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Abecedario ‘S’ es por salud mental (página 2)

Enviado por Felix Larocca


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Sin embargo, a veces estas defensas fallan. Puede ser que estas reacciones sean tan intensas que acaben haciendo más mal que bien y que no sean capaces de curar, o puede ser que el cuerpo apenas reaccione o que lo haga de forma inapropiada, o que aparezca un síntoma que persiste durante meses sin evolucionar en ningún sentido, ocasionando una molestia crónica que se tolera como se pueda. Todo esto puede suceder ante agentes infecciosos comunes que muchas personas vencen sin demasiada dificultad, o incluso en ausencia de una causa médica conocida. ¿Por qué sucede esto? Todos estamos sometidos a acontecimientos estresantes a lo largo de nuestra vida. Una persona puede sentir, por ejemplo, ansiedad ante uno de estos acontecimientos. La ansiedad conlleva una serie de síntomas físicos, como palpitaciones y liberación de las llamadas hormonas del estrés. Cuando la ansiedad se produce muy a menudo no es extraño, pues, que pueda acabar produciendo enfermedades físicas o alteración del funcionamiento de determinados órganos. Es decir, nuestros estados emocionales influyen en nuestro cuerpo (por ejemplo, se ha visto que en las personas deprimidas también suele darse un debilitamiento del sistema inmunitario).

Pero las emociones, como ya hemos dicho en otros apartados de esta UD (como Pensamiento Constructivo o Terapia Racional Emotiva), no surgen de la nada, sino que están relacionadas con nuestro modo de interpretar lo que nos sucede. Si interpretamos algo como amenazante sentiremos señalansiedad. Esta reacción puede dar lugar a síntomas como dolores de estómago o de cabeza, tensión muscular, enfermedades infecciosas o enfermedades respiratorias, tal y como han demostrado algunos estudios en los que se ha visto cómo pueden aparecer estos síntomas tras un acontecimiento estresante.

Nuestra forma de ver el mundo también influye en los síntomas crónicos. Las personas con sentimientos y pensamientos persistentes de desesperanza, desamparo y depresión que, además, tienen poca capacidad para enfrentarse a los acontecimientos estresantes o resolver los problemas de sus vidas (la llamada capacidad de afrontamiento), tienen más probabilidades de tener enfermedades permanentes.

Depresión

La depresión es un trastorno que afecta entre un 10 a 20 % de la población.

Períodos breves de tristeza son normales. Sin embargo, cuando la sensación de falta de interés en las cosas, un humor depresivo, alteraciones del sueño o el apetito, falta de energía o concentración duran por lo menos 2 semanas, se puede estar sufriendo de una depresión.

La depresión actualmente tiene un buen pronóstico de recuperación si se trata en forma correcta, es decir por un terapeuta-especialista, el fármaco adecuado y un programa de apoyo al paciente y su familia.

¿Qué es la depresión?

Un trastorno como la depresión afecta el ánimo, y es más similar a los cambios radicales del clima que a los arranques emocionales que resultan de problemas particulares y que generalmente tienen una corta duración.

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Los síntomas centrales de la depresión son:

  • Caída del ánimo

  • Pérdida de energía e interés

  • Se siente enfermedad física o debilitamiento

  • Baja concentración

  • Apetito y sueño alterados

  • Disminución de las funciones físicas y mentales

Además, muchos problemas físicos genuinos como dolor precordial, indigestión, constipación, dolores de cabeza o períodos menstruales alterados, frecuentemente van de mano con la depresión. Esto ocurre tan comúnmente que mucha gente se enfoca en estos problemas sin darse cuenta que están sufriendo depresión.

Pero es probablemente el sentimiento de:

  • Desesperanza

  • Desamparo

  • Culpa

  • La ansiedad

Que también acompaña a la depresión, lo que es más difícil de soportar. Una indicación de la profundidad de desesperación experimentada por quienes la sufren es el hecho de que la depresión es la causa más común de suicidio.

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Incluso así, es muy difícil para cualquiera que no tiene experiencia personal de la depresión, realmente entender el grado del problema.

¿Qué causa la depresión?

La causa exacta de depresión sigue sin aclararse. La explicación más probable, y sobre la cual se basa el tratamiento con antidepresivos, es que es una falta de equilibrio de ciertos mensajeros químicos (también conocidos como neurotransmisores) del cerebro.

Los neurotransmisores, de los que existen alrededor de 30, transfieren mensajes entre las células nerviosas del encéfalo. Cierta evidencia sugiere que la depresión es causada por una deficiencia en dos neurotransmisores denominados noradrenalina y serotonina. Aunque esto no explica todo lo que se conoce acerca de la depresión, al menos sirve como modelo "farmacológico" útil y comúnmente se denomina como "La hipótesis de depresión de las monoaminas".

¿Pero si la depresión es causada por una falta de equilibrio de estos neurotransmisores, qué la provoca en primer lugar?

Factores genéticos

Existe un creciente interés en los enfoques genéticos para entender una variedad de enfermedades y la depresión no es la excepción. Algunas personas ciertamente parecen ser más vulnerables a la depresión que otras y existe una creciente evidencia de que algunos genes podrían volver a algunos individuos susceptibles a esta enfermedad. Esto también explicaría por qué la depresión frecuentemente ocurre dentro de las familias.

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Algunos estudios han demostrado que las personas que tienen familiares con depresión tienen una posibilidad entre cuatro de desarrollarla, comparado con sólo una en 14 en la población en general.

Recientemente, los científicos de la Universidad de Edimburgo identificaron un gen que aumenta el riesgo de depresión cuatro veces y confiere susceptibilidad a la depresión en más de un 10 por ciento de las personas afectadas. Se sabe que el gen codifica una proteína involucrada en el transporte de serotonina en el cerebro que la relaciona a la solución farmacológica de la depresión. Pero cualquier entendimiento genético completo de esta enfermedad es un largo camino y los investigadores estiman que puede haber casi otros 30 genes depresivos involucrados.

Causantes externos

Sin embargo, en la mayoría de los casos probablemente no es suficiente con sólo tener estos genes para que se produzca la depresión por sí sola. Situaciones de tensión pueden exacerbar esta vulnerabilidad. La depresión puede ser provocada por un gran número de factores como el desempleo, luto, aislamiento social o incluso una enfermedad física severa.

Pero mientras es importante reconocer el rol de que estos causantes pueden jugar en el desarrollo de la depresión, también es importante saber que en algunas instancias la depresión afecta completamente en forma inesperada y por razones no obvias. Mientras esto puede parecer más duro de entender tanto para quienes la padecen como para aquellos que lo rodean, este tipo de depresión no es menos difícil de manejar o merece menor ayuda.

¿Medicamentos o Psicoterapias?

Al igual que con toda enfermedad, el médico seguramente recetará un medicamento que ayude a alcanzar una mejoría. Pero, de igual manera es muy importante la psicoterapia que el médico proporcione ya que ésta suministra herramientas para enfrentar la enfermedad misma y para salir de ella.

Lo peor que se puede hacer es intentar la automedicación o cambiar el medicamento que le han recetado. El mejor medicamento es aquel que el médico considera el más adecuado para alcanzar la mejoría. Recuerden que no todos los antidepresivos son iguales así como no todas las depresiones lo son.

Lo más importante es que se cumplan paso a paso las indicaciones del médico.

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La histeria

La palabra histeria deriva del griego hyaterá, que significa matriz, ya que los antiguos asociaron esta enfermedad con el útero de la mujer y, por tanto, con el sexo femenino, descuidándose la observación de fenómenos histéricos en el hombre, que también existen.

Con el nombre de histeria se conoce desde la antigüedad la aparición de síntomas objetivos importantes sin lesión que los justifique, por ejemplo, una parálisis sin lesión en los nervios ni músculos, una ceguera sin anomalías en el ojo ni de los componentes del sistema óptico. En todos estos casos de aparente enfermedad orgánica se supone que la causa es un conflicto psicológico que se convierte en un síntoma orgánico que lo simboliza, por eso también se denomina neurosis de conversión o alteraciones somatomórficas.

Existe una forma de histeria en que el problema psicológico no se simboliza a través de la imitación de una enfermedad corporal sino de una enfermedad psíquica, en estos casos se habla de trastornos disociativos, pues la persona está disociada, por ejemplo, una amnesia histérica con la que el sujeto olvida quién es, y en algunos casos altera su propia identidad con la de nuevos personajes que va creando o que acepta, como son los casos de múltiple personalidad.

Síntomas más comunes

Los síntomas histéricos son un intento de defensa en una situación que no se sabe cómo resolver.

Suelen aparecer síntomas asociados de cualquier tipo, pero son exagerados y pintorescos. Imitan enfermedades, por lo que pueden dar lugar a confusiones.

El gran ataque histérico es una tempestad de movimientos con una teatralidad suprema, en que el paciente grita, se revuelca en el suelo, se desgarra las ropas, araña o golpea de modo incoordinado y no específicamente intencional a los que intentan sujetarle, alterna movimientos de contracción tónica generalizada, en los cuales se tiende a mover en semicírculo sobre la nuca y los talones, con otros movimientos y espasmos desordenados e intermitentes que recuerdan un ataque epiléptico. Lo que caracteriza al histérico de otras patologías es que éste sufre las crisis tras un disgusto o contrariedad y ocurre sólo cuando hay delante personas que lo observen.

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Otras formas de tempestad de movimientos o de síndromes motores son los temblores, los tics, los espasmos musculares y los movimientos atetoides o coreiformes (como el "baile de San Vito"). Todos suelen ser de gran amplitud y espectacularidad y no corresponden exactamente a las enfermedades que imitan (en eso se apoya el diagnóstico diferencial).

También utilizan estos pacientes un tipo de reacción de inmovilización corporal como modo de llamar la atención. Pueden aparecer parálisis histéricas de todo el cuerpo, sin respuesta a ningún estímulo (catalepsia), o parálisis localizadas en medio cuerpo (de las dos piernas, de la parte derecha o izquierda…), de una extremidad, mano, dedo — donde sea.

Otra forma de manifestaciones histéricas es padecer síndromes sensoriales concretos, como la anestesia histérica en que no sienten el dolor, frío o calor, carecen de sensación táctil, pudiendo afectar a todo el cuerpo o a una parte del mismo. Las anestesias histéricas no siguen los esquemas anatómico-neurológicos, sino que son de distribución arbitraria. También pueden quedarse ciegos o sordos sin causa aparente.

El histérico no es un simulador. El simulador quiere parecer enfermo, hacerse pasar por enfermo. El histérico de modo inconsciente quiere estar enfermo, y lo consigue. Es la transformación de un conflicto emocional en síntomas somáticos o psíquicos.

Concepto de Ganancia Secundaria en la Histeria

El concepto que estos enfermos tienen de ganancia por la enfermedad es fundamental. Estos pacientes obtienen dos tipos de ganancias:

1) Para resolver un conflicto o frustración actual.

2) Simbólicamente apoya la represión de dicho conflicto al subconsciente.

Los síntomas histéricos no sólo existen por algo, sino también que, para algo. El enfermo tiene un claro desinterés por sus síntomas y su posible curación. Si los síntomas desaparecen el paciente queda privado de su defensa psicógena y a merced de los sentimientos de culpa. Por eso la ganancia de la enfermedad en el presente es tan importante para el enfermo y se acaba convirtiendo en un obstáculo para su curación.

Tratamiento

La mejor técnica de tratamiento es el psicoanálisis. El histérico tiene un carácter enfermizo, que es el que le ha provocado la aparición de los síntomas a través de su modo de reacción anómalo. Por tanto se precisa una reestructuración total del carácter y la conformación de nuevos modos de reacción. Aunque los síntomas teatrales desaparezcan de forma rápida durante las primeras sesiones, no hay que olvidar que el individuo sigue siendo histérico y puede recaer en con los mismos síntomas o con otros simbólicamente equivalentes si no se realiza una psicoterapia con reeducación del carácter.

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Anorexia

Es una enfermedad mental que consiste en una pérdida voluntaria de peso, y un intenso temor a engordar.

Los principales síntomas de la anorexia son:

•Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo adecuado para la estatura, llegando a situaciones de delgadez extrema.

•Miedo intenso a engordar, incluso cuando el peso es muy bajo.

•Sensación de estar gordo/a en general o en algunas partes del cuerpo, como nalgas, muslos, abdomen. Tienen una percepción de su cuerpo que no es real. Aunque estén realmente delgados/as, su espejo les dice que siguen estando gordos/as.

•Aparecen otro tipo de problemas físicos que acompañan a la desnutrición, como es en el caso de las mujeres la retirada o el retraso de la menstruación.

•Ejercicio físico excesivo.

Conducta alimentaria extraña: come de pie, corta los alimentos en pequeños trozos, pretende comer porque distribuye lo que hay en el plato de modo que aparece haberlo comido, o se lo pasa a los demás.

•Incremento de las horas de actividades y disminución de las de sueño.

Todo ello puede producir en la/el enferma/o una serie de consecuencias físicas y de comportamiento:

•Pérdida de peso alarmante.

•Amenorrea (pérdida de menstruación).

•Aparición de vello felpudo o intolerancia al frío.

•Tensión baja, arritmias.

•Aislamiento social

•Irritabilidad.

Pánico a ganar peso.

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Bulimia

Es un trastorno mental que se caracteriza por episodios de voracidad, o lo que es lo mismo, comer grandes cantidades de comida en un corto espacio de tiempo en forma de "atracones", a los que siguen siempre conductas tendientes a evitar el aumento de peso. Sus síntomas más frecuentes son:

•Preocupación obsesiva por la comida, con deseos irresistibles e incontrolables de comer, dándose grandes atracones en cortos periodos de tiempo y generalmente a escondidas.

•Vómitos autoprovocados.

•Menstruaciones irregulares.

•Abuso de laxantes.

•Peso normal o sobrepeso ligero.

•Miedo a aumentar de peso.

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Todo ello puede producir en la/el enferma/o una serie de consecuencias físicas y del comportamiento:

•Lesiones en las manos por los vómitos autoprovocados.

•Vómitos y diarreas incontrolables.

•Subidas y bajadas de peso.

•Obsesión con la comida.

•Depresiones y amenaza de suicidio.

•Aislamiento social.

•Falta de autoestima.

CÓMO DEFENDERNOS PARA PERMANECER ESTABLES

La televisión, el cine, las revistas, la publicidad, tienden a identificar éxito, belleza y aceptación social con cuerpos delgados e inducen a muchos adolescentes con problemas de inseguridad o confianza a obsesionarse por conseguir ese cuerpo escuálido que se nos vende como modelo de perfección.

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En los países desarrollados, el 80% de las mujeres ha estado alguna vez a dieta; y es que en la sociedad moderna continuamente nos están bombardeando con la idea de que la delgadez es moda; que con un cuerpo esbelto obtendremos éxito.

No hay que olvidar que mantenerse en forma, combinando deporte con una dieta sana y equilibrada es incluso beneficiosa, pero lo que debemos impedir es que la delgadez se convierta en una obsesión que nos lleve a enfermar, o a la anorexia o a la bulimia.

Las claves para prevenir estas enfermedades son:

•Que la publicidad y el estereotipo que se nos propone no menoscabe la seguridad en nosotros mismos.

•Consultar con un especialista antes de iniciar una dieta; sobre todo si se está en fase de crecimiento.

•Acudir al médico en cuanto se empiece a detectar una pérdida desproporcionada de peso.

•Solicitar ayuda psicológica para el enfermo y la familia.

•Comiendo sano y haciendo ejercicio de forma adecuada, permitirán al cuerpo mantenerse en el peso que necesita.

•Aprender a gustarse tal y como uno es, lo que ayudará a aceptar el "peso natural".

•Si lográramos llegar a aceptarnos como somos los unos a los otros todo el mundo sería más feliz, salvo la industria dietética que perdería todo un negocio de miles de millones de dólares.

En resumen

Este artículo, prolijo y detallado contiene en sí una revisión de todos los conocimientos en forma de impresos, que, durante el tiempo de su asociación con nosotros, reciben nuestros pacientes. Desde cómo catalogar los factores del estrés hasta cómo efectuar un plan de vida factible, aquí se cubren — incluyendo la primera alusión clínica a otros problemas como son los que afectan a la autoestima debido a la presencia del estigma.

Por razones de espacio hemos omitido mención de la obesidad, de las adicciones, de las codependencias y de muchas otras entidades que cubrimos exhaustivamente en otros trabajos.

Este artículo es de carácter enciclopédico/didáctico para educar a quienes desean entenderse más a sí mismos.

Quien recibe o lea este artículo se habrá familiarizado con cientos 700 de mis contribuciones al saber humano.

Bibliografía

  • Larocca, FEF: Dietas, Depresión y Ácidos Omega en monografías.com

  • Larocca, FEF: El Síndrome de Dorian Gray y el Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) en monografías.com

Para más artículos: http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?query=larocca

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca

 

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