- Planeación del desarrollo
- La región
- Desarrollo y planeación
- Planificación y teorías de la planeación
- Introducción
- Contexto de la planeación regional en México en el siglo XX
- La planeación y el estado de bienestar
- Planeación en la época de la economía global
- Conclusiones
- Cuatros y tablas de programas y políticas
- Referencias bibliografías
CAPITULO I
1.- Planeación del Desarrollo
Para realizar un análisis de la planeación en México, es importante definir algunos conceptos relevantes como lo son región, desarrollo y planeación, que por su naturaleza y explicación, requieren un análisis interdisciplinario en función de la difícil tarea confeccionarlos y con esto formular los procesos de planeación y de desarrollo aplicados al manejo de espacios geográficos, gestión y al ordenamiento del territorio en distintos lugares del país ya sea en lo empresarial, institucional o regional. Según Timbergen (1974) existen distintos puntos de vista de dichos conceptos, en el presente ensayo se analizaran como procesos continuos, dinámicos y con enfoques multidisciplinarios.
2.- La Región
En este ensayo se considera a la región como el aspecto territorial de las políticas pblicas, no obstante, el concepto central se refiere al espacio relativamente homogéneo comprendido dentro de límites ya sean naturales o construidos en algunos casos arbitrarios, que establecen el escenario de los procesos de desarrollo, aun existen diversas maneras entender y analizar las regiones, debido a los enfoques o propósitos que se le adjudiquen. Debido a esto, es común que el territorio nacional se encuentre dividido en distintos tipos de regiones en función de la gestión o de los planes o programas que se implementan por parte de autoridades estatales o federales.
En distintos periodos de la vida económica nacional y con diferentes propósitos, se han clasificado las regiones de diversas formas, ya sea por su nivel de planeación, o su tamaño, otras por las características de su entorno espacial. Actualmente se han clasificado a partir de niveles, partiendo por la macro región, o gran cuenca, región o cuenca, subregión o sub cuenca, y la micro región o micro cuenca, estos distintos niveles de gestión o planeación generalmente están asociados a instancias gubernamentales, administrativas, organizacionales y estatales, que pueden a su vez ser locales, regionales, nacionales o internacionales. Las regiones además, se determinan a partir de sus características de orden homogéneo, es decir sus similitudes, o caracteres en común, como por ejemplo las regiones geográficas, económicas, socioculturales o de planeación. Esta última clasificación de región comprende la unidad territorial donde se identifican, analizan r promueven acciones de política pública o desarrollo territorial.
3.- Desarrollo y Planeación
El termino desarrollo se ha usado por más de medio siglo con el fin de identificar el proceso de transformación y el registro de la propiedad de los medios de producción, para satisfacer las necesidades de la población y con ello mejorar las condiciones de vida. (Boisier, 1982). Por su parte la planeación se define en función de su alcance pero más aun de su utilidad; la falta de planeación representa costos económicos muy altos sin dejar de lado los sociales y mejor aun los costos ambientales reflejados en el incremento del riesgo de las inversiones y la falta de resultados propositivos en la gestión. De acuerdo con Guillen (1983), la planeación es la acción de planear, es decir prever o ver por anticipado situaciones donde sus efectos o consecuencias se puedan direccionar o evitar según los objetivos que se persigan, la planeación es pensar antes de actuar, es necesaria para establecer objetivos donde la visión representa una meta, también es necesaria para coordinar acciones, evaluar alternativas identificar, aprovechar las oportunidades o minimizar los riesgos. Los principios generales más importantes que sin duda se deben considerar en el proceso de planeación son la racionalidad, previsión, universalidad, utilidad, continuidad, inherencia, coordinación, participación y eficiencia, así como la viabilidad y la sostenibilidad ambiental.
La planeación del desarrollo en México como proceso dinámico y continuo se pone en práctica en algunos espacios geográficos, como las regiones y las cuencas hidrográficas, con el propósito evaluar el pasado, presente y con esto poder pronosticar el futuro de las acciones que permitan racionalizar y optimizar la utilización del territorio y los recursos naturales.
4.- Planificación y Teorías de la Planeación
En la actualidad el hombre moderno por medio de la planeación se propone resolver problemas complejos del país, además de orientar los procesos de cambio, enfrentando múltiples y difíciles desafíos, haciendo un uso de los recursos que le proporcionan la ciencia, la técnica y la cultura, para buscarles solución.
La planeación moderna se apoya en las aportaciones y los desarrollos de la ciencia y de la tecnología, no obstante, nunca se debe ignorarse la importancia fundamental de los valores de la cultura humana, estos deben siempre tomarse en cuenta ya que en algunas ocasiones constituyen un límite para la acción y la decisión, y en otras, contribuyen a darle orientación y estímulo al los procesos de planeación del desarrollo regional, como en el caso de México.
Las teorías de la planeación en la modernidad, se han desarrollado a partir de múltiples fuentes disciplinarias, de ahí el carácter multidisciplinario. Entre otras se pueden mencionar las siguientes: la teoría administrativa, económica, de sistemas, de la información, la cibernética o del control, la antropología, la teoría política y la teoría del desarrollo. Y como ya se mencionó en este párrafo, el proceso de planeación en realidad constituye un conjunto de elementos de orden interdisciplinario o, más precisamente, multidisciplinario.
También existen otros campos de acción o complementario de la planeación como la ingeniería de sistemas, la investigación de operaciones, las teorías de decisiones, la estadística, la matemática y la propia teoría de evaluación, que ofrecen instrumentos imprescindibles para el desarrollo de la planeación.
Como consecuencia del carácter multidisciplinario del proceso de planeación, no debe sorprender que el personal de las unidades de planeación se caracterice por su pluralidad de origen, en cuanto a su formación y especialización profesional. Es en este sentido que en las unidades modernas de planeación social o educativa, no solamente se encuentran administradores, economistas, ingenieros, actuarios, programadores y especialistas en los diferentes campos o especialidades de la planeación, sino también psicólogos, sociólogos, antropólogos y especialistas en los diferentes campos de la educación.
CAPITULO II
5.- Introducción
En México, la planeación y el desarrollo en cualquiera de sus categorías o niveles, y como rectoras de la vida social y económica del país, a avanzado en muchos aspectos, sin embardo no es sino hasta 1929 cuando inicia legalmente ubicando al país como uno de los de los sistemas de planeación del desarrollo regional más longevo en toda América Latina.
En este sentido, el presente ensayo presenta en términos generales el como la intervención del estado mexicano en el proceso de planeación regional es considerada como una de las más distinguidas por su activa, y acertada participación aunque poco eficiente, en los distintos escenarios del proceso de planeación en los que ha intentado incidir.
En el proceso de planeación regional en México se ha iniciado, sobre todo a partir de la década de los ochenta, la consideración e inclusión de los elementos que fomentan la sustentabilidad regional, aunado a esto, se han identificado algunas potencialidades regionales y naturales de los estados que además de integrar cada vez con mayor fuerza la participación de la población en los procesos de planeación, se han regulado las acciones de la iniciativa privada sin afectar el medio ambiente, esto conlleva el implemento de programas y nuevas normatividades que fomenten el desarrollo regional sostenido.
Sin lugar a dudas, ha sido un recorrido de muchos años el lograr que se diseñen, formulen e implementación políticas públicas que dirijan el comportamiento de un sector económico al igual que el social, y con esto conseguir que se detone el desarrollo regional por medio del fomento e impulso de actividades claves de la economía o tal vez para alcanzar la competitividad y a la postre la convergencia de las demás regiones del territorio nacional.
6.- Contexto de la Planeación Regional en México en el Siglo XX
Según Boisier (1966) es a los inicios del siglo XX cuando se identifico el momento de auge del modelo primario exportador donde los esquemas de política pública gestionaban la construcción de un Estado nacional fuerte, aunado a esto, el beneficio gubernamental que conllevo la consolidación de las etapas de formulación y acumulación de capital social, el fortalecimiento del sector exportador y de materias primas y derivados de la agricultura mexicana y por último la consolidación de la Ciudad de México como uno de los mas importantes centros financieros, comerciales, industriales y políticos.
Los esfuerzos realizados en ese tiempo, tanto en la construcción de infraestructura como en la modernización de la superestructura, fueron de especial importancia en la transición al capitalismo en México.
7.- La Planeación y el Estado de Bienestar
En este periodo comprendido por los años del1946 a 1982 se genero una estrategia económica que permitió mejorar la condición de rezago del sector industrial a la par del sector agropecuario, la generación de los planes de desarrollo estuvo determinada por el crecimiento que experimento en términos generales toda la economía mexicana en los años de la posguerra.
Durante el gobierno de 1946 a 1952 se genero un programa de desarrollo que contemplaba la inclusión del sector empresarial y el régimen gubernamental cuyo objetivo era fortalecer los vínculos entre estos dos actores. En este periodo las prioridades del gobierno fueron orientadas al sector comunicaciones y transportes, después la orientación se dirigió al fomento industrial y por ultimo al sector agropecuario y al bienestar social.
En cuanto al desarrollo regional, se adopto un esquema de desarrollo por cuentas hidrológicas, simulando la experiencia de la cuenca del rio Tennessee en Estados Unidos.
Para el sexenio de 1952 a 1958 el gobierno en gestión se presento como una alternativa de disciplina, administrativa y honesta para diferenciarse de la administración anterior, sin embargo no presento un plan de desarrollo que fomentara el crecimiento.
El instrumento que podría considerarse de planeación utilizado en esta administración fue el Comité de Inversiones, creado en 1953, y que en 1954 se transformo en la Comisión Nacional de Inversiones, cuyas tareas eran, estudiar y aprobar proyectos y programas de inversión pública, entre ellos. Dentro de las acciones para el desarrollo regional promovidas en este gobierno destacaron, además de la continuación de apoyos a las comisiones de cuencas hidrológicas, la incorporación de más de un millón de hectáreas al riego los que genero que se duplicara la superficie irrigada del país (sobre todo en beneficio de la propiedad privada), la creación del programa Fideicomiso de Parques y Ciudades Industriales, FIDEIN en 1953, el cual tuvo como objetivo reducir el crecimiento industrial en la ciudad capital, disminuir las desigualdades regionales por medio de la creación y desarrollo de ciudades y parques industriales, y fomentar el desarrollo de esta actividad económica en otras ciudades del interior del país.
En la administración de 1958 a 1964 tampoco se presento un plan de desarrollo, en esta administración el estancamiento económico se agravo en los primeros 3 años de la administración, la actividad productiva se ubicaba en la fabricación de bienes de consumo tradicionales a la producción de bienes de consumo duradero, intermedios y de capital; tal alternativa resultó difícil de implementar, debido a que se requería, de una fuerte inversión, en momentos en que los recursos públicos mostraban signos de escasez.
En el año 1958 se creó la Secretaría de la Presidencia a la que se le asignaron, entre otras actividades, la de elaborar el plan general del gasto público e inversiones del poder ejecutivo, planear obras y su aprovechamiento, proyectar el fomento y desarrollo de regiones y localidades, y vigilar la inversión pública, los organismos descentralizados y las empresas paraestatales (Garza ,2003).
Sin embargo, en los inicios de la década de los sesenta se llevaron a cabo varias acciones, entre las que conviene destacar el Acuerdo presidencial sobre la Planeación del Desarrollo Económico y Social en 1961, que encuadraba el que las distintas entidades de la Administración Pública Federal elaboraran planes de acción en sus respectivos ámbitos de competencia.
Pero, entre 1961 y 1970, el Gobierno de México se comprometió a planear su desarrollo, ya que era un requisito para acceder a las líneas de créditos en cuestión de la comunidad de países latinos. Gracias a esta condición, se constituyó la Comisión Intersecretarial en 1962 para elaborar programas de desarrollo económico y social a corto y largo plazos, que pudieran confeccionar alternativas para lograr un rápido crecimiento económico y una distribución más equitativa del ingreso. (SPP, 1988). Curiosamente dentro de este marco la comisión intersecretarial elaboró el programa denominado Plan de Acción Inmediata en 1962 y que duro hasta 1964, cuya finalidad verdadera era la de aprovechar créditos de la ALPRO, según Guillen (1983) lo establecido en tal plan nunca se ejecutó.
Otra acción establecida el marco de la planeación fue el de la ley Federal de Planeación en 1963, pero al igual que el Programa Intersectorial, no trascendió, debido a los conflictos sociales que tanto del campo como de la ciudad como los campesinos demandantes de tierras, maestros y obreros exigiendo mejoras salariales y condiciones laborales, acapararon la atención del gobierno. En cuanto al desarrollo regional en este gobierno se trato de incentivar en varios sentidos. Entre ellos se formó un programa más, la Comisión del Río Balsas en 1960, dentro del esquema de cuencas creada en el pasado.
En el tema de la construcción de parques industriales, de 1960 a 1964 se crearon cuatro más como medida para tratar de evitar una concentración industrial mayor en las zonas saturadas (SPP, 1988), aunque a la larga las tendencias concentradoras en las ciudades de México, Monterrey y Guadalajara continuarían dándose con mayor fuerza, pues responderían a otros problemas estructurales como el de la descapitalización paulatina del campo en aras de la industrialización del país.
Al igual que el sexenio pre-anterior, y con la intención de acceder a los créditos internacionales de la ALPRO, la práctica en la planeación continuó durante el gobierno de 1964 a 1970. En este sexenio se mantuvo una continuidad en la política económica, que después se convertiría como de Desarrollo Estabilizador. El programa de planeación, el Plan de Desarrollo Económico y Social 1966-1970, tuvieron una estructura encaminada a los establecidos en la ALPRO, su desempeño económico, reconocido en Latinoamérica y el mundo como el Milagro Mexicano, no pudo atribuirse al cumplimiento puntual de los planes referidos (Carmona, 1973).
Debido a la importancia que tienen en las tareas de la planeación la información estadística y geográfica, se incorporaron nuevas funciones del Banco de México y de la Dirección General de Estadística. Así mismo se creó la Comisión de Estudios del Territorio Nacional, CETENAL en 1968, cuyo objetivo era realizar el inventario de los recursos naturales del país y con ello consolidar una base cartográfica nacional a en los aspectos básico y temático. Entre las medidas de índole territorial llevadas a cabo en este periodo, pueden mencionarse los intentos poco exitosos por parte del gobierno para estimular el crecimiento de las regiones menos desarrolladas del país y contribuir a la descentralización económico demográfica de la Ciudad de México, construyendo para ello diez emplazamientos industriales (SPP, 1988).
Pese a esto el modelo económico fue identificado como de Desarrollo Compartido (Saldívar, 1989), sin embargo el régimen de 1970 a 1976 comenzó su periodo dentro de un contexto de grandes y fuertes cambios en el panorama económico mundial.
En las cuestiones de la planeación, el Programa de Inversión Financiamiento del Sector Público Federal, represento el plan del sexenio. En este programa se estimularon las inversiones a efecto de generar empleos, sobre todo en el campo, impulsar proyectos que elevasen el bienestar social, promover el desarrollo regional y la integración nacional, y disminuir el déficit en cuenta corriente implementando proyectos con los que se produjeran bienes exportables, se sustituyeran importaciones o se generaran mayores ingresos por turismo y con esto elevar la productividad del gasto. Según información de SSP (1998), se esperaba mantener un crecimiento anual del 7%, como el que se había tenido en los años del desarrollo estabilizador.
Ya en 1976 el gobierno entrante comienza formulando e implementando el Plan Básico de Gobierno hasta 1982, proponiendo entre otros objetivo el lograr un desarrollo integral, consolidando la independencia nacional, a partir de generar empleos productivos y mejor remunerados, permitiendo generar y acceder a un mayor bienestar social y a un desarrollo geográficamente equilibrado para la población. Para alcanzar estos propósitos se estipularon tres áreas fundamentales, la reforma política, la reforma económica, y la reforma administrativa. Con esto en 1976 la Secretaría de Programación y Presupuesto como el organismo de planeación gubernamental.
En el panorama mundial, donde los precios de los hidrocarburos estaban alcanzando altos niveles históricos y con el descubrimiento de ricos yacimientos en México, que las cifras más optimistas elevaban a 120 mil millones de barriles.
El gobierno apostó en la explotación y venta al exterior del petróleo para superar la profunda crisis económica que le había sido heredada. Con un modelo de industrialización, en franco agotamiento y con los inesperados ingresos por la venta masiva de petróleo a partir de 1977 los proyectos de crecimiento crecieron en forma inédita (Saldívar, 1989).
En estos años y para todos los sectores económicos más importantes prácticamente se presentó un programa general a con el objetivo de lograr su desarrollo, se presento un Sistema Nacional de Planeación que involucró a los sectores tomadores de decisiones de la sociedad, con ello se pretendió alcanzar la autosuficiencia alimentaria, cuestión que según Saldívar (1989) nunca se consolido y por lo tanto no ocurrió.
Sin embargo para 1980 se dio a conocer el Plan Global de Desarrollo, de 1980 a 1982, como una muestra de que aun se utilizaban recursos del gobierno en forma ineficiente, pero aun existía el ánimo de planear de manera racional a corto, mediano y largo plazos. Todos los planes implementados para aprovechar los recursos naturales, se vinieron abajo en junio de 1981 cuando cayó el precio internacional del petróleo.
Inmediatamente después de esta fecha el país entro en una larga recesión económica que golpeó sensiblemente la estructura productiva y, sobre todo, los hogares mexicanos. Esto también daba fin al régimen crecimiento acelerado con inflación controlada, pero, a fines de 1982 y en medio de un descontento generalizado en los sectores económicos, además con el reproche de la sociedad en el sentido de que se había perdido una gran oportunidad histórica para acceder a un desarrollo económico más equilibrado y más incluyente, a través de esa enorme e inesperada riqueza generada por el petróleo, que finalmente fue despilfarrada.
8.- Planeación en la Época de la Economia Global.
La crisis heredada de a los inicios de la década de los ochentas perduro durante todo el sexenio gubernamental de 1982 a 1988, y peor aún, se agudizo con la paulatina pero continuo decremento en los precios del petróleo en la economía nacional, lo que representaba prácticamente le servicio de la deuda externa.
El modelo ISI[1]solo por mencionarlo, genero que se instituyeran empresas con claros rezagos respecto a la frontera tecnológica internacional, los que se tradujo en la falta de capacidad de las mismas para competir en y por los mercados y así lograr su permanencia en estos. La culminación del Estado de Bienestar Social era más que evidente, el modelo reemplazante, el Estado de Trabajo Shumpetariano, promovería la reconversión estructural de la economía a efecto de acceder a la competitividad, ello impulsaría la flexibilidad en el mercado de trabajo y reduciría su participación en la política social (Moncayo, 2002).
A partir del Estado de Trabajo Shumpetariano se generaron significativos cambios prácticamente en cómo el Estado abordaría la cuestión regional. En este escenario, la gestión de la planeación del desarrollo durante el primer sexenio de los años ochenta estuvo encaminados en dos sentidos, el primero en a la adecuación del marco legal y el segundo a la formulación de mas y nuevos planes y programas generales, sectoriales, e institucionales tanto a corto como a mediano y largo plazos; los cuales, ante el embate de la crisis económica, pasarían a segundo término.
Sin embargo en 1983 se promulgo la Ley de Planeación que para bien de la actividad industrial y del campo del país, reafirmaría la rectoría económica del Estado y fortalecería el Sistema Nacional de Planeación, a la cual se le incluyo el termino (Democrática) como el instrumento para tratar de dotar de coordinación y congruencia las actividades gubernamentales en tales asuntos.
En el limitado avance del desarrollo del país al finalizar el sexenio de 1982 a 1988 los problemas económicos obligaron al gobierno a unir esfuerzos y recursos en todos los sectores para enfrentarlos.
En estos años el Plan Nacional de Desarrollo y los programas sectoriales aunados, quedaron olvidados.
A partir de estos años el sistema político mexicano afectado por la crisis económica de los ochentas, apenas se logro terminar la administración con los pocos recursos que quedaban en el heraldo. Los nuevos actores y nuevos tomadores que habían controlado y desplazado del poder a los viejos políticos, lograron afinarse en el gobierno de 1988 a 1994. Estos planeadores serian los principales promotores de los cambios drásticos en las medidas económicas dictadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, pero otra vez con problemas en el proceso de planeación debido a que no consideraron los costos sociales respectivos.
Pese a la dificultad para articular acciones encaminadas para la recuperación de los sectores más vulnerables, el acuerdo comercial con las economías más poderosas de América, (TLCAN) en 1994, constituiría uno de los hechos culminantes del régimen local y uno de los pasos decisivos en el afianzamiento de la economía global en la región supranacional de América del Norte (Garza, 2003).
En cuanto a la planeación del desarrollo, como lo estableció la legislación en el sexenio anterior, el nuevo gobierno diseño, formulo e implemento el Plan Nacional de Desarrollo de 1988 a 1994, acompañado con los programas sectoriales coordinados por las dependencias de la Administración Pública Federal.
Por otra parte pero casi a fines de la gestión gubernamental se promulga la Ley General de Asentamientos Humanos a finales de 1993, donde se incluyeron aspectos del ordenamiento territorial desde el punto de vista urbano regional, lo cual se definiría como un proceso de distribución equilibrada y sustentable de la población además de las actividades económicas en el territorio nacional.
En medio de la crisis financiera que estallo al entrar en gestión la nueva administración a finales de 1994, y cuyas repercusiones en el exterior fueron denominadas como el efecto tequila[2]el escenario de la depresión económica que impero durante los ochentas y que fue referido por algunos analistas de talla internacional como la década perdida de América Latina al parecer volvía de nuevo, y para combatirla se tendrían que implementar políticas drásticas en obviamente con el objeto de que la crisis terminara lo antes posible.
Con respecto a la planeación del desarrollo regional, y de forma automática más que inducida por el gobierno para detonar el dinamismo económico y de alguna forma disminuir los desequilibrios sociales y territoriales en la fase de globalización, se creo el el Plan Nacional de Desarrollo del periodo de 1994 a 2000 con sus respectivos programas sectoriales.
En este sexenio, y respecto a las políticas territoriales muchas de ellas derivadas también del Plan Nacional de Desarrollo sobresalen el Programa Nacional de Desarrollo Urbano de 1995 a 2000 que pretendía reorientar las migraciones hacia grandes metrópolis apoyándose en una nueva versión del programa de las 100 ciudades. También a partir de esto aparecieron los proyectos federales México 2020, con visión urbana y regional, con los que se busca configurar una política urbana regional y urbana a largo plazo.
Pese al control de la presidencia por más de siete décadas el gobierno de la alternancia del 2000 a 2006 como se conoció al gabinete de los tomadores de decisiones, accedió al poder para conducir los asuntos públicos dándole continuidad a los programas del sexenio previo, sin embargo no en sus promesas de cambio.
En cuanto a la planeación, siguió en forma burocrática la práctica de presentar planes y programas respectivos, conforme lo marca la ley. Sin embargo punto a favor de este régimen ya que el Plan Nacional de Desarrollo del 2001 a 2006, y sus programas sectoriales derivados respondieron más bien a un requerimiento legal en lugar de un compromiso de cambio en las alternativas para acceder al desarrollo económico y social.
9.- Conclusiones
El rumbo de la planeación hacia el desarrollo de las regiones como política de Estado en México, ha estado marcado por experiencias con particularidades propias de cada periodo sexenal, sin embargo ha respondido a diversos reveces conforme a las tendencias internacionales y a las prioridades nacionales que se han establecido en diferentes gestiones.
Mientras que en para la primera mitad del siglo XX sólo se impulso el desenvolvimiento de un sector específico de la economía, en este caso la industria, en los años siguientes comenzó a cobrar importancia la cuestión regional. No es hasta los setentas cuando aparecieron las preocupaciones de temática urbana con la implementación de planes de incidencia nacional, en función de esto se logra consolidar el sistema urbano regional, y en los ochentas adquirieron mucha importancia los aspectos del medio ambiente y ya en los noventas con perspectivas integrales se incorporado a la sustentabilidad, pero entre los temas de debate apareció el ordenamiento territorial, transformado tiempo después como desarrollo territorial.
En la práctica de la planeación en México y con la experiencia acumulada durante más de siete décadas, se ha mostrado vulnerabilidad como mecanismo viable para lograr el desarrollo económico y social, equilibrado e incluyente. Sin embargo para consolidar un Estado y economía fuertes capaz de mantener una constante rectoría de sus mandaros en los sectores y grupos sociales sigue siendo necesaria la implementación de programas de planeación estructurados y diseñados en función de las seudosimilitudes de las regiones y no solo en las características de orden homogéneo inter regionales. Dicha tendencia negativa se ahonda por el entorno de exclusión tan característico de la fase de la globalización económica.
La planeación, como práctica que involucra la unión de voluntades, esfuerzos, talentos y recursos, requiere del verdadero compromiso de los tomadores de decisiones además del de la sociedad en el cumplimiento de las responsabilidades esenciales para alcanzar, el futuro deseado en los plazos establecidos.
A pesar de varios planes y programas implementados en las últimas décadas en México, el país ha presentado una situación de enormes contrastes, con evidentes desequilibrios no solo en lo socioeconómico sino también en lo regional, lo que permite sostener la idea de que las vías adoptadas por los gobiernos para el desarrollo regional no han sido incluyentes ni han resultado eficientemente sostenibles, también conforme avanza el tiempo la convergencia económica está cada vez mas lejas de lograrse, esto debido principalmente a las disparidades de los sectores económicos. Estos escenarios reales en México confirman que no se ha contado una planeación cuyos resultados sean positivos.
No se ha encontrado la fórmula para generar políticas de desarrollo en un estricto sentido del concepto, sin embargo, los esfuerzos de desarrollar las regiones incluyendo no solo los componentes territoriales del país, sino también las ventajas absolutas y relativas de cada territorio, solo han permitido la elaboración e implementación de políticas sociales y sectoriales con elementos regionales marcados por el acento del corto plazo, esto debido a la falta de continuidad de los regímenes sexenales.
La presencia de una nueva generación de políticas públicas en los que se pretende la participación más activa del capital privado y de actores sociales, tienen sin duda el reto de lograr la detonación de las potencialidades de los gobiernos regionales, a la par de disminuir las asimetrías territoriales incluyendo las cuestiones medio ambientales.
Finalmente, es responsabilidad de la sociedad mexicana quien determinara el momento en que debe de cambiarse el rumbo del modelo de desarrollo regional y regional a seguir en donde se opte por lo sustentable y donde el territorio sea considerado como elemento imprescindible en los procesos económicos y sociales no solo en la localización geográfica, como se ha venido realizando en las experiencias del proceso de planeación del desarrollo regional implementados desde inicios del siglo XX hasta la primera década del siglo XXI.
10.- Cuatros y Tablas de Programas y Políticas
11.- Referencias Bibliografías
BOISIER, S. 1982. Política Económica, organización social y desarrollo regional. ILPES, Santiago de Chile.
TINBERGEN J. 1974. Planificación del Desarrollo. Ediciones Guadarrama. Madrid.
BOISIER, S. 1996, Modernidad y Territorio, ILPES, Santiago de Chile.
Guillén, A. (1983), Planificación económica a la mexicana, Nuestro Tiempo, México.
SPP(1988), Antología de la planeación en México 1917-1985, FCE, 20 Tomos, México.
Moncayo, E. (2002), Nuevos enfoques teóricos, evolución de las políticas regionales e impacto territorial de la globalización, ONU, Santiago.
Garza, G. (2003), La urbanización de México en el siglo XX. El Colegio de México, México.
Garza, G. (1984), "Las políticas urbano-regionales en México (1915-1985)", El Pensamiento Iberoamericano, núm. 2, Instituto de Cooperación Iberoamericana, Madrid, pp. 209-223.
Autor:
José Ángel Bejarano Cortez
Profesores:
Dr. Sergio Peña
MAESTRIA EN DESARROLLO REGIONAL
PROMOCIÓN (2012-2014)
Tijuana, B. C., 13 de junio de 2013
[1] Modelo de industrialización que se orientó, por buen tiempo, a la fabricación de bienes de consumo e intermedios) y mediante el fomento de la agricultura comercial.
[2] Según los analistas respectivos, esta debacle de finales de 1994 se convirtió en la primera gran crisis del modelo económico globalizador (después seguirían otras a escala mundial), la cual no puede ser tribuida al llamado pasado populista, sino que fue provocada por la inestabilidad causada por la apertura comercial y sobre todo por la apertura financiera efectuada bajo los parámetros del Consenso de Washington.