Creación de culturas africano-americanas a partir del proceso colonial
Enviado por Carlos Arturo Tamayo Sanchez Tamayo sanchez
A partir del siglo XVI, miles de africanos fueron víctimas del comercio de personas y traídos a la fuerza al nuevo continente sufriendo todo tipo de maltrato físico y psicológico bajo la condición de esclavos. El encuentro de estas culturas dejaría no solo sufrimiento para las victimas sino también un importante legado cultural para las futuras generaciones. La influencia Africana instituyó un saber característico de singularidades regionales que ha venido enriqueciéndose y evolucionando en el continente americano. Bajo estos matices étnicos bien se podría definir que el arribo de los africanos a Latinoamérica engrandeció culturalmente la sociedad nutriéndola con manifestaciones mágico-religiosas proveniente de las distintas etnias africanas traídas a tierra americana establecida como su segunda nación.
Palabras Clave: Esclavitud, sometimiento, desarraigo, colonización, legado cultural
Conditions of settlement, adaptability and creation of African-American cultures from the colonial process
Abstract
From the sixteenth century, thousands of Africans were victims of the slave trade. They were brought by force to the new continent, suffering all kinds of physical and psychological abuse under terrible conditions. The encounter of these cultures left suffering not only for the victims but also an important cultural legacy for future generations. The African influence instituted ways of knowing that have characteristic regional singularities and, have been getting richer and, evolving in the Americas. Under these ethnic nuances, it could be defined that the arrival of Africans to Latin America Culturally enriched society nourishing it with religious-magic manifestations from the different African ethnic groups brought to American soil established it as their second nation.
Key words: Slavery, subjugation, uprooting, colonization, cultural heritage
En su vasta extensión, Latinoamérica ostenta la más variada topografía con características geográficas incomparables y una gran variedad de climas. Estos maravillosos escenarios fueron testigos de la expresión más cruel de sometimiento del ser humano "la esclavitud". Según el diccionario de la lengua española, la esclavitud es una "Sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación" (Real Academia Española, 2015). Se puede puntualizar que son entonces esclavos aquellas personas a las cuales se les suprimen y niegan sus derechos incluyendo su libertad, que sufren maltrato físico y psicológico al tiempo que están bajo amenaza de maltrato y se les deshumaniza. Esto fue lo que sucedió con miles de africanos que fueron víctimas del comercio de personas1 y vendidos en los puertos americanos como esclavos para ser explotados comercialmente en el nuevo continente a partir de la conquista y que duro hasta el siglo XVIII.
El tráfico y esclavitud de africanos ha sido sin ninguna duda uno de los capítulos más transcendentales y lamentables en la historia de la humanidad, hecho que se tipifico cuando a partir del siglo XVI miles de africanos fueron traídos a las Américas, obligados a sobrevivir en condiciones inhumanas, explotados, esclavizados y sometidos a todo tipo de violencia. A pesar de este desarraigo y sometimiento, la población Afro a través del tiempo conservo sus prácticas y rituales que han persistido hasta nuestros días como un poderoso legado cultural. La fusión de elementos culturales agrupo y preservó un legado importante hasta nuestros días generando un pensamiento mágico-religioso proveniente de las distintas etnias africanas traídas a tierra americana establecida como su segunda patria. En ella se conservaron las costumbres ancestrales, culturas que fueron arrancadas a la fuerza y trasladadas a regiones propicias y a mentes receptivas en las cuales se había sentado carta de ciudadanía (Bolívar, 1997).
1 Los especialistas han identificado en la trata de personas tres situaciones fundamentales: traslado o desplazamiento, privación de la libertad y explotación. (Blanco, M. C, 2006: 165).
El ingreso de africanos al continente americano tuvo lugar desde el comienzo de la conquista y duró hasta el primer tercio del siglo XVIII. Sin embargo, su ingreso masivo inició hacia finales del siglo XVI, comprendiendo alrededor de unos 70 años, aproximadamente de 1580 a 1650, (AGUIRRE Beltrán, La población negra de México, estudio etnohistórico, 1989), (NGOU Mvé, 1994).
Durante la conquista y colonización de América, las plantaciones ubicadas principalmente en el Nordeste de Brasil, Colombia y el Caribe, ocupaban grandes extensiones de tierra. En estos plantíos se cultivaba principalmente caña de azúcar, té, cacao, algodón y tabaco. Inicialmente en las plantaciones los habitantes originarios "indios" fueron obligados a trabajar a través de las encomiendas; pero el abuso y maltrato constante de los encomenderos y las epidemias de viruela y sarampión casi acabaron con la población indígena. Se calcula que en algunas regiones logró salvarse menos del uno por ciento de la población que las habitaba antes de la conquista española (AGUIRRE, 1958).
Los europeos optaron por traer esclavos de origen africano; como lo señala (TONDUT, 2001) "La trata de africanos para sustituir a los indios, se convirtió en un comercio lucrativo y organizado por compañías europeas creadas para este fin, una práctica que contribuyó a cambiar definitivamente la economía del mundo occidental" (p.47). De esta manera los europeos vieron en la trata de esclavos la solución para su problema y una oportunidad de incrementar su capital. La venta de los esclavos se hacía a través de subastas para luego ser enviados a las plantaciones, minas o para ser utilizados en el servicio doméstico de las haciendas. En su obra Chaves, muestra la relevancia de este acontecimiento y lo deplorable como lo fueron los medios y las razones deplorables que promovieron el tráfico de africanos. Personas de diferentes pueblos de África, hombres, mujeres y niños, fueron capturadas y reducidas a objetos, destituyéndolos de su condición humana (CHAVES, 2014). De esta manera y durante casi tres siglos y medio se generó la más cruel trata de esclavos en la historia de la civilización.
Los millones de africanos que tuvieron la desgracia de ser capturados eran transportados en las bodegas de los barcos en condiciones inhumanas. Hombres, mujeres y niños viajaron hacinados, encadenados, sin agua potable y con poca comida, víctimas de pestes y enfermedades, por lo que muchos de ellos no sobrevivieron al largo viaje. Así lo expone (Galeano, 2008, P.67) "Durante el viaje, numerosos africanos morían víctima de epidemias o desnutrición, o se suicidaban negándose a comer, ahorcándose con sus cadenas o arrojándose por la borda al océano erizado de aletas de tiburones". Similar escribe (TONDUT, 2001) cuando expone que "el transporte de esclavos por vía terrestre, en filas en las caravanas, o por vía marítima en los buques negreros, ocasionaban penalidades físicas, seres humanos sometidos por la fuerza brutal de las armas, ingresaban con hierros en los pies". Finalmente, los que llegaban a las Américas, fueron enviados a trabajar en plantaciones de Algodón, azúcar, tabaco y minas de oro, u otras actividades que desempeñaban en condiciones difíciles haciendo que su esperanza de vida fuera corta. Con el tiempo, hubo otras ocupaciones en las ciudades para los esclavos como sirvientes y en algunos oficios como herreros, zapateros, sastres, y plateros. Se puede decir que los esclavos Africanos hicieron posible que los españoles colonizaran el continente americano, bien lo dice (ORTEGA & Elias Caro, 2012) "con el reparto y la encomienda los europeos fueron reacios a trabajar con sus propias manos" el trabajo lo hacían sus sirvientes.
Para siglo XVI, el puerto de Lisboa, se convirtió en uno de los mayores centros de comercio de esclavos en Europa. Todos los estados en posesión de tierras en América se dedicaron a este tráfico de personas. Así, la corona española, durante varios siglos se lucro de manera importante del traslado al nuevo mundo de millones de africanos. El comercio se hizo a gracias a las licencias concedidas por la corona española y como a cualquier transacción se aplicaron normas fiscales; los impuestos establecidos para entrar y salir de los puertos servían para cubrir los gastos de la flota encargada de la seguridad de los viajes transatlánticos (TARDIEU, 2002). La complacencia de la corona española con la trata de personas fue total. Los permisos que daban los reyes a los comerciantes de esclavos eran de conocimiento público, daban el beneplácito "para que introdujeran libres de impuestos hasta el 20% de las piezas de Indias para suplir la merma sufrida en la travesía" (Olivella M. Z., 1989, P.7). De regreso, miles de negros eran conducidos a su nuevo destino. El negocio era redondo, Galenano dice que "La Real Compañía Africana, entre cuyos accionistas figuraba el rey Carlos II, daba un trescientos por ciento de dividendos, pese a que, de los 70 mil esclavos que embarcó entre 1680 y 1688, sólo 46 mil sobrevivieron a la travesía" (Galeano, 2008, P.67). Las ganancias fueron enormes; el mismo autor afirma que "contando unicamente con el dinero ganado en el Caribe, un inglés podía vivir, en aquella época, con unas seis libras al año; los mercaderes de esclavos de Liverpool sumaban ganancias anuales por más de un millón cien mil libras" (Galeano, 2008, P.69).
En cuanto a los proveedores de esclavos, para la época existían en África líderes o supuestos reyes de las tribus quienes vendían a los prisioneros que capturaban en guerras contra otras tribus y otros llamados "negreros", gente que capturaba personas generalmente del interior del África para después venderlos. (Galeano, 2008, P.68) afirma que "los caciques africanos recibían las mercancías de la industria británica y entregaban los cargamentos de esclavos a los capitanes negreros. De esta manera conseguían nuevas armas y abundante aguardiente para emprender las próximas cacerías en las aldeas". En la ruta comercial trasatlántica, los productos producidos por los esclavos en las plantaciones o en las minas eran llevados a Europa y África, en donde se cambiaban por personas "esclavos" estableciendo un comercio de productos y de hombres. Luego estas personas eran enviadas a América, donde se vendían o intercambiaban por productos como el azúcar para luego ser enviada a Europa iniciando nuevamente el circuito o comercio triangular.
No solo la corona española sino también el cristianismo de una u otra forma favorecieron el vasallaje, las enseñanzas sagradas no se opusieron a la institucionalidad de la esclavitud. Bien lo afirma (Olivella, 1989, P.2) "La religión en cuyo nombre se habían realizado las peores guerras de rapiña en la misma Europa y en África debió revitalizar su credo cristiano para ajustarlo a la barbarie de la esclavitud" igualmente lo expresa (Galeano, 2008, P.72) cuando afirma que "en la nuevas colonias, los Jesuitas se limitaban a dulces recomendaciones a los dueños de los ingenios" así, "los sacerdotes, que recibían como diezmo el cinco por ciento de la producción de azúcar, daban su absolución cristiana, mientras el mayoral castigaba como Jesucristo a los pecadores". Por su parte, en su momento, el europeo creía que se congraciaba con su Dios martirizando al esclavo, pues para los preceptos básicos de la religión cristiana lo negro fue símbolo de todo lo contrario a la divinidad. Como lo plantean (ORTEGA & Elias Caro, 2012) el negro fue la característica satanizada de los europeos para los nuevos inmigrantes africanos.
A finales del siglo XVIII, la economía en Europa entró en crisis y se agudizo con la independencia de coronas españolas. Para el siglo XIX la esclavitud fue abolida en los distintos países de América. Así, las personas que permanecieron en condiciones de esclavos consiguieron su libertad y se otorgaron derechos civiles y políticos a los esclavos liberados. En el caso colombiano, para el año 1823, se declaró la prohibición del comercio de esclavos, y el 21 de Mayo de 1.851, se decretó la libertad de los esclavos en lo que el estado se comprometió a pagar a los propietarios de esclavos una indemnización a través de bonos (TOVAR Pinzón, 1994). De acuerdo al estudio de minería del oro y decencia (NARIÑO,1974) se evidencio que en varias partes de Colombia, como consecuencia de la abolición de la esclavitud, se generó el despoblamiento de algunos lugares mineros y el abandono de los trabajos de minería.
Muchos de los mineros ya libres, se fueron para otros lugares y se establecieron cerca de las riberas de los ríos. Años más adelante, pidieron al gobierno Colombiano la propiedad consiguiendo la posesión legal y el titulo sobre las tierras mineras en donde se quedaron trabajando pero sin mayores contactos socioculturales con el resto de la sociedad colombiana. Posteriormente finalizando el siglo pasado, otros mineros obtuvieron los títulos de sus minas, y gracias a estos recursos continuaron trabajando por su cuenta pero con carencia de servicios sanitarios, transporte o educación (De friedemann, 1971). El hecho es que las dinámicas abolicionistas tuvieron grandes repercusiones en los procesos de creación de territorios afrodescendientes en el país.
Los africanos traídos al continente americano dejaron su legado y e influencia. Su huella cultural está aún en la manifestación social cotidiana de los distintos países del continente americano. Aunque la diversidad es amplia debido a su origen; en la actualidad se habla de la cultura "Afro" representada en la supervivencia o herencia histórica de su religión, música y demás aspectos de lo que fue la cultura africana, que de alguna manera todavía subsiste en las costumbres de sus descendientes. Esta multidimensionalidad se puede apreciar en las diferentes manifestaciones culturales. (Frigerio, 1992) expresa que se observa en:
la rumba cubana, en la danza carnavalesca bahiana, el candombe uruguayo, el "electric boogie " americano, en el repertorio gestual que acompaña las interacciones verbales negras, las formas de lucha/entretenimiento negras del Nuevo Mundo como la lagya de Martinica, el batuque o pernada brasileño, y en el popular capoeira. (p.5)
Se puede decir que la cultura Afro se convirtió en una especie de "punto de partida", con formas de creación de culturas que las comunidades africano-americanas adoptarían más adelante. En Colombia, una de las regiones más privilegiadas con la llegada de los negros africanos fue la costa del Caribe, porque contribuyo de una manera importante para definir la identidad cultural de la sociedad caribeña (MORA de Tovar, 1994). De acuerdo a los grupos Afrocolombianos, afortunadamente, en lo que concierte a los negros, raizales y afrocolombianos, existe un patrimonio inmaterial representado en los actos folclóricos, musicales, gastronómicos y deportivos proveniente de la cultura Afrocolombiano (QUIÑONEZ, Arocha, Arias, Viáfara, & Gracia, 2007).
Igualmente, la religión católica traída a América por los europeos fue enriquecida por los rituales propios de las poblaciones originarias y también por las poblaciones Afro2. En la actualidad, en muchas de las manifestaciones culturales afroamericanas aún se conservan sus raíces, como lo evidencia (Frigerio, 1992, p.4) en la "multidimensionalidad que se aprecia en las religiones de origen afro en América, donde la devoción se expresa a través de la música, del canto, de la danza, los bailarines, y en la necesidad de ropas especiales". Justamente otra costumbre enriquecida por este encuentro cultural fue la fiesta del carnaval que arribó a America en el "equipaje de tradiciones" que trajeron acuestas los españoles y portugueses en tiempos de la colonia. Aunque era un carnaval burlesco como las fiestas paganas de la antigüedad, estas permitian la expresion de tradiciones y creatividad jocosa popular "legado transmitido a America como una de las tantas herencias de España" (Buelvas Aldana, 1993, P.6). El carnaval ha sido probablemente la fiesta pagana más importante celebrada porque son dias de diversion, disfraces y baile. (BUELVAS, 1993) asegura que:
En algunos países latinoamericanos el carnaval se convirtió en una festividad del cristianismo en donde la población Afro e indígena asumió una participación natural uniéndose al espíritu festivo y aprovechando la ocasión del carnaval para liberarse de las tensiones sociales dándose rienda suelta al goce, y a la creación, una manifestación que solo se les permitia en contadas ocasiones (P.11).
La Influencia africana en el continente americano engrandeció las fuerzas culturales, frente a esto, (CARVAJAL, 1992) afirman que:
La presencia de los africanos en el nuevo mundo modifico gradualmente el modo de vida. Muchas manifestaciones, como la música, el baile, la fiesta, las costumbres, el lenguaje, la religión, la actitud frente a la vida, frente a la muerte, entre otras, se vieron virtualmente inscritas en otro marco referencial. (P.83)
El hecho es que actualmente en las Américas convive una importante influencia cultural africana, como lo escribe (CARVAJAL Godoy, s.f) cuando expone que:
Aún se utilizan los Tambores Congos o Congos que son aquellos usados por la Candanga, en el porro, en la cumbia y en la mayoría de las orquestas de música caribeña. El Conunos o Tambores Congos que se usan en los bailes profanos o currulaos, en la novena llamada Arrullos y en los himnos fúnebres cantados por los ancianos en los velorios llamados Alabaos que ayudan al muerto a irse contento de este mundo. (P.86).
2 Los grupos étnicos en Colombia están conformados por los pueblos indígenas, los afrocolombianos o afrodescendientes, los raizales y los rom. Afrocolombiano o Afrodescendiente, son descendientes de múltiples generaciones y procesos de mestizaje de los antiguos esclavos africanos. El término "afrodescendiente" denota a los descendientes de africanos que sobrevivieron a la trata esclavista en las Américas. Así mismo busca abarcar a todos los pueblos descendientes, directa o indirectamente, de la diáspora africana en el mundo. Los términos afrocolombiano y afrodescendiente son equivalentes, ya que el primero se desprende del etnónimo afrodescendiente y denota una doble pertenencia: tanto a las raíces negro-africanas ("afro") como a la nación colombiana. Fuente: http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/article-84457.html.
Con el paso del tiempo los instrumentos de percusión igualmente han sido incorporados a la batería de los conjuntos sinfónicos en varios países latinoamericanos, lo que representa la diferencia esencial, entre la historia musical de América Latina y la historia musical europea.
Es igualmente significativo reconocer la presencia de los Africanos como artífices en diversas expresiones manuales y su protagonismo en la tradición artesanal de los pueblos africanos y su desempeño en América, esta fue otra actividad importante diferente a las tradicionales a las que fueron sometidos como el trabajo en las minas, servicio doméstico o en las haciendas, (NAVARRETE , 2014) afirma que "los negros esclavos que llegaron a América eran portadores de destrezas artesanales importantes, en consecuencia, su desempeño en estas actividades no les fue completamente extraño"(p.25).
El hecho es que la cultura africana aporto matices importantes en el continente americano en el aspecto cultural y religioso, como lo dice Friedeman "aún a tres siglos después, en el XX, ni curas ni frailes ni inquisidores ni científicos sociales se habían dado cuenta de que deidades africanas habían descendido de los barcos negreros" (FRIEDEMAN, 1988, p.384)
El encuentro de culturas no solo dejo sufrimiento para las victimas sino también un importante legado cultural en las futuras generaciones, "los esclavizadores no se imaginaron que en el vientre gestor de los navíos negreros se transportaron no sólo hombres, mujeres y niños, sino también deidades, creencias y concepciones" dice (BOLÍVAR, 1997, P, 156). Aunque la triada español, negro e indio, produjo una cultura rica de peculiaridades regionales que ha venido enriqueciéndose y evolucionando. En particular bien se podría asegurar que la población Afro enalteció de manera exclusiva la sociedad latinoamericana con expresiones culturales traídas desde África dejando legados en la música, la danza, las fiestas populares, y las manifestaciones religiosas, que son parte de esta herencia cultural.
Sin embargo en un contraste crítico del pasado y presente, la abolición de la esclavitud no significo una gran mejora en la calidad de vida de los afrodescendientes. Desde la perspectiva de algunas organizaciones, se puede decir que los indicadores demuestran un carácter de desventaja social. La situación de pobreza y exclusión es la consecuencia de la discriminación racial como lo manifiesta el informe de la CEPAL 2009, cuando afirma que en América Latina, la abolición de la esclavitud no significó la abolición de la condición de servidumbre de las comunidades negras. (Jhon, Alvaro, & Fabiana, 2009). Refiere que el racismo perduró en los proyectos de sociedad de las élites dominantes que remplazaron a los colonizadores. Sobre esto, (ANTON , BELLO , DEL POLO , PAIXAO, & RANGEL, 2009) concuerdan en que el panorama de diferencias, desventajas y limitaciones que enfrentan los afrodescendientes tiene orígenes cimentados desde la colonia (p.15).
La trata negrera dio lugar a uno de los más grandes desplazamientos forzados de personas que haya conocido la humanidad, y a la vez constituyo una forma de genocidio insospechado, vergonzante y con secuelas nefastas, (DOUDOU, 2001) expone que "lo peor para los pueblos negros es que ellos mismos hayan interiorizado, hasta cierto punto, el discurso racista inherente a esta práctica" (P.6). Sentimiento que se refleja en la hostilidad de hombres blancos y negros libres y civilizados, (ROSSI, 1926) expone que en el siglo pasado el conflicto del color se desarrolló en tierras de América y de alguna manera subsiste como un legado de la esclavitud. Como sea, América posee una uniformidad cultural que a nombre del mestizaje que oculta las diferencias construidas históricamente y los procesos de invisibilidad y desigualdad en la que ha permanecido la población afrodescendiente, lo que permite dilucidar de manera critica que la esclavitud es un hecho deplorable de la especie humana, una acción que representa atraso, vergüenza, traumas y rencores por lo que es obligación de toda persona rechazar todo acto que represente discriminación racial.
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BIOGRAFÍA
Carlos Arturo Tamayo Sánchez, Administrador de Empresas, Especialista en Gerencia de Marketing, Master´s Degree in Project Management (M.P.M), Quebec University, Canadá. Investigador y Docente Universitario – Bucaramanga, Santander. Artículo de Reflexión.
Autor:
Carlos Arturo Tamayo
Sánchez Bucaramanga, Colombia