La creación de valor En la concepción tradicional el "valor de una empresa" ha sido asimilable a una variable-fondo que debe ir aumentado en la medida del crecimiento de la empresa, o por lo menos mantenerse en su cuantía para no destruir su valor. Los métodos tradicionales de valoración presentan las siguientes limitantes (Martínez y García, 2005):
No animan las inversiones que rentan por debajo del coste de capital
No consideran el riesgo de la empresa ni el coste de los recursos empleados
Suelen basarse en datos contables
No consideran expectativas de futuro al tratar con indicadores periódicos determinados con datos históricos.
No así ocurre en los tiempos presentes en los que las empresas requieren renovar constantemente sus conocimientos y habilidades para desarrollar ventajas competitivas en el mediano y largo plazo y ya no solo ganancias a corto plazo, como una estrategia de subsistencia en un entorno excesivamente volátil.
En nuestros tiempos, el fin fundamental de la mayoría de entidades se centra en la "creación de valor", siendo la base de todas sus decisiones. Actualmente la "creación de valor" se identifica como una variable-flujo, que debe generar rendimiento o riqueza para la empresa en un ejercicio o período de tiempo. La primera medida del valor creado es la denominada Valor Económico Agregado (EVA) que representa el valor agregado para los propietarios y se calcula restándole a la utilidad operativa después de impuestos el costo financiero que implica la posesión de los activos por parte de la empresa (León, 1990), esto es:
EVA = Utilidad Operacional – Costo por el Uso de los Recursos Expresión que al tomar como referente el Patrimonio neto se convierte en:
Siendo:
r = rendimiento real del negocio k = costo del capital.
Según esta medida, una empresa crea valor para sus accionistas cuando la rentabilidad (r) obtenida sobre el capital invertido es superior al coste (k) de dicho capital. El EVA trata de medir el valor que genera la firma en un determinado período teniendo en cuenta que esa generación de valor debe resultar después de recuperar la inversión y de remunerar el capital propio y ajeno. La ventaja principal de esta medida es que hace más responsables a los administradores al permitirle mayor control sobre sus variables del beneficio de capital y el coste del capital, que influyen en todas las decisiones financieras y de inversión. Asimismo, existen limitaciones derivadas de la complejidad en la depuración de su cálculo, su enfoque cortoplacista y su preocupación exclusiva por el accionista.
El valor creado para la empresa equivale al incremento o disminución del valor de la firma, o lo que es lo mismo, la medida de la variable-flujo con respecto a una situación de partida es la variación de la variable-fondo correspondiente a la "creación de valor" (Boal, 2014).
De hecho uno de las más importantes mediciones de la contabilidad de gestión es la práctica común denominada Fondo de Comercio que lleva a medir la generación de valor en un período, valorando la empresa en dos momentos consecutivos. La diferencia entre ambos valores, una vez añadidas las cantidades entregadas a los socios y deducido el coste de oportunidad ocasionado por mantener la inversión en la empresa, es entendida como creación de valor.
Los cambios contables tras la llegada del valor razonable
El ocaso de la regla del conservadurismo Desde hace muchísimos años, los procedimientos de la valoración contable habían venido aplicando la "regla del conservadurismo" o "principio de la prudencia" para registrar las ganancias de las empresas únicamente cuando hubiesen sido realizadas, mientras que las pérdidas se registraban tan pronto se tenía conocimiento de ellas. Si bien entre las organizaciones de contadores y auditores privados se reconocía que este conservadurismo a veces pudiera ser apropiado, también debe reconocerse que una de las primeras tareas del Consejo de Normas de Contabilidad Financiera (FASB) de los Estados Unidos también lo fue advertir contra el conservadurismo en su bien propio.
El FASB publicó en 1978 la primera declaración de una serie de siete documentos que configuran su Marco Conceptual. En el primero de los documentos publicados por el FASB se definen los objetivos de los estados financieros para las empresas privadas (Declaración de Concepto 1), pasando en 1980 a publicar otros tres referentes a las características cualitativas de la información contable (Declaración de Concepto 2), los elementos de los estados financieros de las empresas privadas (Declaración de Concepto 3) modificada en 1985 por la Declaración número 6 y los objetivos de la información financiera para las organizaciones no lucrativas (Declaración de Concepto 4). En estas declaraciones, el FASB definió las cualidades específicas de las decisiones primarias que hacen útil la información para los tomadores de decisiones: pertinencia y fiabilidad. También mostró los ingredientes de la pertinencia (valor predictivo, valor de retroalimentación, oportunidad) y confiabilidad (verificabilidad, fidelidad de representación y neutralidad). Además, al conservadurismo le fueron concedidos varios parágrafos. Parte de estos parágrafos son importantes para explicar el conservadurismo o prudencia. Por ejemplo, en el parágrafo 91 del FASB 1980, dice que el conservadurismo es i) una convención que muchos contadores creen que es apropiado en la toma de decisiones de contabilidad. El segundo parágrafo menciona que debido a la incertidumbre en la contabilidad, el conservadurismo tiene un lugar en la información financiera. Sin embargo, este mismo parágrafo 92 también establece que ii) esta convención debe aplicarse con cuidado ya que puede entrar en conflicto con las características cualitativas establecidas de la información contable como la representación fiel, la neutralidad y la comparabilidad El parágrafo 93 del FASB 1980 agrega iii) "El conservadurismo en la información financiera ya no debe seguir connotando una subestimación deliberada, ni consistente de los activos netos y de las ganancias". El parágrafo 94 hace reconocimiento del hecho de que iv) "los activos subestimados a menudo llevan a la sobreestimación de los ingresos de los períodos futuros y que el conservadurismo en los ingresos nada puede sostener. Mientras que el parágrafo 95 establece que v) "el conservadurismo ya no requiere seguir aplazando el reconocimiento de los ingresos más allá del tiempo que la evidencia adecuada de su existencia esté disponible ni tener que justificar el reconocimiento de las pérdidas antes de que haya pruebas suficientes de que en ellas se ha incurrido".
Además, el parágrafo 96 del FASB 1980 afirma que vi) "el sesgo en la estimación de los componentes de los ingresos, ya sea excesivamente conservador o poco conservador, por lo general influye en el tiempo de las ganancias o pérdidas en lugar de su valor agregado. Como resultado, los excesos injustificados en cualquier dirección pueden engañar a un grupo de inversores en el posible beneficio o detrimento de otros" Finalmente, el parágrafo 97 del FASB 1980 insta a ser escépticos y formar opiniones auditoras bien fundamentadas en principios de contabilidad, diciendo vii) "la presentación de informes prudente basado en un saludable escepticismo genera confianza en el resultado y, en el largo plazo, mejor sirve a todos los intereses divergentes que están representados por los mandantes de la Junta".
Desde que esta declaración fue emitida en 1980, muchos hechos significativos se han producido en la economía mundial, en particular en el mundo de la contabilidad y la información financiera. En los últimos años, el FASB de los EE.UU. y el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB) han trabajado para converger conceptos y normas de contabilidad, y el conservadurismo está notablemente ausente (Smith, Smith y Burrowes, 2013).
Sin embargo, la literatura anterior a estos hechos que analizaba las diferencias internacionales en conservadurismo de los ingresos también señalaba que hasta tanto la adopción de las NIC/NIIF no estuviese cumplida por todos los países, las diferencias continuarían, a medida que fueran surgiendo las diferencias debido a los diferentes ajustes institucionales, país por país. El grueso de esta literatura anterior comparaba los regímenes contables de derecho consuetudinario (regímenes anglo-sajones, típicamente conformado por: Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda) con los regímenes de los países basados ??en el derecho romano (toda Europa continental y los países latinoamericanos). Hoy, las NIC/NIIF han llegado a ser un modelo contable de información financiera basado en un conjunto homogéneo de normas cuya mayor parte proviene del derecho consuetudinario. En consecuencia, el mayor o menor esfuerzo de los países en su proceso de convergencia hacia la plena adopción de las NIIF es un reflejo del diferente papel de los informes y estados financieros acorde a su anterior percepción del conservadurismo contable.
En los países de derecho consuetudinario (también llamado de "ley común"), la propiedad de la empresa hubo sido muy amplia, y las empresas buscaban fondos de capital directamente de los pequeños inversores a través de los mercados de capitales. Los inversores en estos países acostumbraban exigir información contable muy amplia, y los estados financieros constituían la única fuente de información sobre los asuntos financieros empresariales de la mayoría de los pequeños inversores. Esta demanda de información hubo sido especialmente importante para los inversores en el caso de las malas noticias, como en el caso de las relacionadas con el riesgo asociado a los títulos valores. Los inversores estuvieron dispuestos y en condiciones de demandar a los gerentes y a los auditores por fallas al ignorar la revelación de las malas noticias en su debida oportunidad. Este hecho, además de mejorar la asimetría en el reconocimiento de buenas y malas noticias, de por sí, caracterizaba al sistema de contabilidad.
En los países basados ??en el derecho romano (también llamado "ley de código"), esta demanda por un reconocimiento asimétrico de las buenas y las malas noticias en las utilidades (conservadurismo de las ganancias) no ha sido tan importante. En estos países del derecho romano los principales proveedores de fondos de capital (incluso a través de los mercados de capitales) siguen siendo las instituciones financieras. Estas instituciones financieras tienen otras fuentes oportunas de información sobre la firma además de los estados financieros. Incluso, a veces están representados en los mismísimos Consejos de Administración de las empresas. En consecuencia, en estos países, las demandas originadas por el conservadurismo en los ingresos (por el ocultamiento de utilidades) siempre hubo sido menor que en los países del derecho consuetudinario. Otras características institucionales, por ejemplo, en los países basados ??en el derecho consuetudinario, las demandas que originaban las contabilizaciones suavizadas para los flujos de ingresos (es decir, distribuidos más homogéneamente en el tiempo) fueron mayores porque tal procedimiento conducía a un mayor conservadurismo de las ganancias (muestran las pérdidas al final). En otros términos, las operaciones financieras per se en los países basados ??en el derecho romano, conducían a una menor asimetría en el reconocimiento de las buenas y malas noticias en los ingresos. Sin embargo, los factores que ahora explican por qué las empresas basadas en el derecho romano, que aún no han adoptado las normas NIC/NIIF, son más conservadoras en las ganancias que las empresas basadas en la ley consuetudinaria, se refieren directamente a características institucionales de cada país (riesgo de litigio, depuración de los ingresos debido a los impuestos y la política de dividendos) y esto irá cambiando en la medida en que todas logren adoptar en común las normas NIIF.
Patrimonio operativo y patrimonio financiero El valor razonable implica el uso de valores corrientes que son propios de un modelo de patrimonio operativo. En un enfoque de patrimonio operativo la utilidad proviene de la capacidad productiva física excedente alcanzada al final del periodo (los recursos o fondos requeridos para alcanzar tal capacidad) respecto de la capacidad productiva física del comienzo del periodo, excluyendo toda distribución o aportación de los propietarios durante el periodo. Bajo este enfoque, si el interés principal de los usuarios (administradores) está en la capacidad operativa de la empresa, entonces el concepto apropiado de patrimonio que haga la empresa es el concepto de patrimonio operativo o físico. De este modo, el reconocimiento de las variaciones de precios que afecten a activos y pasivos durante el periodo, permitiría ajustar la capacidad operativa de la empresa, siempre y cuando se carguen o abonen al patrimonio y no a resultados.
Las normas del IASB están orientadas a medir el resultado de la administración, bajo el enfoque de patrimonio financiero, en el que la utilidad proviene del exceso del activo neto financiero (patrimonio contable) al final del periodo sobre el activo neto financiero al principio del periodo, excluyendo toda distribución o aportación de los propietarios. De esta manera, los aumentos o disminuciones del valor razonable de los activos y pasivos generarán un resultado que no ha sido solamente fruto de la gestión de sus administradores, ni generado totalmente dentro del ciclo normal del negocio.
Surge entonces entre los contadores de la contabilidad a valor razonable, la necesidad de tener que cambiar, desde un interés en un patrimonio operativo o físico de la empresa por parte de los usuarios de los estados financieros, hacia un interés de los usuarios en un patrimonio nominal de poder adquisitivo constante de cara a un mercado. En estas condiciones, el conservadurismo de los ingresos es una cuestión temporal, y no implica la subestimación constante de las ganancias como sucedía anteriormente, ya que el mismo principio de causación (devengo) impediría esto. El conservadurismo en las ganancias consiste en el tratamiento asimétrico de las ganancias y las pérdidas en la cuenta de Utilidades del Ejercicio (Basu, 1997). Incluso suponiendo crecimiento, bajo un estado de equilibrio estable, y durante un período suficientemente largo, las contabilizaciones basadas en medidas del desempeño convergerán al verdadero rendimiento económico. El conservadurismo de las ganancias sólo afectará (disminución) el valor contable o patrimonio de los accionistas temporalmente, hasta la reversión de las provisiones.
La nueva contabilidad que cambia las reglas por los principios El 13 de Julio de 2009, el Gobierno Nacional expidió la Ley 1314, por la cual la acción del Estado se dirigirá hacia la convergencia de estándares internacionales de contabilidad e información financiera en Colombia, tomando como referente el Marco Conceptual, las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS según sus siglas en inglés) y sus interpretaciones (CIINIIF), las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC) y sus interpretaciones CINIC, las NIIF para Pequeñas y Medianas Entidades (IFRS for SMEs según sus sigla en inglés) y los Fundamentos de Conclusiones emitidos por el IASB para los grupos 1 y 2. El enfoque que se proponga para interpretar las características del grupo 3, que son entidades más pequeñas a menudo administradas por sus propietarios y tienen pocos o ningún empleado, se puede asimilar al modelo emitido por el Grupo de Trabajo Intergubernamental de Expertos en Estándares Internacionales de Contabilidad (ISAR) de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD). De acuerdo con esta Ley, el Consejo Técnico de la Contaduría Pública (CTCP) es la autoridad colombiana de normalización técnica de las normas contables de información financiera y de aseguramiento de la información. Las anteriores normas basadas en reglas (llámense COLGAAP o USGAAP) se caracterizaban por establecer tratamientos contables para cada escenario imaginable con el fin de dar respuestas directas a cualquier situación posible, como es el caso de establecer porcentajes o umbrales subjetivos para el reconocimiento de partidas, así como excepciones que provocan un alto nivel de detalle y por ende, inconsistencias internas. En contrario, las normas basadas en principios (como las NIIF) establecen claramente los objetivos de la norma y definen el modelo contable aplicable sin pretender abarcar todas las transacciones. Tanto el preparador de información como el auditor se preocupan por determinar si la información financiera refleja y cumple en su totalidad con los objetivos contenidos en las normas y deben ser capaces de demostrar que sus juicios e interpretaciones fueron realizadas de buena fe y apegados a los pronunciamientos vigentes (Gómez, 2006). Un Marco Conceptual de la contabilidad de un país es un referente para resolver diferencias de interpretación y para guiar el desarrollo y la implementación de normas de contabilidad. El Marco Conceptual proporciona una referencia estable al ejercicio de las facultades regulatorias de las autoridades y a una definición de los alcances del proceso de cada sistema contable como son de la contabilidad tributaria, de la contabilidad de gestión o de la contabilidad pública. En la actualidad existe un acuerdo unánime entre emisores y reguladores internacionales de normas de contabilidad que recomienda fortalecer la estructura del Marco Conceptual de las NIIF y jerarquizarlo como la norma fundamental o soporte primario para la emisión de normas. En los Memorandos de Entendimiento (MoU) 2006 y 2008 FASB e IASB agregaron a su agenda un proyecto conjunto para desarrollar un marco conceptual común, que esté basado en principios, coherentes a nivel interno e internacional y convergente. El nuevo marco se ocupará de una amplia gama de cuestiones tratadas en los Marcos Conceptuales IASB y FASB y tendrá en cuenta los acontecimientos posteriores a la emisión de dichos marcos. A medida de la terminación de los capítulos, los párrafos correspondientes al "Marco Conceptual para la Preparación y Presentación de los Estados Financieros" publicado en 1989 irán siendo sustituidos hasta cuando el proyecto denominado "Marco Conceptual para la información Financiera" esté terminado a finales de 2015. El proyecto se está realizando por fases cuya fase A sobre Objetivos y Características Cualitativas fue completada y sustituida en septiembre de 2010. La versión anterior del Marco Conceptual de 1989 presentaba como objetivo de la preparación y presentación de los EF, brindar: Información acerca de la situación financiera; Información acerca del desempeño, gestión de la administración; Información acerca de los cambios en la situación financiera; Cubrimiento de los estados financieros de las necesidades comunes de los usuarios; Evaluación de la capacidad de generar efectivo o equivalentes; Evaluación de la estructura financiera, liquidez y solvencia; Evaluación de la capacidad de adaptación a los cambios del ambiente en que opera. Adicionalmente, los objetivos de los EF, en la versión 1989 es suministrar información acerca de la situación financiera, rendimiento y cambios en la situación financiera de una entidad, que sea útil a una amplia gama de usuarios al tomar sus decisiones económicas. La información acerca del desempeño de una entidad y en particular sobre su rendimiento, se necesita para evaluar cambios potenciales en los recursos económicos, que es probable puedan ser controlados en el futuro. La información acerca de los cambios en la posición financiera de una entidad es útil por suministrar al usuario la base para evaluar la capacidad de la entidad para generar efectivo y otros recursos equivalentes al mismo, así como las necesidades de la entidad para utilizar tales flujos de efectivo. Los EF también contienen notas, cuadros complementarios y otra información que es pertinente para las necesidades de los usuarios acerca de las partidas contenidas en el balance y en el estado de resultados. Pueden incluir informaciones acerca de los riesgos e incertidumbres que afectan a la entidad y también acerca de segmentos de negocios o geográficos, o acerca del efecto sobre la entidad de los cambios en los precios.
La nueva versión de 2010 ha introducido como propósito del Marco Conceptual, ayudar al Consejo a: Desarrollar futuras normas y revisar las ya existentes; Promover la armonización de las regulaciones, normas contables y procedimientos relativos a la presentación de los Estados Financieros (EF); Apoyar a los auditores en el proceso de formarse una opinión sobre si los EF se preparan de conformidad con las NIIF; Ayudar a los usuarios de los EF en la interpretación de la información contenida en los EF preparados de conformidad con las NIIF; Suministrar a todos aquellos interesados en la labor del IASB, información acerca de su enfoque para la formulación de las NIIF. Por su parte, los objetivos de la IF de propósito general, en la versión 2010 anota: Proveer información financiera acerca de la entidad reportante que sea útil a los inversores presentes y potenciales, prestamistas y otros acreedores en la toma de decisiones sobre proveer recursos hacia la entidad. Los informes financieros con propósito general no están diseñados para mostrar el valor de la entidad que informa, ni tampoco esos informes están principalmente dirigidos a otras partes como reguladores y público distinto a los inversores, prestamistas y otros acreedores aunque pudieren encontrarlos útiles. Los IF de propósito general proporcionan información sobre los efectos de las transacciones y de otros sucesos que alteran los recursos económicos y los derechos de los acreedores y sus cambios de una entidad que informa. La información sobre los recursos económicos de la entidad y los derechos de los acreedores contra la entidad que informa, proporcionan datos de entrada útiles para tomar decisiones sobre proporcionar recursos a una entidad. Para evaluar de forma apropiada las perspectivas de flujos de efectivo futuros de la entidad que informa, los usuarios necesitan ser capaces de distinguir entre ambos cambios. Los recursos económicos y los derechos de los acreedores de una entidad que informa pueden cambiar también por razones distintas al rendimiento financiero, tales como la emisión de títulos de propiedad adicionales. La información sobre el rendimiento financiero de la entidad que informa durante un periodo también puede indicar la medida en que sucesos tales como los cambios en los precios del mercado o en las tasas de interés han incrementado los recursos económicos y los derechos de los acreedores de la entidad y así, afectar la capacidad de la entidad para generar entradas de efectivo netas.
Como puede colegirse, el antiguo marco refleja los efectos financieros de sucesos pasados y en el nuevo marco dos aspectos que valen la pena resaltarse son, por un lado, los relativos al grupo de inversores del mercado de capitales que termina mereciendo destacarse porque se entiende que si las informaciones que ellos necesitan fueran atendidas, la mayor parte de las necesidades de los otros grupos también estarían atendidas. De hecho, son los inversores los que contribuyen al capital de riesgo de las empresas y que sus intereses son residuales, o sea, que se fijan con lo que queda después del pago de todos los otros grupos de interesados. Por el otro lado, en el nuevo marco, se muestra la información bajo otras bases de medición. En gran medida, los informes financieros se basan en estimaciones, juicios y modelos en lugar de representaciones exactas cuya visión es improbable que se alcance en su totalidad, al menos en el corto plazo, porque lleva tiempo comprender, aceptar e implementar nuevas formas de analizar transacciones y otros sucesos.
Los postulados deducibles del esquema conceptual publicado por el IASB en 1989, fueron las denominadas hipótesis fundamentales: Base de la Acumulación (devengo) e Hipótesis de Negocio en Marcha (continuidad). Estos dos presupuestos son fundamentales para el establecimiento de un modelo contable. Los estados financieros sobre la base del devengo contable informan a los usuarios no solo de las transacciones pasadas que suponen cobros o pagos de dinero, sino también de las obligaciones de pago en el futuro y de los recursos que representan efectivo a cobrar en el futuro. Bajo la hipótesis de negocio en marcha, los estados financieros se preparan normalmente suponiendo que una entidad está en funcionamiento y continuará su actividad dentro del futuro previsible. Si la entidad tuviera la intención o necesidad de liquidar o recortar de forma importante la escala de sus operaciones, los estados financieros pudieran tener que prepararse sobre una base diferente en cuyo caso deberá ser revelada. Dos de los retos más difíciles para el emisor de normas es el trabajo idiomático para la generalización de los términos "sustancia económica (economic substance)" e "imagen fiel (accurate representation, faithful representation)". Es cierto que las normas IFRS no proponen un significado generalizado del término "sustancia económica", ni tampoco hacen una mención explícita del importante precepto representacional contable de "la imagen fiel". Sin embargo, del mismo modo que, a efectos contables, la "esencia económica" ostenta primacía sobre la forma jurídica, la "representación fiel" pretende eliminar obstáculos formales que impidan la adecuada presentación (fiabilidad) de la información financiera, reforzándolo e incluso defendiéndolo frente a las propias normas contables detalladas (Cañibano y Herranz, 2013). Entre las modificaciones ejercidas sobre la versión de 1989 del Marco Conceptual se cuentan la de denominar Capitulo Cuatro (4) al texto restante conformado por Hipótesis Fundamentales (una única: negocio en marcha), Características Cualitativas de los Estados Financieros (luego de prescindir de la característica de Fiabilidad y sus componentes: La Esencia sobre la Forma, Neutralidad, Prudencia e Integridad), Restricciones a la información (luego de prescindir de sus componentes: Equilibrio entre costo y beneficio y Equilibrio entre características cualitativas), Elementos de los Estados Financieros y Reconocimiento de los Elementos de los Estados Financieros, Medición de los Elementos de los Estados Financieros y Conceptos de Capital y de Mantenimiento del Capital. En la nueva versión de 2010 del Marco Conceptual, la Base de Acumulación (devengo) deja de ser una hipótesis fundamental para convertirse en una información descriptiva de los efectos de las transacciones y otros sucesos y circunstancias sobre los recursos económicos y en los derechos de los acreedores, como base para evaluar el rendimiento financiero de la entidad. Otra modificación notable del nuevo Marco Conceptual es la clasificación de las características cualitativas de la información financiera útil en características cualitativas fundamentales y características cualitativas de mejora. Entre las fundamentales ahora se encuentran las de Relevancia (en el sentido de pertinencia), Materialidad e importancia relativa y Representación fiel, al tiempo que pasan a características de mejora, las de Comparabilidad, Oportunidad y Comprensibilidad. La información debe ser tanto relevante como fielmente representada si ha de ser útil. La información financiera relevante es capaz de influir en las decisiones tomadas por los usuarios. La información financiera es capaz de influir en las decisiones si tiene valor predictivo, valor confirmatorio, o ambos. La información tiene valor predictivo si puede utilizarse como un dato de entrada en los procesos utilizados por usuarios para predecir resultados futuros. La información financiera tiene valor confirmatorio si proporciona información sobre (confirma o ambas) evaluaciones anteriores. La materialidad o importancia relativa es un aspecto de la relevancia de la información basado en la naturaleza o magnitud, o ambas, de las partidas a las que se refiere la información en el contexto del informa financiero de una entidad individual.
La representación fiel de una información implica características de ser completa, neutral y libre de error. Una representación fiel de un fenómeno económico relevante debería tener naturalmente algún grado de comparabilidad con una representación fiel de un fenómeno económico relevante similar de otra entidad que informa. Una información contable debe representar de manera más fidedigna posible los eventos económicos ocurridos relacionados con la entidad, lo que no excluye que en algunos casos sean realizadas estimaciones. Por ejemplo, una estimación del importe por el que debe ajustarse el valor en libros de un activo para reflejar un deterioro de su valor puede ser una representación fiel si la entidad que informa ha aplicado correctamente un proceso adecuado, descrito correctamente la estimación y explicado las incertidumbres que afectan de forma significativa a la estimación. La aplicación de las características cualitativas de mejora es un proceso iterativo que no sigue un orden determinado. Algunas veces, una característica cualitativa de mejora puede haberse tenido que disminuir para maximizar otra característica cualitativa. La utilidad de la información puede mejorarse siguiendo una de las vías: la de la relevancia o la de la representación fiel. Una forma de buscar equilibrio entre las dos características cualitativas consiste en valorar la oportunidad de la información. Oportunidad significa tener información disponible para los decisores a tiempo de ser capaz de influir en sus decisiones. Generalmente, cuanta más antigua es la información, menos útil es. Cuantas más evidencias fueren exigidas para la generación de una información, la información se volverá cada vez más inoportuna, pues tal proceso puede demorar demasiado y por lo tanto perderá relevancia. Proporcionar información financiera supone costos. El Consejo reconoce la necesidad de contar con métodos estructurados para obtener información sobre el costo de recolección y el procesamiento de la información que las normas por él emitido suponen, con el ánimo de mantener el equilibrio de la relación costo / beneficio. El Consejo se concentra en los beneficios relativos al reporte financiero en general y no en consideración de entes reportantes individuales; sin que ello signifique los mismos requerimientos de reporte para todas las entidades. La comparabilidad es la característica cualitativa que permite a los usuarios identificar y comprender similitudes y diferencias entre partidas. Verificabilidad significa que observadores independientes diferentes debidamente informados podrían alcanzar un acuerdo, aunque no necesariamente completo, de que una descripción particular es una representación fiel. Si intentamos aumentar el valor predictivo de una información, tal hecho puede resultar en una pérdida de su verificabilidad. La información contable debe ser comprensible buscando permitir una adecuada interpretación de su significado económico. Para eso ha sido definido un "usuario modelo", presumiéndose que tenga el conocimiento considerado razonable de contabilidad, economía, finanzas y de negocio. El costo es considerado como una limitación a las características de información financiera. Al aplicar la restricción del costo, el IASB evalúa si los beneficios de presentar una información en particular probablemente justifican los costos incurridos para suministrar y utilizar esa información. Debido a la subjetividad inherente, las evaluaciones individuales diferentes de los costos y beneficios hacen apropiadas las diferentes formas de presentación de partidas particulares de información financiera, debido a los distintos tamaños de entidades, diversas formas de obtener capital (en mercados cotizados o no cotizados) necesidades de los diferentes usuarios u otros factores. Esto resulta en un funcionamiento más eficiente de los mercados de capitales y un menor costo de capital para la economía como un todo. Los beneficios se ven representado en mejores procesos decisorios.
La auditoría del valor razonable Después de los escándalos ocurridos y su consiguiente responsabilidad, los auditores perdieron su principal activo: la confianza del público. Las distintas leyes promulgadas en los más diversos países han restringido el autocontrol profesional y ha situado el control de calidad de la información contable en manos de organismos gubernamentales, en algunos lugares llamados Oficina de Vigilancia Contable, mientras que otros han llamado Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas.
Las recomendaciones de la Comisión Europea (CE, 2000) a sus estados miembros ha sido la de que el Gobierno de las Empresas incluye las interrelaciones entre el Consejo de Administración, la Dirección o Gerencia de la empresa, sus accionistas y otros grupos de interés social en una estructura capaz de establecer sus propios objetivos, los medios para alcanzarlos y la supervisión y el control para garantizar su cumplimiento. El Código del Buen Gobierno debe asegurar que se presente la información de manera precisa y de modo regular sobre todo en lo relativo a la situación financiera, los resultados, la propiedad y el gobierno de la sociedad.
La Dirección o Gerencia de la empresa tiene que dar cuenta de su gestión mediante la información financiera. El Gerente responde por la correcta formulación de los estados financieros y la información complementaria con la que el Consejo de Administración o los propietarios de la empresa buscan reducir las limitaciones y problemas derivados de la "gestión de beneficios" para lo cual cuenta con instrumentos tales como el Control Interno, la Auditoria Externa y las medidas de Supervisión y Refuerzo. Del Consejo de Administración surge el Comité de Auditoría para facilitar la Rendición de Cuentas Anuales de la Sociedad, expresando "imagen fiel" de su patrimonio, de su situación financiera y de los resultados del ejercicio. La Dirección o Gerencia de la empresa debe advertir al Comité de Auditoría sobre aquellas operaciones significativas susceptibles de un tratamiento contable alternativo. Los miembros del Comité de Auditoria no necesariamente son todos contadores públicos. Sus tareas consisten en la supervisión de los sistemas de Control Interno implantados por la Dirección o Gerencia de la sociedad o empresa y de los servicios prestados por el Departamento de Auditoria Interna, el conocimiento del proceso de generación de la información financiera y de los Estados Financieros que van a ser formulados por el Consejo de Administración y proponer al Consejo de Administración el nombramiento del Auditor de Cuentas Externo. Cuando no existe un Comité de Auditoria, como podría suceder en las pequeñas empresas, entonces la supervisión del Control Interno y la Auditoria Externa queda directamente a cargo del Consejo de Administración.
La confiabilidad de toda la información contable financiera de la empresa, que termina en los estados financieros emitidos bajo la responsabilidad del Consejo de Administración o en las Cuentas Anuales que debe presentar el Gerente de la empresa, está basada en la existencia de un sistema de Control Interno eficaz, capaz de prevenir errores y, sobre todo, de prevenir y detectar fraudes. La confianza en los sistemas de control de las organizaciones debe ser renovada frecuentemente y por ello, la dirección debe establecer los correspondientes planes de seguimiento, cuya ejecución material puede quedar a cargo de un Departamento de Auditoría Interna.
En las relaciones del Comité de Auditoria con el Auditor Externo, están las de recibir información sobre aquellas cuestiones que pueden poner en riesgo la independencia de los Auditores Externos, bien por la actividad a desarrollar o bien por la relación con un cliente concreto, o por otras causas, buscando siempre encontrar medidas para resolver la situación, cuyo análisis individualizado debe quedar documentado en los Papeles de Trabajo del Auditor Externo. La independencia se refiere a la ausencia de intereses e influencias que puedan menoscabar la objetividad del Auditor Externo. Nos encontramos con dos formas de independencia: la independencia mental, real o de hecho que sin ser observable permite al Auditor actuar con objetividad y, la independencia aparente o percibida que se materializa en las incompatibilidades derivadas de las posibles relaciones profesionales, económicas y sociales entre el Auditor y la empresa que va a auditar (Cañibano y Herranz, 2013). Más allá de la calidad del trabajo de auditoría, se encuentra su propio contenido, el cual pone de manifiesto lo que esperan recibir los usuarios del informe de auditoría y lo que finalmente estos reciben. Los nuevos retos de la información financiera tienen que ver con: los intangibles por fuera del balance, los mayores riesgos operativos y financieros, la gestión contable de beneficios y otras más expectativas sobre el informe del auditor tanto de los emisores de normas como de los usuarios que irán surgiendo en la medida de la profundización de la adopción de las NIIF.
Según la opinión de la Federación de Expertos Contables Europeos (FEE, 2002), los elementos que deberían caracterizar a cualquier sistema eficiente de Supervisión y Refuerzo y control del cumplimiento de la normativa contable sobre la información pública son:
1- La propia empresa en quien recae la responsabilidad del principal y primaria de impartir las reglas de la conducta y los sistemas de control interno.
2- El sistema institucional de supervisión, que debe ir más allá de las verificaciones meramente formales.
3- La Auditoria Externa, realizada por auditores independientes que actúen en defensa del interés público y cuyo trabajo se encuentra sometido a un control de calidad.
La responsabilidad del Control de Calidad de la información contable es compartida por las corporaciones profesionales y una institución gubernamental como el Comité Técnico de la Contaduría Pública (CTCP) o la Superintendencia de Sociedades (SIC). Las medidas de Supervisión y Refuerzo del cumplimiento de las normas e interpretaciones contables aplicables a la información financiera, se confía a las autoridades competentes designadas por el Gobierno Nacional, las cuales deben ser independientes de los participantes del mercado y contar con los recursos y poderes necesarios para monitorizar la información financiera sometida a supervisión. Cuando el contenido de la información financiera sea considerado inadecuado por el organismo competente, este deberá adoptar medidas para una rectificación pública de la misma, con el objeto de preservar la integridad y confianza en el mercado, sin perjuicio de las sanciones contempladas al respecto por la legislación nacional.
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LA CONTABILIDAD A VALOR RAZONABLE.
Barranquilla-Colombia.
Autor:
Samuel Pérez Grau.
sammy975603[arroba]gmail.com
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