas polémicas y empiezan a mirar con envidia los "jardines" de otras disciplinas, presumiendo que allí podrían hallar lo que parece faltar en el suyo". Llegué a esta conclusión después de leer el libro de Zygmunt Bauman "La ambivalencia de la modernidad y otras conversaciones" donde me encontré esta definición mencionada por Keith Tester (Zygmunt Bauman, 2,011)
No tengo pena alguna en reconocer la existencia de este complejo porque en mi práctica docente y de investigación social me he visto en la ineludible necesidad de salirme del campo de la Psicología e incursionar en los terrenos fértiles de la Sociología, Filosofía, Pedagogía, Comunicación, etc., para estar en condiciones de construir un marco teórico sólido que me permita reconocer el contexto social que rodea al objeto de mi intervención y con ello lograr una comprensión integral sobre bases científicas de la dinámica compleja existente hoy en día en la interinfluencia del individuo y la sociedad contemporánea.
Esta "salida obligada" del marco teórico de la Psicología se debe a varios factores:
En primer lugar debo decir que el motor impulsor de esta "aventura teórica" en terrenos de otras disciplinas se debe al hecho de ver que nuestra sociedad contemporánea está inmersa en una profunda crisis que ha incentivado el fortalecimiento de varios problemas sociales y el surgimiento de nuevas problemáticas, a las cuales las ciencias sociales en general y la Psicología en particular, no están prestando la suficiente atención, en un momento histórico en el cual nuestra sociedad contemporánea presenta una enorme desigualdad social y esto produce en la comunidad un enorme sufrimiento por el incremento de los índices de marginación y pobreza vigentes en tiempos del neoliberalismo y de tiranía del Mercado.
Ante el agudizamiento de los problemas sociales la comunidad social presenta de manera implícita y explícita una serie de demandas de ayuda psicológica para paliar su sufrimiento, pero éstas no son suficientemente atendidas, ya que la mayoría de los profesionales de la Psicología están influenciados y formados académicamente por un corrientismo psicológico que les impide ver de manera integral su objeto de estudio y en sus intervenciones parten de un modelo de Psicología enfocado en el individuo que les impide reconocer las verdaderas causas sociales que originan los problemas que afectan a los individuos, a los grupos, a las organizaciones y a las comunidades. En consecuencia, los resultados obtenidos son parciales, insuficientes y de corta duración.
Desconocen el concepto de totalidad utilizado en ciencias sociales, la historia y aportaciones de la Psicología comunitaria latinoamericana, así como la base del construccionismo social de nuestra realidad y sobre todo que la Psicología social nos permite utilizar diferentes niveles de análisis al estudiar el comportamiento humano en forma individual, grupal, organizacional y comunitario.
En nuestras intervenciones psicológicas debemos partir de la premisa de que todos somos seres sociales que tenemos una personalidad psicosocial desarrollada en nuestra interacción en diferentes ámbitos de convivencia social, de que todos pertenecemos a varios grupos simultáneamente a lo largo de nuestra existencia, de que todos vivimos actualmente en el contexto de una sociedad que existe gracias al funcionamiento de varias organizaciones que nos ofrecen productos y servicios para satisfacer nuestras necesidades y de que todos vivimos en comunidades urbanas o rurales, enfrentamos el hecho irrefutable de que todos somos seres sociales y que por lo tanto nuestros problemas individuales son la expresión particular de los grandes problemas sociales.
Esta característica social del ser humano es la que nos obliga a los científicos sociales, por cuestión de procedimiento, a ubicar el contexto social que rodea a nuestro objeto de estudio, como la primera tarea a realizar en nuestro análisis o en nuestra intervención y para lograrlo utilizamos conceptos como "sociedad" o "realidad".
En segundo lugar mi formación como Psicólogo social y mi práctica profesional me exigen rebasar el reduccionismo científico imperante que consiste en explicar nuestro objeto de intervención solo bajo el marco de una sola disciplina (en este caso hablamos de la Psicología) descuidando las aportaciones de otras disciplinas en el estudio del comportamiento humano.
Son los famosos "ismos" que se presentan como frenos frecuentes en el desarrollo de las ciencias sociales: Psicologismo, Sociologismo, Economicismo, Economicismo, etc.
Partir de estos reduccionismos científicos constituye un gran error porque los seres humanos somos seres sociales, vivimos en sociedad y su estudio debe ser integral con un enfoque multi e interdisciplinario para poder lograr una adecuada comprensión en la compleja interacción e interinfluencia que existe entre el individuo y la sociedad.
En tercer lugar está el hecho de vivir bajo el predominio de un corrientismo psicológico que se encuentra no solo en la Psicología académica, es decir, los contenidos de la enseñanza de la Psicología en las universidades mexicanas (al menos en la Universidad de Sonora), sino que también se refleja en la práctica profesional de la Psicología.
Este corrientismo consiste en el hecho de casarse con los postulados de una sola corriente psicológica y percibir en forma negativa a las demás corrientes de Psicología rechazando sus aportaciones al estudio del comportamiento humano.
Recordemos que toda práctica profesional tiene su base en el aprendizaje académico y lo que se aprende en las universidades se reproduce en la práctica profesional
Las consideraciones anteriores son las que me empujan a buscar alternativas más allá de las aportaciones que pueda ofrecer la disciplina psicológica, ya que hoy la Psicología contemporánea se muestra insuficiente, limitada y rebasada por una realidad cambiante, al grado de no atender los grandes problemas sociales que caracterizan a la sociedad contemporánea.
Parafraseando a Ignacio Martín-Baro, podría decir que necesitamos liberar a la Psicología para construir una Psicología de la Liberación. (Martin-Baro, 2,006).
La verdad es que la situación actual nos impide seguir con los paradigmas que se han utilizado durante años, que hoy ya no sirven mostrándose inoperantes y la realidad contemporánea nos obliga a construir nuevos paradigmas que respondan a la dinámica compleja que hoy vivimos.
Por las anteriores consideraciones creo imprescindible y necesario enriquecer nuestros enfoques teóricos en el campo de la psicología, retomando las aportaciones de autores contemporáneos de diferentes disciplinas sociales, especialmente de la Sociología, Filosofía, Pedagogía y Comunicación para fundamentar la necesidad de realizar un giro en el campo de la Psicología que consista en poner más atención a lo que sucede en el contexto social, reconocer como los cambios sociales afectan la realidad en la cual convive nuestro objeto de estudio y sobre todo el cómo afectan el comportamiento humano.
Esta situación es lo que fundamenta la necesidad urgente de construir una Psicología socialmente sensible a los problemas sociales, cercana a las comunidades sociales, a la mayoría de los integrantes de nuestra sociedad que en el caso actual, son mayorías marginadas, excluidas de los beneficios de la "modernidad" y son quienes demandan urgentemente ayuda psicológica.
La construcción de una Psicología socialmente sensible solo podrá ser lograda si construimos nuevos paradigmas científicos que nos permitan comprender con mayor objetividad la realidad contemporánea, que nos ayuden a superar los reduccionismos científicos y el corrientismo psicológico para construir enfoques multidisciplinarios en nuestros análisis teóricos y en nuestras intervenciones profesionales.
Cuando entramos en el terreno de definir lo que es la realidad social, ingresamos a un terreno pantanoso y de difícil acceso, porque nos vemos influenciados por los reduccionismos imperantes en cada disciplina social.
La dificultad para lograr una definición clara la ilustra Zygmunt Bauman cuando nos expone de una manera sencilla la dificultad de lograr un consenso entre investigadores sociales cuando describen la realidad social y compara esta tarea como el trabajo que realiza un escultor con su obra, ya que cada investigador interpreta la realidad a su manera como si fuese su obra particular tomando como punto de partida la perspectiva de su propia disciplina. (Bauman, Zygmunt, 2,008).
El sociólogo francés Alan Touraine describe en su libro El fin de las sociedades la crisis que atraviesa al conjunto de instituciones que conforman la sociedad moderna y denomina a esta situación como el fin de las sociedades, como el fin de una era de modernismo y el paso a un postmodernismo incierto.
Un planteamiento que coincide con lo planteado por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman cuando aporta el concepto de sociedad o modernidad líquida para definir el actual momento de la historia en el que las realidades e instituciones sociales se desvanecen, cambian de forma o desaparecen dejando de funcionar. En base a esta apreciación Bauman nos dice que "el mundo está agotado" nos habla de Vidas desperdiciadas en un mundo que está agotado porque todo lo que cabía esperar de él, todo aquello que podía incorporársele a título de mejora o de perfección ha sido ya colmado. Su agotamiento es, paradójicamente, su completitud: no hay nada que añadir, nada que esperar, nada que reformar. Está acabado. "Es lo que hay".
Por otro lado, el filósofo griego Cornelius Castoriadis aporta por su lado el concepto de evanescencia cuando nos alerta sobre el hecho de que las instituciones y valores en nuestra sociedad están perdiendo significado y desapareciendo para dar lugar a un materialismo vulgar y a tendencias hedonistas en nuestra población.
Sin embargo, al margen de las diferencias que podamos encontrar en varias "esculturas sociales", podemos decir que existe un consenso acerca de la existencia de una crisis sin precedentes en la sociedad contemporánea.
Todas estas aportaciones de grandes pensadores contemporáneos de las Ciencias Sociales nos permiten entender lo que está pasando actualmente en el mundo entero en general y en México en particular.
En ese sentido la primera tarea que enfrentamos es describir la realidad en una forma crítica, partiendo de la premisa de que el mundo no es un libro de texto, los académicos, los investigadores sociales, es decir, los científicos sociales somos quienes hacemos libros de texto acerca de la realidad. La realidad social sigue cambiando en forma inexorable y continua.
Pero también debemos tener presente que nuestra tarea no se limita a describir la realidad social en forma crítica, ya que las circunstancias actuales demandan con urgencia un cambio social por lo que debemos encontrar alternativas de acción que contribuyan a la transformación social en un sentido de lograr un verdadero bienestar social.
El término "realidad social" se utiliza comúnmente como sinónimo del concepto de "sociedad" que a su vez es utilizado como metáfora para describir la experiencia de un conjunto de personas que comparten un espacio, que interactúan en diversas actividades de sus vidas en un momento histórico social determinado.
Para entender la realidad social el primer paso es describirla críticamente, recordando que el mundo social no es un libro de texto, nosotros somos quienes hacemos libros de texto acerca de la realidad. Nuestra tarea al describirla es decir la verdad sobre las condiciones materiales de existencia de las personas que viven en sociedad.
En el proceso de descripción de la realidad en forma crítica debemos plantear formas alternativas de cambiar esa realidad. Nuestra labor como docentes e investigadores sociales implica romper la percepción de "normalidad" de la vida cotidiana haciendo visibles las formas de manipulación y control ideológico, así como los cambios sociales han sido realizados por diferentes movimientos colectivos que lucharon en defensa de diferentes derechos sociales.
Con la consideración anterior intentaré dar mi aportación desde una perspectiva psicosocial para lograr una definición de lo que es la realidad social.
En esta línea de pensamiento tomando como punto de partida el campo que me es familiar, es decir, el campo de la psicología, podemos ver que la Psicología social es la disciplina que nos ayuda a comprender en forma integral los grandes problemas sociales, partiendo de un enfoque de construccionismo social y utilizando el enfoque de investigación participante.
La Psicología social en sus intervenciones debe empezar por fechar la intervención, es decir, describir la realidad social en un momento sociohistórico determinado para iniciar un proceso social de transformación de la misma. Para lograrlo facilita el cambio social a través de la concientización y participación de todas las personas involucradas, impulsando el empoderamiento individual y grupal, respetando la diversidad social existente.
La principal característica de la realidad social contemporánea es la existencia de una creciente desigualdad social que genera múltiples problemas sociales que se agudizan cada vez más, por lo que representan un reto constante, difícil de ignorar por los científicos sociales.
Las transformaciones estructurales propiciadas por la implementación de políticas neoliberales que favorecen al mercado y dejan de lado las necesidades sociales, afectan de manera significativa el bienestar y la calidad de vida de amplias capas de la población.
Aumenta considerablemente la cifra de personas que viven en condiciones de pobreza, de marginación y exclusión. Se incrementa el número de personas que sufren problemas de salud y enfermedades crónicas. La drogadicción, la delincuencia, la victimización, la violencia intrafamiliar, el maltrato infantil, el feminicidio, las inadaptaciones y los fracasos escolares son el pan de cada día en nuestra vida cotidiana.
Predominan los estilos de vida individualistas, el comportamiento social es determinado por un exacerbado consumo en el contexto de una crisis económica permanente y creciente.
La realidad contemporánea se caracteriza por una dinámica de cambios sociales constantes que generan una gran incertidumbre ya que no sabemos qué va a pasar el día de mañana.
No se necesita tener muchos estudios para darse cuenta de que en los últimos tiempos se ha incrementado enormemente la desigualdad social por lo que la demanda de recursos para satisfacer necesidades de supervivencia no es satisfecha para los factores desfavorecidos de nuestra sociedad.
Tampoco se requieren títulos académicos para darse cuenta de que la desigualdad social es una violación de la dignidad humana, ya que niega la posibilidad de que todos los seres humanos desarrollen sus capacidades en forma integral.
La pobreza, la desigualdad social, la marginación y los elevados índices delictivos son problemas sociales que tienen un claro origen social.
Lo cierto es que debemos tener presente de que el momento histórico que nos ha tocado vivir se caracteriza por una de las mayores crisis del capitalismo que condena a millones de personas a vivir en la miseria y tiene el planeta al borde de una catástrofe ecológica. (Yescas, Oscar. 2,016)
http://www.monografias.com/trabajos107/inexorable-evanescencia-nuestras-vidas-capitalismo/inexorable-evanescencia-nuestras-vidas-capitalismo
¿Por qué es importante conocer la realidad social? Como psicólogos debemos conocer el contexto social en el cual se desenvuelve nuestro objeto de estudio. Como psicólogos sociales antes de realizar una intervención debemos conocer la realidad social sobre la cual vamos a intervenir. Debemos fundamentar teóricamente nuestra intervención para poder realizar una mejor intervención.
De esta manera estaremos en mejores condiciones de entender sus necesidades, motivaciones, actitudes, etc. Al realizar esta tarea debemos ubicar el análisis en un tiempo y un espacio histórico determinados, para estar en condiciones de comprender las causas del comportamiento humano en base a una explicación científica.
¿Qué es la realidad social? Para responder a esta pregunta necesitamos reconocer que los seres humanos somos seres sociales que nos vemos motivados por necesidades que nos llevan a interactuar en un conjunto de relaciones sociales.
La realidad es esa zona donde los individuos concretos viven sus condiciones reales de existencia. Esto nos remite al análisis de la vida cotidiana que concebimos como "la expresión inmediata de un tiempo, ritmo y espacio concretos del conjunto de actividades y relaciones sociales que mediados por la subjetividad, regulan la vida de una persona en una formación económico-social determinada, es decir en un contexto histórico social concreto" (Martin, 2000).
Al estudiar la realidad social desde la perspectiva psicosocial, ubicándola en el contexto de la vida cotidiana, debemos utilizar la crítica social, es decir, debemos realizar una crítica, un cuestionamiento a la aparente normalidad, que nos permita construir un conocimiento objetivo de las fuerzas sociales que determinan nuestra cotidianeidad.
La crítica de la vida cotidiana implica un cuestionamiento que permita rebasar el pseudoconocimiento, la distorsión de la realidad que surge de un proceso de ideologización al que nos vemos sometidos sin tomar consciencia de ello.
Esta crítica en principio la debemos realizar los que tenemos acceso al conocimiento científico y el primer paso es superando la acriticidad de la vida cotidiana, es decir, despojarnos de la idea de que lo que sucede cotidianamente es algo "normal", para cambiar la familiaridad acrítica por una crítica de la vida cotidiana.
Bajo esta perspectiva considero que debemos analizar la relación que existe entre el individuo y la sociedad, tomando como punto de partida un sistema de relaciones sociales, en el cual existe una pertenencia simultánea de cada uno de nosotros a diferentes grupos, lo que conlleva la construcción de diversas identidades.
Cabe precisar que la Psicología social estudia la interinfluencia e interdependencia que existe entre el individuo y la sociedad circundante en la que se encuentra, utilizando diferentes niveles de análisis. El análisis del individuo, el análisis del grupo, el análisis de la organización y el análisis de la comunidad.
La Psicología social permite realizar esta crítica de la vida cotidiana ya que representa un campo disciplinar que contiene una producción teórico-metodológica destinada a analizar los problemas de la realidad social.
En otras palabras, la crítica de la vida cotidiana es el análisis objetivo y científico de las condiciones concretas que forman parte de la existencia de todo individuo. De esta manera la crítica de la vida cotidiana requiere de diversos niveles de análisis, desde la sociedad en general, las comunidades que la conforman, las instituciones que forman parte de la misma, las organizaciones que la sustentan, los grupos sociales formales e informales y el análisis de los vínculos que establecen las personas entre sí.
De esta manera podemos comprender que la representación de la realidad que cada individuo realiza en particular, está determinada por varios factores.
En primer lugar por el conjunto de relaciones interpersonales que establece con el mundo que le rodea en base a su pertenencia simultánea a diferentes grupos sociales.
En segundo lugar por la forma como percibe un hecho particular en base a su historia personal, prejuicios y estereotipos.
En tercer lugar la percepción social de un individuo está determinada por las fuentes de información que nutran o deformen la percepción de la realidad en la que está inmerso.
El fin de la realidad mexicana
Nuestro país ha vivido sumergido varios años en una gran crisis económica, política y social creada por el impulso de políticas neoliberales que buscan la privatización de todo tipo de recursos y servicios. El Estado mexicano abandonando su papel de benefactor social, ha impuesto reformas estructurales que lejos de beneficiar a la población han traído como resultado un aumento del número de personas que han caído a vivir en condiciones de pobreza y miseria aumentando con ello la desigualdad social.
En este contexto hemos presenciado grandes levantamientos sociales de la población mexicana que en su momento encontraron respuestas de cerrazón y autoritarismo por parte del poder en turno y de la clase política de nuestro país. A través de estas acciones se reflejó el gran distanciamiento que existe entre la ciudadanía mexicana con sus instituciones gubernamentales y los partidos políticos que tienen registro en nuestro país, este distanciamiento lejos de disminuir ha aumentado día tras día.
Tan solo recordemos que el primer levantamiento popular fueron las grandes movilizaciones que se dieron para evitar que Felipe Calderón impusiera la Reforma laboral que robó el futuro a nuestra juventud al eliminar el empleo, la jornada de ocho horas y otras prestaciones laborales. Esta reforma se aprobó por parte de diputados y senadores en el Congreso de la Unión, que estuvo rodeado de policías y granaderos que impedían el paso de miles de manifestantes que clamaban porque no se aprobara. https://www.youtube.com/watch?v=rB5O7rwfT78
Posteriormente se dieron las movilizaciones del movimiento estudiantil Yosoy132 que movilizó a miles de jóvenes en el país, así como miles de ciudadanos que se opusieron al fraude electoral con el que Enrique Peña Nieto llegó al poder, el autoritarismo y la cerrazón se mantuvo y las instituciones electorales y de justicia, rodeadas de corrupción terminaron por avalar el fraude electoral burlando la voluntad popular e imponiendo a Peña Nieto en la silla presidencial.
http://www.monografias.com/trabajos93/revolucion-y-cambio-social-mexico/revolucion-y-cambio-social-mexico
El segundo levantamiento popular fue la lucha masiva de los maestros en contra de la reforma educativa que intentó imponer infructuosamente el gobierno mexicano y que hoy se observa como uno más de sus fracasos, ya que la resistencia de los docentes mexicanos se ha mantenido firme en los últimos años. La lucha de la CNTE evidenció el carácter autoritario y represivo del Estado mexicano, ganando apoyo de la población a su movimiento en contra de la reforma.
/trabajos108/maestro-luchando-tambien-esta-ensenando/maestro-luchando-tambien-esta-ensenando
El tercer movimiento colectivo de protesta del pueblo mexicano se dio por la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, que generó una indignación popular que se manifestó a lo largo y ancho del país con grandes movilizaciones, revelando la enorme inconformidad social existente entre la población mexicana. Esta detención-desaparición de los estudiantes reveló la existencia de un narcogobierno en México y el manto de la impunidad imperante ante las injusticias.
/trabajos102/rebelion-juvenil-mexico/rebelion-juvenil-mexico
Más adelante vimos el levantamiento popular que generó el aumento al precio de las gasolinas y que logró movilizaciones de miles de personas a lo largo y ancho del país bajo la consigna de No al gasolinazo. A pesar de su gran magnitud este movimiento colectivo contestatario no fructificó y con el paso del tiempo se desvaneció y los aumentos a la gasolina continúan presentándose.
Las características que ha presentado el gobierno mexicano a lo largo de todos estos años han sido la aprobación de medidas que afectan el bienestar social y la calidad de vida de la población mexicana, una cerrazón al clamor popular, un aumento de la violencia represiva institucional, un liderazgo autocrático y represivo, una enorme corrupción en todos los niveles de gobierno, un descuido irresponsable en la atención a los grandes problemas y necesidades sociales que presenta el pueblo mexicano, la criminalización de la protesta social, asesinato de periodistas, etc.
Todas estas acciones han generado un progresivo distanciamiento del gobierno mexicano con la población mexicana que lejos de ver a los representantes gubernamentales de todos los niveles, a los diputados y senadores como sus representantes, los ve ahora como su principal enemigo, como los causantes de la crisis que enfrenta en su vida cotidiana con la alza de precios, bajos salarios, falta de empleo, horarios exhaustivos, etc.
Con esos precedentes de corrupción generalizada, inconformidad social, autoritarismo gubernamental, movilización de la población, descrédito de las instituciones gubernamentales y partidos políticos, nos encontramos aquí y ahora viviendo en México un momento histórico que podríamos denominar como el fin de la sociedad tal como la conocíamos al observar que las instituciones del Estado mexicano atraviesan por una seria crisis de legitimidad, falta de credibilidad social, ausencia de compromiso social y un masivo rechazo de la población mexicana a todo lo que representa el gobierno mexicano y los partidos políticos.
Así podemos ver que la persona que ocupa la Presidencia de la República mexicana es hoy en día una de las figuras más repudiadas por parte de millones de mexicanos no solo porque fue una persona que llegó al poder a través del fraude electoral, sino también por las diferentes medidas antisociales que ha tomado y por la serie de comentarios y actuaciones que reflejan un bajo nivel cognitivo y deficiente desarrollo intelectual.
El Congreso de la Unión con sus diputados y senadores son masivamente rechazados por la población mexicana que no olvida que ellos han sido quienes aprobaron las reformas estructurales que tienen sumido al país en una seria crisis económica y por la entrega de nuestros recursos naturales al sector privado nacional y extranjero. Son esos políticos que reciben enormes sueldos y prestaciones mientras aprueban medidas que afectan a la población, olvidando que su función debería de ser la de representantes populares.
Los partidos políticos enfrentan también un serio cuestionamiento social por la enorme cantidad de presupuesto que utilizan y que ha llevado a la condenable situación de que nos encontramos en el país que tiene las elecciones más caras del mundo y las de menor credibilidad porque todo mundo sabe que en México se cometen fraudes electorales. Son las instituciones que manejan el más alto presupuesto público, que proviene de nuestros impuestos y que se lo reparten a manos llenas entre ellos mismos, enriqueciéndose a nuestras costillas.
Los gobernadores de los Estados mexicanos, sin importar sean del PRI o del PAN, se han caracterizado por desviar los recursos públicos y saquear las finanzas gubernamentales a sabiendas de que el gobernador entrante no ejercerá acción penal en contra de ello. Lo mismo sucede con los presidentes municipales que dejan en la ruina y endeudados los municipios que saquearon. La corrupción de nuestros gobernadores ha evidenciado la falta de límites en su voracidad de robar los dineros públicos. Los casos de Guillermo Padrés en Sonora, de Javier Duarte en Veracruz, son tan solo dos de varios gobernadores que han robado al pueblo mexicano miles de millones de pesos y hasta el momento ninguno ha sido puesto en prisión y mucho menos regresad lo que robó.
El ejército mexicano, del cual anteriormente nos enorgullecíamos al llamarlo ejército de paz y rescate en situaciones de emergencia ha perdido prestigio, legitimidad y apoyo social en el contexto del narcogobierno, por su vinculación en actos de corrupción, hechos de represión y sobre todo por su evidente actuación en la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.
El Instituto Nacional electoral de México, ha traicionado su misión principal que es la de garantizar elecciones libres y democráticas, al prestarse a avalar los fraudes electorales de los últimos años, por los altos sueldos que perciben sus consejeros electorales para legitimar el fraude y por el altísimo presupuesto que utilizan para perpetuar en el poder a quienes saquean las arcas de nuestra nación.
Los ministros de Justicia en nuestro país, han demostrado una actuación que haría sonrojar a cualquier prostituta por la venta de sus servicios al mejor postor, ya que dan fallos legales avalando actos de corrupción, encubriendo injusticias, apoyando y legitimando acciones en contra de la población a cambio de percibir sumas exorbitantes de dinero como sueldos vitalicios y ser figuras intocables por el resto de la población.
Procuradores, Secretarios de Estado, Comisionados, etc., se cortan con la misma tijera, son cómplices y actores principales de actos de corrupción y se cubren con la misma manta de impunidad. Sin excepción alguna podemos decir que quienes tienen cargos de poder en México existe un neanderthalismo administrativo creado por la corrupción, que consiste en que los cargos de poder administrativo no se dan por méritos de sus ocupantes o por una adecuada selección de personal, de tal forma que quienes ocupan cargos de poder se caracterizan por estar involucrados en graves actos de corrupción y actúan en forma similar a los cárteles de la delincuencia organizada, saqueando las arcas públicas, cubriendo a los delincuentes, distorsionando la información y cubriéndose todos entre sí bajo un manto de impunidad.
/trabajos104/conduccion-cientifica-nuestras-organizaciones/conduccion-cientifica-nuestras-organizaciones
Esta es la realidad mexicana, es el contexto de la vida cotidiana de millones de mexicanos que viven en un país en crisis permanente provocada por quienes están ocupando posiciones de poder dentro del gobierno y dentro de los partidos políticos.
Es la existencia de un cártel de delincuentes que tienen secuestrado el poder en México y que lo utilizan para beneficio particular y para perjuicio de una inmensa mayoría de mexicanos que día a día se ven sumidos en la pobreza y en la austeridad.
Es una crisis que no se limita a lo económico o a los políticos, sino que trasciende todos los ámbitos de convivencia social y que plantea de manera urgente la necesidad de impulsar un cambio social en México.http://www.edu.red/trabajos101/madre-todas-crisis-y-urgencia-del-cambio-social/madre-todas-crisis-y-urgencia-del-cambio-social
El surgimiento de la sociedad emergente
En la literatura de Psicología social existe el concepto de grupos emergentes que hacen referencia al surgimiento de grupos sociales que aparecen como actores sociales para influir en la dinámica de la sociedad para influir en el rumbo de la misma, ya sea para reparar injusticias o por la defensa de derechos humanos, laborales o sexuales.
En algunos casos el incremento de la participación social nos permite hablar de movimientos colectivos, como lo ha sido el caso de la demanda de justicia en el caso de los niños fallecidos en la guardería ABC de Hermosillo, la demanda de aparición de los 49 normalistas de Ayotzinapa, el rechazo al intento gubernamental de imponer una Reforma laboral disfrazada de Reforma educativa, etc.
Es de todos conocido que los sismos del 19 de septiembre han jugado un papel de parteaguas a nivel nacional en el sentido de que se puede hablar de un antes y un después de los sismos en México ya que se observa una movimiento de solidaridad masiva hacia los afectados y la demanda de utilizar recursos públicos para la atención a los mismos.
En ese sentido podría hablarse de que estamos ante una sociedad emergente conformada por una enorme colectividad de mexicanos de todo el país que toma la iniciativa, que incrementa su participación social para demandar cambios en estructurales en la forma de gobernar y en la conducción del país.
Los dos terremotos de este mes de septiembre del 2,017 en el centro del país, afectaron a buena parte de la población y los órganos de gobierno federal Estatal y municipal, incluyendo al Ejército Nacional, a la secretaría de Marina, grupos de policías, federales, estatales y municipales, protección civil, etc., no respondieron oportunamente y en forma adecuada a las consecuencias de la tragedia que viven miles de mexicanos después de dos terremotos.
Ante la falta de respuesta oportuna de quienes deberían atender situaciones de emergencia, nuevamente al igual que hace 32 años, la población ha tomado la iniciativa y dando muestras de espontaneidad, solidaridad, entrega y participación social, miles de mexicanos dejaron todo atrás y se entregaron a las labores de rescate y remoción de escombros con la prioridad de salvar vidas humanas y de animales.
Al igual que el 19 de septiembre de 1985, pareciera ser que el Estado mexicano no existía, por lo que la población se organizó espontáneamente tomando el control de los lugares siniestrados, realizando labores de remoción de escombros, excavación y rescate de sobrevivientes. Gracias a estas acciones fueron rescatadas con vida decenas de personas que permanecían debajo de los escombros.
A diferencia de 1985, los temblores de este fatídico septiembre en México, tuvieron gran resonancia nacional e internacional a través de las redes sociales. Las mismas fueron utilizadas por la población mexicana para informar de la gravedad de los efectos del sismo en determinados lugares y solicitar apoyo, que fue proporcionado inmediatamente por miles de voluntarios.
Empezó a circular la petición de ayuda para damnificados y surgió la idea de que los partidos políticos mexicanos donaran parte del presupuesto que ellos mismos se aprobaron para las elecciones presidenciales del 2,018, que vale la pena resaltarlo, es un presupuesto histórico ya que nunca ninguna elección presidencial en todo el mundo había contado con tan inmensa cantidad de dinero.
La mezquindad de los representantes de los partidos políticos no se hizo esperar, negándose a proporcionar cantidad alguna a nombre de que iba en contra de la ley. Pero, las redes sociales jugaron un importante papel en la demanda de destinar esos recursos públicos, provenientes de los impuestos que pagan los mexicanos para reparar daños y ayudar a los damnificados. Mas de 1,600,000 firmas se recolectaron en tan solo tres días apoyando esta solicitud. Sólo Morena y Andres Manuel López Obrador aceptaron desde un principio.
Los demás partidos se vieron obligados a hacer lo mismo posteriormente al ver las expresiones de rechazo masivo que se estaban presentando, pero ya era demasiado tarde, su mezquindad, su avaricia, su ambición, su falta de solidaridad social y egoísmo, ya se habían exhibido.
Podría resumirse entonces la situación actual como el surgimiento de una solidaridad colectiva de parte de la población mexicana ante la magnitud de la tragedia, el incremento de una gran participación social en las labores de rescate, remoción de escombros, reparto de alimentos, medicinas, atención a los afectados por el sismo.
El fortalecimiento de la identidad del mexicano, generando un sentimiento de pertenencia no sólo a una comunidad afectada, sino a un país entero que se moviliza en todo el territorio nacional para atender a los damnificados (una situación que llamó la atención de la prensa internacional que destacaba no solo los efectos del terremoto, sino más bien las reacciones de solidaridad de miles de mexicanos ante la tragedia), la toma de consciencia de la ineptitud, indiferencia y oportunismo de las autoridades gubernamentales, pero sobre todo hemos visto surgir un gran empoderamiento de la población mexicana que rompiendo todo tipo de vínculo de dependencia ha establecido un vínculo de colaboración de tipo horizontal, rebasando a las autoridades que después de dejar su inmovilismo intentaron desalojar a los rescatistas para dar paso a la maquinaria pesada y demoler los escombros, situación que fue impedida por los propios ciudadanos.
A través de las redes sociales, mediante videos y fotografías se podía apreciar que se contaban por miles las personas que participaban removiendo escombros, excavando, procurando alimentos, agua, herramientas, etc., con la notable ausencia de figuras de autoridad como miembros del ejército, policías o elementos de rescate.
En base a estas escenas podemos decir que no cabe duda de que de algo malo surge algo bueno, de la tragedia surge la solidaridad social en forma masiva, el dolor logró la unión de miles de personas, que dejaron atrás actitudes individualistas y egoístas y se pusieron a trabajar para lograr el rescate del mayor número de personas que se encontraban debajo de los escombros. La tragedia dio lugar a incontables muestras de solidaridad, entrega y compromiso social al organizarse en forma espontánea para realizar las labores de rescate.
La tragedia ha generado una gran participación social de miles de personas que han rebasado a las instituciones, hoy somos testigos del despertar de un pueblo que se levanta para brindar solidaridad a los afectados y exige del gobierno, hoy podemos decir que aquellas expresiones que circulaban hace algunas semanas "Hoy duele ser mexicano", generadas por la apatía, indiferencia y conformismo de una gran parte de la población, han quedado atrás y en su lugar prevalece una sensación de orgullo de ser mexicano, de ser parte de un pueblo que da inmensas muestras de solidaridad, generosidad, colaboración y participación social.
Podemos decir entonces que la tragedia unió al pueblo mexicano, evidenció la falta de solidaridad, mezquindad de los partidos políticos y sus representantes, reveló la ineptitud de las autoridades mexicanas, su oportunismo político y naturaleza corrupta.
Para evitar que se repitan otras experiencias, en las que ha habido muestras colectivas de participación social, de inconformidad colectiva, que solo duro semanas y después desaparecieron, retomo la pregunta que circula en redes sociales, ¿Qué tal si pasando esta tragedia seguimos unidos y removemos los escombros del gobierno?
Es decir, ¿que tal si volteamos los ojos a la tragedia que se vivía antes de los terremotos? Aquella tragedia que viven millones de mexicanos que viven en pobreza extrema, aquellos mexicanos que encontramos en nuestra vida cotidiana y fingimos no verlos cuando están metidos de cuerpo entero en contenedores de basura buscando algo de comida.
Aquellos mexicanos que piden limosnas, algo de dinero para comer en las esquinas de las calles, es decir, por qué no tomamos consciencia de que existe en México una enorme desigualdad social que significa que millones de mexicanos están en un continuo sufrimiento colectivo, por culpa de quienes tienen secuestrado el poder político y económico en México?
¿Qué tal si una vez que hemos tomado consciencia de quienes son los responsables de la situación que se vive en México y sobre todo, después de experimentar este empoderamiento colectivo a través del cual, hemos percibido que si actuamos en forma colectiva y organizada podemos cambiar el rumbo de nuestro país?
La experiencia de haber OBLIGADO a los partidos políticos a destinar parte de su presupuesto del 2,018 a las labores de rescate y reparación de daños por los sismos es extremadamente aleccionadora ya que nos muestra el camino a seguir: unidos en forma colectiva, con metas claras y precisas y en forma organizada.
Estamos hoy en día ante el despertar de un pueblo que no debe limitarse a su participación en la reconstrucción de los daños del sismo. Debemos aprender de esta experiencia y la lección principal que estamos obteniendo es que al pueblo solo lo defenderá el pueblo. Las instituciones actuales están contaminadas por la corrupción y no representan los intereses colectivos, necesitamos construir nuestras propias organizaciones teniendo presentes que este empoderamiento que hemos adquirido nos puede ayudar a reorientar el rumbo que lleva nuestro país, para recuperar el bienestar social perdido.
La clave está en mantener e incrementar la participación social, fortalecer el sentimiento de pertenencia a nuestra comunidad, Estado y país. Vernos como hermanos que enfrentamos los efectos de políticas que afectan nuestra vida persona. Es necesario desarrollar una visión crítica de nuestra vida cotidiana para que podamos identificar que nuestros problemas individuales tienen un origen social y que por lo tanto su solución debe darse en forma colectiva.
Nos encontramos en un parteaguas en la historia de México, estamos siendo testigos del fin de las instituciones corruptas que forman parte de la sociedad mexicana, las cuales deben ser rebasadas y construir nuevas organizaciones en estos momentos de tragedia nacional, gran participación social, despertar político y ante la inminencia de las elecciones presidenciales en el próximo año.
Finalmente, quiero decir que la tragedia de los sismos en México ha permitido recuperar la esperanza de que es posible hacer realidad el sueño de cambiar este país. Recordemos que la historia no se limita a los hechos pasados, tengamos presenta que con nuestra participación en nuestra vida cotidiana en los diferentes grupos, organizaciones y comunidades a las que pertenecemos estamos contribuyendo a construir la historia contemporánea. En ese sentido, la historia no ha terminado, de nosotros depende del rumbo que tome la historia en los próximos meses y el próximo año.
Los cambios sociales generan nuevos paradigmas sociales
Las experiencias de los cambios sociales que estamos viviendo están contribuyendo sin que nos demos cuenta en la construcción de nuevos paradigmas sociales. Debemos tomar en cuenta que un paradigma es una manera de ver la realidad social, los paradigmas se construyen en forma colectiva, no son la creación de un solo individuo.
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