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Los sistemas políticos contemporáneos (página 2)


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Al decir de Bulté en esta caracterización hay dos cuestiones de significativa importancia a la hora de abordar el sistema político y su funcionamiento:

La primera

a).- ¿Cuáles entes sociales deben incluirse dentro del sistema político de la sociedad?

b).- ¿Cuáles son los requisitos que debe reunir un ente social para considerarse parte integrante del sistema político o de lo contrario, como un elemento de la sociedad civil?

La segunda

a).- ¿Qué es en realidad y que debemos entender por sociedad civil?

Intentando dar respuesta a éstas interrogantes se hace necesario un breve análisis de la estructura del sistema político de la sociedad. Los tipos de instituciones y vínculos que forman parte de ella, constituyen la estructura del Sistema Político.

  • El Estado, en las sociedades divididas en clases antagónicas, sea cual fuere su tipo histórico, forma o mecanismo, es el elemento indispensable de todo sistema político, puesto que constituye el más universal de las organizaciones sociales y al poseer en monopolio casi exclusivo los medios de coacción legítima, es el instrumento idóneo de la clase dominante para imponer su voluntad al resto de la sociedad, en tanto que el resto de las organizaciones no estatales de la clase dominante servirán para tratar de enmascarar los intereses de ésta clase como intereses generales de toda la sociedad, no ocurriendo así en la sociedad socialista, donde los intereses que el estado representa , son los intereses de la inmensa mayoría del pueblo, además de la no existencia de clases antagónicas.
  • Otro elemento indispensable del sistema político de la sociedad es el integrado por las organizaciones sociales no estatales de la clase dominante y sus aliados, como son los partidos políticos, asociaciones económicas, religiosas, culturales, recreativas, benéficas o de cualquier otro carácter cuyo objetivo es reproducir la ideología de la clase dominante, lo que se conoce como sociedad civil; aclarando que es necesario distinguir en las sociedades de explotación y sobre todo en las sociedades burguesas lo que se ha dado en llamar sistema político en sentido estricto y sistema político en sentido amplio para designar en el primer caso al conjunto de organizaciones e instituciones de la clase dominante y sus aliados exclusivamente en tanto que en el segundo caso se incluyen también las organizaciones sociales que representan los intereses de las clases explotadas y que en el seno del conglomerado social interactúan con las primeras; por eso, solo en este caso puede hablarse de la presencia de las organizaciones de las clases explotadas en el sistema político de la sociedad, como una manifestación de la Ley de unidad y lucha de los contrarios ; por tanto la estructura del sistema político de la sociedad viene a ser un reflejo más o menos fiel de las contradicciones de la base económica de la sociedad y su dinámica estará condicionada por la solución de dichas contradicciones, que, cuando son antagónicas, al resolverse, determinan la ruptura del sistema y su sustitución por uno nuevo, de ahí que los sistemas políticos, por la naturaleza de su estructura puedan ser considerados antagónicos y no antagónicos, perteneciendo a esta última categoría solamente el sistema político socialista.

La estructura del sistema político de la sociedad constituye su elemento orgánico, su esqueleto visible, a través del cual se determina cómo y en qué forma los miembros de la sociedad toman parte en la vida política de la misma.

La importancia de este elemento puede ser perfectamente ilustrada con la siguiente expresión de Lenin. .. "¿De qué manera se puede determinar la voluntad de una amplia capa, de unos cuantos cientos de miles o unos cuantos millones de personas?" sería absolutamente imposible determinar la voluntad de esa capa si ésta no se encuentra organizada en una organización.

El profesor Bulté explica que no todos los entes de la sociedad de clases, no todas las organizaciones que en ella existen, con mayor o menor influencia, incluso con mayor o menor legitimidad, forman parte del sistema político de la sociedad; partiendo del sistema político como conjunto de instituciones, reglas y normas que sirven a la toma de decisiones políticas, es evidente que en la sociedad de clases modernas existen muchísimas organizaciones, entidades, asociaciones, fundaciones y en general, entes sociales que nada tienen que ver con esa toma de decisiones ni ello forma parte de sus objetivos, incluso más remotos y tenemos a la vista el primer rasgo que debe caracterizar a los elementos componentes del sistema político.

Todos deben tener un cierto contenido político, un cierto objetivo político, el cual puede ser mayor o menor, más directo o más indirecto, más mediato o más inmediato, pero siempre en todos los casos debe haber un cierto contenido político y la voluntad de intervenir de alguna manera, de influir de alguna manera en la toma de decisiones políticas.

Ejemplo: Los partidos políticos, tienen fines, propósitos, programas y objetivos políticos, aunque no dispongan de una correlación de fuerzas que los favorezca, aunque no hayan alcanzado consensos significativos que les permita aspirar a detentar el poder político; no renuncian a alcanzar determinado nivel de influencia en la toma de decisiones políticas y por tanto no renuncian a poder llevar adelante, sino todo su programa político, al menos, algunas de sus partes y postulados.

Las organizaciones sociales (Los sindicatos) las organizaciones profesionales, las organizaciones de géneros, los ecologistas, etc. En todos ellos hay presente o puede haber cierto sentido y perspectiva política, que puede ser directo, inmediato o declarado

Otras organizaciones en que su contenido político no es directo o visible o que están disueltos en la trama de otras aspiraciones sociales, culturales, espirituales, etc.

Siempre que haya el propósito de intervenir de alguna manera en la toma de decisiones políticas e influir en ellas podremos decir que estamos ante un elemento del sistema político.

El segundo rasgo poco tomado en cuenta incluso por la politología liberal norteamericana es que esos entes sociales, esas organizaciones, organismos, fundaciones, etc. Tienen que tener:

  • Cierta vertebración (Una estructura funcional independiente).
  • Una membresía apreciable(Un considerable nivel de influencia para poder hacer valer sus pretensiones y consideraciones en pos de determinadas decisiones políticas)
  • Capacidad para movilizar fuerzas.

Así de esta manera, los entes sociales, políticos, económicos que tienen que ver con la toma de decisiones políticas de manera mediata o inmediata, en mayor o menor proporción, desde posiciones de colaboración y apoyo al régimen y al estado o en oposición a estos que reúnan los dos rasgos enunciados se consideraran parte integrantes del sistema político.

ELEMENTO NORMATIVO DEL SISTEMA POLÍTICO

El elemento normativo del sistema político de la sociedad lo constituye el conjunto de normas jurídicas, políticas y morales que regulan las relaciones entre los distintos componentes orgánicos del sistema político y entre este y los individuos.

Es el derecho quien viene a regular o reglamentar las relaciones entre las distintas clases y grupos sociales y entre estos y los individuos, así como entre las distintas instituciones y organizaciones que integran el sistema político de la sociedad por lo que en las sociedades divididas en clases sociales antagónicas se convierte en el medio social y eficaz para hacer valer la voluntad de la clase dominante con apoyo por supuesto de la fuerza coactiva del estado.

Así de esta manera las ciencias jurídicas de la extinta Unión Soviética, donde imperaba un sistema político socialista dieron en llamar "Mecanismos de regulación Jurídica" al conjunto de métodos y procedimientos contenidos en el ordenamiento jurídico que tenían por objeto la regulación de las relaciones sociales en aquellas esferas que son vitales para la clase dominante y sus aliados, pero dentro del marco del sistema político del socialismo existen relaciones que escapan a la regulación jurídica como las llamadas "Relaciones políticas" que indican la conducta de los grupos sociales en la lucha por el poder y su ejercicio, los cuales se regulan por las normas políticas, en cuyo campo también entran las relaciones internas en el seno de los partidos políticos, organizaciones sindicales y otras semejantes.

No es posible culminar este análisis sin hacer referencia a la moral, la cual juega un importante papel de regulador en las relaciones que se producen en el seno de la sociedad con la particularidad de que en ellos la responsabilidad opera solo a nivel individual, no obstante ello, la clase dominante minoritaria, se vale de mecanismos del sistema político para tratar de imponer a las demás clases los valores morales de su conveniencia en las sociedades divididas en clases antagónicas.

En las sociedades socialistas en cambio, sirven para elevar a las principales capas sociales (Campesinos, obreros, intelectuales etc.) a los valores morales de la clase obrera con el fin de crear las bases de un sistema único de la moral.

ELEMENTO IDEOLÓGICO DEL SISTEMA POLÍTICO

El elemento ideológico en el sistema político de la sociedad hay que buscarlo en la relación existente entre la conciencia política y la cultura política, las cuales constituyen el fundamento ideológico de la actuación de las distintas clases sociales en sus luchas con las clases enemigas y en sus relaciones con las clases aliadas, constituyendo a su vez el elemento ideológico necesario para el funcionamiento del sistema político de la sociedad.

Para mantener su dominio las clase dominante se vale de todo su arsenal de conceptos, juicios y argumentos de todas índoles elaborados por sus ideólogos sobre su propio papel en la sociedad y los difunden a través de mecanismos creados, tanto entre los oprimidos como entre sus propios aliados, han tratado siempre de presentar sus valores como la máxima aspiración en el terreno del orden social, eternos e inmutables, creyéndose eternos e inmutables ellos mismos y esta es la razón por la cual los tipos históricos de sistemas políticos de las sociedades basadas en la explotación del hombre por el hombre, se presentan como coto cerrados, como estáticos.

La clase obrera en cambio, por sus condiciones materiales de existencia, es la única que podría tomar conciencia plena de su transitoriedad histórica y de que su dominación política debe conducir inexorablemente a la desaparición de todas las clases y a la implantación de la sociedad comunista y por eso el sistema político socialista es concebido como un organismo en constante perfeccionamiento, hacia el desarrollo de formas superiores de democracia, tarea íntimamente vinculada con la participación creciente de las masas en la administración de los asuntos sociales, que es, una de las direcciones fundamentales para el tránsito de la estatalidad a la autogestión comunista.

Así concluimos que el elemento ideológico del sistema político es en resumen, el contenido de la actuación de las clases de la política, de la lucha política.

El sistema político de la sociedad a nivel de todos sus componentes trabaja sobre la base de juicios y valoraciones políticas, correctos o no, pero siempre esencialmente políticos.

FUNCIONES DEL SISTEMA POLÍTICO DE LA SOCIEDAD.

Cuando existía el campo socialista como tal, es decir como sistema social, determinar las funciones del sistema político se hacía un tanto difícil ya que las diferencias existentes entre el sistema capitalista y el socialista eran notables, como notables son las diferencias que existen hoy entre el sistema capitalista y los sistemas políticos de los países socialistas aunque no exista un campo socialista propiamente dicho.

Hay un aspecto que resalta en las sociedades basadas en la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción y es precisamente que en ellos las clases explotadoras tienden a eternizar sus instituciones como se ha señalado anteriormente y esta tendencia se da o se manifiesta en el momento en que esos regímenes comienzan a caducar, es decir que cuando esto ocurre, estamos en presencia de un síntoma de debilitamiento del régimen y como consecuencia de ello se produce una agudización de las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción; la tendencia general de actuación de las clases que detentan el poder consisten en limitar las libertades públicas y ciudadanas así como estrechar el círculo de ejercicio del poder político.

De aquí que compartimos el criterio de que el contenido de las funciones del sistema político de la sociedad debe resumirse fundamentalmente en las tres funciones básicas siguientes:

LA FUNCIÓN ORGANIZADORA

Consiste en la creación y el perfeccionamiento de las formas estatales y jurídicas que mejor responden a los requerimientos de la clase dominante.

LA FUNCIÓN ECONÓMICA

Está dada por la necesidad de fundamentación y protección estatal, jurídica e ideológica de los intereses vitales de la clase dominante y sus aliados (Formas de propiedad y apropiación, cambio, distribución, medidas de consumo entre otras)

LA FUNCIÓN IDEOLÓGICA EDUCATIVA

Consiste en la reproducción ideológica de los valores de la clase dominante.

El régimen político de una sociedad dada es caracterizado por las vías o procedimientos mediante los cuales se realizan esas funciones, de ahí que por regla general la forma de los distintos institutos y organizaciones políticas del sistema político de la sociedad vengan determinados por esas mismas funciones, las que venían dentro de una misma formación económica, sobre todo en esta época imperialista neoliberal donde se manifiestan desde las formas más exuberantes y engañosas de democracia representativa hasta las dictaduras más abiertamente fascistas.

El sistema político como mecanismo idóneo para llevar a cabo la dirección de la sociedad solamente en el socialismo puede hacerlo sobre bases científicas, pues la ideología de la clase obrera, rigurosamente científica es la única que puede hacer posible la transformación de la sociedad, su perfeccionamiento y el logro creciente del bienestar de sus miembros.

LOS TIPOS HISTÓRICOS DE SISTEMAS POLÍTICOS

Teniendo en cuenta que el Estado es el centro de todo el sistema político de la sociedad pues este último gira en torno a él, podemos afirmar que han existido tantos tipos históricos de sistemas políticos como tantos tipos históricos de Estado ha conocido la historia de la humanidad en coherencia plena con las bases sentadas por Marx y Engels para el análisis de las distintas formación económicas sociales a pesar de que los sistemas esclavistas y feudales no hablaron nunca de sistema político.

Hacemos tal afirmación a juzgar por los rasgos que lo caracterizan o definen:

  • El modo de producción a que responde.
  • Qué clase o clases detentan el poder político?
  • Contra qué clase o clases ejercitan ese poder político?

Habiendo determinado por estos rasgos diferencias esenciales entre los distintos tipos históricos de sistemas políticos encontramos también entre ellos características que los asemejan que son expresión de regularidades aún más generales del desarrollo histórico, nos referimos a que tres de los mismos se basan en modos de producción que a su vez tienen como núcleo la propiedad privada; al hecho común de la presencia del Estado en todos los tipos históricos conocidos; y a la presencia de instituciones solo similares por su forma, tanto en el sistema político burgués como en el tipo socialista; diferencias y semejanzas que sirven para demostrar en qué sentido se ha operado el progreso y las tendencias actuales en la organización de las sociedades y sobre qué base, en tanto que las similitudes, más aparentes que reales, son utilizadas por los ideólogos burgueses para negar el desarrollo histórico o aceptarlo solo parcialmente.

TENDENCIAS Y DESAFÍOS.

Cuando hacemos un recorrido breve, muy breve por el sistema político en la actualidad no es necesario un esfuerzo de amplias dimensiones para percatarnos que los mismos en las sociedades de nuestros días han ido tomando diversas tendencias que ya difieren de lo que fue el sistema político en puridad al momento de su inserción como instrumento de la dirección política de la sociedad.

Tomando solo como referencia a América Latina, vemos que en la mayoría de los países el régimen parlamentario ha sido falso, con excepción de Chile; el llamado poder judicial, por citar un solo ejemplo, en su organización responde al modelo norteamericano, pero en su esquema, al modelo europeo y se caracteriza por su subordinación al ejecutivo, el sistema federalista formal evoluciona hacia la centralización y el unitarismo de hecho por la tendencia hacia la concentración de poder en el estado federal, el régimen municipal tiene un reconocimiento muy limitado y una vigencia incierta.

En el orden del derecho político se copian los moldes norteamericanos, acusándose un reforzamiento del órgano ejecutivo respaldado por una larga tradición de raíz colonial que se manifiesta en hegemonías oligárquicas.

El sistema político institucional es sobreimpuesto de modo arbitrario y forzado a estructuras básicamente tradicionales que en parte lo rechazan o en parte lo refractan y deforman, el modelo ideológico y las formas institucionales chocan con las estructuras y practicas reales.

Es importante señalar que lo que hoy se denomina globalización y que constituye un proceso catalizado por la sucesión acumulativa de tres revoluciones científico-técnicas en tan bravísimo período histórico, la que tuvo por eje la materia; la centrada en la energía, a principios del siglo XX; y la que en la actualidad se desarrolla simultáneamente en tres campos, con relaciones sinérgicas entre sí: Ingeniería genética y biotecnología, telecomunicaciones y cibernética, esta última con un papel fundamental, vienen marcando el paso de la principal tendencia de los sistemas políticos contemporáneos, porque como es evidente, estos fenómenos tienen efectos socio-económicos que resultan a la postre consecuencias de importantes cambios en los sistemas políticos a los que nos hemos venido refiriendo en el presente trabajo.

Baste señalar que entre los efectos de la globalización está la posibilidad de desplegar distintos componentes de un mismo proceso productivo en diferentes regiones del planeta, y también la expansión acelerada de la producción y los servicios que requieren mercados cada vez mayores para realizarse. Ambos hacen que la forma de organización social Estado-Nación, que hasta ahora había servido de envoltura eficiente al desarrollo del capital, comience a resultar estrecha y a entrar en una fase de declinación, al tiempo que el capital lo hace en una fase de trasnacionalización – y aquí no es ocioso recordar que cada estadio de desarrollo de la economía genera sus propias formas de comunidad social, las cuales actúan como envolturas que les permiten protegerse y desarrollarse hasta alcanzar un punto en que necesitan saltar a un nuevo estadío y una nueva envoltura—y es aquí donde se manifiesta la necesidad de un salto hacia nuevas instituciones políticas trasnacionales que respondan a los intereses de esa economía que se globaliza cada vez más, en otras palabras, el surgimiento de instituciones, entes de la sociedad globalizada que sirvan como le sirven hoy a los estados los elementos del sistema político, para aliviar a esa sociedad política organizada globalmente en la toma de decisiones políticas al solo interés de la consecución de sus fines de dominio económico; es decir que le sirva de envoltura.

Cabe decir entonces que la tendencia de los sistemas políticos contemporáneos no está ajena a los cambios que se vienen dando en la vida económica del capital, no se trata de otra cosa que no sea una continuación de la secuencia que ha venido describiendo la evolución humana desde la horda, la gens, el clan, la tribu, la federación de tribus, el etnos pueblo y el Estado-Nación, La formación de un sistema político con instituciones globales, que respondan a una organización política más allá de las fronteras nacionales forma parte del nuevo escalón de este proyecto.

Los economistas han venido hablando del término en el sentido de que tiende a crear la imagen de un proceso general, para todos por igual, pero esto se aparta de la realidad—concluyen—.La naturaleza de las relaciones predominantes, hasta ahora basadas en la acumulación creciente de ganancias, genera un efecto concentrador y excluyente. Sus verdaderos resultados, más que de globalización propiamente dicha, son simultáneamente de globalización-exclusión.

El primer factor que condiciona este rasgo es que las distintas sociedades entran a ellas desde puntos de partida muy diversos: Escala, posición geográfica, dotación de recursos naturales pero, sobre todo, condiciones históricas: víctimas o victimarias de una etapa de dominación colonial que comenzó en el siglo XVl y se extendió hasta el XX. Sus secuelas han sido: para unos, destrucción de estructuras socio-económicas, avasallamiento de culturas, saqueo de recursos naturales, y reducción o extinción de recursos humanos; para otros, mecanismos de acumulación de riqueza, desarrollo de infraestructuras y apropiación de conocimientos. Estas diferencias se extienden hasta nuestros días con las reglas del intercambio desigual, la deuda externa y la aplicación selectiva del derecho internacional.

Desde esta asimetría, la sociedad contemporánea entra a un tipo de globalización que, lejos de mitigarla, la incrementa. La denominada "Globalización" presenta cinco dimensiones que se influencian recíprocamente: económica, social, cultural, ambiental y política.

En la primera, el rasgo principal es su carácter asimétrico: se expanden las inversiones y el uso de la tecnología, pero se concentra la capacidad de generación de ciencia a través de una dinámica de los precios en los medios para producirla inalcanzable para las economías de menor desarrollo; se expande e incrementa la composición técnica del empleo, pero la digitalización y la robotización lo concentran expulsando hacia la economía informal un número creciente de personas, rasgo del cual América Latina constituye uno de los principales exponentes.

La inversión extranjera directa, si bien se ha coinvertido en el flujo preponderante y ha adquirido una creciente importancia para el número de países mucho mayor que en el pasado, muestra una distribución geográfica muy diferenciada. A estos rasgos debe añadirse la ascendencia de las finanzas sobre la producción que, unida a la globalización de los mercados financieros, se ha convertido en la fuente subyacente de inestabilidad e incertidumbre de la economía mundial.

Los flujos comerciales constituyen otra expresión de asimetría. Si bien un pequeño grupo de países en desarrollo ha mejorado su posición en el comercio mundial, América Latina y el Caribe (excepto México), al igual que África, han perdido participación en ellos. Por su parte, Asia occidental sufre en mayor medida que el resto, los vaivenes de los precios del petróleo, de los cuales depende su desempeño exportador. Solo la proporción de las exportaciones de mercancías y servicios de Asia Oriental y meridional aumenta.

La resultante final es un incremento acelerado de la brecha entre sociedades desarrolladas y en desarrollo, y una tendencia al incremento en la estratipificación de los ingresos a escala global con expresiones tales como el hecho de que los habitantes de los 15 países que concentran el 75 % del producto bruto mundial viven 30 años más que los de África Subsahariana.

Los rasgos mencionados dan lugar a un conjunto de nuevos fenómenos en el plano social que finalmente se revierten en el plano político. Uno de ellos es la fractura interna de las principales clases y capas de las estructuras sociales: los segmentos vinculados con el capital trasnacional se van diferenciando de los que permanecen desconectado de él. Las capas de trabajadores van quedando sujetas a formas de organización del trabajo, remuneración y calificación, que las diferencia, marcada y progresivamente, del resto de los trabajadores; los sectores de propietarios nacionales se van fusionando y establecen nexos de dependencias con sus sedes extranjeras, que los subordinan a sus intereses estratégicos, se convierten en empleados de alto nivel de filiales trasnacionales, antes que ser burgueses "nacionales" , plantados en defensa de sus mercados, empresas y proyectos propios y es aquí donde veo la fragmentación de instituciones económicas no dominadas por esos Estados nacionales como eslabón principal de sus correspondientes sistema político y si por trasnacionales de capital extranjero pertenecientes a los bloques económicos globales que dictan para ellos las principales decisiones políticas.

Se vislumbra hacia el año 2000, con el advenimiento del nuevo siglo una tendencia a cambios en las estructuras sociales que implican cambios en las estructuras de los sistemas políticos, con la llegada al poder de la Revolución Bolivariana en Venezuela, donde una reforma constitucional quebró y deshizo las viejas estructuras oligárquicas, donde nacieron y se crean hoy organizaciones de nuevo tipo, que garantizan la más amplia participación de las grandes masas desposeídas en los asuntos del estado ; proceso que continuó con el ascenso al poder del Movimiento al Socialismo en Bolivia, con su consiguiente cambio en las estructuras de la sociedad y el sistema político, con la participación de nuevos entes sociales en la toma de las principales decisiones políticas del estado, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Argentina que dio un vuelco y decapitó el modelo neoliberal que puso en crisis al país y aunque no podemos hablar allí de una revolución , ni de cambios significativos en las estructuras de su sociedad y su sistema político, si hubo un giro hacia la democracia verdadera, con sus instituciones participando más activamente en la toma de las principales decisiones políticas del estado, lo que equivale a decir que se ha fortalecido su sistema político institucional.

Este sonado fracaso de la integración que podríamos llamar "neoliberal" por corresponder a la época en que el neoliberalismo se hace dominante, convierte a la integración en cáscara encubridora de un gran vacío y a la retórica integracionista en parloteo para encubrir la creciente desintegración. Los Estados unidos saben que la emergencia de China y la Unión Europea constituyen amenazas a su predominio mundial. Por eso prestará especial atención a impulsar procesos de integración económica con América Latina, especialmente si son tipo Tratado de Libre Comercio (TLC), con libre flujo de capital y flujo controlado de fuerza de trabajo. Si logra este propósito estratégico, es posible que se mantenga como potencia hegemónica durante un largo período, América Latina quedará en una posición de subordinación económica, política y cultural. En esa alternativa el mundo mantendrá su unipolaridad. Ahora bien; si América Latina logra integrarse, emergerá como un cuarto bloque con elevados potenciales de desarrollo, entonces el mundo mantendrá su carácter multipolar durante un largo período; pero veamos a América Latina integrada, necesitaría entonces ineluctablemente integración política—y ya se habla de Comunidad Sudamericana de Naciones—y con esa integración política necesariamente cambiarían las estructuras de los sistemas políticos actuales, aparecerían instituciones que responderían a los dictados políticos más allá de las demarcaciones nacionales y otro fenómeno paralelo, tanto en caso de unipolaridad, como en el caso de multipolaridad se produciría o se está produciendo que es la ineficacia de las instituciones de los actuales Estados Nacionales.

América latina exhibe hoy frutos en el proceso integracionista que implican cambios de significación capital en el sistema político de cada uno de sus estados, se habla allí de Integración económica, social, política y hasta militar.

Desafíos

Los grandes desafíos corresponden primordialmente a las Ciencias Sociales y ya han sido expuestos con anterioridad en SIGLO XXI, RAZONES DEL PELIGRO por Juan Luis Martín y en particular a la Teoría del Estado y que a nuestro juicio se avienen con entera perfección a nuestro tema de análisis al postular que la superación de esta situación requiere, cada día de manera más acuciante, un replanteo del lugar y papel de las Ciencias Sociales contemporáneas que se expresa en los siguientes rasgos.

  • La superación de visiones localistas, encapsuladas en realidades nacionales, que tienden a omitir en sus análisis la existencia de crecientes "Vasos comunicantes", directos o indirectos, aún entre los ámbitos más locales y comunitarios y los escenarios sub-regionales, regionales y globales.
  • El desarrollo de enfoques problémicos capaces de analizar y evaluar la realidad en su integralidad, superando las parcelaciones disciplinarias heredadas del positivismo del siglo XIX.
  • El desarrollo de la capacidad de pronóstico y de propuestas programáticas que superen el rol básicamente evaluativo, predominante en el siglo XX, tendiente a reducir la producción de estas disciplinas a "críticas elegantes de la realidad". La crítica de lo existente constituye un necesario punto de partida, no un punto de llegada. La meta de las ciencias sociales contemporáneas debe ser contribuir con propuestas a la transformación de la realidad existente, no solo a su interpretación.
  • El desarrollo de la capacidad de propuesta no debe ser confundido con las tendencias a la instrumentalización de la ciencia por los intereses dominantes, rasgo que parece abrirse paso progresivamente y expresarse en una cierta orientación tecnicista, así como en visiones parcelarias. El enfoque de las ciencias sociales reducido al análisis de problemas por encargo, sea de gobiernos, empresas u otros actores sociales, si bien es válido en cierta medida, no debe ser absolutizado so pena de redundar en pérdidas de la independencia de criterios y de los fundamentos éticos que están presentes en la esencia misma de la actividad científica, y transformarla en una modalidad más de mercancía, como ha ocurrido con las ciencias naturales y técnicas.
  • Un elemento básico en el cumplimiento de la responsabilidad histórica y social de las Ciencias Sociales es la diseminación de sus resultados a todos los actores sociales vinculados con su contenido. Este aspecto no solo condiciona la utilidad social de su producción, sino que constituye la base para el desarrollo de la crítica científica que, junto a la evaluación de los efectos de la aplicación práctica de los resultados, constituye una de las fuerzas motrices de todas las ciencias.
  • La naturaleza acumulativa del conocimiento y la heterogeneidad creciente de la realidad social hace, y hará cada día más, que la producción científica deje de ser obra de genios para ser obra de colectivos. En estas circunstancias, la organización de colectivos y su articulación en redes nacionales e internacionales constituye un elemento clave en la organización de la ciencia social efectiva y atemperada a la realidad de estos tiempos.
  • De igual modo, la definición de agendas temáticas de nivel global, regional, sub-regional y nacional, fruto del debate en la comunidad científica y de esta con los actores sociales clave de cada nivel social, debe permitir una mayor y mejor acumulación de conocimientos en direcciones estratégicas, reduciendo la atomización y fragmentación de los esfuerzos. Un proceso de esta naturaleza debe redundar en beneficio de la sociedad y de la propia ciencia.
  • Un rasgo básico de la sociedad contemporánea está dado por el incremento progresivo de la brecha entre los niveles de desarrollo de unas zonas de la humanidad y otras. Si bien la naturaleza real de ese denominado desarrollo resulta cuestionable por su carácter depredador de los sistemas ambientales y su orientación hacia las necesidades secundarias—y con frecuencia superfluas—de las personas olvidando las esenciales, lo cierto es que las diferencias provocan cierta dosis de espejismo caracterizado por la tendencia a sacralizar las ideas provenientes del mundo desarrollado y minimizar las que provienen de sociedades pobres. Esta tendencia tiene su asidero en los circuitos de difusión de resultados que contribuyen en gran medida a configurar los conocidos main streams. La practica científica consecuente debe caracterizarse por recordar que la historia es un flujo continuó e incontenible cuya riqueza consiste en producir siempre nuevos elementos que unas veces contradicen y otras desarrollan las verdades establecidas, pero jamás las dejan estáticas. En esta dirección es importante la sacralización de conceptos y teorías, así como asegurar su confrontación sistemática y permanente con la realidad.
  • Por último está el problema de la denominada diferencia de temporalidad entre política y ciencia. Esta no constituye un elemento insoluble ni tiene como única salida la conversión de todas las investigaciones en proyectos de corto plazo, de carácter más técnicos. Cualquier proyecto de investigación sobre un problema complejo puede ser diseñado para alcanzar resultados parciales de corto y mediano plazo, cuya articulación permite llegar a resultados finales de mayor integralidad y profundidad y, por ende, con mayor consumo de tiempo.

CONCLUSIONES

Luego de este breve recorrido por el Sistema Político con conciencia plena de no haber agotado ni mucho menos el tema tan rico y controversial concluimos que:

  • El sistema político ha evolucionado se ha perfeccionado, siendo por excelencia el instrumento en manos del estado para la dirección política de la sociedad.
  • Un variado número de estados copia el Modelo Norteamericano de sistema político, caracterizado por un poder judicial subordinado directamente al ejecutivo.
  • Las Instituciones políticas y los derechos políticos copian el modelo norteamericano.
  • El sistema político institucional es sobreimpuesto de modo arbitrario, responde a estructuras básicamente tradicionales de corte coloniales.
  • América Latina tiene el gran desafío de la integración económica, política, social y hasta militar, para garantizar con ello la conformación de sistemas políticos no antagónicos, que brinden una mayor participación de sus organizaciones sociales en la vida política de sus países.
  • Las formas de organización socio-económicas hoy predominantes provocan, más que la denominada"globalización", un proceso simultáneo de globalización-fragmentación, cuyo resultado es la bifurcación progresiva de la especie humana, de la sociedad y de sus instituciones.

BIBLIOGRAFÍA

1.- Teoría del Estado. Julio Fernández Bulté. La Habana 1992

2.- Teoría del Estado. Fernando Diego Cañizares. La habana 1979.

3.- Revista Jurídica Nº 19 de 1985.Conferencia del C Dr. Eric Sarmiento.

4.- Diversos materiales publicados en Periódicos Granma, Juventud Rebelde-

5.- Comentarios de especialistas en la Mesa Redonda.

6.- Siglo XXI. Razones del peligro. Juan Luis Martín. Editorial Ciencias Sociales. La habana 2006.

7.- Comercio Mundial:¿Incentivo o freno para el desarrollo?.Ruth Casa Editorial, la habana 2005.

8.- Revista del Banco Central de Cuba No 3 del año 2001.

 

 

 

Autor:

Jorge Luis Santana Fariña

CENTRO LABORAL. UNIVERSIDAD CIEGO DE AVILA

PROFESOR. TELEFONO 212496

Sociedades Científicas. Soc. De Derecho constitucional

Graduado de la carrera de Derecho de la universidad de Camaguey en el año 1999.

Profesor de la Facultad de derecho de la Universidad de Ciego de Avila.

Calle E No 466 e/ Martí y O. Hdez Ortiz Ciego de Avila

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