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Caracterización emocional a través del Sistema Diagnóstico Terapéutico de Edward Bach a menores de cuarto y quinto grado (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Con relación a esto, el primer elemento que atenta contra el funcionamiento familiar y resquebraja las relaciones intrafamiliares es que los miembros de la misma no reconocen la violencia en todas sus manifestaciones: psicológica, física y sexual. Por otra parte y en relación con la crianza de los hijos se tratan de justificar conductas y manifestaciones violentas sobre todo porque los padres no tienen un referente idóneo de los roles de padre y madre y en la mayoría de los casos no son conscientes de las repercusiones que a los diferentes niveles puede ocasionar en las víctimas.

Cada vez se tornan más apremiantes las necesidades de orientación para el desempeño de la función educativa de la familia, la definición y ejercicio de los roles familiares. Esta orientación requiere atender con fuerza los problemas de la vida cotidiana, en los cuales ocupan un nivel central las relaciones interpersonales e intrafamiliares.

Es importante reconocer que es muy difícil identificar la violencia intrafamiliar en estadios iniciales, sino que se diagnostican cuando las manifestaciones son realmente visibles y las víctimas han sufrido episodios bastante frecuentes de maltratos y humillaciones. Pero una de las repercusiones más marcadas, duraderas y menos visible es la afectación emocional que provoca en cada uno de los miembros del núcleo familiar y sobre todo en los menores que conviven en él; por ser precisamente ellos los más limitados en capacidades adaptativas y experiencias de esta índole.

Hasta hace poco, el lugar de los sentimientos en la vida mental había quedado sorprendentemente descuidado por la investigación científica, convirtiendo las emociones en un enorme continente inexplorado por la psicología. Sin embargo en nuestros días resulta imprescindible el estudio de las emociones en cualquier empresa científica que pretenda comprender el funcionamiento de un proceso tan vital, aunque complejo, para la adaptación y supervivencia de cualquier organismo.

Frijda (1986) describe la emoción como un fenómeno complejo que viene determinado fundamentalmente por el desarrollo conjunto de una serie de cambios fisiológicos, de conductas (no instrumentales en muchas ocasiones) y de experiencias subjetivas y evaluativas. Estas alteraciones son evocadas por situaciones o eventos, internos o externos, que resultan significativos para la persona.

Actualmente existen evidencias científicas que permiten suponer que las emociones positivas potencian la salud, mientras que las negativas tienden a disminuirla (Fernández-Abascal y Palmero, 1999). Dado el papel determinante de las emociones en el proceso salud-enfermedad y la profunda repercusión emocional que provoca cualquier tipo de violencia, se hace imprescindible el estudio de esta problemática y la trascendencia de su expresión en los diversos contextos de actuación del individuo.

Todavía nuestro sistema de salud es insuficiente para atender a tiempo esta problemática. Solo se les ofrece ayuda a las personas que acuden a los espacios destinados a ello o a profesionales capacitados y a las personas que son víctimas de violencia física evidente. Es necesario seguir profundizando en las causas que provocan la problemática y en las formas efectivas de intervenir no solo de manera preventiva sino y sobre todo, en la promoción de conductas saludables dentro de las dinámicas familiares.

La agitación de la vida cotidiana y las altas exigencias que debe cumplir el hombre actual ha provocado un evidente incremento en la violencia en casi todos los contextos de interacción.

A nivel mundial son alarmantes los datos de violencia familiar que ofrecen organismos internacionales en sus investigaciones sobre el tema. Según el último reporte de la Organización Mundial de la Salud (2002), aproximadamente 40 millones de niños son víctimas de toda clase de malos tratos.

Según datos de UNICEF se estima que en América Latina al menos 6 millones de niños son objeto de maltratos. En Colombia, el Instituto Nacional de Medicina Legal reportó en 2003 10.211 casos de maltrato infantil. El 35.1% fueron cometidos por el padre, afectando en su mayoría a niños y niñas entre 5 y 14 años de edad.

De acuerdo con datos publicados por el Departamento de Salud de los Estados Unidos cerca de 903.000 niños fueron maltratados durante el año 2001. Alrededor de 1.200 niños murieron a manos de su familia por agresiones físicas o negligencia. En Canadá, el estudio de incidencia de abuso a menores del 2001 reportó una tasa de 9.1 por 1000 menores.

Se ha constatado que en Chile 1 de cada 4 familias vive violencia física, y 1 de cada 3, violencia psicológica. Asimismo los investigadores han constatado que existen 1 100 niños que se encuentran en abandono total.

En Puerto Rico entre los años 1977 y 1978 más del 50 % de las mujeres que murieron asesinadas fueron víctimas de sus maridos. En Brasil en 1980 murieron de esta forma 722 mujeres; estudios realizados en Méjico constataron que el 61 % de las mujeres dueñas de casa eran golpeadas y en Francia los investigadores observaron que el 95 % de las víctimas presentadas eran mujeres.

En Cuba son escasas las cifras acerca de la incidencia de la violencia al interior de la familia, no hay muchas investigaciones respecto al tema y otras apenas comienzan.

Aún así, en nuestro país, la familia no ha estado ajena de vivir las transiciones y cambios de la familia actual contemporánea a nivel mundial, muy por el contrario, algunos indicadores de cambio, marcan sus más altos índices precisamente, porque la familia en nuestro país ha tenido que accionar en un escenario de grandes transformaciones sociales.

Sobre todo a partir de la última década del siglo pasado se ha hecho más evidente el aumento de la violencia a raíz de la crisis económica que repercutió en todos lo sectores de la sociedad. Se puede apreciar, además, un desarrollo acelerado de zonas o grupos marginales donde la violencia se reproduce constantemente y donde el sistema de salud u otros programas no suplen las necesidades.

Durán y Col (2005), refieren la existencia de proyectos de diagnóstico e intervención que se han venido desarrollando en nuestro país, que si bien aún no se lanzan abiertamente a la solución del problema aportan elementos considerables en el conocimiento de la situación actual y de toda la dinámica que se desarrolla al interior de las familias. Dentro de los hallazgos podemos mencionar que priman las relaciones de poder determinadas desde la visión generacional y patriarcal. Se mantiene la división sexista de tareas y espacios. Se evidencia falta de conocimientos y habilidades para conducir el desarrollo de los menores. Las discrepancias con los procedimientos educativos utilizados por la pareja constituyen temas de intercambio y son generadoras de conflictos. La comunicación con los menores prioriza la regulación de la conducta, se les habla y escucha poco, y predominan las órdenes y los reclamos; no se construyen las normas con ellos, sino que se les imponen. La figuras paternas no saben siempre ponerse de acuerdo en cómo y para qué educarlos y sus criterios pueden ser contradictorios.

Con respecto a ello es importante destacar que estas investigaciones se desarrollan fundamentalmente en la capital del país. En las regiones del interior todavía resultan muy escasos estos intentos por comprender o solucionar dicha problemática; además de que los elementos aportados no tienen la suficiente divulgación y aplicación por parte de los organismos o profesionales capacitados para enfrentar el fenómeno.

Precisamente una de las alternativas que ha tomado auge en los últimos años es el Sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach, que a pesar de ser muy eficaz en el tratamiento de los distintos estados emocionales resulta uno de los más desconocidos por los diversos profesionales de la salud.

Este sistema plantea que el origen de la enfermedad, según Bach, estaba en la mente, siendo el resultado de un conflicto entre el alma y la mente, que solamente puede ser erradicado a través de un esfuerzo espiritual y mental. (Bach, 1994)

Siguiendo esta línea de trabajo, Bach elaboró un Sistema Diagnóstico-Terapéutico de los estados emocionales, mentales y características más generales de la personalidad, donde el agente curativo, por consiguiente debía actuar sobre las causas y no sobre los efectos, o sea corrigiendo el desequilibrio emocional.

Este sistema incluye un grupo de 38 esencias individuales, extraídas en su mayoría de flores silvestres y los "esquemas terapéuticos", que quedaron esbozados de forma implícita en su obra, que se basan en la conversación terapéutica (Rodríguez, 2007).

Por ello la investigación se plantea el problema científico siguiente:

¿Qué características emocionales se pueden diagnosticar a través del Sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach en menores de cuarto y quinto grado de la escuela "XX Aniversario", sometidos a violencia familiar?

Objetivo general:

Caracterizar emocionalmente a través del Sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach a menores de cuarto y quinto grado de la escuela "XX Aniversario", sometidos a violencia intrafamiliar.

Objetivos específicos:

  • Caracterizar emocionalmente a los menores delimitando Curador, Ayudante y Segunda Serie.

  • Comparar los resultados del grupo de niños sometidos a violencia familiar con una muestra de menores educados bajo un funcionamiento familiar adecuado, con características socioeducativas similares.

Dado los resultados alcanzados en las investigaciones que han abordado el estudio de las emociones desde la visión que propone el Sistema de Bach cobra vital importancia el proponerse una caracterización emocional de los menores que se encuentran sometidos a contextos familiares violentos. Esto por su parte permite conocer de forma inicial la conformación de la vida psicológica de los menores y ofrece posibilidades para una futura intervención en función de minimizar las influencias patógenas o de reconfigurar las relaciones familiares evitando los enfrentamientos violentos. Podemos destacar, dentro de la importancia práctica de la investigación, el ofrecer una caracterización emocional de los niños estudiados a partir de los postulados de este sistema y que posibilita conocer la vida emocional de los mismos; lo que permite a su vez, trazar acciones terapéuticas futuras en función de minimizar el daño psicológico y emocional de los mismos, precisar una realidad que es necesario asumirla mediante estrategias de promoción y prevención y aportar un medio efectivo que pueda ser utilizado en el diagnóstico y tratamiento de la problemática referida.

Los principales beneficiados con los resultados de la investigación son los niños diagnosticados por esta vía, en tanto posibilita la comprensión de las vivencias emocionales que expresan los menores y abre las puertas a futuras investigaciones que ayuden a comprender más a cabalidad este fenómeno pero que a su vez permita encontrar vías efectivas de prevenir y solucionar dichas situaciones. Por lo tanto consideramos además que el trabajo constituye un incentivo para los investigadores sobre el tema, así como para los organismos u organizaciones relacionadas, para continuar penetrando esta realidad y tratar de que se extienda a la sociedad con una comprensión cabal de la situación.

Desarrollo

Toda investigación que pretenda abordar el análisis de la familia desde cualquier arista debe partir primeramente de qué se entiende por la misma. Desde este punto de partida los investigadores comparten la definición que ofrece Guibert, (2006), el cual la define como:

un grupo humano de dos o más personas emparentadas por afinidad, consanguinidad, adopción o parentesco que tienen comunicación cara a cara durante un tiempo prolongado y relaciones de poder entre ellos para el cumplimiento de funciones biológicas, económicas, afectivas y educativas y que están condicionadas por los valores socioculturales en los cuales se desarrollan (p. 75).

Además este autor propone una delimitación estructural que recoge la variedad de cambios a los que ha estado sometida la familia actual y las formas generales de organización a las que ha arribado.

Teniendo en cuenta el número de miembros de la familia ellas pueden ser: pequeñas (de 2 a 3 miembros), medianas (de 4 a 6 miembros) y grandes (de 7 y más miembros).

Y por las generaciones a que pertenecen sus miembros pueden ser:

1. Familia nuclear: Integrada por una pareja que tenga o no hijos, o por uno de los miembros de la pareja con su descendencia. Incluye los hijos sin padres en el hogar, los hijos de uniones anteriores y la adopción.

2. Familia extensa: Familia que desciende de un mismo tronco independientemente del número de generaciones y que está integrada por una pareja con hijos cuando al menos uno de ellos convive en el hogar con su pareja con o sin descendencia.

3. Familia ampliada: Es cuando a la familia nuclear o extensa se integran otros parientes que no pertenecen al mismo tronco de descendencia generacional.

En los últimos tiempos, en nuestro país se ha incrementado la formación de familias extensas, propiciado fundamentalmente por las condiciones económico-sociales por las que se atraviesa. Precisamente estas circunstancias ha permitido la formación de un nuevo modelo familiar:

La familia acordeón: esta familia puede derivarse de cualquiera de las denominaciones anteriores y adquiere su especificidad cuando uno de los progenitores se encuentra fuera del país sin romper los vínculos afectivos habituales.

En cuanto al ciclo evolutivo de la familia casi todos los autores que trabajan el tema coinciden al señalar las fases por las que transcurre. Así Arés, (2002) nos señala: el matrimonio, el nacimiento del primer hijo, la adolescencia, el desprendimiento de los hijos, la jubilación y la muerte. Cada etapa exige de la familia una reorganización, estructurar reglas nuevas, ajustarse a la situación y elaborar pérdidas.

Otros factores estructurales que a su vez inciden en el funcionamiento familiar, sobre todo por su potencialidad para generar crisis y conflictos son los límites, los roles y las jerarquías.

El aspecto de la funcionalidad familiar incluye para Chagaya, citado en Guerra (1997) lo estructural y organizativo del sistema familiar. En este sentido expresa que la funcionalidad familiar viene dada por la manera en que el sistema es capaz de, unido como grupo, enfrentar la crisis, se expresan los afectos, se permite el crecimiento individual de sus miembros, se respeten cada uno de ellos, respetando la autonomía y el espacio del otro. La comunicación es vista por muchos autores como el eje central de los problemas familiares. Si los lugares, espacios y límites están distorsionados, lo más probable es que ello altere todo el proceso de comunicación e interacción familiar. A la inversa, estilos comunicativos defectuosos influyen en la distorsión de los límites, espacios y papeles familiares. De ahí que estos procesos estén interconectados e interdependientes unos de otros en el ámbito familiar. Por tal motivo, el tema de la comunicación no puede ser visto desligado de estos otros procesos.

Con respecto a los factores de funcionamiento familiar Arés (1990) plantea que en determinación de los conflictos familiares, actúan factores tanto socio-económicos, culturales, como de carácter individual. Por lo tanto, no tener en cuenta que la familia como grupo pertenece a un contexto socio-económico específico y a su vez, presenta mecanismos propios de autorregulación, conduciría a un análisis parcial e incompleto que imposibilitaría la comprensión de los problemas familiares y, por tanto, de sus posibilidades de transformación.

A su vez, coincidimos con Arés, (1990) cuando plantea que las funciones atribuidas a la familia cambian según el régimen socioeconómico imperante y el carácter de sus relaciones sociales. El cambio ocurre no solo en su contenido, sino también en su jerarquía.

A pesar de esto, podríamos reunir en tres grandes grupos las funciones históricamente asignadas al grupo familiar como institución social:

  • Función económica, de manutención de satisfacción de necesidades materiales. La familia como sustento económico de sus miembros.

  • Función biológica, reproductora o de crecimiento demográfico.

  • Función educativa y de satisfacción de necesidades afectivas y espirituales. Esta función le adjudica a la familia el papel primordial de educar a las nuevas generaciones (Arés, 1990, p.12).

Coincidimos con esta autora en que todas las familias de una u otra manera reconocen su papel formativo; aunque de hecho no desarrollen acciones conscientes para hacerlo. Los modos de comportamiento y el sistema de comunicación entre sus integrantes, constituyen modelos de conducta a seguir para el niño.

Como hemos visto la comunicación constituye el eje central de funcionamiento familiar y esta puede propiciar u obstruir el sano desempeño de las relaciones dentro de ese grupo; así como limitar las funciones a él asignadas. Dentro de este proceso comunicativo se pueden delimitar diferentes estilos comunicativos inadecuados, los cuales son:

  • 1. Relación sobreprotectora: Los padres están centrados en que no le ocurra nada al hijo, siendo una de sus características principales la sustitución de funciones, quehaceres y responsabilidades propias del niño.

  • 2. Relación compensatoria: El padre ante su incapacidad o imposibilidad para brindar a su hijo la atención que este necesita, utiliza recursos para ganar el afecto y expresar el suyo propio.

  • 3. Relación indiferente: Se caracteriza por su bajo tono afectivo y la despreocupación de los padres por el desarrollo y comportamiento de sus hijos.

  • 4. Relación de autoritarismo: El hijo es ante todo subordinado de los padres, quienes representan el criterio de autoridad suprema y la razón absoluta.

  • 5. Relación inconsistente: No hay acuerdo en cuanto al objetivo y métodos educativos a cumplir por los adultos, haciendo que en el niño se revele confusión y contradicción en el establecimiento de normas, valores morales y patrones de conducta .

  • 6.  Relación conflictiva: Se manifiestan conflictos sistemáticos entre los miembros de la familia durante la crianza del niño, engendrando el miedo, emociones negativas, contradicciones.

En el proceso salud-enfermedad se hace más patógena la situación familiar, en la medida que el niño por exceso de sobreprotección, tolerancia, rigidez y autoritarismo de los padres no va elaborando los desprendimientos necesarios para hacerse autónomo, manteniendo la pertenencia y lealtad a su grupo de referencia.

Uno de los fenómenos que en la actualidad afectan con mayor fuerza las relaciones familiares y su funcionalidad como sistema es la violencia. La violencia intrafamiliar es un tema sumamente delicado en tanto no es perceptible a simple vista sino que lo reconocemos solo a través de las manifestaciones físicas más evidentes. Por otra parte los familiares ven en las manifestaciones violentas una forma legitimada socialmente de hacer valer la autoridad dentro del grupo familiar y no un flagelo que resquebraja las relaciones familiares y las personalidades individuales que se encuentran sometidas a estas circunstancias. Por ello se hace sumamente necesario el adentrarse en el estudio de la familia y abordar el tema de la violencia.

Algunos autores coinciden en definir la violencia intrafamiliar como:

Todo acto u omisión intencional de uno o más miembros del grupo familiar capaz de producir un daño físico, psicológico o sexual a otro(s) miembro(s) o a los propios ejecutores del acto u omisión. En todo acto de violencia intrafamiliar hay, de forma más o menos explícita, el propósito de controlar y someter a otro/a que tiene siempre "menos poder" que el que victimiza, y por tanto, se concreta en ese acto – o en su omisión – el efecto de transgresión de los derechos del "más débil". (Durán, Díaz, Valdez, Padrón, 2005, p. 8).

El ejercicio de la violencia al interior de la familia provoca daños emocionales significativos en cada uno de los miembros del mismo y especialmente los menores. García, M., (2005) plantea que en la violencia dirigida hacia niños y adolescentes, como en otros casos de violencia, se da una relación de vulnerabilidad. Claramente los menores muestran inferiores recursos para defenderse de lo que les puede hacer un adulto. Además se deben considerar el daño emocional y los efectos que a corto o largo plazo ocasionan los maltratos.

Las distinciones fundamentales se hacen tomando en cuenta los efectos a nivel social, familiar e individual, haciendo en este último una distinción entre las consecuencias físicas y las psicológicas.

El hecho de presenciar violencia en la familia puede producir en los niños efectos similares a los que se producen en los que han sido víctimas de violencia física, psicológica o sexual. También como consecuencia de la violencia que sufren los niños en el hogar comienzan a presentarse trastornos de conducta, salud y aprendizaje. El niño incorpora del hogar violento, un modelo de relación agresiva. Este es tomado como ejemplo y les queda tan grabado que casi inmediatamente lo empiezan a reproducir con sus hermanos(as), amigos(as) y compañeros(as) estableciendo una relación similar, en un alto porcentaje llevarán este modelo a la relación de noviazgo, de matrimonio o de paternidad conservando el problema y siguiendo una cadena generacional de violencia. (González y col., 2004)

Como hemos visto la violencia presenciada por los niños o la ejercida contra estos deja una profunda huella emocional que se mantendrá en el desarrollo de su personalidad y en el desempeño de sus relaciones sociales. Sin embargo hasta hace poco el lugar de los sentimientos en la vida mental había quedado sorprendentemente descuidado por la investigación científica, convirtiendo las emociones en un enorme continente inexplorado por la psicología. Por ello resulta imprescindible el estudio de las emociones.

Frijda (1986) describe la emoción como un fenómeno complejo que viene determinado fundamentalmente por el desarrollo conjunto de una serie de cambios fisiológicos, de conductas (no instrumentales en muchas ocasiones) y de experiencias subjetivas y evaluativas. Estas alteraciones son evocadas por situaciones o eventos, internos o externos, que resultan significativos para la persona.

Por otra parte Símonov (1990) estima la emoción como el reflejo por parte del cerebro humano de alguna necesidad actual (su calidad y magnitud) y la probabilidad (posibilidad) de su satisfacción, involuntariamente valorada por el sujeto a base de la experiencia congénita e individualmente adquirida; reflejando los objetos y acontecimientos del medio ambiente en su relación a las necesidades actuales del sujeto, donde precisamente surge la categoría de valor de estos objetos y acontecimientos, su valoración subjetiva.

Coincidimos con Goleman, quien en su libro Inteligencia Emocional (2004), refiere que en nuestro repertorio emocional cada emoción juega un papel singular, también hace una reconceptualización de la emoción, al fusionarla con el sentimiento, lo que permite enriquecer la clasificación de las emociones primarias y sus derivados más allá de los rígidos esquemas conceptuales.

Numerosos estudios han abordado la influencia de las emociones en la salud, pues existen una infinidad de modos en que el sistema nervioso central y el sistema inmunológico se comunican: sendas biológicas que hacen que la mente, las emociones y el cuerpo no estén separados sino íntimamente relacionados (Ader, 1974 citado en Casanova, 2004). En correspondencia con dichos estudios, puede concluirse que existe una estrecha relación entre el sistema inmunológico y el sistema nervioso central, donde las emociones y estados de ánimo juegan un importante papel en la estabilización o desestabilización de las funciones de los mismos.

La evaluación del papel de las emociones en la salud humana se ha caracterizado por el reconocimiento de dos polos de la respuesta emocional que se dividen según la experiencia hedónica que proporcionan: las emociones negativas y las emociones positivas.

En relación con estos postulados, investigaciones como la de Goleman (2004) establecen la hipótesis de que el estrés y las emociones negativas como la ansiedad y la tristeza podían ser la causa de ciertas enfermedades. Actualmente existen evidencias científicas que permiten suponer que las emociones positivas potencian la salud, mientras que las negativas tienden a disminuirla (Fernández-Abascal y Palmero, 1999). En relación con el planteamiento anterior se coincide en que las emociones ya sean positivas o negativas van a tener un papel determinante en el proceso salud-enfermedad.

Cuando las reacciones emocionales negativas se presentan con una frecuencia, duración y/o intensidad excesivas, desproporcionadamente, dando lugar a limitaciones e interferencias en diferentes facetas de la vida del individuo y reduciendo su adaptabilidad el medio adquieren un carácter de estados patológicos (Molerio, 2004). Así se reconocen en los manuales de Psicopatología DSM-TIV y CI-10 los trastornos del estado de ánimo y los trastornos de ansiedad dentro de los de mayor incidencia en la actualidad.

Uno de los sistemas diagnósticos que de forma más efectiva ha abordado el estudio y tratamiento de las emociones ha sido el Sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach, que a pesar de ser muy eficaz resulta uno de los más desconocidos por los diversos profesionales de la salud.

Bach tenía una concepción holística del hombre y entendió que el desequilibrio emocional constituía el primer momento de la enfermedad y que si se dirigían los esfuerzos terapéuticos a equilibrar emocionalmente al paciente, se lograba la curación (Rodríguez y Orozco, 2005). El origen de la enfermedad según Bach estaba en la mente, siendo el resultado de un conflicto entre el alma y la mente, que solamente puede ser erradicado a través de un esfuerzo espiritual y mental. (Bach, 1994)

Siguiendo esta línea de trabajo, Bach elaboró un Sistema Diagnóstico-Terapéutico de los estados emocionales, mentales y características más generales de la personalidad, donde el agente curativo, por consiguiente debía actuar sobre las causas y no sobre los efectos, o sea corrigiendo el desequilibrio emocional. Este sistema incluye un grupo de 38 esencias individuales, extraídas en su mayoría de flores silvestres y los "esquemas terapéuticos", que quedaron esbozados de forma implícita en su obra, que se basan en la conversación terapéutica (Rodríguez, 2007).

Por su parte, Orozco (1996) destaca la ventaja de adoptar la metodología de curadores, ayudantes y segunda serie.

Los Doce Curadores: Se fundamentan principalmente en los doce tipos de personalidad descritos por Bach, centrándose el trabajo de los sanadores en aquellos aspectos negativos de estos doce tipos. Con su acción se equipara lo primario de la personalidad con aquello que traemos en el momento del nacimiento; es decir, revelan aquellas cualidades con las que nacemos, las disposiciones genético-temperamentales de cada individuo (Rodríguez, 2007). En este grupo se encuentran: Rock Rose, Mimulus, Cerato, Scleranthus, Gentian, Clematis, Water Violet, Impatiens, Agrimony, Centaury y Vervain.

Los Siete Ayudantes: Constituyen estilos de respuesta cronificados, estados emocionales que se han ido desarrollando con el tiempo y se han hecho tan habituales que pueden enmascarar la tipología de nacimiento. Son maneras con las que los individuos suelen enfrentarse a la vida. (Barnard, 2002; Rodríguez, 2007): Gorse, Wild Oat, Olive, Heather, Oak, Vine y Rock Water.

Segunda Serie de Diecinueve Remedios: Describen una serie de reacciones emocionales y estados mentales que surgen como respuesta a situaciones concretas de la vida, de una intensidad capaz de modificar el patrón de respuesta de un individuo, o sea, que ocurren como respuesta a los traumas de la vida. (Barnard, 2002). En ella se agrupan: Cherry Plum, Aspen, Red Chestnut, Hornbeam, Honeysuckle, Wild Rose, White Chestnut, Mustard, Chestnut Bud, Walnut, Holly, Larch, Pine, Elm, Sweet Chestnut, Start of Bethelhem, Willow, Crab Apple y Beech.

El diagnóstico emocional a niños que se encuentran sometidos a violencia intrafamiliar constituye un fenómeno caracterizado por una expresión particularizada de sus manifestaciones y sobre todo vivenciada por cada individuo en dependencia de circunstancias muy puntuales para cada caso. Este proceso tiene un carácter altamente subjetivo y que a su vez repercute en la vida psíquica del sujeto y sobre todo en la formación de la personalidad, donde juegan un papel importante las experiencias familiares y el desempeño de los roles dentro del grupo familiar. Dado el carácter individualizado de este proceso se ha escogido para su investigación la metodología cualitativa. El uso de esta metodología tiene en cuenta el alcance y objetivos de la misma, permitiendo desarrollar y comprender a partir de la realidad única de los sujetos de la investigación, dado que el término de investigación cualitativa no resulta solamente útil para recoger los datos y evaluar modelos sino para vivenciar datos reales de los sujetos objetos de estudio, además su propia flexibilidad ofrece mayores opciones de profundizar en esta realidad.

Se utilizó como perspectiva metodológica la fenomenología con el objetivo de conocer el mundo referencial del sujeto, comprenderlo e interpretarlo, específicamente a través del estudio de casos múltiples, instrumental y factual.

Factual: porque se obtiene productos finales del análisis de los casos examinados.

Múltiple: porque se utilizan varios casos a la vez para estudiar una realidad, precisando la realidad de cada caso y lo que pueden aportar en general.

Instrumental: porque se pretende alcanzar una mejor comprensión del caso concreto objeto de estudio.

De forma general, el estudio de caso se basa en el razonamiento inductivo. Las generalizaciones, conceptos o hipótesis surgen a partir del examen minucioso de los datos. Lo que caracteriza al estudio de caso es el descubrimiento de nuevas relaciones y conceptos, más que la verificación o comprobación de hipótesis previamente establecidas.

La presente investigación se llevó a cabo en el escenario de la escuela primaria XX Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, situada en la calle Barcelona, entre Toscano y Alejandro, en el Reparto Condado, de la ciudad de Santa Clara.

Tiene una matrícula de 408 alumnos, de ellos 194 son seminternos y 214 externos. En cuanto a la distribución por sexo, existen 201 hembras y 207 varones, de estos, 255 son de raza blanca, 44 de raza negra y 96 mestizos. Entre los padres de estos escolares predominan las amas de casa y los obreros.

La pirámide social se complejiza de la siguiente forma:

Del total de 408 alumnos, 102 son considerados como riesgo, y 12 como desventaja social. Entre las principales causas de esta problemática se refieren varios elementos que se encuentran al interior de familia, tales como: divorcios mal manejados, agresividad familiar e inestabilidad en el hogar, padres reclusos, familias atendidas por seguridad social y madres con alteraciones psiquiátricas.

La selección de los sujetos se efectuó a partir de una población de 50 niños en cuarto grado y 46 en quinto grado, mediante un muestreo no aleatorio e intencional por criterio, fueron seleccionados a partir de las referencias ofrecidas por los maestros, basándose en la caracterización psicopedagógica que ellos manejan sobre cada niño y su familia, cinco escolares de cada grado, los cuales conforman la muestra de estudio. De ellos, 5 cuentan con valoración de presencia de violencia familiar por parte del maestro, los cuales constituyen el grupo estudio, y 5 niños donde no hay tal referente, considerados como grupo testigo.

Los criterios de inclusión manejados fueron:

  • Niños de 9 a 10 años.

  • Niños de ambos sexos.

  • Con presencia de violencia familiar acorde a la percepción del maestro.

Los criterios de exclusión:

Los criterios de salida:

  • Si no quisiera continuar en la investigación.

Para la recopilación de la información se utilizaron las técnicas siguientes:

Análisis de documentos oficiales:

1. Estrategia Científica Metodológica del seminternado XX aniversario del Asalto al Cuartel Moncada.

2. Expediente Acumulativo del Escolar.

Objetivo: Analizar el desempeño escolar de los menores y características de las relaciones en la escuela.

Entrevista psicológica a profundidad.

Objetivo: Comprender las perspectivas que tienen los informantes respecto a sus vidas, experiencias emocionales o situaciones tal como lo expresan con sus propias palabras.

Completamiento de frases.

Objetivo: Determinar las manifestaciones emocionales ante las situaciones familiares.

Historias Gráficas

Objetivos:

  • 1. Determinar cuáles son las emociones infantiles ante situaciones violentas en la familia.

  • 2. Evaluar la implicación emocional del menor con el relato creado.

Dibujo de familia.

Objetivo: Caracterizar la dinámica de las relaciones afectivas del sujeto con su familia, la valoración que este posee sobre cada miembro y la existencia posible de conflictos.

El proceso de análisis utilizado para los estudios de caso ha sido la triangulación, que ha permitido integrar y contrastar toda la información disponible para construir una visión global, exhaustiva y detallada de cada caso. Específicamente la triangulación de métodos y la triangulación de fuentes.

Grupo de estudio

Caso 1

Sujeto RHM de 9 años de edad y sexo masculino. Actualmente cursa el cuarto grado de la enseñanza primaria. Forma parte de una familia extensa. Hijos de padres divorciados, convive con los abuelos paternos, padre, madrastra y hermano menor.

A partir de las pruebas aplicadas se realizó una caracterización emocional del sujeto, teniendo en cuenta el Sistema de Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach. En el cual se obtuvo que:

Curador

Centaury: Se diagnostica Centaury debido a que el sujeto refiere en las pruebas aplicadas que tanto el papá como su abuela lo castigan y lo golpean constantemente y que él trata de hacer las cosas bien para que ellos no sigan molestándolo. De forma general realiza todas las actividades y procura no molestar a nadie en la casa sino que pretende ganarse el cariño de todos agradándole: "Siempre estoy tratando de que digan que soy bueno y que hago todas las cosas en la casa, y hasta busco todos los días el pan para que nadie me diga nada y mi papá tampoco".

Ayudante

Rock Water: El diagnóstico de Rock Water se realiza a partir de que el sujeto se ha trazado modos de actuación dependiendo del criterio de los demás y en función de estos: "Si mi abuela dice que no puedo jugar por la tarde yo no la contradigo porque no quiero buscarme problemas y así no hago lo que ellos no quieran". En este caso el sujeto, tratando de complacer el criterio de los demás, llega a alejarse de sus propios deseos y exigirse demasiado para su desarrollo y edad. Lo cual se tiene en cuenta ya que el niño es víctima de amenazas por su familia, por lo cual se esfuerza en realizar sus actividades bajo un ambiente controlado, esquemático por parte de su familia.

Segunda serie

Willow: Se diagnostica por el resentimiento que provoca esta situación donde el niño deja de satisfacer las necesidades propias para su edad y se enfoca en las demandas de los adultos: "A veces me molesta estar haciendo siempre lo que me dicen, que no haga esto y que no haga aquello y al final cuando yo pido algo me dicen que no joda".

Holly: Este diagnóstico está dado por la agresividad que descarga contra sus compañeros de aula, según refiere la maestra: "Se pasa todo el día dándole golpe a los muchachos".

Integración del perfil

CEN / RWA / WIL / HOL

Niño dependiente, rígido, que busca ganar la aprobación de unos padres que difícilmente se la darán debido a los conflictos propios, por lo cual se reciente y proyecta toda esta amargura en las conductas agresivas hacia sus coetáneos.

Caso 2

Sujeto MAB de 10 años de edad y sexo masculino. Actualmente cursa el quinto grado en la enseñanza primaria. Forma parte de una familia extensa, hijo de padres divorciados y convive con la madre que es doctora, padrastro, el tío por parte de madre, la mujer del tío, dos primos y la hermana que tiene cuatro años.

A partir de las pruebas aplicadas se pudo llegar a la siguiente caracterización emocional del sujeto, teniendo en cuenta el sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach.

Curador

Mímulus: Se diagnostica porque el sujeto presenta tendencia al aislamiento, dado su evidente timidez. Esta conducta ocasiona que el sujeto evada por todos los medios las situaciones que a su parecer puedan desencadenar conflictos: "mi padrastro llega a la casa borracho y medio contestón con mi mamá y yo siempre me voy rápido de la casa". En este caso el paciente refiere en varias ocasiones vivir "disgustado" por la situación que enfrenta en el hogar. Plantea que llora con frecuencia.

Ayudante

Gorse: Se diagnostica teniendo en cuenta que el paciente plantea sufrir mental y físicamente creyendo que no tienen solución la situación en la que se encuentra, se desanima con facilidad y cree que ya nada se puede hacer al respecto con su padrastro y su mamá. "Siempre es lo mismo, todas las noches mi padrastro llega borracho y siempre es lo mismo". "Yo antes se lo decía a mi mamá pero ella siempre me regañaba y yo no le digo nada más". Incluso plantea: "Yo no quiero ir a la escuela porque no aprendo nada y de todas formas voy a desaprobar". Aquí es evidente el desánimo que desencadena el conflicto familiar sobre otras esferas de actuación del sujeto.

Segunda serie

Pine: El paciente se culpa a sí mismo por las situaciones violentas que se desencadenan en su hogar, sufre constantes sentimientos de culpa. En este caso el sujeto plantea "muchas veces la cosa comienza porque yo le falto el respeto y termina todo en fajazón por mi culpa".

Holly: Se diagnostica por la agresividad que muestra en la escuela ya que la maestra plantea "a raíz de los problemas con el padrastro está indisciplinado, se faja con sus compañeros, interrumpe clases y me falta el respeto".

Integración del perfil

MIM / GOR / PIN / HOL

Niño tímido, evasivo y débil, que sufre física y mentalmente, que pierde la esperanza y se desalienta con facilidad, experimentando sentimientos de culpabilidad en torno a la situación conflictiva que vivencia con su familia, por lo cual se muestra con conductas agresivas con sus coetáneos.

Caso 3

Sujeto LER de 9 años de edad y sexo masculino. Actualmente cursa el cuarto grado de la enseñanza primaria.

Forma parte de una familia extensa, hijo de padres divorciados, convive con los abuelos paternos y una tía desde que nació. Según las pruebas aplicadas se pudo llegar a la realización de una caracterización emocional según el Sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach.

Curador

Cerato: Se diagnostica teniendo en cuenta que el sujeto evidencia falta de confianza en sí mismo con una marcada dependencia hacia los demás. En este caso plantea "Me molesta que me regañen porque siempre pregunto qué me pongo para salir" "A mi abuela no le gusta que le pregunte las cosas y me da y me regaña pero es que no sé qué hacer algunas veces y ella se impacienta".

En este caso es evidente el abandono educativo por parte de los abuelos.

Ayudante

Olive: Se diagnostica teniendo en cuenta que el sujeto plantea que no puede con las labores cotidianas. Se siente cansado con todo y se desanima cuando le dicen que vaya a ver a sus padres ya que este sujeto presenta un medio familiar donde las peleas y discusiones son constantes y frecuentes entre sus miembros. Vive separado de sus padres y cuando tiene contacto con ellos todo termina en situaciones violentas.

Segunda serie

Larch: Se diagnostica por la inseguridad y la falta de confianza en sí mismo.

En este caso las relaciones inconsistentes entre los intereses de los padres y la abuela generan confusión y contradicciones en las normas y patrones de conducta del niño.

Willow: Se diagnostica por el resentimiento que se genera en relación al paciente con los padres. En cuanto a esto el mismo plantea "mi mamá no tiene paciencia conmigo, hago cualquier cosa y me regaña, ella me regaló y por eso no se preocupa por mí".

Holly: Se diagnostica por la agresividad que está manifestando el sujeto. Respecto a esto la maestra plantea "en la escuela siempre está buscando bronca con otros niños". Refiere además la maestra que no le hace caso cuando le orienta alguna tarea y que casi siempre está con la cabeza baja.

Integración del perfil

CER / OLI / LAR / WIL / HOL

Niño dependiente, inseguro, que dadas las relaciones de conflicto con sus padres se muestra desanimado y con apatía hacia las actividades comunes. Esta situación lo hace mostrarse con falta de confianza en sí, desconfiado, con resentimientos, lo que lo lleva a desencadenar conductas agresivas hacia sus coetáneos.

Caso 4

Sujeto ERD de 10 años de edad y sexo masculino. Actualmente cursa el cuarto grado de la enseñanza primaria. Forma parte de una familia nuclear monoparental, hijo de padres divorciados y convive con la madre que tiene como ocupación mensajera. Según las pruebas aplicadas se pudo llegar a la realización de una caracterización emocional según el Sistema Diagnóstico- Terapéutico de Edward Bach.

Curador

Water Violet: El diagnóstico de Water Violet está dado en este caso porque el sujeto se muestra retraído, con pocas habilidades sociales y aislado en su trato con los demás compañeros. En el dibujo de la familia sugiere necesidad de afecto con el padre, además dice que la mamá le pelea. En el dibujo también se pudo apreciar el abandono afectivo intencional por parte de la madre como forma de victimización.

Ayudante

Gorse: Se diagnostica por la desesperanza con falta de confianza. Precisamente estos sentimientos de soledad y las necesidades afectivas por parte de ambos padres, así como por la ausencia de comunicación, genera en el paciente falta de confianza en sí mismo y desesperanza, inseguridad y baja autoestima.

Segunda serie

Larch: Se diagnostica al paciente ya que experimenta inseguridad, baja autoestima y falta de confianza en sí mismo: "yo sé que nadie me quiere, si mi mamá me deja solo siempre y las pocas veces que está aquí ni me habla".

Pine: por los sentimientos de culpa. En cuanto a esto, el paciente refiere "mi mayor deseo es que mi familia sea feliz y portarme bien porque sino mi mamá se pone brava y se va por ahí y me deja solo, yo sé que ella me hace eso porque yo me porto mal".

Integración del perfil

WVI / GOR / LAR / PIN

Niño retraído, débil, con muy escasa habilidades sociales. Vivencia una relación familiar caracterizada por la presencia de sentimientos afectivos negativos por ambos padres, donde abunda la falta de comunicación, por lo cual se muestra inseguro con falta de confianza en sí mismo, mostrando sentimientos de culpabilidad.

Caso 5

Sujeto APT de 10 años de edad y sexo masculino. Actualmente cursa el cuarto grado de la enseñanza primaria. Forma parte de una familia nuclear monoparental, es hijo de padres divorciados y convive con la madre desde los cinco años. Según las pruebas aplicadas se pudo llegar a la realización de una caracterización emocional según el Sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach.

Curador

Scleranthus: Se diagnostica ya que el paciente se muestra con falta de confianza en sí mismo, con falta de estabilidad, donde es evidente el cambio de carácter con frecuencia: "Mi mamá siempre me regaña porque un día estoy contento y al otro día me levanto peleando por todo".

Ayudante

Rock Water: Se diagnostica Rock Water dado que el paciente se encuentra en medio de una situación caracterizada por la inconsistencia de ambos padres y es evidente que el menor se comporta de forma esquemática y poco flexible en la relación con sus padres: "Si mi papá me pelea es que no me quiere y por lo tanto yo no quiero que venga, pero mi mamá a veces también me pelea por lo que yo también me pongo bravo con ella y no le hablo por un tiempo"

Segunda serie

Larch: Se diagnostica al paciente porque se evidencia la pérdida de estima, se muestra inseguro y con falta de confianza en sí mismo. En este caso aparece la pérdida de rol materno, el cual plantea "a mi mamá no le gusta vestirme ni prepararme las cosas cuando voy para la escuela". También se aprecia el predominio de afectividad negativa con ambos padres y la ausencia de confianza, el mismo plantea "mi papá no viene a verme". Por tal razón este sujeto sufre la pérdida de la autoestima, inseguridad y falta de confianza.

Holly: Se diagnostica por la agresividad. En este caso la maestra plantea "está muy indisciplinado y agresivo con sus compañeros de aula", respecto a esto el sujeto refiere que "me dicen cosas y le caigo a piñazos". Se pudo observar que en el expediente escolar se señala la tendencia del sujeto a ejercer violencia hacia sus compañeros.

Integración del perfil

SCL / RWA / LAR / HOL

Niño indeciso, con frecuentes cambios de humor, experimenta una relación inestable fundamentalmente con el padre, además su relación con la madre se caracteriza por la falta de comunicación; por lo cual se muestra inseguro, inestable emocionalmente, desconfiado, desencadenando toda esta vivencia con conductas de agresividad y enfado con sus coetáneos.

Grupo Testigo

Partes: , 2, 3

Partes: 1, 2, 3
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