- Problemas concretos de la salud mental que aquí veremos
- La autoestima
- El estrés
- El trastorno dismórfico corporal (TDC): la fealdad imaginaria
- Características esenciales del TDC
- Proyecto de vida
- Seguridad personal
- Enfermedades psicosomáticas
- Depresión
- La histeria
- Anorexia
- Bulimia
- En resumen
- Bibliografía
"El estado de ánimo depende en gran medida del equilibrio de nutrientes que modulan los alimentos que ingerimos. Estudios científicos encaminados a relacionar dieta y salud mental revelan que no todo queda en vitaminas y minerales, sino que los ácidos grasos omega 3, abundantes en los mariscos y pescados, desempeñan un papel significativo en ese vínculo." FEFL en Dietas Depresión y Ácidos Omega.
La salud mental es un concepto que abarca no sólo el eufemismo utilizado para evitar nombrar las enfermedades psiquiátricas, sino que nos habla fundamentalmente del derecho a vivir en un equilibrio psico-emocional que, aun siendo inestable, porque vivir lo es, no acarree más sufrimiento que el esfuerzo necesario para mantener ese equilibrio o para lograr otro más adecuado a nuevas circunstancias.
Se trata pues de un concepto utópico, que tiene justamente el valor de la utopía, el de proyectar a los humanos hacia acciones favorecedoras del bienestar de todos.
Es también un concepto multidisciplinar que contempla, además de conceptos médicos y farmacológicos, aspectos que tienen que ver con el mundo laboral, el urbanismo, las clases sociales, la educación, la cultura, las creencias y las modas, en definitiva con el estar aquí y ahora, siendo quienes somos por género cultura y rol social.
Problemas concretos de la salud mental que aquí veremos
Autoestima
Estrés
El sí mismo (self)
Identidad
Imagen
Proyecto de Vida
Seguridad Personal
Concepto de Peligro de Riesgo
Enfermedades Psicosomáticas
La depresión
La Histeria
La Anorexia y Bulimia
La obesidad
La autoestima
Una persona con baja autoestima suele ser alguien temeroso, que desconfía de las propias facultades y no quiere tomar decisiones por miedo a equivocarse. Le cuesta hacer amigos nuevos y está pendiente del qué dirán o pensarán sobre él, ya que tiene un miedo enorme al rechazo, a ser juzgado mal y a ser abandonado.
Suele también tener una imagen distorsionada de sí mismo, tanto a lo que se refiere a rasgos físicos como a su valía personal o carácter.
Una persona con una autoestima óptima, en cambio, goza de las siguientes cualidades:
Posee una visión de sí mismo y de sus capacidades realista y positiva.
No necesita de la probación de los demás, no se cree ni mejor ni peor que nadie.
Afronta los nuevos retos con optimismo, intentando superar el miedo y asumiendo responsabilidades.
Se comunica con facilidad y le satisfacen las relaciones sociales, valora la amistad y tiene iniciativa para dirigirse a la gente.
Sabe aceptar las frustraciones, aprende de los fracasos, es creativo e innovador, le gusta desarrollar los proyectos y persevera en sus metas.
Consejos prácticos para mejorar nuestra autoestima:
El hecho de querernos más y mejor está en nuestras manos, no en las de los demás. Aquí siguen algunos consejos:
Acéptate tal y como eres, en tus cualidades y defectos. Todos tenemos defectos, nadie es perfecto, no pretendas serlo.
Desarrolla el sentido del humor, no des tanta importancia a cosas que no la tienen, ni a los posibles comentarios de los demás.
Con una buena autoestima tendrás:
Mayor aprobación de ti mismo y de los demás.
Menos tensiones y mejor posición para dominar el estrés.
Una visión más positiva y optimista respecto a la vida.
Una buena aceptación de las responsabilidades personales y la sensación de poseer un mejor control de tu vida.
Más independencia.
Mejor capacidad de escuchar a los demás.
Un mayor equilibrio emocional.
Disfrutarás de las situaciones sociales, pero también de la soledad.
Tendrás mayor auto confianza, más humor y creatividad.
Menos temores ante los riesgos y fracasos, que se convertirán en oportunidades, retos, experiencias.
Descubrirás aumento de la capacidad de expresar los sentimientos.
Desaparecerán los sentimientos negativos como la envidia o el rencor.
Tendrás una mayor ilusión, motivación, entusiasmo y capacidad para disfrutar de los grandes y pequeños placeres de la vida.
El estrés
El término de estrés se refiere a cualquier exigencia o estímulo que nos produzca un estado de tensión y que requiera un cambio adaptativo por nuestra parte.
El estrés es la respuesta inespecífica del cuerpo a una demanda, ya tenga por resultado condiciones agradables o desagradables.
Otra manera de ver el estrés es como respuesta fisiológica. Cuando estamos en una situación de tensión el cuerpo está padeciendo estrés, esta situación implica cambios funcionales, motores, nos movemos más rápido, aumenta la tensión arterial, estas maniobras también se relacionan con alteraciones emocionales y conductuales. Más estrés sostenido, más padece nuestro cuerpo.
Existen dos tipos de estrés, si bien cierta medida de estrés es indispensable para nuestra salud y nuestra capacidad productiva, la medida óptima que apunta a un mejoramiento de la salud y el rendimiento se llama fase positiva o eustrés. Si el estrés sigue aumentando, la salud empeora y el rendimiento disminuye; este proceso se considera estrés negativo o distrés.
El estrés es un hecho normal en nuestras vidas. Es inevitable ya que cualquier cambio al que debamos adaptarnos representa estrés. Eso significa que no sólo los eventos negativos sino también los sucesos positivos pueden resultar estresantes.
El síndrome del estrés se define como una combinación de tres elementos: el ambiente, los pensamientos negativos y las respuestas físicas. Estos interactúan de tal manera que hacen que una persona se sienta ansiosa, ofuscada o deprimida.
De manera que si queremos evitar o dejar de estar ansiosos, incómodos o deprimidos; debemos comenzar por regular el estrés, lo que se puede lograr por medio del control de algunos de sus elementos. Aprendiendo la forma de modificar el ambiente, nuestros pensamientos, y nuestras respuestas físicas que nos alteran; habremos librado la primer batalla al estrés.
Para afrontar el estrés de forma positiva, en primer lugar hay que conocer aquello a lo que nos enfrentamos, las exigencias y las posibles consecuencias de lo mismo. Es importante valorar las propias aptitudes a la hora de seleccionar nuestro modo de vida y nuestras actividades. Conviene prepararse para cada situación esperando de ella lo que va a traer consigo, ni más ni menos. No exigirnos demasiado ni plantearnos objetivos inalcanzables, lo que nos ayudará a no obtener frustraciones innecesarias en nuestra vida cotidiana.
Debemos mantener una vida sana, llevando una dieta equilibrada, realizando ejercicio físico y evitando la sobrecarga de tensiones innecesarias. Mantener una situación afectiva estable y satisfactoria es básico para afrontar el estrés, así como llevarse bien con los amigos y con quienes nos rodean, pues tendremos un apoyo en ellos en caso de necesidad.
En numerosas ocasiones las técnicas de relajación nos pueden ayudar a mantenernos tranquilos en situaciones de especial agobio o intranquilidad.
Otros consejos interesantes para sentirnos menos estresados son, por ejemplo, programarnos las actividades diarias sin agobios, no hacer más de una cosa a la vez y no empezar una nueva hasta no haber acabado la anterior, evitar excesivas responsabilidades, aprender a tomarse un tiempo para cada actividad, dedicar diariamente un tiempo a las propias aficiones (leer, escuchar música, meditar, pasear, ir al cine, caminar) y sobretodo, tener en cuenta que nada es definitivo ni irremplazable.
FACTORES DE ESTRÉS
Unos psicólogos construyeron una escala con 43 elementos, recogiendo los acontecimientos vitales más estresantes en la vida de las personas y les otorgaron una puntuación que iba del 0 al 100; lo llamaron Eventos vitales. Para estos autores el estrés significaba una adaptación al cambio, por lo que estos acontecimientos o cambios pueden ser tanto positivos como negativos para nuestra vida y es posible que una persona se encuentre en más de una situación estresante al mismo tiempo. En la siguiente tabla están expuestos los sucesos vitales estresantes descritos por ellos, que van desde el nº 1 con una puntuación de 100, hasta la 43 con una puntuación mínima de 11. Hemos de tener en cuenta que para cada persona y cultura puede verse modificada la valoración personal del estrés:
1. Muerte del cónyuge (100) | 16. Cambios importantes en el estado financiero (ganar o perder más de lo habitual. (37) | 31. Cambio importante en las condiciones o el horario de trabajo. (20) |
2. Divorcio (73) | 17. Muerte de un amigo íntimo. (36) | 32. Cambio de residencia. (20) |
3. Separación matrimonial (65) | 18. Cambio a una línea o tipo de trabajo distinto. (35) | 33. Cambio a una nueva escuela. (19) |
4. Encarcelación (63) | 19. Incremento importante en las disputas conyugales. (31) | 34. Cambio importante en el tipo y/o cantidad de tiempo libre. (19) |
5. Muerte de un familiar cercano (63) | 20. Grandes desembolsos de dinero (compra de casa, negocios, etc.). (30) | 35. Cambio importante en la frecuencia de ir a la iglesia. (19) |
6. Lesión o enfermedad personal (53) | 21. Vencimiento de hipoteca o préstamo. (29) | 36. Cambio importante en las actividades sociales. (17) |
7. Matrimonio (50) | 22. Cambio importante en las responsabilidades laborales. (29) | 37. Contraer hipoteca o préstamo no muy altos (coche, TV, etc.) (16) |
8. Despedida del trabajo (47) | 23. Abandono del hogar por parte de algún hijo (independencia, matrimonio, etc.). (29) | 38. Cambio importante en los hábitos del sueño. (15) |
9. Reconciliación matrimonial (45) | 39. Cambio importante en el número de familiares que viven juntos. (15) | |
10. Jubilación. (45) | 25. Triunfo personal sobresaliente. (26) | 40. Cambio importante en los hábitos dietéticos.(15) |
11. Cambio notable en la salud o en la conducta de un familiar. (44) | 25. Esposa que empieza o abandona el trabajo fuera de casa. (26) | 41. Vacaciones (13) |
12. Embarazo. (44) | 27. Inicio o finalización de la escolaridad. (25) | 42. Navidades (12) |
13. Dificultades sexuales. (39) | 28. Cambio importante en las condiciones de vida (nueva casa, etc.). (24) | 43. Leves transgresiones de la ley (manifestaciones, infracción de tráfico) (11) |
14. Existencia de un nuevo familiar (nacimiento, adopción, etc.). (39) | 29. Cambio de hábitos personales (vestuario, amigos, etc.). (23) |
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15. Reajuste financiero importante (reorganización, quiebra, etc.). (38) | 30. Problemas con los superiores. (20) |
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Frida, la Inmortal…
EL SÍ-MISMO (SELF)
Dentro del campo de la experiencia está el sí-mismo, el cual no constituye una entidad estable e invariable, pero que, al observarlo en un momento dado, parece que lo fuera.
El SÍ-MISMO IDEAL (IDEAL SELF)
El sí-mismo ideal es el auto concepto que más le gustaría tener al individuo y sobre el cual sitúa el más alto valor para sí-mismo. Al igual que el sí-mismo constituye una estructura versátil, cambiante, constantemente sometida a nuevas definiciones.
TENDENCIA A LA AUTORREALIZACIÓN
Es la tendencia a expresar y activar todas las capacidades del organismo o al sí-mismo.
DESARROLLO
Cada individuo tiene la capacidad de experiencias y de saber cuáles son sus propios desajustes. Es decir, uno puede experimentar las incongruencias entre el concepto de uno mismo y las experiencias reales.
La primera sensación del sí-mismo que tiene el bebé es casi enteramente un sí-mismo corporal: un sí-mismo como organismo físico, A esto se refería Freud cuando decía que nuestro primer ego es un ego corporal. Más adelante, a medida que se desarrolla la mente, el niño aprende a resituar el sentido del sí-mismo "más arriba": el ego y el sí-mismo encuentran su ubicación primaria en la mente.
Cuando el crecimiento se desenvuelve de forma apropiada, se reconoce el cuerpo como parte del sí-mismo, pero como proyección no como la totalidad.
La conciencia, por su parte, es la percepción del ego y del cuerpo y proporciona un sentido del sí-mismo más complejo y comprensivo.
Cuando el infante comienza a tener conocimiento del sí-mismo desarrolla una necesidad de amor o estimación positiva, pero como los niños no separan sus acciones de sus seres totales, ellos reaccionan ante la aprobación para ellos-mismos.
Los niños pueden actuar contra su propio interés llegando finalmente a considerarse a sí-mismos en términos fraguados originalmente para agradar o complacer a otros.
Pero este proceso supone además el potencial para la disociación del cuerpo. Cuando existe disociación, el cuerpo ni pertenece exclusivamente al sí-mismo ni constituye siquiera un aspecto del self; es, en cambio, la ausencia del propio ser.
La esencia de tomar conciencia de sí-mismo consiste en aprender a darse cuenta, aprender a prestar atención.
El tomar conciencia de sí-mismo incluye muchos más aspectos que los mencionados: el patrón de respiración que solemos adoptar y los momentos en que interrumpimos su ritmo natural; el tono de nuestra voz y los mensajes que transmite; las formas en que nos paramos o movemos, y el código silencioso que contienen nuestra actitud y postura; las señales que emitimos en la expresión de nuestros ojos y rostro. Todas son expresiones de nuestra conciencia interior.
Pero, más allá de todo: los sueños y los secretos implícitos que esconden; las fantasías y deseos que encierran; la música que hay dentro de nosotros y que quizá nunca compartimos enteramente con nadie, temerosos de que nadie nos comprenda, de que todo el mundo nos rechace, incluidos nosotros mismos.
El sí-mismo constituye un vasto continente cuya exploración quizás, no llegaremos a completar nunca.
EL Ego REAL VS LA IMAGEN IDEALIZADA DEL EGO
Todos enfrentamos la labor de establecer metas para nosotros mismos y definir nuestras aspiraciones para lograr una vida mejor. Formamos una imagen del ego idealizado, que es el ego que aspiramos ser.
Siempre habrá peligro de confusión entre nuestras ideas sobre nuestro ego real y el ego en que desearíamos convertirnos, de hecho, a menudo, adoptamos la imagen idealizada del ego como el ego real.
ENAJENACIÓN DEL EGO
Es cuando ocurre un conflicto interno en donde ocurre el abandono del ego real a favor del ego ideal.
CONSECUENCIAS DAÑINAS DE LA IDENTIFICACIÓN CON EL EGO IDEALIZADO
La búsqueda de gloria:
Va acompañada de tres necesidades.
La necesidad de perfección:
Es la implicación lógica del deseo de gloria. La naturaleza de la perfección va determinada por el rumbo hacia el cual los individuos han organizado su personalidad hacia, contra, o lejos de la gente:
Hacia la gente:
Deben ser no solos moralmente buenos, sino virtuosas y sin tacha.
Contra la gente:
Deben ser no solo capaces sino superhombre o súper mujeres
Lejos de la gente:
Debe haber perfección y nada menos.
Ambición neurótica:
Consiste en destacar la supremacía sobre los demás.
La necesidad de un triunfo vengativo:
Consiste en un deseo de superar y humillar a otro.
Necesidades neuróticas y círculos viciosos:
La mayor necesidad provoca un miedo más intenso y la persona hace un mayor esfuerzo para satisfacerla.
2. Imaginación y la búsqueda de gloria:
Es cuando las personas tienen momentos de extravagancia (soñar despiertos) y temporalmente huyen de la dura realidad a un mundo interior imaginario.
3. Pacto con el "diablo":
Describe el proceso de enajenación del ego. La base del pacto es el deseo de grandeza, así como un fuerte anhelo similar por lograr soluciones fáciles.
INTENTO POR SOSTENER LA PROPIA IMAGEN IDEALIZADA
Orgullo neurótico contra el orgullo real
Orgullo real:
Viene de una evaluación del ego y toma la forma de amor propio o egoísmo.
Orgullo neurótico:
Es cuando las necesidades se convierten en virtudes.
Pretensiones neuróticas:
Comprenden la afirmación infundada en un derecho o título.
Tiranía de los deberes:
Son los sistemas de dictados internos o expectativas que ayudan a sostener una imagen endosiada del ego.
TEORÍAS DE LA IDENTIDAD
Erikson señala que la identidad es identificación, identificación desde otros y que nuestra identidad es, con anterioridad nuestra, una identidad para otros. Solo desde los otros podemos tener noticia inicial de quiénes somos. La realidad radical de nuestra identidad personal no es nuestro cuerpo, en el que obviamente tiene que apoyarse, sino las relaciones específicas con que hemos estado respecto a los demás.
La individualidad personal y su identidad son una construcción social — una realidad social.
El ego, tiene, dos aspectos: uno como actor y otro como carácter, imagen o persona que se intenta representar, un ego – actor y un ego – actuado o representado. El primero es el que programa y prepara los detalles de la representación y el segundo el que resulta proyectado en la representación misma. Además distingue tres niveles en el proceso de conformación y funcionamiento de la identidad estigmatizada: el de la identidad social, el de la identidad personal y el de la identidad del ego.
Por identidad social entiende el carácter o rasgos atribuidos desde indicios o señales que una sociedad emplea normalmente para establecer amplías categorías o clases de personas. Se trata de identidad personal en tanto que supone identificación por los otros por medio de determinadas marcas o señas que les sirven de referencia. La identidad personal se apoya en el supuesto de que un individuo, puede ser distinguido de todos los demás, y de que entorno a todos estos medios de diferenciación puede adherirse una historia continua y única de hechos sociales. Ambas identidades la social y la personal están íntimamente entrelazadas. La identidad del ego hace referencia a las concepciones y valoraciones de la propia persona sobre sí misma.
El estigma
La información es reflexiva y corporizada, es trasmitida por la misma persona a la cual se refiere y ello ocurre a través de la expresión corporal. Los símbolos de prestigio pueden contraponerse a los símbolos de estigma, aquellos signos especialmente efectivos para llamar la atención sobre la degradante incongruencia de la identidad. Los signos que trasmiten información social varían según sean o no congénitos y, en caso de que no lo sean según que, una vez empleados se conviertan o no en una parte permanente de la definición esencial de la persona. Los signos no permanentes empleados sólo para transmitir una información social pueden o no utilizarse contra la voluntad del informante, en caso afirmativo tienden a ser símbolos de estigma.
También plantea el problema de la visibilidad de un estigma particular es decir, en qué medida ese estigma sirve para comunicar que el individuo lo posee. En primer lugar hay que distinguir la visibilidad de un estigma para su conocimiento. Cuando un individuo posee un estigma muy visible, el simple contacto con los demás dará a conocer dicho estigma. Pero el conocimiento que los demás tienen de él dependerá de otro factor además del de la visibilidad corriente, en segundo lugar la visibilidad debe distinguirse a su imposición por la fuerza. Cuando un estigma es inmediatamente perceptible sigue en pie el problema de determinar hasta que punto interfiere con el flujo de la interacción. En tercer lugar es separar la visibilidad de un estigma de ciertas posibilidades de lo que podría denominarse foco de percepción.
En conclusión al hablar de visibilidad hay que distinguirla entonces de otros problemas: el conocimiento del atributo, la fuerza con la que se impone y su foco de percepción.
En todo del problema del manejo del estigma influye el hecho de que conozcamos o no personalmente al individuo estigmatizado, pero, para tratar de describir en qué consiste esa influencia es indispensable formular el concepto de identidad personal. Es sabido que dentro de los círculos sociales pequeños y de larga cronología cada uno de los miembros llega a ser conocido por los demás como una persona única. El término único entraña ideas de importancia.
Una idea implicada en la noción de unicidad es la de una marca positiva o soporte de la identidad, como por ejemplo la imagen fotográfica que tienen los demás de un individuo o el conocimiento de su ubicación especial dentro de una determinada red de parentesco. La segunda idea implicada en la noción de unicidad es que, la mayoría de los hechos particulares relativos a un individuo también puede aplicarse a otros, advertimos que en ninguna otra persona en el mundo, se encuentran combinados, la totalidad de los hechos que se dan en aquella que conocemos íntimamente, este es un recurso más que permite distinguirla positivamente de cualquier otra. Según una tercera idea lo que distingue a un individuo de todos los demás es la esencia de su ser, un aspecto general y central de su persona que lo hace enteramente diferente de quienes más se le asemejan.
El trastorno dismórfico corporal (TDC): la fealdad imaginaria
Un tipo especial de obsesión…
La satisfacción por la imagen corporal es un objetivo importante en la sociedad actual, y esta preocupación por el aspecto físico se convierte en patológica cuando alcanza límites irracionales. Los medios de comunicación promueven el ideal de cuerpo perfecto. Estos mensajes influyen en el desarrollo de la identidad del adolescente, quien percibe una imagen distorsionada de su propio cuerpo como un estigma.
Las personas que padecen el TDC tienen una preocupación excesiva por su imagen corporal, por un algún defecto corporal mínimo o por defectos corporales que sólo están en la mente de quien los imagina. Pero, en caso de que alguna imperfección existiera, los sentimientos que ésta genera son extremadamente exagerados o infundados. Estas ideas obsesivas están referidas a partes de cuerpo a las que se les asigna una especial función estética o comunicativa.
Quienes padecen este trastorno tienen una serie de ideas sobre valoradas acerca de su cuerpo o de algún rasgo, que no alcanzan proporciones delirantes porque en algún momento reconocen que estas obsesiones son irracionales o excesivas, o sea que conservan el juicio de realidad.
Gran parte de estas personas experimentan un malestar intenso en relación con el defecto y describen sus preocupaciones como "muy dolorosas, torturantes o demoledoras". No pueden controlar y dominar sus preocupaciones pero a la vez hacen poco o nada por superarlas.
Suelen pasar horas cavilando acerca del defecto, al punto que estos pensamientos dominan sus vidas casi por completo. Por ello, en muchos casos se constata un deterioro significativo en muchas áreas de la vida del sujeto.
Características esenciales del TDC
Síntomas:
Se refieren a defectos imaginarios o de poca importancia en la cara, o la cabeza como acné, arrugas, cicatrices, manchas vasculares, palidez o enrojecimiento del cutis, vello excesivo, asimetrías, desproporción facial, delgadez del cabello; hinchazones. Estas personas pueden preocuparse también por la forma, tamaño u otros aspectos de la nariz, párpados, cejas, orejas, boca labios, dientes, mandíbula, barbilla, mejillas, uñas.
Cualquier parte del cuerpo puede ser igualmente motivo de preocupación: genitales, pechos, glúteos, abdomen, brazos, manos, piernas, caderas, hombros, tobillos, columna vertebral, amplias zonas del cuerpo e incluso todo el cuerpo.
A veces la preocupación suele expandirse a varias partes del cuerpo simultáneamente.
A pesar de que la mayoría de las quejas suelen ser específicas (labios "torcidos" o nariz prominente o "ganchuda") algunas veces son muy vagas: "cara torcida", ojos "poco abiertos", "senos, casi caídos").
Suelen limitarse a hablar de "su fealdad" sin entrar en detalles.
Pasan varias horas al día comprobando (checkers) el defecto en el espejo o superficies reflectantes (conductas compulsivas).
A veces usan lupas para verlo mejor.
Recurren al aseo excesivo (cleaners) o al maquillaje ritualizado para disminuir la ansiedad, con poco resultado.
Tienen conductas tanto de evitación (tapar los espejos) como de verificación (inspeccionarse todo el tiempo).
Piden opiniones para tranquilizarse momentáneamente.
Se comparan con los demás.
Creen que la gente los observa, critica o se burla de ellos (ideas de referencia).
Ocultan la parte fea (usan barba, sombrero, rellenan los calzoncillos o los sostenes para aparentar órganos más grandes).
Tienen ideas de malfuncionamiento o de fragilidad de la parte fea.
Se aíslan socialmente por vergüenza a ser vistos y en muchos casos salen sólo de noche.
Algunos buscan tratamientos estéticos o correctivos (cirugías, tratamientos dentales, liposucciones).
Edad de inicio, curso y evolución
El TDC comienza en la adolescencia pero suele pasar desapercibido por el ocultamiento de síntomas que hacen estas personas y porque se lo confunde con las preocupaciones normales sobre el aspecto físico típicas de esta etapa evolutiva. Su aparición puede ser tanto gradual como abrupta y su curso suele ser continuo. Con respecto a la parte del cuerpo en que se centran las preocupaciones puede variar con el tiempo.
Gran parte estos pacientes recurren a la cirugía estética, reconstructiva u odontológica para corregir el defecto, aunque no quedan conformes y reiteran esos procedimientos varias veces ya que el trastorno es mental y las cirugías no corrigen las obsesiones. Llegan a abandonar los estudios, el trabajo y las amistades. A veces requieren hospitalización por las ideas de suicidio. El TDC muchas veces se asocia con otros trastornos graves como el trastorno depresivo mayor, el trastorno delirante, la fobia social y el trastorno obsesivo compulsivo.
Tratamiento
Dada la pluralidad de causas que determinan al TDC, el tratamiento debe ser generalmente psicoterapéutico y psicofarmacológico, dependiendo éste último de la intensidad de los síntomas.
En nuestra experiencia con estos pacientes suele advertirse que la angustia vergonzosa de esta clase de pacientes es tan intensa que sólo en un momento posterior de la terapia descubren el origen preconsciente de los conflictos ligados a sus presuntos defectos.
Con el correr del tiempo, el componente de angustia presente en la creencia de que uno tiene una deformidad parcial suele dar paso a una preocupación menos angustiante, hipocondríaca o compulsiva por la deformidad y su corrección y mejora la calidad de vida. (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos91/sindrome-dorian-gray-y-trastorno-dismorfico-corporal/sindrome-dorian-gray-y-trastorno-dismorfico-corporal).
Proyecto de vida
Este es un área crucial para todos, la planeación de lo que se quiere llegar a ser se le llama proyecto de vida y está compuesto por pequeñas y grandes acciones que llevan a fijar metas y a realizarlas.
Para alcanzar las metas planteadas en un proyecto de vida, se debe tener bien claro lo que se quiere SER y HACER y registrarlo en una táctica individual que se realizará después de haber reflexionado y considerado cualidades y habilidades.
Cada meta por más pequeña que sea exige dedicación, pues es un peldaño para conseguir las que vendrán después. Es necesario seleccionar muy bien las metas y seleccionar pocas, pues se corre el riesgo de confundir lo importante con lo secundario, se reparten los esfuerzos y lo más importante no se recibe el apoyo necesario.
Los adolescentes están experimentando, se fijan nuevos retos y se dan cuenta de que cada meta que se propongan requiere de un esfuerzo ligado a la importancia de lo que se busca alcanzar. Aquí es donde se plantean las metas que a corto, mediano, y largo plazos habrán de regir sus acciones. Es importante que se tomen un tiempo para reflexionar en los siguientes aspectos:
– Quién quiero ser.
– Qué quiero lograr.
– Cuándo lo quiero hacer.
– Cómo voy a conseguirlo.
– Para qué quiero lograr la meta establecida.
…y, ¿después…?
Puede visualizarse el futuro, planteándose como meta el término de una carrera profesional, formar una familia, ser un gran jugador en un equipo famoso o llegar a ocupar un puesto de servidor público para ayudar a sus semejantes. Una sugerencia es ponerse metas fáciles y metas difíciles; las primeras ayudan a tener confianza en sí mismo y a la vez serán peldaños que permitirán alcanzar las otras.
El proyecto de vida es una guía para la actuación diaria que orienta las decisiones personales y las acciones hacia las metas propuestas. Cada uno es responsable de su vida, cada quien la define a partir de su realidad y de lo que se proponga ser, pero hay circunstancias adversas que pueden separarnos de lo que se tenía planeado; esto debe revisarse, adaptarse, modificarse y enriquecerse, siendo flexibles; si por el momento no se puede alcanzar alguna meta, seguramente se presentarán nuevas oportunidades para conseguirla. Una vez definido el proyecto de vida hay que escribirlo, lo que permitirá visualizarlo y trabajar diariamente para alcanzarlo.
Hay que pensar en este proyecto, dedicar un tiempo para planear el futuro y saber con claridad cuál es la meta con respecto al estudio, profesión, trabajo y familia y tener siempre lista una nueva meta cuando se haya alcanzado la anterior; en el proyecto de vida cada quien sabrá qué más quiere agregar… es su futuro… es su plan y seguramente todas las acciones estarán encaminadas a lograrlo.
Hacer un proyecto de vida es un asunto serio, es planear la vida propia. Dependiendo en la seriedad que se le dé, se podrá triunfar y vencer.
Seguridad personal
La salud es el estado de bienestar físico, psíquico y social del individuo.
La salud integral depende de:
La salud física: es decir, del buen funcionamiento de los órganos y sistemas del organismo.
La salud mental y social: que consiste en la ausencia de las enfermedades mentales, el desarrollo de la capacidad intelectual y el logro de la estabilidad emocional y afectiva.
El ser humano es una unidad biológica, psíquica y social, por ello requiere el equilibrio de su salud física, mental y ambiental para lograr el óptimo desarrollo.
Las condiciones del entorno social y económico influyen directamente en la salud mental del individuo; la carencia de afecto y motivación ético-moral provocan en el individuo grandes desajustes emocionales y de conducta que lo hacen proclive a la delincuencia, las disorexias y al consumo de drogas, con las consecuencias ya conocidas sobre su salud mental, física y social siendo violentada su seguridad personal.
Riesgo: está asociado a toda actividad que realizamos y puede tener probabilidades o proximidad a un daño.
Enfermedades psicosomáticas
Definición
En muchas ocasiones la enfermedad física es el resultado de un desequilibrio emocional que persiste a través del tiempo.
Por supuesto, existen diferencias individuales en el modo de enfermar, tanto a nivel psíquico como a nivel físico. Por ejemplo, en algunas personas cuya salud física ha sido muy buena durante toda su vida, el trastorno emocional puede persistir durante mucho tiempo sin llegar a manifestarse de forma clara a nivel físico, aunque su organismo se estará debilitado, de manera que tendrá mayor facilidad para contraer enfermedades comunes, como la gripe, menor vitalidad, síntomas leves como dolores de cabeza, problemas digestivos u otros, cansancio crónico, colitis y dispepsias.
Otras personas, en cambio, manifiestan sus alteraciones emocionales a nivel somático muy rápidamente, de forma que es posible que ni siquiera sean conscientes de lo que están sintiendo.
¿Cómo se produce la enfermedad?
La medicina moderna tiende a centrase casi exclusivamente en el tratamiento de los síntomas, olvidando la verdadera causa de la enfermedad e ignorando, en muchas ocasiones, el hecho de que los síntomas son los intentos que hace el organismo de lograr la propia curación. Por ejemplo, la fiebre destruye a los agentes invasores, como virus o bacterias, mediante un aumento de la temperatura. La inflamación atrae hacia el lugar afectado una serie de células y sustancias que combatirán al agente infeccioso. Al mismo tiempo, concentra dicho agente en el lugar inflamado, impidiendo que se extienda al resto del organismo.
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