Retos de la Universalización de la Educación Superior Cubana en la formación de valores (página 2)
Enviado por Yoan Suarez Toledo
Los valores se convierten en creencias, convicciones acerca de que algo puede ser calificado como bueno o malo, adecuado o inadecuado, mejor o peor que otra cosa o que una conducta o actitud ante la vida es preferible a otra.
Los valores son determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto.
Están condicionados por las relaciones sociales predominantes, constituyen componentes esenciales de la ideología, expresión de la cultura y la historia de una sociedad en una época determinada, y de los intereses, puntos de vista, necesidades y contradicciones de los diferentes sujetos. Se forman en el proceso de interacción entre los hombres y el objeto de su actividad en la producción y reproducción de su vida material y espiritual.
Los valores dependen de la sociedad. Así, de un país a otro varían en dependencia de la realidad económica, la cultura, las tradiciones, la historia, religión, idiosincrasia. En un mismo país también varían en dependencia de las diversas regiones, zonas, barrios, en grupos, familias, e individuos diferentes, lo cual no siempre coincide y trae consigo contradicciones y conflictos.
De modo que un valor significativo para una persona o grupo, al mismo tiempo puede ser negativo para la sociedad o la humanidad. En tal caso ese fenómeno será un antivalor con respecto a lo deseable socialmente.
También son históricos, es decir, cambian de una época a otra, de una aeraciones a otras. Los valores se transforman. Unos se conservan y refuerzan a lo largo de la historia por su sentido humanista, a la vez que nacen otros van desapareciendo. Esto garantiza el proceso moral y humanista de la sociedad.
Los jóvenes son agentes activos en la conversación, desarrollo transformación de valores y necesitan tener sus propias vivencias, acertadas o no para que se opere la formación de los valores, decidir, elegir y autodeterminarse de modo activo.
Los valores se interrelacionan entre sí, se subordinan unos a otros, según la mayor o menor importancia que tengan para cual, organizándose en una escala interior o jerárquica que va constituirse en guía de su conducta diaria y de su propio proyecto de vida.
Los valores son potencialidades humanas que dignifican al individuo, que consecuentemente asumidos elevan a las personas y su espiritualidad, y lo hacen tornarse grande en el ámbito de la familia, una profesión, un colectivo, o la sociedad en su conjunto. No se reducen sólo, a su dimensión moral, pues se presentan también como valores estéticos, jurídicos, religiosos, epistémicos, etc.
Guían la actividad humana en todas sus manifestaciones, convirtiéndose en elementos indispensables en la regulación de la conducta de los seres humanos, y pueden concebirse como una especie de sello, o credencial de presentación de presentación, con la que nos mostramos con quienes nos rodean en nuestros vínculos sociales.
No son una abstracción teórica de contenido, pues poseen una doble naturaleza, es decir, tienen un carácter objetivo y subjetivo, a su vez. Al tener como fundamento condicionante de su producción, la actividad práctica en la relación del hombre con el mundo, se encuentran estrechamente vinculados a la vida real de los hombres, a sus necesidades, intereses, aspiraciones y motivaciones.
Son como una especie de potencialidades humanas que dignifican al individuo en el ámbito de la familia, una profesión, un colectivo, o la sociedad en conjunto.
Proceso de asimilación del mundo por parte del hombre y de la satisfacción del mundo por parte del hombre y de la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales.
En tal sentido se deben tener en cuentas algunas de los criterios que a continuación proponemos para su conceptualización.
1. el valor designa la importancia positiva o negativa de cualquier objeto.
2. como concepto de relación, designa un estado psíquico, una actualidad social, una cualidad espiritual en la misma medida en que ellos se manifiestan en la conducta.
3. actúa en calidad de criterio para la selección, de una determinada orientación en situaciones de una conducta selectiva; este elemento constituye el rasgo más característico del valor.
Somos de la opinión que los anteriores criterios no son suficientes y deben socializar desde distintas aristas.
Los valores son convicciones duraderas que van conformando la conducta, esto es, el comportamiento del individuo. Se trata de un proceso social, donde la sociedad es un conjunto de influencias en intercambio, que van modelando el sistema de valores desde el momento que nacemos, que va desde la vida en el hogar, círculo infantil, la escuela, los amigos, etc.
Los valores son horizontes de significados, o puntos de referencias que dan sentido a nuestra acciones y a nuestra existencia.
El valor es también un bien social, material, moral, religioso, y de otra índole de expresión, que una sociedad, una clase social, un grupo social, consideran digno de imitación o de convertirse en modelo de actuación.
Pudiesen sintetizarse los valores como parte de la concepción del mundo, son uno de sus elementos más activos y pilares imprescindibles de la filosofía de la vida del hombre.
Este individuo socialmente útil y visto desde el proceso de educación en valores debe lograr que la persona dé un sentimiento propio a aquel contenido que la sociedad presenta como valor. Para esto resulta imprescindible la creación y defensa de espacios para la reflexión, discusión y el debate, la coexistencia de puntos de vistas contrapuestos e inclusos, para el error reflexivo.
Algunos valores que consideramos fundamentales para trabajar de forma coherente en la defensa de nuestra identidad nacional y la conservación de nuestra memoria histórica en la construcción de nuestra sociedad socialista son: dignidad, patriotismo, humanismo, solidaridad, responsabilidad, laboriosidad, honradez, honestidad, justicia social.
Esto no quiere decir que se abandone la influencia educativa sobre otros valores que se corresponden con nuestra ideología y que junto a estos forman el sistema de valores que demanda la construcción de nuestro proyecto social.
¿Cómo lograrlo?, planificando y organizando actividades de modo que potencien el reforzamiento de estos valores es necesario que se realicen de manera consciente, organizada, con marcada intencionalidad, primando en su ejecución un estilo de comunicación que posibilite el diálogo abierto sincero, argumentado, que coadyuve a conocer al otro y a respetarlo mediante la mutua comprensión.
En tal sentido las organizaciones de base del Partido Comunista de Cuba (PCC), la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el sindicato así como los consejos de dirección de cada centro laboral deben conocer las necesidades de capacitación de sus miembros en la educación de valores y en otros temas que sirvan para reforzar el sentido de pertenencia y su identificación con los principios éticos de la Revolución Cubana.
La Unión de Jóvenes Comunistas surge y se desarrolla no como una organización de masas en el sentido de su composición orgánica, aunque sí en cuanto a sus objetivos, estilo y métodos de trabajo, sino como una organización política selectiva, vanguardia de la juventud cubana, reserva y activa auxiliar del Partido en el impulso a las principales tareas de la Revolución y cantera directa del mismo.
El Partido Comunista de Cuba encarna las heroicas tradiciones revolucionarias del pueblo cubano, mantenidas muy en alto por generaciones de luchadores contra el colonialismo español y el neocolonialismo imperialista de los Estados Unidos, y constituye un fiel continuador del Partido Revolucionario Cubano (PRC) que fundó José Martí para la lucha por la independencia nacional, del primer Partido Comunista simbolizado en las vidas de Julio Antonio Mella y Carlos Baliño, y de las organizaciones revolucionarias que protagonizaron la lucha contra la tiranía batistiana.
Ahora bien en una sociedad socialista como la cubana obligatoriamente hay que partir del hombre, aún cuando se reconoce que estamos antes un proceso largo y complejo, de evaluación de virtudes y defectos, de lo conquistado y de lo que falta aún por logar, errores y problemas aún por resolver.
Concluir sería tarea muy difícil y engorrosa; aunque si considero y propongo un único punto de partida desde un análisis histórico-lógico del proceso de formación para el estudiante en la Sede Universitaria de Pinar Del Río.
Considero oportuno reiterar el papel fundamental de todos: profesores, estudiantes, trabajadores y representantes de la comunidad extrauniversitaria, como futuros egresados en este amplio perfil agropecuario.
Fomentar un ambiente que propicie debate, comunicación, intercambio y participación colectiva serán herramientas necesarias y a tener en cuenta por todos y para todos.
No debe considerarse para los estudiantes universitarios la función social de la cultura como un lujo ocioso, sino como instrumento capaz de elevar su condición de ser social
En este contexto la memoria histórica desempeña un papel esencial en el conocimiento, supervivencia y perpetuación de las raíces y tradiciones de cada sociedad.
Sería un error conceptual pensar que la identidad es un grupo de tradiciones que tuvieron su momento y ahora hay que reproducirlas. La identidad no se rescatan hay que combinar tradición y modernidad, porque algunas son importantes; mas cuando son asumidas por las generaciones jóvenes desde la contemporaneidad.
De igual manera la realidad en el contexto; más que exigirnos, nos obliga a la lucha constante por consolidar una nueva moral en la sociedad cubana, cimentada en la ideología de la Revolución, la solidaridad, la igualdad y la justicia social, la confianza mutua, la disciplina consciente, la modestia, la honradez, el espíritu crítico y autocrítico, la seguridad en el porvenir socialista.
Nuestra sociedad involucrada en la batalla de ideas, las mesas redondas y todo el conjunto de actividades que cada día desarrollamos, posibilita que nos imbriquemos más en la REVOLUCIÓN CULTURAL a que hemos hecho referencia y a la que estamos llamados todos los cubanos para defender nuestra identidad y soberanía nacional.
Elementos de órdenes determinados por las cualidades y valores del propio estudiante que a la vuelta de unos años tendrá que actuar en consecuencia con las normas, principios, ideales, cualidades y valores que ha incorporado en el decursar de su vida, constituyendo un reflejo de las condiciones socioeconómicas y culturales en que ha transcurrido la vida del mismo. En este proceso intervienen de manera decisiva el medio social, educativo y familiar.
En este proceso definitorio para el decursar mismo de nuestra sociedad se impone una nueva forma de enfocar el problema, es decir, un cambio de estilo para afrontar el asunto. Consideramos que la Universalización de la Educación Superior Cubana en tal sentido como institución social asume un comportamiento auténtico en el plano de la conducta y la comunicación con los estudiantes y la comunidad educativa en su conjunto.
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Autor:
Ing. Yoán Suárez Toledo
Lic. José Ignacio Baños Díaz
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