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La ciencia contable (página 2)


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Así, el concepto de redes de teorías de Stegmuller es "otro refinamiento de las ideas de Kuhn, aunque en el fondo sea bastante más que eso. Su diferencia con el concepto de programa de investigación de Lákatos es que las redes de teorías son estructuras matemáticas que no asignan valores verdaderos, sino solamente preferencias basadas en objetivos específicos.

  • OBJETO Y FIN DE LA CIENCIA DE LA CONTABILIDAD.

Se entiende por objeto todo aquello que es materia de consideración o conocimiento por parte del sujeto.

Sin embargo, se conoce también por objeto el fin, en cuanto tal, de un acto del sujeto, lo que supone una intencionada referencia de éste respecto a las cosas y, asimismo, que las cosas pueden considerarse objetos en la medida que son el término de dicha intencionalidad.

Ahora bien, tradicionalmente viene considerándose que el acto del sujeto puede ser cognoscitivo, volutivo o emotivo. Desde la perspectiva cognoscitiva, en base a la escuela pedagógica-escolástica, en el concepto de objeto se distingue entre material y formal. El primero estará configurado por el ente al que se dirige el sujeto, mientras el segundo responde al punto de vista desde el cual se le considera.

Por otra parte, y en lo que se refiere al fin, pueden ser interpretados en función a dos concepciones diferentes: Una como término de la acción, y otra, en el sentido de intención, es decir, aquello por lo que el agente obra. Por tanto, mientras en la primera concepción prevalece la idea de efecto, en esta segunda lo hace el carácter causal.

En definitiva, podría asignarse a la Contabilidad, en un principio, el fin genérico de determinar la medida de la situación de la unidad económica y la evolución de la misma a través del tiempo como consecuencia de las posibles variaciones que en ella puedan producirse; aunque, además, junto a aquel, la Contabilidad cumple unos fines específicos simultáneamente con el genérico, dado que ésta posee un gran valor como instrumento al servicio de múltiples aplicaciones. Para alcanzar dichos fines específicos, hará utilización de las diferentes ramas que la componen, aplicando en cada caso la instrumentación contable necesaria en relación con la naturaleza de cada uno de ellos, y que se pueden resumir en económicos, financieros, administrativos, fiscales y jurídicos.

  • DEFINICIÓN DE LA CONTABILIDAD.

Es una ciencia que estudia las leyes del equilibrio patrimonial producido por los actos administrativos.

Igualmente, aparece formulada por Lluch Capdevilla (1951), entendiendo que es la "ciencia que deduce de la Teoría Económica y Jurídica el conjunto de principios que deben regular el requisito ordenado de las operaciones económicas ejecutadas en un patrimonio hacendal a fin de conocer, orientar y criticar una actuación económico-administrativa".

El profesor Calafell (1969) señala que es la "ciencia de naturaleza económica, cuyo objeto de estudio (objeto material), lo constituye la variada realidad económica no como realidad en sí, sino en su aspecto de conocimiento, tanto cualitativo como cuantitativo (objeto formal), mediante métodos apropiados, con el fin general de poner de relieve dicha realidad de la manera más exacta posible y de forma que nos muestre cuantos aspectos de la misma interesen".

"la Contabilidad pretende el conocimiento, interpretación y transmisión informativa de fenómenos circulatorios, generalmente económicos, compatibles con su metodología.

De ahí que precise un lenguaje propio y un sistema adecuado que permitan explicitar dicha información, para lo cual ha de desarrollar una serie de funciones: captación, medición valoración, representación, coordinación, agregación e interpretación, las cuales constituyen el fundamento de su método operativo, otorgando sustantividad científica a la Contabilidad.

  • DIVISIÓN GENERAL DE LA CIENCIA DE LA CONTABILIDAD

La división de la ciencia en general, o de cada una de sus puede concretarse en una adecuada comprensión de las diversas manifestaciones a las que resulta susceptible de aplicación, sobre todo si tenemos en cuenta la amplitud con la que se caracteriza toda ciencia.

El profesor Sacristán (1964) considera una serie de requisitos a cumplir por cualquier propósito de división, y que se concretan en "el todo que se divide, o clase dividida; las partes en que se divide, o clases dividentes; y el punto de vista según el cual se practica la división, al cual se llama `principio` o `fundamento` de la división". Y añade que las leyes a las que deberá ajustarse toda división deben ser:Desde el punto de vista la división, los `principio` o `fundamento` de la división". Y añade que las leyes a las que deberá ajustarse toda división deben ser:

1.- El fundamento de la división debe mantenerse constante durante toda la operación.

2.- La suma lógica de las subclases dividentes debe ser igual a la clase dividida.

3.- Las subclases dividentes deben excluirse mutuamente.

A pesar de lo anterior, parece oportuno reseñar que pueden ser muchos los criterios que pueden adoptarse a la hora de llevar a cabo la división de una determinada ciencia, y que además, esa división será el resultado o producto de una determinada época, es decir, producto del estado de conocimientos que en ese momento se posea sobre dicha ciencia. Como consecuencia de esto, en la elaboración de una determinada división estará presente que el cuerpo teórico que constituye una determinada disciplina científica se encuentra sometido a un incesante proceso de revisión y cambio, o como afirma el profesor Gonzalo Angulo (1983), "todo intento de clasificación de una disciplina científica ha de tomarse en relación al propósito que lo guía y a la finalidad que con él se pretende. No existe por tanto clasificaciones perfectas ni inmutables".

La división de la Contabilidad "no es sino consecuencia del intento de adquirir una comprensión amplia, en forma simultánea, de la total problemática de la que se ocupa, aun siendo conscientes de las dificultades y limitaciones que tal labor conlleva, la diversidad de clasificaciones que es posible adoptar en función de los fines perseguidos o de los criterios de división empleados y, en cualquier caso, reconociendo que el resultado final tendrá validez exclusiva en el contexto del estado actual de conocimientos, fruto de la observación de la práctica actual recogida en la literatura especializada¨

El profesor Calafell (1969), respecto a sus criterios clasificativos, distingue entre los de naturaleza filosófica, integrados por aquéllos tales como son:

1.- Finalidad de los conocimientos.

2.- Grado de aplicación de los conocimientos.

3.- Grado de análisis o síntesis contable,

Y los de naturaleza económica, entre los que se incluyen:

1.- Módulo de homogeneización empleado.

2.- Clase de unidad económica de que se trate.

Reflexiones sobre la contabilidad

Financiera y de Sociedades

1. LA CONTABILIDAD DE LA EMPRESA

Los profesores Schmalenbach y Schneider, bajo nuestro punto de vista, realizaron las primeras aportaciones de mayor entidad en este sentido. Consideramos que Eugen Schmalembach (1953) en su plan de cuentas, deja entrever, de una manera implícita, que en la empresa existen dos problemáticas distintas que no deben ser tratadas de igual forma. Contabilidad Financiera y Contabilidad de la Empresa, y señala que la función propia de la primera de ellas es la que incumbe a la financiación de la empresa y a las exigencias del Derecho Mercantil, de la autoridad administrativa en materia tributaria, asociaciones técnicas, etc., mientras que a la Contabilidad de la Empresa corresponde lo relativo a las condiciones internas de la explotación.

La denominada Contabilidad General, cuyo contenido venía a ser, aproximadamente, "una explicación más o menos científica de la Teoría de la Contabilidad, aplicada al empresario individual, sin consideración alguna en torno a la problemática interna de la circulación de valores", fue, en una primera época, objeto de la máxima atención por los tratadistas.

La Contabilidad de la empresa quedó configurada dentro de la Contabilidad Aplicada, según el referido esquema general de división, como Micro contabilidad de las unidades económicas de producción, identificándose, consiguientemente, con la Contabilidad Especulativa, que, en palabras del profesor Requena (1986), "vendría definida como la rama de la Micro contabilidad aplicada, que con respecto a una unidad microeconómica lucrativa o de producción, nos permite en todo momento el conocimiento cualitativo y cuantitativo de su realidad microeconómica, con el fin genérico de poner de relieve la situación de dicha micro unidad y su evolución en el tiempo". No obstante, corresponde a la Contabilidad de la Empresa, en cualquier caso, un contenido más amplio que el derivado estrictamente del subproceso metodológico inductivo, puesto que no sólo se ocupa de fenomenología inherente a la concepción, simbolización, medida, valoración, representación, coordinación y agregación de magnitudes, sino que también ha de atender al análisis e interpretación de la realidad sintetizada en los estados contables, lo que configura el subproceso deductivo, que se concreta en el denominado Análisis Contable.

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Proceso Metodológico Integral del profesor Calafell

2. CONTABILIDAD EXTERNA, FINANCIERA O COMERCIAL:

CONCEPTO Y CONTENIDO. ESPECIAL REFERENCIA A LA

CONTABILIDAD DE SOCIEDADES.

La base teórica sobre la que se sustenta la concepción dualista de la Contabilidad, es la delimitación establecida por Schneider (1960) al distinguir en su esquema de circulación de valores en la empresa entre ámbito externo y ámbito interno. Asimismo considera que el objeto de la Contabilidad comercial es "registrar diariamente los hechos económicos pertenecientes al ciclo administrativo; es decir, las operaciones de compra y venta, así como sus equivalencias en dinero".

La Contabilidad externa también se ha definido como "la parte de la Contabilidad dualista que se ocupa del estudio de todas las transacciones que la empresa realiza en relación con el mundo exterior, cuyo estudio lo efectúa de una manera analítica y continua, con el fin de llegar a su conocimiento más exacto posible y determinar el resultado de la empresa" (CALAFELL, 1970b). Por tanto, se añade a la definición de Schneider la importante labor de determinación del resultado.

El profesor Álvarez Melcón, define la Contabilidad Financiera como la "rama de la Contabilidad Microeconómica que analiza las transacciones de la empresa como unidad jurídico-económica frente a terceros, determina el resultado externo y cuantifica su situación patrimonial y financiera".

En definitiva, la Contabilidad externa se centra en las transacciones derivadas de las relaciones de la unidad económica de producción con el mundo externo. En este sentido, la relación de la empresa con su entorno viene conformada por una pluralidad de flujos o corrientes necesarios para alcanzar su objeto social, de cuya

Paralización se genera un conjunto de magnitudes fondos o stocks cuya concreción configura la estructura estática de la empresa en ese instante de tiempo, por lo que se diferencian entre:

  • unos de naturaleza económica, representativos de las prestaciones de bienes y servicios. Los flujos económicos vienen determinados por los actos de inversión y desinversión que dan lugar a las magnitudes compra y venta, en su consideración física, o gasto e ingreso, respectivamente, en su consideración monetaria. De la paralización de estas corrientes económicas se obtiene el stock de inversiones y desinversiones económicas.

  • otros de naturaleza financiera, los cuales hacen referencia a las entradas y salidas de tesorería, presentes y futuras. Los flujos financieros originan las magnitudes cobro y pago, expectativas de cobro y de pago. Estas pueden derivarse directamente del ciclo de explotación (clientes, proveedores, etc.) o bien no estar vinculadas de manera directa al referido ciclo, aunque sí de forma complementaria (capital social, deudas puras, etc.). De la paralización, estas corrientes financieras -a excepción de cobros y pagos- se deriva el stock de débitos y créditos.

  • HACIA UNA METODOLOGÍA DE LA CONTABILIDAD FINANCIERA.

Los objetivos por los cuales está en cumplimiento la empresa, procede a la combinación singular de medios económicos adecuadamente financiados.

Por tanto, el análisis contable de su estructura de balance, es un primer aspecto a estudiar, desglosando, de una parte, el origen de los recursos o fuentes de financiación y, de otra, la aplicación o inversión de aquéllos. Igualmente, es objeto de estudio, por la especial significación que comporta, el cálculo y la determinación contable del resultado, así como la descripción de aquellos estados contables más usuales que nos permiten un conocimiento explicitado de la realidad empresarial.

3.1. ANÁLISIS CONTABLE DE LA FINANCIACIÓN.

El equilibrio financiero de la empresa pasa por un adecuado conocimiento de la financiación de la empresa. La financiación de la empresa ha sido objeto tradicionalmente de múltiples clasificaciones, en virtud a diferentes criterios. De entre las mismas, cabe destacar las siguientes:

1. Según una visión legalista o patrimonialista:

– Exigible o fuentes de financiación ajenas.

– No exigible o fuentes de financiación propias.

2. Según la procedencia de los recursos:

-Financiación externa, si los recursos allegados proceden del mundo externo.

-Financiación interna o autofinanciación, si los recursos son fondos generados por la propia empresa.

3. Según la motivación financiera de la empresa:

-Financiación básica o permanente.

-Financiación a corto plazo.

Esta última clasificación, válida para un mejor conocimiento estático del equilibrio financiero, donde distinguimos, en la financiación básica, la propia y la ajena a largo plazo; asimismo denominaremos al resto de la financiación como ajena a corto plazo.

3.1.1. FINANCIACIÓN PROPIA

La estabilidad financiera de la empresa viene determinada en gran parte por la entidad de este tipo de financiación. Está formada por aquellos recursos financieros allegados a la empresa por distintos orígenes, y que ésta no está obligada a devolver. Para su adecuado estudio conviene proceder al análisis de las diferentes magnitudes que la conforman, siendo usual la distinción entre aportaciones externas y autofinanciación.

3.1.1.1. Aportaciones externas: financiación propia externa.

Las aportaciones capitalistas constituyen el canal más inmediato de financiación. En este sentido, es obvio incluir tanto la rúbrica contable "Capital Social" que hace referencia al capital suscrito, como las aportaciones efectuadas por los titulares de participaciones sociales de la correspondiente unidad económica para compensar pérdidas.

En primer lugar, es conveniente discernir, de acuerdo con el marco jurídico con que se revista la referida empresa, qué tipo de compromiso está adoptando los partícipes sociales, puesto que no es lo mismo acogernos a la forma jurídica de comerciante individual, a la de sociedades colectiva, comanditaria, imitada, anónima, etc.

Al sólo efecto de señalar algunos problemas que pueden surgir, y sin ánimo de ser exhaustivos, nos parece oportuno reseñar el concerniente a la dilución del valor de las acciones cuando se procede a la ampliación de capital. De ello deriva, tanto el mecanismo jurídico del derecho preferente de suscripción del accionista antiguo y del obligacionista poseedor de títulos convertibles, como la problemática inherente a la prima de emisión de acciones.

Por último, no quisiéramos concluir el presente epígrafe sin señalar la posibilidad de obtener recursos no exigibles de personas u organismos distintos a los partícipes sociales, tal es el caso de las subvenciones no reintegrables, así como la posible consideración como tales de los ingresos por intereses diferidos y de las diferencias positivas en moneda extranjera.

3.1.1.2. La Autofinanciación: financiación propia interna.

Se define como la capacidad que tiene una empresa de generar recursos financieros para garantizar tanto el mantenimiento de sus inversiones como para su potenciación. De ello se deriva el que se distinga por la doctrina dos tipos de autofinanciación: de mantenimiento y de enriquecimiento

3.1.1.2.1. La Autofinanciación de mantenimiento.

Hicks (1976) al señalar que para la determinación del resultado es preciso tener en consideración el mantenimiento de la eficiencia productiva de la empresa, criterio que viene recogido en el principio de prudencia valorativa.

En este sentido, conviene ahora poner de manifiesto la susceptibilidad de los activos a experimentar depreciación, bien de carácter reversible, o bien de naturaleza irreversible. Como es fácilmente comprensible, la contabilidad instrumenta mecanismos ad-hoc de representación del saneamiento de tales depreciaciones atendiendo al carácter de irreversibilidad o no de las mismas, o también en función de si hay o no que reponer el activo correspondiente, lo que no es obstáculo para señalar que la esencia del proceso de saneamiento de los activos depreciados sea común en todos ellos. Dicho proceso consiste, en línea general, en la retención de resultados por el importe de tales depreciaciones, presumiéndose que la liquidez que aquéllas potencialmente conllevan podrá sustituir en el activo erosionado el importe de la citada depreciación.

Las depreciaciones irreversibles apuntadas en segundo lugar, -las originadas en los activos ficticios-, dada la específica naturaleza de éstos, pueden tener contablemente un tratamiento distinto. Al ser un activo definitivamente depreciado desde el momento de su inversión-, con su saneamiento no se pretende la adquisición de otro de igual naturaleza, como se hace con los activos fijos reales, sino que lo que se persigue es recuperar exclusivamente su importe. Asimismo, salvo raras excepciones que puedan presentarse, es una rúbrica cuya repercusión no se hace con cargo a los costes del producto, en tanto en cuanto no es un factor productivo imprescindible para el proceso de producción de la empresa.

3.1.1.2.2. La Autofinanciación de enriquecimiento.

Su origen puede encontrarse en dos causas:

  • Beneficios obtenidos no repartidos.

  • La a floración de activos ocultos, y la actualización de activos infravalorados o de pasivos sobrevalorados.

Con respecto a la primera podemos afirmar que, constituye auténticamente enriquecimiento en la medida que inyecta liquidez a la unidad económica. La segunda no es más que una rectificación nominal de las cifras contables bien cuando el activo no está contabilizado o figura infravalorado, o bien cuando el pasivo aparece sobrevalorado. Si el activo está oculto, es decir, no aparece expresamente en el balance, se produce, obviamente, a efectos de la representación de la imagen fiel de la empresa, un auténtico enriquecimiento.

Sin embargo, es necesario no olvidar, y conviene precisar, por tanto, que la última vía de autofinanciación de enriquecimiento señalada, puede considerarse como no habitual, configurándose, por tanto, como núcleo esencial y ordinario de la autofinanciación de enriquecimiento la que proviene de la capitalización de los beneficios, es decir, de los beneficios no repartidos.

3.1.2. FINANCIACIÓN AJENA.

Seguidamente procede ocuparnos de la problemática que suscita la financiación ajena de la empresa, una vez realizado un breve repaso por la financiación propia.

Como ya se apuntó en páginas anteriores, seguimos el criterio de discriminar en ella entre financiación ajena a largo plazo y financiación ajena a corto plazo.

3.1.2.1. Financiación ajena a largo plazo.

Dos rasgos principales caracterizan fundamentalmente a los diferentes tipos de financiación a largo plazo a que puede acceder la empresa:

1. Conllevan normalmente un costo.

2. Implican su devolución en una fecha determinada (largo plazo).

Los componentes de esta importante rúbrica de financiación son diversos, de manera que cuanto mayor desarrollo económico caracterice al país donde opere la obstante, podemos clasificarla en los siguientes apartados:

  • Préstamos. Pueden ser definidos como aquel tipo de financiación que recoge fondos concretados en dinero que la empresa obtiene de otras unidades económicas, bien sean entidades financieras o particulares. El matiz a señalar es que la empresa negocia con una sola unidad para cada préstamo, el cual conlleva un coste financiero explícito calculado sobre el nominal del mismo.

  • Empréstitos. Esta modalidad de financiación, aún cuando supone también llegada de dinero desde el exterior, tiene la ventaja de hacer posible la obtención de cuantías elevadas con un coste financiero inferior al que hubiera soportado mediante la negociación con un sólo sujeto. La nota distintiva de este tipo de financiación consiste en que la empresa negocia con una pluralidad de sujetos, los cuales pueden suscribir, cada uno de ellos, uno o más títulos

  • Leasing o arrendamiento financiero. Esta es una operación mercantil en virtud de la cual el arrendador, cumpliendo lo pactado con el arrendatario, adquiere en nombre propio ciertos bienes cuyo uso cederá al arrendatario por un precio total convenido, fraccionado en cuotas, durante un período de tiempo determinado. El contrato deberá incluir una opción de compra a favor del usuario y podrá incluir también la posibilidad de prórroga. Expirado el plazo convenido el arrendatario podrá, alternativamente, ejercer la opción de compra por el precio residual pactado, prorrogar la relación contractual, o devolver el bien al arrendador

  • Otros fondos ajenos. No nos podemos olvidar de otras formas de financiación a largo plazo usuales, no tratadas en los anteriores apartados, de ahí que incluyamos tanto aquellas deudas ligadas a operaciones reales que tienen su origen en el suministro de bienes de inmovilizado -proveedores de inmovilizado a largo plazo-, como aquellas otras de naturaleza contingente y de acaecimiento probable que sirven como consecuencia de compromisos adquiridos o responsabilidades incurridas – provisiones para riesgos y gastos.

3.1.2.1. Financiación ajena a corto plazo.

Son recursos destinados normalmente a financiar el activo a corto plazo. Crédito de funcionamiento, exigible a corto plazo, o pasivo corriente, son otras denominaciones que recibe, y está integrada fundamentalmente por:

  • Créditos de provisión. Son aquellas obligaciones contraídas por la empresa con los suministradores de bienes y servicios relacionados directamente con el ciclo explotación

  • .Créditos bancarios. Suponen inmediatamente una inyección de liquidez en la empresa, y se suele distinguir en los mismos entre préstamos bancarios a corto plazo, de naturaleza y características similares a los de largo plazo pero referidos a un tiempo de vencimiento menor, y las llamadas líneas de crédito que constituye otro tipo de financiación del que puede beneficiarse la empresa, con la característica añadida de que la empresa no tiene necesidad de disponer en un solo acto de la totalidad de la misma, sino que puede hacer disposiciones parciales a medida de sus necesidades.

Además, los créditos de funcionamiento incluyen, asimismo, los créditos administrativos.

3.2. ANÁLISIS CONTABLE DE LA INVERSIÓN.

La inversión no es más que la materialización de las fuentes de financiaciones propias y ajenas. En otras palabras, el activo constituye una inmovilización de recursos financieros que es susceptible de clasificarse de diferentes formas, según el enfoque desde el que se contemple.

Así, en una primera discriminación del mismo, se suele distinguir entre activo fijo y activo circulante.

Para el profesor Rivero el activo Circulante son aquellos que permiten la realización de la actividad objeto de la misma (…). Los elementos del activo fijo son aquellos que están destinados a asegurar la vida de la empresa, su permanencia. Tienen como fin servir de forma duradera a la actividad de la empresa. Forman su aparato productivo. Dependen de decisiones a largo plazo".

Los activos a largo plazo son aquellas inmovilizaciones que permanecen en la empresa a lo largo de varios períodos, en tanto que calificamos como activo a corto plazo aquellas otras que se renuevan, habitualmente, varias veces en el período

.En otro orden de ideas y con independencia de las anteriores clasificaciones, podemos distinguir entre inversiones económicas y financieras:

I) Inversiones económicas. Están constituidas por el conjunto de bienes poseídos por la unidad económica.

II) Inversiones financieras. Incluyen el dinero, sus signos, valores que lo representan, y los derechos de cobro que la unidad tenga sobre terceros.

3.2.1. INVERSIONES A LARGO PLAZO.

Estas inversiones están formadas por elementos que permanecen en la empresa a lo largo de varios períodos productivos, por lo que también se les denomina activo fijo o inmovilizado. Algunas se van incorporando a los costes a través del proceso de amortización.

La denominación de Inmovilizado son aquellos "elementos del patrimonio destinados a servir de forma duradera en la actividad de la empresa. También se incluyen en este grupo los gastos de establecimiento y los gastos a distribuir en varios ejercicios".

Por su parte, el profesor Cañibano (1996) entiende que el inmovilizado es "el conjunto de bienes de naturaleza real o financiera cuya permanencia en el seno de la empresa va más allá de los límites de un ejercicio económico, constituyendo, por tanto, sus inversiones permanentes".

Los activos fijos de la empresa pueden clasificarse en dos grandes grupos: realizables y no realizables. "En el primer grupo incluiremos aquel activo fijo susceptible de realizarse bien a través de un normal proceso de formación de costes o bien a través de su enajenación directa mediante un acto de venta. En el segundo grupo -activo no realizable- incluimos el activo ficticio, es decir, todos aquellos quebrantos o desembolsos que fueron necesarios o se originaron en el funcionamiento de la empresa, pero que no tienen ningún valor de realización en el mercado; tampoco se incorporan a los costes en virtud de una depreciación funcional, física o económica".

Por lo que podemos discriminar dentro del activo a largo plazo entre:

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Figura: Clasificación del inmovilizado.

I) Inmovilizado material. Está integrado por elementos patrimoniales muebles e inmuebles que se utilizan en la actividad permanente y productiva de la empresa.

II) Inmovilizado inmaterial. Está constituido por activos de naturaleza intangible susceptible de valoración económica.

III) Inversiones financieras. Son los activos propiedad de la empresa incorporados a título valores u otros documentos mercantiles de aportaciones a título de capital-propiedad o capital-préstamo, en cualquiera de sus manifestaciones concretas.

IV) Los activos ficticios. Presentan como característica principal la nulidad de su valor de realización y, por tanto, no son susceptibles de enajenación a terceros. Cabe señalar, con independencia de lo anterior, otros aspectos, igualmente importantes, sobre dichas rúbricas de las que se ocupa la Contabilidad financiera: problemas de valoración, de depreciación, de amortización, entre otros, que constituyen permanente inquietud de la teoría contable.

3.2.2. INVERSIONES A CORTO PLAZO

Denominado a inversión a corto plazo, las magnitudes que puedan observarse la que estará permanentemente y otras no necesariamente tendrán que presentarse. Las primeras son las derivadas de la actividad empresarial; son las que explicitan de alguna forma el estar dando cumplimiento al objeto social de la empresa. Las segundas, que podemos tipificar como ajenas a la explotación, no surgen como consecuencia directa de la referida materialización del objeto social, sino que lo hacen por otras posibles razones.

Por tanto, una primera clasificación que puede hacerse, entre otras, en función de la habitualidad con la que suelen presentarse, es aquella que distingue entre:

I) Activos a corto plazo de la explotación.

II) Activos a corto plazo ajenos a la explotación.

Los activos a corto de la explotación, tienen como especial característica, en contraposición con los segundos, su carácter de habitualidad. Otra clasificación, es aquella que escinde tales rúbricas de corto plazo en:

I) Inversiones a corto plazo genuinamente financieras.

II) Inversiones a corto plazo financieras por operaciones propias de la gestión.

III) Inversiones a corto plazo económicas.

I) Inversiones a corto plazo genuinamente financieras. En este concepto nos referimos a aquellas inversiones genuinamente financieras -así hemos preferido denominarlas que surgen de la empresa sin tener relación directa con el objeto social de ésta, o lo que es lo mismo, no vinculadas directamente a su ciclo explotación.

II) Inversiones a corto plazo financieras por operaciones propias de la gestión. Con esta denominación tipificamos aquellas inversiones financieras que están vinculadas necesariamente a la explotación. Dentro de ellas cabo destacar los clientes, deudores y efectos a cobrar, de manera principal. Consecuentemente, las inversiones a corto plazo financieras por operaciones propias de la gestión están conformadas por la mayor parte de las rúbricas que configuran lo que se viene denominando como realizable cierto de la empresa.

III) Inversiones a corto plazo económicas. Estas inversiones están constituidas por aquellas rúbricas cuyo valor de realización no puede determinarse objetivamente, quedando concretadas en lo que se viene denominando realizable condicionado.

Las inversiones circulantes de carácter económico pueden clasificarse en (CALAFELL,) :

A). Aprovisionamientos

B) Gastos por naturaleza

C) Stocks.

A) Aprovisionamientos. Se concretan en primeras materias, materias auxiliares, envases, repuestos, etc.

B) Gastos por naturaleza. Son todos los demás aprovisionamientos en sentido amplio, cuyas cuentas no comportan su almacenamiento.

C) Stocks. Están representados por los productos elaborados y en curso que la empresa obtiene y puede almacenar.

3.3. LA DETERMINACIÓN DEL RESULTADO.

La cuantificación del resultado es uno de los principales objetivos perseguidos por la Contabilidad, puesto que la generación de utilidades o beneficios es una de las principales metas que se marca la empresa en el momento de su constitución.

Así, conviene señalar algunas precisiones, en este sentido, su carácter de magnitud relativa, en cuanto que no existe una unívoca forma de determinación contable. No obstante lo anterior, su definición como magnitud relativa se debe al haber tomado una de las acepciones posibles en torno a su conceptualización.

Es decir, cualesquiera que sean las personas ocupadas de ello, es idéntica. En este caso, nos estamos refiriendo al resultado total: aquel resultado que se obtiene cuando el período considerado es toda la vida de la empresa.

En este sentido "el resultado periódico o de ejercicio no puede ser en ningún caso la consecuencia automática de una mecánica operatoria contable.

Independientemente de lo expuesto anteriormente, pasamos a continuación a reflexionar sobre otro aspecto a considerar con respecto al resultado, cual es, el de su conceptuación según las distintas formas para su determinación.

Así, en la actualidad se pueden sintetizar en dos concepciones contables fundamentales las existentes para la determinación del resultado en la empresa:

1. Concepción clásica o estática.

2. Concepción dinámica.

1. Concepción clásica o estática del resultado. Descansa en la consideración patrimonialista de la empresa, lo que condiciona la estructuración racional de los resultados como instrumento de medición de la eficacia de la unidad económica. No es difícil encontrar definiciones del resultado que aboguen por ésta, como aquella que entiende que es "el importe monetario correspondiente al aumento o disminución netos experimentados por el patrimonio de una entidad en un período determinado, distintos

2. Concepción dinámica del resultado. El origen de la misma se debe al profesor Schmalenbach, quien la inicia en 1908 mediante la publicación de artículos que, con posterioridad, condensa en su conocida obra Balance Dinámico, de manera que la práctica contable actual está apoyada básicamente en los principios contables allí desarrollados.

4. OBJETIVOS

Tratamos de responder a dos cuestiones que determinarán nuestra planificación a largo plazo: ¿Para qué enseñar? y ¿Qué enseñar? Evidentemente estas preguntas tienen su correspondencia en el individuo, que se preguntará ¿Para qué aprender? y ¿Qué aprender?. Por tanto, nuestra primera búsqueda debe ser la determinación de los objetivos y del contenido a desarrollar.

Quesada Sánchez reconoce que el "objetivo general didáctico de la contabilidad es el de hacer comprender al individuo el papel que el tratamiento de la información, usando el conjunto de técnicas elaboradas a partir de la ciencia contable, tiene en cualquier entidad económica, de manera que puede elaborar y, en su caso, interpretar dicha información con el auxilio de sus conocimientos específicamente contables y con los objetivos del resto de las materias,

Martínez Churiaque la educación contable tiene múltiples objetivos, en su opinión: "en unos casos alcanza su objetivo cuando los futuros expertos económicos llegan a comprender el sistema contable como modelo de explicación de las relaciones de inversión y financiación, de las variaciones de riqueza, etc., que ellos necesitan conocer tanto por su condición de potenciales usuarios como por razones de formación (…) En otras ocasiones su meta es brindar parte esencial del bagaje cultural profesional del directivo empresarial; y por último también tiene que formar al experto que, en el seno de la compañía o desde el exterior, se encarga de establecer y mejorar el sistema de elaboración de información financiera cuyos datos tienen que hacerse públicos o emplearse en la gestión del negocio"

Desde nuestro punto de vista, e inspirándonos en las líneas anteriores, la Contabilidad Financiera y de Sociedades debe cumplir el siguiente objetivo general:

Capacitar al individuo a comprender y valorar la función que la información financiera tiene para cualquier empresa y para los usuarios externos, utilizando para ello el sistema contable como modelo de explicación de las relaciones de inversión y financiación, de la situación financiera y de los resultados de la empresa.

Este objetivo genérico se desdobla en los siguientes objetivos más operativos:

1º. Asimilar el objetivo perseguido por la contabilidad de conocer cualitativa y cuantitativamente la realidad económica de una determinada unidad económica con el fin de poner de relieve su situación y evolución en el tiempo. Todo ello a través de la comprensión del método contable, que analiza, valora y representa la citada realidad empresarial, ofreciendo a los posibles usuarios información económica financiera de la misma, que les será de evidente utilidad para la toma de decisiones.

2º. Entender la necesidad de la existencia de un modelo de información y control de la situación patrimonial de la unidad económica, aplicable a todo tipo de unidades con el fin de facilitar la comparabilidad entre las mismas, conocer las normas contables emitidas en España y la estructura y contenido del PGC.

3º. Conocer exhaustivamente el origen y variación de las fuentes de financiación propia en la empresa, así como saber cuáles son las características principales de los diferentes tipos de empresas.

4º. Conocer exhaustivamente el origen y variación de las fuentes de financiación ajena en la empresa.

5º. Conocer exhaustivamente el origen y variación de las inversiones en la empresa.

6º. Conocer y saber construir los estados contables que conforman las Cuentas

Anuales, así como los dos estados primordiales para determinar la situación financiera de la empresa: cuadro de financiación y estado de variación de tesorería (cash-flow).De igual forma, comprender la pérdida de significación y comparar que sufren los estados contables como consecuencia del cambio en los precios, así como conocer algunos de los métodos teóricos que pueden adoptarse para su solución.

7º. Conocer las relaciones de la empresa con la Hacienda Pública a través de las normas contables de obligado cumplimiento a efectos fiscales y sus repercusiones contables.

8º. Analizar fundamentalmente los problemas contables derivados de la liquidación y disolución, de los procesos de fusión, absorción y escisión que pueden afectar a las Sociedades Anónimas. Conocer el marco jurídico general que regula la suspensión de pagos y la quiebra, así como sus implicaciones contables.

9º. Conocer áreas muy específicas de la contabilidad financiera que están en alza, como el tratamiento contable de los derivados, que han sufrido un auge considerable en los últimos tiempos en cuanto a su utilización desde la empresa económica como verdaderos instrumentos comerciales para la gestión de sus precios, o el análisis, desde un enfoque contable, de entidades de naturaleza financiera, instituciones cada vez de mayor importancia en la vida económica de los países.

Bibliografía

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SCHMALENBACH, EUGEN (1963): Kostenrechnung und Preispolitik. Ed. Westdeustscher. Verlag- Köln und Opladen.

 

 

Autor:

Flores, Dehomar

Lameda Rocel

Vasquez, Yamilet

Enviado por:

PROFESOR:

MSc. Ing. Turmero Iván

Ingeniería Financiera

Puerto Ordaz, Enero de 2013

Partes: 1, 2
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