Problemas ambientales y energéticos en el contexto educativo, desde la Física
Enviado por Rolando Miguel Bermejo Correa
- Elementos que fundamentan y sustentan la Educación Ambiental y su relación con la Educación Energética en el contexto educativo
- Perspectivas de la Educación Energética en la Educación de Adultos
El proceso de desarrollo de la sociedad ha conllevado al mismo tiempo el cambio de la Naturaleza; la actitud del hombre hacia ella está determinada por las relaciones sociales, por lo tanto, los problemas ambientales son ante todo, un problema sociopolítico, porque es el hombre quien, respondiendo a los intereses y fines de la sociedad, ha representado y conducido a la ciencia y la técnica a un proceso de aprovechamiento irracional de los recursos naturales.
Los problemas ambientales se inician en la década de los años 60, ya en 1972 es celebrada la Primera Conferencia sobre medio ambiente humano en Estocolmo, Suecia, con el propósito de preservar la Naturaleza. En este encuentro se presentó una ponencia por parte del gobierno sueco sobre la contaminación del aire producto del impacto del azufre de las instalaciones industriales alimentadas por combustibles fósiles, trayendo estas consigo precipitaciones de lluvias ácidas.
Desde esa conferencia mundial hasta la fecha se han celebrado múltiples eventos de carácter internacional, entre los que se encuentran: Seminario Internacional de Educación Ambiental, ( Belgrado 1975), donde se estableció un programa internacional con carácter docente y extradocente con enfoque interdisciplinario, con vistas a completar las recomendaciones de la Conferencia de Estocolmo, promoviendo la educación ambiental y la búsqueda de soluciones a los problemas actuales a todos los niveles de la educación.
En 1977 es celebrada la Primera Conferencia Intergubernamental en Tbilisi, antigua URSS, constituyendo el punto de partida del Programa Internacional de educación ambiental, donde se establecieron pautas de prioridades medioambientales para el futuro.
En la década del 80 se realizó una retrospectiva de lo planteado en Tbilisi y se tuvieron evidencias científicas acerca de la relación entre las emisiones de gases de efecto invernadero, (GEI), procedentes de la actividad humana, principalmente producto de la quema de combustibles fósiles, En 1987 en el Congreso de Moscú, se diseñó el proyecto de actuación para los años noventa, y en 1992 fue celebrada en Río de Janeiro Brasil la "Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo", conocida también como "Cumbre de la Tierra", donde fue la primera vez que los jefes de Estados del mundo se reunían para tomar medidas concretas en relación con los grandes problemas ambientales y de desarrollo que enfrenta la humanidad. Durante su histórica intervención el presidente cubano Fidel Castro Ruz expresó:
"(…( Las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. Con solo el 20 por ciento de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer(…( "[1]
Esta importante denuncia realizada por el Comandante en jefe sintetiza la terrible realidad que está viviendo la humanidad, así como los responsables fundamentales de esta situación. Deja claro que entre los problemas más acuciantes del mundo de hoy se encuentran la contaminación ambiental, el agotamiento de los recursos naturales, las desigualdades económicas y sociales, agudizadas por el predominio de las tendencias neoliberales que amenazan con el advenimiento de grandes crisis, con la pérdida de la identidad nacional y con el fomento de actitudes depredadoras, consumistas y antihumanas, propias de una cultura capitalista que trata de imponérsele a las futuras generaciones.
Por su parte, el Estado Cubano elaboró y aprobó el Programa Nacional de Protección del Medio Ambiente y Desarrollo, materializado en ese documento, convirtiéndose así Cuba en el primer país que consideró su carácter estatal, creándose en 1994 el Ministerio de Ciencias Tecnología y Medio Ambiente, (CITMA), Cinco años después de la Cumbre de la Tierra, en 1997, tuvo lugar el Protocolo de Kyoto, donde se establecieron plazos y cuantías de las reducciones de las emisiones de GEI y en Cuba se estableció ese mismo año la Estrategia Nacional de Medio Ambiente, (ENEA).
La humanidad en la actualidad se enfrenta a una verdadera crisis ambiental y la gravedad del problema se manifiesta en su carácter global. Al hablarse de crisis ambiental se expresa que el medio ambiente está siendo afectado por problemas que ponen en peligro su propia subsistencia, la interacción de los sistemas naturales y sociales, está mostrando señales de agotamiento.
La crisis ambiental contemporánea tiene algunos rasgos específicos, la caracteriza el impacto del desarrollo moderno en su significación planetaria, fenómeno cualitativamente distinto, ya que son los lazos ambientales y ecosistémicos globales los que están amenazados. El medio ambiente del planeta está perdiendo su capacidad de reversibilidad, al afectarse la posibilidad de auto regeneración.
Estas afectaciones aumentan años tras años a causa del incremento del consumo de energía. Calculando las cantidades que se liberarán en los próximos 100 años, se puede temer que en ese período se duplique el contenido de CO2 del aire. Según datos del Panel Internacional del Clima en la ONU, los niveles en la atmósfera del dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero emitido por la quema de combustible fósiles, llegaron a cifras récord en el 2006, acelerando el calentamiento global.
El problema energético tiene hoy una importancia crucial, no solo desde el punto de vista de la creciente demanda global, sino en lo que se refiere al impacto ambiental y social del Sistema Electro energético contemporáneo, basado fundamentalmente en el consumo de los combustibles fósiles como el petróleo, por dos razones fundamentales, una por la brutal elevación de los precios y, la segunda razón, debido a las consecuencias ambientales adversas que se derivan de su combustión, tales como el reforzamiento del efecto invernadero a partir de las emanaciones crecientes de gases como el CO2, la contaminación atmosférica de grandes centros urbanos y las precipitaciones ácidas.
En la actualidad algunos países del mundo presentan gran preocupación por el agotamiento de los combustibles fósiles y sus consecuencias medioambientales, por sus afectaciones a la naturaleza, y en especial el aumento de la temperatura que trae como consecuencia el daño a los ecosistemas, conociendo que estos representan una solución al reto de la vida que ha sido elaborada durante milenios y da lecciones de eficiencia y supervivencia en la competencia de las especies por la luz solar, el agua, los nutrientes y el espacio.
Para Cuba, la problemática ambiental está muy ligada al problema energético, el cual constituyó tempranamente una preocupación, después de la celebración en La Habana del Primer Fórum Nacional de Energía Eléctrica; en 1983, mediante el Decreto Ley No.70, se creó la Comisión Nacional de Energía (CNE)". En el artículo 27 de la Constitución de la República, (1992), se señala:
"(…( el estado protege el Medio Ambiente y los recursos naturales del país, reconoce su estrecha vinculación con el desarrollo económico y social sostenible para hacer más racional la vida humana y asegura la supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras "[2]
En 1984 se realizó el Primer Fórum Nacional de Energía, en el cual se reconoció la necesidad de contribuir a la Educación Energética de los ciudadanos e incluyó entre sus recomendaciones lo siguiente:
"(…( el ahorro y uso racional de los recursos energéticos, el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía y continuar desarrollando la cultura energética de nuestro pueblo "[3]
El Segundo Fórum Nacional de Energía (1987), tuvo características muy similares a las del primero en lo que a temáticas tratadas se refiere.
El V Congreso del Partido Comunista de Cuba en 1997, y en particular en su Resolución Económica, trazó la política energética del país, donde se plantea:
"(…( Será necesario poner en práctica con la mayor celeridad posible, de acuerdo a los recursos disponibles, el nuevo programa de medidas de ahorro, basado en el empleo de combustibles y equipos más eficientes y en la educación prevista para disminuir el consumo de la población e intensificar el programa de ahorro vigente para las entidades productivas y de servicios…" [4]
Hasta este momento, en Cuba, el problema energético se había enfocado hacia las soluciones de tipo tecnológico y de ahorro de energía, mientras se reconocía la necesidad de una educación energética de los ciudadanos; pero en el campo educacional, las acciones se limitan a la divulgación y aplicación de medidas de ahorro, sin que se tratara la educación energética articulada, armoniosamente, en los planes de estudio del Sistema Nacional de Educación.
Esto constituyó el punto de partida para que en 1998 surgiera el Programa de Ahorro de Electricidad en Cuba, (PAEC), encaminado al desarrollo exitoso de la sociedad en el orden económico político y social.
El PAEC tiene como finalidad cumplir con los siguientes objetivos:
1-Reducir la demanda máxima y la tasa de crecimiento anual de consumo.
2-Desarrollar hábitos y costumbres en el uso racional de la energía y protección del medio ambiente en las nuevas generaciones.
3-Desarrollar una base normativa y política de precios que garanticen una buena eficiencia energética de todos los nuevos equipos eléctricos que se instalen en el país.
Estos objetivos se dirigen a la familia, la escuela, las organizaciones estatales y las organizaciones de masa. El programa busca evitar costosas inversiones, por esto el PAEC comprende los siguientes proyectos:
1-Proyecto de aseguramiento técnico.
2- Proyecto de motivación de ahorro de energía.
3- Proyecto de implantación de normas y precios
4- Proyecto docente educativo.
Es por ello que atendiendo a los consumos anuales de energía y al agotamiento que esta viene avisando, se toma como medida saludable para toda la nación y como sugerencia a los países pobres, la puesta en marcha del Programa de la Revolución Energética, el cual tiene como objetivo general contribuir al fomento de una cultura del ahorro y del uso racional de la energía tanto en la población como en la entidades públicas; y el objetivo especifico de divulgar el significado que reviste la implementación de la Revolución Energética desde los puntos de vista económico, social y medioambiental.
Esta revolución partió de la identificación de los principales problemas que presentaba el Sistema Electro Energético Nacional, lo que permitió diseñar un conjunto de líneas estratégicas para este programa.
Las principales medidas adoptadas fueron:
1 Adquisición e instalación de equipos de generación más eficiente y seguros, con grupos electrógenos y motores convenientemente ubicados en distintos sitios del país.
2 Intensificación acelerada del programa para incrementar el uso del gas acompañante del petróleo nacional en la generación de electricidad mediante el empleo del ciclo combinado.
3 Rehabilitación total de las redes de distribución anticuada e ineficiente que afectaban el costo y la calidad del fluido eléctrico.
4 Priorizar los recursos mínimos necesarios para una mejor disponibilidad de las plantas del sistema electro energético o su paso a conservación.
5 Un programa intensivo de investigación para el desarrollo del uso de la energía eólica y solar en Cuba.
La nueva concepción de generación tiene las siguientes ventajas:
1 Valores mínimos de consumo de combustible por kilowatt hora generado.
2 Valores de potencia unitaria cuya capacidad en caso de avería, no tiene impacto significativo en la disponibilidad del sistema.
3 Distribución geográfica adecuada, lo cual contribuye a la protección del servicio eléctrico de la población y los objetivos económicos y sociales ante huracanes y averías.
No obstante, aunque en el país se pueden exhibir importantes logros en el contexto ambiental, sobre todo los vinculados a la esfera social y a la económica, persisten problemas de esta índole identificados en la estrategia nacional ambiental y energética, entre ellos: la erosión de los suelo, deterioro del saneamiento en asentamientos humanos, contaminación de las aguas costeras y terrestres, y la pérdida de la biodiversidad. Su solución requiere recursos humanos y financieros, coordinación y concertación institucionales, medidas técnicas organizativas; todo ello sin olvidarnos de que en última instancia es el hombre, de acuerdo con su nivel de conocimientos y sensibilidad ambiental, el factor clave para la solución de estos problemas.
Si cada cubano contribuye con el ahorro y la eficiencia energética, mejorará la economía del país, el nivel de vida del pueblo, así como el medioambiente; asunto al que hizo referencia el comandante Fidel Castro cuando planteó:
"(…( Mientras no seamos un pueblo realmente ahorrativo, que sepamos emplear con sabiduría y con responsabilidad cada recurso, no nos podremos llamar un pueblo enteramente revolucionario."[5]
Desde el siglo x?x en Europa en el marco propicio para el desarrollo de las ideas, una de las figuras más relevantes en la historia de la humanidad, Carlos Marx, planteó:
"La educación es un producto del desarrollo social y está condicionada por las relaciones entre los hombres".[6]
En la bibliografía consultada por la autora se pudo constatar que existen varios conceptos del término educación, en el caso de este trabajo se asume lo planteado en la conferencia. "Educación para Todos" celebrada en Tailandia, en mayo de 1990 donde se define la Educación como:
"El proceso que permite que los seres humanos y las sociedades desarrollen plenamente su capacidad latente, de importancia crítica para el desarrollo sostenible."[7]
A esta definición puede reconocérsele como valores claves: considerar como objeto del proceso, el desarrollo pleno de las potencialidades de la personalidad individual y social, y como elemento que no se reconoce en otras definiciones, su vínculo con el desarrollo sostenible.
Al expresar este vínculo lo hace destacando el papel de la educación como factor caracterizador y no como gestor de cambio, lo cual se considera importante esclarecer, puesto que con frecuencia se sobredimensiona el papel de la educación como agente que puede cambiar los modelos de desarrollo.
Es por ello que en correspondencia con la finalidad antes declarada, se le otorga gran importancia al sistema educativo para sensibilizar y concientizar sobre la educación ambiental, de forma que se logre un cambio en el modo de actuación hacia el cuidado del medio ambiente, sobre la base de una educación que conduzca a la armonía hombre – naturaleza.
Detectar los problemas, analizar y reflexionar sus causas y crear las acciones que ayuden a solucionarlos en forma colectiva, son los propósitos de la educación ambiental.
La educación ambiental es difícil enmarcarla en una sola definición, básicamente por su carácter polisémico. Hoy se entiende, por algunos autores, como un proceso positivo en términos de la prosperidad colectiva, cimentado en la necesidad de mejora, protección y conservación del medio ambiente, base de sustentación de la sociedad humana. Lo anterior significa, positiva interacción del ser humano con el medio ambiente y entre sí. Es una definición que se centra en la relación del hombre con la Naturaleza; y desde ese punto de vista, todas las acciones humanitarias que se han realizado en el tiempo, desde el surgimiento del hombre, en función de un mejor trato entre los seres inteligentes del planeta, y de éstos con el medio ambiente, constituyen antecedentes indiscutibles de la educación ambiental.
Durante todos estos años la educación ambiental ha sido un tema muy analizado desde su propio concepto el cual se ha ido reformando en el transcurso del tiempo. Múltiples son los investigadores que lo han abordado, entre ellos se encuentran Zajlebni, (1977), Kariliev, (1988), Sánchez y Guiza, (1990), González Muñoz, (1994), Novo, (1994-1998), Sayú, (1998), Abrante (1999), Vera Y Cardona, (1995), Pupo, (2000), Caballero, (2000), Jiménez, (2001), Díaz Castillo, (1998) y Santos, (2002) entre otros.
Por la diversidad de ideas entre los conceptos sobre Educación Ambiental se hace necesario aclarar que se decidió tomar como base en esta investigación el concepto planteado en la Ley 81de 1997de educación ambiental:
"Proceso continuo y permanente que constituye una dimensión de la educación integral de todos los ciudadanos, orientado a que en la adquisición de conocimientos, desarrollo de hábitos, habilidades, capacidades, actitudes y en la formación de los valores, se armonice las relaciones entre los seres humanos y de ellos con el respeto de la sociedad y la Naturaleza, para propiciar la orientación de los procesos económicos, social y culturales hacia el desarrollo sostenible".[8]
En el concepto se puede apreciar el carácter sistemático de la educación ambiental encaminado a las actuales y futuras generaciones como agentes transformadores del medio, con el propósito de elevar la calidad de vida de la población , dirigidas al logro de un desarrollo sostenible , de ahí su carácter integrador que puede ser tratado a través del proceso docente – educativo.
Educar para el desarrollo sostenible, según la Organización de Naciones Unidas, abarca cuatro grandes esferas que comparten objetivos diferentes y se dirigen a actores diferentes: promover y mejorar la educación de base, reorientar la enseñanza a todos los niveles hacia el desarrollo sostenible, explicar a la población la noción de viabilidad, sensibilizarla y formarla con esta óptica. En ese sentido, la misma ONU afirma que eso representa una visión nueva de la educación, visión que ayuda a las personas de toda edad a comprender mejor el mundo en el cual viven, tomando conciencia de la complejidad y de la independencia de los problemas, tales como la pobreza, el consumo exagerado de recursos, el deterioro del entorno y de las ciudades, el crecimiento de la población, la salud, los conflictos y las violaciones de los derechos que amenazan el futuro inmediato.
En los conceptos de desarrollo sostenible se declaran como regularidad el crecimiento y el mejoramiento social, en una combinación armónica con la protección del medio ambiente, de modo que se satisfagan las necesidades de las actuales generaciones, sin poner en riesgo la satisfacción de las generaciones futuras.
Es innegable el estrecho vínculo que existe entre el tema de la energía y la educación ambiental, pero el peso extraordinario de la energética en el proceso de destrucción del medio ambiente, ha provocado que cada vez un número creciente de autores, hayan comenzado a realizar trabajos investigativos acerca de la educación energética, aún cuando todos parten del reconocimiento de que esta es inseparable de la educación ambiental.
Se observa en los últimos años, una tendencia creciente en el mundo, hacia el tratamiento de la energía como un tema de educación, que se justifica por el enorme impacto que sobre los ecosistemas de la Tierra ejercen hoy los intensos procesos de conversión energética; por una parte, y por otra, debido al agotamiento de las reservas actuales de energía fósil.
Para lograr un futuro seguro en materia de energía, se requiere que la generación de esa energía y su uso se realice de manera sostenible, teniendo en cuenta que para que haya un verdadero desarrollo económico tiene que haber un desarrollo humano equivalente en el que la educación, la cultura y el conocimiento sean algo principal, para estar en condiciones de establecer cuáles fuentes energéticas utilizar y cómo emplearlas en el siglo XXI en pro del bienestar de la humanidad.
En Cuba, esta tendencia se ha intensificado, desde el V Congreso del PCC donde la Educación Energética, constituyó uno de los pilares fundamentales del PAEC, desde donde se trazaron las pautas que permitieron implantar el programa docente educativo para el ahorro de energía, en el Sistema Nacional de Educación en busca de un cambio de actitud en los educandos al respecto, En dicho programa se deja claro el papel esencial que juega la escuela en esta transformación. Por su parte, en el Programa de Ahorro de Energía del Ministerio de Educación se plantea:
"(…( la escuela, como institución social responde por la formación de las nuevas generaciones de cubanos, y mediadora de un sistema de influencias sociales que implica también a la familia y a la comunidad, está llamada a jugar el papel que le corresponde en la formación de motivaciones, valores, conocimientos y aptitudes asociadas al uso racional de la energía eléctrica, su ahorro y su sustitución por fuentes de energía renovables, en todos los niveles de enseñanza desde las primeras edades…".[9]
Por lo anteriormente planteado se hace necesario que exista un sistema de influencias desde la escuela hasta la comunidad, donde motiven la necesidad de garantizar que se reduzcan los niveles de consumo y su consecuente contribución a la protección del medio ambiente y la economía.
"…Son los educadores en sus aulas de primaria, secundaria, educación técnica y de los pedagógicos quienes llevarán a sus alumnos el mensaje de ahorro y preservación del medio ambiente ".[10]
De aquí la obligación de los educadores cubanos de formar ciudadanos que sean conscientes, se preocupen por el medio ambiente, por los problemas que este posee; que adquieran conocimientos, actitudes, motivaciones; que sean creativos y que desarrollen una conciencia energética.
El ahorro de electricidad debe planteársele al estudiante, no como una consigna, sino como un problema práctico a resolver, vinculado con la realidad cotidiana. Ello implica que, como todo problema a resolver será necesario lograr un alto nivel de comprensión sobre todo en lo que respecta a la importancia social del mismo, por el aporte que pueda significar para la economía nacional, la economía familiar, la preservación del medio ambiente, el balance adecuado entre la demanda de la electricidad y la capacidad de generación del país.
Dentro de la bibliografía revisada por la autora se encontraron varios trabajos que abordan la educación energética, tanto en Cuba como en otros países, permitiendo considerar que los estudios más recientes, realizados sobre todo por investigadores cubanos, han ido conformando un marco referencial propio de la Educación Energética.
Desde 1990, en España Madrid, J. P. Deleage y C. Souchan redactan un libro titulado: "La energía tema interdisciplinario para la educación aambiental".
En Perú, desde (1994), se puso en práctica un programa de Ahorro de Energía (PAE) en el que participan las escuelas del país, para las cuales se han diseñado actividades que deben ser desarrolladas, fundamentalmente en escuelas primarias.
En Argentina, en (1998), el tema de la energía fue incluido en el Programa de Educación a Distancia, como parte del Módulo de Educación Tecnológica, desde la cual se realiza una crítica al enfoque fragmentario actual que se da al mismo; en esta concepción se incluyen aspectos tales como: origen de la energía, formas de la energía, fuentes de energía, conservación y degradación de la energía, transferencia, transformación y producción de la energía, todas ellas en su relación con la tecnología.
En México, Charles J., (1995), se refiere a la energía renovable, Turrini E., (1999), trabaja el tema de la energía como un desafío para la humanidad a las puertas del tercer milenio en su libro titulado: "El Camino del Sol".
Investigadores cubanos se refieren al trabajo de la temática energética a través del proceso docente educativo. Existen también algunas investigaciones que constituyen el punto de partida y el fundamento más inmediato para abordar este singular problema. Entre ellas citamos las siguientes:
En 1998 se comenzó a aplicar en Ciudad de La Habana un Proyecto de Educación Ambiental, en Ciudad Libertad, en el cual una de las líneas de trabajo es:" La formación de una cultura energética sostenible."
En Camagüey, Ferrer M. y Batista I., (1999), presentaron un trabajo dirigido a la Educación Ambiental en noveno grado, donde incluye el tema de la energía.
Pupo Lorenzo N., (2000), elaboró una estrategia metodológica para el desarrollo de una cultura energética a través de las Ciencias Naturales y Física en el nivel de Secundaria Básica, en Holguín.
Franco Suárez M. [et al], (2001), en Pinar del Río, propusieron una variante curricular para desarrollar la educación energética en la Enseñanza Media, mediante el vínculo de la escuela con proyectos comunitarios dirigidos a la protección del medio ambiente, cuya ventaja radica en las relaciones que logra establecer la escuela con la comunidad, fundamentalmente con los actores que se desenvuelven en la misma.
Paula A., (2001), realizó una investigación dirigida a la formación energética en la Secundaria Básica, en la provincia de Pinar del Río. Este trabajo hace un aporte significativo para el establecimiento de los objetivos y el contenido de la formación energética y la determinación de las direcciones a través de las cuales se desarrolla este proceso.
González Bello S. [et al], (2002), desarrollaron una propuesta interdisciplinaria para la formación de una cultura de ahorro en los escolares de Secundaria Básica.
Solbes y Tarín, (1998), introdujeron el estudio de la energía como un tema de gran significación científica y tecnológica.
Guerra y colaboradores, (1998), en Brasil, establecieron tres vías para racionalizar energía, las cuales tienen un enfoque muy similar al que se le ha dado en Cuba.
Valdés y Valdés, (1999), recomiendan el estudio de la energía con la utilización de los términos: transmisión, conservación, transformación y degradación de la energía, a partir de ejemplos de la vida cotidiana vistos a través del planteamiento de tareas de tipo investigativas.
Morales C. y Ferrer M., (2002), elaboraron un sistema de actividades para desarrollar la educación energética de los estudiantes de noveno grado desde la escuela, la casa y la comunidad.
Pérez, E., (2002), propuso una alternativa metodológica para la preparación energético-ambiental de los estudiantes de Licenciatura en Educación Especial de Física – Electrónica, en el ISP "José de la Luz y Caballero" de Holguín.
Morales, C., (2003), al investigar la preparación de los docentes de Secundaria Básica en el tema energético, realizó una propuesta de superación en Educación Energética, con un enfoque integrador de las Ciencias Naturales.
Ferrer, M., (2004), propuso una alternativa metodológica para desarrollar la Educación Energética de forma interdisciplinaria para Secundaria Básica en la Escuela Vocacional de Arte de Camagüey.
Medrano, A., (2007), del municipio de Nuevitas en Camagüey, desarrolló una alternativa didáctica para el desarrollo de una cultura energética, mediante la Física en la Facultad Obrera y Campesina.
Velazco, N., (2008), realizó una propuesta de tareas docentes para incidir en la Educación Energética en los estudiantes de la Facultad Obrera y Campesina.
Peláez, R., (2008), del municipio de Florida en Camagüey, recientemente, propuso un sistema de tareas para propiciar una educación energética en Secundaria Básica.
De lo planteado por estos investigadores cubanos la autora considera que es necesario analizar el concepto de educación energética definido por dos autores: Carlos Morales Crespo y Mayler Ferrer Escalona, el primero la considera como:
"(…( Un proceso dirigido a lograr que las personas adquieran conciencia del papel que desempeña la energía en la vida de los seres vivos y en la técnica, de los problemas ambientales asociados al empleo de las fuentes de energía, como un recurso natural, a la adquisición de conocimientos, hábitos, habilidades y valores que le permitan al ciudadano hacer un uso racional y eficiente de los recursos energéticos, a través de una actuación social responsable, como garantía de la protección del medio ambiente y de la posibilidad de alcanzar un desarrollo sostenible."[11]
La autora se acoge a la definición de Educación Energética planteada por Mayler Ferrer Escalona que establece vínculos con el proceso docente educativo en cuanto a la educación de los sentimientos y la instrucción del pensamiento, reflejándolo como:
"Una dimensión de la Educación Ambiental de todo ciudadano, que se logra mediante un proceso permanente, en el cual los estudiantes y futuras generaciones están encaminadas a la adquisición de conocimientos, habilidades, hábitos, actitudes, aptitudes, valores, conciencia y capacidades necesarias para lograr un uso sostenible de los recursos energéticos, que permitan armonizar el desarrollo económico y social con el ambiente en que viven".[12]
A criterio de la autora la definición planteada por Mayler Ferrer Escalona es mucho más acabada y establece vínculos con el proceso docente educativo en cuanto a la educación de los sentimientos y la instrucción del pensamiento, reflejándose como aspectos positivos los siguientes:
Plantea la educación energética como una dimensión de la educación ambiental.
Enfatiza su logro a través de un proceso de forma permanente.
Está orientada hacia la formación de conocimientos, habilidades, hábitos, actitudes, aptitudes, valores, conciencia y capacidades.
Orienta la educación energética hacia el desarrollo económico y social.
Después de la reflexión conceptual del término educación energética es oportuno precisar las perspectivas de la educación energética en la Educación de Adultos.
Perspectivas de la Educación Energética en la Educación de Adultos
La escuela constituye el lugar idóneo para reforzar la educación energética, el desarrollo de los jóvenes y adultos de cualidades y conductas relativas a la protección y preservación de las necesidades del país, y permite prepararlos también para desempeñar otras tareas de importancia.
A pesar de los avances y resultados favorables en el Sistema Nacional de Educación con respecto a la educación energética, y en general, de todas las fortalezas que evidencia este proceso educativo, en el país subsisten debilidades sobre este tema que requieren ser atendidas, entre ellas su insuficiente implementación en la Educación de Adultos.
La autora considera que dentro de las perspectivas fundamentales de la educación energética en la Educación de Adultos se encuentran:
Examinar las principales problemáticas energéticas desde el punto de vista local, provincial, nacional y mundial y sensibilizarlos en cuanto a que estas se presentan como resultado de la acción de la sociedad, insistiendo en el valor y la necesidad de la cooperación ciudadana.
Lograr que los adultos adquieran conocimientos, valores y habilidades para participar eficazmente en el ahorro de energía y la prevención de los problemas energéticos, así como las soluciones de estos desde la escuela, la familia y la comunidad.
Lograr la participación de los estudiantes en tareas de aprendizaje, y darles la oportunidad de ofrecer posibles alternativas para solucionar determinadas situaciones que surgen en la dinámica cotidiana de la vida, en la escuela y en la comunidad, para inculcar en ellos una conciencia de ahorro energético.
Lograr que los estudiantes descubran la relación de los problemas energéticos, en correspondencia con los contenidos que reciben en la escuela.
Utilizar diversas tareas educativas para lograr que adquieran conocimientos sobre los problemas energéticos, prestando especial atención a las experiencias personales.
Lograr que los estudiantes adquieran una visión global sobre el ahorro de energía, desarrollando en ellos la necesidad de comprometerse en la participación de acciones que solucionen los problemas energéticos.
Para el logro de estas perspectivas en el contexto educativo actual es necesario tener en consideración que la educación energética se caracteriza por:
1- Asegurar la comprensión del medio ambiente y de la problemática ambiental relacionados con la energía, que debe ser tratada desde una perspectiva holística centrada en el ecosistema y los cambios climáticos.
2- Formar parte esencial de la educación ambiental integrada a los procesos pedagógicos de formación de una cultura para el desarrollo sostenible, indisolublemente ligada al conocimiento y fomento del uso de las fuentes renovables de energía.
3- Constituir una educación en valores que persiga la formación de conocimientos y habilidades asociadas a la formación de conductas en el marco de una educación participativa.
4-Desarrollar la situación de competencias individuales y colectivas relacionadas con el uso de energía, con el fin de lograr convivencia, sentimientos de solidaridad, honestidad, responsabilidad, así como una educación medio ambiental. (Arrastía Ávila, Mario Alberto, 2002:97)
A criterio de la autora el tema de la educación energética se puede desarrollar cumpliendo los siguientes objetivos:
Contribuir a que los estudiantes posean los conocimientos acerca de las fuentes de energía que se explotan en su localidad y en su país, así como sus potencialidades energéticas, con una visión perspectiva en el desarrollo sostenible.
Crear en los estudiantes una conciencia y una conducta de ahorro, y de empleo suficiente y eficiente de la energía.
Desarrollar en los estudiantes la capacidad de comprometerse y participar en acciones tendientes a la solución de los problemas energéticos.
Ejemplificar las aplicaciones prácticas de la energía a través de la vida cotidiana.
Lograr la educación de los estudiantes, de forma consciente y racional, en el ahorro de energía eléctrica la de principal utilización en el país, mediante el desarrollo de hábitos y normas de conductas que estén en correspondencia con su uso, tanto en la escuela, sus hogares, como en sus puestos de trabajo.
La educación energética precisa de un aspecto fundamental, la formación de una conciencia energética a favor del medio ambiente.
Según N. Petrovski, el hombre que conserva clara su conciencia, puede evaluar la información que recibe a partir de los conocimientos que ya tiene, se distingue del medio que lo rodea y sobre la base de estos datos dirige su conducta.
" La conciencia solo puede formarse en la actividad práctica y social del individuo Tener conciencia de las cosas significa poder expresarla haciendo uso del lenguaje ".[13]
Después de un análisis de lo planteado por N. Petrovski sobre la conciencia, la autora de la presente investigación considera que para lograr una conciencia que haga posible el desarrollo de la educación energética en los estudiantes será necesario:
Que existan motivaciones e interés sobre el tema de energía.
Que se comprenda la importancia de la energía para la existencia de la vida y la necesidad de proteger el medio ambiente.
Que haya preocupación por darle solución a problemas energéticos.
Que se comprenda la necesidad para la sociedad de ahorrar energía así como su significado político y social, con el fin de lograr un desarrollo sostenible.
Que se manifieste una actitud positiva en la forma de actuar y de pensar de las personas ante el uso racional de la energía.
El tema tratado debe posibilitar una adecuada formación política ideológica de la personalidad, permitiendo comprender que el ahorro es una necesidad para la economía y el bienestar ambiental. La educación es una de las armas posibles para luchar por una solución estable y definitiva a las necesidades energéticas.
En los centros de la Educación de Adultos, la educación energética puede llevarse a cabo desde el propio accionar que se realiza en estos, si se hace conscientemente a través de un conjunto de acciones escalonadas, las cuales tienen que estar dirigidas a un adecuado uso de la iluminación y de los medios de enseñanza, teniendo en cuenta que casi la totalidad laboran en el horario pico, además de trabajar en función de lograr el desarrollo de hábitos y normas de conductas de los estudiantes, docentes y la comunidad en general, dado el hecho de que muchos de los estudiantes son jefes de núcleos, amas de casa y, la inmensa mayoría, trabajadores están vinculados directamente a la producción o los servicios.
Por lo que, es indiscutible, que el marco propicio para la fragua de los reclamos de la política estatal de educar al individuo con carácter integrador, es la escuela, ya que potencia las posibilidades de perfeccionar la labor de fortalecimiento de los valores en los estudiantes, a través de sus vivencias.
En la Educación de Adultos es de vital importancia tener presente la nueva Revolución Educacional con la variación de los programas de estudio, en aras de lograr una formación más integral de los adultos. Por ello, las potencialidades que ofrece la asignatura de Física para desarrollar la educación energética serán ejemplificadas a continuación.
La escuela constituye el lugar idóneo para reforzar la educación energética, el desarrollo de los adultos de cualidades y conductas relativas a la protección y preservación de las necesidades del país, y permite prepararlos también para desempeñar otras tareas de importancia.
A pesar de los avances y resultados favorables en el Sistema Nacional de Educación con respecto a la educación energética, y en general, de todas las fortalezas que evidencia este proceso educativo, en el país subsisten debilidades sobre este tema que requieren ser atendidas, entre ellas su insuficiente implementación en la Educación de Adultos, en general, y en la Secundaria Obrera y Campesina, en particular.
El tema tratado debe posibilitar una adecuada formación política ideológica de la personalidad, permitiendo comprender que el ahorro es una necesidad para la economía y el bienestar ambiental. La educación es una de las armas posibles para luchar por una solución estable y definitiva a las necesidades energéticas.
En los centros de la EDA, la educación energética puede llevarse a cabo desde el propio accionar que se realiza en estos, si se hace conscientemente a través de un conjunto de acciones escalonadas, las cuales tienen que estar dirigidas a un adecuado uso de la iluminación y de los medios de enseñanza, teniendo en cuenta que casi la totalidad laboran en el horario pico, además de trabajar en función de lograr el desarrollo de hábitos y normas de conductas de los estudiantes, docentes y la comunidad en general, dado el hecho de que muchos de los estudiantes son jefes de núcleos, amas de casa y, la inmensa mayoría, trabajadores están vinculados directamente a la producción o los servicios.
Por lo que, es indiscutible, que el marco propicio para la fragua de los reclamos de la política estatal de educar al individuo con carácter integrador, es la escuela, ya que potencia las posibilidades de perfeccionar la labor de fortalecimiento de los valores en los estudiantes, a través de sus vivencias.
En la EDA es de vital importancia tener presente la nueva Revolución Educacional con la variación de los programas de estudio, en aras de lograr una formación más integral de los adultos. Por ello, las potencialidades que ofrece la asignatura de Física para desarrollar la educación energética serán ejemplificadas a continuación.
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