Resumen
El presente trabajo consiste un análisis de la Administración a partir de las concepciones éticas de la profesión, en consonancia con la responsabilidad social que posee. Se realizó con el objetivo general caracterizar la ética en la Administración. Durante el estudio se pretendió específicamente: precisar los conceptos "responsabilidad y respuesta social"; abordar la influencia de los valores y los criterios de desempeño sobre el comportamiento administrativo; definir la auditoría social y proponer acciones que hicieran de la Administración un ejercicio más ético cada día. Males como el individualismo, el egoísmo la inmoralidad, el negociado y el delito, debilitan valores fundamentales como la honestidad, la equidad y la justicia. La corrupción y el fraude son frecuentemente cometidos y los actores de la violación ejecutan actos delictivos, muchas veces, sin reconocerlo. Más allá de modas administrativas y de las mutaciones semánticas que enriquecen el lenguaje de la Administración, conviene buscar verdaderos principios que rijan el comportamiento de las organizaciones y de los administradores. La forma más común de institucionalizar la ética en las empresas y en los administradores es establecer un código de ética. Los mejores son aquellos que se elaboran en concertación con el personal, en el seno de un comité de ética; movilizan a todos los asalariados hacia el respeto de sus reglas y permiten, llegado el caso, caracterizar más fácilmente la falta de aquel que no ha respetado una prescripción, tanto en el seno de la empresa como en el exterior.
ABSTRACT
The present work consists an analysis of the Administration starting from the ethical conceptions of the profession, in consonance with the social responsibility that possesses. He/she was carried out with the general objective to characterize the ethics in the Administration. During the study it was sought specifically: to specify the concepts "responsibility and social answer"; to approach the influence of the values and the acting approaches on the administrative behavior; to define the social audit and to propose actions that made of the Administration a more ethical exercise every day. Bad as the individualism, the selfishness the immorality, the one negotiated and the crime, they weaken fundamental values as the honesty, the justness and the justice. The corruption and the fraud are frequently made and the actors of the violation execute acts criminal, many times, without recognizing it. Beyond administrative fashions and of the semantic mutations that enrich the language of the Administration, it suits to look for true principles that govern the behavior of the organizations and of the administrators. The most common form of institutionalizing the ethics in the companies and in the administrators it is to establish an ethics code. The best are those that are elaborated in agreement with the personnel, in the breast of an ethics committee; they mobilize all the salary earners toward the respect of their rules and they allow, arrived the case, to characterize the lack of that that has not respected a prescription, more easily so much in the breast of the company like in the exterior.
Palabras claves: Administración, ética, responsabilidad, respuesta social, valores, auditoria social.
Key words: Administration, ethics, responsibility, social answer, value, social audit.
Actualmente la Administración es entendida como una disciplina que tiene por finalidad dar una explicación acerca del comportamiento de las organizaciones, además de referirse al proceso de conducción de las mismas. Es un cuerpo acumulado de conocimientos que incluye principios, teorías y conceptos, entre otros. Puede ser concebida como una ciencia, es decir, como un conjunto de conocimientos ordenados y sistematizados de valor universal, que estudia a las empresas y las organizaciones con fines descriptivos, para comprender su funcionamiento, evolución, crecimiento y conducta. Generalmente se afirma que es ciencia y técnica; una ciencia táctica, que tiene por objeto real las organizaciones.
Resultaría imposible considerarla como un arte, dado que en ella no caben las vivencias ni las interpretaciones subjetivas de la realidad. El arte se realiza en forma individual, subjetiva y vivencial. Sin embargo, la actividad cotidiana del administrador le exige tomar decisiones en las que aplique su criterio, esto es, medir circunstancias para aplicar las normas, políticas y procedimientos de la organización. Su trabajo no es el de un simple tecnócrata ni el de un político profesional, con inteligencia debe buscar permanentemente el equilibrio entre ambos extremos. Existen disímiles características que distinguen la Administración, por ejemplo:
1. Universalidad: el fenómeno administrativo se da donde quiera que existe un organismo social.
2. Especificidad: aunque la Administración va siempre acompañada de otros fenómenos de índole distinta, el fenómeno administrativo es específico y distinto a los que acompaña.
3. Unidad temporal: aunque se distingan etapas, fases y elementos del fenómeno administrativo, éste es único y, por lo mismo, en todo momento de la vida de una empresa están vigentes, en mayor o menor grado, todos o la mayor parte de los elementos administrativos.
4. Unidad jerárquica: todos cuantos tienen carácter de jefes en un organismo social, participan en distintos grados y modalidades, de la misma Administración. Así, en una empresa forman un solo cuerpo administrativo, desde el gerente general, hasta el último encargado.
5. Valor instrumental: es un medio para alcanzar un fin, es decir, se utiliza en los organismos sociales para lograr en forma eficiente los objetivos establecidos.
6. Amplitud de ejercicio: se aplica en todos los niveles de un organismo formal, por ejemplo, presidentes, gerentes, supervisores, amas de casa y otros.
7. Interdisciplinariedad: hace uso de los principios, procesos, procedimientos y métodos de otras ciencias que están relacionadas con la eficiencia en el trabajo. Está relacionada con Matemáticas, Estadística, Derecho, Economía, Contabilidad, Mercadeo, Sociología, Psicología, Filosofía, Antropología, y otros.
8. Flexibilidad: los principios y técnicas administrativas se pueden adaptar a las diferentes necesidades de la empresa o grupo social.
El hecho de que la Administración demande, para su mejor funcionamiento, su desarrollo en forma organizada y consciente, hace que la misma deba trabajar como un sistema y base su actuación en un cuerpo teórico sustentado, en temas inmutables, que entendidos como puntos de partida esencial, faciliten la concepción de regularidades que guíen el proceso administrativo. Por lo anteriormente planteado, más allá de modas administrativas y de las mutaciones semánticas que enriquecen el lenguaje de la Administración, conviene buscar verdaderos principios que rijan el comportamiento de las organizaciones y de los administradores. Hay que destacar que si en algo es prolífera la Administración es en el establecimiento de principios, pero ha de notarse que en su generalidad son principios técnico-organizativos y no principios teórico-generales.
Pero en este sentido cabe preguntarse, ¿qué papel juega la ética en la Administración?, si se parte de la idea de que la ética tiene que ver con la priorización de valores morales a los que deben alinearse las conductas de los hombres. El individualismo y el egoísmo reinan en sociedades en decadencia, donde triunfa la inmoralidad, el negociado y el delito y en la que resulta notorio el debilitamiento de los valores fundamentales como la honestidad, la equidad y la justicia. La corrupción y el fraude están instalados en el ser humano y muchos de quienes se lamentan de ello, son frecuentemente actores de la violación o cometen actos delictivos sin reconocerlo.
Haber perdido la dimensión de la ética ha condenado a convivir con la angustia y con la urgencia. De este fenómeno no escapa la Administración, donde a menudo por parte de sus protagonistas se encuentran actitudes degradantes que para nada se asemejan a la definición de rectitud. Por ello el presente trabajo tiene como objetivo general:
Caracterizar la ética en la Administración.
Por lo que sus objetivos específicos son:
Precisar los conceptos "responsabilidad y respuesta social".
Abordar la influencia de los valores y los criterios de desempeño sobre el comportamiento administrativo.
Definir la auditoría social.
Proponer acciones que hagan de la Administración un ejercicio más ético cada día.
A partir de la ética se puede lograr, de alguna manera, la anticipación a los sucesos futuros; si en lugar de una actitud tradicionalmente proferente, se asume una estrategia netamente combativa y no meramente pasiva de adecuación y resignación, se le negará determinismo a este escenario y se promoverá su modificación. Cuando se habla de ética, la autora se refiere a una ética universal e intemporal; que trasciende el espacio, que no tiene fronteras, diferencias culturales ni raciales; a una ética que no envejece ni conoce de modas; y a una ética que no descarta la existencia de éticas particulares, dispersas y sectoriales.
Es irrefutable el hecho de que una organización tiene que operar y dar respuesta a distintos ambientes externos. A principios de este siglo, la misión de las empresas de negocios era exclusivamente económica. En la actualidad, en parte debido a las interdependencias de los muchos grupos, en la sociedad ha aumentado la participación social de la empresa. Desde luego, existe la pregunta de cuál es realmente la responsabilidad social de la empresa. Más aun, el tema de la responsabilidad social, que antes se asociaba con las empresas, ahora se plantea cada vez con más frecuencia en relación con los gobiernos, universidades, fundaciones no lucrativas, organizaciones de caridad e incluso iglesias. Por tanto, se habla de la responsabilidad social y de respuesta social de todas las organizaciones, aunque el centro de este estudio esté en las empresas.
La responsabilidad y la respuesta social:
Este concepto no es nuevo. Aunque esta idea ya se tome en cuenta en la primera parte del Siglo XX, el estudio moderno de la responsabilidad social obtuvo un impulso importante con el libro Social Responsibilities of the Businessman de Howard R. Bowen. Él sugirió que las empresas deberían tomar en cuenta las implicaciones sociales de sus decisiones[1]Como era de esperarse, no existe un acuerdo completo sobre su definición. En una encuesta entre 439 ejecutivos el 68% de los administradores que respondieron estuvo de acuerdo con la siguiente definición: "La responsabilidad social de la empresa es tomar en cuenta con toda seriedad la repercusión de las acciones de la empresa sobre la sociedad"[2].
Un concepto más nuevo, pero aun muy similar al de responsabilidad social, es el de respuesta social, la que en términos sencillos significa "la capacidad de una empresa de relacionar sus operaciones y políticas con el entorno social en formas que sean mutuamente benéficas para la empresa y la sociedad". Ambas definiciones se centran en las corporaciones, pero estos conceptos se podrían ampliar para todo tipo de empresas y abarcar las relaciones dentro de la entidad. La diferencia principal entre responsabilidad social y respuesta social es que la última implica acciones y el "cómo" de las respuestas de la empresa.
La influencia de los valores y los criterios de desempeño sobre el comportamiento:
Aun cuando los administradores tienen libertad total para actuar de acuerdo con las responsabilidades sociales tal como se concibe actualmente, no lo hacen debido, quizás, a los estándares aplicados para evaluar su desempeño. Ellos, al igual que cualquier persona, desean que sus desempeños sean evaluados positivamente. Por lo tanto, si su éxito se mide mediante la utilidad, mantenerse dentro de un presupuesto o el volumen de sangre donada a un banco de sangre, los administradores tenderán a luchar por obtener la excelencia en estos aspectos. Si el éxito se mide en términos de control de la contaminación, el número de convictos integrados con éxito a la sociedad, el apoyo a los empleados que buscan obtener títulos universitarios, los logros en elevar la productividad de los subordinados o combinaciones de estas metas y otras similares, entonces los administradores se esforzarán por alcanzarlas.
En otras palabras, los administradores deben responder a valores socialmente aprobados y darle prioridad a los que se tienen en mayor estima. Si se quiere asegurar que las organizaciones respondan a las fuerzas sociales, se tienen que clarificar los valores sociales y después recompensar a los administradores por el éxito que tengan en responder a ello, reconocer por supuesto, la variedad de misiones organizacionales.
La auditoria social:
El estudio de la responsabilidad social da lugar a la pregunta de cómo se debe evaluar el desempeño social. Esto llevó al concepto de la "auditoria social", que fue propuesto por primera vez en la década de 1950 por Howard R. Bowen[3]Pero sólo ha sido recientemente que las empresas se han preocupado seriamente por esta idea.
La auditoria social se ha definido como "un compromiso a la evaluación sistemática y la presentación de informes de algún campo de acción significativo y definible de las actividades de la empresa que tengan repercusión social".
Se puede distinguir entre dos tipos de auditorías. Una es la que exige el gobierno y que incluye, por ejemplo, el control de la contaminación, los requisitos del desempeño del producto y los estándares de oportunidades iguales de empleo. La otra clase de auditoría social se relaciona con una gran variedad de programas sociales voluntarios[4]
Relación entre ética y Administración:
Todas las personas, tanto si se encuentran en negocios, en el gobierno, en una universidad o en cualquier otra empresa, están preocupadas por la ética. En el Webster's Ninth New Collegiate Dictionary, se define ética como "la disciplina que se relaciona con lo que es bueno y malo y con el deber y la obligación moral". Entonces la ética en los negocios se relaciona con la verdad y la justicia y tiene diversos aspectos tales como las expectativas de la sociedad, la competencia justa, la Publicidad, las Relaciones Públicas, las responsabilidades sociales, la autonomía del consumidor y la conducta corporativa tanto en su país de origen como en el extranjero[5]
En las organizaciones, los administradores compiten por información, influencia y recursos y es fácil comprender la posibilidad de conflictos al seleccionar tanto los fines como los medios y la pregunta de qué criterios deben guiar la conducta ética, se convierte en algo crítico. Existen tres tipos básicos de teorías morales en la ética normativa. Primero, la teoría utilitarista sugiere que los planes y las acciones deben evaluarse por sus consecuencias. La idea fundamental es que los planes o acciones deben producir el mayor bien para el mayor número de personas. Segundo, la teoría basada en los derechos sostiene que todas las personas tienen derechos básicos. Algunos ejemplos son los derechos a la libertad de conciencia, la libertad de expresión y a un proceso legal y en tercer lugar, la teoría de la justicia exige que quienes toman las decisiones estén guiados por la justicia y la equidad, así como por la imparcialidad. Los administradores se enfrentan a muchas situaciones que requieren de juicios éticos y con frecuencia las respuestas no son fáciles.
Institucionalización de la ética:
Los administradores, tienen la responsabilidad de crear un ambiente organizacional que fomente la toma de decisiones éticas al institucionalizar la ética. Esto significa aplicar e integrar conceptos éticos a la acción diaria. Theodore Purcell y James Weber sugieren que esto se puede lograr en tres formas:
1. Establecer una política de la empresa o un código de ética apropiados.
2. Utilizar un comité de ética formalmente creado.
3. Enseñar ética en los programas de desarrollo administrativo[6]
La forma más común de institucionalizar la ética es establecer un código de ética; menos frecuente es el uso de comités de consejos de ética. Muy rara vez se usan programas de desarrollo administrativo que tengan temas éticos, aunque empresas como Allied Chemical, International Business Machines y General Electric han establecido estos programas.
Códigos de ética y su implantación a través de comités formales:
Un código es una declaración de políticas, principios o reglas, que guían la conducta y es indudable que estos no se aplican solo a las empresas de negocios; deben guiar la conducta de las personas en todas las organizaciones y en la vida diaria. Son utilizados para lograr una mayor especialización del campo de acción de la ética, es decir, esta compilación de las normas y reglas determinan el comportamiento ideal o más apropiado para un grupo específico de profesionales. Las reglas de este código pueden estar escritas (como en los casos de la Medicina o el Derecho) o ser implícitas. Por lo general un código de ética escrito no contiene todas las normas implícitas del comportamiento del profesional, porque se sobreentiende que toda persona que llega a un grado de profesional posee cierta formación y criterio de lo que se debe o no se debe hacer durante su desempeño como profesional, así ocurre en el caso de los administradores.
Muchas veces se puede notar la ausencia de un código de ética para el administrador de empresas. Sin embargo, hay una serie de factores y hechos que debe de tener en cuenta un administrador para realizar una labor profesional a conciencia, por ejemplo:
El administrador de empresas tiene el deber de hacer su trabajo al máximo de su capacidad. No puede desempeñarse mediocremente de manera intencional.
Como ente social y moral, el administrador debe anteponer su formación y valores morales a sus acciones en la empresa.
El administrador debe anteponer el bienestar de la empresa a las cuestiones personales, ya sean propias, de colegas o subalternos.
El administrador tiene el deber de mantener en secreto las informaciones que, de ser reveladas, perjudicarían a la empresa.
El administrador tiene el deber de hacerse responsable ante los clientes y la sociedad por las acciones que dirige dentro de la empresa.
El administrador como ente moderador entre las partes de la empresa no puede tomar actitudes que lo lleven a parcializarse con alguna de las partes (amistad, relaciones externas).
El administrador tiene el derecho de prohibir dentro de la empresa comportamientos y acciones que atenten contra la moral y las buenas costumbres o el desempeño de la empresa.
El administrador debe exhibir una conducta ejemplar, tanto frente a sus subalternos como a sus superiores, así como dentro y fuera de la empresa.
En caso del manejo financiero, el administrador tiene la obligación tanto moral como legal de no hacer uso indebido de los fondos de la empresa.
El administrador debe evitar cualquier tipo de discusiones personales en el ambiente laboral, crear las condiciones óptimas dentro del clima organizacional.
El administrador tiene el derecho y el deber de protestar en caso de que considere que sus superiores han tomado una decisión errónea que vaya a perjudicar el funcionamiento de la empresa.
El administrador tiene el deber de denunciar cualquier acción incorrecta que se produzca en su sitio de trabajo.
El administrador debe respetar las ideas de sus colegas o subalternos y tomarlas en cuenta en caso que pudiesen beneficiar la empresa.
Del mismo modo, el administrador no puede apropiarse de acciones o ideas de sus colegas o subalternos y no darle el crédito que se merece el responsable de las mismas.
El administrador de empresas tiene el deber de seguir los lineamientos de dirección de la empresa impuesto por sus superiores.
Al dar un servicio u ofrecer un producto debe garantizar la satisfacción del cliente
Un código de ética aplicada al comportamiento empresario seguramente preverá principios de conducta como los que siguen:
Frente al Estado:
Colaborar con el cumplimiento de los fines del Estado a través de la estricta observancia de las obligaciones en materia laboral, tributaria, administrativa, comercial y contractual.
En caso de contratación con las entidades estatales, respetar los principios de transparencia, responsabilidad y economía y cumplir a plenitud los requerimientos del estatuto de la Administración Pública.
Actuar con ética en los procesos de contratación directa, licitaciones y concursos y cumplir rigurosamente las obligaciones que de ellos deriven.
Observar una actitud ética en los servidores públicos.
Frente a la comunidad y clientes en general:
Colaborar en la construcción participativa de una cultura ética.
Contribuir al desarrollo económico con justicia social.
Garantizar a los consumidores información suficiente y adecuada que les permita hacer efectivos sus derechos, en especial el de libre elección.
Cumplir con las condiciones de calidad e idoneidad de bienes y servicios.
Desarrollar y proveer productos y servicios de alta calidad y de real valor en términos de precio, seguridad e impacto ambiental, apoyados en los conocimientos tecnológicos, comerciales y ambientales necesarios.
Frente a la comunidad empresarial:
Obrar con lealtad, transparencia y buena fe en las relaciones comerciales con los competidores.
Concertar mecanismos de vigilancia y seguimiento para garantizar la transparencia de los procesos de contratación pública y privada.
Apoyar la formación de una comunidad empresarial con valores éticos, consciente de su responsabilidad en la búsqueda de la justicia social.
Cumplir las disposiciones que regulan la propiedad intelectual y velar por su observancia.
Cumplir las disposiciones relativas al régimen de propiedad industrial.
Cumplir las disposiciones legales y reglamentarias sobre pesas, medidas y metrología.
Cumplir las disposiciones sobre promoción de la competencia y prácticas comerciales restrictivas en los mercados nacionales.
Frente a los accionistas:
Proteger la inversión de los accionistas y tratar de obtener una adecuada rentabilidad.
Frente a los empleados:
Respetar la dignidad humana y los derechos inalienables de los subordinados y colaboradores.
Remunerarlos con justicia y cumplir estrictamente con el reconocimiento y pago de sus prestaciones sociales, de salud, seguridad social y pensiones.
Promover su desarrollo integral, capacitación y bienestar.
Propiciar su promoción con base en méritos de trabajo.
Garantizar la igualdad de oportunidades y fomentar la participación del empleado en el planeamiento y dirección de su trabajo.
Crear condiciones dignas de trabajo.
Brindar adecuadas condiciones de salubridad y seguridad.
Divulgar los valores de una cultura ética al interior de la empresa.
Requerir de los empleados honestidad, integridad y equidad y que eviten posibles conflictos de intereses entre sus actividades financieras particulares y sus responsabilidades con el objeto social de la empresa.
Frente a los acreedores y proveedores:
Informar con veracidad sobre la situación económica y financiera de la empresa.
Cumplir cabalmente con las obligaciones legales y contractuales.
Abstenerse de la realización de actos ilegales o antiéticos en detrimento de terceros.
Promover la creación de una cultura ética entre los acreedores y proveedores.
Buscar relaciones beneficiosas para ambas partes con contratistas y proveedores.
Frente al medio ambiente
Utilizar dentro de las posibilidades técnicas y de mercado, tecnologías limpias que garanticen la conservación del ecosistema, y por tanto, abstenerme de utilizar indebidamente productos, procesos y tecnologías que de manera comprobada lesionen el medio ambiente.
Adoptar mecanismos empresariales para el Desarrollo Humano Sostenible.
Procurar la obtención de certificados de calidad del medio ambiente.
Es válido aclarar que el simple hecho de exponer un código de ética no es suficiente, aunque el hacer cumplir los códigos éticos no sea fácil, la simple existencia de los mismos puede aumentar el comportamiento ético al clarificar las expectativas; la creación de un comité de ética, integrado por directores internos y externos, es fundamental para institucionalizar el comportamiento ético[7]
Las funciones de este tipo de comité pueden ser: sostener reuniones regulares para discutir temas éticos; comunicar el código a todos los miembros de la organización; verificar posibles violaciones del código; hacer cumplir el código; recompensar el cumplimiento y castigar las violaciones; revisar y actualizar el código e informar de las actividades del comité al consejo de Administración. Para que los códigos éticos sean efectivos se deben tomar medidas para hacerlos cumplir. Se deben responsabilizar por sus acciones a los administradores no éticos. Esto significa que se les deben retirar los privilegios y los beneficios y aplicarles sanciones. Por otra parte, no se debe esperar que los códigos éticos resuelvan todos los problemas. De hecho, pueden crear una falsa sensación de seguridad. Para hacer cumplir efectivamente el código se requiere de un comportamiento ético consistente y de respaldo de la alta dirección.
Otro factor que podría elevar los estándares éticos es la enseñanza de ética y valores en los negocios y en escuelas y universidades. De forma general, al halar de ética y empresa, se entiende en este contexto que la empresa es un factor fundamental de la convivencia social, no solamente desde su rol de animadora de la economía, de proveedora de recursos materiales destinados a satisfacer las necesidades de los hombres, sino también desde el de promotora de su autorrealización. Sus decisiones condicionan el presente y el porvenir de la sociedad, por lo que resulta indispensable que las mismas se adopten en el marco de la ética y de la honestidad de las costumbres.
La empresa es una unidad económica, en la cual están agrupados y coordinados, alrededor de un proyecto a realizar en conjunto los factores materiales y humanos de la actividad económica; en un espacio de libertad, de creatividad, de realización y de fraternidad, la empresa constituye el punto de encuentro de quienes aportan el capital, la materia gris y la capacidad de trabajo hacia una causa final: el cliente. Como grupo social y como organismo vivo, desde la definición de la visión y la misión, de la estrategia competitiva, del plan de acción y de los mecanismos de control de gestión, la empresa está permanentemente comprometida con la calidad en la satisfacción de las necesidades por la que los clientes pagan y cumple un rol esencial en la definición y creación del sentido de pertenencia social de los individuos que la integran, cuya actitud global imprime su sello en su cultura.
Los mejores códigos éticos son aquellos que se elaboran en concertación con el personal, en el seno del comité de ética; ellos movilizan a todos los asalariados hacia el respeto de sus reglas y permiten, llegado el caso, caracterizar más fácilmente la falta de aquel que no ha respetado una prescripción, tanto en el seno de la empresa como en el exterior.
A través del presente trabajo se llegó a las conclusiones siguientes:
La responsabilidad social de la empresa y de los administradores es tomar en cuenta con toda seriedad la repercusión de sus acciones sobre la sociedad.
"Respuesta social" significa la capacidad que tiene una empresa de relacionar sus operaciones y políticas con el entorno social en formas que sean mutuamente benéficas para la empresa y la sociedad.
La diferencia principal entre "responsabilidad social y respuesta social" es que la última implica acciones y el "cómo" de las respuestas de la empresa.
Los administradores muchas veces actúan de acuerdo a los criterios de desempeño o influenciado por determinados valores de comportamiento.
La auditoria social es un compromiso a la evaluación sistemática y la presentación de informes de algún campo de acción significativo y definible de las actividades de la empresa que tengan repercusión social.
Theodore Purcell y James Weber sugieren que se puede institucionalizar la ética a través de tres formas: establecer una política de la empresa o un código de ética apropiados; utilizar un comité de ética formalmente creado y enseñar ética en los programas de desarrollo administrativo. Aunque el establecimiento de códigos de ética es la forma más frecuente, conformar un comité de ética sería estratégico.
De forma general las decisiones de la empresa y de sus administradores condicionan el presente y el porvenir de la sociedad, por lo que resulta indispensable que las mismas se adopten en el marco de la ética y de la honestidad de las costumbres.
Se recomienda a partir del estudio realizado:
Profundizar en el estudio del tema.
Crear un grupo científico que se dedique al estudio de las distintas éticas de las asignaturas del plan de estudio de la carrera Comunicación Social. (Comunicación Organizacional, Publicidad, Relaciones Públicas, Propaganda Política, Gestión de Medios, entre otras.)
Incluir la temática en el plan de estudio de la asignatura Fundamentos de la Administración.
Divulgar el código de ética de los administradores en la comunidad de estudiantes de primero a quinto año, así como entre los profesores de la carrera.
De ser posible, ofrecer posgrados de Administración y hacer énfasis en ellos de la importancia de la ética administrativa.
1. Alonso, M e H. Saladrigas: Para investigar en Comunicación Social. Guía didáctica. La Habana, Ed. Félix Varela.
2. Chiavenato Idalberto: Introducción a la teoría general de la Administración; Editorial Lito Camargo Ltda; Colombia, 1995.
3. Colectivo de autores: Por una nueva ética; Editorial Félix Varela; La Habana, 2006.
4. Díaz F. y León E.: El sistema de dirección y gestión empresarial en Cuba: un análisis imprescindible en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 143, 2011.
5. Gisbert y de Toro, Miguel (1977). Larousse. Diccionario Básico Escolar. Ed Científico Técnico, La Habana.
6. Koontz Harold: Elementos de Administración; Delegación Iztapalapa; México, 1995.
7. Koontz Harold: Administración una Perspectiva global; Delegación Iztapalapa; México, 1995.
8. López Bombino, Luis: El saber ético de ayer a hoy; Editorial Félix Varela; Ciudad de La Habana, 2004. (tomos I )
9. López Bombino, Luis: El saber ético de ayer a hoy; Editorial Félix Varela; Ciudad de La Habana, 2006. (tomos II)
10. Mesa G. Fundamentos de Administración; Centro de Estudios de Dirección Empresarial.
11. Mora C., (2008) ([email protected]) Conflicto en la empresa, otros conceptos de administración.
12. Odionne, G.,(1991) Administración por Objetivos.
13. Ronda Pupo, Guillermo: ¿Cómo conformar los valores finales de la organización?; Centro de Estudios de Gestión Empresarial de la Universidad de Holguín. [email protected]
14. Stoner: Administración. Primera y Segunda Parte.
15. VI Congreso del Partido Comunista de Cuba: Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución; Aprobado el 18 de abril de 2011.
16. Valores Organizacionales: guías para el éxito empresarial; pdf, 2012.
17. Weston, Fundamentos de Administración Financiera.
Autor:
Mailé Yicel Báez Ferrera
Departamento de Comunicación Social de la Universidad de Las Tunas.
[1] Howard R. Bowen, Social Responsibilities of the Businessman (Nueva York: Harper & Brothers, 1953).
[2] John L. Paluszek, Business and Society: 1976-2000 (Nueva York: AMACOM, 1976), en George A. Steiner, John B. Miner y Edmund R. Gray, Management Policy and Strategy, 3d ed. (Nueva York: The MacmilIan Company, 1986), pp. 38-39.
[3] Raymond A. Bauer y Dan H. Fenn, Jr., "What is a Corporate Social Audit?" Harvard Business Review (enero-febrero de 1973), p. 38.
[4] . Steiner et al, Management Policy and Strategy (1986), p. 47.
[5] Clarence D. Walton (ed.), The Ethics of Corporate Conduct (Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall, 1977)
[6] ran parte de este estudio se basa en James Weber, "Institutionalizing Ethics into the Corporation", MSU Business Topics (primavera de 1981), pp. 47-52; y Theodore V. Purcell, S.J. y James Weber, Institutionalizing Corporate Ethics: A Case History (Nueva York: The Presidents Association, The Chief Executive Officers' Division of American Management Association, 1979), Special Study No. 71.
[7] Weber, "Institutionalizing Ethics" (1981).