Descargar

Promoción de una cultura literaria: actividades para su enriquecimiento

Enviado por Zareda


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Papel de la biblioteca dentro de los contextos educativos
  4. Propuesta de Actividades
  5. Reflexiones Finales
  6. Bibliografía

Resumen

La cultura es la que nos hace diferentes en nuestra especificidad, si la perdemos, nos convertimos en una masa indiferenciada, devorable por cualquiera en cualquier circunstancia. Perder la cultura supone estar a un paso de perder nuestra identidad y por ende nuestra soberanía.

Con el propósito de reafirmar los valores que promueve la cultura y hacerlo extensivo a nuestros estudiantes por medio de una propuesta de actividades que activen la labor cultural en la Facultad de Educación Infantil de la Universidad de Oriente sede: "Frank País García", es el objetivo que ha motivado la realización de este artículo científico y con ello se busca sistematizar la promoción de acciones desde la biblioteca y lograr que se fortalezca como unidad cultural.

Introducción

La cultura es el reservorio de la espiritualidad de nuestro pueblo y esa espiritualidad sustenta y conforma nuestra identidad, y esta a su, vez legitima nuestra soberanía. Se nos hace urgente, hoy más que nunca apostar por nuestra cultura, pues dicha posición será determinante a la hora de defender lo que para cada uno de nosotros ha significado la Revolución, su expresión humana, su sentido de pertenencia, que es decir para su identidad la suerte y el orgullo de poseerla.

En este empeño por rescatar, enriquecer y preservar todo lo heredado, lo conquistado por nuestra sociedad en el campo de la cultura a través de la cual se cristalizan los valores humanos que postula y defiende nuestra Revolución, la biblioteca, como espina dorsal de la cultura de nuestros centros educacionales y lugar que atesora todo el saber del hombre en su accionar por la historia de la humanidad, se yergue como el lugar justo para lograr, con su gestión, convertir a ese estudiante en un sujeto promotor de cambios sociales, en alguien protagonista del instante histórico que le ha tocado vivir, alguien capaz de apropiarse de su historia, de su cultura, consecuente en su modo de pensar, sentir y actuar, acorde con los principios y conquistas de su pueblo y la experiencia más avanzada de su tiempo.

El objetivo crucial de nuestra sociedad, es la formación integral de todos sus ciudadanos, tal objetivo es el que rige a nuestra institución, además de incidir en que nuestros educandos posean una cultura general integral, para llevar a efecto tales propósitos, es necesario haber creado sólidos hábitos de lectura en los educandos o por lo menos que ellos tengan conciencia de la necesidad de alimentar dicho hábito, siendo como es la lectura la actividad fundamental de la biblioteca y el acto más íntimo para llegar al conocimiento, constituye vía clave para acercar a los estudiantes a través de la difusión de la misma y por medio de ella de los fondos que posee la biblioteca al patrimonio cultural nacional y universal que la misma atesora.

Los servicios culturales son tan antiguos como la biblioteca misma, la extensión cultural ha sido parte integrante del quehacer bibliotecario desde tiempos remotos. Hablar de actividad cultural en la biblioteca pudiera parecer un asunto redundante, no solo porque son en si misma una instalación educativa y cultural, sino porque se han constituido progresivamente en el lugar cultural por excelencia de nuestros planteles educacionales, ese sitio que alberga la cultura, pero a la vez la irradia hacia el capital humano que la frecuenta.

Por suerte, el hombre ha descubierto, y a tiempo, algo desengañado, el costo espiritual y humano de las nuevas tecnologías, útiles y atractivas, pero nocivas si esta carece de riendas éticas y culturales que obren positivamente en el arsenal espiritual de los hombres que las han asumido como fuente de desarrollo.

Retomar el diálogo con los libros y fortalecerlo se hace necesario en nuestras instituciones educacionales, sin obviar las nuevas tecnologías, porque seria negar el futuro, se debe refrescar el espacio único y salvador que propicia la lectura vía útil y amena para acceder a la cultura, esa que nos define y nos sustenta.

Desde que en 1961 la Revolución envió a esa legión de jóvenes alfabetizadores en generosa epopeya por nuestra mala geografía, tuvieron las bibliotecas que enfrentarse a una masa creciente de lectores ávidos de saber y conocimiento.

En esos momentos nunca fue tan magnánima, tan justiciera, audaz y honesta la obra de la Revolución cuando a través de Fidel se dijo al pueblo que no se le pedía "creer sino leer". En el programa contenido "En palabra a los intelectuales", aquel encuentro que sostuvo Fidel con los intelectuales cubanos en el lejano 1961, se abrían las puertas para el desempeño de una cultura que estuviese al servicio del pueblo y que fuera este su protagonista más activo y su destinatario más fiel. A partir de entonces, las instituciones cubanas alimentaron un hermoso y ambicioso plan para llevar a buen puerto tal propósito. La biblioteca tomó parte activa en este empeño.

Fue necesario transformar el papel tradicional de las bibliotecas de menos almacenes de conocimientos para convertirse en puertas abiertas a la información y a la cultura, en punto de referencia cultural y gestor de actividades que propagaran el conocimiento de nuestra cultura nacional y de nuestra identidad.

En correspondencia a la política educacional cubana y la Dirección de la Revolución en su empeño de elevar a niveles superiores la cultura en el país y darle continuidad a las acciones del Programa Nacional por la Lectura y como un esfuerzo más del pueblo en la batalla por una educación y cultura más plena, elevadas y accesibles a todos, las bibliotecas se han convertido en ese centro de desarrollo y promoción cultural que de ella se exige, de responder a las necesidades bibliográficas, pedagógicas y culturales de sus usuarios potenciales y procurar hacerse extensiva a la comunidad.

Es pues innegable el papel preponderante de la biblioteca en el cumplimiento de nuestra política educacional. La biblioteca es depositaria de la cultura contemporánea, auspicia por dentro y por fuera de sus paredes el estudio, la investigación y todas las manifestaciones de la cultura y el arte. Como complemento de la escuela ocupa un lugar prominente dentro de cada institución y no solo tiene visión y proyección educativa, también cultural; de ahí la necesidad de dejar de pensar en ella como una simple colección de títulos y dejarle asumir la oportunidad de patrocinar programas culturales con vista a elevar la cultura de los estudiantes que a ella asisten y que puedan estos hallar en ella y en los profesionales de la misma medios eficaces para conseguir una mayor ilustración y preparación intelectual y humanística.

El apoyo a una cultura general e integral desde el ángulo informacional y educativa, es objetivo primario de nuestra institución informática, pues se trata de legar a las presentes y futuras generaciones los sentimientos, costumbres y procesos de la civilización como herencia histórica. Desde nuestra concepción estratégica y en estos momentos históricos, resulta imprescindible encaminar los esfuerzos hacia dos dimensiones fundamentales: la preparación cultural general de nuestra comunidad pedagógica y el impacto en la dirección del proceso educativo y la actividad científico informativa.

Estas razones son las que nos obligan a ser creativos, a convertir la biblioteca en un centro que irradie cultura, a descubrir a ese lector en potencia que espera que un libro venga a enriquecer su vida, hemos de hacer de ella una institución democrática de enseñanza pero a la vez de cultura e información.

Los servicios culturales en las bibliotecas son tan importantes como los servicios bibliográficos, en tanto aquellos tengan en cuenta al libro como elemento primordial en una búsqueda, no solo de lectores sino de usuarios que tienen derecho al disfrute de todo tipo de bienes.

La biblioteca, por tanto, es depositaria de la cultura contemporánea. Según dictan sus documentos normativos, entre sus principales funciones está la promoción de la lectura, medio eficaz para consolidar los conocimientos, de elevar el nivel cultural de los educandos y conseguir que la misma se convierta en hábito. Todo ello propiciará un mejor dominio del vocabulario, estimulará el espíritu investigativo, el nivel de apreciación de obras literarias y la obtención de un conocimiento científico del mundo.

En cuanto a los servicios que ha de brindar están los de consulta y referencia, préstamos circulantes y en sala, educación de usuarios, servicios automatizados y el de extensión cultural. Este último puede considerarse complementario, como su nombre lo indica, consiste en hacer extensivo la cultura depositada en los libros por medio de actividades colaterales que doten a los usuarios potenciales no solo de conocimiento e instrucción, también de cultura.

Este servicio, además, consigue acrecentar la cultura por medios eficaces y hacen de la biblioteca esa institución llamada a contribuir a la formación integral de los estudiantes y que complementa de manera eficaz la tarea formadora de la escuela.

Son las bibliotecas, entonces, una alternativa flexible de educación, una posibilidad extraordinaria de acceso gratuito a los materiales de lectura donde participan todos los individuos sin discriminación, es una forma de educación amplia, un apoyo para aliviar las cargas económicas que acarrea los libros recreativos y de consulta, es un espacio experimental para aprehender, generar, compartir y transformar la riqueza cultural desarrollada por la humanidad a lo largo de su historia. Es además, un espacio de encuentro y reconocimiento del otro y de construcción de comunidad y convivencia.

Desarrollo

Papel de la biblioteca dentro de los contextos educativos

La Educación es el medio, el camino por el que se transita para lograr la formación de capacidades y habilidades intelectuales y prácticas, así como una conciencia en distintas formas y manifestaciones que se expresan en actitudes, convicciones y comportamiento en el marco de múltiples y complejas relaciones sociales. Por medio de la educación se desarrollan además los valores a través de los cuales el hombre se comunica con su mundo interno y externo.

La cultura general del ser humano, su consecuencia sus sentimientos, su forma de actuar, su actitud ante la vida y ante la realidad circundante, no son el producto automático de transformaciones estructurales, hay que formarlos y desarrollarlos y aquí donde la escuela como Institución social ocupa un lugar de primer orden. Múltiples y variadas son las actividades que ejercen influencia en la formación y desarrollo de una cultura general integral que le permiten a los estudiantes orientarse adecuadamente dentro de la sociedad y guíen sus acciones en sentido positivo dentro del medio que les rodea.

Sin embargo, en nuestra biblioteca universitaria, los objetivos propuestos mediante este servicio de extensión cultural, no llegan a materializarse eficazmente, debido a incongruencias, desajuste y a la falta de un trabajo conjunto.

Nuestra institución pertenece a un centro en el cual se forma profesionales, los objetivos de su crecimiento cultural se tornan elementales pues serán profesionales de la educación y su principal tarea será la de formar a nuevas generaciones, para ello, es necesario que sean depositarios de lo mejor y más genuino de nuestra cultura y de la cultura universal.

Así pues, el trabajo de extensión de la biblioteca ha de estar ligado a la política cultural de nuestra Revolución, sin embargo, los resultados del trabajo programado no siempre son los esperados, debido en gran medida a las limitaciones por la falta de coordinación y apoyo, además de la carga docente que impide con gran frecuencia, la participación masiva de los estudiantes en dichas actividades.

Cuando se habla de cultura general integral, se habla de un sistema de conocimientos alcanzados por el hombre en su desarrollo en las diferentes ramas del saber humano abarcando lo científico, lo político, lo estético, lo ético, lo físico; es lograr un hombre preparado Integralmente, más libre, pues como bien expresara nuestro Héroe Nacional José Martí: "Ser culto es el único modo de ser libre". (Citado por Valdés Galárraga, R. 2002, p.117)

La necesidad de formar a un hombre Integralmente desarrollado se manifiesta hoy más que nunca, debido a los rápidos cambios en el orden científico-técnico, los avances producidos en la ciencia que hoy rebasan el marco de lo imaginables y la renovación frecuente producciones en la técnica, todo ello requiere del dominio en lo general de la herencia cultural de la humanidad, el fomento sistemático de conocimientos científicos actualizadas pero a la vez el desarrollo de valores morales, dirigidos a fomentar elevados sentimientos y gustos estéticos. No será posible alcanzar el fin de la educación, si solo es considerado de manera absoluta la necesidad de ofrecer al individuo conocimientos.

Dotarlo de todos los medios posibles para que logre una amplia cultura, facilitarle las vías para que conozca los avances científicos y técnicos de punta; pero si aparejado a todo esto inculcarles amor a la patria, a la familia, al trabajo, al estudio, a sentir experimentar el amor como expresión suprema de la más elevada sensibilidad humana, a ser digno, valiente, esforzado, justo en su análisis y en su actuar a rechazar lo injusto, a ser perseverante y a sentir respecto a la historia, por el cúmulo de conocimiento que la humanidad ha aportado a la largo de su existencia, entonces si podemos hablar de Cultura General Integral.

A propósito del tema tratado en la investigación resultaría válido dar tratamiento al concepto de cultura y la definición que de la misma dan algunos autores. Según el crítico e investigador Ambrosio Fornet: "cultura es todo lo que no es naturaleza, todo lo que ha sido elaborado por la acción, la inteligencia o la imaginación del ser humano", y continúa expresando "un árbol no es cultura pero el ídolo o la mesa o el cucharón en que se ha convertido su madera sí lo es". (1996, p.16)

Por su parte E. Taylor, define cultura como "ese complejo de conocimiento, ciencias, arte, derecho, costumbres y cualquiera como miembro de la sociedad". (1958, p. 19)

Así mismo la investigadora Graciela Pogollotti define cultura como "una síntesis del modo de vivir, de las costumbres, de las circunstancia con que vive la gente y ante los cuales reacciona". (2000, p.111)

Para que un pueblo sea culto, necesita, entre otras cosas de un sistema educativo eficaz, para que esto último sea posible, se requiere el uso sistemático de la lectura, la lectura exige libros y para poner estos a la disposición de la sociedad se requieren las bibliotecas.

Así pues, no deberá ser una institución de carácter aislado que se deba justificar por si sola y mantenerse por tradición, por razones de prestigio y de orgullo nacional. La biblioteca ha de ser una institución de cultura, su papel es indispensable para que la función educativa cumpla cabalmente con los objetivos que se le asignan.

La información y la educación son requisitos para el desarrollo económico y social de cualquier país, ellas constituyen una de las maneras más eficaces de poner toda una gama de materiales de información a la disposición de todos.

En nuestro país, la técnica y la ciencia ejercen una influencia creciente en la vida social y económica, de ahí que sea cada vez mayor la necesidad de información científica, tecnológica y profesional para los investigadores, estudiantes y trabajadores.

Dentro de sus funciones fundamentales están las de realizar propagandas activas, dirigidas a la divulgación de los libros y la orientación de la lectura, principal vía para dar a los estudiantes libre acceso a la suma de los pensamientos y a la ética del hombre y a la creación de su imaginación. Su principal papel consiste en renovar el espíritu del hombre suministrándole libros para su distracción y recreo a la vez de darle a conocer los progresos de la ciencia, la técnica y el arte.

Ha de brindar, además, a los estudiantes, la posibilidad de seguir el ritmo de su época, de hacerlos conscientes en la necesidad de convertirse en protagonistas, renovadores de su tiempo, enriquecedores de los momentos que les ha tocado vivir. Su fondo ha de ser la prueba patente de la evolución del saber y de la cultura, trasmisora de conocimientos y de ideas, ayudando así a formar en ellos sus propias opiniones y a desarrollar sus gustos y sus facultades críticas y creadoras.

La biblioteca en pos de su legado social y educacional ha de ser capaz de reunir a las personas con intereses comunes, ha de disponer pues de un buen local y el material necesario para organizar exposiciones, debates, disertaciones, proyecciones fílmicas, dando así pruebas de su utilidad e incitar a servirse de ella, ha de ser activa y constructiva en sus métodos y su labor de extensión ha de coordinarla con otras instituciones educacionales, de cultura y de proyección social.

Nuestro sistema educacional ha de reconocer cada vez más la importancia de las bibliotecas para el progreso económico y cultural de los pueblos. El incremento de sus servicios es un aspecto de la evolución intelectual, social y económica y dependerá su valor de la calidad de sus servicios y del dinamismo conque asuma la labor de divulgación cultural; no bastará con servir al usuario el libro que busca, será necesario desarrollar un plan de actividades encaminadas a abrir nuevos campos de lectores y ayudarlos a transitar por ellos.

Su trabajo de información es grande: fomentar hábitos correctos de lectura, enseñar el manejo de los instrumentos de información que ayuden al docente en su labor, complementar la enseñanza educativa con el fin de preparar a los usuarios para que puedan aprovechar los conocimientos en beneficio propio y de la sociedad.

El mérito de una biblioteca está en la calidad de su patrimonio, en la tecnificación constante de sus funciones y estrecha vinculación con el personal adjunto a ellas.

Actividades para la promoción cultural

El trabajo de extensión cultural entraña una alta responsabilidad pues incide marcadamente en el enriquecimiento de la identidad de los estudiantes que es decir, los valores, características personales, intereses, gustos, sensibilidad y capacidades, todo lo cual deja una huella mucho más profunda que en los adultos.

La semana de la cultura pudieran ser marco propicio para ofrecerles a los estudiantes actividades que amplían su horizonte y lo hagan vibrar con el maravilloso mundo del arte y la literatura.

Estas actividades deben poseer algunos principios básicos como son:

  • El rol de los estudiantes no solo como espectadores sino también como participantes, que pregunten, den criterios; propiciar su libre expresión.

  • Cada actividad que se programe ha de ser portadora de los más altos valores éticos, estéticos, locales, nacionales y universales.

  • Los objetivos primordiales han de ser reforzar la identidad nacional y los sentimientos de pertenencia a nuestro país, ampliar su horizonte cultural, despertar la curiosidad y los intereses por saber más, estimulados a soñar con un mundo mejor, desafiarlos a probar sus habilidades para construir la belleza de la vida cotidiana.

Desde luego, dichas actividades han de estar encaminada además a desarrollar valores como: cooperación, ayuda mutua y solidaridad en lugar de rivalidad y ansias por destacarse; respeto a su entorno, a sus mayores, a sus compañeros, la historia local y nacional, los símbolos patrios, las bellezas naturales, culturales y materiales, todos los seres vivos y el planeta; responsabilidad respecto a sus acciones y decisiones; honestidad, sinceridad, veracidad en las relaciones humanas, dignidad personal y nacional; iniciativa, criterio propio, capacidad de tomar decisiones sin seguir derroteros establecidos.

Pudieran agregarse otros valores, de lo que sí no se trata, es de dar moralejas, discursos, ni "teques", sino que en la estructura misma de cada actividad estén implícitos estos valores de manera que los estudiantes los respiren en cada acción cultural sin que por ello las mismas pierdan su carácter recreativo, emocional y alegre. El problema radica en pensar en que emociones, sentimientos, sensaciones e ideas provocamos, porque detrás de ellos subyacen valores que pueden ser positivos o negativos.

Es de suma importancia tener en cuenta las capacidades que estas actividades pueden y deben desarrollar como son:

  • Discernir entre las obras que contienen valores estéticos y éticos y aquellas que carecen de ellos.

  • Sentido crítico para valorar las ofertas y seleccionar las mejores. Solo así iremos formando un público exigente que promueva la constante elevación de la calidad de nuestras producciones culturales.

  • Afición al empleo del tiempo libre en actividades culturales que enriquezcan el mundo interior, amplíen el horizonte y permitan asomarse a las múltiples dimensiones de las riquezas acumuladas en el acervo de la humanidad.

  • Sensibilidad para que lo feo, lo injusto, lo indigno lo mezquino lo subleven y procuren remediarlo y para disfrutar plenamente de la belleza en cada acción u objeto cotidiano, así como de las grandes obras de arte, la ciencia, la literatura, la política o la historia.

  • Comunicación sincera con los otros mediante los múltiples leguajes del arte, la literatura y la ciencia, para expresarse con mayor amplitud y no acumular tensiones.

  • Creatividad para resolver problemas cotidianos, científicos, técnicos artísticos o literarios, ser originales, no copiar, ni imitar, pensar con su propia cabeza y disfrutar del estallido de la imaginación.

Propuesta de Actividades

  • Tras las huellas de los juglares

Propone un espacio para un acto tan milenario como lo es la narración. Como es lógico ha de tenerse en cuenta la edad de los estudiantes las cuales promedian entre 17-19 años. Se tratará siempre de seleccionar narraciones cuyos textos se encuentren en la biblioteca. A dicha actividad, pueden asistir profesores de la rama de Humanidades y buscar el apoyo de los mismos y sugerir a la vez la narración de otros textos literarios.

  • El rincón literario

Funcionará como un club de lectura donde sean escogidos textos pocos conocidos y cuyos integrantes le dediquen un tiempo a su lectura y en los encuentros puedan ser debatidos los mismos e intercambiadas sus lecturas. La variante radicará en que los propios integrantes fungirán como divulgadores de las mismas. Serán escogidos de 3 a 4 estudiantes por grupo y ellos mismos serán los promotores en sus propios colectivos.

  • Recitales de poesía

Espacio para promover la lectura de poetas nacionales e internacionales más representativos y también los menos leídos. Se aprovecharán las fechas conmemorativas que tengan que ver con la vida de los mismos. La oportunidad puede ser aprovechada para invitar a poetas de la localidad.

  • Quiero saberlo todo

Será un espacio de consultas, que nos acercará a los problemas y preocupaciones que motivan a nuestros estudiantes. Los temas para cada presentación serán sugeridos por ellos mismos y presentados a la biblioteca. Allí serán seleccionados y con el apoyo de los profesores que serán los mismos asesores, se propiciará el encuentro. Para hacerlo más ameno y crear una atmósfera de complicidad, los temas sugeridos serán bajo el anonimato de los estudiantes.

Espacio ideal para el comentario, las opiniones de los estudiantes a partir de los materiales presentados. Se procurarán proponer aquellos que estén basados en obras cumbres de la Literatura Universal y temáticas de impacto social que les haga reflexionar, y que propicien el diálogo entre los mismos estudiantes.

  • Tertulias Literarias

Aquí se estimulará la creación literaria, se les dará lectura a las obras de aquellos estudiantes que sientan afinidad por las diferentes modalidades de la literatura. Será un espacio para el comentario cultural, novedades literarias, noticias del ámbito cultural en todas sus modalidades. Podrán intervenir trovadores para hacer más amena el encuentro.

A medidas que estas actividades se vayan ejecutando, podrán dar pasos a otras ideas para enriquecer la labor cultural de la biblioteca que es el objetivo de las mismas y lograr que los estudiantes hallen en ellas un espacio de esparcimiento, de disfrute y de crecimiento personal.

Reflexiones Finales

La realización de este trabajo, pretende entre sus objetivos fundamentales denotar que es la biblioteca, ante todo, una institución cultural, provista para brindar servicios de lectura e información a todos los individuos sin distinción y estimular la adquisición de nuevos lectores a través de los servicios que ella brinda; incrementar y satisfacer la necesidad de conocimiento mediante los servicios de extensión de lectura como participar activamente en la realización de programas culturales que involucren a toda la comunidad estudiantil, docente y trabajadores en general.

Se propone, que para el enriquecimiento de la actuación de la biblioteca en la facultad se realicen actividades en que se atiendan: el vínculo entre la gestión de información y la extensión cultural como eje de coordinación entre el trabajo de la biblioteca y los departamentos docentes y de Extensión Universitaria, además de la realización de acciones que promuevan el desarrollo de la cultura general integral de los usuarios.

De manera que, se destaca a la biblioteca, como una institución ideológica y científico-informativa que organiza la utilización de los libros y que está llamada a cooperar con la educación y con el desarrollo cultural y profesional del pueblo.

Bibliografía

Aburto Morales, S. (1994). Difusión cultural y Extensión Universitaria En Revista Educación. La Habana, no. 83, p. 13-17.

Acosta, E. (1998). Bibliotecas del Tercer Milenio En Revista del Libro Cubano. La Habana, no. 2, p. 6-7.

Capacitación para Bibliotecarios Escolares: tercer curso: Estudios Dirigidos. (1974). La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

Carranza, J. (et al.). (1998). Cultura y Desarrollo En Temas. La Habana, no. 15, jul.-sep. p. 82-95.

Cuba Ministerio de Educación. (2000). Compendio de lecturas acerca de la Cultura y la Educación Estética. La Habana: Editora Política.

Cuesta Galárraga, N. (1963). Bibliotecas Escolares: Actividades complementarias: segundo curso. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

Enrique Ureña, C. (1975). Invitación a la lectura. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

Fornet, A. (1996). El (otro) discurso de la identidad nacional En La Gaceta de Cuba, no. 5, p. 16.

————. (2004). Lloviendo sobre mojado: Cultura e identidad. En SIC, no. 21, ene. – mar. p. 20-21.

Gonzáles Arostegui, M. (1998). La cultura de resistencia en el proceso de identidad cultural En Temas. La Habana, no. 15, jul. – sep. p. 123 – 133.

González-Manet, E. (2000). Cultura, globalización y nuevas tecnologías de Comunicación En Temas. La Habana, no.20-21, ene. – jul., p. 4-11.

Nocedo León, I. (et al.). (2002). Metodología de la investigación educacional: T. I y II. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

Pérez Rodríguez, G. (1989). Metodología de la investigación pedagógica y psicológica: T. I y II. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

Rivero Verdecia, A. (1997). Una aproximación a la comunicación, la propaganda y la promoción de la lectura: selección de temas. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

Seijo, A. (et al.). (2000). Cultura Popular e identidad En Temas. La Habana, no. 20-21, ene. – jul, p. 105-123.

Suárez Gómez, C. y Guadarrama González, P. (2001). Filosofía y sociedades. La Habana: Editorial Félix Varela.

Taylor, E. (1958). Cultura Primitiva: investigaciones sobre el desarrollo de la mitología, la religión, el arte y el cristianismo. Massachusset: Smith, Gloucester.

Torre, C. de la. (2002). Identidad e identidades En Temas. La Habana, no. 28, ene.- mar. p. 26 – 35.

Torroella, G. (2004). La formación cultural en la enseñanza superior En Revista Bimestre Cubana, no. 21, p. 66-80.

Ubieta González, E. (1993). Ensayos de Identidad. La Habana: Editorial Letras Cubanas.

Valdés Bernal, S. (1998). Lengua nacional e identidad cultural del cubano. La Habana: Editorial Ciencias Sociales.

Valdés Galárraga, R. (2002). Diccionario del pensamiento martiano. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Vitier, C. (1990). Ese sol del mundo moral. La Habana: Ediciones Unión.

 

 

Autor:

MSc. – Prof. Asist. Zareda Gómez Margendié

MSc. – Prof. Asist. Arbelio Lobaina González

edu.red