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Las primeras ideas filosóficas en Cuba, necesidad de su conocimiento para el futuro ingeniero (página 2)


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De ahí que "ingeniero" nombre al que fabrica, diseña o inventa; que el ingeniero sea un inventor (siglo XVI). Que, históricamente, en un primer momento se aplique al que diseña o construye maquinaria militar y, a partir del siglo XVIII, también al que diseña o construye obras de utilidad pública, para después hacerse común a las diversas especializaciones.

En general, "ingeniero" está asociado con "máquina" que, según el origen latino "machina" designa un artefacto fabricado con arte. El verbo "machinor" quiere decir combinar, ejecutar, imaginar. Como apunta el diccionario Gaffiot, de alguna manera "machina" podría referirse a una cosa ingeniosa (sic). Por lo tanto, la asociación se establece con la quinta acepción de "ingenium".

Esto queda muy a la vista en inglés, idioma en que se habla de engineer (ingeniero) y engine (máquina), siendo la data de engineering (el arte de construir empleando el arte de un inventor) el año 1681 según el diccionario Oxford. Claro que también machine (máquina) es una palabra usual en inglés, pero si bien las afinidades con "ingenium" las entretejen, hay un matiz indiscutible porque "máquina" da "maquinar" y aquÍ, dejando en suspenso las connotaciones filosóficas y literarias, nos encontramos con una veta política que atraviesa el término.

El pensamiento filosófico cubano y latinoamericano

Las dos primeras generaciones que sobrevienen con el siglo XX en Cuba, se entregan preferentemente al cultivo de la literatura (teatro, novela, crítica), la historia, la abogacía, la política. No es posible dar cuenta de una sola gran figura intelectual realmente preocupada por la filosofía, de modo que ésta solo se manifiesta en la simple actividad rutinaria de la docencia universitaria, por lo regular confiada a gentes que la enseñaban como un quehacer menor entre otras diversas y más importantes actividades. Así se explica por que en Cuba la producción filosófica en las primeras dos décadas del siglo ascendía apenas a una docena de trabajos, entre los que cabe consignar: La caracterización del orden social (1900) de [100] Lorenzo Erbiti; Posibilidad de la aplicación de los métodos experimentales a la investigación psicológica (1900) de Mateo Fiol; El padre Varela: Contribución a la historia de la filosofía en Cuba (1906) de Sergio Cuevas Zequeira; Gradualidad de la conciencia (1907) de Homero Serís de la Torre; El socialismo en Europa y América (1909) de José González Vélez; El problema de la memoria (1914) de Lorenzo Beltrán Moreno; Relación de la moral y las religiones (1914) de Luis A. Baralt: William James y el pragmatismo (1914) de Sergio Cuevas Zequeira; El naturalismo en la filosofía contemporánea (1916) de Salvador Massip; Psicología de Rocinante (1916) de José A. González Lanuza; El doctor Enrique José Varona (1917) de Sergio Cuevas Zequeira; La felicidad como fundamento de la moral (1917) de Salvador Salazar Roig; El estoicismo (1920) de Aurelio Boza Masvidal.

En Cuba, el cultivo de un pensamiento filosófico tiene sus antecedentes históricos de gran originalidad; porque sin ser un fruto directo de la fuerza coactiva de los descubrimientos científicos en nuestro suelo, fue capaz de seguir de cerca su desarrollo fuera de las fronteras, fundamentalmente en Europa, y asumirlo de forma materialista científico-natural a través de la introducción de las ciencias experimentales exigida por el desarrollo de la industria azucarera en Cuba.

Al primero que se le escucha anunciar las ciencias experimentales en Cuba fue al Padre José A. Caballero.

El fue, – según Roberto Agramonte -, sin apartarse un ápice de su propio credo y dogma de presbítero (?) el pregonero en Cuba de la nueva idea racionalista y experimental, consignada a nuestra sociedad in statu nascenti en el preciso momento en que comenzaba a operarse, con el inicio del siglo, la revolución tecnológica, y con ella el nacimiento en Cuba- aunque en forma muy tenue ? del hombre fáustico, dominador de la naturaleza, representado por esa notable generación cubana de a Sociedad Patriótica. Este noble presbítero es indubitablemente nuestro primer conducidor espiritual.

Al estudiar minuciosamente las concepciones de estos pensadores cubanos, se puede descubrir una línea constante en sus pensamientos sobresale el llamado enérgico a hacer ciencia para la patria, hecho que nos hace pensar en la presencia de un paradigma valorativo en el pensamiento filosófico-social en Cuba, como una manifestación de la ética del científico, que saldando el tiempo ha llegado hasta nuestros días. Se trata de un paradigma sui generis, vinculado a una profunda educación ideo-política, impregnada desde el nacimiento de la nacionalidad cubana.

El aferramiento del pensamiento cubano a la unidad de la ciencia y el patriotismo demostró que el juego de la verdad y el error no se da únicamente en la verificación empírica y la coherencia lógica de las teorías; se da también y de forma determinante, en la zona invisible de los paradigmas.

Los conceptos de Ciencia y Patria, desde el punto de vista ideológico, han perneado la vida y obra de los pensadores en una unidad dialéctica, presuponiéndose y excluyéndose mutuamente en la Historia de la Ciencia en Cuba, reflejándose en la relación que se establece entre la ciencia y las convicciones y conducta llevada a cabo por el científico como receptor y productor de conocimientos con miras a resolver las necesidades sociales.

Revisando las obras de ilustres cubanos como Varela, Luz y Caballero, Varona, Martí, Baliños, Raúl Roa, Blas Roca, Juan Marinello, Medardo Vitier, Alejo Carpentier, entre otros, observamos que a pesar de ser los máximos exponentes del pensamiento científico y social en su época y, pudiendo poseer y disfrutar muchos lauros en el extranjero, siempre contaron con filtro ideológico para captar lo mejor de la cultura mundial con el objetivo de ilustrar y desarrollar el hombre que la patria necesitaba.

Socialmente, los científicos revolucionarios en Cuba se sitúan como elemento mediador entre su ciencia y la patria, tomando el método electivo del Padre Caballero, como forma primaria y espontánea de escoger, de resumir y consolidar, desde el punto lógico los conocimientos, ascendiendo de forma natural, a través de la solidez de los conocimientos adquiridos con la experimentación vareliana, hasta una dialéctica espontánea, aún más profunda o de mayor alcance que la de los griegos antiguos con la introducción de la practica en Luz y Caballero hasta elevarse al humanismo ético universal de José Martí, donde la Patria es la Humanidad , amparado por una monumental filosofía de la relación.

 El pensamiento cubano, cuyas preocupaciones complementan lo natural con las tareas urgentes del organismo social rompió con la forma escolástica del pensar y evolucionó hasta la modernidad con un gran caudal de conocimientos, tomados de muchas fuentes, principalmente la europea, implicó la necesidad de una gran síntesis cultural. Se puede afirmar, metafóricamente que en sólo cuarenta años, Cuba fue capaz de transitar en el pensamiento, el camino para el cual Europa necesitó cuatro siglos del desarrollo.

En el pensamiento filosófico latinoamericano se distingue una tendencia de confianza en las potencialidades cognoscitivas del hombre y de evasión del escepticismo y el agnosticismo.

Hay que partir de la existencia de una lógica en el pensamiento de cada filósofo latinoamericano y el análisis específico que este indica que debe exponerse, de modo tal que un enfoque preconcebido sobre la estructura y ordenamiento de sus ideas no prevalezca, pues esto afecta la objetividad y el carácter científico del análisis.

El punto de partida de los pensadores latinoamericanos no ha sido siempre el mismo, las tareas históricas que han tenido ante sí no han sido idénticas, las ideas que han combatido han sido diferentes, por tanto en la estructuración del conjunto de sus ideas debe establecerse una primacía en correspondencia con la que éste realmente le otorgó, tomando en consideración ante todo la propia lógica interna de su pensamiento. Esto significa no tratar de que por requerimientos de carácter didáctico o de exposición se pueda deformar su pensamiento.

Si la filosofía latinoamericana ha inclinado más la balanza hacia el lado de la ideología en detrimento del aspecto científico, ha sido porque las condiciones históricas han favorecido tal inclinación, no es por una simple cuestión vocacional o temperamental, como en ocasiones se atribuye.

Las circunstancias latinoamericanas de dependencia económica, política y social, desde la conquista hasta nuestros días, han inducido a plantear junto a los profundos enigmas de la relación entre el ser y el pensar, el acucioso dilema del ser del hombre latinoamericano y el régimen social que necesita.

La historia de la filosofía muestra como las grandes preocupaciones sociopolíticas han abundado más en los períodos y en los lugares en que más transformaciones sociales se han requerido.

No se observa la misma carga ideológica en los presocráticos que en la convulsiva época de Platón y Aristóteles, como tampoco se encuentra en Descartes comparado con los pensadores del revolucionario siglo de la ilustración francesa. Por tanto, no debe extrañar que en una América Latina, siempre necesitada de revoluciones que la emancipen plenamente, la filosofía posea tal carácter.

2.2.1. La filosofía y la educación en José de la Luz y Caballero

La figura de José de la Luz y Caballero (1800-1862) ocupa un lugar central en la producción teórica de M. Vitier. En La Filosofía en Cuba (1948) le dedica tres capítulos: 1) Vida y Escritos, 2) Sus Ideas Filosóficas y 3) Polémicas, donde la Cosmovisión lucista, cobra relieve destacado. Pero la obra lucista en M. Vitier no se circunscribe a la ya mencionada. Es difícil encontrar cualquier trabajo referido a figuras y doctrinas filosóficas, éticas, pedagógicas y de otra índole que no esté presente el Maestro del Colegio El Salvador.

La obra de Luz y su penetrante pensamiento fundador impactó con fuerza desbordante a todas las mentes más lúcidas de su época y a las subsiguientes. No es posible abarcar en su totalidad y aprehender el espíritu de la síntesis que hace M. Vitier de la vida y escritos de José de la Luz. Domina con profundidad la vida del sabio cubano y sin intentar exponer la imagen cabal del grande hombre, "todo lleno de sugestiva gracia", nos presenta al Maestro preocupado por el destino de su país, al filósofo y pedagogo, fundador y director de El Salvador (1848-1862) donde sus sermones laicos iluminaban y enardecían a profesores y alumnos, comunicándose su mensaje hasta la multitud sobrecogida que se agolpaba a las puertas del edificio, en atmósfera de terribles presagios".

Martí y Marx, raíces de la revolución socialista de Cuba

En los inicios del XXI, trabajamos para fortalecer en nuestra patria el pensamiento socialista y ayudar a rescatarlo internacionalmente, a partir de la cultura cubana de dos siglos de historia, en la cual se destaca la figura de José Martí. Para arribar a conclusiones teóricamente válidas es necesario profundizar en los conceptos de cultura general integral y masiva en que viene insistiendo el compañero Fidel Castro. A este fin solo se llega a través del concepto de integralidad de la cultura presente en el pensamiento de Carlos Marx, Federico Engels y de todos los grandes humanistas de la historia. Esta es la revolución humanista, socialista y martiana que Fidel está promoviendo.

Cuando procuramos establecer una relación entre el pensar de Martí y el de Marx, lo hacemos por dos razones, la primera, porque en el siglo XX ambas corrientes de pensamiento se articularon en la Revolución Cubana y ello reviste una gran importancia para la formación política y cultural de las nuevas generaciones; y la segunda, porque la necesidad de alcanzar la síntesis de diferentes corrientes del pensamiento socialista es una exigencia para la evolución intelectual y moral de la humanidad.

Es tal el caos intelectual y la carencia de ideas nuevas que para reconstruir la evolución filosófica de lo que llamaron Occidente se hace necesario investigar y relacionar los hilos principales del tejido ideológico de los últimos dos siglos. Para los cubanos, Carlos Marx y José Martí representan los planos más altos del saber filosófico y humanista de la cultura europea y latinoamericana del siglo XIX, respectivamente.

No subestimamos las posibilidades de otras búsquedas con diversas personalidades de la cultura filosófica política y social, por el contrario, no solo nos parece útil, sino indispensable hacerlo. Es nuestra aspiración que así se haga para arribar a una orientación válida en la búsqueda del camino certero para la liberación humana.

En los siglos anteriores, las pugnas ideológicas venían impuestas por las necesidades del enfrentamiento cultural. Desde luego, se llevó a la exageración. En ello, obviamente, influyeron las pasiones humanas, pero en nuestro siglo XXI constituye un requerimiento intelectual y moral alcanzar la integralidad del pensamiento y ello solo es posible con la interrelación de las diversas ramas y la búsqueda de una síntesis cultural universal. Los cubanos encontramos dicha síntesis a partir de estos dos gigantes del pensamiento: Martí y Marx. Sobre tales fundamentos estamos dispuestos, como ordenó Martí, a injertar al mundo en nuestras repúblicas, pero que el tronco sea el de ellas. Nos orientamos por el método electivo de la tradición filosófica cubana y el postulado de Luz y Caballero todas las escuelas y ninguna escuela, he ahí la escuela, así también entendemos nosotros la concepción dialéctica de Marx y de Engels.

La dispersión intelectual presente en la llamada postmodernidad revela, en los comienzos de un nuevo siglo, el agotamiento cultural del sistema burgués imperialista que ha fragmentado hasta convertir en polvo todos los valores o diseños conceptuales que durante dos milenios conformaron el llamado pensamiento occidental.

El dogmatismo ha servido siempre de sombrilla ideológica al egoísmo individual. Por ello, los espíritus egocéntricos proclaman la imposibilidad de todo esquema que pueda presentarse para el estudio de la realidad. Ya no tienen, siquiera, capacidad para establecer nuevos dogmas e invalidan la búsqueda de diseños teóricos, sin embargo, estos son imprescindibles para encontrar los caminos a favor de la justicia universal y salvar a la humanidad de catástrofes de proporciones incalculables.

José Martí nos habló precisamente de la necesidad de una filosofía de las relaciones. La tradición intelectual anterior al Apóstol nos planteó a su vez el método electivo que comporta una elección a favor de la justicia que Luz y Caballero caracterizó como el sol del mundo moral. Para la cultura cubana esto no resulta antagónico con el pensar materialista dialéctico de Marx, muy por el contrario, se complementan, a partir de asumir el ideal de redención del hombre en la Tierra, el más alto desde el punto de vista ético.

Conclusiones

Después de analizados los autores y fuentes bibliográficas revisadas, puede concluirse sobre la temática "Las primeras ideas filosóficas en Cuba, necesidad de su conocimiento para el futuro ingeniero" que, si bien es cierto que todo estudiante universitario en Cuba debe conocer el pensamiento filosófico mundial, también debe adentrarse en el cubano y latinoamericano; así como en la necesidad del mismo para el futro ingeniero agrónomo, capaz de enfrentar y resolver con enfoque científico-materialista, las complejas tareas que entraña la producción sostenible de alimentos, para lo cual es preciso cumplir el legado histórico que nos dejaron no solo los fundadores del marxismo leninismo, sino también las ideas de Martí, Che, Fidel y otros.

Bibliografía consultada o parcialmente transcripta

1. La Filosofía y los Jóvenes Científicos: ¿Qué nos dice la Filosofía del Siglo XX sobre el Desarrollo de la Ciencia ? Jorge Núñez Jover (1997).

2. Kuhn, T.S (1982): La Estructura de las Revoluciones Científicas, F.C.E, México

3. Knh, T.S (1982) "La Teoría Esencial: Tradición e Innovación en la Investigación Científica", La Tensión Esencial, FCE, México

4. EL INGENIERO EN EL PRESENTE: VISION Y PERFIL. Ing. Horacio C. Reggini (2009, tomado de internet).

5. Arbor, Vol CLXXXIV, No 732 (2008). Procesos de transferencia de conocimientos en el ámbito de la biotecnología. Armando Albert Martínez

6. José de la Luz y Caballero: la gran síntesis conceptual de la ilustración cubanaAutor(es): Héctor Manuel Pupo Sintras, Bertha Alarcón AlmenaresFecha de publicación: 15 de Mayo de 2008. Revista Cubana de Filosofia. Edicion Digital No. 16. Octubre – Febrero 2010. ISSN: 1817-0137

7. CUBA SOCIALISTA. Revista Teórica y Política del Partido Comunista de Cuba. Martí y Marx, raíces de la Revolución Socialista de Cuba. Armando Hart Dávalos. Director de la Oficina del Programa Martiano.

8. Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 6, No. 60, Marzo del 2004. RETOS PARA EL ESTUDIO DE LAS IDEAS FILOSOFICAS. Pablo Guadarrama González.

9. Humberto Piñera · Panorama de la Filosofía cubana. La filosofía actual

10. Fundadores de la nación cubana: patria y libertad. La filosofía y la educación en José de la Luz y Caballero. Doctor Rigoberto Pupo. (Facultad de Filosofía e Historia, Universidad de La Habana). 2 de junio

 

 

 

Autor:

Dr. C. Pedro A. Rodríguez Fernández

Profesor Titular

Jefe Carrera de Agronomía, Universidad de Oriente

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