Indicadores para medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza
Enviado por Sandys Menoya Zayas
- Resumen
- Introducción
- Fundamentos teórico-metodológicos para la medición de la sostenibilidad del turismo
- El ecoturismo como alternativa para la conservación
- Desarrollo del ecoturismo en Cuba. Situación actual
- Indicadores de sostenibilidad
- Identificación de los elementos necesarios para medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza en el hotel La Ermita y propuesta de indicadores de sostenibilidad
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
Resumen
El presente trabajo, "Propuesta de indicadores para medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza en el Hotel La Ermita (Viñales, Cuba)", se inscribe entre los intentos por dar respuesta a uno de los temas globales que más preocupa al hombre en la actualidad, que es la contradicción sociedad–naturaleza–economía–cultura, de la cual deviene el problema del deterioro progresivo del medio ambiente y por ende de la calidad de vida del propio ser humano.
La primera parte de esta tesis aborda el desarrollo sostenible desde un enfoque emergente y sistémico, que postula la necesidad de abordar nuevas metodologías de trabajo, como las relacionadas con la sostenibilidad y su medición integral. Además, se investiga y profundiza en el tema de los indicadores de sostenibilidad, buscando establecer la lógica subyacente en la formulación de estos significativos parámetros del actual lenguaje científico.
La segunda aborda el caso de estudio seleccionado, el Hotel La Ermita, donde se valoran los espacios de actuación económica, sociocultural y ecológica, para a la postre establecer un sistema de indicadores que permita identificar las fortalezas y debilidades evidenciadas en el proceso de sostenibilidad impulsado a través de los instrumentos de gestión ambiental y territorial establecidos en diferentes niveles de jerarquización institucional a los efectos de lograr el desarrollo sostenible.
La tesis concluye con el planteamiento de un conjunto de conclusiones y recomendaciones de gran utilidad teórica y metodológica para la instalación y la empresa a la cual pertenece, y con un alto grado de generalización de los aspectos abordados durante el desarrollo en dos capítulos.
Introducción
Uno de los temas globales que más preocupa al hombre es la contradicción economía-sociedad-cultura-naturaleza, de la cual deviene el problema del deterioro progresivo del medio ambiente y por ende de la calidad de vida del propio ser humano. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992 -conocida en el ámbito internacional como Cumbre de la Tierra o Río 92-, es donde por vez primera se abre paso al paradigma de la sostenibilidad y se destaca la necesidad de alcanzar una política integrada, donde se considerase el medio físico, el biológico y el humano, y el desarrollo tomara en consideración no sólo a las generaciones presentes sino también a las futuras.
A tono con lo anterior, se entendió al turismo como una potente actividad sociocultural y económica que puede y debe participar activamente en la estrategia del llamado desarrollo sostenible, teniendo en cuenta que una buena gestión del turismo exige garantizar la sostenibilidad de los recursos de los que depende.[1]
Las directrices y las prácticas de gestión para el desarrollo sostenible del turismo son aplicables a todas las modalidades de turismo en los diferentes tipos de destinos, incluidos el turismo de masas y los diversos segmentos turísticos. Los principios de sostenibilidad se refieren a los aspectos ecológico, económico y sociocultural del desarrollo turístico, estableciéndose un equilibrio adecuado entre esas tres dimensiones para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.[2]
De conjunto con estos desafíos, surge también la necesidad de medir esa pretendida sostenibilidad, y ya en los últimos años se han ido abandonando los objetivos puramente economicistas para introducir otros más amplios, abarcando aspectos sociales, culturales y ecológicos. Si aquellos objetivos economicistas eran fáciles de valorar, a través de parámetros como las utilidades y el ingreso medio por turista, el nuevo y más complejo planteamiento de sostenibilidad requiere otros elementos que permitan integrar los factores económicos, sociales y ecológicos y posibilite la comparación de modelos y la toma de decisiones. Son estos elementos los que se conocen como indicadores de sostenibilidad y actualmente se está trabajando a diferentes niveles en su identificación.
En el caso de Cuba, el sistema político, social y económico y su probada capacidad de proyectarse hacia ese camino, tiene como fortaleza mayor la conciencia de los retos que enfrenta, existiendo las vías para abordarlos y la decisión de acometerlas, como se ha demostrado con la aprobación y aplicación de una legislación "marco" a favor de la protección del medio ambiente y el avance hacia el desarrollo sostenible. Por cuanto la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible es voluntad bien definida del Estado Cubano, y en junio de 1997 fue aprobada por el Consejo de Estado la Estrategia Ambiental Nacional que constituye hoy el documento rector de la política cubana hacia el desarrollo sostenible. Dicha estrategia, revisada y actualizada en 2005, señala dentro de las bases para lograr el desarrollo económico y social sostenible lo siguiente: "Garantizar un uso sostenible de los recursos de la diversidad biológica, por ser ésta la base de sustentación y futuro desarrollo de nuestras principales actividades económicas, como lo son la agricultura, las industrias azucarera y biotecnológica, el turismo y la pesca".
Así, para el turismo cubano el concepto de sostenibilidad significa, en primer lugar, contribuir al desarrollo integral del país, elevando sus aportes a la economía, incrementando el empleo, mejorando sostenidamente la calidad de vida de la población, contribuyendo al mismo tiempo a preservar o recuperar el patrimonio natural y cultural de uso turístico, para su uso responsable actual y futuro.[3]
La Resolución Económica del V Congreso del PCC (1998) destaca en su capítulo III que el país continuará desarrollando el turismo teniendo en cuenta la preservación de la naturaleza y la calidad del medio ambiente".[4]
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al inaugurar el primer hotel en Cayo Coco, expresó: "No vamos a desarrollar cualquier turismo, hay que hacer un turismo de calidad, y sobre todo, un turismo integrado a la naturaleza. (…) y que el turismo nuestro preserve, y no sólo preserve, sino que enriquezca la belleza natural de los lugares donde se construye".[5]
Por medio de la industria turística, las consecuencias económicas del turismo se transfunden a las naciones, regiones, ciudades, pueblos, comunidades e individuos. Por tanto, la necesidad del desarrollo de un turismo más responsable por parte de los principales actores de la actividad turística, con el fin de proteger y reforzar las comunidades locales es un desafío para las regiones turísticas del país en la coyuntura actual.[6]
El turismo de naturaleza en todas sus modalidades constituye la oferta turística de mayor crecimiento a nivel mundial y es a su vez uno de los modelos que mejor se ajustan a los principios del desarrollo sostenible para el sector turístico; de una parte, por los tipos de escenarios donde tiene lugar; y por otra, por ser una modalidad que conserva y protege los recursos naturales, valora las manifestaciones histórico-culturales locales e integra las poblaciones a la oferta, creando conciencia acerca de la preservación del medio ambiente y tendiendo a mejorar la calidad de vida de los pobladores del destino.
La elección de un destino turístico no solo depende de los atractivos naturales que éste posea, sino también de la calidad con que son turísticamente explotados o manejados y su grado de conservación.
Con respecto a la provincia de Pinar del Río, la elevada presencia de valores naturales y paisajísticos en su geografía, demuestran la pertinencia de potenciar el aún tímido desarrollo de un turismo de naturaleza especializado con base en la sostenibilidad, donde el Polo Turístico Viñales es sin duda pieza clave.
Lo abordado a lo largo de estas páginas, es resultado de la recopilación, análisis y valoración de distintos aspectos teóricos y metodológicos relacionados con el desarrollo sostenible del turismo y su valoración o medición, y las características del objeto de estudio (el Hotel La Ermita) en su espacio de desarrollo.
La consideración de la necesidad de proveer a las empresas promotoras de la actividad turística de herramientas que contribuyan decisivamente a elevar sus niveles actuales de gestión ambiental, en función del nuevo paradigma de la sostenibilidad, nos lleva de la mano a la identificación del problema científico de la investigación, cuya interrogante es la siguiente: "¿Cuáles son los elementos necesarios para permitan medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza en el Hotel La Ermita?".
De ahí que el objetivo general de este trabajo descanse en la determinación de los elementos necesarios para medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza en el Hotel La Ermita, con el propósito de establecer un sistema de indicadores económicos, ecológicos y socioculturales que puedan constituir una herramienta aprovechable por la entidad con el propósito de alcanzar niveles cualitativa y cuantitativamente superiores en materia de gestión ambiental hacia la sostenibilidad, teniendo en cuenta la importancia de esta temática en la actualidad.
Con el fin de cumplimentar el objetivo general de la investigación, se estableció una serie de objetivos específicos:
1. Definir los aspectos teórico-metodológicos para la medición de la sostenibilidad de la actividad turística.
2. Identificar los elementos necesarios para medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza en el Hotel La Ermita.
3. Proponer una serie de indicadores económicos, socioculturales y ecológicos para medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza en el hotel.
Como hipótesis se plantea que: "La determinación de los elementos necesarios para medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza en el Hotel La Ermita, posibilitará establecer una serie de indicadores económicos, socioculturales y ecológicos que puedan constituir una herramienta aprovechable por la entidad con el propósito de alcanzar niveles cualitativa y cuantitativamente superiores en materia de gestión ambiental hacia la sostenibilidad".
La investigación resulta novedosa teóricamente, teniendo en cuenta que no existen antecedentes de un trabajo similar en el hotel. Asimismo, el resultado fundamental constituye algo nuevo y valioso para el Grupo Cubanacán, donde el trabajo en la esfera de la sostenibilidad ha sido orientado tan solo hacia la gestión ambiental de manera global y no hacia los indicadores de la sostenibilidad; además de ser este un tema en el que aún los hoteles de Cuba no presentan un resultado concreto. Por ese motivo, el sistema de indicadores propuesto puede constituir una guía futura de actuación práctica por la sostenibilidad de la actividad turística del hotel y su contribución a la sostenibilidad local.
El trabajo se desarrolla en dos epígrafes. El primero, "Fundamentos teórico-metodológicos para la medición de la sostenibilidad del turismo", consta de cuatro epígrafes e introduce al lector en los principales conceptos que sirven de basamento y su relación: desarrollo sostenible, turismo sostenible, ecoturismo y sostenibilidad; además de abordar su aplicación en Cuba.
El segundo epígrafe, denominado "Identificación de los elementos necesarios para medir y gestionar la sostenibilidad del turismo de naturaleza en el Hotel La Ermita y propuesta de indicadores de sostenibilidad", está integrado por cuatro epígrafes, cuya finalidad es proporcionar al lector un conocimiento general sobre las características naturales, socioculturales y económicas del medio físico-geográfico donde se desarrolla la actividad turística del hotel; así como de las características y la situación actual del hotel y la empresa de que es parte. Finaliza este capítulo con el epígrafe donde se expone la "Propuesta de indicadores de sostenibilidad".
La tesis concluye con el planteamiento de un conjunto de conclusiones y recomendaciones de gran valor teórico y metodológico para el hotel y la empresa, que en alto grado generalizan los aspectos abordados durante el desarrollo por capítulos.
Determinadas limitaciones para realizar este trabajo, especialmente de tiempo e inexperticia, han impedido profundizar adecuadamente en diversos aspectos, algunos de ellos cruciales para un análisis completo de la sostenibilidad. En estos casos se ha preferido no emitir criterio alguno, considerando que es de mayor utilidad un trabajo con carencias bien definidas que uno cuyas proposiciones sean impracticables en el objeto de estudio.
Sin embargo, este autor espera que el trabajo se convierta en un valioso material para la gestión hacia la sostenibilidad de esta empresa turística a favor de la práctica de un turismo responsable, así como para todas aquellas personas, instituciones e instalaciones turísticas que hagan uso de él y estén interesadas en seguir estudiando y profundizando en las temáticas del desarrollo sostenible del turismo y su medición.
Fundamentos teórico-metodológicos para la medición de la sostenibilidad del turismo
1.1 DESARROLLO, SOSTENIBILIDAD Y TURISMO SOSTENIBLE
1.1.1 Sostenibilidad y desarrollo sostenible
La sostenibilidad como concepto asociado al establecimiento de algún tipo de límites al crecimiento, comienza a fraguarse a comienzos de la década de los 70 del siglo XX. Las primeras formulaciones coincidieron históricamente con los albores del movimiento ecologista. En aquellos años, ya se acuñaban términos como eco-desarrollo, crecimiento intensivo, crecimiento orgánico, crecimiento cero, entre otros. Las preocupaciones estaban centradas, por lo general, en tratar de establecer límites o frenos a los efectos negativos del desarrollo.
En la Primera Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Estocolmo, 1972), organizada por las Naciones Unidas, se señaló que los seres humanos empiezan a buscar un nuevo modelo de desarrollo, como consecuencia de la falta de un desarrollo armónico Hombre-Naturaleza. Además, se plantea el "eco-desarrollo" como la alternativa para lograr esta armonía.[7]
El Informe Brundtland (1987),[8] presentado a la Asamblea General de las Naciones Unidas por la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, plantea un nuevo modelo, bautizado con el nombre de desarrollo sostenible, definiéndose como: "el que hace frente a las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades".[9] Posteriormente, en la Cumbre de la Tierra de 1992, es donde se consolida el concepto de desarrollo sostenible fundamentándose en tres principios:
La sostenibilidad ecológica, que garantiza que el desarrollo sea compatible con el mantenimiento de los procesos ecológicos esenciales, de la diversidad biológica y de los recursos biológicos.
La sostenibilidad social y cultural, que garantiza que el desarrollo aumente el control de los hombres sobre sus propias vidas, sea compatible con la cultura y los valores de las personas afectadas, y mantenga y fortalezca la identidad de la comunidad.
La sostenibilidad económica, que garantiza que el desarrollo sea económicamente eficiente y que los recursos sean gestionados de modo que se conserven para las generaciones futuras.
Es en esta conferencia donde la sostenibilidad adquiere carácter institucional, al emanar de la misma, entre otros documentos, la Agenda 21, un programa de acción en materia de medio ambiente que, aprobado por los 182 países que participaron en la cumbre, define un conjunto articulado de actuaciones destinado a asegurar el futuro sostenible del planeta.[10]
Fidel Castro en su mensaje a dicha conferencia, aborda el concepto de sostenibilidad relacionándolo con la creación de riquezas y bienes y su distribución en la sociedad, así como con la búsqueda del desarrollo en función de elevar la calidad de vida de la población, concepto este de aplicación en todas las esferas, y que lleva implícita la preservación del medio ambiente y de los valores éticos y culturales.[11]
Otro concepto, dado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo señala como: "el proceso que permite que se produzca el desarrollo sin deteriorar o agotar los recursos que lo hacen posible. Este objetivo se logra, generalmente, gestionando los recursos de forma que se puedan ir renovando al mismo ritmo que van siendo empleados, o pasando del uso de un recurso que se genera lentamente a otro que lo hace a un ritmo más rápido. De esta forma los recursos podrán seguir manteniendo a las generaciones presentes y futuras".[12]
En los últimos años, la sostenibilidad y la preocupación general por los problemas medioambientales ha ido creciendo en el ámbito mundial. De hecho, la idea de sostenibilidad responde a algo más que un mero concepto, ya que puede apreciarse como una filosofía que impregna las nuevas líneas de pensamiento y de acción en las políticas, la gestión y la planificación. Esta sensibilidad se ha ido incorporando a los métodos y prioridades empresariales en todos los sectores y como es lógico también en el turismo y sus operadores.
Turismo sostenible
La Organización Mundial del Turismo (OMT) define el turismo sostenible como: "un modelo de desarrollo económico concebido para mejorar la calidad de vida de la comunidad receptora, facilitar al visitante una experiencia de alta calidad y mantener la calidad del medio ambiente del que tanto la comunidad anfitriona como los visitantes dependen".[13] Para la organización rectora del turismo a escala global, los productos turísticos sostenibles son los ofrecidos en armonía con el medio natural, la comunidad y la cultura locales, de forma que éstos se convierten en los beneficiarios permanentes y no en las víctimas del desarrollo turístico.
El destacado especialista dominicano Bolívar Troncoso entiende el turismo sostenible como una nueva forma de planificar, ofertar y mercadear el producto turístico nacional, fundamentado en principios éticos y colectivos para el manejo de los recursos naturales y culturales, cuyos beneficios económicos mejoren la calidad de vida de todos los sectores involucrados. Es la oportunidad de dignificar la relación del ser humano con su entorno, y de dimensionar su perpetuidad.[14]
En la Agenda 21 para los Viajes y el Turismo, la OMT define al turismo sostenible como "aquel que satisface las necesidades de los turistas actuales y de las regiones de destino, al mismo tiempo que protege y garantiza la actividad de cara al futuro. Se concibe como una forma de gestión de todos los recursos de forma que las necesidades económicas, sociales y estéticas puedan ser satisfechas al mismo tiempo, que se conservan la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que soportan la vida".[15]
Y la más reciente definición dada por el Comité de Desarrollo Sostenible del Turismo de la OMT, pone énfasis en el equilibrio entre los aspectos ecológicos, sociales y económicos del turismo, así como en la necesidad de aplicar principios de sostenibilidad en todos los sectores del turismo, y hace referencia a objetivos mundiales como la eliminación de la pobreza.[16]
Se asume este concepto porque el turismo, el medio natural (físico y biológico) y el patrimonio cultural pueden constituir los elementos de una gran fórmula de desarrollo equilibrado para muchas regiones del planeta. El desarrollo sostenible aplicado al turismo trata de llegar a una situación de equilibrio que permita al sector turístico funcionar con un criterio de rentabilidad a largo plazo, pero no a expensas de los recursos naturales, culturales o ecológicos.[17] La preservación del atractivo de los destinos turísticos así como la propia base económica del turismo depende del tipo de gestión que se utilice para la conservación de los recursos turísticos y naturales.
Desde un punto de vista de marketing, el turismo sostenible puede significar mantener ingresos corrientes del turismo limitando la capacidad, para asegurar que haya demanda para el turismo en el futuro. El turismo sostenible es un concepto de administración del turismo que anticipa y previene problemas que ocurren cuando la capacidad de carga[18]es excedida.[19]
En líneas generales, y a modo de resumen, se puede considerar sostenible el turismo[20]cuando:
Respeta (no daña) y valoriza al medio ambiente natural, cultural, humano y social, adonde se manifiesta;
Aporta beneficios financieros directos importantes y/o recursos para el desarrollo de la comunidad (infraestructuras, educación, herramientas de organización, etc.);
Promueve la participación local en el proyecto, o promueve un proceso participativo de los miembros de la comunidad en el proceso de su propio desarrollo como seres humanos;
Integra las herramientas de evaluación y de seguimiento permanentes, para garantizar lo que preceda.
CONCEPCIÓN DEL DESARROLLO SOSTENIBLE Y SU RELACIÓN CON EL TURISMO EN CUBA
Las empresas turísticas cubanas, acordes a las tendencias actuales y las exigencias legales establecidas por el Estado Cubano acerca del desarrollo sostenible del turismo, incorporan gradualmente esta temática en su gestión empresarial.
La clara voluntad política existente en nuestro país en la esfera ambiental está recogida en la Constitución de la República y en la Ley No. 81 del Medio Ambiente, que reconocen y regulan la interdependencia que se da entre la protección del medio ambiente y de los recursos naturales y el desarrollo económico y social sostenible. Esta política mantiene plena correspondencia con las premisas básicas establecidas por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y otras muchas prestigiosas organizaciones internacionales, sobre la necesidad de que los países en desarrollo establezcan modelos sustentables de consumo en sus procesos de desarrollo, que garanticen la solución de las necesidades básicas de los pobres y no incorporen patrones insostenibles particularizados en los países industrializados reconocidos como agresivos al medio ambiente. Existe además total identidad en el rol determinante de factores tales como los recursos naturales, el crecimiento de la población y el papel de la mujer, así como también la incidencia de la agricultura, la energía, la educación, la cultura y el turismo.
La Carta Magna cubana, en su artículo 27, plantea: "El Estado protege el medio ambiente y los recursos naturales del país. Reconoce su estrecha vinculación con el desarrollo económico y social sostenible para hacer más racional la vida humana y asegurar la supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras. Corresponde a los órganos competentes aplicar esta política(…(".[21]
Por su parte, la Ley del Medio Ambiente, en su artículo 139 del Título XI relativo al Desarrollo Sostenible del Turismo expresa: "El desarrollo sostenible del turismo se fundamenta en que éste se efectúe de modo tal que armonice el empleo eficaz de las potencialidades estéticas, recreativas, científicas, culturales y de cualquier otra índole de los recursos naturales que constituyen su base, con la protección de éstos y la garantía de que puedan proporcionar iguales o superiores beneficios a las generaciones futuras.
"Se basa, además, en el respeto a la cultura nacional y sus expresiones territoriales y en la integración de las poblaciones locales al desarrollo de sus actividades, contribuyendo así a la elevación de la calidad de vida de los seres humanos."[22]
En junio de 1997 fue aprobada por el Consejo de Estado la Estrategia Ambiental Nacional, que constituye el documento rector de la política ambiental cubana. Esta estrategia, revisada y perfeccionada en el año recientemente concluido, persigue a través de la participación de toda la sociedad, alcanzar el desarrollo económico y social sin comprometer el futuro de las nuevas generaciones y entre sus lineamientos para la acción se encuentra el de las Producciones Limpias para las industrias, donde el Ministerio de Turismo (MINTUR) se encuentra entre los organismos de mayor incidencia.[23]
Por otra parte, el Programa Nacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo (PNMAD), aprobado por el gobierno cubano a finales de 1993, constituye una de las principales acciones para dar respuesta a los acuerdos de la Cumbre de la Tierra, específicamente en lo relacionado con la elaboración de programas nacionales para detener o minimizar los daños que está sufriendo el planeta por la actividad humana en el proceso de desarrollo económico y social. El Programa de Turismo es uno de los que se acometen y tributan a aquel, y el mismo contiene de forma implícita elementos fundamentales de la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible.
El Ministerio de Turismo de Cuba adhiere la definición del turismo sostenible asumida por el World Travel and Tourism Council (WTTC), la OMT y el Consejo de la Tierra, y asume la sostenibilidad como condición para el desarrollo del sector; sostenibilidad considerada integralmente, en los ámbitos económico, ecológico y sociocultural. Las formas tradicionales de medir el éxito turístico únicamente por los arribos de turistas, los ingresos y las utilidades, están dando paso a formas de carácter más estratégicas, en las que el grado de sostenibilidad alcanzado por los destinos ocupe un lugar relevante.[24]
Para Cuba, la aplicación gradual de los principios del turismo sostenible constituye un requisito imprescindible en la supervivencia y en el paso hacia una nueva etapa de desarrollo y de adecuación del proyecto socialista prevaleciente. Se impone la necesidad de alcanzar un estadio superior en la protección del medio ambiente y el uso racional y sostenible de los recursos. La coyuntura actual demanda una concepción integral del desarrollo sostenible, entendido como un proceso donde las políticas económicas, sociales, científico-tecnológicas, fiscales, comerciales, energéticas, agrícolas, industriales, turísticas y otras, se entrelacen en un marco de justicia y equidad social.[25]
El binomio turismo y medio ambiente es esencial para el futuro. Entre el medio ambiente y la industria turística actualmente se establece una colaboración que mantiene una sinergia importante porque el medio ambiente, hoy día, es un factor estratégico de competitividad de primer orden para el turismo y cada vez lo será más. La sostenibilidad significa para el turismo cubano la contribución al desarrollo integral del país, elevando sus aportes a la economía, incrementando el empleo, mejorando sostenidamente la calidad de vida de la población y al mismo tiempo garantizando la preservación y recuperación del patrimonio natural y cultural para un uso turístico responsable y futuro, teniendo como objetivo básico lograr altos niveles de calidad ambiental, sobre la base de la planificación integrada, tomando como soporte los resultados científico-técnicos.[26]
Este propósito ha estado enmarcado en las tendencias internacionales más actuales del desarrollo del turismo de minimizar los impactos ambientales negativos que esta industria puede producir y las de satisfacer las preferencias de los turistas de tener contacto con la naturaleza y con nuevas culturas, seleccionando aquellos productos y destinos de viajes que respetan al medio ambiente (natural, cultural y social).
El desarrollo sostenible es una nueva forma de revolución, ya que por primera vez en la historia se está promoviendo dentro de una sociedad una transformación para perpetuarla. Pero este concepto tiene sus matices, y estos se refieren a lo que señalara Fidel Castro en su mensaje a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo: "(…( las preocupaciones ambientales inmediatas de los países del Tercer Mundo difieren de las sustentadas por los países desarrollados(…(", refiriéndose a que en los primeros "el motivo de preocupación común es el nivel de la calidad de vida", mientras que en los nuestros "lo primero que está en peligro no es la calidad de vida, sino la vida misma y el derecho a la vida".[27]
Aplicar al turismo el modelo de desarrollo sostenible significa sin dudas un reto, tanto para las administraciones públicas como para los empresarios, que consiste en abrir nuevas oportunidades de negocio y nuevos mercados con productos e infraestructuras turísticas que sean respetuosas con el medio. Entonces, desarrollar la actividad turística de una manera sostenible es lograr un desarrollo armónico y equilibrado en el que se consigan alcanzar los objetivos económicos deseados, pero sin erosionar los recursos naturales, para conservar y recuperar el patrimonio natural y cultural y el beneficio social de la población.
De ahí que desarrollar un turismo sostenible no sea una alternativa para Cuba, sino que es la única forma de lograr el desarrollo de una actividad cada vez más comprometida con el medio ambiente.
Para alcanzar un desarrollo coherente, armónico y con posibilidades ciertas de expansión y de mantenerse en el largo plazo, se necesita una propuesta integrada sobre el desarrollo turístico, en tanto el turismo está relacionado de una u otra forma con la mayoría de los sectores económicos. Conseguir un turismo sostenible ha de ser, por tanto, el objetivo de todos los agentes implicados en la actividad.
El ecoturismo como alternativa para la conservación
La necesidad de obtener fondos para la conservación que provengan de otras fuentes que no sean los presupuestos gubernamentales ha sido una preocupación permanente para muchos países. Durante la década de los 80, Latinoamérica empezó su búsqueda de soluciones, desarrollando un nuevo concepto: la posibilidad de usar el turismo como un mecanismo generador de fondos de los visitantes interesados en experimentar la naturaleza y los ecosistemas únicos. En la actualidad, el turismo se ha convertido en la actividad más importante y dinámica en la economía mundial, y su uso como fuente de ingresos para financiar la conservación tiene consigo una cierta mentalidad de negocios.
En este contexto se comienza a abogar por una modalidad de turismo sostenible, que contribuya a la conservación y al uso racional de los recursos naturales, al patrimonio cultural y que proporcione beneficios sociales y económicos a las comunidades locales. Esta nueva modalidad fue presentada como ecoturismo.
Desafortunadamente el nombre de ecoturismo se volvió tan común y popular que fue utilizado muy a menudo de forma inapropiada con diversidad de productos y servicios turísticos. Hoy la abundancia de definiciones sobre el término, ha ocasionado la proliferación de expertos, consultores y profesores, con la intención de subirse al vagón del ecoturismo y beneficiarse de su popularidad. De ello ha resultado una mezcla de conceptos, criterios e interpretaciones, creando cierto grado de confusión.[28]
Grupos de profesionales y empresas de turismo han aceptado el reto del ecoturismo sin conocer sus implicaciones ni entender su verdadero propósito. En consecuencia se objeta que el ecoturismo es solo una palabra atractiva de significado impreciso, una moda, una ilusión pasajera; mientras que en la realidad puede ser un verdadero aliado de la conservación y también puede proveer una cantidad de beneficios adicionales.
El significado de ecoturismo se interpreta de forma diferente para las personas, dependiendo de sus expectativas al respecto. Para el administrador de un área protegida, el ecoturismo puede significar una estrategia nueva y prometedora para propiciar la protección de las áreas ecológicamente frágiles. Para un viajero, el ecoturismo podría ser la ilusión de escape de "una vez en la vida" a un sitio exótico. Para alguien que prepara "ecoviajes", el ecoturismo podría significar una estrategia de mercadeo que puede atraer una mayor clientela.
La UICN define el ecoturismo como aquella modalidad turística ambientalmente responsable que consiste en visitar o viajar a áreas naturales relativamente sin disturbar con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (paisaje, flora y fauna silvestres de dichas áreas), así como cualquier manifestación cultural (del presente o del pasado) que pueda encontrarse ahí, a través de un proceso que promueve la conservación, tiene bajo impacto ambiental y cultural e involucra un beneficio socioeconómicamente activo para las comunidades locales.[29]
A pesar de la falta de consenso general, la OMT indica que las características generales del ecoturismo pueden resumirse de la manera siguiente:
1. Incluye todas las formas de turismo basadas en la naturaleza, en las cuales la motivación principal de los turistas es la observación y apreciación de la naturaleza, así como las culturas tradicionales prevalecientes en las zonas naturales.
2. Contiene aspectos educativos y de interpretación.
3. Por lo general, pero no exclusivamente, está organizado en grupos pequeños, por negocios pequeños y especializados, cuyos dueños son locales. Los operadores extranjeros de diferentes tamaños también organizan, operan y comercializan los tours de ecoturismo, generalmente para grupos pequeños.
4. Minimiza los impactos negativos sobre el entorno natural.
5. Apoya la protección de las áreas naturales mediante:
La generación de beneficios económicos para las comunidades, las organizaciones y las autoridades anfitrionas que manejan las áreas naturales con propósitos conservacionistas.
La provisión de empleo alternativo y oportunidades de ingreso para las comunidades locales.
El aumento de la conciencia acerca de la conservación de los bienes naturales y culturales, tanto entre la población local como entre los turistas.[30]
Producto ecoturístico
Muchas personas no tienen claro cuál es el producto ecoturístico. Algunos consideran que se refiere al alojamiento y a las instalaciones de los hoteles, mientras que para otros el atractivo principal es visitar. Hay quienes dicen que los viajes guiados son el verdadero producto. El producto turístico es en realidad la combinación de servicios y circunstancias que incluye algunos servicios proporcionados en el mercado, los que se ofrecen durante el transporte, los servicios en el sitio de destino, y en el resto del viaje de vuelta. La complejidad se basa en el hecho de que no hay una empresa sola que se haga responsable de todos esos servicios.
El ecoturismo es complejo y debe ser de alta calidad. Está integrado por una cantidad de servicios diferentes y de proveedores de servicios, reunidos por organizadores de viajes. Se diferencia de otros tipos de turismo porque los organizadores se especializan en ofrecer programas de viajes relacionados con la naturaleza, en lugar de viajes tradicionales. El componente principal del ecoturismo, su materia prima, es la naturaleza. Es el atractivo más importante, lo que genera la imagen del producto o destino. No obstante, hay que recalcar que la naturaleza no es el producto; el producto comercial es la experiencia en la naturaleza y los servicios asociados. Por tanto, el ecoturismo requiere de servicios de calidad que complementen esa experiencia de corte naturalista, y que han de tener el mismo nivel de importancia que el sitio natural o el ecosistema visitado. Además, ha de reflejar el ambiente natural, ayudar a conservarlo, respetar sus condiciones y limitaciones naturales.
Desarrollo del ecoturismo en Cuba. Situación actual
Las primeras incursiones en esta modalidad en Cuba se iniciaron con ofertas opcionales de turismo de naturaleza en los paquetes de turismo de sol y playa y con la realización de algunas actividades de contemplación y disfrute de áreas naturales a solicitud de los turistas.
Por otro lado, el desarrollo de la investigación científica, la profundización y consolidación de la gestión ambiental, el establecimiento del Sistema Nacional de Áreas Protegidas y la instrumentación de la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica, permitieron enriquecer los conocimientos y la información científico-técnica sobre esta modalidad de turismo de naturaleza, como alternativa de actividad económica.
En 1996 se realiza una Convención de Turismo donde se efectúa la primera presentación que contemplaba las posibilidades de apertura del Turismo de Naturaleza en Cuba. A partir de ello, se dan pasos dirigidos a la definición de objetivos a lograr, de conceptos, preceptos, vías que posibilitaran la evaluación, compatibilización y aprobación de senderos y recorridos para ser ofertados a los turistas extranjeros y nacionales. Se crea el Grupo Nacional de Evaluación de Turismo de Naturaleza, así como los correspondientes a cada provincia.
En el 2002 estas acciones y el creciente interés de los turistas sobre destinos de naturaleza, permite pasar a otro nivel cualitativo. Se adopta el desarrollo de Ecoturismo como modalidad del Turismo de Naturaleza. Al desarrollar este segmento comercial se amplían las posibilidades de obtener importantes ingresos y fuentes de financiación para las áreas protegidas del país, al constituir un aliado estratégico para la conservación de su patrimonio natural, cultural e histórico.
La definición que se ha asumido en el país de Ecoturismo es la siguiente: "Actividad que se realiza en áreas protegidas o relativamente bien conservadas, sin alterar los valores naturales y culturales del lugar, aportando beneficios para la conservación de dichas áreas y la población local".[31]
Recientemente, se concluyó un inventario nacional de áreas naturales, la mayoría zonas protegidas que por sus atractivos, estado de conservación, existencia de administración y planes de manejo, reúnen altos valores ecoturísticos. Se identificó un total de 64 áreas naturales, de las cuales 62 son áreas protegidas.
En la actualidad se trabaja en la elaboración de los planes de manejo de aquellas áreas que aún no disponían de los mismos y en función de ellos se determinan las capacidades de carga y se definen las posibles actividades ecoturísticas a realizar. Se está elaborando una estrategia de desarrollo de esta modalidad, se trabaja en la formación y capacitación de los guías y se proyectan las necesidades de algunas infraestructuras o facilidades para que las visitas sean satisfactorias y se repitan.[32]
Indicadores de sostenibilidad
En los últimos años, una vez que ha sido consolidado el ideario del Desarrollo Sostenible, ha sobrevenido un gran empeño en operacionalizar la conceptualización de éste. Ha surgido así la noción de los indicadores de sostenibilidad. La idea fundamental que se ha impuesto es que para avanzar en la consecución de un Desarrollo Sostenible hacen falta los indicadores de sostenibilidad económica, social y ecológica; y que, por tanto, los escenarios de sostenibilidad se deben medir con indicadores.[33]
Para el autor, la construcción de indicadores de sostenibilidad debe partir de las necesidades y problemas de los prestatarios del servicio turístico considerados críticos a la hora de hacer viable su actividad a largo plazo, así como de los proyectos y acciones que proponen las instituciones interesadas en la promoción del desarrollo. Sobre esta base se elabora un marco conceptual, las hipótesis, supuestos o preguntas. Luego los conceptos o las definiciones más importantes de ese marco conceptual que recogen los intereses y las perspectivas de los actores sociales se descomponen en variables y éstas en indicadores observables, medibles o cuantificables.
1.4.1 Características de los indicadores y enfoques alternativos
El término "indicador" suele ser usado en más de un sentido en las distintas ciencias o disciplinas. Normalmente este concepto es asociado a datos, estándares, metas o umbrales. Eswaran, Pushparajah y Ofori definen a los indicadores como "variables cuyo propósito es medir un cambio en un determinado fenómeno o proceso", y mencionan que estos son percibidos como un instrumento analítico que facilita la medición de cambios por los que atraviesa un sistema.[34]
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