Equivalencia Ricardiana: un análisis para la economía uruguaya (página 2)
Enviado por Jos� Ignacio Gonz�lez Giangrossi
II) Antecedentes
II.1) Antecedentes internacionales
Internacionalmente, dentro de los estudios empíricos realizados, se han utilizado principalmente dos tipos de especificaciones econométricas para contrastar la HER; el enfoque estructural y las ecuaciones de Euler.
II.1.1) Enfoque estructural
En este procedimiento se especifican distintas funciones de consumo privado y se utilizan distintas variables explicativas cuya significatividad suele ser utilizada para discriminar si el resultado se ajusta más a una versión keynesiana o a una ricardiana de la teoría. El grado de incompatibilidad de este tipo de análisis con los modelos de maximización de la utilidad intertemporal de consumidores con expectativas racionales deriva de que generalmente renuncia a utilizar una estructura teórica explícita de donde derivar sus especificaciones (Aschauer, 1985; Hayashi, 1987).
A continuación hacemos referencia a algunos de los estudios más citados que utilizan el enfoque estructural.
Kochin (1974), partiendo de un modelo keynesiano, en donde el consumo privado es explicado por el ingreso disponible y el déficit fiscal, indaga con datos anuales de EEUU para el periodo 1952-1971 si los posibles impuestos futuros tienen efectos en las decisiones actuales de consumo. Encuentra que de alguna manera esto sucede, ya que los datos indican que cuando el gobierno estuvo en déficit hubo una tendencia a ahorrar más y consumir menos, aunque no es capaz de predecir la magnitud del efecto que puede tener sobre el consumo el déficit del gobierno.
Buiter y Tobin (1979) modifican la ecuación planteada por Kochin (1974) y contrastan una ecuación de consumo agregado (), expresada en términos reales y per cápita, cuyas principales variables explicativas son el ingreso nacional (), el déficit del sector público () y los impuestos netos de las transferencias (). Utilizan datos anuales de 1949 a 1976 para la economía de EEUU y consideran como variables dependientes tanto al consumo agregado total de la economía como al consumo de bienes no durables y servicios, debido a la posibilidad de que el consumo de durables actúe como una forma de ahorro. La estrategia empírica consiste en contrastar si los coeficientes del ingreso, los impuestos y el déficit son iguales en valor absoluto, ya que si se considera que desde el punto de vista del sector privado, el déficit del sector público es equivalente a los impuestos corrientes, se cumple que el ingreso real per cápita apropiado es . También se contrastan separadamente las hipótesis de que los coeficientes de y sean iguales, y de que los coeficientes de y sean iguales (en valor absoluto).
Si bien no logran rechazar la hipótesis planteada (ni tampoco rechazan las hipótesis de que el coeficiente de los impuestos sea igual al coeficiente del déficit, y de que el coeficiente del gasto sea igual al coeficiente del ingreso), encuentran que en ambas especificaciones los coeficientes de los impuestos y el déficit no son significativamente distintos de cero, así como tampoco lo es el coeficiente del gasto público. Concluyen, por lo tanto, que la evidencia empírica no sustenta la HER y, en consecuencia, el déficit del gobierno efectivamente absorbe ahorro privado, presentando un efecto expansivo en el corto plazo y una reducción en la tasa de acumulación de capital de la economía, vía aumento de la tasa de interés en el largo plazo.
La ecuación teórica utilizada es:
Si =, la ecuación queda de la siguiente forma;
Si =-, entonces se reescribe la ecuación como;
Tanner (1979) plantea que la mayoría de las investigaciones anteriores encuentran que la deuda del gobierno es tratada como riqueza neta por los consumidores; sin embargo, argumenta que esto se debe a problemas en la especificación de los modelos de ciclo de vida, por lo que plantea una mejora en ellos, teniendo en cuenta más específicamente el ciclo natural del ingreso disponible. Siendo así y utilizando datos para EEUU entre 1947 y 1974, encuentra que el valor de mercado de la deuda no tiene efectos sobre el consumo, y de esta manera la deuda no puede considerarse riqueza neta.
Seater (1982) utilizando la tradicional forma de probar si los impuestos futuros son tenidos en cuenta en el presente, esto es, poniendo la deuda del gobierno en la función de consumo privado, contrasta tres ecuaciones, encontrando evidencia a favor de la HER en el caso de consumo total y demanda de activos financieros, y en contra en el caso de demanda de bienes no durables. Según el autor, esto indica que tanto la hipótesis de descuento de impuestos futuros como la más tradicional que afirma que la deuda del gobierno no puede distinguirse de la riqueza neta son falsas. Plantea una nueva hipótesis para explicar los resultados obtenidos, que surge de la fusión de la hipótesis de ingreso permanente y mercado de capitales perfecto, que no requiere tantos supuestos sobre el comportamiento de los agentes como la hipótesis de anticipar los impuestos. Sin embargo, obtiene con ella a grandes rasgos los mismos resultados a nivel macroeconómico, esto es, que el financiamiento con deuda o impuestos tiene el mismo efecto en la demanda agregada.
Kormendi (1983) critica la forma estándar de incorporar la política fiscal en la función de consumo, en donde sólo se tiene en cuenta el ingreso disponible como el relevante y la riqueza incluye a la deuda del gobierno, lo que implica de manera implícita que el sector privado es demasiado miope para ver los efectos de la deuda del gobierno en impuestos futuros y al mismo tiempo ignora los beneficios del gasto del gobierno. Para solucionar esto, desarrolla un modelo donde incorpora el gasto del gobierno en bienes y servicios financiados con impuestos, consolidando así el sector público y el sector privado.
En el enfoque estándar el gasto del gobierno no tiene efecto sobre el consumo pero sí los tienen los impuestos actuales y los intereses de la deuda; por el contrario, en el enfoque consolidado el gasto del gobierno afecta el consumo pero los impuestos actuales y los intereses de deuda no. Las transferencias pueden afectar en ambos casos. Realiza un contraste que permite ver ambas especificaciones como casos particulares. Los resultados obtenidos de esta especificación fueron empíricamente indistinguibles de los obtenidos bajo el enfoque consolidado, rechazando así el enfoque estándar y encontrando evidencia a favor de la HER.
Seater y Mariano (1985) en una primera etapa contrastan la validez de la hipótesis de ingreso permanente / ciclo de vida (HIP/CV) a través de una función de consumo agregada basada en Barro (1983) que incluye entre otras variables el gasto del gobierno y el ingreso privado, tanto permanentes como transitorios, utilizando datos anuales del período 1929 a 1975 para la economía estadounidense.
Se esperaba que el coeficiente del ingreso permanente fuera positivo, el coeficiente del ingreso transitorio fuera cero y el resto de los coeficientes fueran negativos. Encuentran que el único coeficiente con un resultado inesperado es el del ingreso transitorio, el que resulta significativamente distinto de cero. Para estudiar si este resultado es consecuencia de la existencia de restricciones de liquidez, contrastan la equivalencia ricardiana, de cuyo cumplimiento se inferiría la inexistencia de dichas restricciones. Puesto que en la nueva especificación los impuestos, las transferencias, la deuda del gobierno y una variable que mide la riqueza generada por la seguridad social presentan coeficientes no significativos, se concluye que la evidencia apoya la validez de la equivalencia ricardiana, dejando inexplicado el resultado del coeficiente significativo del ingreso transitorio.
Fuster (1993) realiza un análisis empírico de la función de consumo privado para cinco países de la Comunidad Europea: España, Italia, Alemania, Francia y Reino Unido durante el período 1964-1988. Para contrastar la hipótesis de equivalencia ricardiana frente al modelo de consumo keynesiano estimó conjuntamente las ecuaciones de estos cinco países mediante el método SURE (sistema de ecuaciones aparentemente no relacionadas) basándose en el modelo utilizado por Nicoletti (1988).
Los resultados encontrados fueron que para Reino Unido el déficit del sector público no tiene efecto sobre el ahorro privado y, por lo tanto, no se puede rechazar la especificación keynesiana de la función de consumo; para España y Alemania se encuentra que el déficit del sector público queda parcialmente compensado por el ahorro privado; por último, para Italia y Francia el déficit público ejerce un fuerte efecto compensador sobre el ahorro privado, y aunque no se acepta la especificación de la función de consumo de equivalencia ricardiana, la formulación keynesiana se aleja aún más de la especificación estimada. En definitiva, la conclusión general es que la HER no se satisface pero, a diferencia de la formulación keynesiana estándar, parece que el sector privado, en la mayoría de los casos, anticipa parcialmente los mayores impuestos futuros que el déficit presente comporta.
Un antecedente muy interesante fue el debate generado a partir del artículo de Kormendi (1983) realizado con datos de EEUU. Modigliani y Sterling (1986) critican el mencionado artículo expresando que la derivación de la función de consumo de Kormendi lleva a una función de consumo agregada que no es consistente con la hipótesis de ciclo vital y con la HER. Estos autores desarrollan una función de consumo que tiene en cuenta tanto el gasto del gobierno como los impuestos, y afirman que mientras el horizonte de planeación no exceda significativamente la esperanza vida, el nivel de deuda tiene un efecto similar al de cualquier otra riqueza. Concluyen además que al corregir los errores de especificación y medidas de Kormendi los datos de post guerra indican el rechazo de la HER.
Kormendi y Meguire (1986) responden a esta crítica demostrando que la formulación anterior de Modigliani y Sterling impone restricciones implícitas que son rechazadas por los datos, mientras que sus conclusiones no se sostienen al incorporar datos de la gran depresión. Consideran así que una reducción de impuestos financiados con deuda será totalmente capitalizado por los agentes; sin embargo distinguen el caso de las transferencias, éstas si tendrían un efecto positivo en la distribución de la riqueza.
Modigliani y Sterling (1990) responden a las mejoras de Kormendi y Meguire (1986) poniendo una variable que mide los impuestos temporales en su modelo y vuelven a llegar a la misma conclusión de rechazar HER. También afirman que es incorrecto incluir los datos de la gran depresión y los de la segunda guerra dado que esto no aporta nada de información respecto al normal comportamiento del consumo.
Feldstein y Elmendorf (1990) se suman al debate y encuentran que usando la misma especificación de Kormendi y Meguire pero sacando los años que transcurren entre 1941 a 1946 que distorsionan la muestra, incrementos en los impuestos han tenido un efecto significativo de reducción del consumo mientras que el gasto público no ha tenido efectos sobre el mismo, conduciendo a un fuerte rechazo de la HER.
Kormendi y Meguire (1990) se defienden de ambas críticas a la vez; argumentan que el trabajo de Feldstein y Elmendorf (1990) usa una especificación que aunque cercana a la de Kormendi y Meguire no es la misma, mas aun teniendo en cuenta el debate de 1986 y eso influye en los resultados; al mismo tiempo usan datos deflactados cuando hay disponibles datos reales de mejor calidad, y según estos autores es esto que los lleva a obtener distintos resultados, no la exclusión de los datos de la segunda guerra. También afirman que al poner los impuestos temporales como hacen Modigliani y Sterling sus resultados no se ven afectados dado que el parámetro del mismo es alto y positivo por lo que esto no sería evidencia suficiente para rechazar la HER.
Graham (1995) critica la visión de Kormendi y Meguire expresando que este trata el ingreso por trabajo y el ingreso por capital con la misma ponderación, lo que imposibilita que diferentes componentes de la riqueza den a los consumidores distinta información sobre el ingreso permanente. También afirma que nuevos estudios han llegado a coeficientes muy distintos de impuestos estatales, debido a un posible sesgo de medición de los impuestos estatales dado que el 25% de ellos están atados al consumo, lo que hace que haya una correlación positiva entre los ingresos por impuestos y el consumo. Al excluir estas variables y usando una mejor especificación estadística no tan restrictiva, se rechaza el enfoque consolidado produciéndose un fuerte rechazo a la HER.
Kormendi y Meguire (1995) agregan dieciséis años más a su muestra anterior y continúan encontrando evidencia a favor de la HER. Argumentan también que la división de Graham entre ingreso por trabajo e ingreso por capital es un tanto arbitraria dado que con los datos disponibles no es posible hacer una clara distinción entre estos y menos aun asignarles coeficientes distintos en la ecuación. También afirman que los resultados de Graham son poco representativos sobre una larga posibilidad de especificaciones distintas, la de Graham es demasiado extrema en comparación con las demás especificaciones usadas en todo este debate.
Del debate anterior se puede concluir que los resultados encontrados para un mismo país pueden ser muy sensibles a las variables económicas utilizadas en la estimación, a la forma de medir esas variables e incluso a los años para los cuales se utiliza la muestra de datos. Por lo tanto, pareciera que no solo hay controversia a nivel teórico sobre los efectos que producen los déficits, los impuestos y la deuda del gobierno sobre la economía, sino también es difícil encontrar consenso entre los investigadores desde una perspectiva empírica.
Otras estimaciones con ecuaciones estructurales se centran en buscar una relación significativa entre el aumento del déficit del gobierno y aumentos en las tasas de interés de mercado, considerada ahora como la variable dependiente. Se rechazaría el cumplimiento de la HER cuando el mayor desahorro público no sea compensado por un aumento del ahorro privado conduciendo así a presiones para un alza en las tasas de interés como mecanismo de igualación de oferta y demanda de capitales, desincentivando de esta manera, en el largo plazo, la acumulación de capital.
Sin embargo, la metodología propuesta, de no encontrar dicha relación significativa, no puede concluir sobre la existencia o no de un mundo ricardiano. Así, en una economía donde parte del déficit fiscal se financie con emisión de dinero y otra parte con deuda, puede suceder que la combinación de este tipo de financiamiento traiga como consecuencia un comportamiento "ricardiano" sin estar en presencia de un mundo ricardiano. El argumento básico es que así como el financiamiento con deuda bajo el no cumplimiento de los supuestos ricardianos, significa una redistribución de parte de la carga de la deuda hacia las generaciones futuras, por el contrario, el financiamiento con emisión produce el efecto opuesto, diluyendo la carga de la deuda para las generaciones futuras y erosionando la riqueza de la generación presente. Es posible demostrar que existe un valor del grado de financiamiento monetario ante cambios en el nivel de financiamiento con deuda, para el cual un cambio en el déficit del gobierno no tiene ningún efecto riqueza.
En este sentido, en el trabajo de García y Ramajo (2003) se estiman cuatro ecuaciones estructurales cuya variable dependiente es la tasa de interés nominal, no encontrándose en ninguno de los casos que la variable déficit fiscal sea significativa. En todos los casos se utilizan datos anuales de España del período 1964-2000 y se estima mediante la utilización de mínimos cuadrados en dos etapas. La conclusión es que no se puede determinar en base a estos resultados la existencia de la HER ya que por los argumentos precedentes, "la equivalencia ricardiana es una condición suficiente, pero no necesaria, para explicar la ausencia de relación entre déficit y los tipos de interés".
II.1.2) Enfoque de ecuaciones de Euler
Este enfoque consiste en estimar las condiciones de primer orden de la maximización del consumidor en el marco del modelo de optimización intertemporal así como también funciones de consumo derivadas del mismo, intentando superar las dificultades teóricas del procedimiento estructural y permitiendo hacer contrastes sobre las posibles desviaciones de la equivalencia ricardiana. Sin embargo, la desventaja es que obliga a imponer condiciones muy restrictivas para hacer que las ecuaciones sean estimables en términos de variables observables. Entre ellas se destaca principalmente la utilización de formas funcionales específicas para la función de utilidad que permitan agregar ecuaciones de Euler individuales.
Una breve reseña de los trabajos destacados que han utilizado este enfoque se presenta a continuación.
Aschauer (1985) busca responder si el consumo es sensible a la decisión de financiar el gasto con deuda o impuestos utilizando un enfoque de optimización intertemporal. Argumenta que problemas de especificación en otros estudios pueden ser la causa de encontrar resultados tan contradictorios. Considera que hay casos donde la propia especificación del modelo hace imposible que la HER se cumpla como, por ejemplo, en Feldstein (1982). Utilizando datos de EEUU entre 1948 y 1981 encuentra que el gasto público reduce el consumo privado en un rango que va de 23% a 42%, resultado que es compatible con el encontrado por Kormendi (1983) y no encuentra evidencia suficiente para rechazar la hipótesis conjunta de HER y expectativas racionales, por lo que considera que debe profundizarse más el estudio de los efectos de la política fiscal.
Evans (1988) tomando como base el modelo de Blanchard (1985) desarrolla un modelo contrastable mejor especificado, donde permite probar al mismo tiempo la HER contra la alternativa de que la deuda del gobierno sea considerada riqueza neta. Utilizando datos trimestrales para EEUU entre 1947 y 1985 encuentra que la HER no puede ser rechazada a favor de la alternativa de Blanchard. Posteriormente analiza más detenidamente el recorte de impuestos llevado a cabo por el presidente Reagan, considerado una forma práctica de probar la HER, donde encuentra evidencia que indica que el recorte no produjo un aumento en el consumo y, por lo tanto, no puede rechazarse la HER, indicando que cambios en la forma de financiarse del gobierno entre impuestos y deuda no afectan la demanda agregada.
Haque (1988) analiza la hipótesis de iguales horizontes de planificación del sector público y el sector privado que supone la HER a partir de una ecuación de consumo derivada del modelo de consumo intertemporal de Blanchard–Yaari (1985), con datos anuales del período 1960 a 1985 para dieciséis economías en desarrollo. En el modelo de Blanchard–Yaari el problema del individuo es maximizar su utilidad esperada a lo largo de su vida, sujeta a su restricción presupuestal intertemporal, sabiendo que existe determinada probabilidad de estar vivo en cada período , la que determina su tasa de descuento subjetiva (en el modelo de Blanchard se establece el parámetro p como la probabilidad del individuo de morir en cada período, por lo que la probabilidad de vivir es = 1- p). Para que los horizontes de planificación del sector público y privado sean iguales se requiere que este parámetro sea igual a uno, resultando así que tanto el sector público como el privado tendrían horizontes de planificación infinitos. La evidencia empírica fue favorable a la hipótesis de iguales tasas de descuento intertemporal del sector privado y el gobierno en quince de los dieciséis países. Se concluye, por lo tanto, que de observarse desviaciones de la equivalencia ricardiana, éstas no se deberían a la existencia de diferentes horizontes intertemporales, siendo una causa posible la existencia de restricciones de liquidez.
Haug (1996) utilizando datos trimestrales para la economía canadiense del período 1967- 1987, contrasta por un lado la existencia de horizontes de planificación iguales del sector público y del privado expresados por el parámetro p del modelo de Blanchard (1985) y, por otro lado, un modelo de consumo que incorpora dicho parámetro para concluir sobre el cumplimiento de la equivalencia ricardiana. La ecuación donde contrasta el parámetro de horizontes iguales de planificación (donde p=0 implica que el horizonte del agente es infinito) implica una relación de cointegración entre el ratio de ahorro sobre ingreso y la expectativa de ingresos disponibles futuros. Puesto que al aplicar el contraste de Johansen se encuentra efectivamente una relación de cointegración y al contrastar el valor del parámetro no se rechaza que sea distinto de cero, se concluye que efectivamente el horizonte de planificación del sector privado es infinito. Posteriormente, se modifica esta ecuación, derivándose un modelo cuya variable dependiente es la tasa de variación del consumo y que incorpora como variable explicativa los desvíos de la relación de cointegración encontrada previamente. Como se encuentra que ninguno de los parámetros es significativamente distinto de cero, se concluye que el modelo de consumo derivado de Blanchard (1985) es fuertemente rechazado por los datos.
Un estudio que estima varias especificaciones utilizando ambos enfoques es el de García y Ramajo (2002), que analizan la HER con datos anuales de la economía española para el período 1955-2000. Así, por ejemplo, estiman una función de consumo similar a la propuesta por Buiter-Tobin (1979), encontrando resultados contrarios a la HER para el largo plazo pero evidencia a favor en el corto plazo. Al estimar la especificación de la función de consumo de Kormendi (1983) utilizando como una de las variables explicativas al ahorro empresarial bruto, rechazan la HER para el largo plazo, evidenciando que existe una sustitución entre ahorro empresarial y ahorro familiar. Sin embargo, también para el largo plazo, pero utilizando al ahorro empresarial neto en lugar del bruto, la HER no resulta rechazada. Para el análisis a corto plazo, la evidencia resulta mixta.
Posteriormente, abordan el tema utilizando distintas formulaciones del enfoque de Euler. En este sentido, una primera estimación surge del modelo propuesto por Aschauer (1985), en donde no rechazan las restricciones que se imponen, lo que evidencia un comportamiento racional y ricardiano de los consumidores. También se estima el modelo de Evans (1988), en donde la hipótesis nula de horizonte de planificación infinito no se rechaza y, por lo tanto, no existe evidencia en contra de la HER. Es posible modificar el modelo de Evans (1988) apropiadamente para tener en cuenta la posibilidad de que exista un porcentaje () del total de familias que sufren de restricciones de liquidez. En este contexto ampliado, la HER puede dejar de cumplirse no solo porque p sea positivo (horizonte finito) sino también por la existencia de un mercado de capitales imperfecto (0<1). En la estimación de esta versión ampliada, aunque no se rechaza la hipótesis de horizonte de planificación infinito, si se rechaza la hipótesis =0, indicando la existencia de restricciones de liquidez. Por lo tanto, la fuente de alejamiento de la HER no es la "miopía" de los consumidores, sino la existencia de un mercado de capitales imperfecto en donde existe una proporción importante de familias sometidas a restricciones de liquidez. Finalmente, la estimación del modelo formulado por Haug (1996) aporta evidencia a favor de la HER debido a que no es posible rechazar la hipótesis de planificación con horizonte infinito.
Como conclusión final, García y Ramajo expresan que los distintos contrastes han puesto de manifiesto el rechazo claro de las versiones estándar que se deducen del enfoque keynesiano de consumo y una aceptación (aunque sea parcial) de la HER. Además, los resultados han mostrado, según su estudio, que las posibles fuentes de alejamiento de la HER son el ahorro empresarial bruto y la renta contemporánea, lo que supone la presencia de efectos sustitución entre el ahorro empresarial y familiar y la existencia de restricciones de liquidez que condicionan el comportamiento del consumo privado en España.
II.1.3) Resumen de antecedentes internacionales
El siguiente cuadro resume lo expuesto anteriormente por ambos enfoques:
Estudio | Datos | |
ESTUDIOS QUE NO RECHAZAN EL CUMPLIMIENTO DE LA HER | ||
Kochin (1974) | Anuales, 1952-1971 (EE.UU) | |
Tanner (1979) | Anuales, 1947-1971 (EE.UU) | |
Seater (1982) | Anuales, 1930-1940; 1947-1974 (EE.UU) | |
Kormendi (1983) | Anuales, 1930-1976 (EE.UU) | |
Kormendi y Meguire (1986, 1990, 1995) | Anuales, 1931-83; 1931-85; 1931-91 (EE.UU) | |
Seater y Mariano (1985) | Anuales , 1929-1975 ( EE.UU) | |
Aschauer (1985) | Trimestrales, 1948-1981 (EE.UU) | |
Evans (1988) | Trimestrales, 1947-1985 (EE.UU) | |
Haque (1988) | Anuales, 1960-1985 (Países emergentes) | |
ESTUDIOS QUE RECHAZAN EL CUMPLIMIENTO DE LA HER | ||
Buiter y Tobin (1979) | Anuales,1949-1976 (EE.UU) | |
Felstein y Elmendorf (1990) | Anuales, 1930-1941; 1947-1985 (EE.UU) | |
Modigliani y Sterling (1986, 1990) | Anuales, 1952-1984 (EE.UU) | |
Graham (1995) | Anuales, 1951-1991 (EE.UU) | |
Haug (1996) | Trimestrales, 1967-1987 (Canadá) | |
ESTUDIOS QUE ENCUENTRAN EVIDENCIA MIXTA SOBRE CUMPLIMIENTO DE LA HER | ||
Fuster (1993) | Anuales,1964-1988 (Comunidad Europea) | |
García y Ramajo (2002) | Anuales, 1955-2000 (España) | |
García y Ramajo (2003) | Anuales, 1964-2000 (España) |
- II.2) Antecedentes nacionales
A nivel nacional encontramos tan solo tres antecedentes sobre el tema.
De Brun (1988) contrasta la validez empírica de la HER para el caso uruguayo encontrando evidencia a favor de esta hipótesis. Para esto, se basa en un modelo similar al planteado por Blanchard (1985) en el que el horizonte de planificación de los individuos es un parámetro dependiente de la probabilidad de no estar con vida en el período siguiente (). Si =0 (es decir, la probabilidad de estar muerto es cero), entonces el horizonte de planificación de los individuos se vuelve infinito.
Los consumidores maximizan una cierta función de utilidad sujeta a su restricción presupuestal e incorporan también la restricción presupuestal del gobierno, llegando a la siguiente función de consumo, que es la expresión final del modelo de de Brun:
donde θ es la tasa de descuento intertemporal, la probabilidad de estar muerto, es la tasa de interés de mercado (que es igual a la tasa a la que se endeuda el gobierno), es la participación de una unidad de consumo privado en el consumo total (donde , que dice que el consumidor recibe utilidad por consumir una porción de consumo privado y de gasto público), es el ingreso permanente del consumidor, es el gasto permanente del gobierno y es el gasto corriente, mientras que es la deuda pública del gobierno.
La ecuación postula una asociación positiva entre el consumo y el ingreso permanente, una relación negativa entre el consumo y el gasto del gobierno permanente y observado, y una asociación positiva entre el consumo y la deuda pública en la medida que la probabilidad de muerte sea distinta a cero. En caso en que =0, el horizonte de planificación es infinito y la deuda no influye en la determinación del consumo del individuo.
Para obtener los valores permanentes del ingreso y del gasto del gobierno, de Brun utilizó el método de Beveridge y Nelson (1981) que se basa en la estimación de modelos ARIMA.
La regresión a estimar (que resulta de reescribir la función de consumo final que se deriva del modelo), para el período 1966-1987, utilizando datos anuales, fue la siguiente:
donde todas las variables están expresadas en términos per cápita.
La estimación se efectuó por variables instrumentales utilizando el ingreso permanente del período anterior como instrumento del ingreso permanente del período para evitar problemas de correlación. El resultado de la regresión sugerida por el modelo teórico brindó los signos esperados para el ingreso permanente, el gasto permanente y la deuda, pero no para el gasto público observado. Sin embargo, la alta colinealidad entre gasto público permanente y observado dificultó la interpretación de los resultados; por esto se corrió una segunda regresión donde se excluye el gasto corriente. El resultado de esta regresión fue el siguiente:
De lo anterior de Brun extrae las siguientes conclusiones:
1) El coeficiente del ingreso confirma la teoría del ingreso permanente-ciclo de vida (HIP/CV) por no ser significativamente distinto a uno, mostrando una tasa de descuento intertemporal () superior a la tasa de interés del mercado (), estableciendo un patrón de consumo creciente a lo largo del tiempo.
2) El coeficiente del gasto público sugiere un cercano a la unidad, lo que implica una baja participación del gasto público en la función de utilidad individual (porque sería cercano a cero).
3) En cuanto al coeficiente de la deuda pública, su baja significación no permite rechazar la HER. De este modo, el financiamiento del gasto público tiene un bajo efecto sobre el consumo, indicando un horizonte de vida bastante extenso por parte de los agentes económicos.
4) El gasto público tiene un fuerte efecto de desplazamiento del consumo privado, reduciendo así el impacto de la política fiscal sobre el ciclo económico.
Por su parte Echenique (1995) contrasta la HIP/CV, encontrando evidencia en contra de ella y rechaza también la HER.
El autor investiga la validez de la HIP/CV a través de pruebas de cointegración estacional. De acuerdo con la HIP/CV, los agentes económicos al optimizar su función de utilidad ubican su trayectoria de consumo de un modo consistente con su riqueza actual y con el flujo esperado de ingresos futuros; cabe esperar, por lo tanto, que los desvíos de esta situación sean corregidos en momentos futuros del tiempo. Por otro lado, la HIP/CV prevé una relación de uno a uno entre los cambios en el ingreso permanente y el componente permanente del consumo.
En relación al componente estacional de las series de consumo e ingreso, la HIP/CV implica que no debería haber asociación alguna entre el patrón de distribución del ingreso a lo largo del año y la estacionalidad de la serie de consumo. Los momentos de mayor consumo e ingreso pueden coincidir, pero la HIP/CV prevé que los cambios en el patrón estacional del ingreso deben ser independientes de los cambios en el patrón de consumo.
Después de llevar a cabo los contrastes de raíces unitarias para las series trimestrales del consumo y el PBI, se filtraron las series según los resultados obtenidos y se procedió a realizar pruebas de cointegración estacional, encontrando evidencia empírica contraria a la teoría HIP/CV. La existencia de cointegración en la frecuencia anual encontrada indica que los cambios en el patrón estacional del ingreso producen cambios en la distribución de las compras a lo largo del año, en tanto que la HIP/CV predice que el consumo no debería ser sensible a las variaciones en el ingreso. Además, la estimación puntual de la elasticidad del ingreso de largo plazo fue superior a la unidad.
De este modo, una posibilidad es que el rechazo a la HIP/CV se deba a la posible existencia de restricciones de liquidez (restricciones de crédito), las cuales pueden ser importantes en países subdesarrollados.
Posteriormente analiza la validez de la HIP/CV en la versión asociada a las expectativas racionales. Para esto estimó ecuaciones de Euler mediante el método generalizado de los momentos de Hansen (1982), con el objetivo de estimar los parámetros de preferencias de los agentes y examinar la bondad del ajuste de la HIP/CV. Como hipótesis alternativa se considera que las restricciones de liquidez pueden ser importante fuente de desvío de la HIP/CV en Uruguay.
El análisis empírico abarcó el período enero 1984 a octubre 1994 utilizándose datos mensuales. Las estimaciones se llevaron a cabo utilizando la serie de consumo construida por Echenique en base a la recaudación de IVA. La tasa de interés usada es el rendimiento ex post de los depósitos a plazo fijo en moneda extranjera.
La expresión a estimar sería:
donde es el coeficiente de aversión relativa al riesgo y es la tasa de preferencias subjetivas.
Se contrastan sucesivamente las condiciones de ortogonalidad implicadas por la HIP/CV (=0):
Donde o, alternativamente
De acuerdo con la interpretación derivada del marco teórico previamente expuesto por Echenique, la prueba de hipótesis a realizar para concluir sobre la existencia o no de restricciones de liquidez es la siguiente:
con .
El resultado obtenido es rechazar las restricciones de sobreidentificación que implica el modelo teórico sin restricciones de liquidez. La evidencia basada en la estimación de ecuaciones de Euler mediante el método generalizado de los momentos rechaza la HIP/CV.
Además, se obtuvieron estimaciones de con valores altos, lo que lleva a pensar en una sociedad relativamente impaciente.
Las estimaciones de la medida de aversión al riesgo de Arrow-Pratt () muestran cifras más elevadas que las estimaciones realizadas en otros países. Estimaciones altas de implican un bajo nivel de sustituibilidad intertemporal del consumo.
Debido a la existencia de restricciones de liquidez, la equivalencia ricardiana no tendría validez para la economía uruguaya según Echenique. La recomendación de política que se derivaría es que puede ser deseable que el gobierno "preste" a los agentes en las recesiones mediante una política fiscal anticíclica.
Corresponde hacer un comentario sobre el estudio de Echenique, el cual contrasta la validez empírica de la HIP/CV encontrando evidencia en contra de la misma. A si mismo, demuestra que una de las causas de invalidez de dicha hipótesis es la existencia de restricciones de liquidez en la economía. Sin embargo, no es lo mismo estudiar la HIP/CV que la HER. La HIP/CV es uno de los supuestos en los cuales se basa la HER. Por lo tanto, el rechazar la HIP/CV debido a la existencia de restricciones de liquidez no debería conducir necesariamente a proponer la invalidez de la HER. Aclarado esto, su estudio importa para nuestro trabajo porque propone una razón que podría invalidar la HER en el caso que esta fuese rechazada por los datos.
En el trabajo de Noya, Lorenzo y Grau (1997) se contrasta también la HIP/CV, no encontrando evidencia a su favor. Analizan series de tiempo del consumo privado, el ingreso disponible del sector privado, y la tasa de interés real, para datos con frecuencia anual durante el período 1955-1994 y con frecuencia trimestral para el período 1975-1994.
El modelo utilizado se deriva del formulado por Campbell y Mankiw (1989), el cual tiene la siguiente expresión final:
donde es la elasticidad de sustitución intertemporal del consumo y es considerada como la proporción de consumidores que tienen restricciones de liquidez y por lo tanto consumen todo su ingreso corriente. A su vez es el consumo privado y es el ingreso corriente, ambos expresados en logaritmos.
La estrategia del contraste consiste en analizar si el parámetro correspondiente a la variación del ingreso del período corriente resulta significativamente distinto a cero, en cuyo caso se rechaza la hipótesis nula de HIP/CV y se concluye que las restricciones de liquidez constituyen una determinante de la evolución del consumo privado. Adicionalmente, ese mismo parámetro brinda una estimación de la proporción de consumidores restringidos.
De este modo, se estimó la ecuación anterior (y una segunda ecuación donde no se incluye a ) mediante el método de variables instrumentales, utilizando distintos instrumentos. Los resultados encontrados indican que no se puede aceptar la hipótesis nula de =0 y por consiguiente no se sostiene la validez de la HIP/CV. Por lo tanto, las restricciones de liquidez son importantes para explicar la evolución del consumo.
Las diversas estimaciones realizadas indicarían que la proporción de consumidores restringidos tiene una magnitud de entre 30% y 53% de los consumidores.
A su vez contrastan la HER basándose en el modelo de Seater y Mariano (1985), en donde en la especificación de los determinantes del consumo, si se cumple la equivalencia ricardiana, entonces los coeficientes de la recaudación tributaria y de la deuda pública (o alternativamente, de la variación de la deuda pública) deben ser ambos a la vez no significativos.
La metodología utilizada para el contraste de la HER fue la estimación de un modelo de consumo privado mediante el procedimiento de vectores cointegrados propuesto por Johansen (1988). Las variables que fueron utilizadas como determinantes del consumo privado () fueron: el ingreso (), ingresos públicos (), variación de la deuda pública (), la tasa de interés pasiva real ex-ante () y el consumo público (), donde todas las variables están expresadas a precios constantes de 1983. Asimismo la estimación incluyó un vector de constantes y para el análisis trimestral tres variables binarias de estacionalidad determinística.
Mediante la estimación de la matriz de cointegración, en donde se encuentran las relaciones de largo plazo entre las variables involucradas y la utilización de los estadísticos de Johansen, se identificó una única relación de cointegración.
Posteriormente se impuso este resultado y se reestimó el modelo VAR incluida la dinámica transitoria. Sobre la base de esta estimación se realiza el contraste de equivalencia ricardiana, que implica la exclusión de las variables y de los vectores de cointegración, hipótesis que resulta rechazada por los datos al 1% de significación.
La conclusión es entonces que la forma de financiamiento del gasto del gobierno estaría incidiendo en las decisiones de consumo de los individuos y por lo tanto, la evidencia empírica recogida no avala la existencia de la HER.
Se puede apreciar que existen diferencias en las metodologías utilizadas en el análisis empírico y, aun más, discrepancias en los resultados tanto entre países como dentro de un mismo país, como es el caso de Uruguay. La conclusión es que cualquiera haya sido el enfoque utilizado, tanto internacional como nacionalmente, la evidencia empírica en relación a la HER no es concluyente.
Este es un argumento más para demostrar la pertinencia de investigar sobre este tema en Uruguay.
III) Marco teórico
La HER se enmarca dentro de la corriente económica que postula la ineficacia de la política fiscal con respecto a su capacidad para incidir en el producto de la economía, vía variaciones en el consumo privado.
La HER se basa en una serie de supuestos que enumeramos a continuación:
Al tener expectativas racionales, los agentes incorporan en sus decisiones toda la información disponible hasta el momento, particularmente incluyen la restricción presupuestal del gobierno en su propia restricción presupuestal. Al no existir incertidumbre, saben en qué período futuro se producirán las subas (disminuciones) de impuestos, por los recortes (aumentos) de impuestos presentes.
- Los agentes tienen expectativas racionales, en un contexto de certidumbre.
Si bien lo que es estrictamente necesario es que los agentes y el gobierno tengan el mismo horizonte de planificación, en los hechos se asume que el horizonte de planificación del gobierno es infinito. En un principio Ricardo había planteado la necesidad de que los agentes tuvieran vida infinita, pero Barro (1974) demostró que con un horizonte finito de planificación también se cumplía la HER si las distintas generaciones quedaban ligadas por un mecanismo de herencias y asistencia a sus mayores. Por lo tanto, los individuos incorporan en su función de utilidad el bienestar de sus descendientes (y viceversa), y se preocupan por dejarles suficientes transferencias como para que puedan pagar los impuestos futuros necesarios para pagar la deuda pública actual. Si no fuera así, los agentes percibirían la deuda del gobierno como un activo que aumenta su riqueza neta, ya que esa deuda será soportada por otra generación (García y Ramajo, 2002) y por lo tanto habría un aumento del consumo actual.
- Horizonte de planificación infinita.
No existiendo incertidumbre y teniendo un horizonte largo de planificación, los agentes tienen la capacidad de analizar los ingresos que percibirán durante su horizonte vital y así calcular su ingreso permanente, variable en la que basan la maximización de su consumo intertemporal. El ingreso corriente deja de jugar un papel importante como determinante del consumo y pasa a ser sustituido por el ingreso permanente (cumplimiento de la hipótesis de ciclo vital y de ingreso permanente de Modigliani y Friedman, respectivamente).
- Los agentes toman sus decisiones de consumo mediante un análisis intertemporal basado en su ingreso permanente.
En caso de estar en un período percibiendo un ingreso inferior o superior a su ingreso permanente, se supone que existe un mercado de capitales perfecto en donde todos los agentes pueden pedir prestado o prestar montos ilimitados a la tasa de interés libre de riesgo, que a su vez es la misma tasa a la que presta y se endeuda el gobierno. Si existieran restricciones de liquidez, ya sea por un racionamiento del crédito o por diferenciales de interés para los depósitos y préstamos respectivamente, la reducción de impuestos por parte del gobierno (y el aumento de deuda concomitante) sería percibido como un crédito, cuya tasa de interés es la tasa a la que se endeuda el gobierno. Por lo tanto, habría aumentos en el consumo privado (Fonseca, 2001).
- Mercados de capitales perfectos.
Que el gobierno deba pagar su deuda implica que no pueda hacer refinanciaciones ("roll-overs") sucesivas hasta el infinito, ni tampoco entrar en cesación de pagos ("default"). Si esto no se cumpliera, la reducción de impuestos presentes (y aumento de deuda) con gasto constante, no significaría para los agentes mayores impuestos en el futuro y, por lo tanto, éstos tendrían un incremento de su riqueza neta, aumentando su consumo (debate Feldstein–Barro, 1974).
- El gobierno tiene la obligación de pagar su deuda (imposibilidad de juego Ponzi).
- Impuestos neutros (o de monto fijo).
Debe cumplirse que los impuestos no generen distorsiones (esto es, sean de monto fijo) ya que, de hacerlo, existirían cambios en los precios relativos y efectos de sustitución intertemporal de ingresos futuros por ingresos presentes, por la expectativa de mayores tasas de impuestos marginales en el futuro; todo lo cual repercutiría en las decisiones de consumo y de trabajo.
Cumpliéndose estas hipótesis, el consumidor se comporta planificando su consumo óptimo en base a su ingreso permanente y comprende que el endeudamiento público actual implica impuestos más altos en el futuro. Los agentes perciben que reducciones de impuestos manteniendo el gasto constante no alteran su renta permanente, solo alteran la actual y, por lo tanto, no perciben que tengan un aumento de riqueza neta, sino simplemente un cambio en la secuencia ("timing") de los impuestos, lo que no altera sus posibilidades de consumo actuales. Existe por lo tanto, una equivalencia entre deuda e impuestos y el aumento de su renta actual será ahorrado para pagar los impuestos en el futuro, no existiendo cambios en su consumo, ni en la tasa de interés de mercado, y con ello tampoco existen efectos de desplazamiento ("crowding out") sobre la inversión privada.
En una economía abierta, el déficit del gobierno no produce efectos sobre el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos, ya que el aumento del ahorro que origina la HER evita que exista necesidad de financiamiento externo. Como consecuencia, el déficit no deteriora el saldo de la cuenta corriente (Fonseca, 2001).
Para una primera aproximación a la HER, presentamos su funcionamiento de manera sencilla en una economía cerrada y con dos períodos de tiempo (véase Mankiw, 1997).
En el primer período, el gobierno tiene un déficit presupuestario () igual a los gastos () que realiza menos los impuestos () que recauda:
1)
El gobierno financia este déficit vendiendo una cantidad equivalente de bonos públicos. En el segundo período, el gobierno debe recaudar los impuestos suficientes para devolver la deuda, incluidos los intereses acumulados, y pagar los gastos del segundo período. Entonces:
2)
Donde es la tasa de interés que paga la deuda pública (que es igual a la tasa de interés del mercado). Para hallar la ecuación que relaciona impuestos y gastos, combinamos las dos ecuaciones anteriores y llegamos a la siguiente expresión:
3)
Reordenando términos podemos expresar la ecuación anterior de la siguiente manera:
4)
Esta es la ecuación de restricción presupuestal intertemporal del gobierno y establece que el valor actual del gasto del gobierno debe ser igual al valor actual de los impuestos.
Análogamente, analizamos el comportamiento de un consumidor representativo. Lo que percibe como ingreso () lo utiliza en consumo () y ahorro ():
5)
En el período dos, tiene para gastar el ingreso de ese período más lo ahorrado en el período anterior y sus correspondientes intereses:
6)
Despejando de la ecuación (5), luego sustituyendo en la ecuación (6) y reordenando términos, se llega a la siguiente expresión:
7)
La ecuación anterior representa la restricción intertemporal del consumidor y establece que el valor actual del consumo debe ser igual al valor actual de los ingresos percibidos por el individuo.
La condición en la que el consumidor maximiza su función de utilidad es la siguiente:
8)
Donde es la relación marginal de sustitución entre una unidad de consumo presente y una unidad de consumo futuro.
Ahora, supongamos que el gobierno en el primer período reduce los impuestos en una cuantía , permaneciendo sus gastos constantes y financiando dicha reducción de impuestos con emisión de deuda. En el período dos debe aumentar sus impuestos en para poder pagar su deuda y los intereses acumulados. Por lo tanto, el cambio de la política fiscal eleva la renta disponible del consumidor en en el período uno y la reduce en en el período dos. Sin embargo, el valor actual de la renta que el consumidor obtiene a lo largo de su vida no ha cambiado y, por lo tanto, tampoco va a variar su decisión de consumo, lo que implica que el ahorro privado aumenta en la cuantía del impuesto.
Analíticamente:
Lo que muestra que la restricción intertemporal del consumidor no ha cambiado.
El siguiente gráfico muestra el efecto de una reducción de impuestos llevada adelante por el gobierno según lo comentado anteriormente.
En el primer período, el agente percibe un ingreso , mientras que en el segundo período percibe un ingreso , que al tipo de interés de mercado , determinan su recta de balance. La tangencia de ésta con una curva de indiferencia determina su consumo óptimo en ambos períodos, y , y sus respectivos ahorros, y . Obviamente, este punto es posible si existen mercados en los que el agente pueda endeudarse (o ahorrar) al mismo tipo de interés de la deuda pública; si ese mercado no existe, deberá situarse en el punto A, con un menor nivel de utilidad.
Al suponer que el gobierno rebaja los impuestos en una cuantía en el primer período y coloca deuda, entonces el consumidor espera que en el próximo período el gobierno aumente los impuestos en para pagar la deuda y los intereses que esta genera. Como el valor actual de la renta que el individuo percibe no ha cambiado, entonces la recta de balance no se desplazará y el agente seguirá considerando óptimo el punto inicial. De esta forma, el ahorro del primer período es , lo que muestra que se ha incrementado en la misma magnitud que la reducción del impuesto; mientras que el desahorro del segundo período es ahora .
De esta forma, la política fiscal resulta ineficaz para modificar el nivel de consumo y, por lo tanto, el nivel de demanda agregada de la economía.
IV) Modelo de análisis
La idea fundamental que está detrás de la HER es que el consumo de los individuos no se ve alterado ante la decisión del gobierno entre financiar el gasto público mediante impuestos o deuda. La financiación del déficit con deuda se traduce simplemente en un retraso en el pago de los impuestos, ya que se supone que la deuda lleva implícita un incremento futuro de impuestos. Es decir, no representa riqueza neta para las familias y no afecta sus posibilidades de consumo actuales.
En buena parte de los trabajos que tratan de contrastar la HER se parte del programa de maximización de la función de utilidad intertemporal de un consumidor representativo.
De esta manera, siguiendo a García y Ramajo (2002), el programa de maximización del consumidor representativo es el siguiente:
donde la utilidad del consumidor depende de la suma del valor actualizado de las utilidades instantáneas derivadas del consumo, es la tasa de preferencia intertemporal y es el consumo corriente en el momento t.
Por el lado del gobierno tenemos la restricción presupuestal intertemporal del sector público:
donde es el gasto público considerado exógeno en este modelo, y que es financiado por los impuestos no distorsionadores (de monto fijo) o con deuda pública mientras que representa a la tasa de interés.
Incorporando la restricción del sector público a la restricción presupuestal del consumidor tenemos:
Donde es la riqueza no humana (diferencia entre activos y pasivos) y es el ingreso percibido por el individuo. Alternativamente, puede expresarse de la siguiente manera:
Aquí vemos claramente y de manera sencilla cómo se cumple la equivalencia ricardiana, al estar el consumo privado determinado por el gasto público pero independientemente de la forma en que se financia. Por lo tanto, la secuencia ("timing") de los impuestos no afecta la restricción presupuestaria del consumidor.
Si seguimos a Barro (1989), podemos considerar a la deuda pública como uno de los activos que componen la riqueza del individuo y a los impuestos futuros como un pasivo de éste; así tendremos que la variación de la riqueza originada por la deuda será:
Esta expresión es la relevante para la riqueza del individuo, e indica que las decisiones de los consumidores no se ven afectadas por cambios en la decisión del gobierno de financiarse con impuestos o deuda pública. Una reducción de impuestos financiada con deuda implica un aumento de impuestos futuros y por lo tanto el individuo no percibe que haya cambios en su carga impositiva intertemporal, respondiendo así con un aumento del ahorro y manteniendo el consumo constante. De esto resulta que la política fiscal es ineficaz para afectar el nivel de demanda agregada.
V) Estrategia empírica
Para contrastar la HER en la economía uruguaya utilizaremos una función de consumo estructural que tiene la ventaja de anidar tanto el modelo de consumo de equivalencia ricardiana como el modelo de consumo keynesiano. A esta propuesta de estimación la denominaremos "Primera Especificación".
Esta función, originalmente planteada por Buiter y Tobin (1979), tiene la siguiente expresión:
(1)
La ecuación anterior dice que el consumo privado () depende del ingreso antes de impuestos (), de los impuestos (), del déficit público () (cumpliéndose con representando el gasto público), y del consumo privado rezagado un período.
Dado el modelo general expresado arriba, la restricción que indica la presencia de equivalencia ricardiana supone que el efecto sobre el consumo que ejerce el déficit público es igual que el de los impuestos. De esta manera los parámetros de la ecuación anterior deben cumplir , llegando a la siguiente expresión:
(1.a)
donde el consumo privado depende del ingreso y del gasto público, pero no de la forma en que es financiado.
Por otro lado, el modelo keynesiano sería aquel que cumple que el coeficiente del ingreso es igual, en valor absoluto, al de los impuestos y el déficit no resulta significativo, lo que implica las siguientes restricciones y . Teniendo en cuenta lo anterior, se obtiene el siguiente resultado:
(1.b)
donde es el ingreso disponible.
Además, contrastaremos también la HER mediante la ecuación utilizada por de Brun (1988), propuesta que denominaremos "Segunda Especificación", que como fue escrito en los antecedentes nacionales, tiene la siguiente expresión:
(2)
Si , entonces, el horizonte de planificación del individuo se vuelve infinito y la deuda pública no es considerada riqueza neta por los individuos; es decir, la deuda pública no afecta el nivel de consumo individual. Así, el consumo privado queda determinado por el ingreso permanente, el gasto público permanente y el gasto público transitorio.
Un implica que los individuos tienen una probabilidad de muerte cercana a cero (). Como expresan García y Ramajo (2002) este parámetro p puede interpretarse de otras maneras. Una de ellas es que p mide el grado de desconexión de unas generaciones con otras; una segunda interpretación es que p mide la probabilidad de que los miembros actuales de una familia no dejen herencias a sus descendientes; por último, se puede considerar al parámetro como el grado de miopía de los consumidores respecto a los impuestos futuros.
Teniendo en cuenta lo anterior, deberíamos estimar las series permanentes del ingreso y del gasto público, tal cual lo hace el propio de Brun, en donde utiliza para esto la metodología de Beveridge y Nelson (1981). Sin embargo, teniendo en cuenta las técnicas econométricas modernas, es más conveniente no estimar las series permanentes debido a la posible pérdida de información valiosa y, por el contrario, se procederá a no darle estructura a las series y consecuentemente proponemos estimar un VECM. En este sentido, la función de consumo privado sería la siguiente:
(2.a)
La ecuación (2.a) expresa que el consumo privado depende del ingreso, del gasto público y de la deuda pública. Si , entonces el consumo privado depende del ingreso y del gasto público, pero no de la forma en que es financiado.
VI) Nueva evidencia empírica
- En esta sección se estimarán las especificaciones econométricas expuestas en el apartado anterior. Para ello, se utilizarán datos agregados de frecuencia trimestral que comprenden el período de 1988.01 a 2006.04.
- VI.1) Datos a utilizar
Las series utilizadas, expresadas a precios constantes de 1983 y en frecuencia trimestral, en la estimación de las funciones de consumo son las siguientes:
- Consumo Privado. Fuente: BCU, Sistema de Cuentas Nacionales.
- Producto Bruto Interno. Fuente: BCU, Sistema de Cuentas Nacionales.
– Impuestos. Corresponde a los impuestos corrientes recaudados por el gobierno central, deflactados por el IPC base 1983. Fuente: Varios boletines estadísticos del BCU. A partir de Noviembre de 2003 la fuente es el Resultado del Gobierno Central, MEF.
- Gasto Público. Corresponde al Gasto del Gobierno, definido como la suma del consumo y la inversión pública. Fuente: BCU, Sistema de Cuentas Nacionales.
- Déficit público. Definido como la diferencia entre el gasto público y los impuestos. Construcción propia.
- Deuda Pública. Corresponde a la deuda bruta del sector público en dólares convertida a pesos uruguayos utilizando el tipo de cambio interbancario comprador a fin de cada trimestre y luego deflactada por el IPC base 1983. Fuente: BCU.
- Población. Se estimó una serie trimestral a partir de las series anuales de población suponiendo comportamiento uniforme dentro de cada año. Fuente: INE.
- Índice de Precios al consumo (IPC) base 1983. Se realizó un cambio de base a partir del IPC base marzo 1997. Fuente: INE.
El estudio se llevará a cabo expresando las series trimestrales del consumo privado, del ingreso (PBI), de los impuestos, del gasto público, del déficit público y de la deuda pública en términos per cápita.
Conviene aclarar las principales limitaciones de los datos obtenidos.
En primer lugar, no logramos disponer de los ingresos que recauda el gobierno en su totalidad, una mejor opción hubiera sido considerar no solo los provenientes del gobierno central, sino también incluir los recaudados por el BPS y las intendencias municipales, en la medida que tienen una ponderación importante en el total recaudado por el gobierno.
En segundo término, con respecto a los ingresos del gobierno central, a partir de noviembre de 2003, fue necesario un cambio de fuente estadística en virtud de que el BCU dejó de publicar los boletines estadísticos. En este sentido, cambios en los criterios de imputación hicieron necesario realizar algunas correcciones a los datos que surgen del MEF, en particular la no consideración de los recursos de libre disponibilidad.
Por otra parte, el gasto del gobierno considerado no toma en cuenta los egresos provenientes de la seguridad social, que por cierto, tienen un peso importante en el total del gasto del gobierno. En un principio, nuestra intención era utilizar los impuestos netos de las transferencias del BPS, lo cual no fue posible debido a la no disponibilidad de una serie de tiempo suficientemente extensa y compatible.
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