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La creación argumentativa del Ciberespacio (página 2)


Partes: 1, 2

Dos son los hitos fundamentales que auguraron lo que ahora llamamos hipertexto, una aplicación que se ha convertido en la piedra angular de una nueva forma de tratamiento del texto que favorece el intercambio y el procesado de información. Comúnmente aceptada por la crítica la primera de esas aportaciones es el trabajo de Vannevar Bush quien en 1945 intentaba aclarar cómo pensamos o as we may think. La respuesta es que el almacenamiento tradicional del conocimiento es demasiado limitado. Ceñirse a coordenadas temáticas, alfabéticas, espaciales o cronológicas implica no sólo una limitación sino también un ejercicio de un poder que decide lo que debe o no debe saberse o lo que permanece visible o invisible. Por el contrario

The human mind does not work that way. It operates by association. With one item in its grasp, it snaps instantly to the next that is suggested by the association of thoughts, in accordance with some intricate web of trails carried by the cells of the brain. It has other characteristics, of course; trails that are not frequently followed are prone to fade, items are not fully permanent, memory is transitory. Yet the speed of action, the intricacy of trails, the detail of mental pictures, is awe-inspiring beyond all else in nature. (BUSH, 1945: http://www.csi.uottawa.ca/~dduchier/misc/vbush/section6.html)

En este sentido Theodor Holme Nelson en 1965 propone el nombre de hipertexto a un texto que va mucho más allá, es una concentración de textos, un texto que remite a otros. Al parecer del autor la idea final con todas sus implicaciones no ha sido cumplida y queda todavía el llamado Proyecto Xanadú (http://www.xanadu.net/) reviviendo el lugar mágico de Coleridge pero recordando en exceso a la mansión desordenada y caótica que Orson Welles quiso para su Ciudadano Kane. La definición que propongo a continuación sobre el hipertexto constituye por sí misma un hipertexto y está tomada de una página que no por casualidad lleva el nombre de Laberinto Electrónico:

Hypertext is the presentation of information as a linked network of nodes which readers are free to navigate in a non-linear fashion. It allows for multiple authors, a blurring of the author and reader functions, extended works with diffuse boundaries, and multiple reading paths. The term "hypertext" was coined by Ted Nelson, who defined it in his self-published Literary Machines as "non-sequential writing" (0/2). (KEEP & MCLAUGHLIN & PARMAR, 1993-2001: http://www.iath.virginia.edu/elab/hfl0037.html)

Las reflexiones teóricas avanzaron de forma paralela a la investigación aplicada que desembocó en una red de ordenadores interconectados con fines en principio militares. La historia de esa pequeña red ha desbordado por ahora todo lo imaginable. En un trabajo memorable J. Hillis Miller mostró las diferencias entre el texto y el hipertexto trasladándolas a cambios globales en la recepción. Ilustró sus tesis comparando la lectura de la misma obra en formato tradicional y en formato electrónico. La "ética del hipertexto" abre el camino a la creación del significado frente a la recepción pasiva del texto tradicional, que impone su interpretación y autoridad, y anula la libertad de elección: The text makes a demand on me to read it. (MILLER, 1995: 38)

La pregunta es sí una recepción de naturaleza abierta da fiabilidad a los mensajes que recibe sobre todo si procede de personas formadas en la lectura entendiendo la lectura no ya como una forma de aprehender el conocimiento sino como una forma de estructurar y ordenar la realidad. El marco que elijo para aclarar estas y otras cuestiones es de naturaleza retórica por la atención preferente hacia el canal comunicativo y por su intento temprano por "ordenar" el discurso en medio del caos de la oralidad.

La retórica surge en el inicio de la civilización occidental. Analiza, sobre todo, la capacidad que tiene un individuo para convencer a otros. Se configura en una verdadera técnica – nacida de la observación – y ordena su esfuerzo para corregir y aumentar la capacidad humana de persuasión. Una de las primeras exigencias para que esto sea así es mantener la atención del que escucha y en este sentido presta una atención preferente al canal comunicativo (ALBALADEJO, 2001a). En una comunidad predominantemente oral la atención del receptor es fundamental. El discurso ha de llegar a la mente pero también a los oídos y a los ojos ocupando todo el espacio interior del público.

La retórica aspiró, desde su origen, a fijar las pautas de ordenación de un discurso en la difícil inmediatez oral atenta siempre a remediar las dificultades impuestas por el canal comunicativo En el siglo XX se ha procedido a una lenta pero poderosa recuperación de la retórica clásica. No se trata sólo de una confirmación de que pasados los siglos dijeron lo mismo o pensaron lo mismo que nosotros. Hombres fueron como nosotros, al fin y al cabo. Esa recuperación va más allá.

Si nosotros como civilización nos sentimos orgullosos de la tecnología bien puede decirse que en el pasado al que nos referimos se llegó a una verdadera tecnología de la palabra. A través de esta línea – en el fondo ininterrumpida como rhetorica recepta (ALBALADEJO, 1989: 14) – propongo analizar la eficacia persuasiva, con medios no contemplados por la retórica clásica, con alcance y repercusión desde luego inimaginables pero obedeciendo siempre a un impulso que nos permite reconocernos a través del tiempo, el intento de persuasión de un ser humano a otro y su éxito o su fracaso en ese empeño.

2.- La lectura sin libros. Los condicionantes del medio digital.

Hay una falsa analogía que se repite una y otra vez tanto en textos académicos como periodísticos. Me refiero a la idea de que la pantalla es un libro y el internauta un lector. El medio digital es muy distinto al propiciado por la lectura. Los ojos miran – no leen – a la pantalla y se encuentran con la confluencia de varios lenguajes (FERNÁNDEZ, 2002: http://www.um.es/tonosdigital/znum4/estudios/Ameliafernandez.htm)

Si el hipertexto al comienzo de la reflexión teórica y de la aplicación práctica era un texto de textos, desde los años noventa es un hipertexto multimedia que aúna lenguajes además de textos. En 2001 Susana Pajares Tosca ofreció una definición revisada del hipertexto y anotó como el texto de textos había pasado a ser texto de lenguajes o en sus palabras:

El hipertexto podría definirse como una forma de organizar información utilizando programas que admiten diferentes tipos de estructura (se puede ir más allá de la linealidad del libro) y pueden integrar lenguajes diferentes (palabra escrita, imágenes, audio, vídeo). (PAJARES TOSCA, 2001: http://jodi.ecs.soton.ac.uk/Articles/v01/i07/editorial/)

Las condiciones de conocimiento necesariamente cambian aunque el poder organizador de la información siga basado en la lectura y desde luego en el poder significativo de la palabra. Roland Barthes proponía en 1964 extender el análisis retórico a la publicidad y contemplaba para ello la necesaria expansión al terreno de la imagen, sabiendo que siempre debe existir el anclaje de la palabra: … el anclaje es un control, detenta una responsabilidad sobre el uso del mensaje frente a la potencia proyectiva de las imágenes. (BARTHES, 1964: 37).

Esto es así porque una imagen puede valer mil palabras, pero a efectos de significado o del significado para alguien, esto es tanto como no decir nada. El texto que esta usted leyendo en este momento es comprensible por cuanto compartimos el mismo código, el de las palabras cuyo significado se encuentra en el Diccionario. Si en lugar de esta forma de comunicarnos tuviera ante sí una colección de imágenes – sin palabras – la comunicación hubiera fallado.

Sin duda es un reto el de lograr del nuevo medio la mayor efectividad y es propio de un nuevo sistema la apropiación de lo ya conseguido por otro. En este sentido el contacto entre el diseño publicitario y el de las páginas web es evidente: limpieza de contenidos para allanar la comprensión, estructuración muy clara que permita "navegar" al internauta, búsqueda constante de una Imagen corporativa seria, fiable y transparente.

La página de un Banco, por ejemplo, mantiene la imagen corporativa y a través de tonos muy definidos subraya la limpieza que se proyecta a la propia gestión de la entidad, véase por ejemplo http://www.cajamadrid.es . Por el contrario la página de unos Grandes Almacenes es profusa en la información a través de imágenes en una verdadera sugerencia de abundancia de productos, sólo a modo de ejemplo posible, véase también http://www.elcorteingles.es/general/ .

Lo más preocupante, sin embargo, es la proximidad de las páginas web con el diseño de un libro. Los programas de diseño de páginas web seguramente han propiciado este efecto. Abrir una página web, no es abrir un libro y sin embargo el efecto y la intención son parecidas. Nos encontramos casi invariablemente con una presentación y un listado de "capítulos" o apartados.

Esa falacia de la que hablaba al principio opera en el propio diseño. Somos y seguimos siendo lectores. Cuando Vannevar Bush proponía una asociación de textos semejante a la asociación de ideas olvidaba la naturaleza lectora. Theodor H. Nelson clamaba por la ruptura de la linealidad del texto pero la imprenta no sólo trajo la posibilidad de un acceso inmediato al conocimiento, es quizá uno de los inventos que más profundamente ha cambiado al ser humano. El hipertexto revela sin duda el funcionamiento cerebral por asociación frente a la linealidad forzada de la escritura (LANDOW, 1992: 216), es la "lógica del enlace" (CALI, 2000: 398-399), pero estas afirmaciones en todo caso nos devuelven a una civilización ya conocida, la de la oralidad o en términos actuales el medio audiovisual.

Nos hemos formado en la lectura y nos hemos formado también en una forma de ordenar, conceptuar, el pensamiento o en otras palabras la lectura aumenta la capacidad de abstracción (ONG, 1982: 45). Los libros salidos de la imprenta mostraban textos uniformes lejos de la anarquía del manuscrito, favorecieron la lectura mental y no en voz alta (MANGUEL, 1995: 59-73). Y hubo algo más, liberaron a la civilización de la obligación de recordar, ordenaron su energía a crear nuevas obras en la seguridad de que lo escrito estaba ya almacenado y era lícito seguir adelante.

La lectura no es sólo forma de conocimiento es también dispensadora de autoridad y aquí opera una segunda falacia, la idea de que cuánta más información aparezca en una página web y cuánto más se asemeje ésta a un libro, mayor será el efecto sobre el receptor, mayor será el prestigio del creador. Y, sin embargo, la experiencia nos dice que esto no es así. El medio digital requiere de otras formas de presentar la información. Este texto que usted tiene delante es demasiado largo, probablemente se haya saltado algún que otro párrafo, y si no es así, o aun así se lo agradezco.

Es cierto que siempre cabe la posibilidad de imprimir la información excesiva, incluso se habla de ya de libro tradicional frente a libro electrónico. Ahora bien, el problema sigue siendo el mismo. La lectura y sobre todo el libro es un invento absolutamente natural, sólo necesita unos ojos que lo descifren, no son necesarios los intermediarios y en este caso la impresora lo es.

Uno de los primeros cambios que deben operar en Internet y de forma sistemática, además, es adaptar la información al nuevo medio o pensar en la persona que está al otro lado sabiendo que las condiciones de atención son muy distintas a las propiciadas por los libros y por la lectura. En esto llevan la delantera las páginas con fines publicitarios o propagandísticos y aun así es muy difícil encontrar el equilibrio entre la información y las condiciones del receptor de esa información.

No son ojos que leen sino ojos que prioritariamente miran y miran de forma apresurada y miran saltando de un texto a otro, de una página a otra en condiciones muy parecidas a las propiciadas por la oralidad. La retórica se ofreció desde el principio como una técnica capaz de "sujetar" la dispersión propia del que oye para convertirle en alguien que escucha porque sólo así podrá ser convencido. Es una forma de ordenar el pensamiento. Los medios audiovisuales nos devuelven al poder del sonido y de la imagen. Y hemos ido más allá del homo zapping para encontrarnos con el homo clicking (WILSON & HAMZAH & KHATTAB, 2003).

Frente al orden propuesto por la lectura, la realidad que arroja la pantalla de nuestros ordenadores es muy distinta. La incomodidad es evidente en la lectura de la pantalla, un problema agravado por la velocidad en la asociación de textos materializada en el hipertexto y que no es otra cosa que la asociación de ideas. Es muy difícil entre la maraña de información y de opinión elegir y quedarse. La argumentación – por estas razones – se transforma en un mensaje sencillo y efectivo con dos o tres ideas principales a la manera de los textos publicitarios. Quizá sea ésta una de las razones de la radicalización monotemática de muchas páginas de Internet. Más que argumentos lo que aparecen en ellas son confirmaciones de una determinada postura.

El diseño de páginas web como si efectivamente fueran páginas aumenta poderosamente la sensación de fatiga. Obligan al ojo a movimientos innecesarios y ajenos a la primera impresión recibida. En este sentido la publicidad basada en la imagen ha avanzado muchísimo hasta adaptarse con total naturalidad a los movimientos argumentativos del propio ojo:

La construcción de los anuncios obedece a una retórica visual en la que la segmentación y la especialización del mensaje articulan y subrayan los grandes ejes de la argumentación. (ADAM & BONHOMME, 1997: 93).

Frente a la lectura horizontal, de izquierda a derecha, de arriba abajo, está la lectura transversal, la que hace un verdadero barrido y estructura la información. Desde este punto de vista la parte izquierda es un … simple punto de partida del barrido, es una zona de sombra o de lectura mínima [frente a] la parte derecha, superficie activada [que] constituye la zona de atracción o de lectura máxima. (ADAM & BONHOMME, 1997: 94).

En las imágenes publicitarias el logotipo está en el margen inferior derecho, incluso hay diseños que a través de flechas, por ejemplo, fuerzan la mirada. Un primer paso para que las páginas web se alejen de la falacia del libro es el de adaptarse al poder de la imagen,

Este texto está siendo escrito con Word. Si miro a mi derecha me encuentro con la indicación de la hora y debería ser al revés. La información fundamental debería estar ahí, el Inicio y el Correo Electrónico, por ejemplo. Es un reto, desde luego, llegar a cambiar totalmente el diseño de los hipertextos en la idea de que ya son hipertextos multimedia. El lenguaje condiciona el mensaje. La dificultad mayor del nuevo medio, hubiera dicho la Retórica Clásica, es que dispersa la atención hasta el punto de anularla.

3.- Los libros sin libros. Los libros sin contexto. En busca de un lugar.

La Retórica ya sabía que "el medio es el mensaje" en gran medida. En el caso de Internet creo que es posible ir más allá y volvemos a encontrarnos con la naturaleza del propio medio. Inestable, frágil, instantáneo, volátil, virtual, son algunas de las palabras que intentan caracterizarlo.

Sabemos que no todo esto es cierto, pero también sabemos que podemos no volver a encontrar aquella página o que es posible que ya no tenga la información que un día nos encontramos en ella. Esta sensación de fugacidad de la información, totalmente ilusoria, nos lleva a desautorizar la propia información.

Un libro establece un principio y un final, táctil, material, físico (ONG, 1984: 2-3), es un producto material, en términos derridianos, un artefacto, que ocupa la atención especial de las nuevas tendencias que bajo la denominación materialist theory fijan en el libro el centro de la producción cultural (AYERS, 2002: 762-766). Hemos aprendido que "el saber se atesora en los libros" y que están guardados y custodiados en lugares destinados a este efecto. O en otras palabras, nos creemos lo que leemos cuando eso está escrito y podemos volver a leerlo.

Desde luego que es un tópico antiquísimo, casi atávico, procedente de la propia oralidad. Sólo debe ser conservado aquello que merezca serlo. Sabemos que esto no es así, sabemos que un incendio no devorará todas las bibliotecas de todo el mundo y nos dejará sin todos los libros. Aun así, el peso de la letra escrita, y sobre todo, de la letra escrita en su permanencia, pesa demasiado.

Los medios audiovisuales nos han acostumbrado a la fugacidad de lo contado, nadie en su sano juicio graba en su casa los informativos radiofónicos o televisivos para guardar memoria de ello, pero sabemos que alguien en las cadenas debe ocuparse de algo así. El problema de la información que aparece en Internet es que puede estar o no, o al menos eso creemos y esa inmaterialidad arroja una sombra de duda sobre lo allí contado, sólo cobrará fuerza y credibilidad si lo vemos escrito o dicho en alguna parte distinta, o en otras palabras, autorizado por alguien. La materialidad del libro es evidente, como la del informativo radiado o televisado, pensar que por que algo sea material es más creíble que por no serlo, es desde luego, vuelve a ser, otra falacia.

Una falacia que va más allá si consideramos la forma de captar el conocimiento. Alguien dice algo, es alguien el que se dirige a nosotros, ese alguien es el autor o autoridad. Nos creemos antes una noticia aparecida en un medio digital "serio" que en una weblog, por ejemplo, aunque la noticia sea la misma. Distinguimos una cosa de otra y vamos aprendiendo lentamente a liberarnos de la "geografía del conocimiento" que nos obliga a saber quién dijo qué, dónde y cuándo. Sin embargo lo cierto es que si alguien firma como "Anónimo" o nos encontramos con un blogger puede parecernos que la autoridad está restada porque desaparece el contexto en la creencia de que la página, el lugar, otorga de por sí autoridad a lo que se lee en ella (CRAWFORD, 2004: 43).

Aristóteles observó muy claramente en su Retórica que en la comunicación humana es preciso atender al menos a tres factores. Quien dice, qué dice y a quién se lo dice (ARISTÓTELES, 1356ª). El orador, el que dice, es por sí mismo una fuente de persuasión cuando, como observa Aristóteles, el mismo discurso pronunciado por dos oradores distintos puede ser acogido de formas muy diferentes. El problema en Internet va más allá. La autoridad que prestamos a lo escrito, dicho u oído, y convenientemente procesado y destacado de la realidad circundante es muy superior a lo que leemos en Internet. La inmaterialidad del texto llega también a la inmaterialidad de la voz que se expresa a través de él.

Creo que un factor coincidente – por oposición – es la sensación demasiado material del medio, es decir, cuando accedemos a la Red parece que nos encontramos ante un mundo completamente ajeno y autosuficiente, que se rige por sus propias reglas, definitivamente ajeno. Autopistas de la información, red de redes, navegación, internauta, bitácora, salas para chatear, ciberespacio, son demasiadas palabras que intentan expresar la solidez de un lugar en el fondo inmaterial.

Si en algún momento se creyó que estábamos en la nueva frontera y que ésta se colocaba más allá del espacio conocido (REYNOLDS, 1998: 27), lo cierto es que esa sensación de libertad queda reducida a un mundo claustrofóbico. Uno de los primeros efectos de este extraño mundo ajeno – o así podemos llegar a sentirlo – es que el exceso de información posible, deriva en la sospecha de que no se tiene la suficiente. O en otras palabras, si alguien busca algo en Internet y lo encuentra es posible que permanezca la inquietud de que puede haber algo más, mucho más, incluso.

Es cierto que Internet no deja de ser una herramienta, un instrumento. Es cierto también que el verdadero conocimiento radica en saber dónde buscar lo que se necesita o en saber que no se sabe nada. Ahora bien la credibilidad que ofrecen las páginas web debe ser contrarrestada por otras en un ejercicio incesante de navegación, el problema es que hay muchas otras, es más, no sabemos cuántas. Estamos sin duda ante una verdadera reordenación de acceso al conocimiento (SUSSMAN, 1999) y lo que el sistema tradicional percibe como caótico es sin duda la oportunidad de un acceso más libre y amplio a la información. Creo que existe una confusión de fondo que pasa por "creerse" la materialidad de Internet como un lugar donde se halla todo el conocimiento cuando en realidad es el internauta el que busca de entre todo el conocimiento no siendo todo. En la medida en que nos acerquemos a Internet como un lugar profundamente humano y no como un ciberespacio en el que somos navegantes desorientados podremos olvidar la sensación de caos sobre todo si la enfrentamos con la noción inconsciente que tenemos del saber tradicional.

El conocimiento tradicional es, en el fondo, un conocimiento jerárquico basado en un sistema de valoraciones que pasan por lo que es mejor o peor, lo que está abajo o lo que está arriba. Es un saber que almacena el conocimiento y que lo organiza. Es un saber profundamente material, de una solidez casi física. Establece escalas de conocimiento a través del sistema educativo, determina quien sabe más por lo que ha subido y llega a la conclusión equivocada de igualar el conocimiento, la autoridad y el lugar ocupado. Desde un sistema de esta naturaleza es lógico que el sistema de comunicación e información de Internet sea todavía infravalorado. Lo que no debería hacer el nuevo sistema es intentar obtener su valoración del anterior porque entonces se estará negando a sí mismo. Creo que esta validación pasa por una mala comprensión del canal que se asimila, sin más, a la lectura e incluso a la lectura sin libros.

El hipertexto no deja de ser una forma "textual" de organizar la información, ni mucho menos novedosa. En el fondo un libro es un hipertexto, con su bibliografía o enlaces, con sus notas a pie de página o textos relacionados. Lo que ha permitido el medio digital es el perfeccionamiento de este método. La ruptura "novedosa" de la secuencialidad del texto tradicional en el fondo es un espejismo porque el lector hace algo, leer y proponer un orden. Nuestro cerebro lentamente se acostumbra a la velocidad del proceso, sin embargo el medio digital parece ir más lento en el reconocimiento de su propia naturaleza, ajena a la materialidad y a la apariencia del libro. Y esto se revela con especial claridad cuando la interactividad propiciada por Internet adquiere su más pleno significado en las llamadas weblogs sobre todo en lo que atañe a la figura del "autor" en el sentido clásico de "autoridad". Si la lectura es distinta, si el lector no es lector, si no hay libros entendidos como almacenes perdurables, llegamos a la consecuencia de que hay autores que ya no son lo que creíamos.

4.- La lectura sin autor. Interactividad y weblogs. El ciberespacio y sus blogosferas.

El más absoluto avance en los últimos años es, desde luego, el de la interactividad. La red de redes no es sólo un lugar donde encontrar algo sino que se ha transformado en un lugar donde decir algo. Ha sido un procedimiento técnico, el de la llamada "sindicación" o RSS, el que ha proporcionado una manera fácil de publicar los propios textos. De las antiguas páginas personales hemos llegado a las weblogs o bitácoras, lo que se conoce como blogs. La definición todavía es inestable y abarca páginas de enlaces y páginas en línea sobre las más variadas cuestiones que añaden noticias o novedades por orden cronológico dejando espacio además para la opinión de los internautas (SMOLKIN, 2004: 38).

Es un fenómeno en expansión y que comenzó con más fuerza a ser reflejado por la prensa en el último año. Hubo dos razones principales. La primera es la aplicación de este sistema a la comunicación comercial y en segundo lugar el impacto de los blogs en la campaña presidencial de Estados Unidos (GIBBS, 2004) en lo que se ha llamado ya "el quinto poder".

Las webblogs o páginas personales constituyen sin duda un verdadero avance en la formación de opinión a través de Internet. Su propio nombre, log "bitácora", en castellano, nos indica cómo este fenómeno está profundamente arraigado en la naturaleza del medio. En un principio las weblogs eran verdaderos cuadernos de viaje, o páginas que proponían itinerarios de navegación en la red a través de enlaces. De ahí hemos pasado, además, a la publicación de opiniones personales que enlazan con otras o de diarios en los que se registra el día a día del internauta. Hasta qué punto son persuasivas esas opiniones, depende de nosotros o debería depender de nosotros.

Ahora bien, lo que me interesa resaltar de este nuevo fenómeno es por un lado la cristalización de la llamada "sinergia" entendida como corriente de opinión favorecida por la rapidez del medio digital. Pero esas opiniones van más allá al intentar ser reconocidas. Aplico en este caso el concepto de poliacroasis acuñado por Tomás Albaladejo:

La poliacroasis o audición, recepción e interpretación múltiple desempeña un papel decisivo en la transformación de la propuesta de realidad en realidad efectiva. Una de las formas de poliacroasis es la que se asienta sobre la distinción entre oyentes que deciden y oyentes que no deciden a propósito de los discursos. (ALBALADEJO, 2001b: http://www.um.es/tonosdigital/znum1/estudios/albada1.htm)

Esta recepción múltiple, imprevisible, en el caso de Internet explica muy bien la acuciante búsqueda de identidad – en el fondo de autoridad – emprendida por el movimiento blogger que se muestra ya como una corriente secundaria dentro de la Red. Las antiguas comunidades de Internet compartían itinerarios semejantes, se alojaron también en verdaderos lugares de encuentro en el ciberespacio hasta el punto de hablar de comunidades retóricas o comunidades en las que la interacción deviene en la construcción de un discurso común (ZAPPEN, James P. & GURAK, Laura J. & DOHENY-FARINA, St., 1997 y SUSSMAN, Gerald, 1999). El movimiento blogger nos muestra la interesante perspectiva de una comunidad que se está formando.

Aunque han transcurridos pocos años – en términos históricos – de la implantación de Internet en nuestras vidas, lo cierto es que el cambio ha sido extraordinariamente intenso. Lo que he intentado explicar en los apartados anteriores no deja de ser un registro de las interferencias entre el sistema tradicional de apropiación y validación del conocimiento con el nuevo medio. Estamos en el comienzo y todavía nos queda mucho por ver. Ahora bien, un fenómeno tan pujante y ya notable en Internet como el de las webblogs puede mostrarnos, si nos detenemos en él, la naturaleza del propio medio. O, en otras palabras, lo que está ocurriendo en este momento en la "blogosfera" muestra a escala reducida lo que a gran escala ha ocurrido y está ocurriendo en Internet.

Un sistema que se precie debe tener un antes y un después, una historia que marque el principio y una evolución. La idea de que algo existe porque ha pasado y ha pasado de una forma determinada es un espejismo consolador sin duda y profundamente falso. Los blogs establecen así un primer sistema de validación a través de una serie de hitos (ORIHUELA, 2004: http://www.ecuaderno.com/archives/000042.php) como los establecidos por la propia red a través de la noción teórica del hipertexto. La idea de que todavía estamos en el principio nos lo muestra la invariable repetición de los mismos tópicos, incluido el principio de este trabajo en el que se hace la ya obligada referencia a los trabajos pioneros de Vannevar Bush y de Theodor H. Nelson.

Es posible imaginar que en un futuro nada estará tan claro, nada será tan sólido y eso sólo es posible si el sistema está lo suficientemente afincado ya que cuestionar su origen, en este momento inicial, es tanto como cuestionar su propia validez.

La solidez también puede adquirirse estableciendo un lugar, debe estar en alguna parte o debe poseer una entidad física que evite el aislamiento o el temido caos. Internet se ha diferenciado primero a través del lenguaje ofreciéndose como un lugar que parece existir realmente. Planteaba que autopistas de la información, navegación o internauta son indicios de una voluntad por ofrecerse como un lugar ajeno, material y físico. El sistema de búsqueda establece su propia jerarquía, señala el camino siendo sólo cómo es un mecanismo organizativo. Pero el buscador busca en lugares, establece la navegación del Internauta. Se nos ofrece como una biblioteca con un bibliotecario – buscador – especialmente capaz y competente que al final filtra la ingente información.

La idea de lugar es, en estos momentos, un condicionante importantísimo en la instauración propia de las weblogs. En realidad es un verdadero mecanismo de "autentificación". El término blogosfera, como un universo aparte, está ya expandido. Es un universo aparte en el interior de un universo. En realidad se basa en la palabra "biosfera" entendida como el conjunto de los medios donde se desarrollan los seres vivos y en una segunda acepción como el conjunto de los seres vivos que habitan la tierra. En este traslado de palabras, los seres vivos son los propios blogs interactuando y la tierra el ciberespacio, del globo terráqueo pasamos al blog en un juego de palabras. La voluntad de ubicación es de tal naturaleza que puede encontrarse organizado en mapas (http://www.acepilots.com/mt/mt-static/comblog.html) – incluidos planos de metro (http://mouche.joueb.com/news/540.shtml) – que ofrecen una organización física de los blogs individuales. Es más, incluso existen "cementerios de blogs" http://cemiteriodosblogs.zip.net/. Es la voluntad de un sistema que se quiere alternativo y para esto es imprescindible además establecer claramente las fronteras.

Estamos hablando, no conviene olvidarlo, de páginas personales ajenas a empresas, negocios o instituciones. La pregunta es sí puede hallarse una identidad colectiva para una confluencia por naturaleza heterogénea. Los primeros testimonios teóricos reconocidos que hablan de Internet ofrecen el nuevo medio como una verdadera alternativa que consiste en romper la secuencia lineal del texto. Es el reflejo de cómo pensamos, es un medio anárquico ajeno al rigor y a la esclavitud impuesta por el sistema tradicional. Es el precio para existir; no ser lo que el otro ya es.

Hemos visto algunas de las interferencias del sistema de conocimiento propuesto por la Red frente al sistema anterior de conocimiento tradicional. La interferencia principal consiste en apoyarse en los condicionantes propios de la lectura hasta el extremo de que más que universo de navegación, Internet puede considerarse como una biblioteca, ciertamente infinita, ciertamente inabarcable, pero ciertamente una Biblioteca con un sistema de buscadores que facilita el acceso o que lo jerarquiza. El principal signo de que Internet no ha conseguido afianzarse como sistema de conocimiento alternativo es que seguimos dando más validez a lo publicado en otros medios.

Los blogs repiten el mecanismo inicial atacando el punto central de validación, no otro que el de los buscadores de la misma manera que se erige el hipertexto contra el texto tradicional. De hecho, y desde su origen, los blogs se muestran como verdaderas bitácoras, como verdaderos cuadernos de viaje que permiten recorridos alternativos y marginales, o en las fronteras del propio sistema. Es más han reproducido – por otra parte en buena lógica – los principales rasgos de la propia Red como afirma un blogger:

No deja de sorprenderme la repercusión social que están teniendo los Blogs y la euforia que existe alrededor de RSS, OPML y demás. Especialmente cuando veo los paralelismos existentes hace 12 años cuando empecé mis andaduras en Internet. Aunque la historia se repite y se mejora (de tener simples páginas de texto ahora tenemos contenido, web semántica) la tecnología está evolucionando en los mismos pasos que lo realizó a principios de los 90: Contenido HTML (RSS), enlaces HTML (OPML), directorios (Blogalia), gophers (Bloglines), buscadores (Feedster) … Demasiados paralelismos que quizás podrían ayudarnos a predecir y adelantarnos a las futuras tecnologías que crecen de forma anárquica. (publicado por Horaci el 01/10/2004 http://horaci.blogs.com/entropia/2004/01/rss_la_historia.html)

Cuando un sistema está en la periferia y desea independizarse se hace "visible" para el centro (EVEN ZOHAR, 2004: 44) pero esto desata una verdadera duda teórica. Se supone que el centro es visible, demasiado visible, tiene ya su historia, su lugar y su presencia asegurada. Es la autoridad. Por oposición el sistema "aspirante" rechaza la autoridad pero como periferia la única oportunidad que tiene es la de hacerse visible para el centro. El afán por la "visibilidad" o la popularidad o el que se sepa lo que uno está diciendo y que uno existe, además, se refleja ya en múltiples páginas y opiniones. Es una ilustración de ese temor ante el crecimiento anárquico al que se refiere la cita anterior.

En primer lugar ha ocupado ya un debate teórico que puede resumirse en la siguiente frase: "Si nos presentamos y somos un sistema alternativo al autorizado, en este caso Internet, sólo nuestra peculiaridad y nuestro valor podrá salvarse si seguimos siendo marginales". Es lo que respira en las respuestas que pueden hallarse en el blog que lleva por título inequívoco The Unified Blog Theory (http://tubt.rediffblogs.com/) en un intento por unir las propias fuerzas.

Pero por otro lado y en segundo lugar se estimula la visibilidad reseñando aquellos hechos en los que la opinión desatada por los blogs crea una sinergia que obliga a reconocerlos. Me refiero, por ejemplo, al polémico anuncio publicitario del periódico El País en el que salían fotografiadas las Torres Gemelas el 11 y el 12 de septiembre con el ambiguo – para algunos – pie de foto Un día da para mucho. Las weblogs reseñan invariablemente como un triunfo – y se atribuyen – la fulgurante rectificación del periódico por la rápida propagación de la polémica (ORIHUELA, 2004: http://www.ecuaderno.com/archives/000402.php). La conclusión teórica es que se han hecho visibles y han entrado en el sistema oficial hasta cambiarlo.

En tercer lugar llega la constatación definitiva de que el centro ha reconocido a la periferia, esto es tanto como decir que ha reconocido su poder, pero también que ha decidido asimilarla. Es sólo una anécdota pero lo cierto es que en la Convención Demócrata de Boston algunos de los bloggers más conocidos fueron invitados (LEE, 2004) dotando así de oficialidad y de autoridad a los que se deseaban al margen del sistema oficial.

Y en cuarto lugar, y lo que es más importante, los propios buscadores han ofrecido una forma de crear blogs como Google, con su propia página y firmada por "a Googler" http://www.google.com/googleblog/2004/07/warning-we-brake-for-number-theory.html). Esta lenta asimilación en la gran Red de Redes ofrece ya varios síntomas inequívocos. Lo que en principio habían sido y son aportaciones individuales libres y desorganizadas o un verdadero movimiento anárquico se va organizando ya siguiendo dos movimientos básicos, el de la validación y el de la regulación.

El de la validación establece que hay unas weblogs mejores que otras hasta establecer un verdadero canon. Solo la idea de que exista una posible jerarquía da muestra de valor y credibilidad, al menos aparentemente. El segundo de los movimientos establece una regulación, de lo que ha de ser y no ha de ser, algo que teniendo en cuenta la naturaleza de los blogs es una tarea imposible y desde luego negar su verdadera naturaleza, la de la contribución individual.

Estamos en los primeros momentos pero no deja de sorprender la publicación de un manifiesto que intenta regular la forma y contenido de los blogs individuales. Lleva por título Manifiesto ARS sobre weblogs, bitácoras o dietarios en Internet y en él puede leerse, por ejemplo:

No empezaremos con frases como:

· Hoy, yendo por la calle..

· Hoy estoy deprimido / contento / …

· Hoy he ido

· 7.00 horas. Lo cierto es que no tengo ganas de levantarme (http://www.geocities.com/manifiestoars/manifiesto.htm)

El manifiesto es un análisis sagaz e irónico como puede verse. Ahora bien, lo más significativo es que la carga irónica paso desapercibida para muchos bloggers (http://www.geocities.com/manifiestoars/hablan.htm) que se tomaron en serio en primer lugar si podía regularse su propia actividad y en segundo lugar cuáles deberían ser entonces las reglas. Esto puede interpretarse como un síntoma de que es necesaria una identidad y esta identidad recoge lo que sé es tanto como lo que se debería ser.

Pero la ironía del manifiesto nos revela algo que creo es mucho más interesante. La parodia es el envés de algo demasiado conocido. Cervantes pudo parodiar los libros de caballería porque el público los conocía lo suficiente para saber que a cada regla, a cada personaje o episodio serio le corresponde su sombra humorística. La parodia es así la mayor prueba de la consolidación de un género. Lo que los autores del Manifiesto hicieron fue detectar las características básicas de la blogosfera aunque sólo fuera para parodiarlas pero han "autorizado" así que la blogosfera existe y es visible.

Creo que el objetivo final de esta necesidad de identidad y de ubicación, de quiénes somos y dónde estamos, persigue un objetivo final que es el de dar validez, autoridad a la propia opinión y a la voluntad de que sea opinión sea autorizada y sirva para algo. Es una valoración de la autoridad por el contexto no tanto por la validez o no de las ideas expresadas.

De nuevo hay una interferencia entre el sistema tradicional y el nuevo sistema, entre la organización, regulación y validación de la sociedad de conocimiento tradicional frente a los cambios inherentes a esta nueva sociedad propiciada por Internet, el ciberespacio, y sus blogossferas. Alguien dice algo a alguien, utilizando un canal determinado que influye en cómo ese alguien dice ese algo a ese alguien, sea quien sea. No es necesario crear un espacio alternativo con sus propias reglas en paralelo, a no ser que se desee que el nuevo espacio sea de una materialidad tan evidente que pueda vivir por sí solo, algo que en principio, sólo en principio, parece imposible.

CONCLUSIONES

1.- El medio digital no ha reconocido todavía las peculiaridades de su canal comunicativo apropiándose del canal tradicional basado en la lectura y en la validación de las opiniones a través de la autoridad individual. La principal falacia es que el internauta, pantalla, página web y texto tradicional equivalen respectivamente a lector, página, libro e hipertexto.

2.- La voluntad por erigirse en un lugar con todas sus consecuencias demuestra la necesidad de establecer unas fronteras para erigirse en un sistema alternativo que no obstante basa su propia identidad y su validación en el sistema tradicional. La creación de un lugar en apariencia material constituye así la propuesta más clara de dotar de autoridad a lo expresado a través del contexto es decir del lugar preciso en el que puede enmarcarse la comunicación.

3.- La irrupción de las llamadas "webblogs" o "bitácoras en la red", páginas personales, muestra por un lado la interactividad en rápidos medios de comunicación entre internautas y por otra parte ilustra a escala reducida las principales inquietudes e interferencias con el sistema tradicional que el propio ciberespacio experimenta.

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Amelia Fernández Rodríguez

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