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Del Salto Misterioso de la Mente al Cuerpo

Enviado por Felix Larocca


  1. Del pecador y los pescadores: Una síntesis clínica
  2. Santiago: La cuna de los presidentes dominicanos
  3. ¿En qué tiempos se desenvolvieron estos acontecimientos históricos?
  4. El "mal de Lucrecia"
  5. Lucrecia hace su entrada de nuevo
  6. Discusión
  7. Aplicaciones psiquiátricas
  8. El caso de Nicol
  9. En resumen
  10. Bibliografía adicional

"Sacerdote, es un hombre que viste con faldas, a quien todos llaman "padre", con la excepción de sus hijos, quienes lo llaman "tío". Expresión vernácula dominicana.

Rodrigo, hablando a su hija Lucrezia Borgia: "¿Dice la gente que soy ambos tu padre y tu amante? ¡Deja que el mundo, esa montaña de alimañas tan ridícula como estúpida, crea en los cuentos más absurdos acerca del Todopoderoso! Tú debes saber que para quienes fuimos destinados a dominar a los demás, las reglas ordinarias de la vida se vuelven de pies a cabeza y el deber adquiere un nuevo sentido. El bien y el mal se observan en un plano diferente y más elevado." Rodrigo Borgia, Papa Alejandro VI (1492-1513)

Del pecador y los pescadores: Una síntesis clínica

Lucrecia era su nombre, el cual que, como Yocasta, son apelativos de uso poco común.

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Río Jánico

No obstante, cuando en ella pienso, siempre rememoro el nombre de Lucrezia, la hija de Rodrigo Borja o Borgia (1431-1503), como asimismo recuerdo el nombre de la madre de Edipo, cuando alguien se dirige a cualquier mujer, igualmente desafortunada en su nombre dado — por ser, en su caso — llamada Yocasta.

Rodrigo, pontífice quien fuese famoso (¿o infame?) — dependiendo de quién lo juzgue — ya que su Iglesia no lo reprende, como, de sobra, debiese, por haber sido otro más de sus, muchos, papas diabólicos. (Léase mi artículo: El Pontífice del Mal en http://www.monografias.com/trabajos69/genetica-comportamiento-humano/genetica-comportamiento-humano2).

Por tanto, así queda. (Para un libro interesante de leer: The Borgias por I. Cloulas).

Pero, su memoria me recuerda a las víctimas del incesto y al poder avasallante de las pasiones carnales irrefrenables y de sus consecuencias, como viéramos en Enrique VIII…

Pienso así, porque nuestra Lucrecia (no la Lucrezia de Borja) — la última, aparente participante entusiasta en el incesto con su padre, el depravado Papa Alejandro VI, y con su hermano César — fue la hija ilegítima del cura de la iglesita parroquial (ahora catedral) que sirviera como lugar de adoración divina a los habitantes de la urbe, de los cerros y campiñas, que circundaban la ciudad de Santiago de los 30 Caballeros. Sita en el valle del Cibao.

Si Afganistán se conoce como el cementerio de los imperios, Santiago y la región del Cibao, pueden considerarse lugares donde entraran al mundo la mayoría de los primeros magistrados del país.

Santiago: La cuna de los presidentes dominicanos

Existen muchos pueblos llamados Santiago: de Chile, de Cuba, de Compostela y el nuestro — lo que ya basta — aunque sé que muchos más existen — pero, no me disculpo por aquí omitirlos.

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Lucrezia Borgia (1480-1519)

Para algunos, el lugar donde Lucrecia — la de esta ponencia — naciera se llamaba San José de las Matas, para otros se conocía como Los Montones, y para otros era Jánico, por el nombre del riachuelo que serpentea la montañosa región.

Detalle histórico, que tantos olvidan, es que Trujillo, en esa bucólica comarca, en gesto despiadado, exterminó — por oponerlo — en su totalidad a la honorable y valiente familia de los Reina (hombres, mujeres embarazadas y niños).

Los mandó a ejecutar en medio de la noche, en la oscuridad de esos cerros, cuando muchos de nuestros machos dormían el sueño de los justos — porque, frente al tirano — la cobardía era "virtud" generalizada.

Muchos se hacían la vista gorda cuando del Jefe se hablaba.

Muchos…

Lucrecia, como tantas niñas desamparadas, creció bajo el palio protector de una abuela consagrada, cuya única esperanza era de que su única nieta dedicaría su vida al servicio de Dios.

En otras palabras: de que fuera monja.

Lo que el destino no quiso.

¿En qué tiempos se desenvolvieron estos acontecimientos históricos?

Los años de esta narración fueron las décadas de los cuarentas del siglo pasado — tan remotos, y aún tan cercanos…

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La vecinita de enfrente…

El "mal de Lucrecia"

Lucrecia padecía de la bendición a medias que aflige a muchas dominicanas de origen humilde:

Era delgada, esbelta, de piernas largas, de complexión saludable y muy hermosa.

Para los baturros, "pata-por-suelo", de orígenes diversos, que visitaban, entonces, este país, Lucrecia era bocado apetecible — pero no sólo eran los europeos los que ansiaban sus favores — el párroco local, hombre afeminado, pero con sexualidad confusa, se preguntaba a sí mismo: si se "la conseguía" quizás pudiera usarla como carnada para atraer otros hombres que en él no se interesaban.

¿Por qué no tratar de conseguirla? Lo que intentara hacer sin alcanzarlo.

Mientras que, Miguelina, una tía de la joven, había decidido que, debido a su belleza singular, Lucrecia no era ni material de conventos, ni refocilo para curas calientes.

El debut de Lucrecia

En la velada acostumbrada de la escuela parroquial, a la niña le tocó cantar y actuar La Vecinita de Enfrente. (Para leer las letras: http://www.folkloredelnorte.com.ar/cancionero/jkl/j-lam/lamujerdeantonio.html)

Su rendición de las coplas sensuales fue sensacional porque enloqueció a los hombres en la audiencia — ya que no fue sexy, si no que fue muy, pero muy, sexy — enviando a las monjas a persignarse y rezar el rosario y a los hombres a querer conocer mejor a la niña, quizás en el sentido bíblico de la acepción.

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Cuando lo presenciara, Miguelina se dijo a sí misma: en esta nenita hay un futuro, para nosotras dos.

A los catorce años, Lucrecia se mudó permanentemente de San José de las Matas, a la ciudad de Santiago a vivir con su tía Miguelina, "La Beata".

Así conocida por ser solterona y "vestidora de santos" en la parroquia local.

Aunque La Beata mantenía muchas sorpresas ocultas las que a nadie — ni aun a Rosa, la sirvienta que con ella, por años viviera — revelara.

Muchos de estas sorpresas, eran secretos, algunos, quizás, bochornosos. Como fuera, ser dueña hereditaria y subrepticia de varios de los burdeles que prosperaban enormemente en la barriada de Pueblo Nuevo.

Pero, la prostitución nunca ha habido problemas en la RD. Porque como no se prohíbe, se permite — ya hemos leído el Candor de Candi. (Véase: Juego Brusco y Abuso Sexual Infantil en http://www.monografias.com/trabajos50/juego-brusco-abuso/juego-brusco-abuso).

A Lucrecia, La Beata la enroló, como estudiante de internado, en un colegio de monjas, exclusivo para muchachas de abolengo, que en Santiago existiera.

Allí, la joven mujer, ya desarrollada, aprendió de primera mano, una lección:

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Pescado relleno de parásitos

La lección del efecto de los prejuicios que eran asignados a los tantos hijos ilegítimos que se movían en la esfera asfixiante de una sociedad tan farsante como prejuiciada, donde nunca Lucrecia lograría ser aceptada.

En el colegio, solamente hizo una amiga, Altagracita (Tatica), hija ilegítima de un matón — general en la guardia nacional de Trujillo — bien conocido por su crueldad sanguinaria hacia los enemigos del sátrapa.

Pero, las cosas de la vida. Tatica creció como mujer ejemplar.

Los pecados de los padres… (Éxodo 20:5).

Lucrecia, en esos tiempos, vivió muy solita y desamparada, sin ser invitada a ninguna fiesta, y sin tener pretendientes, a pesar de su acentuada, y extremadamente delicada, belleza natural.

A su tiempo, la mujer declinó la invitación que le extendieron las monjas del colegio de seguir la vida religiosa y se mudó a vivir con otra de sus tías, en la Capital, para estudiar en la Universidad de Santo Domingo.

Allí se radicó.

Después de graduarse de pedagoga, y con la ayuda de Tatica, ambas fundaron una escuelita que, con el tiempo, progresaría a convertirse en uno de los más populares y exitosos de los planteles de enseñanza que hubiera en Santo Domingo.

¡Aplauso!

Lucrecia nunca tuvo novio ni contrajo nupcias. Mientras Tatica tuvo dos hijas, antes de que su esposo pereciera en un accidente de pesca.

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Mujer anémica por Samuel van Hoogstraten

Ana, la mayor de las hijas, contrajo anorexia. Digo la contrajo "contrajo", porque al principio, esta condición comenzó como apuesta entre amigas de colegio a ver quién lograría perder más de peso.

Trágicamente ella "ganó", logrando bajar de 120 a 72 libras en sólo tres meses.

La odisea médica que culminara en conocernos sería muy tediosa para ser repetida en este espacio. (Véanse mis ponencias al respecto acerca de la anorexia en /cgi-bin/search.cgi?query=anorexia%20larocca).

El tratamiento de Ana fue bastante exitoso. Sus períodos retornaron, su peso se estabilizó a 111 libras en unos meses, y la terapia procedió de modo lento, pero sin trompicones mayores.

Lucrecia hace su entrada de nuevo

Lucrecia era experta culinaria y cocinera de fama bien reconocida.

Su plato especial, y, por quienes lo degustaran — muy celebrado — era el filete de pescado relleno.

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La receta la aprendió en Italia, durante un verano que pasara en la región, de Siena, estudiando el arte de cocinar en la finca de la familia de Aurelio Pellegrino, en la proximidad de la idílica aldea de Sovicille.

El "secreto" de su receta era, en su simpleza, muy engañoso. Porque nadie, ni aún quienes la asistían en la cocina, sabía que ella — aunque pretendiera hacerlo — no cocinaba los ingredientes que usaba para rellenar sus celebrados y famosos filetes de pescado.

El relleno del lucio fresco— crudo y curado en limón, ajo y sal — consistía de pescado majado, espinaca, yerbabuena, vino blanco y cebollín. A lo que le añadía huevos crudos, pan de agua empapado en leche de cabra y orégano.

Nadie antes se había enfermado por saborear tan exquisito manjar.

Hasta que un día llegara, cuando Lucrecia comenzó a sentirse desanimada y muy cansada.

Creyó que sufría de la fiebre del dengue — que andaba haciendo sus rondas acostumbradas por la región — pero no lo era.

Pasarían algunos meses y su condición empeoró.

Una mujer — que de antaño, exhibiera energía en abundancia — ahora, había perdido todo arranque para ir al trabajo, repartir comida a los pobres, o visitar sus amigas.

Pronto comenzaron los calambres en el abdomen, distensión en el bajo vientre, diarrea ocasional, fatiga y decaimiento, respiración laboriosa y letargo.

Le hicieron unos exámenes de sangre que revelaron una anemia ligera, por la que le recetaron suplementos de hierro, a tomar en pastillas.

Subrepticiamente, Lucrecia abandonó el uso de las píldoras por que le producían malestar estomacal.

Todos comenzaban a preocuparse porque ya nuestra amiga empezaba a lucir muy enferma — con palidez general — y no expresando otro deseo que no fuera permanecer en cama sollozando y sintiéndose mal.

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Diphyllobothrium latum

Se obtuvieron más pruebas de laboratorio

Ahora, la anemia era profunda, y los hematíes muy bajos.

Esto sucedía a una mujer de hábitos saludables, que no daba evidencia de sangrado y que vivía una vida sana en todo respecto.

¿Cuál sería la causa de la anemia?

Un examen hematológico suministró una pista. Las células rojas estaban agrandadas, con estructuras pocos comunes presentes. Células conocidas como macrocíticas. Una causa frecuente para este hallazgo es la anemia perniciosa o megaloblástica, resultado de una falta de vitamina B12 o de ácido fólico, ambos necesarios para la producción de células rojas.

Pero Lucrecia no exhibía ninguno los síntomas neurológicos asociados con este tipo de anemia y no había causa que pudiera ser responsable por este hallazgo.

Como yo había diagnosticado un cuadro de anemia megaloblástica en el caso de Ana, el internista solicitó mi opinión, pensando además que era buena idea; ya que todos se preocupaban de que la paciente pudiese estar deprimida, algo que ella rehusaba considerar.

Lo que sí, interesaría a Lucrecia — por lo del caso de Ana — fue consultarme acerca de lo de su anemia.

Durante nuestra visita que durara por dos horas, me contó acerca de su vida con comienzos aciagos — de sus resentimientos, ya pasados — acerca de la sociedad de Santiago cuando estaba en el colegio de monjas, y del placer que derivara de sus artes culinarias y de sus labores caritativas con los pobres.

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Ciclo vital

En medio de la entrevista, y como gesto amistoso y de agradecimiento, ofreció prepararme, alguna vez, su plato favorito. Cuando le expresé interés en su confección — porque me considero buen cocinero — me dijo en confianza: "el secreto es no cocinar el pescado que va en el relleno — a nadie se lo repita".

Le comuniqué a ella y al internista que me parecía que el problema de Lucrecia era la presencia intestinal de una tenia o lombriz solitaria, proveniente del pescado crudo.

Este parásito intestinal es una bestia de organismo. No se mueve, se fija a la pared del intestino delgado con sus ventosas de succión. Y, además, para lograr sacarlo de su hábitat digestivo se requieren medicinas potentes.

Pero, medicinas fuertes y efectivas fueron usadas.

Cuando el parásito se eliminara, éste medía cuatro pies. El género fue confirmado en el laboratorio.

Con la supresión del agente ofensivo y la administración de vitamina B12, Lucrecia retornó a la normalidad de su vida.

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Discusión

La enfermedad misma es poco común y el diagnóstico elusivo.

La tenia lata, o del pescado, es una psicópata del reino animal.

Es famosa por su tamaño y por la duración de su vida.

Como parásito es ejemplar: no mata a su huésped, de quien vive, y solamente cuando su voracidad causa la anemia sintomática, se descubre.

En el intestino, compite con su anfitrión por la vitamina B12, la que absorbe para sus propias necesidades. Así haciéndolo, priva a la médula ósea de su víctima, de este ingrediente vital para sus funciones de hemopoyesis, resultando en el cuadro clínico descrito.

Las tenias son capaces de alcanzar una longitud de 30 pies y pueden vivir hasta 20 años.

Su reproducción es hermafrodita y descargan un millón de huevos al día.

Para sobrevivir — los huevos, luego de haber nacido — deben de llegar al agua, donde se transforman en embriones que los crustáceos ingieren. Éstos, a su vez, son tragados por los peces.

Peces de agua fresca eran los pescados que Lucrecia favorecía para sus labores culinarias.

Las larvas, una vez ingeridas por los peces, se asientan cómodamente en los músculos del pescado. Cuando este último se come crudo, el ciclo se completa.

Aplicaciones psiquiátricas

Muchas de nuestras pacientes sufren desnutrición, las anoréxicas y las bulímicas de bajo peso, son personas cuya dieta es precaria.

Los obesos suelen comer, de todo, indiscriminadamente, aunque ellos también sufren de la malnutrición.

Lo mismo puede decirse de quienes siguen dietas restrictivas para reducir, sin supervisión adecuada.

Muchas personas optan por el vegetarianismo, con privación al cuerpo de fuentes de vitamina B12.

Otras, sufren de la locura megaloblástica. (Véase mi ponencia por ese título). Mientras que algunas sufren de "depresiones" que no lo son.

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Te odio!" y la Depresión puerperal

El caso de Nicol

Nicol salió encinta a los 32 años. Había estado casada por 13 años, posponiendo tener hijos por razones profesionales, ya que era oficial legista de la Armada Norteamericana (US Navy) en la Base Naval de Charlestón donde yo servía como oficial médico.

Su embarazo múltiple, fue normal.

Le nacieron gemelos, varón y hembra, lo que la dispusiera a decir que con ello su progenie estaba completa sin tener que procurar, para completar la familia, tener "un hijo de cada sexo: varón y hembra".

Nicol sufrió una depresión puerperal leve, la que se resolvió con algunas medicaciones antidepresivas y psicoterapia. (Véase mi artículo: La Depresión Puerperal y otros trabajos relacionados /trabajos49/depresion-puerperal/depresion-puerperal).

Como ganara mucho peso durante la gestación de los gemelos adoptó una dieta vegetariana estricta, perdiendo rápidamente, las libras en exceso.

Continuó el vegetarianismo sin sufrir problema alguno.

Cuando los niños, de tres años, entraron al pre-escolar comenzaba a sentir el retorno de los síntomas de la depresión y fue vista por uno de nuestros colegas en la base naval. Recibió un antidepresivo del orden de los tricíclicos sin resultado, usando tetracíclicos y más adelante inhibidores de la aminooxidasa.

Nada ayudaba.

Para hacer una evaluación más completa se la ingresó en la sección médica del hospital naval, donde se diagnosticara la anemia perniciosa.

Un curso de vitamina B12 inyectada, con píldoras de mantenimiento, fue todo lo que necesitara.

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Del salto misterioso de la mente al cuerpo

En resumen

Este último caso, confirma la necesidad de utilizar el modelo médico como base del entendimiento de todo trastorno cuyo origen aparenta ser psiquiátrico.

Éste siendo un modelo que he propugnado desde hace muchos años y que forma la piedra angular a mis contribuciones en los campos de la medicina y de la psiquiatría.

Nunca olvidemos que, primero, somos médicos. (Véase mi artículo: ¡Médico! en /trabajos49/medico/medico).

Fin de la lección

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Adriano Cecchi

Bibliografía adicional

  • Larocca, FEF (Septiembre, 1982) Depression in Children: The Proteous of Psychiatry II World Congress of Bilogical Psychiatry

  • Larocca, FEF: Locura megaloblástica en monografías.com

  • Larocca, FEF: Medicina, Psiquiatría Molecular y Vitamina B12 en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Neurociencia del Metabolismo Férrico, la de Algunos Fármacos: O Quien de Hierro Vive a Hierro Muere… y Algunas Otras Historias Espeluznantes en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Depresión Como Proceso y Función: Una Síntesis Darvinista Deprimentemente Realista en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Verdad Acerca de la Vitamina B12: Los Peligros de su Exceso en monografías.com

  • Larocca, FEF: Juego Brusco y Abuso Sexual Infantil en monografías.com

  • Larocca, FEF: Los Hipócritas, el Proxenetismo y sus Dilemas Filosóficos y Morales, y, ¿De por qué los Hombres Procuran las Prostitutas? en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Depresión Puerperal en monografías.com

  • Larocca, FEF: mitos Psicogénicos en monografías.com

  • Larocca, FEF: La Distopía de Enrique VIII en monografías.com

  • Deutsch, H, ed: (1973) Deutsch, E. On the Mysterious Leap from the Mind

  • to the Body IUP, 1973

  • Cloulas, I: (1987) The Borgias Franklin Watts

  • Para una amplia colección de artículos acerca de este tema vayan a: /cgi-bin/search.cgi?query=vitamina%20b12%20larocca

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca