Descargar

Escena del crimen (página 2)


Partes: 1, 2

A punto estaba de salir de la casa cuando aplazar por el jardín, repleto desplantas que crecían de manera desordenada, llamo su atención un área a donde abundaban las moscas, con un palo de escoba hurgo un poco sobre la tierra que yacía sobre sus pies; el terror se apodero de el cuando vio sobre la tierra aparecieron los dedos de un pie y, a unos centímetros, el torso de una mujer cubierta por algo parecido a un trapo. Estrangulada el 2 de septiembre a las puertas de su casa y, posteriormente ultrajada en la habitación del multihomicida (como podemos observar este cuerpo llevaba 13 días sepultado en ese lugar, y por las condiciones de clima "septiembre" que es temporada de lluvias, seguramente este cuerpo y el de las otras mujeres se encontraba en cierta medida saponificado), el cuerpo de Graciela Arias Avalos yacía desnudo casi a flor de tierra; boca abajo y envuelto en una larga colcha, tenia las manos y pies atados (aquí es importante observar que la colcha de la cama se encontraba en ese lugar, lo que implicaría que el cuerpo estuvo en la "cama ó catre", era importante el rastreo de pelos y fibras en ese lugar, ya que esta es el área del homicidio, por otro lado también es importante observar con que material ato manos y pies, las características del nudo como ya mencione anteriormente, son importantes ya que revelan parte de la personalidad del homicida).

Pero el inicio de los horrores apenas comenzaba, pues al seguir escarbando apareció otro cadáver femenino y en el extremo derecho del jardín, la ropa de otra mujer denunciaba la presencia de un tercer cuerpo, se trataba de las prostitutas Rosa Reyes Quiroz y Raquel Martínez León asesinadas el 23 y 29 de agosto respectivamente (la primera prostituta llevaba 22 días y la segunda prostituta llevaba 29 días). Un día después en confesión Gregorio Cárdenas revela un cuarto asesinato; el de la sexo servidora Maria de los Ángeles Moreno (cometido el 15 de agosto-es decir un mes de asesinada, este fue el primer asesinato), cuya vida corrió con la misma suerte que el de las otras tres mujeres. A metro y medio de profundidad fue localizado su cadáver, que por el estado de descomposición mostrado y el hedor que despedía, se considera que fue la primera victima. "Si yo las mate" pronunciaba mientras es interrogado por el general Leopoldo Treviño Garza, jefe de los servicios secretos en México. "Eran mujeres del arroyo a quienes subía a mi coche, después de levantarlas en diversas calles. A todas las lleve a mi casa tuve intimidad con ellas y luego las mate estrangulándolas con cintas que después servían para marrarlas", relata el "Goyo" Cárdenas al referirse a las tres chicas de la vida galante, asesinadas por sus manos.

Con el argumento de una fuerte decepción sentimental, provocada por su ex esposa Sabina Lara, que lo afecto al grado de sentir un odio irracional y profundo hacia todas las mujeres, una verdadera sed de venganza contra el sexo femenino joven, un impulso invencible de destruir, de desgarrar y de matar, el homicida justificaba su instinto asesino. "Después de tenerlas no se que me daba, lo que sentía era algo horrible, un odio espantoso hacia esas mujeres, por todas las mujeres, un frenesí inexplicable" "luego de hacer el amor ella fue al baño a lavarse y le lleve agua para que se aseara…, cuando de repente volvió a renacer en mi el odio, la repugnancia por la mujer, y vagamente recuerdo que lo primero que encontré se lo quise poner en el cuello parece que fue la toalla que estaba en el tocador o algún cordón…" relata sobre la muerte de su primera victima. A su segunda. Raquel Martínez le dio muerte mientras se encontraba hojeando un libro. Se acerco por la espalda y le enrollo la cuerda por el cuello hasta verla caer sin vida; en tanto que a Rosa Reyes Quiroz, su tercera victima, le quito la vida sorpresivamente mientras ella curioseaba con una probeta, en la habitación que Gregorio "Goyo" Cárdenas usaba como laboratorio. Los motivos que lo llevaron a cometer el último de sus crímenes, fueron distintos a los anteriores. "A Graciela la mate por Celos. Yo estaba enamorado de ella y sabía que no podía ser mía. Aquella noche, frente a las puertas de su casa, la estrangule con un cordón de tela, como hice con todas las demás. Y la mate porque nunca quiso estar una noche entera conmigo. Ya muerta la lleve a mi casa, la desnude completamente y varias veces la ultraje hasta quedar extenuado. Después cave la fosa en el jardín y, envuelta en una colcha de la cama, la lleve hasta el hoyo, donde la deposite y la sepulte. La noche era oscura y lóbrega, sin embargo yo estaba tranquilo y pensaba en Graciela y en mis amores con ella", así lo detalla.

EI 16 de septiembre de 1942 le fue decretada formal prisión a Gregorio Cárdenas Hernández por los delitos de homicidio e inhumación clandestina. Sin embargo días después de su detención cambia la manera de exponer los hechos: explica que en todos los asesinatos obró arrastrado por una fuerza sobrenatural por caprichos de esa bestia que llevaba dentro la cual despertaba en el instante menos esperado. Expuso que las crisis se producían en formas de latigazos o actos reflejos que en determinados momentos lo descontrolaban y le producían arrebatos inexplicables. Motivos que suscitaron un amplio debate entre especialistas. Así como exploraciones médicas y psicológicas para determinar si el acusado sufría de locura o no.

El dictamen final hizo que el "Goyo" Cárdenas fuera trasladado el 8 de noviembre al manicomio general de La Castañeda al considerar que su estado mental era la de un loco en la forma ezquizo-paranoide. En ese tiempo el doctor Gonzalo Lafora hizo un estudio clínico de sus antecedentes hereditarios y que narró José Revueltas en octubre de 1942 en el periódico El Popular: "Se advierten evidentes signos patógenos. Tanto en la línea materna como en la paterna existen detalles susceptibles de acusar una herencia enfermiza…" También menciona que padeció de enuresis (orinarse en la cama) hasta los 18 años. "Sufría de pavores nocturnos, pesadillas, cefalalgias y vértigos, además de periodos recurrentes de depresión." También lo describe como 'ahorrador' por su poco desprendimiento del dinero", incluso con las mujeres públicas con quienes mantenía relaciones sexuales. "El coche que tenía lo usaba en ocasiones como vehículo de 'ruleteo' para allegarse algunos fondos".

La reclusión de Cárdenas en el manicomio duró alrededor de cinco años. Durante el periodo de estancia su comportamiento fue el de un hombre normal, por lo que el director de La Castañeda le concedió varios privilegios como pasearse libremente por la institución, tocar el piano y proseguir sus estudios. Confianza que fue traicionada cuando el 25 de diciembre de 1948, logra fugarse del manicomio, pero es aprehendido tiempo después e internado nuevamente en el penal de Lecumberri. En el interior del "Palacio Negro", Gregario Cárdenas estudia leyes, se titula con honores en prisión, se hace defensor de oficio y asume su propia defensa. Además, empleó sus conocimientos para sacar de la cárcel a inocentes, lograr la revisión de casos, libertades condicionales y todo lo que los abogados de oficio no podían o no deseaban resolver.

Después de 34 años de vivir en prisión, el 8 de septiembre de 1976, Cárdenas Hernández queda en libertad. Luego instala un despacho legal cerca de Lecumberri, en la calle del mismo nombre para continuar con su labor de defensor de los presos necesitados de justicia, en su mayoría gente muy pobre. Trabajaba por lo que pudieran pagarle sus clientes, y casi hasta su muerte, ocurrida en 1999 (a los 82 años de edad), continuó llevando casos. Pero una anécdota que quedará para la posteridad, es que a principio de los años ochenta, Goyo fue convocado a una reunión del Congreso de la Unión, donde los presentes, de pie, lo ovacionaron y homenajearon. El correcto análisis de la escena del crimen han llevado a la identificación del autor material del crimen, en este caso al saber que el cuarto ubicado en calle del mar del norte #20 de la colonia Tacuba en la capital de México, era de Gregorio Cárdenas Hernández, la policía inmediatamente se lanza en su búsqueda, para posteriormente ser detenido. El lugar del hallazgo y el lugar de los hechos se encontraban intactos, labor muy importante del buen investigador en saber reconocer inmediatamente lo que se busca. Es por eso que a continuación hablaremos de otro criminal que por sus actos tan grotescos causo conmoción en la sociedad Mexicana: Orlando Magaña[3]quien en la noche del 16 de noviembre de 2002 la familia integrada por el matrimonio Ricardo José Narezo Benavides, Diana Patricia Loyola Bautista; Ricardo, Andrea y Diana, hijos de la pareja: Margarita Cortés Santiago, Cecilia de los Ángeles Pacheco, ambas trabajadoras domésticas, estuvieron juntos por última vez para compartir una cruel y larga agonía que finalmente los condujo a la muerte. Margarita y Cecilia estaban solas en el interior del domicilio marcado con el número 186 de la calle Cuitláhuac en la colonia Toriello Guerra del Distrito Federal. En punto de las 19:00 horas Jorge Esteban, un conocido de la familia pudo ingresar en la casa sin levantar en ellas la menor sospecha, ya que sus visitas para tratar asuntos relacionados con la compra-venta de autos con Ricardo José Narezo eran de lo más común, por ello las mujeres del servicio no dudaron en abrirle la puerta. No iba solo lo acompañaba Orlando Magaña, un joven de 25 años, quien también era cercano a los Narezo. A lo largo de esa tarde uno a uno de los miembros de la familia arribaron a la casa donde fueron sometidos por Magaña Dorantes, pero durante el forcejeo con Ricardo, su amigo de la infancia, éste logró arrancar la máscara de luchador que cubría su rostro, lo que fue el detonante que marcaría la suerte de todos ellos. Si en un principio el móvil de los delincuentes era sólo despojarlos de sus pertenencias, al sentirse descubiertos y con el temor de ser delatados, sus instintos criminales despertaron por completo, ahora su misión era eliminar a cualquier testigo que pudiera delatarlos y la única manera de hacerla era privar de la vida a sus secuestrados.

La pesadilla duró cerca de seis horas, las dos mujeres del servicio fueron sometidas y encerradas en el cuarto de baño y conforme llegaban los miembros de la familia eran atados y amordazados por Orlando Magaña. Según José Ramón Fernández, director del Servicio Médico Forense, en sus 30 años de experiencia jamás había sido testigo de una serie de crímenes cometidos con tanta saña: cada una de las víctimas presentaba severos golpes, heridas por arma cortante con todas las características de degüello -en el caso de Diana y Andrea, hijas del matrimonio, se supo que fueron violentamente torturadas: el matrimonio, además, había recibido impactos de bala que, según reveló la autopsia, se realizaron a corta distancia. Además, Andrea Narezo al igual que Margarita Cortés fueron violadas por sus agresores. (Como podemos observar al separarlos y golpearlos uno a uno el acto se convierte en un acto de venganza hacia la familia, torturarlos, degollarlos, violarlas en el caso de las mujeres y dispararles, en abuso del poder que se ejerce sobre su mente y sus cuerpos-obviamente ha perdido toda coherencia por conservar la vida. Por otro lado se trata de un lugar cerrado, el intercambio de indicios al forcejear con el dueño de la vivienda, la sangre y pelos encontrados en el lugar, huellas dactilares en el caso de no usar guantes, así como nuevamente el tipo de nudo al amarrar y amordazar a sus victimas estaban en el lugar de los hechos) En sus primeras declaraciones después de haber sido detenido por la Policía Judicial en Puebla, Orlando Magaña habló de su cómplice, a quien no se pudo capturar pese a los retratos hablados que se pudieron realizar de acuerdo con la descripción que dio el principal testigo Juan Pablo Quintana, único sobreviviente de la masacre.

A la par que las autoridades buscaban arduamente a Jorge Esteban, Orlando Magaña se declaraba inocente de homicidio: "Lo único que puedo decir de ese día es que yo no lastimé a nadie, entré a robar." Según su versión la decisión de robar fue de Jorge Esteban, entrarían sin ningún problema a la casa porque la trabajadora doméstica lo conocía: él ingresaría con una máscara de luchador que el mismo cómplice le proporcionó. "cuando llegamos no había nadie y fueron llegando, yo me encargué de asegurarlos, de que no se movieran de la habitación", relató en su momento el delincuente. Para ellos fue sencillo tomar unos cuchillos de la cocina, los mismo con los que asesinaron la familia -aunque dice Magaña- ese no era el objetivo, simplemente los usarían para cortar las cuerdas de las cortinas y amarrar a las víctimas. Después de eso, asegura que ya no supo más, que los crímenes se cometieron en el piso superior y que él esperó abajo, cuidando a Juan Pablo Quintana, y sólo escuchó los golpes y los disparos. "Salimos de ahí como a las once de la noche y cuando vi que Esteban le disparó a Juan Pablo, yo ya no quise saber nada." Una vez fuera del domicilio abordaron el automóvil de la familia; Jorge Esteban y Magaña Dorantes fueron a llevarle serenata a la novia de este último, posteriormente Esteban se bajó del auto en la glorieta de Vaqueritos, al sur de la ciudad de México, y Orlando se dirigió a un hotel, de donde llamó a sus padres para avisar que estaba en casa de unos amigos, ésa fue la última vez que tuvo contacto con sus progenitores. Unas semanas después el criminal se entregó a las autoridades impulsado por ellos. Sobre el paradero de su cómplice sólo había pistas, pero no se logró dar con él. La policía encontró los restos de un individuo que coincidía con el perfil, el cuerpo apareció abandonado en una carretera con un tiro de bala en la cabeza, por lo que la búsqueda fue suspendida. Orlando Magaña, actualmente con 27 años, fue sentenciado a 384 años de prisión acusado de homicidio, sin embargo, el Código Penal establece que la pena máxima es de 50 años, y pese a que su condena es mucho mayor, solamente pasará medio siglo en prisión. Sus días transcurren en el Centro de Readaptación Social Varonil Oriente. "No tengo cara para decirle nada a los familiares de los Narezo Loyola -dijo en la prisión Orlando Magaña-, ¿qué podría decirles? …, no hay palabras, quisiera tener algo que decirles que los confortara, pero no… Al contrario, creo que al verme sentirán odio, coraje: yo lo sentiría." La vida que llevó desde la temprana juventud le ha cobrado la factura: el alcohol las amistades negativas, la ambición y el dinero' fácil lo condujeron a cometer el crimen que estremeció a la sociedad y que lo tendrá tras las rejas durante medio siglo. Retrocederemos unos años y nos trasladaremos a la frontera con estados unidos, ahí un personaje llamado Adolfo de Jesús Constanzo, recibía el mote de "El Narcosatánico de Matamoros"[4], porque desde el rancho Santa Elena, en la ciudad fronteriza de Matamoros, México, Adolfo de Jesús Constanzo y su banda transportaban semanalmente una tonelada de Mariguana al país vecino… pero el lugar no era sólo un centro de distribución de drogas. En 1989 fueron acusados de asesinar a más de una docena de personas durante unos rituales de Palo Mayombe, un culto afroamericano. Los "narcosatánicos" habían convertido el rancho en una verdadera casa de los horrores. El 9 de abril de 1989, la policía mexicana detiene en un rutinario control la camioneta que conducía David Serna Valdez, de veintidós años, a la altura del kilómetro 39 de la carretera de Matamoros a Reynosa en el rancho Santa Elena. En ella se encuentran restos de Mariguana y una pistola calibre 38, por lo que el joven conductor es detenido.

Tras unas horas de interrogatorio confiesa que pertenecía a una secta de "magia negra" y que utilizaban el rancho para realizar sus sacrificios rituales con seres humanos, además del narcotráfico. Estas sorprendentes confesiones obligan a la policía a registrar el rancho, hallando allí otros ciento diez kilos de Mariguana… y algo macabro: un caldero de hierro de hedor pestilente que contenía sangre seca, un cerebro humano, colillas de cigarros, 40 botellas vacías de aguardiente, machetes, ajos y una tortuga asada. Alrededor de la casa, una fosa común con doce cadáveres descuartizados, a los que les habían extirpado el corazón y el cerebro en algún extraño ritual (la Mariguana encontrada en el lugar de los hechos, nos habla de su profesión, el caldero, los ajos, el machete, sangre seca y un cerebro-obviamente nos habla de antropofagia – en combinación con aguardiente – seguramente en algún culto – los cráneos debieron de ser turnados a antropología para reconstrucción de rostros y saber de quienes se trataban, los pelos a genética para asegurar la identificación, seguramente los huesos fueron incinerados o enterrados, si este fue el caso, lo mas importante aquí son sus dientes, para extraer su código genético y para identificar con identoestomatograma). Entre ellos se hallaba el cuerpo de Mark Kilroy, un estudiante de medicina desaparecido en marzo de 1989 al que habían amputado las dos piernas y extirpado el cerebro, y con parte de cuya columna vertebral el líder del grupo se había fabricado un alfiler de corbata que le servía de amuleto (principio de correspondencia de características desde el punto de vista Criminalístico, ayudado por antropología). Los agentes de la policía judicial detienen a un grupo de personas implicadas, quienes confiesan haber matado a esos individuos por orden del Padrino Adolfo de Jesús Constanzo, de veintisiete años de edad e hijo de un americano y una cubana practicante de la Santería y Palo Mayombe, en cuyas artes mágicas había sido iniciado desde que tenía tres años.

En 1980, Constanzo comienza a vender sus servicios como mayombero en Miami, trasladándose posteriormente a México en donde tiene un gran éxito con sus trabajos de magia negra. Su excelente reputación entre las altas esferas le sería debida a los poderes mágicos que le eran atribuidos, al misterio que continuamente le rodeaba y a su carismática personalidad.

Los rituales de purificación o limpias (ceremonias para limpiar malas energías negativas) y de protección, le proporcionan de ocho mil a cuarenta mil dólares entre sus clientes, la mayoría, importantes personalidades americanas. Ávido por obtener más poder comienza a efectuar sacrificios en sus rituales, para dar mayor sensacionalismo y espectáculo, siempre ayudado por una joven divorciada que se convertiría en su musa y amante, la estudiante norteamericana de veinticuatro años Sara Villarreal Aldrete. Sara se convierte en gran sacerdotisa del culto y participa activamente en todas las sangrientas ceremonias, además de reclutar a nuevos miembros y explicarles las actividades de la secta. Adolfo convence a los demás adeptos que serán completamente invulnerables a las balas y que tendrán el poder de hacerse invisibles si siguen al pie de la letra sus instrucciones- lo que nos enseña que muchos de estos criminales son manipuladores y que juegan con la psicología de sus victimas: confeccionar una ganga o caldero mágico con unos ingredientes especiales, además de secretos, en los ritos de Palo Mayombe, como son la sangre y algunos miembros humanos mutilados, preferentemente cerebros de criminales o locos, a ser posible de hombres de raza blanca, pues supuestamente éstos son más influenciables por el verdugo (para el asesino la tortura a la víctima es un factor muy importante, pues el alma de la víctima debe aprender a temer a su verdugo por toda la eternidad con el fin de hallarse para siempre sujeta a él – tal es el caso del Vodú o Vudú de la lengua creol en Haití, tal y como lo hace saber Juan Jacobo Bajarlía). El rito termina cuando los participantes beben la sopa del caldero formada con la sangre de la víctima, su cerebro y los demás elementos que completan la siniestra ganga… lo cual les dará todo el poder que los criminales deseen.

Los detenidos revelaron además la existencia de otras sedes del grupo en otras ciudades mexicanas, en las que se descubrieron más delegaciones y sucedieron una serie de aprehensiones. A partir de ese momento más de trescientos policías participan activamente en la búsqueda de Constanzo y sus seguidores más próximos: Sara Aldrete, Alvaro de León Valdez, Omar Francisco Orea y Martín Quintana, quienes emprenden una huida durante tres semanas por todo México. Constanzo intenta negociar con las autoridades mexicanas amenazando con revelar todos los nombres de los personajes conocidos que participan en su culto, pero esto pesa poco comparado con la atrocidad de sus crímenes y la policía se muestra intransigente. Dichas negociaciones se mantuvieron en secreto durante mucho tiempo, por lo que más tarde saldría a la luz pública: que numerosos policías habrían estado implicados en la secta (desde el punto de vista criminológico enfocado a la prevención del delito, y como lo manifiesta Octavio paz en el laberinto de la soledad, "Entre nosotros la fiesta es una explosión, un estallido. Muerte y vida, jubilo y lamento, canto y aullido se alían en nuestros festejos, no para recrearse o reconocerse, sino para entredevorarse").

Sintiendo que el fin de sus crímenes estaba cerca, Adolfo y sus cómplices se refugian en una mansión de las más lujosas del Obispado de Monterrey, protegida con un circuito cerrado con seis cámaras que vigilaban el jardín y accesos a la vivienda. Mientras éstos eran perseguidos, las detenciones en distintas ciudades con narcosatánicos se multiplicaban. Finalmente, el 6 de mayo son descubiertos en el Distrito Federal por algunos agentes de la policía judicial que se hallaban registrando la zona y, sintiéndose acorralados, los cómplices del Padrino comienzan a dispararles desde la ventana de un edificio ubicado en la calle Río Sena de la Ciudad de México. Al momento se presentan varias patrullas de refuerzo que pueden acercarse y llegar hasta el cuarto piso, desde donde disparaban. Dentro se encontraban Constanzo y los demás, quienes habían hecho un pacto de suicidio mutuo si no lograban deshacerse de los policías. Al ver Constanzo la gran cantidad de agentes que les rodeaban y ganaban terreno a cada paso, desesperado, ordena a su compañero Valdez que le dispare con una ametralladora que le tiende, y Quintana, fiel a su líder decide suicidarse con él. Ambos se meten en un armario ordenando disparar a Valdez. Instantes después son detenidos sólo tres supervivientes, contabilizándose unos quince seguidores fieles de estos sangrientos cultos.

Según las aterradoras declaraciones de Sara a la policía, desde que conoció a Constanzo mantuvo una doble vida comportándose como una chica normal con sus amigos y familia, y como una fría asesina por otro. Ella misma llegó a torturar a algunas víctimas, entre ellas Gilbert Sosa, un traficante de drogas. Delante de los demás miembros del culto ordenó que se le colgase del cuello, con las manos libres para que pudiese sobrevivir agarrándose a la cuerda. Luego lo sumergió en un barril de agua hirviendo, mientras le arrancaba los pezones con unas tijeras.

Confesaría además otros crímenes brutales, como en el que uno de los miembros de la secta mantiene a la víctima con vida después de haberle cortado el pene, las piernas y los dedos de las manos. Le abre el pecho de un machetazo y le agarra el corazón sin desprenderlo, lo muerde a dentelladas mientras el moribundo lo mira agonizante. Más tarde negaría su participación en los desquiciados rituales, asegurando que el Padrino la retuvo contra su voluntad al haberse descubierto la matanza de Matamoros. En la actualidad Sara Aldrete Villarreal purga una pena de cincuenta años por homicidio. Como se ha podido constatar la Criminología y la Criminalística van siempre de la mano como dos ciencias implicadas en la obtención de la verdad histórica de los hechos, y en los tres casos que hemos visto con anterioridad ambas ciencias han estado presentes. A Continuación hablaremos de un famoso secuestrador y vecino del estado de Morelos, quien se ganó a pulso el sobrenombre de "El Mochaorejas"[5]. A pesar de que varias corporaciones policíacas le seguían los pasos. Daniel Arizmendi confiaba en su buena suerte, y en compañía de dos de sus cómplices a bordo de su automóvil, se dirigió rumbo al Toreo de Cuatro Caminos, en Naucalpan, Estado de México, lugar donde estaba a punto de cerrar un negocio más.

En 10 millones de dólares había valuado la vida de Raúl Nieto del Río, empresario asesinado el mismo día en que lo secuestraron, pero que de igual manera, con un poco de maquillaje fue posible fotografiarlo "con vida" y enviar a sus familiares las imágenes junto con sus dos orejas, bajo amenaza de matarlo si no accedían a pagar el rescate. Con 21 secuestros "exitosos" cometidos de 1993 a 1998, Daniel Arizmendi acostumbraba presionar a las familias de los plagiarios cortando las orejas de sus víctimas si no entregaban con rapidez las altas cantidades de dinero que exigía, lo que le ganó el apodo de "El Mochaorejas". Era la tarde del lunes 17 de agosto de 1998, cuando Daniel Arizmendi llegó al lugar convenido para recoger el botín, en las afueras de un cine, frente al Toreo de Cuatro Caminos. En un abrir y cerrar de ojos, el secuestrador más "famoso" de todo México había caído en la trampa, se vio rodeado por policías judiciales y agentes del grupo Yaqui fuertemente armados, todos ellos pertenecientes al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) de la Secretaría de Gobernación.

Para sorpresa de Alberto Pliego Fuentes, comandante a cargo de la operación, el hombre más buscado y temido del país, a pesar de ir armado, no opuso resistencia y se entregó a la autoridad. La segunda semana de agosto la Procuraduría General de la República (PGR) y el Cisen interceptaron tres llamadas telefónicas de los secuestradores, quienes negociaban uno más de sus plagios, el del empresario Raúl Nieto del Río, ocurrido el 6 de agosto de 1998 en las inmediaciones de la carretera interestatal Querétaro-Celaya. Hechos que condujeron a la captura de varios integrantes de la banda de "El Mochaorejas" en una casa de seguridad ubicada en el fraccionamiento Las Brisas, en el municipio de Naucalpan, días antes de su detención.

En el operativo cae Miguel Armando Morgan Hernández. Lugarteniente de Daniel Arizmendi, quien acepta participar en la celada policíaca para su detención. Fue el17 de agosto cuando Morgan Hernández recibe una llamada de Arizmendi, para citarlo en el lugar donde recogería los 10 millones de dólares del rescate. Para ese momento, y con ayuda de sus cómplices, la policía ya tenía intervenido su teléfono celular y tendió el cerco: "El Mochaorejas" había sido delatado. El operativo culmina con la captura de Daniel Arizmendi y otras 16 personas, entre ellas su amante, Dulce Paz Venegas y seis menores de edad. Semanas atrás entre balas y sangre, habían sido detenidos más integrantes de su banda al mando de su hermane Aurelio Arizmendi, quien herido, por impacto de bala se recuperaba en un hospital privado, fuertemente custodiado; sin olvidar a su esposa María de Lourdes Arias arrestada el 22 de junio de 1998. En total 33 cómplices del peor de los secuestradores. El plagiario fue trasladado de inmediato a la ciudad de Querétaro para que rindiera su declaración ministerial respecto secuestro y asesinato del empresario Raúl Nieto del Río, cuyo cadáver había sido sepultado en su casa de seguridad ubicada en colonia Santa Bárbara, municipio de corregidora, en las inmediaciones de la ciudad de Querétaro, capital del mismo Estado. La tarde del martes 18 de agosto el repudiado criminal llegó a bordo de un helicóptero al hangar de la Procuraduría General de la República (PGR) en la ciudad de México, y trasladado a las oficinas centrales de la corporación policíaca para rendir su declaración preparatoria. En espera de ser trasladado al penal de alta seguridad de Almoloya de Juárez, Estado de México, Daniel Arizmendi reconoció haber cometido 21 secuestros desde 1993, obtener ganancias millonarias y que nunca contó con protección policíaca o de algún político para ejecutar los plagios. No obstante se le vinculó con autoridades del Estado de Morelos, demarcación donde "El Mochaorejas" tenía su centro de operaciones. Ya capturado, el hombre que sembró el terror a través de la extorsión y la mutilación, e hizo del crimen su modo de vida, declaraba que prefería la muerte a ser encarcelado: "Toda una vida en la cárcel es feo, creo que morir sería más bonito."…. "No sentí nada, ni bueno ni malo, al mutilar a una víctima. Era como cortar pan, como cortar pantalones"; decía Daniel Arizmendi, pues con naturalidad comentaba que "cortar orejas era normal ni me daba miedo ni me daba temor, era una cosa a la que se tenía que llegar, a un terror, a mortificarlos; tenía que ser enérgico para poder llegar a obtener algo, de lo contrario no darían el dinero" (como podemos observar en estas declaraciones se halla implícita la idea del dominio sobre la victima sin remordimientos o excitación con la finalidad de obtener riqueza inmediatamente – tal vez la riqueza de que adoleció de niño, la falta de dinero en el hogar, un padre dedicado al trabajo y alcoholismo, por otro lado una madre sumisa que al verse obligada por las circunstancias bebió de lavar ropa ajena para poder darle a la familia lo necesario, quedaron grabadas en la memoria de este futuro secuestrador).

Desaliñado, sentado en un sillón de la oficina de la PGR. Daniel Arizmendi, de 40 años, confiesa que secuestraba porque le causaba placer. "Secuestrar era para mí como una droga, como un vicio; era la excitación de saber que te la estabas jugando, que te podrían matar. Era como adivinar, ahora le corto una oreja a este cuate y va a pagar. ¡Y pagaban!" (Como es bien sabido ahora, Daniel Arizmendi fue Carterista y roba coches en sus inicios delictivos, como es clásico en Criminología el análisis de la escalada criminal, por obviedad tiene una capacidad Criminologíca alta – inintimibilidad agudizada por la confianza en la "suerte"- pensamiento mágico que manifestaba Daniel Arizmendi), admitió haber cometido 21 secuestros, por los que dijo haber cobrado entre 150 y 160 millones de pesos, y dado muerte a tres de sus víctimas. "dos por no haber dado el dinero, y el último en el intento de secuestro".

Sin embargo, "El Mochaorejas" aseguraba que los millones de pesos obtenidos no eran lo importante. "El dinero nunca me emocionó, ni ver una cantidad grande que me dieran de una recompensa de 10 o 20 millones: me emocionaba más estar a la hora en que se iba a secuestrar a la persona, o ir a la hora en que se iba a cobrar". Y es que como secuestrador, Daniel Arizmendi fue muy exitoso, Una vida tras las rejas Atrás quedó los días de gloria, los millones de dólares, las tijeras para cortar pollos, los telefonazos intimidatorios, la tortura a los secuestrados. el maltrato a los familiares, la lealtad de su banda, todo eso quedó en el pasado.

Con un fuerte dispositivo de seguridad, y la aparición de su rostro en todos los medios de comunicación del país, que habían seguido de cerca su captura como si se tratara de una serie televisiva, el 21 de agosto Daniel Arizmendi fue trasladado al penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, acompañado de sus cómplices. Dulce Paz Vanegas y Miguel Armando Morgano Al llegar al penal tomó un baño y fue rasurado: posteriormente se le asignó una celda cuyo número y ubicación son desconocidos. Los delitos imputados a este Clínico malhechor parecieren medallas al merito criminal: privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro, operaciones con recursos de procedencia ilícita, homicidio calificado, lesiones, amenazas, Portación de armas de fuego de uso exclusivo del ejército y delincuencia organizada. Motivos por los cuales desde agosto de 1998 purga una condena de más de 80 años de prisión. Varios de sus cómplices, como su hermano Aurelio Arizmendi López y su amante Dulce Paz Vanegas Martínez, entre otros integrantes de la banda, comparten las rejas de la prisión de Almoloya de Juárez y otras penitenciarias, purgando sentencias que van de los 10 a los 70 años tras las rejas.

Destinado a una vida en una celda, incomunicado y fuertemente vigilado en el interior del penal, Daniel "El Mochaorejas" es un personaje cuya incapacidad para sentirse culpable y falta de respeto a la vida humana, lo llevó a afirmar: "'No me arrepiento de nada." Pero he aquí algo muy sobresaliente y que por desgracia se da mucho en nuestro país, sobre todo en las prisiones de nuestro querido México, y es que Daniel Arizmendi[6]Pasó largo ayuno sexual. Soñó, quiso y no pudo tener a una mujer. Ofreció dinero. "…el que sea y por la que sea". Pero nada. Cierto día lo convocaron a "visita íntima". Le esperaba hermosa hembra. Escultural. De piel bronceada. Pelo largo y delgado hacían su figura más sensual. También resaltó la belleza lo bien maquillada sin llegar a la exageración. Cuentan que se veía muy bien con bamboleantes aretes largos. Seguramente no dijo de donde la mandaron ni en que lugar vivía. Cero platica. Nada más iba a lo que iba. Ya le habían dado instrucciones de cuando y a que horas. Ella sabía cómo. Desde que la vio "El Mocha-Orejas" se pasmó. Por eso le valió gorro saber o ver si lo estaban videograbando. Fueron momentos inolvidables. Cómo día de fiesta en medio de tan odioso encierro. Cuando se despidió la dama no podía creerlo. Entonces si: Le dio las gracias a Osiel Cárdenas Guillén. Este jefe del Golfo se la prometió y cumplió. Es que las puede en "La Palma". Por eso le cumplió su deseo a "El Mocha-Orejas". Naturalmente no fue gratis. A los pocos días Osiel le pidió un favor. Matar a otro prisionero. Le daría pistola y dos millones de pesos. Después de la faena sexual el afamado plagiario no podía negarse. Pero nada tarugo. Pasó el encargo a Don Juan Govea con "…te doy un millón" y "El Mocha-Orejas" se quedó con otro. Por venganza Osiel mandó al panteón a Miguel Beltrán Lugo alias "Ceja Güera". Le importó poco que fuera asociado de Joaquín "Chapo" Guzmán. El motivo fue la maltratada del hoy difunto a Mario, el hermano de Cárdenas Guillén. Eso le encorajinó. Entonces mandó ejecutarlo. A si las cosas, pero continuando con nuestro recorrido Criminológico y Criminalístico de nuestro país, enfocado a la escena criminal; tenemos a otro no menos importante personaje que también conmociono a la sociedad Mexicana José Luis Calva Zepeda, "El Caníbal De La Guerrero"[7].-

En los últimos días la Ciudad de México se sacudió ante la noticia de que un hombre había matado a su pareja sentimental. La nota quizá no tendría nada de extraordinario, ante los eventos de violencia que se viven; sin embargo, lo llamativo del tema es que además de privarla de la vida había realizado actos de antropofagia. Éstos consistieron en que el individuo cortó parte del brazo y pierna derecha de la víctima; del primero lo cortó con un cutter por la línea media del codo hasta la mano y extrajo el hueso (radio y cubito) y la carne del mismo. Posteriormente, lo puso en un sartén y lo frío para proceder a comérselo. La mano y la pierna fueron colocadas por separado en una bolsa de plástico color negro y las colocó en el refrigerador. El resto del cuerpo fue colocado en el closet de la habitación principal. El cadáver tenía varios días ya que presentaba los primeros signos de descomposición tal como la llamada "mancha verde", además la pierna derecha y parte del rostro ya se encontraba de color negro. Muestra latente de la putrefacción del cuerpo (los cortes seguramente fueron siguiendo las articulaciones ya que así es mas fácil desensamblar un cuerpo, por otro lado la mancha verde aparece a las 24 horas, pero seguramente por el olor fétido el cadáver ya presentaba veteado venoso, lo que nos indica que habían pasado 48 horas de la muerte). Dicho estado provoca olores fétidos los cuales fueron denunciados por los vecinos a la policía. Ésta acudió para saber qué provocaba dicho malestar. La sorpresa fue mayúscula al ingresar a la vivienda y descubrir que en el closet se encontraba el cuerpo de una mujer. En el interior de dicho domicilio se encontraba el inquilino de la misma y logro darse a la fuga, pero la suerte estaba en su contra ya que fue arrollado por un vehículo, lo que provocó que quedara en la vía pública y la policía lograra su detención. Esta víctima no era la primera para el victimario. La "primera" fue una mujer privada de la vida en 2004 en Chimalhuacan, Estado de México, dicho homicidio formaba parte de los homicidios de mujeres muertas por amigos, novios, concubinos, esposos, familiares, vecinos o conocidos. Es decir mujeres que se encontraban inmersas en relaciones interpersonales conflictivas marcadas por la violencia y en algunos casos de forma desproporcionada (buscar a cierto perfil de victima, así fabricar como las condiciones para atraerla, indudablemente se trata de un asesino organizado, que trata de recrear las condiciones en donde se siente en conflicto, esto lo hace para después manipular a su victima, hasta terminar con su vida- en algunos pueblos de África y Sudamérica, se piensa que comiendo la carne del jefe de la tribu, también adquirirán su conocimiento y sabiduría. Esto es una cosmogonía de lo oculto, por supuesto. ). El nombre del victimario es José Luis Calva Zepeda un hombre de 38 años de edad (1969) el cual dijo ser periodista, poeta, novelista y dramaturgo. Cuenta con más de 800 poesías en su haber y ha publicado "Réquiem para un alma en pena"; "Krish, el aprendiz de mago"; "Instintos caníbales"; "Antigua" y, finalmente, "Prostituyendo mi alma". Así, como las obras "La noche anterior" y "Caminando ando" de la cual ha decir de una nota en la portada del mismo se han realizado más de 10 mil ejemplares. Sin embargo ¿Quién es José Luis Calva Zepeda? Señala en su dedicatoria de la obra "Caminando Ando" a su señora madre Elia y a sus cinco hermanos de nombre Lupe, Jorge, Paty, Claudia y Hellen, en ese orden, valdría la pena saber cuál es su lugar que ocupa José Luis entre los hijos. Y a la vez la obra esta dedicada a Lidia Sánchez, como parte del "esfuerzo y mis sueños, a ti que me regalas la magia de amar y me vuelves a germinar desde tu cordón umbilical". Esta persona es la editora y correctora de estilo de la obra que fue publicada por Ediciones The Orion. Una forma de saber quien era es la que el propio Calva Zepeda brinda de manera poética en dicha obra al señalar: "Soy José Zepeda, nací en el 69 Tengo pulmones enfermizos, corazón grande, huesos frágiles, nariz profunda hacia fuera al igual que mis recuerdos, boca amplia que alberga diez mil palabras y un clamor, manos marcadas en la fragua de la desesperación y el dolor, endurecido de los pies, imberbe de la piel y ágil de dedos; fumador del tabaco fuerte, bebedor del mezcal si gusano, gastrónomo de afición no de degustación sino de elaboración, privativo del fríjol, el picante, lo tamales y la tortilla de maíz, adicto al café más por necesidad que por gusto mismo. Canoso por herencia, tierno del alma y melancólico por decreto, grande de bolsillo y escaso de propiedades;… pero rico espiritual, de lagrimas que corren más fácil que el agua en los piélagos. Por niñez tengo un bello para de recuerdos que nunca viví, sexual desde mi juventud y aún en mi tardía madurez, sentimientos probos y admirador de la belleza de la mujer, daltónico de las letras, platónico de amores, soñador de sueños, cantor de coplas sin notas porque no tengo nada de voz, actor de farsas y dramas siendo siempre yo mi propio autor, adepto a lo oculto, la magia, las estrellas y las sábanas de seda, ortodoxo de la rima, convexo de mis ojos y catador de música. Autoexiliado de mi familia, felizmente refugiado en la tierra de nadie, visitante de los pueblos, cuenta cuentos fantasiosos a raudales, buscador de amigos, descubridor de mentiras y testigo de la nada, compañero de un ángel celestial y próximo visitante a Montreal". Y remata la presentación escribiendo "las autobiografías se coronan con la verdad o se disfrazan de mentiras, esta se escribió con la verdad". . El lector sabrá interpretar estos escritos, que a mi forma de ver; se trata de una personalidad tanática "culto a la muerte", pero continuando con nuestro recorrido Criminológico y Criminalístico de nuestro país, enfocado a la escena criminal; a continuación hablaremos de otro personaje, que por las mismas fechas fue detenido, este personaje se llama Raúl Marroquín, "El Sádico"[8].-

CIUDAD DE MÉXICO, México, ene. 26, 2006.- La Agencia Federal de Investigaciones (AFI) presentó este jueves a Raúl Osiel Marroquín Reyes, un joven de 25 años responsable de varios secuestros y asesinatos en la Ciudad de México. Marroquín Reyes admitió que secuestraba a sus víctimas para luego asesinarlas "para evitar que revelaran el lugar donde los había tenido privados de su libertad". Se le acusa de por lo menos seis secuestros y cuatro homicidios, pero él refiere sólo tres asesinatos, los cuales llevó a cabo en sólo un mes, entre noviembre y diciembre del 2005. En ese lapso, secuestró a tres hombres, a los que asesinó, a uno de ellos le cortó la piel, la frente y la tatuó una estrella. Las víctimas de Osiel Marroquín eran, según sus propias palabras, "jóvenes varones de alrededor de 20 años". Negó ser homosexual, pero refirió que elegía a este tipo de víctimas pues "se le facilitaba engancharlos para llevarlos a su departamento y no estar batallando en coordinar una operación con armas y vehículos".

El asesino aseguró que por ahora no tenía planeados nuevos secuestros y admitió tener un cómplice de nombre Juan Enrique. Narró que a sus víctimas las mantenía atados de pies y manos y luego los mataba por asfixia, específicamente por ahorcamiento. Marroquín Reyes cursó un año de la carrera de Médico militar y fue miembro del Ejército mexicano durante cuatro años, con el grado de Sargento Primero, pero causó baja. Tenía domicilios en Tampico, Tamaulipas y en la colonia Santa María la Rivera, de la Ciudad de México. Estuvo preso en Tampico durante 14 meses por el delito de robo con violencia, pero obtuvo su libertad. Su cómplice Juan Enrique Madrid también está detenido, ambos fueron capturados el 23 de enero pasado. Presenta la AFI a asesino serial de homosexuales, Raúl Osiel Marroquín Reyes, alias El sádico, fue detenido el pasado 23 de enero; se le imputan cuatro homicidios; asegura que hizo un bien a la sociedad al elegir este tipo de víctimas. Un asesino serial, de tan sólo 25 años, Raúl Osiel Marroquín Reyes, alias El sádico, aseguró que hizo un bien a la sociedad al elegir víctimas, jóvenes homosexuales a quienes secuestró y asesinó. Al menos cuatro víctimas fueron ahorcadas por este joven y sus cuerpos abandonados en el interior de maletas halladas en diciembre pasado en diversos puntos de la ciudad de México, como en las inmediaciones del Metro Chabacano y la colonia Asturias Estos lugares son lugares de hallazgos, sin embargo en su departamento – escena criminal – encontraríamos los suficientes indicios que lo inculparían, ya que al someter a su victima, también conserva algo de ella, como ya se menciono anteriormente, para seguir reviviendo la fantasía, En entrevista, este asesino serial aseguró que aunque no tenía nada contra los homosexuales para él era fácil elegir este tipo de víctimas al frecuentar bares y restaurantes de la zona rosa. "No los escogía, ellos solos se presentaban después los invitaba a mi departamento, iban por voluntad propia, y ahí los sometía". Marroquín un ex militar, tenía como cómplice a Juan Enrique Madrid Manuel, quien está prófugo y lo ayudaba a someter a las víctimas (como lo manifiesta el doctor Bernardo Constancio de Quiroz, este es el caso de la pareja dual, el incubo y súcubo, el diablo masculino y el diablo femenino, el poseedor y el poseído, el que controla y el que es controlado, Marroquín en su declaración dice no ser "homosexual", sin embargo muy probablemente fingía esta situación, para utilizarla en su beneficio, incluso con su cómplice). Reconoció haber perpetrado seis plagios en cuatro de los casos asesinó a las víctimas recibiendo sólo como presunto rescate alrededor de 150 mil pesos. Tranquilo, por momentos detallando sin remordimientos como elegía a sus víctimas, cómo los asesinó ahorcándolos con sogas, este joven aseguró que "hasta le hice un bien a la sociedad, pues esta gente hace que se mal a la infancia". Aseguró "no soy homosexual" simplemente los prefirió, "por no batallar en operaciones que implicaran armas y vehículos, tan sólo ir a los lugares que ellos frecuentaban y ellos solos me abordaban, se me hacía más fácil tratar a esas víctimas". Pero Marroquín Reyes soñaba con una carrera mayor, pues aseguró que "iba empezando en esta y evolucionaría, ascendería tendría mejores víctimas, con más dinero", explicó. Este asesino serial asegura no tener remordimientos sólo el haber afectado a su familia y a la gente que conoce, sobre sus víctimas, a los seres queridos de éstos simplemente, "nunca he pensado en ellos". Este sujeto fue detenido el pasado 23 de enero y presentado en la AFI donde el director Genaro García Luna indicó que este sujeto apodado el sádico se caracterizó por torturar a sus víctimas, ultrajaras y después asesinarlas con un patrón de conducta específico en el que incluso como "trofeo" se quedaba con las credenciales de elector.

Para Marroquín Reyes sus crímenes eran sólo el inicio de una carrera criminal, y asegura ahora que está detenido que volvería a matar, "sólo que refinaría mis métodos, para no cometer los mismos errores y no ser detenido". Finalmente hablaremos de Juana Barraza alias "la mata viejitas"ó "Dama del silencio"[9], La información recabada acerca de la vida de Juana Barraza se logro a partir de diversas entrevistas llevadas a cabo por Feggy Ostrosky Solís, realizadas en el centro de reclusión. A continuación se presentan los datos de vida de mayor relevancia: Juana es una mujer diestra de 48 años de edad y no cuenta con instrucción académica. Se encuentra encarcelada desde el 27 de enero de 2006, y esta inculpada de los delitos de homicidio calificado y robo agravado. Las autoridades le atribuyen la realización de al menos 10 asesinatos, además de un intento de homicidio en la ciudad de México.

Cabe decir que en su primera declaración ministerial, Juana Barraza había aceptado haber cometido tres de los crímenes que se le imputaban, palabras de las que luego se desdijo. Juana dice que su estado civil es casada pero que esta separada de su cónyuge desde hace 11 años. Es madre de cuatro hijos; José Enrique (quien falleció asesinado en 1998, cuando tenia 24 años); Erika Erandi, de 18 años (que actualmente esta casada y tiene tres hijos), José Marvin, de 13 años y Emma Ivonne, de 11 años (estos dos últimos dependientes de Juana hasta el momento de su detención).

Juana se dedicaba principalmente a trabajar como empleada domestica, en específico lavando y planchando ropa a destajo. Con anterioridad llego a practicar la lucha libre los fines de semana, lo que le permitiría ganar entre 300 y 500 pesos por función. Como luchadora era conocida como "la dama del silencio". Cuando cumplió los 43 años decidió dejar la arena, y se inicio como promotora de ese mismo espectáculo. Este dato es muy significativo ya que a partir de que abandona esta actividad, cuya naturaleza agresiva permite desfogar sentimientos violentos, parece ser que la furia y la frustración de Juana pierde su principal válvula de escape y comienza acumularse de manera negativa (tal y como lo manejan los instintivitas, se acumula energía y al no encontrar desfogué, esta sale in vacuo). Nació el 27 de diciembre de 1958 en Pachuca de Soto, estado de hidalgo. Su padre, Trinidad Barraza, abandono a su madre el mismo día en que ella nació y se llevo consigo a su hermano mayor, de quien jamás volvió a tener noticia. A los tres meses de edad, Juana se trasladó con su madre al distrito federal. Justa Samperio Paval, su madre, se dedico siempre a laborar como trabajadora domestica.

Por un tiempo, después de superar el abandono de su marido, estableció una relación de concubinato con el señor Gerardo Hernández Arellano, con quien tendría dos hijos, Juana se integro a este nuevo núcleo familiar. Sin embargo, no paso mucho tiempo antes de que la familia comenzara a ser disfuncional. La madre se había hecho adicta al alcohol y la situación económica en la que vivía era muy precaria. Juana recuerda que vivía enana casa rentada con el sueldo del padrastro. Pero era insuficiente: no contaba con muebles; dormían en el suelo y se tapaban con los costales que se utilizaban para almacenar el cemento. La niñez de Juana fue solitaria. No se le permitía la socialización con personas ajenas al núcleo familiar y tenía prohibido salir a la calle o asistir a la escuela, entre otras cosas, porque el padrastro consideraba que "las mujeres no necesitaban estudiar para ser amas de casa".

En cambio, su medio hermano cursó hasta el tercer grado de primaria. Juana no aprendería a escribir su nombre ni a contar del uno al cien hasta la edad adulta, gracias a la enseñanza de sus propios hijos. La ausencia de la madre y del padrastro era muy frecuente, por lo que durante su infancia y el principio de su adolescencia, Juana Barraza tuvo como responsabilidades obligatorias hacer la comida, estar a cargo del cuidado y crianza de sus dos medios hermanos menores y realizar las labores domésticas. Fue una niña que no tuvo juguetes ni amigos, y que diariamente era agredida por su madre tanto de forma física como verbal. Estas agresiones eran desconocidas por el padrastro, la única figura que aparece como protectora de Juana, ya que ella le ocultaba con mentiras las huellas que dejaban los golpes recibidos. Un día la madre de Juana se la llevo a beber con unos amigos y en completo estado de ebriedad, decidió regalarla a cambio de tres cervezas a un sujeto de nombre José Lugo.

En un principio, Juana recuerda que la situación le pareció irreal, sin embargo, al final de ese día, José Lugo no le permitió el regreso a su casa, asegurándole que no volvería a ver a su familia, ya que su madre se la había obsequiado. Aquella noche Juana fue golpeada, atada con cuerdas en las muñecas y violada. Como consecuencia quedó embarazada y durante los nueve meses de la gestación fue víctima de golpes y maltrato físico y emocional por parte del violador. Finalmente, dio a luz a su hijo José Enrique. No seria rescatada sino hasta unos meses después por los hermanos del padrastro (a quien ella consideraba sus tíos) y quienes la reintegrarían a su familia. La labor de búsqueda de Juana Barraza se había llevado a cabo a pesar de que el padrastro tenía como cierta la versión de la madre de que había sido Juana quien voluntariamente decidió irse con José Lugo.

Cuando el padrastro se enteró de lo que realmente había sucedido, arremetió violentamente contra su madre. Era la primera vez que el padrastro agredía físicamente a su mujer. Sería también él quien apoyaría a Juana en la educación y la crianza de su hijo e incluso le enseñaría lo básico en relación con los cuidados infantiles. Cuando tenía 18 años, su madre falleció a causa de cirrosis hepática. Ante este acontecimiento Juana declaró no haber experimentado ningún tipo de sentimiento que no fuera el rencor y el odio. En cambio, cuando cumplió 30 años, el padrastro falleció por complicaciones en el corazón; este acontecimiento fue muy dramático para ella y declaró haber tenido entonces un sentimiento de desprotección y abandono.

A partir de aquel día se produjo cierto alejamiento de sus medios hermanos. Aunque solía recibir visitas de su media hermana. La relación con su medio hermano se había hecho muy distante debido a que éste había abandonado a su mujer e hijos para irse con otra mujer (repitiendo así el patrón de su progenitor, lo que en criminología es un ciclo ó modus operandi circular), una situación que ella consideraba imperdonable. En 1981, a la edad de 23 años, Juana contrajo matrimonio civil con Miguel Ángel Barrios García, con quien procreó una hija. Al principio, su marido era un "hombre bueno y considerado", pero la relación se complicó cuando él dejó ver su lado violento. Juana se alejaría de esta pareja para iniciar una nueva relación tres años después con un hombre llamado Félix Juárez Ramírez. En esta relación tuvo dos hijos más. Al igual que lo sucedido en su primer matrimonio, la relación fue buena durante los primeros años; sin embargo, tuvo un final similar ya que su pareja comenzó a ejercer violencia contra ella y sus hijos.

A partir de ese momento decidió separarse y vivir de manera independiente en compañía de sus dos hijos menores. A su hija mayor la frecuentaba de manera regular. En 1998 su primer hijo, José Enrique, fue asesinado durante una riña callejera cuando tenía 24 años. Esta muerte es recordada por Juana como "el momento más triste de su vida".

Después comenzó a intercalar su trabajo como empleada doméstica con el comercio informal. Su actividad complementaria consistió en practicar la lucha libre, ya que sus ingresos por los dos anteriores empleos no cubrían sus necesidades. Juana es una mujer católica y devota de la Santa Muerte, a quién adora con un pequeño altar. (Personalidad con pensamiento mágico religioso, Hasta el momento de su detención no presentaba antecedentes penales y era considerada por sus vecinos una mujer reservada pero que no levantaba la mínima sospecha de llevar a cabo una actividad criminal, como muchos de los criminales). Frecuentemente se asume que el asesinato en serie es una manifestación de personalidad antisocial.

Los rasgos característicos del trastorno antisocial son comportamientos impulsivos, ausencia de responsabilidades personales y sociales, déficits en la solución de problemas, y carencia de sentimientos empáticos y de culpabilidad hacia las víctimas. Como consecuencia de todo ello, estas personas suelen carecer del más mínimo equipamiento cognitiva y afectivo necesario para poder asumir los valores y las normas morales que son aceptadas socialmente, argumenta Feggy Ostrosky. A la fecha se han consignado en contra de ella 15 expedientes por homicidio y 12 por robo. A pesar de que el día en que la detuvieron confesó y describió tres de los crímenes, durante su juicio sólo aceptó haber cometido el último asesinato, tras el cual fue arrestada.

Probablemente, el primer asesinato de la "Mataviejitas" fue cometido el 17 de noviembre del año 2003. A la fecha, las autoridades y la prensa han hecho públicos estimados del total de víctimas de la presunta asesina, con cifras que van de 24 a 49 muertes. En al menos 10 de los casos se encontró evidencia dactilográfica que relaciona a Juana con estos crímenes. De acuerdo con los reportes judiciales, Juana solía observar detenidamente a sus víctimas potenciales mientras éstas realizaban sus compras. Sólo escogía a las ancianas que estaban solas. Se les acercaba de una manera amistosa para ganarse su confianza, hasta el punto en el que aceptaban que Juana entrara a sus casas. Juana mataba a sus victimas y se llevaba objetos de valor. En todos los casos, el estrangulamiento era el procedimiento para matarlas. Durante el periodo 2003-2006 otras siete ancianas fueron asesinadas en la ciudad de México, dentro de la misma área y con un procedimiento similar. Juana se describe como una victima del maltrato injustificado. Pero se trata de una mártir furiosa: castiga a otras personas por lo que ellas representan; culpa a los demás por sus acciones y así; su comportamiento asesino se ve justificado: el homicidio cometido por Juana es una venganza, es resultado de la ira que sentía hacia su madre por haberla humillado. Las ancianas aniquiladas por Juana son, en realidad, victimas inocentes que pagan por la conducta violenta de su madre (que en psicología se llama Introyección, el modus operandi en criminología es cíclico o circular, donde se repiten acontecimientos finalmente como pudimos observar muchos de estos homicidios se resolvieron gracias a la Criminalística en el lugar de los hechos, donde en el proceso de los lugares se encontraron huellas dactilares de Juana barraza, así como una descripción de testigos "retrato hablado").

Como pudimos observar a través de este trabajo el estudio de la escena criminal, requiere de un estudio profundo sobre ciencias diversas, ciencias cuyas ramas auxilian a la Criminalística y a la Criminología, estas ciencias van de la mano y bien utilizadas, siempre esclarecen el hecho criminal.

 

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Lic. Guillermo Cortes Hernández

Criminólogo, Criminalista y Técnico Pericial.

Fecha 22-12-09.

[1] Apuntes de la historia de la Criminalística en México, Martha Franco de Ambriz, Editorial Porrua, Págs. 22-24.

[2] Revista muy interesante numero 34, "Tras las huellas del Crimen", Jorge Alcalde, Alfredo López y Maricarmen López. Págs. 42-63.

[3] ídem

[4] www.asesinos-en-serie.com

[5] Revista muy interesante numero 34, "Tras las huellas del Crimen", Jorge Alcalde, Alfredo López y Mari carmen López. Págs. 42-63.

[6] J. Jesús Blancornelas, el Universal "PODER Y DESGRACIA."

[7] www.asesinos-en-serie.com

[8] www.asesinos-en-serie.com

[9] Mentes Asesinas, Dra. Feggy Ostrosky Solís, editorial Quo, Págs. 192-218.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente