Descargar

Sociedad civil y espacio asociativo


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. El Estado como poder político público dentro del sistema Político y sus relaciones con la Sociedad Civil
  4. Expresiones de la relación Sociedad Civil- Estado en Cuba
  5. El contexto de la participación. La sociedad civil como espacio y discurso
  6. Enfoques actuales de Sociedad Civil
  7. El Marxismo- leninismo y la Sociedad Civil
  8. El espacio asociativo como escenario de la Sociedad Civil
  9. El boom asociativo de los 90. Sus causas
  10. Conclusiones
  11. Bibliografía

Resumen

Con este trabajo pretendemos hacer un análisis de la sociedad civil en el mundo desde las perspectivas del capitalismo y del marxismo leninismo dando enfoques actuales de ella. Ofrece las relaciones estado sociedad civil y analiza la sociedad civil en Cuba, negada por gran parte de los ideólogos del capitalismo en el mundo. Da expresiones de la relación Sociedad civil-estado en Cuba, el contexto de la participación y la sociedad civil como espacio y discurso. Da perspectivas de la sociedad civil con mayor peso en lo espiritual y comunitario sobre lo secular e individual. Da referencias sobre el espacio asociativo y el espacio asociativo de la sociedad civil cubana.

Palabras claves: Sociedad civil, espacio asociativo.

Introducción

El debate que se levanta en torno al concepto de sociedad civil ha sido extraordinariamente rico y exuberante en interpretaciones y puntos de vista de marcado interés político, especialmente cuando el concepto se asume como binomio Sociedad Civil-Estado. Son conceptos de una larga historia en el pensamiento político y filosófico, cargados especialmente de contenido político e ideológico, el que se le ha incorporado en esa evolución. A la sociedad civil se le han atribuido históricamente dos usos más frecuentes:

  • 1. Identificándolo o haciéndolo coincidir con la noción de Estado o sociedad política, que se distingue de la sociedad doméstica, natural o religiosa.

  • 2. Empleándola como sociedad civilizada en relación con las sociedades primitivas, calificadas de salvajes o bárbaras.

Una interpretación reduccionista del concepto de sociedad civil se produce por muchos sectores en la actualidad, al identificarla como la esfera de las relaciones económicas, es decir de lo privado, frente ala esfera de la vida política, es decir lo público, siendo así matizado con nuevos ingredientes políticos que han tendido a distorsionarlo.

En la década del 70 este concepto, que había sido olvidado en la politología contemporánea, vuelve a ser relanzado e impulsado por los círculos de formación política en los E.U., especialmente a partir de la estrategia trazada por Kissinger contra los países socialistas de Europa del Este.

Kissinger pretende robustecer, afianzar y manipular los sectores de oposición al socialismo (Recordemos el caso de Lech Walesa en Polonia y su sindicato Solidaridad) y enfrentarlos al llamado por ellos "totalitarismo socialista", como si estos grupos fueran los representantes de la sociedad civil frente a ese totalitarismo que se manifiesta en la absorción de toda la vida por la sociedad política, el sistema político o incluso exclusivamente el Estado.

A mediados de los 90 el entonces Asesor de la Casa Blanca Richard Nuccio pretendió un relanzamiento semejante del concepto de sociedad civil para enfrentarla como opuesta a la impenetrable sociedad política totalitaria del socialismo cubano y en ese sentido alentar a los grupos de disidentes y a todas las fuerzas que podían potenciarse como opuestas al proceso socialista.

Para Nuccio, el problema debía discurrir dentro de lo que él llamó Carril II de la Ley Torricelli (Actividad subversiva desde dentro del país). Era necesario incentivar la disidencia y los grupúsculos de oposición al socialismo.

Muchos fueron víctimas, cayeron en la trampa, incluidos algunos auto considerados como ideológicamente puros, los que llegaron a afirmar que en Cuba no había, ni habría sociedad civil.

Este un disparate que sólo puede entenderse desde posiciones de las total ignorancia del pensamiento científico del Marxismo – leninismo como veremos más adelante.

Desarrollo.

El Estado como poder político público dentro del sistema Político y sus relaciones con la Sociedad Civil

El Estado forma parte con sentido principal del conjunto de entes que tienen que ver en la sociedad con la toma de decisiones políticas, por ello es el eslabón principal del sistema político.

El Estado es algo distinto de la sociedad civil, pero ello no quiere decir que sea necesariamente opuesto a ella o que los términos de relación entre estos dos componentes de la sociedad sean siempre contradictorios.

La sociedad civil se levanta como forma de organización de la vida social, de los estamentos y de las clases, a partir de determinadas relaciones y formas sociales de producción, de distribución y consumo y a esa sociedad civil , a su vez, es oficializada o no por el sistema político, particularmente por las acciones estatales.

¿Cómo es la dinámica entre ellos entonces?

  • Cuando existe un singular nivel de homogeneización en la sociedad civil y ella es oficializada adecuadamente por el Estado, estaremos ante una sociedad política y un sistema político de alto nivel de consenso social. Ej. Cuba.

  • Cuando la sociedad civil está plagada de contradicciones y enfrentamientos y el Estado y todo el sistema político sólo oficializa uno de los polos de la contradicción que no recoge a la mayoría de la vida de la sociedad civil y de sus intereses y componentes, estaremos entonces ante un sistema político fracturado, erosionado, ante serias inestabilidades políticas.

Debe existir por tanto un constante fluir e interpretación entre la sociedad civil y el Estado y el resto de todo el sistema político de la sociedad, pues esta es la única forma de encontrar consenso por la cual lucha todo estado o todo sistema de poder político.

La influencia y los rasgos de una sociedad civil nacional pueden ser también evaluables a partir del alcance, características y lógicas de su contraparte estatal.

De hecho la idea de administración política como factor de mediación entre los ciudadanos (representados en su sociedad civil) y el Estado, se produce como resultado del auge de la lucha de clases, provoca contradictorios resultados, al favorecer, mediante la forzada intervención estatal, el reconocimiento y expansión de la esfera de acción de la propia sociedad civil, proceso evidenciado con la ampliación de los marcos de derechos y participación ciudadanos.

Debe existir por tanto un constante fluir e interpretación entre la sociedad civil y el Estado y el resto de todo el sistema político de la sociedad, pues esta es la única forma de encontrar consenso por la cual lucha todo Estado o todo Sistema de Poder Político.

Expresiones de la relación Sociedad Civil- Estado en Cuba

Los tipos de relación entre sociedad civil- Estado, cuyas expresiones de algún modo resultan identificables en el caso de Cuba son:

  • 1. La colaboración pragmática

  • El Estado apoya o subvenciona material y moralmente a asociaciones por su rol social e importancia política.

  • Genera un modelo denominado "conducido por el Estado" caracterizado por el protagonismo de este que administra el bienestar ciudadano y deviene virtualmente el único proveedor de servicios sociales.

  • La sociedad civil solo se encarga de identificar necesidades.

  • Las asociaciones se subordinan a la planeación estatal.

El contexto de la participación. La sociedad civil como espacio y discurso

La sociedad civil es un concepto que cumple entre otras funciones: la legitimadora, movilizativa y normativa.

Expresa la auto organización independiente de la sociedad, constituida por la acción voluntaria en actividades públicas dentro de un contexto de relaciones legalmente definidas entre el Estado y la sociedad.

La sociedad civil puede ser enfocada como sujeto, como comunidad global y como grupos dentro de fronteras nacionales como forma de organizar relaciones sociales, expresar ideologías del poder, como tipo de relación intersubjetiva donde se construyen relaciones hegemónicas diversas.

Adopta expresiones locales, nacionales o transnacionales, con disímil grado de fragmentación, heterogeneidad e interconexión de sus componentes.

En su seno acoge el conjunto de organismos vulgarmente considerados "privados" que posibilitan la dirección intelectual y moral de la sociedad mediante la formación del consentimiento y la adhesión de masas.

Son organizaciones sociales, de carácter cultural, educativo, religioso, político e incluso económico que se manifiestan en un escenario legítimo de confrontación de aspiraciones, deseos, objetivos, imágenes, creencias, identidades, proyectos, que expresan la diversidad constituyente de lo social. Sus agencias no poseen como norma fines lucrativos y dependen del financiamiento externo (Público o privado), emplean profusamente la voluntariedad y producen bienes relacionales colectivos, interviene en políticas sociales y apelan a la solidaridad y democratización, pese a lo cual no escapan de procesos negativos como la burocratización.

En sus disímiles lecturas, la noción de sociedad civil posee íntima relación con problemas fundamentales de la reflexión y la acción políticas modernas: la articulación interna de la sociedad mediante la cohesión voluntaria de sus miembros, la legitimidad y funcionalidades de los mecanismos institucionalizados de poder explícito.

Para Chaguaceda, (2007) la Sociedad Civil es la esfera de interacción social pluriconstituida (Familia, asociaciones, movimientos y organizaciones sociales, etc.), donde se articula la hegemonía, mediante el accionar cívico cotidiano y particular en el marco de estructuración, de socialización, asociación y comunicación públicas.

En la modernidad occidental asume los siguientes rasgos constituyentes:

Pluralidad: (conecta a grupos humanos diversos)

Publicidad: (Expande instituciones culturales y comunicativas)

Legalidad: (Promueve formas y principios generales que demarcan su espacio de actuación frente a la economía y el Estado.

Individualidad: (Como dominio de autodesarrollo y elección moral).

Reinserción en un diseño social: (Se interconectan con los sistemas político y económico a través de interfaces que serían la sociedad económica y política).

Algunos analistas invalidan la utilidad analítica del concepto Sociedad civil, al dar un enfoque despolitizado que la marginan de los procesos del poder institucional o presentándola como una sociedad civil presuntamente encuadrada alrededor de una agenda de lucha antiestatista.

En todo caso resulta necesario definir en cada contexto los contenidos sociológicos, móviles económicos, paradigmas cosmovisivos, corriente ideológica y proyecto político que se imbrica con cada lectura y accionar de la sociedad civil.

Enfoques actuales de Sociedad Civil

Para la modernidad occidental existen cuatro paradigmas:

1.- Enfoque hegemónico y sus diversas traspolaciones y alternativas mundiales.

2.- Enfoque neoconservador:

  • Es empresarial, antiestatista y excluyente,

  • Busca compensar las desigualdades sociales mediante acciones caritativas puntuales)

  • Reivindica una distinción sociedad civil- Estado.

3.- Binaria e inorgánica, de exterioridad

4. El pluralista liberal:

  • Puede ocasionalmente acompañarse de una denuncia puntual del capitalismo y demandar reformas sociales.

  • Defiende una independencia y codeterminación en relación con el Estado.

  • Enfatiza la idea de un particularismo identitario (sociedad de Lobbys)

  • Se centra en las ONG

Referentes anti neoliberales: (lecturas)

1.-Espacio asimétrico y diverso (En capacidades y discursos de articulación de hegemonías.

2.- Terreno de acciones sociales no orientadas al Estado.

  • Donde se generan nuevos cuestionamientos, demandas, legitimidades y culturas cívicas.

  • Referente útil para construir lazos asociativos en espacios despolitizados capaces de superar anomía y automatización de entornos autoritarios.

  • En manos populares puede legitimar procesos de democratización, al enfrentarse a los grupos dominantes, depurar la corrupción política y administrativa y activar el civismo.

Otra visión

Visión de sociedad civil con mayor peso en lo espiritual y comunitario sobre lo secular e individual

  • Ancladas en los contextos de comunidades étnicas, aborígenes y movimientos religiosos.

Se trata de formas de acción colectiva no encuadradas dentro de la institucionalidad estatal capaces de enarbolar demandas particulares. Entre ellas podemos citar:

  • El indigenismo latinoamericano.

  • Los grupos religiosos islámicos

  • Las comunidades rurales afroasiáticas.

El Marxismo- leninismo y la Sociedad Civil

El elemento principal para entender las divergencias en cuanto a la sociedad civil aparece en la Carta de Marx a Annekov el 28 de diciembre de 1846 donde señala:

"A determinada fase del desarrollo de la producción, del comercio y del consumo, corresponden determinadas formas de constitución social, una determinada forma de organización de la familia, de los estamentos o de las clases, en una palabra, una determinada sociedad civil…a una determinada sociedad civil, corresponde un determinado estado político, que no es más que la expresión oficial de la sociedad civil"

¿Qué significa esta frase?

Que la sociedad civil no se fabrica, que no se construye desde los intereses políticos del poder, que ella es el resultado objetivo de determinadas formas de organización de la producción, el comercio, incluso del consumo.

¿Cuál es entonces el verdadero concepto de sociedad civil?

Es la organización de la sociedad, la familia, los estamentos o grupos sociales y las clases dentro de esa forma de producción, a la cual corresponde un determinado estado político, que no es más que la expresión oficial de la sociedad civil.

No puede hablarse pues de la sociedad civil fuera de ese marco. Sus fundamentos, los verdaderos, fueron dados por Carlos Marx. Los que han querido incomunicar, hacer impenetrables y estancar la sociedad civil y el sistema político de la sociedad quedan muy lejos de la dialéctica con que Marx analizó estas dos categorías de la sociedad clasista.

Cuando el Estado queda separado de la sociedad civil y la política entra en contradicción con los intereses de los estamentos y las clases preponderantes, se abre lo que Marx llamó situación revolucionaria.

Los que se han pronunciado por formar en Cuba una sociedad civil ignoran que la sociedad civil existe siempre, lo que han querido hacer es enfrentar la sociedad civil, es decir la sociedad cubana con el sistema político socialista, perdiendo de vista que ese Sistema Político precisamente lo que hizo fue consagrar, ratificar y oficializar los cambios raigales que se produjeron en la Sociedad Civil cubana con el avance de la revolución.

El sistema político y la sociedad civil no son dos compartimentos separados, incomunicados y menos aún contrarios dentro de la dinámica y el tejido de cualquier sociedad, sino que la sociedad civil se manifiesta o no en la sociedad política.

No existe sociedad civil si no es en una sociedad política y viceversa, no existe una sociedad política si no está contenida y vertebrada sobre una determinada sociedad civil. De modo que estos dos conceptos se ínter penetran, se comunican, se relacionan en una dialéctica constante, de la cual brota bien la estabilidad y el consenso de un sistema político o bien su fragilidad, precisamente por divorciarse de la sociedad civil.

El espacio asociativo como escenario de la Sociedad Civil

La existencia de la sociedad civil se manifiesta en la práctica especialmente a través del espacio asociativo.

Espacio asociativo: Es la dimensión social que acoge las formas relativamente autónomas de agrupamiento y acción colectivas, no enmarcadas en la institucionalidad política y económica que canalizan la actividad voluntaria de los ciudadanos en disímiles esferas de interés particular.

Sus actores son caracterizados por lógicas de reciprocidad, solidaridad, interacción simétrica y defensa de identidades comunes

Acumulan toda una historia de desarrollo y conflictividad.

El contexto asociativo cubano.Desde el siglo XVIII cubano puede verse como actores heterogéneos con las más variadas composiciones y metas comienzan a irrumpir la escena para formar una compleja trama asociativa.

Su evolución, características y rasgos estuvieron estrechamente vinculados a las condiciones económicas, sociales y políticas por las que transitaron y sin lugar a dudas constituyeron racionalidades comunicativas y de acción que entraron bien a consolidar o disputar las relaciones de poder existentes.

El triunfo de la Revolución de 1959, devenido en proceso de Liberación Nacional integró orgánica y originalmente los ideales del proyecto nacional martiano (justicia social, independencia política y desarrollo económico), atravesándolos en su concreción con renovadas dosis de democratización y compromiso cívico (Fernández Bulté, 1999).

Ello significó un cambio radical para las formas de sociabilidad. En medio de los profundos cambios estructurales y de construcción de un nuevo orden revolucionario, vieron la luz nuevas organizaciones de especial significación para las masas populares al constituir espacios de participación que garantizaban su intenso y activo movimiento en torno al proyecto social de reconstrucción nacional.

Al desaparecer las muchas formas asociativas de la sociedad anterior a la Revolución, los vacíos fueron siendo llenados por nuevas organizaciones de masas o populares que con el decurso temporal irían acompañándose por la asociaciones profesionales y civiles.

Además de las organizaciones sociales y de masas surgen otras asociaciones de carácter profesional, deportivo, social, cultural, reflejo de las demandas comunes de grupos que comparten afinidades y se dirigen al logro de determinadas metas como:

  • Desarrollo espiritual

  • Reinserción social de discapacitados

  • Rescate de tradiciones étnicas e identitarias.

En los años 60 la Revolución Cubana parió una sociedad civil sui géneris, donde millones de personas se realizaron, participando con entusiasmo: accedieron a la política, se socializaron y experimentaron un sentido de pertenencia a una causa mayor que ellos, se transformaron junto con la realidad.

La inmensa mayoría de la población cubana, constituida como voluntad general, suscribió un "contrato social "sui géneris que desarrolló en los años 60 un tipo específico de participación socio política a través de asociaciones y organizaciones políticas, capaces de combinar la ratificación masiva en grandes congregaciones populares con la ejecutoria centralizada del liderazgo y la ausencia de un estado de derecho y de constitucionalidad clásicos y reconocibles (Chaguaceda 2007).

Ello fue funcional por coexistir titánicas tareas por acometer (educativas, sanitarias, defensivas etc.), con grandes masas modestamente instruidas y elevado compromiso político.

Se acudió en breve a la reestructuración de un orden institucional cercano al modelo soviético que despegó sólidamente a partir de la segunda mitad de los años setenta.

Pero paralelamente a la apertura de espacios codificados y estables del actuar ciudadano se fortaleció el aparato burocrático y consagró como perdurables los rasgos personalistas y centralizadores de la conducción social, pues la urgencia de grandes transformaciones continúo legitimando la existencia de un estado fortalecido, dotado de un inmenso aparato burocrático y de control de los recursos materiales y humanos (no podía descuidarse la defensa del país y las tareas urgentes ante las acciones permanentes del imperio).

Sin embargo y a pesar de ello, comienzan a tener cierta repercusión en Cuba procesos de participación y autoorganización populares latinoamericanas tales como la Revolución Sandinista, las experiencias de la Educación Popular, que dejaron huellas en las labores organizativas y personales de muchos cubanos.

Así, en la década del 80 al reanalizarse los rumbos del socialismo cubano (Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas), se intenta rescatar los componentes asociativos y participativos para responder a las demandas emanadas de los procesos de heterogeneización y movilidad social socialistas.

Uno de los primeros cambios sobrevino en la dimensión legal.

Ya desde 1976 en la Constitución cubana se reconocía en su artículo 53 el derecho de asociación a través del cual los ciudadanos pueden realizar múltiples actividades científicas, culturales, recreativas, solidarias, fraternales, nacionales y étnicas, deportivas y de beneficio social., lo que quedó regulado por la Ley 54 del 27de diciembre de 1985, Ley de Asociaciones, en la que se señala que:

"…las transformaciones operadas en el país, las cuales demandan la reorganización de los registros de asociación a nivel nacional y la aprobación de una nueva legislación ajustada a las necesidades actuales, que de respuesta al creciente interés demostrado por la población respecto a la constitución y desarrollo de las asociaciones de bien social, abre un cauce preciso para el asociacionismo revolucionario".

Este proceso, como es lógico, requería de cierto control estatal, para garantizar que las mismas funcionen a favor del proyecto social puesto en marcha desde posiciones legitimadoras. Es por eso que para la constitución de una asociación se establecieron como exigencias:

  • Tener carácter de beneficio social.

  • Ser no lucrativas.

  • Tener propósitos dirigidos esencialmente al

-Desarrollo de la ciencia, la técnica, educación, deporte, recreación, cultura.

-Fomento de las relaciones de amistad y solidaridad entre los pueblos.

– Estudio de la historia y la cultura.

– Otras (siempre que la propuesta fuese el interés social)

El boom asociativo de los 90. Sus causas

A fines de los 80 y principios de los 90 otras tramas asociativas cobran fuerza. Entre ellas: movimientos comunitarios con perspectivas locales, cátedras e instituciones de diverso tipo y propósitos (estudio, asesoramiento y capacitación), ONG (financiadores y acompañantes de proyectos comunitarios), surgidos por un lado por la abrupta disminución de los recursos estatales disponibles producto de la crisis creada con el derrumbe del socialismo de Europa del Este, y especialmente de la URSS, que desencadenó el lacerante Período Especial que aún arrastramos y por otra, la toma de conciencia social de la existencia de potencialidades no explotadas , capaces de impulsar en las condiciones existentes, el desarrollo endógeno sostenible y de dar solución a los problemas cotidianos.

Este incremento sustancial de la actividad asociativa en Cuba tuvo su origen en diferentes causas.

Causas

  • La crisis resultante el derrumbe de Europa del Este.

  • Cierto repliegue del Estado como agente socioeconómico

  • Período especial.

  • No créditos

  • Reducción brusca de las importaciones.

  • Decrece la economía

  • Descrédito ideológico y práctico del socialismo estatista (Caída del socialismo europeo)

  • Debates emergentes legitimados por el llamamiento del IV Congreso del PCC sobre los destinos del proyecto cubano. (salvar las conquistas del socialismo).

  • Auge de los procesos de descentralización a escala mundial y regional.

  • Proliferación de los movimientos de solidaridad con Cuba.

  • Emergencia de nuevos problemas y discursos reivindicativos (medioambientales, de género, ecumenismo, religiosidad popular, participación urbana.

Móvil

Surgen con el objetivo de apalear la crisis surgida.

Participantes:

Combinación de esfuerzos comunitarios, actores foráneos y el Estado.

Así, desde el Estado surgen:

  • El Grupo Ministerial para el Trabajo Comunitario GMTC.

  • El Comité de Órganos Locales de la ANPP y de la secretaría para el trabajo comunitario en los Gobiernos Provinciales.

  • Audiencias, seminarios, eventos, y concursos sobre el tema.

  • El programa de formación de Trabajadores sociales e instructores de arte.

Decisivo también ha sido la labor de los Consejos Populares y Delegados de Circunscripción como:

  • Eslabones primordiales del trabajo comunitario.

  • Ejes articuladores de los actores sociales.

  • Organizadores de las masas.

Los Grupos de Coordinación del Trabajo Comunitario a nivel nacional y los similares creados en las provincias funcionaron de 1995 a 1998 dinamizando el tema en cada territorio y promoviendo estudios y acciones concretas.

La ampliación de la participación ciudadana contribuye decisivamente en la integración social, al fortalecimiento de la legitimidad, del consenso y la comunicación política, junto a la constitución de una ciudadanía activa.

Desde la participación se entiende al ciudadano no solo como sujeto de derechos constitucionales garantizados, sino como quien actúa de manera responsable, interviene en la reproducción de la convivencia social y en sus condicionantes (Chaguaceda 2007), proceso que se encarna y despliega no solo en la institucionalidad estatal, sino también y de manera importante en los espacios de la Sociedad civil.

En el caso de Cuba el espacio asociativo ha sido clasificado en las siguientes tipologías:

  • 1. Asociaciones Paraestatales (AP.)

  • 2. Asociaciones Antisistémicas (AAS)

  • 3. Asociaciones Sectoriales o profesionales ( ASP)

  • 4. Asociaciones Territoriales o Populares (ATP)

Asociaciones Paraestatales (AP.)

Entre ellas: CDR, CTC, FMC, FEU, FEEM, ACRC

Características:

  • Estructura, misiones y repertorio simbólico más identificado con la institucionalidad estatal.

  • Abarca bajo sus paraguas a los grandes grupos sociales del país (fenómeno típico de las experiencias del socialismo de Estado).

  • Tienen carácter nacional.

  • Monopolizan la representación de determinados intereses e identidades asociativos.

  • Funcionales al Sistema Político, como mecanismos para la movilización y la propaganda.

  • Son organizaciones sociales que formalmente deben representar ante el Estado los intereses y la opinión de sus miembros.

  • Algunas han estado permeadas de esquematismos, uniformidad e inercia. Otras conservan dinámicas participativas basistas o poseen más legitimidad y potencial renovador (FEU), pero precisan promover discursos diferenciados y autónomos de los sectores que representan.

Asociaciones Anti sistémicas (AAS)

Entre ellas: grupos opositores, ciertos centros vinculados a la iglesia católica y sus jerarquías.

Características:

  • Son valorados como oposición política.

  • De membresía e influencias internas de disímil impacto y elevada resonancia exterior.

  • No identificadas con la Contrarrevolución restauracionista de las décadas del 60 y el 70. (tanto por los medios y métodos que utilizan como por el móvil y demandas).

  • Comparte matrices exógenas (promovidas por gobiernos occidentales) y endógenas (disconformidad de un sector de la sociedad opuesto al régimen).

  • Carecen de base social masiva (las eximen de la condición de parte del sistema político de la sociedad).

  • Sus diversos grupos muestran un policromo, pero con mayoritario alineamiento con la política estadounidense y/o europeo.

Asociaciones Sectoriales o profesionales ( ASP)

Entre ellas: Las ONG sistémicas, asociaciones civiles, centros de capacitación y servicios (incluidos religiosos), fundaciones, fraternidades, logias etc.

Características

  • Tendencia a la profesionalización e institucionalización.

  • Algunas con gastos importantes de funcionamiento.

  • Capacidad de gestión externa de recursos.

  • Tienden a la estabilidad y selectividad de la membresía.

  • Incluye personal asalariado y poblaciones clientes.

  • Las más poderosas desarrollan planificación compleja del trabajo (programas, proyectos) en áreas diversas.

  • Cuentan con liderazgos formalizados y apreciables grados de instrucción profesional.

  • Con frecuencia cumplen funciones mediadoras entre el gobierno, la cooperación internacional y las entidades en la base.

  • Dependen generalmente de fondos externos, privados, gubernamentales o de agencias.

Asociaciones Territoriales o Populares (ATP)

Entre ellos: Movimientos barriales, asociados a estructuras como talleres de transformación integral de barrios y a diversos proyectos comunitarios promovidos por ONG cubanas y extranjeras.

  • Poseen sentido local.

  • Esencialmente no muestran niveles de conexión entre sí.

  • Tienden a la informalidad y territorialidad.

  • Acceso limitado a los recursos económicos.

  • Dependen de fuentes exógenas.

  • Poseen vocación autogestionaria.

  • Apuestas a la transformación integral de las comunidades a partir de consideraciones socioculturales.

  • Modesta agenda caracterizada por la focalización de los problemas.

  • Membresía masiva y laxa que dificulta la apuesta por el liderazgo colectivo.

  • Expresan ejercicio "difuso" de coordinación y activismo (distinto a la lógica de dirigentes y miembros de espacios más formalizados).

  • Alto protagonismo de mujeres y hombres profesionales y ex dirigentes.

Resultados del trabajo de las ATP

  • Han ensayado relaciones de reciprocidad (ayuda vecinal, repartición de alimentos, donaciones etc.)

  • Han impulsado prestaciones comunitarias de algunos trabajadores por cuenta propia y fórmulas de cooperación al contratar servicios para actividades de los proyectos.

Papel contradictorio del Estado en la conformación de las ATP

  • Por un lado propicia tecnología, recursos materiales (agricultura orgánica urbana, construcciones alternativas)

  • Brinda especialistas en varios campos (psicólogos, planificadores) y paga salarios a los miembros del equipo dirigente.

  • Reconoce implícitamente su existencia.

Pero:

  • Impide su reconocimiento legal

  • Rechaza la conformación de experiencias de economía popular.

  • Intenta absorber emprendimientos productivos locales.

  • Pese a su probado éxito se mantiene limitados a una veintena de comunidades de Ciudad de la Habana, limitándose su extensión (por decisión estatal) tanto a otras provincias como a otros barrios de la Capital.

Conclusiones

El concepto de sociedad civil es en la actualidad controvertido y polémico, en tanto existen diferentes interpretaciones y fundamentos de él. Los nuestros tienen su base en el Marxismo-Leninismo por explicar de manera científica tanto sus manifestaciones teóricas como prácticas.

Existe una coincidencia global común y es la que la considera el escenario real del espacio asociativo.

La génesis del espacio asociativo está vinculada a demandas participativas que forjan perfiles identitarios peculiares a partir del sentido pertenencia que generen los individuos que la integran.

Son espacios de acción simbólica y comunicativa, de construcción y expresión de subjetividades donde puede aparecer un fuerte compromiso social con la comunidad.

Permite a diferentes personas organizarse y desarrollar acciones que reflejen sus intereses y pueden constituir una fuerza potenciadora en lo económico, político, social y cultural.

En cuba, los escenarios en que se desarrollan se han caracterizado por un marcado matiz cultural y social, en tanto sustentan intereses propios de grupos de personas en torno a determinados objetivos.

El triunfo de la Revolución en 1959 representó un cambio radical para estas formas de sociabilidad. En medio de los profundos cambios estructurales y de construcción de un nuevo orden revolucionario, vieron la luz nuevas organizaciones de singular significación para las masas populares al constituir espacios de participación que garantizaban su intenso y activo movimiento en torno al proyecto social de reconstrucción nacional y continúan hoy desempeñando un papel crucial en el desarrollo de nuestro sistema socialista.

Además de las organizaciones sociales y de masas surgen otras asociaciones de carácter profesional, deportivo, social, cultural, reflejo de las demandas comunes de grupos que comparten afinidades y se dirigen al logro de determinadas metas tales como:

  • Desarrollo espiritual

  • Reinserción social de discapacitados

  • Rescate de tradiciones étnicas e identitarias, etc.

La ampliación de la participación ciudadana contribuye decisivamente en la integración social, al fortalecimiento de la legitimidad, del consenso y la comunicación política, junto a la constitución de una ciudadanía activa.

Desde la participación se entiende al ciudadano no solo como sujeto de derechos constitucionales garantizados, sino como quien actúa de manera responsable, interviene en la reproducción de la convivencia social y en sus condicionantes (Chaguaceda 2007), proceso que se encarna y despliega no solo en la institucionalidad estatal, sino también y de manera importante en los espacios de la Sociedad civil.

La dinamización de los procesos de participación y la reproducción de la sociedad civil se vinculan a los esfuerzos por perfeccionar el proyecto socialista, en la búsqueda por ofrecer en la práctica un camino alternativo de desarrollo de profunda raíz antiimperialista sobre la base de la solidaridad y el respeto al ser humano.

Es un proceso no exento de contradicciones y retrocesos, derivados de variables exógenas (acoso imperialista) y domésticas (impronta del subdesarrollo y tradición estatista), que evidencia una tensión dinámica entre tradición democrática de izquierda y las tendencias burocratizantes, típicas de un régimen socialista de Estado.

Bibliografía

1- Alejandro Delgado, Martha. Participación y espacio asociativo. Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. La Habana. 2008. Págs. 70-78.

2-Chaguaceda Noriega, Armando. Participación y espacio asociativo. Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. La Habana 2008 Págs. 12-42.

3- Constitución de la República de Cuba. Gaceta Oficial, La Habana. Edición Extraordinaria (3) 31-1- 2003. Artículo 53.

4- Fernández Bulté, Julio. Tras las pistas de la Revolución en cuarenta años de derecho. Revista Temas La Habana. (16-17) Octubre 98- junio 99.Págs. 104-119.

5- García Grañas, Geisel. Participación bajo palabra: Las prácticas comunicativas que sustentan la participación popular en el consejo popular Sierra. Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. La Habana 2008 Págs. 79-116.

6- Lázaro Cavaría, Sergio. La libertad de asociación. Revista Vitral. Año XIV. No 79 Mayo –junio 2007. Págs. 24-28.

7- Ley No 54/85: Ley de Asociaciones en Cuba. Gaceta Oficial. La Habana 1985. Participación social y vida asociativa en Cuba. Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. La Habana 2008 Págs. 43-69.

8- Linares Cecilia, P. E. Mora, Rivero Yisel. Participación social y vida asociativa en Cuba. Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. La Habana 2008 Págs. 43-69.

 

 

Autor:

Lic. Jorge Herodes Hernández Portales

Lic. Orlando Pérez Cejas

Lic. Yordanka Moreno Obregón

Lic. Maribel Díaz Riesgo

Lic. Noaris Miranda Cabrera