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Política científico-tecnológica en Argentina: Los relevamientos de 1969, 1982 y 1988 (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Resulta interesante observar la distinción que se realiza en cuanto a considerar una actividad de I+D en la industria, de acuerdo a la finalidad inmediata o la razón específica; de tal forma que: "Si la finalidad inmediata o la razón específica de la actividad innovadora consiste en una mejora técnica del producto o del procedimiento de producción, deberá considerarse esa actividad como de desarrollo experimental, ya que está orientada hacia un producto considerablemente modificado o posiblemente nuevo. En cambio, si la finalidad inmediata de la actividad innovadora consiste en adaptar el producto a las condiciones y necesidades del mercado, lo cual supone que es básicamente comercial, dejará de ser posible considerar que se trata de una actividad de desarrollo experimental, ya que el producto es esencialmente el mismo, y tan sólo se producen pequeñas adaptaciones o modificaciones con la intención de crear un mercado"[4]. La forma de considerar los objetivos comerciales de las industrias como diferentes de sus objetivos de investigación, es un punto que dificulta el reconocimiento de las actividades innovadoras en las empresas; este asunto no resuelto por la Unesco será retomado como problema de reflexión en los manuales posteriores elaborados por la OCDE (Manual de Frascati y Manual de Oslo) y encarados de forma dinámica e interactiva.

Pasando al segundo componente de las actividades científicas y tecnológicas, la enseñanza y formación científicas y tecnológicas son conformadas por todas las actividades de este tipo de nivel superior no universitario (terciario), universitario, postuniversitario y de formación permanente de científicos e ingenieros. Para el caso de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, si bien reconociendo la demarcación del objeto como el potencial de que dispone un país, es desechada la inclusión de información tan amplia que aumentaría las cifras del personal y los gastos correspondientes a la esfera de la educación superior.

Cabe aclarar que es el mismo Ministerio de Cultura y Educación, en su sector encargado de las estadísticas el que se ocupa de recabar datos referidos a la educación en sus diversos niveles, e incluso de compatibilizar la información con la Secretaría encargada de la política en ciencia y tecnología.

Finalmente, el tercer componente de las actividades científicas y tecnológicas, se refiere al conformado por los servicios científicos y tecnológicos, cuya diferencia fundamental en relación a la I+D es la de no poseer carácter innovativo. Son clasificados de acuerdo a los siguientes aspectos:

  • 1) Servicios de ciencia y tecnología de bibliotecas, archivos, centros de información y documentación, bancos de datos y servicios de tratamiento de la información.

  • 2) Servicios de ciencia y tecnología de los museos de ciencia y tecnología, jardines botánicos y zoológicos, y colecciones de ciencia y tecnología (antropológicas, arqueológicas, geológicas, etc.).

  • 3) Actividades de traducción y preparación de libros y publicaciones periódicas de ciencia y tecnología.

  • 4) Levantamientos topográficos, geológicos e hidrológicos, observaciones astronómicas, meteorológicas y sismológicas, inventarios de suelos, flora y fauna, ensayos corrientes del suelo, aire y agua, control corriente de los niveles de radiactividad.

  • 5) Prospección y actividades asociadas de recursos petroleros y minerales.

  • 6) Recolección de información de los fenómenos humanos, sociales, económicos y culturales (estadísticas corrientes, censos, estudios de mercado, etc.).

  • 7) Ensayos, normalización, metrología y control de calidad.

  • 8) Trabajos corrientes y regulares de asesoramiento en gestión, ciencia y tecnología.

  • 9) Actividades científicas, jurídicas y administrativas en patentes y licencias de las oficinas públicas.

De las actividades científicas y tecnológicas consideradas, son cuantificados los recursos humanos y financieros, considerados como los insumos que hacen posible evaluar las actividades del sector y sus posibilidades científicas y tecnológicas. No se ocupa, en cambio, de la producción científica y tecnológica ya que le resulta imposible realizar su medición en forma completa y exhaustiva.

1.1 Insumos en ciencia y tecnología: personal y recursos financieros

El personal científico y técnico comprende a la totalidad de las personas que realizan en forma directa actividades científicas y tecnológicas en una institución, recibiendo una remuneración por su labor. Abarca a científicos e ingenieros, técnicos y personal auxiliar, residentes en el país sean nacionales o extranjeros, excluyendo a quienes trabajen para organizaciones internacionales localizadas en el país. Se aconseja emplear la categorización equivalente a jornada completa para evitar la duplicación de personal en los casos de trabajadores de jornada parcial. En relación a la solicitud de cantidad de personal en el año censado, estima como estadísticamente fiable tomar el criterio de fecha fija, debido a las incorporaciones y bajas que se van produciendo a lo largo del año.

La categoría de los científicos e ingenieros incluye a los becarios, considerados como ayudantes de investigación. Para la clasificación del personal, Unesco dispone de diversos modos, recomendando emplearlos para el caso de los investigadores y técnicos:

  • 1) Según función y calificaciones.

  • 2) Por el nivel de enseñanza y sector de estudios. Los clasificados por el nivel de enseñanza en: títulos universitarios, diplomas de tercer grado o superior no universitarios, diplomas secundarios y otras calificaciones. Y de acuerdo al sector de estudio se divide en diversos campos de la ciencia y la tecnología: ciencias exactas y naturales, ingeniería y tecnología, ciencias médicas, ciencias agrícolas, ciencias sociales y humanas, y otros campos.

  • 3) De acuerdo a la ocupación.

  • 4) En régimen de jornada completa y de jornada parcial.

  • 5) Desde el punto de vista de la nacionalidad, distinguiendo solamente los nacionales y los extranjeros.

  • 6) Por género.

  • 7) Por edad, de acuerdo al siguiente agrupamiento: menos de 30 años, 30 a 39 años, 40 a 49 años, 50 a 59 años y 60 años o más.

De acuerdo a recomendaciones de la Unesco, la gente se puede medir en personas físicas y por la cantidad de tiempo dedicada a las actividades de ciencia y tecnología; para ello es recomendado el uso de la clasificación que da cuenta de personal que trabaja en plena dedicación o jornada completa (JC), en dedicación parcial o jornada parcial (JP) y el conformado como equivalente de jornada completa (EJC), que suma a los que trabajan en forma completa con la cantidad horaria de los de jornada parcial comprendiendo a la completud horaria de la jornada completa para considerar el cálculo de la equivalencia.

Como complemento sobre el cálculo de personal y a los fines de informar a los responsables políticos se encuentra el tomar en cuenta el potencial de personas preparadas por su calificación para desempeñar cargos en ciencia y tecnología, ya sea como investigadores o técnicos, trabajen o no en actividades científicas y tecnológicas. Y dentro de esta categorización se consigna el computar el número de personas calificadas económicamente activas, o sea aquellas que se encuentran trabajando o buscando trabajo en forma activa. Siendo dificultoso llevar a cabo un relevamiento que informe de estas dos características de la población, esta información se obtiene de los censos nacionales más generales.

En referencia a los recursos financieros dedicados a las actividades de ciencia y tecnología, se fundamentan dos aspectos diferentes: las asignaciones de créditos presupuestarios y los gastos reales, considerados enfoques a priori el primero y a posteriori el segundo.

En los gastos reales conviene distinguir los gastos intramuros de los extramuros. Los gastos intramuros se refieren a los realizados dentro de una institución determinada; mientras los gastos extramuros tienen que ver con las sumas desembolsadas en efectivo o en bienes para ciencia y tecnología fuera de la unidad de referencia, comprendiendo a las realizadas fuera del territorio nacional. La suma de los gastos intramuros de las instituciones nacionales en ciencia y tecnología junto a los gastos efectuados con fondos nacionales en el extranjero, conforman los gastos interiores totales para actividades de ciencia y tecnología, quedando excluidos los gastos de las organizaciones internacionales situadas en el país que llevan a cabo actividades para el exterior.

Con la finalidad de comprender el esfuerzo llevado a cabo en ciencia y tecnología, deberá clasificarse a los gastos según su origen o fuente. La categorización propuesta para el origen de los fondos contempla a los fondos públicos provenientes del Estado, los fondos procedentes de empresas de producción, los fondos extranjeros para la realización de actividades nacionales y los fondos varios que abarca a las asignaciones que no son comprendidas por el resto de las categorías.

Los gastos deben clasificarse en gastos corrientes (personal y otros) y gastos de capital (equipo y otros). Se recomienda indicar en los gastos de personal, los efectuados a los científicos e ingenieros.

De acuerdo a las recomendaciones del Manual de Unesco, los gastos corrientes intramuros y los proyectos de I+D, se deben clasificar de acuerdo al tipo de que se trate en investigación básica, investigación aplicada y desarrollo experimental; los gastos de capital por su misma dificultad de clasificación no necesitan ser discriminados.

Las unidades de análisis son agrupadas por Unesco, desde el punto de vista de su función principal en diversos sectores de ejecución, comprendiendo: al sector productivo, de enseñanza superior y de servicio general. El sector productivo se distingue por llevar a cabo actividades de ciencia y tecnología, con miras a la producción de bienes y servicios para la venta. El sector de enseñanza superior, es el conformado por las instituciones terciarias y universitarias que se ocupan del fomento general de los conocimientos científicos y tecnológicos. Y el sector de servicio general, es aquel que toma como criterio de agrupación el atender las necesidades de la comunidad en forma no comercializable, abarcando al desarrollo económico general, la defensa nacional, salud, bienestar social, seguridad social, educación, cultura, etc.

Las clasificaciones usadas por Unesco en la categorización institucional para los diferentes sectores de ejecución considerados, varía según se trate del sector productivo o de los sectores de enseñanza superior y servicio general. Para el sector productivo, se recomienda dividir los recursos humanos y financieros según la rama de actividad económica a la que pertenezca:

  • 1) Agricultura, silvicultura, caza y pesca.

  • 2) Industrias extractivas.

  • 3) Industrias manufactureras, de acuerdo a si se trata de: a) productos alimenticios, bebidas y tabaco; b) textiles, prendas de vestir e industrias del cuero; c) industrias de la madera y sus productos, incluidos muebles; d) fabricación de papel, imprentas y editoriales; e) fabricación de sustancias químicas y productos derivados del petróleo y del carbón, caucho y plásticos; f) fabricación de productos minerales no metálicos; g) industrias metálicas; h) fabricación de maquinaria y equipo; e i) otras industrias manufactureras.

  • 4) Servicios públicos.

  • 5) Construcción.

  • 6) Transportes, almacenamiento y comunicaciones.

  • 7) Otros grupos industriales.

En el caso de la clasificación de las instituciones de los sectores de enseñanza superior y de servicio general, se utiliza para subdividir los recursos humanos y financieros los siguientes campos de la ciencia y la tecnología:

  • 1) Ciencias exactas y naturales.

  • 2) Ingeniería y tecnología.

  • 3) Ciencias médicas.

  • 4) Ciencias agrícolas.

  • 5) Ciencias sociales y humanas.

Estas subclasificaciones institucionales para el caso de nuestro país, no son consideradas en los análisis realizados de los diferentes sectores; lo que sí se realiza en el total del universo encuestado es una clasificación de los proyectos y de los investigadores y becarios en campos de aplicación y disciplina científicas. Sería provechoso averiguar los gastos efectuados según los campos de aplicación u objetivos socioeconómicos, con el objeto de tener un panorama descriptivo de los costos implicados en las diferentes finalidades.

Para la comprensión de las finalidades de las actividades científicas y tecnológicas el Manual, propone con carácter experimental clasificar los gastos o el crédito presupuestario (según se prefiera) de las instituciones de servicio y si se pudiera extender a todas las unidades encuestadas de acuerdo al sector de financiación. Para ello propone las siguientes finalidades:

  • 1) Exploración y evaluación de la tierra, los mares y la atmósfera.

  • 2) Espacio civil.

  • 3) Desarrollo de la agricultura, la silvicultura y la pesca.

  • 4) Fomento del desarrollo industrial.

  • 5) Producción, conservación y distribución de la energía.

  • 6) Desarrollo de los transportes y las comunicaciones.

  • 7) Desarrollo de los servicios de enseñanza.

  • 8) Desarrollo de los servicios de sanidad.

  • 9) Desarrollo social y servicios socioeconómicos.

  • 10) Protección del medio ambiente.

  • 11) Fomento general de los conocimientos.

  • 12) Otras finalidades civiles.

  • 13) Defensa.

El Manual de Unesco refiere en los cuadros descriptivos de las estadísticas a llevar a

cabo, el término indicadores pero en su forma convencional[5]De esta manera y considerando que el mismo Director de Unesco, Giorgio Sirilli, pasa a conformar el Grupo de Expertos Nacionales en Indicadores de Ciencia y Tecnología (NESTI) que colaboran en el Manual de Frascati de la OCDE, puede considerarse que el Manual de Unesco es la base del elaborado posteriormente en la OCDE. Con ello queda establecido el que las estadísticas fueron vistas como la base para el armado de indicadores comparativos espacio-temporales.

Finalmente en el Manual de Unesco se recomienda a los Estados Miembros que inicien estudios estadísticos que, a largo plazo, puedan dar cuenta de:

  • 1) Estadísticas que coordinen datos de ciencia y tecnología con datos económicos y sociales.

  • 2) Clasificaciones aplicables a los recursos financieros dedicados a la investigación por finalidades socio-económicas nacionales.

  • 3) Indicadores de producción de la investigación y del resto de las actividades científicas y tecnológicas.

  • 4) Indicadores de transferencia de tecnología.

  • 5) Índices de precios y de tipos de cambio aplicables a la investigación y al resto de las actividades científicas y tecnológicas.

  • 6) Clasificación para su medición, del equipo e instalaciones usados en investigación.

  • 7) Repercusiones en los gastos de ciencia y tecnología de los sistemas fiscales.

  • 8) Clasificación del personal científico-tecnológico por el tipo de trabajo y estatuto profesional.

1.2 El paradigma[6]de posguerra

La Unesco durante su período floreciente -década de 1970-, se dedica a recopilar información referida al insumo en ciencia y tecnología dando cuenta del potencial científico y tecnológico de los países, debido principalmente, al condicionamiento histórico de la política científica del momento. Eran épocas en las que el paradigma dominante en política científica, se basaba en la expansión registrada de la investigación y el desarrollo experimental en los países desarrollados, de aquí la relevancia dada al mismo.

La creencia fundamental en la ciencia daba cuenta de que cualquier problema detectado, sería solucionado con el incremento de los insumos, debiendo por ello mismo ser conocidos en sus diferentes dimensiones y características. Las denominadas finalidades de las actividades de ciencia y tecnología, toman en consideración el análisis de las investigaciones referidas al conocimiento y la aplicación en áreas de fuerte impacto social (tales el desarrollo industrial, transporte, comunicaciones, sanidad, agricultura y socio-económico).

El conocimiento y el desarrollo, aparecen como dos aspectos encargados a la ciencia y tecnología de posguerra, dando por descontado la capacidad infinita de su logro. Conocer para mejor provecho de la humanidad era el imperativo de ese entonces. Y desarrollar los dominios claves para lograr una mejor calidad de vida en todos los aspectos fundamentales.

En cuanto al potencial aparece otro de los aspectos que tiene que ver con la captación del personal que se encuentra en mejores condiciones de poder ser incorporado a las actividades científicas y tecnológicas. Surge asimismo, la idea de reclutamiento al estilo militar para conformar las filas científicas, ya que de lo que se trataba era de detectar la mayoría dispuesta a reciclarse dentro de la investigación. Así, se propone de los censos obtener datos que den cuenta de la gente con estudios terciarios y universitarios por disciplina científica, estén trabajando o desocupados.

Complementa esta visión particular, el establecer comparaciones permanentes entre lo realizado en ciencia y tecnología por los dos protagonistas de la Guerra Fría, EE.UU, y URSS. Eran épocas en las que la carrera por la preeminencia mundial de las dos potencias enfrentadas ideológica y políticamente, se plasmaba con fuerza en el terreno científico y tecnológico.

A partir de mediados de los años ochenta, las actividades estadísticas de la Unesco comienzan a detenerse debido a tres factores concurrentes:

  • 1) disminuyen los recursos afectados a las estadísticas, tanto a nivel de personal (pasa de un equipo conformado por 8 personas de las cuales 5 son profesionales en el año 1980, a un equipo de tiempo parcial de 3 personas de las que sólo 1 es profesional) como de recursos financieros (en el año 1980 se contaba con más de $70.000 por año, pasando a un presupuesto de $25.000 anuales de 1981 a 1992).

  • 2) Los Estados Miembros dejan de contestar al cuestionario de la Unesco, que de acuerdo a las cifras indica que de 1980 a 1991 la merma de respuestas es notable. En referencia al personal de ciencia y tecnología de 50 respuestas se pasa a 6, sobre personal de I+D de 54 países disminuye a 16 y en relación a los gastos en I+D de 36 siguen respondiendo 10.

  • 3) Son interrumpidas a fines de los ochenta en la Unesco, las actividades relacionadas con la política científica y tecnológica y con ello, son menos utilizadas las estadísticas de ciencia y tecnología.

Como corolario y producto de la situación de globalización y competitividad mundial que plantea un papel preponderante para la ciencia y la tecnología, en un estudio emprendido por Rémi Barré[7]se advierte una creciente necesidad de los diferentes países de disponer de mayor cantidad de indicadores que los propuestos por Unesco. Son demandados indicadores que den cuenta de la innovación, transferencia de tecnología, inversiones internacionales, movilidad internacional, programas internacionales de I+D, investigación de base en referencia a las publicaciones científicas, interacción entre la investigación pública y la industria, investigación tecnológica en relación a las patentes, comercio internacional de bienes de alta tecnología, divulgación de la ciencia y la tecnología, actividades de información y documentación científica y tecnológica en los países, y empleo y puestos de trabajo en la I+D.

Cabe mencionar el que la Argentina no haya respondido a este cuestionario de estudio realizado por Rémi Barré por encargo de la Unesco, demostrando su continua automarginación con respecto al trabajo estadístico e informativo en ciencia y tecnología. Cuarenta países son los que enviaron sus respuestas a la Unesco:

  • 1) De los países desarrollados, si bien son minoría, conformaron el 50% de las respuestas y son: Bélgica, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Holanda, Noruega, Suecia, Canadá, Nueva Zelandia, Bulgaria, Croacia, República Checa, Hungría, Polonia, Federación Rusa, Eslovaquia, Eslovenia, Rumania e Israel.

  • 2) De los países en desarrollo, Ex República Yugoslava de Macedonia, República Federal de Yugoslavia, Túnez, Egipto, Etiopía, Senegal, Sudáfrica, Colombia, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Perú, República Popular China, India, Indonesia, Malasia, Pakistán, Filipinas, Sri-Lanka, Thailandia.

Valga como imagen de las posibilidades que otorga Unesco a los países Miembros –incluido Argentina- el siguiente párrafo: "Se solicita el asesoramiento y las sugestiones relativas a posibles cambios a las personas que empleen esta guía con objeto de que en las versiones ulteriores de la misma se refleje la experiencia práctica de las organizaciones e individuos que han emprendido la compilación de datos según los criterios propuestos."[8]

Si bien la intensión es de apertura, unas páginas más adelante advertimos que las propuestas en ese entonces, son de origen europeo: "Desde hace muchos años, la Secretaría de la Unesco sigue muy atentamente la labor de aquéllos de sus Estados Miembros que han elaborado estadísticas de las ciencias y de las organizaciones intergubernamentales tales como la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) o el Consejo de Asistencia Económica Mutua (CAEM)."[9]

2. El primer relevamiento nacional de ciencia y tecnología

La primer encuesta nacional de ciencia y tecnología en Argentina se lleva a cabo en el año 1969, cuando fue creada la SECONACYT y comprende en su universo de análisis al conjunto de los institutos de investigación científica y técnica que declaraban haber realizado investigación y desarrollo experimental a lo largo del año 1968. Fue llevada a cabo por personal técnico del Departamento de Información y Estadística de la entonces denominada Secretaría del Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (SECONACYT) de la Presidencia de la Nación.

Comprende a los institutos de investigación científica y técnica, aquellos 961 centros que se encargan de organizar y ejecutar sus propias actividades de ciencia y tecnología dependientes de otros organismos que pueden corresponder a universidades, organismos públicos centralizados y descentralizados, instituciones privadas de bien público, y empresas estatales y mixtas y de dependencia múltiple. Llama la atención el que no se encueste a las empresas e industrias privadas, probablemente por lo complejo de su captación.

El llenado del cuestionario implicaba temporalmente, en el caso de los gastos, los realizados hasta el 31 de diciembre de 1968 y en el resto de los datos solicitados – personal, proyectos y necesidades- los que van hasta el 30 de junio de 1969. Las fechas distintas no resultan inconveniente alguno debido a que no se han relacionado los datos entre sí, indicando la limitación teóricamente formulada desde el armado del cuestionario. Así y todo, resulta ser un relevamiento amplio y cuidadosamente analizado.

El objetivo explícito del relevamiento consiste en medir los recursos humanos y financieros de las actividades científicas y técnicas, ocupándose mayormente en lo financiero de los gastos corrientes siguiendo lo recomendado por Unesco en su manual.

Según lo expresado en la publicación de la SECONACYT : "Lo que en un principio se pensaba como formación de series estadísticas sobre las actividades científicas y los insumos en ellas empleados, ha dado lugar al propósito más ambicioso de medir el potencial científico y técnico nacional."[10] La ampliación de la problemática implica considerar a los recursos humanos empleados en actividades de ciencia y tecnología, los programas y proyectos de investigación y desarrollo, los centros y servicios de información científica y técnica, y los centros de decisión sobre actividades de ciencia y tecnología. También tiene que ver con la comparación que se hiciera con la PEA y la situación internacional y encabezada por Estados Unidos y la URSS. Como puede advertirse, este relevamiento se inscribe dentro de la normativa y paradigma de Unesco, que trata del "potencial científico y tecnológico", mostrándonos la adhesión incondicional a las pautas dadas desde los países centrales desarrollados.

La normalización lograda en este emprendimiento, responde a los criterios propuestos desde Unesco, aprendido a través de la participación de los técnicos de la SECONACYT en talleres y seminarios. Prevalece el criterio estadístico descriptivo de lo censado existente en el sector de ciencia y tecnología, no cubriendo la esfera empresarial privada por presentarse dificultosa su captación y reconocimiento. Al comienzo de la publicación, se toman como referentes comparativos las cifras que dan cuenta de los sistemas científicos y tecnológicos de los países que conforman la OCDE, para relacionarlos con la situación en Argentina.

Son especificados aspectos referidos a países de la OCDE[11]que dan cuenta de:

  • 1) El gasto nacional en Investigación y Desarrollo en cantidad (pasado a dólares estadounidenses), en relación al PBI y por habitante.

  • 2) El personal empleado en actividades de investigación y desarrollo equivalente a tiempo completo cada 10.000 habitantes.

  • 3) La cantidad de científicos e ingenieros en la población activa, discriminando los afectados a actividades de investigación y desarrollo, mostrando los dedicados a tiempo completo y parcial, y la equivalencia a tiempo completo.

  • 4) Los científicos e ingenieros que realizan actividades de investigación y desarrollo en equivalencia a tiempo completo y cada 10.000 habitantes.

  • 5) La distribución porcentual de los científicos e ingenieros a tiempo completo y parcial dedicados a actividades de I+D, en las disciplinas científicas.

  • 6) La relación entre los científicos e ingenieros en referencia al resto del personal dedicado a actividades de ciencia y tecnología, y en comparación con los técnicos.

  • 7) La cantidad de instituciones dedicadas a I+D, estableciendo la distribución de las científicos e ingenieros.

En cuanto a la información procesada que tiene que ver con los datos en detalle de las unidades de investigación de Argentina, se obtuvieron cifras referidas a:

  • 1) La cantidad de institutos de I+D, de las unidades científicas, el personal total dedicado a actividades de ciencia y tecnología, los científicos e ingenieros dedicados a las actividades de ciencia y tecnología, y a I+D, los proyectos y los gastos corrientes en relación al sector de dependencia (universitario, público, privado y de dependencia múltiple).

  • 2) La cantidad de institutos de I+D, de las unidades científicas, el personal total dedicado a actividades de ciencia y tecnología, los científicos e ingenieros dedicados a las actividades de ciencia y tecnología y a I+D, los proyectos y los gastos corrientes en relación a la disciplina científica (ciencias exactas y naturales, de la ingeniería y arquitectura, médicas, agropecuarias y veterinaria, sociales, y humanas y morales –tomando en consideración sus desagregaciones).

  • 3) La cantidad de institutos de I+D, de las unidades científicas, el personal total dedicado a actividades de ciencia y tecnología, los científicos e ingenieros dedicados a las actividades de ciencia y tecnología y a I+D, los proyectos y los gastos corrientes en relación a la región (Patagonia, Comahue, Cuyo, Centro, Noroeste, Noreste, Pampeana y Área Metropolitana) y jurisdicciones (Capital Federal, Gran Buenos Aires, Resto de Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y Tierra del Fuego).

  • 4) Las características financieras de las unidades de investigación, de acuerdo al sector de dependencia, la disciplina científica, y la región y jurisdicciones, especificando de los egresos totales los gastos corrientes dedicados a las actividades de ciencia y tecnología, y dentro de éstos los correspondientes a I+D.

  • 5) El personal de las unidades de investigación clasificado por función (científicos de dedicación exclusiva en tiempo completo y en forma parcial rentada y no rentada, y en equivalencia a jornada completa, por título obtenido, categoría -independiente, asociado, principiante y ayudante-, grupo de edad, año de obtención del título y género; técnicos de investigación; de biblioteca y documentación; administrativo; y auxiliar no administrativo), y disciplina científica desagregada y jurisdicciones.

  • 6) Las unidades de investigación en relación a los recursos disponibles de biblioteca en los diferentes sectores de dependencia, por disciplina científica y por región.

  • 7) Las necesidades prioritarias o no (espacio, equipo e instrumental, investigadores seniors o juniors, graduados recientes, personal técnico y auxiliar, y biblioteca) de las unidades de investigación de acuerdo al sector de dependencia, disciplina científica y región.

  • 8) Los gastos corrientes en I+D clasificados por disciplina científica desagregada y tipo de investigación (investigación básica, aplicada y desarrollo experimental).

  • 9) Los gastos corrientes en actividades de ciencia y tecnología (recolección sistemática de datos, docencia universitaria de pregrado y posgrado, información científica y tecnológica, tareas de consultoría y asistencia técnica, servicios científico-tecnológicos rutinarios, extensión, normalización y metrología), excluyendo a la I+D, por sector de dependencia, disciplina científica y región.

  • 10) El tipo de ingresos (aporte del organismo, contratos de investigación, servicios vendidos, subvenciones y donativos, y préstamos) de las unidades de investigación por disciplina científica desagregada.

  • 11) Los ingresos en contratos de investigación, servicios, subvenciones y donativos, préstamos; de acuerdo al sector de dependencia, disciplina científica, región y fuente (Estado, empresas consideradas y exterior).

  • 12) Los recursos no financieros (investigadores visitantes, terrenos y locales, equipo e instrumental, y publicaciones) otorgados a las unidades de investigación por sector de dependencia, disciplina científica y región.

  • 13) Los préstamos otorgados, las subvenciones y donativos de acuerdo a la entidad financiadora (nacionales o externas) y el sector de dependencia, la disciplina científica y la región.

  • 14) Los gastos intramuros de acuerdo al rubro (gastos corrientes –personal interno, externo y de otro tipo- y gastos de capital) y los gastos extramuros, de acuerdo a la disciplina científica, jurisdicciones, sector de dependencia y región.

  • 15) Los proyectos de acuerdo a la disciplina científica y el campo de aplicación, con respecto al sector de dependencia, región e investigadores.

3. El segundo relevamiento nacional de ciencia y tecnología

El segundo emprendimiento realizado a nivel nacional es llevado a cabo en el denominado "Relevamiento de Recursos y Actividades en Ciencia y Tecnología (RRACYT) 1982", por el Departamento de Información y Estadística de la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología dependiente de la Secretaría de Planeamiento de la Presidencia de la Nación. Según su propia definición: "El RRACYT constituye un censo general de los recursos institucionales, humanos, de equipos y financieros disponibles en las entidades de investigación y desarrollo (ID) (…) y de las actividades con ellos realizadas."[12] Aunque en la publicación sobre los resultados obtenidos no hay información alguna sobre finanzas o gastos, redundando en un vacío que hace difícil comprender la evolución del conjunto del esfuerzo en actividades de ciencia y tecnología.

El relevamiento se realiza a las unidades que declaran hacer actividades de I+D al 31 de marzo de 1982 y que comprende a aquellos centros que se ocupan en actividades de I+D de los sectores universitario nacional, provincial o privado; público o privado de bien público y empresas. Quedan excluidos los investigadores independientes sin relación de dependencia con alguna entidad. El relevamiento tiene por función realizar un registro permanente (que sólo se practica ese año) de unidades que realizan actividades científico-tecnológicas, formando parte del denominado a partir del año 1977, Sistema Estadístico Nacional en Ciencia y Tecnología (SENCYT). Se relevan actividades de I+D, personal, proyectos, equipo e instrumental científico y aspectos financieros de acuerdo al cuestionario adjunto, si bien estos últimos no son incluidos en la publicación.

El SENCYT, se puede definir como el conjunto de reglas, principios, métodos y actividades, ordenadamente relacionados entre sí, que permiten observar detalladamente la estructura del Sector Científico Tecnológico Nacional y su dinámica mediante la medición (periódica o permanente, según los casos), de los recursos y actividades en ciencia y tecnología, así como de otros aspectos vinculados a ellas. Se distingue por ser descentralizado con la doble ventaja de ahorrar tiempo y esfuerzo al distribuir las tareas de recopilación de la información en los organismos mayores de los que dependen los centros de I+D, y de promover el interés de los organismos por una base de información actualizada sobre ciencia y tecnología.

Las unidades de I+D suman 1.866, siendo aproximadamente el doble de las registradas en 1969 que eran de 961 institutos de I+D. Los datos sobre gastos no son publicados, si bien aparecen como solicitados en el formulario.

El componente sistémico en cuanto a la implementación de un método interactivo de captura de la información, implica por un lado la puesta en marcha de un operativo interno que actúa de coordinador y, por otro, en la instrucción a las unidades de I+D de los lineamientos a considerar. Estos lineamientos respondían a los desarrollados en el Manual de Unesco, llevando a cabo inclusive la obtención de datos censales que dan cuenta del potencial en personas capacitadas de nivel superior.

A los efectos de situar a la Argentina se recurre a dimensionar las estadísticas en referencia a algunos países Miembros de Unesco[13]de tal manera de realizar comparaciones sobre:

  • 1) Los recursos humanos en ciencia y tecnología potenciales (aquellos que son profesionales trabajen o no), los investigadores y los técnicos potenciales y ocupados en I+D.

  • 2) Los investigadores equivalentes a jornada completa.

  • 3) Los investigadores de acuerdo a la disciplina científica.

Este relevamiento, en cuanto a los datos de Argentina y en forma muy similar al relevamiento de 1988, publica información sobre:

  • 1) Las unidades de investigación, proyectos, personal total, y personal científico-tecnólogo investigador total y en equivalencia a tiempo completo, de acuerdo al sector de dependencia (enseñanza superior, público de servicios y vinculado a la producción, empresas públicas, privadas de bien público y servicios, y productivas de bienes, externo y de dependencia múltiple), jurisdicción, región, disciplina científica desagregada y campo de aplicación.

  • 2) Las unidades de investigación, proyectos, personal total, y personal científico-tecnólogo investigador total y en equivalencia a tiempo completo, de acuerdo a la región (Centro-oeste, Noreste, Noroeste, Patagonia-Comahue, Capital Federal, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe) y jurisdicción.

  • 3) Las unidades de investigación, proyectos, personal total, y personal científico-tecnólogo investigador total y en equivalencia a tiempo completo, de acuerdo a las disciplinas científicas agregadas y desagregadas.

  • 4) Las unidades de investigación, proyectos, personal total, y personal científico-tecnólogo investigador total y en equivalencia a tiempo completo, de acuerdo al campo de aplicación[14]

  • 5) La proporción de investigadores cada 10.000 habitantes de acuerdo a la región y jurisdicción.

  • 6) La proporción de los investigadores cada 10.000 habitantes, en relación a la PEA, indicando a quienes tienen un nivel universitario y a quienes son analfabetos de acuerdo a la región y la jurisdicción.

  • 7) Los proyectos de I+D de acuerdo a la disciplina científica, investigadores, campo de aplicación, región y el tipo (investigación básica, aplicada y desarrollo experimental).

4. El tercer relevamiento nacional de ciencia y tecnología

A mediados del año 1988, se realiza el "Relevamiento de Recursos y Actividades en Ciencia y Tecnología (RRACYT) 1988", en el Departamento de Estadística de la Dirección Nacional de Información Científico-Tecnológica de la Subsecretaría de Coordinación Operativa de la Secretaría de Ciencia y Técnica dependiente del Ministerio de Educación y Justicia. El Estado era el elegido por el voto popular, en una democracia participativa.

La única publicación que se tiene sobre los datos arrojados por el relevamiento anuncia ser de carácter preliminar. En ella, no se tiene información acerca del gasto realizado en ciencia y tecnología a nivel nacional. Sí se advierte para esa misma época una preocupación por ahondar en las categorías y definiciones sobre la problemática de análisis, dado que se realizan dos publicaciones: una referida a las definiciones operativas distintivas para el relevamiento obtenidas del Manual de Unesco; otra dedicada al estudio de la clasificación tenida en cuenta de acuerdo a las disciplinas científicas y al campo de aplicación. Desconocemos por no estar explicitado, el porcentaje de lo analizado en forma "preliminar" por lo que no se puede expandir la información, si no que debemos guiarnos de acuerdo a los porcentajes como si se tratara de una muestra ad-hoc.

El relevamiento estuvo dirigido a las unidades de ID que se constituyen en centros que llevan a cabo tareas científico-tecnológicas. Con la finalidad de organizar la disponibilidad de datos y de no superponer esfuerzos sobre un mismo pedido de información es que, de acuerdo a su propias definiciones : "(…) a partir de 1984, y tomando en consideración algunas experiencias previas, se comenzó a trabajar en la organización de un Sistema Estadístico Nacional en Ciencia y Tecnología (SENCYT), cuyos objetivos fundamentales eran:

  • ? Disponer de información completa y actualizada sobre el sector científico-tecnológico.

  • ? Evitar o minimizar la superposición de los requerimientos realizados a entidades y/o personas del sector.

  • ? Compatibilizar las definiciones y clasificaciones utilizadas por los organismos del país tendiendo a la comparabilidad internacional de la información.

  • ? Descentralizar la recopilación y el archivo sectorial, regional y/o institucional de la información, para facilitar la actualización y consulta de los datos registrados."[15]

Para poder cumplir con los objetivos propuestos, la SECyT será la encargada de coordinar las actividades de recopilación y disposición de la información, con la ambición de mantener un registro permanentemente actualizado. A su vez se pretendía que cada organismo poseyera una base de datos al día sobre los temas de su interés. No llega a cumplirse esta continuidad deseada, ni la actualización en los organismos.

El relevamiento es llevado a cabo en base a las unidades científicas y tecnológicas, reconocidas por la entidad de la que forman parte, siendo la encargada de realizar el operativo a este nivel. La ventaja de ello radica en la mejor identificación de las unidades. Es el mismo nivel de análisis que el de las Unidades de Investigación y Desarrollo. Se analiza lo institucional, en quienes declaraban realizar actividades de I+D al 31 de marzo de 1988, quedando excluidos los investigadores independientes.

Los aspectos relevados en esta oportunidad son las unidades de investigación y desarrollo, el personal científico y tecnológico, y los proyectos de I+D en ejecución. Las unidades de I+D relevadas son 1.908, marcando un leve aumento en relación al anterior RRACYT, de 1.866 (siempre de acuerdo a los datos preliminares).

Este emprendimiento resulta ser interesante en tanto se procura volver sobre las definiciones que conducen a la normatización de la actividad estadística del sector de ciencia y tecnología, proponiéndose unificar y difundir criterios hacia los organismos que componen el llamado SENCYT. El SENCYT por su parte, consiste en una metodología que agiliza la tarea de recabar los datos necesarios y le otorga difusión en sí mismo. Sin embargo, es un emprendimiento que no se continúa realizando y que llega a publicar solamente resultados preliminares.

Quizás por el mismo carácter de publicación preliminar, los únicos datos que se consideran son los referidos en forma parcial al relevamiento. Los mismos se ocupan de:

  • 1) Las unidades de investigación, el personal científico-tecnológico y los proyectos, de acuerdo al sector de dependencia y ejecución (universitario, público, privado de bien público y productivo, y de dependencia múltiple).

  • 2) Las unidades de investigación, el personal científico-tecnológico y los proyectos, de acuerdo a la jurisdicción.

  • 3) Las unidades de investigación, el personal científico-tecnológico y los proyectos, de acuerdo a las disciplinas científicas agrupadas y desagrupadas.

  • 4) Las unidades de investigación, el personal científico-tecnológico y los proyectos, de acuerdo al campo de aplicación.

5. Datos referidos a los tres relevamientos: 1969, 1982 y 1988

En referencia a los recursos financieros empleados en actividades de ciencia y tecnología, solamente poseemos lo informado en la publicación correspondiente al año 1969. El gasto nacional en investigación y desarrollo durante el año 1968 es de U$S 49.000.000, representando el 0,28% en relación al Producto Bruto Interno; siendo un tipo de inversión que ubica a nuestro país entre los que menos gastan en investigación y desarrollo. De este gasto, el 82% corresponde a gastos corrientes; de los cuales el 39% se destina directamente a investigación y desarrollo y el restante 47% a otras actividades de ciencia y tecnología. Estos porcentajes dan cuenta de la poca inversión destinada a los gastos de capital en instrumental, equipo e instalaciones, fundamentales en una ciencia equiparable a la de los países desarrollados.

Internacionalmente, la publicación anuncia los gastos efectuados en I+D en relación al PBI, sólo en los datos referidos a los países que conformaban la OCDE de esa época: EE.UU. 3,0%, Unión Soviética 2,7%, Checoeslovaquia 2,7%, Gran Bretaña 2,3%, Holanda 2,3%, Francia 2,2%, Alemania Federal 1,9%, Suiza 1,9%, Hungría 1,7%, Japón 1,5%, Suecia 1,4%, Polonia 1,4%, Noruega 1,1%, Canadá 1,5%, Bulgaria 1,1%, Australia 0,95%, Bélgica 0,9%, Dinamarca 0,7%, Italia 0,7%, Finlandia 0,7%, Irlanda 0,6%, Yogoeslavia 0,6%, Austria 0,5%, Turquía 0,4%, España 0,28% y Grecia 0,2%.

Los fondos para llevar a cabo las actividades en el sector provienen en nuestro país en el 85% directamente de los organismos rectores, 6% de subvenciones, 1,6% de contratos de investigación, y 0,7% de préstamos y otras fuentes, el restante 6,7% se desconoce; índice ello de la fuerte dependencia con la entidad mayor y de la mínima demanda externa, signo de la falta de actividades conjuntas.

La distribución del gasto corriente en el conjunto de los sectores en investigación y desarrollo es de 30% para la investigación básica, 49% para la investigación aplicada y 21% para el desarrollo experimental. En los sectores universitario, privado de bien público y de dependencia múltiple es donde alrededor de la mitad de los fondos son destinados a la investigación básica y en el que se presentan los valores más bajos en relación al desarrollo experimental, considerándose que corresponde a la tradición que marca que, es en este tipo de instituciones donde se hace ciencia básica. En investigación aplicada superan el 50% en gastos los sectores público descentralizado y centralizado, y las empresas estatales y mixtas. A su vez son las empresas estatales y mixtas el único sector con alrededor de la mitad de sus gastos en desarrollo experimental y sin inversión prácticamente en investigación básica, considerando que son instituciones abocadas a la resolución de problemas concretos.

El promedio de gastos corrientes por año-hombre en I+D llega a su máximo en el sector empresas estatales y mixtas con 41%, siguiéndole el sector público descentralizado con 33% y con los sectores privado de bien público y el universitario con 13% cada uno. El promedio por cada instituto es de 7.400 dólares por año-hombre en I+D, teniendo en cuenta que esta cifra es superior en los casos del sector de empresas estatales y mixtas con 17.800 dólares y del sector público descentralizado con 12.500 dólares año-hombre, estando por tanto, en el resto de los sectores en cantidades muy pequeñas que se relacionan con los tiempos de investigación menores dedicados a los proyectos de las entidades peor remuneradas.

En relación al sector de dependencia de las unidades de ciencia y técnica, la mitad de los gastos en I+D y en el resto de la CyT son realizados para el caso de las universidades; predomina la mitad del gasto en ID para los sectores público descentralizado, empresas estatales y mixtas, y de dependencia múltiple. En cambio, dos terceras partes de otro tipo de gastos en CyT se da en el sector público descentralizado.

Según la disciplina científica, se invierte la mitad de los gastos en I+D en el caso de las ciencias exactas y naturales, ingeniería y arquitectura, y agropecuarias y veterinaria, considerando que se trata de ciencias con una formación fuertemente teórica y de demanda de investigaciones. Las ciencias sociales gastan la mitad en I+D y la mitad en el resto de actividades de CyT. Las ciencias médicas son las que dedican las dos terceras partes a actividades de CyT, siguiéndole las ciencias humanas con más del 50%.

Los gastos corrientes se presentan en la mayoría de las regiones con cifras que rondan entre el 40 y el 50% para el caso de los gastos de I+D y entre 30 y más de 40 % para gastos de CyT, exceptuando a las regiones Noreste y Área Metropolitana que disminuyen a un tercio el gasto en I+D y la mitad del gasto en CyT.

Seguidamente se pasan a reseñar las características comparables en los tres relevamientos correspondientes a los años 1969, 1982 y 1988. Adviértase que para el caso del relevamiento correspondiente al año 1988, dado que se trata de una publicación cuyos datos son preliminares y remiten a información parcial, se usan los porcentajes a los fines comparativos.

Las unidades de I+D se duplican en los más de diez años que van desde el primer al segundo relevamiento, llegando a un pequeño crecimiento en los seis años siguientes. La mayoría de estas unidades se van a localizar en las universidades en los tres casos, siguiendo en importancia el sector público con valores que van de un cuarto (años 1969 y 1988) a un tercio (año 1982). (Cuadro Nº2.1.)

Cuadro N°2.1.: Unidades de I+D, clasificadas por sector de dependencia, años 1969, 1982 y 1988. En cantidad y porcentaje.

Sector de dependencia

Unidades de I+D

en cantidad

Unidades de I+D en porcentaje

1969

1982

1988*

1969

1982

1988

Total

961

1.866

1.908

100,00

100,00

100,00

Universitario

657

983

1.231

68,36

52,68

64,52

Público

231

583

502

24,04

31,24

26,31

Privado

61

193

123

6,35

10,34

6,45

Externo

s/d

1

s/d

s/d

0,05

s/d

Múltiple

12

106

41

1,25

5,68

2,15

Otros

s/d

s/d

11

s/d

s/d

0,57

Fuente: SECONACYT – Encuesta a Institutos de Investigación (1969), RRACYT 1982, RRACYT 1988.

*Los datos del relevamiento del año 1988 son parciales, por lo que se recomienda a los fines comparativos, tomar en cuenta los porcentajes.

Nota: s/d remite a no haber sido realizada la clasificación con el ítem.

En cuanto a la distribución geográfica de las unidades de I+D, podemos observar las similitudes dadas en referencia a la alta concentración demográfica de la población en nuestro país en torno a los grandes centros, tal la Capital Federal (actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires), el Gran Buenos Aires, el resto de la Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Para el caso de los tres relevamientos, la Capital Federal junto al Gran Buenos Aires y el resto de la Provincia de Buenos Aires, se concentra más de la mitad de las unidades de I+D, presentando una desventaja comparativa de los centros que se hallan en el interior del país. Esta situación para la época considerada era aún más grave en cuanto al aislamiento de los centros, dada la falta de tecnologías que se difundirían a partir de los años 90, tal el fax, correo electrónico e Internet. (CuadroNº2.2.)

Sobre la definición del objetivo y alcances de los proyectos de ID, la publicación del relevamiento del año 1969 es muy ilustrativa cuando señala : "La actividad de investigación de los investigadores de un instituto se realiza a través de proyectos. El proyecto es uno de los sujetos que más importancia tiene en el estudio del funcionamiento del sistema científico. En él confluyen un conjunto de recursos humanos, financieros y materiales que se espera produzcan un resultado al cabo de un tiempo. Es en virtud de este resultado esperado que el proyecto, y por ende la actividad investigadora, se ejecuta."[16]

Cuadro N°2.2.: Unidades de I+D, clasificados por jurisdicción geográfica, años 1969, 1982 y 1988. En cantidad y porcentaje.

Jurisdicción

Geográfica

Unidades de I+D

en cantidad

Unidades de I+D en porcentaje

1969

1982

1988*

1969

1982

1988**

Total

961

1.866

1.908

100,00

100,00

100,00

Capital Federal

325

740

688

33,82

39,66

36,10

Gran Bs. As.

13

180

153

1,35

9,65

8,00

Resto Bs. As.

144

212

254

14,98

11,36

13,30

Catamarca

2

19

48

0,21

1,02

2,50

Córdoba

81

146

76

8,43

7,82

4,00

Corrientes

24

37

29

2,50

1,98

1,50

Chaco

14

26

21

1,46

1,39

1,10

Chubut

1

17

21

0,10

0,91

1,10

Entre Ríos

4

17

15

0,42

0,91

0,80

Formosa

1

13

9

0,10

0,70

0,50

Jujuy

3

13

40

0,31

0,70

2,10

La Pampa

14

19

0,75

1,00

La Rioja

7

13

0,37

0,70

Mendoza

108

86

126

11,24

4,61

6,60

Misiones

1

15

25

0,10

0,80

1,30

Neuquén

4

12

21

0,42

0,64

1,10

Río Negro

9

17

25

0,94

0,91

1,30

Salta

14

42

25

1,46

2,25

1,30

San Juan

30

32

50

3,12

1,71

2,60

San Luis

11

15

29

1,14

0,80

1,50

Santa Cruz

11

6

0,59

0,30

Santa Fe

102

125

109

10,61

6,70

5,70

S. del Estero

16

17

38

1,66

0,91

2,00

Tucumán

54

48

65

5,63

2,58

3,40

Tierra del Fuego

5

3

0,28

0,20

Fuente: SECONACYT – Encuesta a Institutos de Investigación (1969), RRACYT 1982, RRACYT 1988.

*Los datos del relevamiento del año 1988 son parciales, por lo que se recomienda a los fines comparativos, tomar en cuenta los porcentajes.

**Al no contener la publicación las cifras en cantidades, se las ha calculado en relación a los porcentajes dados.

La cantidad de proyectos en ejecución al momento de las encuestas son muy similares en los tres casos, con 9.833 en el año 1969, 11.243 en el año 1982 y 10.850 en el año 1988. El 60% son ejecutados en los institutos de ID universitarios y el 33% en los organismos públicos, para el año 1968; en el año 1982 baja a 42% en las universidades y 37% en los organismos públicos; y para el año 1988 los proyectos universitarios llegan al 54% y los proyectos en los organismos públicos son del 33%. (Cuadro Nº2.3.)

El tipo de proyecto de ID se divide para los años 1969 y 1982 en el 27% en investigación básica; 55% en investigación aplicada en el año 1969 y 63% en el año 1982; 16% en desarrollo experimental en 1969 y 10% en 1982; y 2% queda sin clasificar. No se tienen datos sobre el tipo de proyecto de I+D, para el año 1988.

Cuadro N°2.3.: Proyectos de I+D, clasificados por sector de dependencia, años 1969, 1982 y 1988. En cantidad y porcentaje.

Sector de dependencia

Proyectos de I+D

en cantidad

Proyectos de I+D en porcentaje

1969

1982

1988*

1969

1982

1988

Total

9.833

11.243

10.850

100,00

100,00

100,00

Universitario

5.893

4.737

5.880

59,93

42,13

54,19

Público

3.254

4.192

3.537

33,09

37,29

32,60

Privado

513

1.093

650

5,22

9,72

5,99

Externo

s/d

13

s/d

s/d

0,12

s/d

Múltiple

173

1.208

562

1,76

10,74

5,18

Otros

s/d

s/d

221

s/d

s/d

2,04

Fuente: SECONACYT – Encuesta a Institutos de Investigación (1969), RRACYT 1982, RRACYT 1988.

*Los datos del relevamiento del año 1988 son parciales, por lo que se recomienda a los fines comparativos, tomar en cuenta los porcentajes.

Nota: s/d remite a no haber sido realizada la clasificación con el ítem.

Los proyectos, de acuerdo a la disciplina científica muestran en los años 1969 y 1982 una preponderancia de acuerdo al orden mayoritario de las ciencias exactas y naturales, las ciencias médicas y las ciencias agropecuarias y veterinarias. Para el año 1988, aparecen en un primer lugar muy marcado las ciencias exactas y naturales (35%), seguidas por las ciencias agropecuarias y veterinarias, y las ciencias médicas. Cobra importancia en el último relevamiento la ingeniería y arquitectura, y las ciencias sociales. Las ciencias humanas se encuentran en un porcentaje minoritario en cualquiera de los emprendimientos. (Cuadro Nº2.4.).

Cuadro N°2.4.: Proyectos de I+D, clasificados por ciencias, años 1969, 1982 y 1988. En cantidad y porcentaje.

Ciencias

Proyectos de I+D en cantidad

Proyectos de I+D en porcentaje

1969

1982

1988*

1969

1982

1988

Total

9.833

11.243

10.850

100,00

100,00

100,00

Exactas y Naturales

2.498

2.814

3.849

25,40

25,03

35,47

Ingeniería y Arquitectura

1.118

1.208

1.430

11,37

10,74

13,18

Médicas

2.810

2.259

1.528

28,58

20,09

14,08

Agropecuarias y Veterin.

2.104

2.509

1.763

21,40

22,32

16,25

Sociales

976

1.227

1.431

9,92

10,91

13,19

Humanas

327

465

638

3,33

4,14

5,89

Otras

s/d

761

211

s/d

6,77

1,94

Fuente: SECONACYT – Encuesta a Institutos de Investigación (1969), RRACYT 1982, RRACYT 1988.

*Los datos del relevamiento del año 1988 son parciales, por lo que se recomienda a los fines comparativos, tomar en cuenta los porcentajes. Nota: s/d remite a no haber sido realizada la clasificación con el ítem.

Según el campo de aplicación los proyectos de ID en ejecución en nuestro país, muestran aspectos comparables con las disciplinas científicas. De aquí que pueda observarse para los tres años, un porcentaje superior al 20% en proyectos relativos a la salud, cercano al 20% en proyectos agropecuarios, y que sigan en importancia los proyectos relativos a la promoción general del conocimiento. La poca cantidad de proyectos aplicados a la industria es consecuencia de la falta de vínculo y demanda de parte de la misma de actividades de investigación, pese a haber visto que los proyectos en su tipo más dado son los de investigación aplicada.

Los proyectos en relación con el campo de la defensa y el espacio, aquellos que mayores recursos necesitan para poder ser ejecutados, son los que se encuentran menor atendidos. Obviamente ello es sinónimo, de la falta de recursos invertidos y la adhesión en la forma de contemplar la ciencia los investigadores locales en relación con los de países centrales, a quienes tienen como modelo y de quienes toman el paradigma de la posguerra que establecía dedicar los recursos en ciencia y tecnología de alto impacto social. (cuadro Nº2.5.).

Cuadro N°2.5.: Proyectos de I+D, clasificados por campos de aplicación, años 1969, 1982 y 1988. En cantidad y porcentaje.

Campos de aplicación

Proyectos de I+D en cantidad

Proyectos de I+D en porcentaje

1969

1982

1988*

1969

1982

1988

Total

9.833

11.243

10.850

100,00

100,00

100,00

Energía

217

419

600

2,21

3,73

5,53

Espacio

104

60

29

1,06

0,53

0,27

Defensa

54

76

68

0,55

0,68

0,63

Partes: 1, 2, 3
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