Introducción
La Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Un domingo de fines de junio de 1914, en el pequeño pueblo de Sarajevo en Bosnia, un nacionalista servio fanático acribilló a balazos al heredero del trono austríaco, el Archiduque Francisco Fernando, y a su esposa. Este asesinato fue la causa inmediata de la Primera Guerra Mundial. Durante algunos años antes de este crimen, muchos europeos esperaban que la guerra estallase de un momento a otro.
El odio, el temor, la supicacia y las ambiciones nacionales crearon una atmósfera cargada de ominosos presagios en Europa. El crimen de Sarajevo fue sólo la chispa que prendió la conflagración. Más, ¿por qué quería el nacionalista servio dar muerte a la pareja real? ¿por qué lo que parecía ser un mero incidente local llevó a la guerra seis semanas después, no sólo a Austria-Hungría y a Servia, sino también a Alemania, Rusia, Francia, Bélgica y la Gran Bretaña? Para contestar estas preguntas, es necesario estudiar las causas básicas de la Primera Guerra Mundial, cuyas raíces se hunden profundamente en el siglo XIX.
Causas Básicas De La Primera Guerra Mundial
El Nuevo Nacionalismo engendra profundos rencores. "No veo otra justificación de la existencia de mi generación que no sea la esperanza de recuperar nuestras provincias perdidas". Esta declaración de un estadista francés, Poincaré, relativa a la Alsacia y la Lorena, ilustra el apasionado nacionalismo de muchos franceses antes de 1914. Es obivo que tal sentimiento acogería con beneplácito una guerra de desquite. No menos apasionado era el deseo de los nacionalistas italianos de arrebatar a Austria lo que ellos consideraban sus provincias perdidas, las italoparlantes regiones de Trentino y Trieste. Los polacos, dominados por naciones extranjeras, querían la restauración nacional. Según hemos dichos, en los imperios austro-húngaro y turco vivían varias nacionalidades sojuzgadas. Las naciones balcánicas, como Servia, querían que sus compatriotas, súbditos de estos imperios, se les unieran para formar naciones balcánicas más potentes. Esto, naturalmente, significaba el desmembramiento de aquellos imperios. Como era lógico suponer, Austria-Hungría y Turquía se oponían enérgicamente a tales designios. Rusia, potencia eslava, se consideraba a sí misma la protectora de los pueblos eslavos. El Panaslevismo confligía con una actitud de igual orden por parte de Alemania, el Pangermanismo. Austria-Hungría, con su gran población eslava, veía con singular aprensión el Paneslavismo ruso.
El espíritu recalcitante del nuevo nacionalismo mantenía al rojo vivo estas pasiones. Los "superpatriotas" vociferaban fanáticos y desafiantes en defensa del honor nacional y fomentaban el odio entre las naciones.
El círculo vicioso del militarismo.
En aquella atmósfera de odio, temor y suspicacia, era inevitable el mantenimiento de grandes ejércitos y marinas. Pero, mientras mayores eran éstos, más aumentaban el odio, temor y la suspicacia. Europa se convirtió en un campamento armado, mietras cada nación trataba de aventajar a la otra en armamentos. La mayoría de las naciones europeas incrementaron los ejercitos regulares y organizaron grandes ejércitos ciudadanos mediante el reclutamiento de todos los varones aptos para el servicio militar obligatorio durante cierto período de tiempo. Las rivalidades en la construcción de marinas de guerra aumentaron la pesada carga de las contribuciones en Europa. Apoyaban esta loca carrera de armamentos, militares y marinos profesionaesl y fabricantes de pertrechos de guerra, como la Casa Krupp en Alemania. Ya que numerosos estadistas pensaban que su palabra tendría mayor fuerza si la apoyaban un gran ejército y una poderosa flota.
La causa inmediata que provocó el estallido de la primera guerra mundial fue el asesinato
del archiduque de Austria-Hungría, Francisco Fernando, en Sarajevo, Servia (posterior
Yugoslavia), el 28 de junio de 1914. Austria presentó un ultimátum a Servia y el 28 de julio de declaró la guerra. El sistema de alianzas militares creado en los años precedentes entró entonces en funcionamiento. Rusia ordenó la movilización de sus ejércitos contra Austria, por afinidad con sus hermanos eslavos. Alemania, aliada del imperio austro-húngaro, pidió a Rusia que detuviera sus maniobras contra Francia, en la que se concentraría el máximo de fuerzas disponibles para lograr rápidamente una victoria que permitiera al ejército dirigirse contra Rusia. El plan fue ejecutado por el general Helmuth von Moltke, que dejó al ejército austríaco encargado de contener a los rusos en el frente oriental y dirigió la mayor parte de sus tropas contra Francia. El ejército francés, al mando del general Joseph-Jacques-Césaire Joffre, se dispuso a su vez a aplicar el plan XVII, contra ataque centrado en el Marne.
Los alemanes iniciaron su ofensiva occidental con la toma de Leija el 16 de agosto de 1914. El 20 de agosto de este año entraron en Bruselas y tomaron Namur. La defensa francesa fue arrollada, pero en septiembre, cuando la balanza parecía inclinarse del lado alemán, el ejército de Joffre consiguió rechazar la ofensiva alemana en la primer batalla del Marne. El general alemán Erich von Falkenhaynm que sucedió a Moltke como jefe del estado mayor del ejército, hizo frente a una nueva ofensiva anglo-francesa. Tras las batallas de Yser e Ypres se estabilizó un frente que iba desde el canal de la Mancha hasta Suiza.
El imperialismo engendra profundas rivalidades.
Las naciones industrializadas luchaban por adquirir colonias con miras a obtener en ellas materias primas, mercados y campos para la inversión de capital. Esta lucha desembocó en algunas guerras, pero varios problemas importanters quedaron pendientes de resolución en África, Asia y los Balcanes. El nacionalismo y el militarimso estaban estrechamente asociados al imperialismo, pues los nacionalistas y militaristas, entre otros, se ufanaban de que su bandera nacional ondeara sobre colonias en muchas regiones del mundo.
La anarquía internacional desemboca en la rivalidad de las alianzas internacionales.
En el tenso período que antecedió a 1914, cada nación era su propia ley. Prevalecía la anarquía internacional, pues las naciones tenían escasa fe en el derecho o en las organizaciones internacionales.
En busca de alguna garantía de seguridad, y acaso también con la esperanza de obtener apoyo para algún paso agresivo, las naciones se juntaban en alianzas.
La triple Alianza ayuda a la formación de la Triple Entente.
En 1882, se completó la formación de una Triple Alianza, impulsada por Bismarck, un gran táctico aleman. Ésta estaba compuesta por Alemania, Austria-Hungría e Italia. Austria-Hungría se unió de buen grado a esta alianza defensiva secreta, porque Rusia era una rival agresiva en los Balcanes. Italia entró porque recelaba de Francia, la cual acababa de adquirir el protectorado sobre Túnez en el norte de África.
Bismarck temió que Francia pudiera aliarse con Rusia para encerrar a Alemania. Y por conservar la amistad de Rusia, firmó con ella un acuerdo separado y secreto, a espaldas de Austria. Para mantener la amistad de Inglaterra, Bismarck rehusó por algún tiempo competir con los ingleses en la lucha colonial o en la ocnstrucción de una potente armada.
De súbito, 1890, el Kaiser Guillermo II despidió a Bismarck y descontinuó el tratado con Rusia.
Por otra parte Francia prestó a los rusos cuantiosas sumas para ayudar a la industrialización y a la construcción del Ferrocarril Trans-Siberiano. En 1894, Francia y Rusia firmaron una alianza defensiva secreta, que acordaron mantener en vigor mientras durase la Triple Alianza.
La rápida industrialización de Alemania hacía de ésta una rival peligrosa de Inglaterra en los mercados mundiales. Ingalterra se arrojó, pues, en brazos de Francia ansiosa de ganar amigos.
Francia entonces quiso acercar entre sí a sus dos nuevos amigos, Rusia e Inglaterra. Pero había serios obstáculos. Inglaterra se oponía desde hacía mucho tiempo a los deseos rusos de conquistar Constantinopla; las dos naciones eran, además, rivales imperialistas en el Medio Oriente. Pero, como ahora temían más a Alemania que lo que se temían entre ellas, llegaron a un entendido. En el mismo año en que se repartieron a Persia, formaron con Francia una alianza defensiva, la Triple Entente. Europa estaba, pues, dividida en dos campamentos armados, la Triple Alianza y la Triple Entente.
De una en otra crisis, hasta la crisis de Sarajevo
En 1908, en los momentos en que había una revolucion en Turquía, Austria-Hungría anexó las dos provincias balcánicas de Bosnia y Herzegovina. Técnicamente eran territorio turco, pero en 1878, en el Congreso de Berlín se las entregaron a Austria-Hungría para que las administrara. Como la población de estas dos provincias eran principalmente eslava, tanto Rusia como Servia protestaron de la Anexión. Además, el hecho venía a entorpecer la aspiración de Servia de conseguir una salida por el Adriático. La paz de Europa estaba más insegura que nunca, pues los servios se inflamaron en odio contra Austria-Hungría.
En 1912, alentados por Rusia, los estados balcánicos de Servia, Bulgaria, Grecia y Montenegro declararon la guera a Turquía. La derrotaron rápidamente y se repartieron entre sí casi todo el terrritorio europeo turco.
Al fin los servios obtuvieron su puerto en el Adriático, por medio de la anexión de Albania. Pero no lo retuvieron mucho tiempo . Austria, apoyada por Italia y Alemania, exigió el establecimiento de una Albania independiente. La triple Entente, aunque simpatizaba con Servia, se echó atrás. Bulgaria había ganado mucho territorio en la primera Guerra Balcánica. Sus aliados balcánicos querían que repartiese el botín con ellos. Cuando rehusó hacerlo, estalló una segunda Guerra Balcánica en la cual los búlgaros fueron castigados duramente. También Turquía cayó sobre Bulgaria para recuperar una pequeña porción de su territorio perdido. Todos los aliados balcánicos obtuvieron ganancias, y Servia duplicó su territorio. Austria montó en cólera. Los austríacos temían que los pueblos eslavos del Imperio quisiesen unirse con la Gran Servia. Se multiplicaron las sociedades secretas entre los pueblos eslavos, tanto en Servia como en Austria, para lograr la unión. Una de éstas, La Mano Negra , tenía como divisa "La Unión o la Muerte". Fue un miembro de esta sociedad quien asesinó al Archiduque Fernando y a su mujer. En esta crisis, ninguno de los bandos se hizo atrás. Y comenzó la Primera Guerra Mundial.
La crisis de Sarajevo provoca un reacción progresiva
Un mes después del asesinato, Austria envió a Servia una nota con cuatro demandas muy duras y exigió una respuesta en cuarenta y ocho horas. Los austríacos se sentían seguros al hacer deliberadamente aquellas demandas tan violentas, porque Alemania se había comprometido a apoyar a Austria, pidiese lo que pidiese. Los servios aceptaron todas las demandas, menos una: la de que permitieran que los funiconarios austríacos penetraran en el territorio servio para dar caza a los que poryectaron el asesinato. Los servios indicaron que si Austria no estaba aún satisfecha, el asunto podría llevarse ante la Corte de La Haya. Austria rehusó, y el 28 de julio de 1914 declaró la guerra.
Entonces comenzó la reacción progresiva que muchos habían previsto como resultado de las alianzas rivales. Rusia, enemiga de Austria y amiga de Servia, inició la movilización militar. Alemania le pidió que desmovilizara. Cuando Rusia se negó, le declaró la guerra. Alemania preguntó a Francia, aliada de Rusia, cuáles eran sus intenciones. La respuesta fue vaga. Alemania le declaró la guerra a Francia. Cuando Alemania violó la neutralidad de Bélgica al cruzar el territorio de ésta para invadir a Francia, Inglaterra le declaró la guerra. Hacia fines de agosto, el Japón, aliado de Inglaterra en el Extremo Oriente, declaró la guerra. Los japoneses ambicionaban apoderarse de las colonias alemanas en el Extremo Oriente. Los turcos, quienes tenía un tratado secreto con Alemania, le declararon la guerra a su inveterado enemigo, Rusia, en octubre. Temían, como siempre habían temido, que Rusia se apoderase de Constantinopla.
Italia rehusó unirse a sus colegas de la Triple Alianza, por creer que estos hacían una guerra ofensiva, no defensiva. Los italianos se pasaron al lado d ela Triple Entente, en 1915. Este bando, conocido por los Aliados, había prometido secretamente en el tratado de Londres que, después de la victoria, Italia recibiría de Austria la tan anhelada Italia Irredenta. Poco después, Bulgaria se unió a Austria, Alemania y Turquía, conocidas por las Potencias Centrales. Bulgaria quería vengarse de Servia, que se apoderó de su territorio como resultado de la segunda Guerra Balcánica. Hacia 1918, había veintitrés naciones junto a los aliados y frente a las cuatro Potencias Centrales.
La Primera Guerra Mundial:
Importancia De La Defensa, La Resistencia Y La Moral
La vida en las trincheras, las armas y los métodos de combate.
Millones de hombres vivieron bajo tierra durante la mayor parte del tiempo que duró la Primera Guerra Mundial. Los ejércitos combatientes cavaron largas trincheras en zig-zag, que se comunicaban con otras que estaban detrás de las primeras. En varios puntos de estas trincheras y a mucha más profundidad, había refugios subterráneos, llamados dugouts, donde descansaban los soldados y se guardaban los pertrechos. Los hombres pasaban largos días de espera en estos subterráneos fangosos y a menudo infestados de pulgas y ratas. El tableteo de las ametralladoras, el rugido de los proyectiles lanzados por cañones a que veces estaban a veinte millas de distancia, y el silbido de la fusilería amenzaban siniestramente aquella vida de topos. A veces, tras de bombardear al enemigo con artillería gruesa durante días y aun meses, se daba la señal de salir afuera para entrar en la tierra de nadie, como se llamaba a la zona entre trincheras enemigas. Los hombres se abrían paso arrastrándose a través de estas franjas generalmente breves, cortando las alambradas de púas, y lanzando granadas de mano al enemigo. Luego, a punta de pistola y de bayoneta, trataban de capturar la trinchera enemiga. La captura no significaba gran cosa por lo general, pues tras de aquella había otras trincheras, o acaso el enemigo la recapturaba al poco tiempo. Para ganar unas escasas yardas de tierra, miles de hombres sacrificaban la vida valientemente.
La Primera Guerra Mundia, debido principalmente a la falta de armas ofensivas, fue una guerra defensiva.
Los alemanes quisieron valerse de un arma ofensiva eficaz mediante el uso de los gases venenosos, en violación de los acuerdos hechos en La Haya en 1907. También los ingleses crearon una arma ofensiva: el tanque blindado que aplastaba los obstáculos y escupía metralla en todas direcciones. Los aeroplanos se usaron por primera vez en esta guerra. Pero no resultaban armas muy eficases, porque eran escasos, frágiles y lentos.
El control, el bloqueo y los submarinos promueven la guerra de resistencia
Como se vio muy pronto que la Primera Guerra Mundial sería una lucha prolongada e indecisa, las naciones tomaron disposiciones para reforzar la capacidad de resistencia. Muchos gobiernos se incautaron de los ferrocarriles, controlaron la producción, racionaron el alimento y el combustible, y fijaron los salarios y los precios. Todo el que no estuviera en el frente de batalla debía ayudar en el frente doméstico. Se vio claramente que los operarios de las fábricas, los agricultores, los químicos y los ingenieros podían ganar guerras al igual que los combatientes.
La flota inglesa jugó un papel importante en debilitar la resistencia de Alemania. Bloqueó estrechamente los puertos de los alemanes y los austríacos. Por eso, sufrieron éstos de una severa escasez en renglones como los alimentos, el algodón, el cobre, la goma y el petróleo. La flota alemana, embotellada en el Canal de Kiel, se arriesgó finalmente a una salida desesperada al Mar del Norte. Allí, en 1916, en la Batalla de Jutlandia, cerca de la costa danesa, se hundieron más barcos ingleses que alemanes. Pero los ingleses obligaron a la escuadra alemana a guarecerse nuevamente en Kiel, donde permaneció hasta terminar la guerra. La flota inglesa barrió prácticamente el mar de barcos mercantes y navales alemanes. Por lo cual, los buques aliados pudieron traer alimentos, pertrechos de guerra y soldados de todas partes.
Para conservar su resistencia y debilitar la de los Aliados, los alemanes generalizaron el uso del submarino, arma que no se había utilizado antes en la guerra. Los furtivos torpedos destruyeron tantos barcos mercantes aliados que, por un tiempo, se temió que se hubiera perdido la guerra. Algunos de los métodos usados por los Aliados para combatir la guerra submarina, fueron las bombas de profundidad, las minas y los viajes en convoyes escoltados por buques de guerra.
La moral pública promueve la capacidad de resistencia.
La capacidad de resistencia requiere también que el pueblo crea en la justicia de su causa y tenga confianza en la victoria. En resumen, hay que sostener alta la moral. Los Aliados dieron a la publicidad, para conocimiento de sus pueblos y del mundo en general, ciertas declaraciones inauditas de los alemanes. Por ejemplo, con respecto a la invasión de Bélgica, el cansiller alemán calificó de "pedazo de papel" el tratado que garantizaba la neutralidad de Bélgica. La propaganda aliada pintaba a los alemanes como agresores brutales, gobernados por un autócrata implacable, decidido a destruir la civilización. La porpaganda alemana acusaba a los Aliados de haber fraguado un plan diabólico para monopolizar el comercio mundial y las colonias, y encerrar a Alemania en un "círculo de hierro" formado por potenicas hostiles. Ambos bandos contaban horrores del enemigo. Una empresa en Viena ofrecía a la venta a ambos contendientes fotografías de atropellos, para que le pusieran los calces que acomodaran a uno o a otro, según quien las comprase. No era difícil hacer aparecer al enemigo un monstruo inhumano. Ambos contrincantes censuraban la prensa a fin de destacar y exagerar las victorias y disimular las pérdidas.
Las potencias centrales ganan muchas batallas, pero la resitencia aliada es superior.
La posibilidad de una guerra en dos frentes fue siempre una pesadilla para los militares alemanes. Por eso Bismarck se preocupaba tanto de mantener relaciones amistosas con Rusia. Y por eso también, el Estado Mayor alemán, mucho antes de 1914, había hecho un plan para poner en ejecución inmediatamente en el caso de que la nación se viera comprometida en una guerra de dos frentes. La primera parte del plan era caer sobre París como un rayo, cortando por Bélgica, para eludir las grandes fortificaciones francesas en la frontera franco-alemana. Cuando Francia estuviera fuera de combate, los ejércitos alemanes se transportarían al frente ruso oriental en sus magníficos ferrocarriles. Una vez, allí, era de esperarse que el ejército alemán, el más eficaz del mundo, derrotara fácilmente al ejército ruso, el más numeroso, pero mal equipado y organizado.
La heróica resistencia de los belgas dirigidos por el Rey Alberto, dio a los franceses tiempo para reunir sus hombre en el frente, y a los ingleses para desembarcar un ejército en Francia. Pero no fue sino en las orillas del Marne, a quince millas de París, que pudo detenerse el avance alemán. Allí fue que, a comienzos de septiembre de 1914, un ataque conjunto mandado por los generales franceses Foch y Joffre, salvó a París. El plan alemán había fracasado. Ambos ejércitos cavaron trincheras que se extendían unas seiscientas millas, desde Suiza hasta el Mar del Norte. Los Aliados tuvieron la fortuna de hacerse fuertes en dos puertos del canal, los de Calais y Dunkerque. Pero fue desgraciado que perdieran a Luxemburgo, Bélgica y el noreste de Francia, lo que dio a los alemanes el dominio de fértiles campos, valiosas minas de carbón y hierro, y muchas fábricas.
Una razón importante del fracaso del plan alemán fue la invasión de Prusia Oriental por los rusos. Los alemanes debilitaron su frente occidental en Francia al retirar tropas de allí para defender el frente oriental. En una serie de batallas, una de ellas en Tannenberg, las tropas alemanas mandadas por los generales Hindenburg y Ludendorff, desalojaron a los rusos del territorio alemán. El general ruso sintió tal vergüenza de su torpe estrategia en Tannenberg que se suicidó de un balazo. Hacia la primavera de 19145, Hindenburg dominaba una parte considerable del territorio ruso. Los rusos lograron algunas victorias en las provincias austríaca de Galicia. Pero en el otoño de 1915, los austríacos, auxiliados por los alemanes, echaron a los rusos de Galicia y de la parte rusa de Polonia. Pronto ambos contendientes se atrincheraron en un frente que, a tiempo de la derrota de Rumania en 1916, se extendía unas novecientas millas desde Riga en el Báltico al Mar Negro.
Las terribles derrotas rusas pusieron de relieve la corrupción del mando, la pésima disciplina y hasta los sentimientos filogermanos de algunos oficiales rusos. Los pertrechos escaseaban de tal manera que hubo soldados que tuvieron que aguardar la muerte de un compañero para armarse de un rifle.
En 1917, estalla un revolución en Rusia que le obliga a abandonar la guerra. En sólo tres años de guerra, Rusia tuvo más de nueve millones de bajas, que es mucho más de lo que sufriría ninguna otra nación después de los cuatro años que duró la contienda.
1917: Un año aciago para los Aliados.
La pérdida de Rusia fue sólo una de las varias razones del por qué, en general, la situación era sombría para los Aliados en 1917. Recordaban con amargura la desastrosa derrota sufrida por ellos a manos de los turcos en la campaña de los Dardanelos en 1915. Uno de los propósitos principales de esta campaña había sido abrir los Dardanelos a fin de llevar pertrechos a los rusos. En 1916, las Potencias Centrales habían conquistado no sólo a Luxemburgo, Bélgica y el noreste de Francia, sino también a Servia, Montenegro y Rumania. Aunque los alemanes no había logrado romper el estancamiento del frente occidental en Verdún, los Aliados perdieron en esta batalla y en la
contraofensiva del Somme más de un millón de hombres. Y para colmo de calamidades, en octubre de 1917, las fuerzas austro-alemanas infligieron una grave derrota a los italianos en Caporetto, al note de Italia, en la que éstos perdieron más de seiscientos mil hombres.
Sin embargo, no todo fue sombrío para los Aliados en 1917. Podían mirar con satisfacción la captura de las posesiones alemanas del Extremo Oriente y del Pacífico en 1914 por el Japón, Australia y Nueva Zelandia. Las tropas aliadas conquistaron también todas las colonias alemanas en África, excepto el África Oriental alemana, que fue tomada en 1918. Los Aliados estaban ansiosos de debilitar a Turquía a fin de asegurar las comunicaciones británicas con la India. Por lo tanto, se apoderaron de gran porción de Mesopotamia, Palestina y Siria, reclamaciones todas de Turquía. Y Egipto fue hecho un protectorado inglés.
La entrada de los Estados Unidos en la guerra alienta a los Aliados en el año sombrío.
La entrada de los Estados Unidos en la guerra fue el hecho más alentador para los Aliados en el cuadro del año de 1917. Pocos norteamericanos sabían en 1914 por qué se peleaba la guerra. Muchos no habían oído jamás de los lugares mencionados en las noticias de la campaña. Cuando el presidente Wilson declaró la neutralidad nacional, tenía la aprobación de millones de ciudadanos.
Pero era muy difícil mantenerse neutral. Los norteamericanos tendían a simpatizar con las naciones de donde habían emigrado ellos o sus antepasados. Además, los propagandistas de ambos contendientes trataban de ganar las simpatías de los Estados Unidos. Las propaganda de los Aliados era más hábil y sensata, y se basaba en una comprensión más honda de los norteamericanos.
Sin embargo, al principio hubo serios inconvenientes con los ingleses. Éstos se apoderaron de algunos cargamentos que los norteamericanos no consideraban contrabando. Se incautaron además de otros envíos de los Estados Unidos a países neutrales como Holanda y Suecia, aludiendo que su destino final era Alemania. Pero pronto los norteamericanos se sintieron algo más que molestos con los alemanes. El norteamericanismo se precia de no tolerar los abusos del fuerte contra el débil. Los propagandistas lo sabían. Por lo tanto se dieron maña en lanzar a los vientos historias sobre las atrocidades – la mayoría falsas- que los alemanes cometían con los belgas. La hostilidad contra Alemania aumentó cuando sus agentes trataron de incitar a México para que declarase la guerra a los Estados Unidos. Había, además, otras razones para que los norteamericanos favorecieran a los Aliados frente a los alemanes. Como Inglaterra dominaba los mares y había numerosas naciones peleando junto a los Aliados, la mayor parte de los negocios, el comercio y los préstamos de los Estados Unidos era para éstos. No es de extrañar, pues, que hubiera muchas personas deseosas de que ganaran los Aliados.
Las simpatías de los norteamericanos por los Aliados aumentaron cuando el gobierno alemán violó los derchos de neutralidad de los Estados Unidos al expedir órdenes en las que decían a los barcos americanos cuándo y de dónde debían partir. Permitirían, dijeron, que un barco de pasajeros hiciera un viaje semanal a Inglaterra por una ruta indicada. Pero lo peor de todo fue que los submarinos alemanes torpedeaban barcos de carga, tanto neutrales como beligerantes, sin aviso y sin tomar medidas para la seguridad de los pasajeros y la tripulación. Esta violación del derecho internacional costó muchas vidas norteamericanas, incluso las 128 perdidas en el vapor inglés Lusitania. El presidente Wilson protesó una y otra vez. Pero la guerra submarina desmandada continuó casi sin interrupción. Finalmente, Wilson pidió al Congreso un declaración de guerra, basada en que "el derecho es más preciado que la paz"… y en que " hay que salvar al mundo para la democracia". El 6 de abril de 1917, los Estados Unidos declararon la guerra a Alemania.
Los Aliados derrotan a las Potencias Centrales.
Al entrar los Estados Unidos en la guerra, los alemanes comprendieron que tenían que obrar con rapidez o perderían la contienda. Su pueblo, como el de los Aliados, estaba cansado de la guerra; el hambre amenazaba a millones de personas. Los rumores de paz se extendían rápidamente entre los ciudadanos y los soldados y en el propio Reichstag. También en los países Aliados se hablaba de paz. Pero, en este campo, la entrada de los Estados Unidos en la guerra levantó la moral. Grandes cargamentos de provisiones y pertrechos de guerra llegaban de los Estados Unidos, pagado con los préstamos de esta nación a los Aliados. Las flotas norteamericanas y aliada se combinaron para arruinar la campaña submarina alemana. Con gran sorpresa del Estado Mayor alemán, trescientos mil soldados norteamericanos habían desembarcado en Francia en diciembre de 1917. Hacia fines de la guerra, había dos millones de soldados en la Fuerza Expedicionaria Americana (A.E.F.), al mando del General John J. Pershing.
Para obrar rápidamente antes de que los Estados Unidos movilizaran a plenitud toda su fuerza, en marzo de 1918 el General Ludendorff, lanzó una gigantesca ofensiva contra las fuerzas aliadas en el frente occidental. Aumentó sus tropas con soldados que no habían recuperado aún de las heridas, con adolescentes de dieciséis años y con hombres traídos del frente oriental donde ya no se necesitaban pues los rusos estaban derrotados. Uno tras otro golpe de ariete contra la línea aliada, abrieron grandes brechas en ésta. Ambos contendientes sufrieron terribles pérdidas. Finalmente, los Aliados comprendieron la necesidad de la unificación del mando, ventaja de que habían gozado los alemanes desde los primeros días de la guerra. Se nombró al General Foch Comandante en Jefe de las fuerzas aliadas.
Foch dejó que los alemanes se debilitase en la ofensiva. Entonces lanzó su contra ofensiva en la segunda Batalla de Marne. Los norteamericanos se distinguieron por primera vez en la Batalla de Chateau-Athierry. Tras la victoria de Marne, los Aliados continuaron pegando duro y empujando a los alemanes hacia el norte, hacia su propia frontera. Los aliados de Alemania también se desmoronaban. En septiembre, se rindió Bulgaria; en octubre, Turquía; y el 3 de noviembre, tras una severa derrota a manos de los italianos, Austria-Hungría se entregó. Los pueblos sojuzgados a través del Imperio Austro-Húngaro comenzaron a rebelarse y declararse independientes. Las deserciones en el ejército, los motines en la armada, las revoluciones socialistas en muchos estados alemanes, las amenazas de huelga general y la fuga de Guillermo II a Holanda, contribuyeron al colapso definitivo de la Alemania imperial. El 11 de noviembre de 1918, se firmó el armisticio.
Batallas y Estrategias
De La Primera Guerra Mundial
1914
Frente Occidental.
Tras tomar la fortaleza de Lieja, los alemanes entraban en Bruselas, mientras el ejército belga se retiraba a Amberes. Entre tanto, los franceses obtuvieron triunfos efímeros en Alsacia y Lorena. El centro del esfuerzo alemán se dirigió al N.E. de París; el 20 de agosto belgas y franceses fueron derrotados en Charleroi, en tanto que una ofensiva francesa en las Ardenas también fracasaba. Las fuerzas aliadas, a las que se habían unido los británicos, se retiraron hacia la línea del Marne. Los británicos fueron vencidos en Le Cateau, pero los franceses salieron vencedores en Guise. El gobernador militar de París, general Galliéni, preparó un ataque a las fuerzas alemanas inmediatas a la ciudad, sobre el Marne. Éste se produjo el 6 de setiembre y abrió una brecha de 50 mil en el frente alemán y los alemanes se retiraron hasta el Aisne (17 de septiembre). El 10 de octubre capituló Amberes. Los aliados atacaron el Ypres (octubre-noviembre), pero la ofensiva fracasó y a duras penas fue impedida la irrupción de los alemanes. Al terminar la batalla, todo el frente occidental estaba formado por trincheras y la guerra de posiciones reemplazaba a la de movimientos.
Frente Oriental.
El 17 de agosto el ejército ruso invadió Prusia Oriental; el 19-20 venció en Gumbinnen a los alemanes. Otro ejército invadió Prusia Oriental por el Sur, Hindenburg lo derrotó en la batalla de Tannenberg (27-30 de agosto), seguida por la batalla de los Lagos Masurianos (9-10 de septiembre), en que fue vencido el ejército del Norte. Pero los rusos obtienen victorias contra los austríacos: se apoderan de Lember (agosto). Los austroalemanes emprenden una audaz ofensiva destinada a aislar al ejército ruso en la saliente polaca y una contraofensiva rusa es detenida or Ludendorff sobre el Vístula (11 de noviembre). Los rusos se retiran a la línea del Bzura-Rayka, frente a Varsovia. Ludendorff lanza una nueva ofensiva el 15 de diciembre y los rusos se retiran tras del Dunajec, donde establecen también una línea de trincheras.
Nuevos Beligerantes.
En octubre de 1914 Turquía lanzó una importante ofensiva sobre el Cáucaso, repelida por los rusos. El 24 de mayo de 1915 Italia declaró la guerra a Austria y comenzó una guerra de posiciones a lo largo de su frontera.
1915
Frente Occidental.
Se realizaron varias tentativas de poner fin a la guerra de posiciones. Los británicos atacaron en Neuve-Chapella (marzo), y fracasaron. Los alemanes emplearon por primera vez gases asfixiantes en la segunda batalla de Ypres (22 de abril-25 de mayo), pero la sangrienta batalla no pudo poner fin a la guerra de posiciones. A ello siguieron breves ofensivas francesas en Artois (mayo-junio) y en Chmpagne (septiembre). El ejército italiano quiso quebrar las líneas austríacas en el Isonzo, para lo cual lanzó sin éxito dos ofensivas (junio y octubre).
Frente Oriental.
El 2 de mayo fue lanzado el ataque general austro-alemán contra las líneas rusas de Dunajec; el frente ruso se quebró, y el avance prosiguió hacia el San (mayo); el 3 de junio los rusos perdían Przemysl; el 22, Lemberg, y el 31 de julio caía Lublin; el 4 de agosto, Varsovia; el 5 de agosto comienzan los ataques contra Brest-Litovsk, abandonada el 26; pero el ejército ruso se ha salvado del peligro de ser cercado. El frente ruso queda estabilizado en una nueva línea que va del Báltico hasta la frontera rumana.
La Guerra en los balcanes.
La dificultad de llegar a una decisión en el frente principal llevó a los beligerantes a buscarla en campos periféricos. La primera tentativa fue la campaña de los Dardanelos, inspirada por Chuchill. Una flota anglofrancesa intentó forzar el pasaje de los estrechos, pero fracasó (18 de marzo). A ello siguió una ofensiva terrestre, el 25 de abril se produjo el desembarco en la península de los Dardanelos; pero los invasores no pudieron conquistar las alturas y la lucha se estabilizó hasta la evacuación del cuerpo expedicionario, en diciembre de 1915 y enero de 1916.
En 1915 la lucha se tornó también activa en Servia. Allí las ofensivas austríacas de 1914 habían fracasado, pero el 6 de octubre de 1915 una nueva ofensiva, con auxiliares alemanes y búlgaros (Bulgaria se unió en octubre de 1915 a los imperios centrales), terminó con la resistencia servia; el ejército servio pudo reorganizarse en Corfú. De allí pasó al frente de Salónica, donde había desembarcado en octubre un cuerpo expedicionario francés; también allí la lucha se estabilizó bien pronto.
La lucha en Mesopotamia.
En noviembre de 1914 una fuerza expedicionaria británica con base en la India se había apoderado de Basora para controlar los yacimientos petrolíferos de Persia. En la primavera de 1915 los británicos extendieron la zona ocupada, tras de vencer a los derrotados más tarde en Kut (1916), los británicos quedaron sin embargo en posesión de la baja Mesopotamia.
1916
Frente Occidental.
Los alemanes intentaron provocar el desgaste de las reservas francesas, que juzgaban cercanas al agotamiento. Esta táctica fue aplicada en la lucha en torno a Verdún. La batalla comenzó el 21 de febrero y terminó en diciembre, alterando ofensivas y contraofensivas. Juntamente con la campaña de Verdún tuvo lugar una ofensiva aliada en el Somme (julio a noviembre). Los avances, reducidos, se lograron a costa de muy fuertes pérdidas. A mediados de septiembre entró a actuar en esta batalla una nueva arma de guerra, el tanque, inventado por los ingleses.
Frente Oriental
El 4 de junio los rusos lanzaron una gran ofensiva contra los austríacos y triunfaron en Luck y en los Cárpatos. Esas victorias decidieron la entrada en la guerra de Rumania, cuyo ejército invadió Transilvania en agosto. En septiembre los búlgaros invadieron la Dobrudka, obligando a los rumanos a cesar en su ofensiva en Transilvania. Las fuerzas austroalemanas los vencieron allí en Brasov (octubre) y en noviembre atravesaron los Alpes de Transilvania; luego cruzaron el Banubio el 6 de diciembre tomaron Bucarest; toda Valaquia quedaba ocupada.
Otros Frentes.
Los italianos cruzaron el Isonzo y tomaron Gorizia (8 de agosto), pero no pudieron proseguir su ofensiva en los montes del Carso. En Mesopotaia una ofensiva británica comenzada en diciembre concluyó con la toma de bagdad (11 de marzo de 1917). En cambio, otra ofensiva contra Palestina, desde las bases egipcias, comenzada en la primavera de 1916, no pudo tomar Gaza.
1917
Frente Occidental.
En este año ocurre un hecho decisivo: la declaración de guerra por los Estados Unidos. Pero las consecuencias no se hicieron sentir en forma importante hasta 1918. Los franceses prepararon una ofensiva en el frente de Champagne (abril), qe fracasó completamente, porque el mando alemán estaba informado de ella, en tanto que en el Somme los alemanes se retiraban a una nueva línea (la línea Sigfrido). Los británicos emprendieron otra ofensiva en Flades (batalla de Ypres de 1917). Pero los ataques generalizados de julio, agosto y septiembre sólo dieron lugar a pequeños avances, a costa de grandes pérdidas.
Colapso Del Frente Ruso.
La última ofensiva había agotado las reservas humanas y la voluntad de resistencia de rusia. La revolución de ferbrero pretendió proseguir la guerra. Brusilov, nuevo general en jefe, obtuvo éxitos contra los austríacos en Stanislau (junio). Pero la contraofensiva alemana expulsó a los rusos de Galitzia y Bukovina (agosto), y en septiembre los alemanes se apoderaron de Riga. El 7 de noviembre la revolución bolchevique se apoderaba del poder, con el programa de paz inmediaa. En noviembre se firmaba un armisticio en Brest-Litovsk.
Derrumbe Del Frente Italiano.
Una nueva batalla del Isonzo llevó a la conquista de la Bainsizza, al norte de Gorizia. Los ejércitos austríaco e italiano estaban al borde del agotamiento. El 24 de octubre refuerzos alemanes lograban abrir una brecha en Caporetto, el 28 alcanzaban Udine; el 31, Tagliamento. Todo el centro del frente italiano había sido quebrado y los italianos se salvaron mediante una retirada hasta el Píave, completada en noviembre. Las tentativas posteriores de forzar esta nueva línea de defensa fracasaron.
Otros Frentes.
En el frente turcoegipcio una ofensiva británica conquistó Jerusalén el 9 de diciembre.
1918
Frente Occidental.
El 21 de marzo los alemanes lanzaron una gran ofensiva en la zona Arra-Saint Quentin, con amplio uso de granadas de gas. El frente aliado fue quebrado al S. del Somme, pero resistió al N., y los alemanes prosiguieron inúltilmene los ataques. El 9 de abril lanzaron los alemanes una nueva ofensiva en Flandes que alcanzó objetivos importantes y provocó grandes bajas entre los británicos, pero no pudo quebrar el frente. Una nueva ofensiva en Champagne (batalla de Chemin-des-Dames, 27-30 de mayo) llevó a los alemanes hasta el Marne. Pero el ataque alemán del 9 de junio, destinado a aislar la saliente aliada de Compiégne, fracasó. Ente tanto, los refuerzos americanos habían comenzado a llegar. El 18 de julio, Foch, comandante en jefe de todo el frente, lanzó una ofensiva sobe el Marne, con amplio uso de masas de tanques; otra ofensiva británica, en el Somme, quebró la resistencia alemana el 8 de agosto.
Los Balcanes Y El Cercano Oriente.
El 15 de septiembre el ejército de Salónica lanzó una ofensiva contra los búlgaro, el 29, éstos pedían armisticio. En Palestina, los británicos obtuvieron una importante victoria en Megido (septiembre) que les dio acceso a Damasco y Alepo; el 30 de octubre Turquía firmaba un armisticio.
El Colapso De Los Imperios Centrales.
El 26-28 de septiembre Foch lanzó un ataque general que puso en peligro de derrumbe a todo el frente alemán en Occidente. El Estado Mayor alemán juzgó urgente pedir la paz; el príncipe Max de Baden, nuevo jefe del gobierno alemán, solicitó del presidente Xilson la inmediata concertación de un armisticio. En estas condiciones, la defensa contra los ataques aliados comenzó a derrumbarse. La batalla de Vittorio Veneto (27-30 de octubre?, que destrozó al ejército austríaco, llevó al armisticio austroitaliano del 4 de noviembre.
En Alemania la revolución estallada ese mismo día condujo a la instauración de una república. El 11 de noviembre los delegados alemanes firmaron armisticio con los aliados en Compiegne.
La Guerra Naval.
Durante el año 1914 la guerra naval tuvo por teatro los grandes océanos; los alemanes realizaban una tentativa de disputar su predominio a la flota británica. Esta tentativa fracasó: el Emden fue hundido en el océano Índico el 9 de oviembre; el Karisruhe lo fue en el mar de las Antillas el 4 de ese mes, pero la acción más importante fue la de las Malvinas, en la cual la flota del conde Von Spee fue destruída (8 de diciembre). Desde entonces la acción se circunscribió principalmente al mar del Norte y al Báltico, la acción de Dogger Bank (24 de enero de 1915) hizo que aun en el mar del Norte los alemanes prefiriesen no aventurarse. Pero la batalla de Jutlandia (31 de mayo de 1916), con las graves pérdidas causadas a la flota británica, puso fin a las tentativas británicas de actuar en el Báltico. El aspecto más importante de la guerra naval fue sin duda la guerra submarina, que los alemanes llegaron a considerar factor decisivo para su triunfo. El año de más intensa acción submarina fue 1917; Alemania declaró la guerra submarina indiscriminada contra naves mercantes de todas las banderas (1ro de febrero), lo que iba a llevar a la entrada de E. U. en la guerra. Las pérdidas de tonelaje fueron creciendo hasta agosto, en que llegaron a 600,000 tn.. A partir de mayo comenzó a aplicarse el sistema de navegación por convoyes de barcos mercantes escoltados por navíos de guerra; este método reveló su eficacia al descender grandemente las pérdidas a fines de 1917.
El 9 de noviembre, Guillermo II decidió abdicar al tiempo que se extendía por Alemania una revolución proletaria que sería finalmente sofocada por grupos contrarrevolucionarios y militares. En Europa comenzaron los preparativos para la conferencia de paz de Versalles.
La guerra mundial había causado cerca de diez millones de muertos y varios millones más de heridos, en su mayoría jóvenes, principalmente de Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido. Las pérdidas materiales fueron también cuantiosas en los países beligerantes. Por otra parte, la contienda había generado un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra: por primera vez participaron de forma activa en el combate los fusiles de repetición, las ametralladoras, los gases asfixiantes, los tanques, los dirigibles y los aviones, y también por primera vez se practicaron la guerra de posiciones y los bombardeos de ciudades. La exacerbación del patriotismo y la movilización de la sociedad civil fueron otras novedades de la primera guerra mundial.
El tratado de Paz de París:
los sueños chocan con la realidad
En diciembre de 1918, el Presidende Wilson embarcó para Europa. Iba camino de una conferencia en París, que se reunía para redactar los tratados de paz que pondrían fin a la Primera Guerra Mundial. Habían muerto en la guerra unos diez millones de soldados. Los heridos sumaban viente millones; y los desaparecidos, cinco. El hambre, el crimen, la enfermedad y la revolución ocasionaron la muerte de diez millones de ciudadanos. En cuanto al costo material de la guerra, se calcula en unos trescientos mil millones de dólares. Estos datos, así como también otros efectos de la guerra eran del conocimiento de los delegados que se reunían en la Conferencia de Paz de París en enero de 1919.
El Presidente Wilson había expuesto ya su criterio. Pedía una "paz sin victoria", esto es, que no se castigara tan duramente a los perdidosos como para obligarlos a buscar el desquite. Dijo, con sencillez: "No habrá anexiones, ni retribuciones, ni daños punitivos". En enero de 1918, había redactado lo que consideraba un program de paz perdurable. Confiaba en que este programa de los Cartoce Puntos fuera aceptado por los Aliados como la finalidad de la guera. Para acabar con la diplomacia secreta, recomendó:
- Convenios de paz abiertos, libremente concertados: A fin de proteger los derechos de los neutrales.
- Sugirió la libertad de los mares: para reducir las rivalidades económicas e imperialistas.
- Favoreció la disminución de las barreras arancelarias: con miras a evitar la pugna de los armamentos.
- Abogó por la reducción de armamentos: para frenar el imperialismo.
- Sugirió un reajuste de todas las áreas coloniales: en interés de los pueblos concernidos.
- En reconocimiento del nacionalismo: recomendó, por ejemplo, que la Alsacia y la Lorena fueran devueltas a Francia y que se reconstituyera a Polonia como nación independiente.
- Sugirió la propia determinación: que los pueblos sojuzgados de los imperios austríaco y turco determinaran por sí mismos qué gobierno querían.
- Propuso el establecimiento de una Liga de las Naciones.
Etc.
Al llegar Wilson a Europa, se celebraron paradas en su honor. Tocaron las bandas musicales. Las calles estaban llenas de flores. Se le dio su nombre a algunas calles. Los millones de seres que lo vitoreaban con lágrimas en los ojos, no olvidaban que él y su país vinieron en auxilio de ellos en los días más aciagos de la guerra. Sin embargo, en la conferencia de la paz, el idealista Wilson encontró una fuerte oposición. Los otros delegados objetaban muchos de sus Catorce Puntos. El octogenario Clemenceau, delegado francés, diz que ridiculizó a Wilson con estas cínicas palabras: "Diez mandamientos fueron bastantes para Dios, pero Wilson no se contenta con menos de catorce". Clemenceau quería la venganza. Ni él ni millones de franceses podían olvidar que los alemanes invadieron a Francia en 1870 y nuevamente en 1914. Querían una paz con victoria, tan dura que no le fuera posible a Alemania invadir por tercera vez a Franicia.
El Primer Ministro Lloyd Geroge, delegado inglés, quien combatió la pobreza en su páis, estaba dispuesto a aceptar algunos de los Catorce Puntos de Wilson. Pero no quería que nada comprometiera el logro de la causa de Inglaterra en la conferencia. Estaba obstinado en mantener el tradicional equilibrio inglés del poder en el continente, y quería evitar que Francia ganara demasiado a expensas de Alemania. Buscaba también asegurarse de que el Imperio Británico obtuviese la mayor parte de las colonias alemanas. Veía en la conferencia una oportunidad de eliminar a Alemania como competidora naval y comercial de Inglaterra.
Un gran obstáculo a los Catorce Puntos de wilson, eran los tratados secretos que los Aliados habían hecho entre ellos durante la guerra. Se había acordado que si ganaban, Francia recibiría la Alsacia y la Lorena y el dominio de la magen izquierda de Rin. Inglatera obtendría la mayor parte d elas colonias alemanas en África, y compartiría con Rusia, Francia e Italia las regiones turcas al este del Mediterráneo. Se prometió dar a Rusia los Dardanelos y Constantinopla. El premio de Italia sería la Italia Irredenta y la mayor parte de la costa oriental de Adriático. El Japón recibiría las concesiones alemanas en Shantung y algunas de las islas alemanas del Pacífico. Los delegados de los países que habían hecho estos acuerdos secretos estaban presentes para ver que se cumplieran. Y así, los sueños de Wilson se estrellaban contra las realidades imperialistas.
Acudieron a la conferencia representantes de las potencias victoriosas así como también de los diversos grupos que querían que los delegados consideraran sus particulares problemas. Entre éstos figuraban irlandeses, hindúes, negros y judíos. Ni Rusia, que abandonó la guera, ni las Potencias Centrales derrotadas, recibieron invitación. Al principio, la conferencia estuvo dominada por Wilson, Clemenceau, Lloyd Geroge, y Orlando de Italia -los Cuatro Grandes. Luego, Orlando se retiró, y quedaron sólo los Tres Grandes. Italia había exigido la entrega del puerto de Fiume en el Adriático, pero Wilson no quiso allanarse porque tal anexión violaba el principio de la propia determinación.
Wilson descubrió pronto tras acalorados debates, que debía hacer numerosas concesiones a fin de lograr apoyo para la formación de una Liga de las Naciones. Creía que, a la postre, la liga corregiría los errores que se cometiesen en los arreglos de paz. De los Catorce Puntos, éste era el que con más devoción anhelaba. Aunque wilson se había opuesto la diplomacia secreta los Tres Grandes hicieron secretamente las decisiones más importantesde la conferencia. Para complacer a Inglaterra, wilson abandonó el asunto de la libertad de los mares. Nada se hizo tampoco sobre la reducción de los aranceles.
El acuerdo de paz de París castiga a los vencidos y premia a los victoriosos
Se hicieron tatados aparte con cada una de las potencias vencidas, los que conjuntamente se conocen por el Acuerdo de Paz de París. Después de haber redactado el que correpondía a Alemania -El trtado de Versalles- se llamó a los dirigentes alemandes para que lo firmasen.
Se obligo a Alemania a reducir su ejército a 100,000 hombres y su marina de guerra a unos pocos barcos, y a abolir el serico militar obligatorio. Se le prohibió mantener tropas o fortificaciones en la margen occidental del Rin. Wilson obtuvo, pues, una reducción de los armamentos, pero no entre los victoriosos. La Alsacia y la Lorena fueron devueltas a Francia, quien también recibió en usufructo por quince años las ricas minas carboníferas de la cercan Cuenca del Sarre. Con miras a la creacion de una Polonia libre, Alemania tuvo que entregar Prusia Occidental y Polonia. Para dar a esta última acceso al mar, se declaró ciudad libre el puerto alemán de Danzig, y se puso bajo el dominio de la Liga de las Naciones. Hubo, pues, que demarcar una franja de tierra, el Corredor Polaco, que partía a Alemania en dos. Tras los plebiscitos de rigor en interés de la propia determinación, el norte de Schleswig pasó a Dinamarca, y parte de la Alta Silesia, región muy industrializada, a Polonia.
Todas las colonia de Alemania pasaron a la Liga de las Naciones, quien las asignó a las varias potencias victoriosas para que las administraran hasta que pudieran considerarse preparadas para la emancipación. Tales colonia -las llamadas mandatos– se regenteaban como cualquier otra colonia, sólo que había que presentar informes sobre su administración a la Liga. La Comunidad de Naciones británicas btuvo la mayor parte de estos mandatos. El acuerdo ganó par la Liga el fuete apoyo de los ingleses. Gran Bretaña, propiamente, obtuvo el África Oriental alemana (hoy Tanganyka). La Unión del Sur África obtuvo el África del Suroeste alemana. Australia y Nueva Zelandia obtuvieron las islas alemanas del Pacífico, al sur del Ecuador; y el Japón recibió las que demoran al norte y las concesiones alemanas en la península de Shantung. Muchos de estos arreglos consonaban con los tratados secretos. El Tratado de Versalles decía además que Alemania era totalmente responsible de la guerra y del daño causado por ésta. Esta cláusula se conoce como la cláusula de la culpabilidad de guerra.
El Imperio de Austria-Hungría, aliado de alemania, había comenzado a desmembrarse aún antes de que se reuniera la conferencia de la paz. El tratado, dictado oficialmente al Imperio, dividió el reino de Habsburgo en las naciones independientes de Austria, Hungría y la recién creada Checoslovaquia, y partes de las nuevas Polonia y Yugoslavia. Yugoslavia se formó de Seriva, Montenegro, Bosnia-Herzegovia, y algunas otras provincias. El arreglo reconocía el principio de la propia determinación. Sin embargo, se le prohibió a Austria, nación alemana, que se uniera con Alemania. Hungría tuvo que entregar Transilvania a Rumania, y Bulgaria ceder territoiro a sus vecinos balcánicos, Grecia, Rumania y Yugoslavia. Italia recibió por fin la Italia Irredenta y el Tirol meridional, según se le prometió en un tratado secreto. Además, en 1924, Yugoslavia le entregó a Fiume.
La vencida Turquía fue prácticamente echada de Europa por los términos del Tratado de Sévres, en el cual Grecia ganó mucho. En el Asia, Truquía tuvo que entregar Transjordania, Palestina y la Mesopotamia petrolera a Inglaterra, y Siria y el Líbano a Francia. Todas estas regiones pasaron a ser mandatos. De nuevo, los tratados secretos prevalecieron sobre los Catorce Puntos. Como Turquía rehusó aceptar todas las condiciones del tratado, y hasta le ganó una guerra a Grecia, se otorgó a los turcos en 1923 un nuevo y más generoso pacto, el Tratado de Lusana. Esta vez, Turquía reconquistó su pequeña franja en Europa, incluso Constantinopla, y alguna porción de su territorio en el Asia Menor.
Al igual que de Alemania, se exigió de las otras Potencia Centrales vencidas, con excepción de Turquía, la reducción de sus ejércitos y el pago de indemnizaciones. Austria, Hungría y Turquía, así como también los países recién creados, tuvieron que prometer que respetarían la religión y las costumbres de los grupos minoritarios dentro de sus fronteras.
En 1917, los alemanes habían dictado al régimen comunista de Rusia, el Tratado de Brest-Hitovsk. Rusia tuvo que entregar los estados en las márgenes del Mar Báltico, su parte de Polonia, la Ucrania, y algunos territorios en el Cáucaso. Esto costó a Rusia el 75 por ciento de su carbón y hierro y cerca del 30 por ciento de sus fábricas y tierras fértiles. Terminada la guerra, los Aliados, a tenor de los Catorce Puntos, obligaron a las tropas alemanas a salir de Rusia. Luego se hicieron arreglos para reconocer la independencia de Finlandia, Estonia, Latvia, Lituania y Polonia. Los acuerdos de paz sancionaron también la anexión de Besarabia, arrebatada por Rumania a Rusia. Posteriormente, los rusos se quejaron de que los Aliados los habían aislado con toda intención de Occidente al establecer un bloque de recién creadas naciones desde el Báltico al Mar Negro. Según los Aliados, este arreglo fue una manera de cumplir la política de la propia determinación, al par que de refrenar el avance del comunismo hacia el occidente europeo.
Hechos Significativos
De La Primera Guerra Mundial
Hay muchos factores que considerar en los orígenes y causas de la I Guerra Mundial:
ninguno de ellos es suficiente, y todos son contaminantes. Uno es la continuación histórica de de los grandes conflictos de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX en donde potencias centrales en torno a Alemania se encontraban frente a aliados en torno a Rusia, Francia y Gran Bretaña. Otro, un poco dudoso, es el enfrentamiento de democracias y autoritarismo.
Un factor clave es la lucha imperialista por el reparto del Mundo, ya que en efecto, en 1914 Europa dominaba el mundo, salvo por los Estados Unidos y el Japón, y las riquezas estaban irregularmente distribuídas. Además, algunos países veían en la guerra la posiblidad de resolver sus conflictos internos.
Sus principales protagonistas: el emperador de Austria Francisco José, el zar Nicolás II de Rusia y el Kaiser Guillermo II de Alemania
La Gran Guerra duró cuatro años, que los tratadistas militares dividen en tres períodos:
En los primeros meses, guerra de movimientos; en los tres años siguientes guerra de posiciones o trincheras y el período de ofensiva alemana y contraofensiva aliada que en un plazo de catorce semanas y gracias a la intervención de los Estados Unidos, terminó con las potencias centrales y las redujo a un estado de postración. De este estado de postración y de los tratados de paz subsiguientes iba a salir el fenómeno del nazismo.
Los tratados de paz no fueron fáciles: las potencias vencedoras no estaban de acuerdo entre sí sobre el reparto de los territorios de los perdedores y sobre el destino de Alemania. Francia pretendía el desmembramiento de su enemiga y por su parte Gran Bretaña y Estados Unidos veían ya la necesidad de conservarla como nación fuerte para el comunismo, tesis que se repetiría al final de la II Guerra Mundial
Finalmente el Tratado de Versalles decidió el reparto de territorios y colonias de Alemania, la reducción de su ejército a 10.000 hombres y la obligación germana de pagar indemnizaciones de guerra por las reparaciones a los daños hechos a los aliados.
Los cambios que produjo esta guerra fueron: la revolución bolchevique (comunista) en Rusia, la entrada de los Estados Unidos en Europa y, por supuesto, las bases para la II Guerra Mundial. Una vez más, una guerra de enorme envergadura no había acabado las contradicciones, sino que, además de aumentarlas, creó otras nuevas.
Contenido
Introducción
Causas Básicas de la Primera Guerra Mundial
Batallas y Estrategias de la Primera Guerra Mundial
El tratado de Paz de París: los sueños chocan con la realidad.
Hechos Significativos de la Primera Guerra Mundial
Bibliografía
Enciclopedia Quillet, Cuarta Edición, tomo IV, 1968
Páginas 458-459
Enciclopedia Microsoft ® Encarta ® 98.
"Guerra Mudial, Primera".
Nuestro Mundo A través de las Edades,
Segunda Edición, 1978
Pág. 511-531
Autor: