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El cartel cubano: símbolo cultural y comunicativo de un nuevo momento histórico


  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. Bibliografía

Resumen

En el presente artículo se hace referencia al destacado papel que comienza a jugar el cartel cubano como medio de comunicación alternativo al triunfar la revolución el 1ro de enero de 1959. Un recuento de sus antecedentes permite valorar el nivel creativo que alcanzan los cubanos aun cuando las condiciones en las cuales se encontraba el país no permitían un mayor desarrollo de los medios y soportes de comunicación. La actualidad en Cuba tiene en los medios de comunicación un baluarte de lo que representa un sistema comunicativo en favor de su pueblo, valorar la trascendencia del cartel de los inicios de la revolución y su impacto en las actuales generaciones de artistas, comunicadores, y creadores en general, anima a la reflexión y el análisis crítico de lo que hoy asemos en cuestiones de comunicación y lo que podemos hacer teniendo en cuenta las posibilidades que nos brida el momento histórico que vive la Patria.

Palabras claves: Gráfica, arte, comunicación, creatividad.

Desarrollo

La Revolución Cubana y su impacto en un nuevo momento histórico

Al triunfar la Revolución Cubana el 1ro de enero de 1959 el desarrollo de las artes en el país va a ser testigo de una transformación que reflejará los cambios políticos, sociales, económicos y culturales que van a acontecer desde ese momento. La libertad de expresión a la que tendrá acceso todo el pueblo responderá al nuevo programa que impulsa el gobierno y el estado por la necesidad de elevar la educación general inculcando valores, promoviendo el conocimiento de la cultura universal y defendiendo la identidad nacional.

El trabajo gráfico: repercusión del cartel cubano desde 1959

El trabajo de la gráfica en la Revolución -fundamentalmente con el destacado papel desempeñado por el cartel como medio de comunicación- va a ser testimonio del carácter profundamente social de este nuevo momento histórico que tendrá entre sus principios fundamentales el enriquecimiento de la cultura y la educación estética del pueblo.

Desde una nueva perspectiva y rompiendo profundamente con muchas de las concepciones existentes hasta el momento en cuanto al desarrollo de las artes, la gráfica va a acompañar las diversas y más complejas transformaciones que va a sufrir la Patria nueva, su labor desde el propio año 1959 reafirma la función comunicativa, ideológica, educativa y estética que asumirá intensamente.

La máxima expresión de la gráfica en los primeros 20 años de independencia lo constituye el cartel como medio comunicativo que supo llegar, romper las barreras del silencio y trascender los límites a los cuales habían estado confinados los medios de comunicación en Cuba en períodos anteriores.

Un recuento de los inicios del cartel como impulsor de un nuevo momento histórico permite definir la amplia trascendencia que tendrá el movimiento afichista en Cuba y su obra de profundo valor comunicativo y estético.

Algunos antecedentes

Es durante la dictadura batistiana que se distinguen los primeros vestigios del cartel como impulsor del pueblo cubano hacia una nueva posición tanto ideológica como comunicativa, donde los muros sirvieron como vía para transmitir el sentir de una nación cansada de la explotación. Ciertamente antes del triunfo de la revolución el 1ro de enero de 1959 el cartel se paseaba por las calles como difusor de los procesos electorales de la seudo república. En la atmósfera vivida por el país durante esta etapa, la amplia gama de medios de comunicación existentes se encontraban en manos privadas y sus mensajes respondían a los intereses del gobierno de los Estados Unidos.

El desarrollo de la impresión litográfica en colores en 1948 constituyó un hito en el logro de la masividad en las comunicaciones a nivel mundial. Este proceso permitió que la información rebasara las fronteras de los muros que servían de soportes y el cartel llegó a todos los sitios desde los centros laborales hasta las viviendas, ocupando su propio espacio. El cartel se convirtió en un medio, en una pieza de comunicación. Desde este entonces sus creadores se dedicaron a resaltar el carácter comercial que lo distinguiría en todo el mundo.

Durante la República antes del 1ro de enero liberador en Cuba, la función del cartel era fundamentalmente comercial, se presentaba con un contenido enriquecido a través de imágenes llamativas. Su objetivo se centraba en provocar en el público el interés hacia un producto determinado, pues como dijera Harold F. Hutchinson: "Un cartel es esencialmente un anuncio ampliado, en general con un elemento pictórico, impreso en papel y de manera habitual expuesto al público en una pared o pancarta. Su propósito es llamar la atención acerca de lo que el anunciante está tratando de promover y para imprimir un mensaje en la persona que circula cerca de él".¹ De esta forma se lograba mantener a través del cartel, la televisión, la radio, el cine y la prensa, la transmisión de una doctrina manipuladora que sustentaba los pilares de dominación de la dictadura de Batista.

Un cambio revolucionario

Con el triunfo de la revolución se experimentó un vuelco en todos los sectores. Este cambio fue portador de nuevos contenidos que habrían de reclamar sus propias formas expresivas, y por tanto una nueva política de comunicación. Comenzaba así un fuerte enfrentamiento ideológico, pues como analizaba Fidel Castro en su informe al Primer Congreso del Partido (1975, p.34): "Si éramos una colonia en lo económico, lo éramos también ideológicamente de los Estados Unidos. Un viejo orden social no se mantiene solamente por la fuerza de las armas, el poder del estado y la omnipotencia económica de sus clases privilegiadas, sino también en grado muy alto por las ideas reaccionarias y los prejuicios políticos que inculcan a las masas".

El cambio requerido llevaba consigo un esfuerzo unido de todo el pueblo que no era solo físico sino también ideológico, pues como expresara en otra ocasión el Comandante Fidel Castro (1960, p.190) "… Había una mentalidad que era producto de muchos años de acondicionamiento mental, una mentalidad que había estado siendo acondicionada a través de todos los medios de propaganda, de divulgación de las ideas, de radio, cine, televisión, todos aquellos medios…".

Todo este impulso renovador que planteaba el líder como elemento clave para continuar conquistando el futuro de la Cuba libre, tuvo en el cartel y en sus creadores una significativa impronta.

Muchos fueron los antecedentes que brindaron al desarrollo del movimiento afichista en Cuba las bases para construir desde la integración del arte y la comunicación un nuevo baluarte del momento histórico que se estaba viviendo. Esto repercutiría de manera significativa no sólo en Cuba sino en varios países del mundo que tuvieron en el cartel un testimonio tangible de una realidad que no podía ser negada ni por los hombres ni por la historia: La Revolución Cubana.

Los primeros intentos del cartel como vía alternativa cuando los medios masivos estaban en manos privadas, se encuentran en aquel Gracias Fidel que apareció al triunfar la revolución en las puertas de los hogares de todo el país, que significó el primer paso para masificar el mensaje revolucionario por un medio impreso.

Varios fueron los aspectos que determinaron el carácter comunicativo y valor artístico del cartel, pues la urgencia de encontrar nuevas formas de expresión con el objetivo de comunicar nuevos contenidos unió a diseñadores gráficos, especialistas provenientes de la publicidad, pintores y estudiantes de arte en una masa con un gran compromiso con su tiempo, los cuales se propusieron transformar el ámbito visual y comunicativo existente hasta el momento. Otro elemento determinante en el desarrollo de la cartelística en Cuba fue la necesidad e importancia que tenía contar con una comunicación rápida, económica y sintética en todo el país.

La existencia de una tradición litográfica, vinculada especialmente al tabaco, y la reproducción artesanal de serigrafías también fueron potencialidades que permitieron el auge de este medio. Además existía un factor eminentemente subjetivo, pero justificado teniendo en cuenta la pasión reinante en esos tiempos: la posibilidad de tener en las manos una evidencia auténtica y palpable del proceso revolucionario.

Los carteles de la Revolución Cubana empezaron a reflejar los momentos más trascendentales de la vida económica, política y social del país. Entre las temáticas presentes estuvieron la campaña de alfabetización, las zafras del pueblo, las donaciones de sangre, las campañas de vacunación contra diversas enfermedades, la batalla por el sexto grado, el ahorro de petróleo y electricidad, la defensa del país y los homenajes a José Martí y otros héroes de la Patria.

Dos vertientes del cartel cubano

Con el triunfo los carteles cubanos se desarrollaron en dos direcciones diferentes: el cartel político y el cartel cultural. El cartel político impulsó la temática de la solidaridad, tema sin precedentes en el país.En estos se reflejaron elementos del folclor y la cultura autóctona de diversos países y se incorporaron nuevos elementos visuales, como la presencia de los rostros de los líderes de los movimientos revolucionarios, las banderas nacionales, los colores distintivos de los países y otros símbolos patrióticos.

En el cartel cultural primó el tema del cine debido al auge de la industria cinematográfica nacional. Como es notorio, al cartel de cine cubano le correspondería crear el código de vanguardia del cartelismo revolucionario, el que influyó en toda la cartelística cultural y política. Este se convirtió en el medio de comunicación visual emblemático de la nueva cultura del proceso revolucionario.

En medio de importantes debates creativos se arrecia el bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba, hasta culminar con la agresión militar por Playa Girón. Es en ese momento que se impone el cartel como medio para exhortar a las masas a la defensa de la patria, bajo la consigna ¡A las armas!

De esta forma el cartel cubano reasume funciones que en otras partes del mundo habían tenido sus lejanos precursores. Ejemplos pudieran ponerse muchos de la utilización de los carteles movilizativos utilizados por los gobiernos beligerantes durante las guerras mundiales, tales como el Tío San apuntando al espectador y diciendo I wantyuo ( Te quiero a ti). También en Rusia, cuando el triunfo de la Revolución de Octubre, y durante la segunda guerra mundial, el cartel sirvió a la movilización de las fuerzas contendientes

Junto al cartel bélico marchaban los que llamaban a conmemorar las efemérides patrióticas, convocaban a la solidaridad con los pueblos en lucha o unirse a la campaña de alfabetización con la cual en un sólo año se erradicó el analfabetismo de los campos y ciudades. Durante los primeros 15 años del período revolucionario, el cartel alcanzó alturas nunca antes soñadas. Llega a ocupar un espacio en la vida política y cultural del país y a cumplir diversas funciones, de acuerdo con los objetivos de la nación. Florece una gran variedad de estilos que se generan con la más completa libertad de creación, y transmiten una multiplicidad de ideas, encaminadas a la formación política o bien al servicio de la cultura, la economía y la educación.

El cartel y sus estilos

Existen durante esta etapa los más diversos estilos creativos en la confección de carteles, al decir de Mirta Muñiz Egea (2003, p.85)," (…) convivieron todos los estilos, desde el metafórico clásico de la Canción protesta de Alfredo Roostgard para la Casa de las Américas, pasando por el oportuno y realista Comandante en Jefe, ordene de Juan Ayùs para la UJC; o ¡A las armas! de Roberto Quintana, el caballito sobre la Palestina de Morante, hasta llegar al Chaplin de Por primera vez de Muñoz Bachs, o el pop art de Lucía de Raúl Martínez. En ellos podemos ver con nitidez un proceso de integración, de intención, es decir, de responsabilidad social, con un apreciable nivel técnico. Todos disfrutando de las más absoluta libertad de concepción. La creatividad individual se puso al servicio de la obra colectiva. Repasar los carteles de esos años nos permite igualmente evocar nuestra propia historia, porque el cartel cubano es reflejo de la vida nacional".

Una valoración del cartel cubano. Impacto en la realidad actual

En los últimos años la cartelística en Cuba ha asumido posiciones propias de un momento histórico diferente al vivido en aquellas primeros tiempos del triunfo revolucionario, lo que no se debe olvidar es el papel tan importante que este tubo en el fortalecimiento de un proceso histórico que marcó el decursar del país como nación socialista, y la eficacia comunicativa que permitió la unión de todo un pueblo en la búsqueda de un fin común: la continuidad de la revolución.

Las nuevas tecnologías y su inserción dentro del campo de la comunicación social no pueden ser una excusa para dejar atrás una tradición gráfica como la heredada desde aquellos tiempos. La utilización tecnológica dentro del amplio y controvertido mundo de las comunicaciones no debe sustituir para nada toda aquella creatividad que aunque con pocos recursos supo imprimir un sello peculiar al cartel cubano. Este dejó de ser un medio selectivo para convertirse en masivo por las grandes tiradas y por la influencia notoria en la actuación de cubanos y cubanas que comenzaban una nueva lucha: la de una verdadera transformación que significó una segunda etapa de despliegue de las ideas socialistas luego de las desarrolladas por la Unión Soviética y los países de Europa del Este en su integración al campo socialista. Esta posición hoy continúa latente en América Latina demostrada en el afán de unidad por el bien de los pueblos y la humanidad en general.

En los momentos actuales el desarrollo tecnológico y su expansión en todos los sectores del desarrollo humano resta espacio a la creatividad artesanal y manual realizada con pocos recursos. Aunque nuestro país desde los inicios de la revolución ha vivido bajo el asedio y acoso del gobierno de los Estados Unidos, manifestándose esto en el bloqueo económico y todas las limitaciones que han impuesto a nuestro avance, no somos una excepción en cuanto a los influjos sorprendentes e impresionantes de las nuevas tecnologías, así sean las más sencillas. Lo cierto es que nuestras tradiciones no deben ni pueden quedar atrás, pues es lo que nos define e identifica, es parte fundamental de nuestra cultura. El deber de comunicadores y artistas es seguir enriqueciendo el nivel de esteticidad que hizo de este medio de comunicación visual un objeto de coleccionistas con aquellas cualidades artísticas incuestionable.

Bien sabemos que el cartel devino en un objeto visual ajustado a los hábitos perceptivos del cubano, por plasmarse en él las cualidades artísticas de la impresión serigráfica con el rigor profesional que lo hicieron los maestros serígrafos cubanos, por entonces a la par con los mejores del mundo. Interpretó el sentir del pueblo y repercutió con su impacto a nivel mundial. Su valor radica en haber logrado un mensaje pertinente que abarcó el espíritu masivo en aquel momento de gran efervescencia revolucionaria, en que un país entero estuvo dispuesto a todo antes que perder las conquistas obtenidas, y con su acción contribuyó a reforzar el ambiente de lucha de la población cubana.

Preservar los altos valores estéticos-comunicativos del cartel debe ser una regla de oro de los comunicadores sociales, periodistas, artistas y todo aquel que contribuya a la creación de estos soportes, pues se hace necesario resaltar en todo momento su valor histórico y artístico. Son testimonio valioso de una de las expresiones gráficas más notables de la cultura visual surgida con la Revolución Cubana.

Está en manos de la juventud continuar el camino en la creación artística y comunicativa de los medios, los cuales deberán ajustar sus contenidos al contexto y a las exigencias actuales del pueblo cubano y de todo aquel al cual lleguen nuestras comunicaciones. El valor creativo es una constante que no debe ser soslayada por modernismos banales, resaltando que el cartel es parte importante de nuestra propaganda revolucionaria, pues como dijera César Escalante (1979, p.15). "La tarea del propagandista revolucionario (…) es llegar a la conciencia de las masas, es tratar de esforzarse porque se comprenda la idea, porque se aprenda cuáles son los aspectos de cada una de las tareas, para que de este modo puedan convertirse en ejecutores de la tarea que las Revolución necesita llevar adelante".

Estas palabras deben ser un referente en la creación y desarrollo de los medios de comunicación en Cuba. De manera general tiene un gran valor para nuestra cultura destacar el papel de la gráfica en los primeros 20 años de la revolución, no porque luego de este período dejara de ser esencial en el desarrollo de la sociedad, sino porque fue en aquellos primeros momentos de arranque revolucionario donde su impacto e influencia contribuiría a tomar el rumbo de lo que luego sería un ejemplo de libertad y socialismo para América y el mundo.

Acompañar a la Patria desde sus inicios significó para la gráfica una transformación tanto comunicativa como artística donde coexistieron los más diversos estilos y debates creativos que dieron un distinción particular a nuestra historia y cultura; se logró la integración de los artistas, y la búsqueda de la estética traspasó las fronteras de lo que hasta el momento se había logrado dentro del mundo de los medios de reproducción en el país, y que tuvo en el cartel su más ferviente y fiel representante. El cartel generalmente asumido como un medio de comunicación selectivo, supo crecerse en nuestro país, y convertirse en masivo por las grandes tiradas que han tenido lugar en momentos trascendentales de la historia patria. Su auge y florecimiento en los momentos más difíciles vividos por la revolución es una demostración de lo que se puede hacer cuando de defender los principios de un pueblo se trata. Todos aquellos hombres y mujeres que dieron vida al cartel cubano convirtiéndolo en la máxima expresión del pueblo, deben ser seguidos por los que hoy tienen la función social ética y moral de informar al pueblo a través de soportes expresivos y confiables que reflejen la realidad de Cuba y el mundo.

También debe ser modelo de lo que se puede hacer aun cuando no se cuenta con todos los recursos necesarios, y solo se tiene aquello que no se agota cuando el hombre se compromete con su historia con su tiempo: la creatividad y la responsabilidad social por el bien común.

Citas

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1. DugaldStermer.The Art of Revolution, Pall Mall Press Limited, Londres, 1970.Citado por: Mirta Muñiz. La Publicidad en Cuba, mito y realidad, La Habana, 2003, p 44.

2 Fidel Castro. Informe central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, DOR del CC del PCC, La Habana, 1975, p.34. Citado por: Mirta Muñiz. La Publicidad en Cuba, mito y realidad, La Habana, 2003, p 44.

3. Fidel Castro. "Defensa de Cuba". Universidad Popular, II ciclo, La Habana, julio de 1960, p. 190

4. Mirta Muñiz Egea. La Publicidad en Cuba, mito y realidad, La Habana, 2003, p.85

5. César Escalante. Sobre la propaganda revolucionaria, Editora Política, La Habana, 1979, p.15.

Bibliografía

  • Castro, Fidel. "Defensa de Cuba".Universidad Popular, II ciclo, La Habana, julio de 1960.

  • Castro, Fidel. "Carta a Melva Hernández ". En Mario Mencía: La prisión Fecunda., Editorial Política, La Habana, 1980.

  • Escalante, César. Sobre la propaganda revolucionaria, Editora Política, La Habana, 1979

  • Labau, Carmen .Compilación sobre temas de propaganda, 2012

  • Muñiz, Mirta. La Publicidad en Cuba, mito y realidad, La Habana, 2003.

 

 

Autor:

Anaysis Infante Ladrón de Guevara

Enviado por:

Niurka Castro Domínguez