Introducción
Para 1870 en Venezuela triunfa la Revolución de Abril, encabezada por Antonio Guzmán Blanco, hijo de Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Partido Liberal y del célebre periódico El Venezolano, dando inicio a un importante período en nuestra historia nacional.
Con el ascenso al poder del General Guzmán Blanco ese año, se abre un nuevo período de nuestra historia política,; etapa caracterizada por la dominación de los caudillos surgidos de la Gran Guerra Federal (1859-63). Este período se llama Liberalismo Amarillo.
De 1870 a 1899, Venezuela fue gobernada por un sinnúmero de generales y hombres ilustres que lograron encaminar al país por un derrotero de cambios significativos. A finales de 1800 se da la Liberación Liberal Restauradora , poniendo fin al dominio del Liberalismo Amarillo, dando paso a un nuevo grupo que impondría su hegemonía: los andinos.
Durante estos 30 años de cambios, Venezuela vio nacer en su estructura ideológica un movimiento filosófico-social denominado El Positivismo.
Este movimiento marcha paralelo a la apertura de la Universidad Central de Venezuela en 1879, cuando se incorporan a su planta catedráticos partidarios del positivismo y del evolucionismo biológico.
El positivismo en Venezuela abarca una gama de aspectos significativos en la vida social, política, ideológica, económica, literaria y geográfica. Con él se da inicio a un nuevo siglo, pero se da continuidad a la lucha política que llevarían a cabo los caudillos venezolanos del momento.
Corriente Histórico Filosófica del Pensamiento Venezolano
Positivismo 1879 – 1900.
El Positivismo
El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático francés del siglo XIX Auguste Comte (1798-1857), pero algunos de los conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume (1711-1775), al filósofo francés Saint-Simon (1760-1825), y al filósofo alemán Emmanuel Kant (1724-1804).
El positivismo es una escuela o doctrina que plantea una teoría de la ciencia, una reforma de la sociedad y una religión que acentúa el elemento moral en la vida humana, una evolución místico-religiosa de pensamientos del fundador.
El positivismo admite sólo hechos: el Cómo, sin analizar el qué, el por qué ni el para qué. Comte defendía que el espíritu humano debía renunciar a conocer el ser mismo de las cosas y concentrarse en verdades sacadas de la observación y de la experiencia.
Características
Hostilidad a toda construcción y deducción.
Hostilidad a la sistematización.
Naturalismo real y objetivo.
Desarrollo de la doctrina de la verificación.
Sustenta la idea de la filosofía como un sistema de actos y no como un conjunto de proposiciones.
A diferencia del idealismo, en el positivismo se reivindica el primado de la ciencia:
sólo conocemos aquello que nos permite conocer las ciencias, y el único método de conocimiento es el propio de las ciencias naturales.
El método de las ciencias naturales (descubrimiento de las leyes causales y el control que éstas ejercen sobre los hechos) no sólo se aplica al estudio de la naturaleza sino también al estudio de la sociedad.
Por esto la sociología -entendida como la ciencia de aquellos «hechos naturales» constituidos por las relaciones humanas y sociales- es un resultado característico del
programa filosófico positivista.
Postula la tendencia antimetafísica, pero no por considerar las proposiciones como falsas, sino por considerarlas carentes de significación y aún contrarias a las reglas de la sintaxis lógica.
La positividad de la ciencia lleva a que la mentalidad positivista combata las concepciones idealistas y espiritualistas de la realidad, concepciones que los positivistas acusaban de metafísicas, aunque ellos cayesen también en posturas metafísicas tan dogmáticas como aquellas que criticaban.
La confianza en la ciencia y en la racionalidad humana, en definitiva, los rasgos ilustrados del positivismo, indujeron a algunos marxistas a considerar que la acostumbrada interpretación marxista -según la cual el positivismo no es más que la ideología de la burguesía en la segunda mitad del siglo xix- es insuficiente y, en cualquier caso, posee un carácter reductivo.
El Positivismo en Venezuela
Surgió como materia en la Universidad Central de Venezuela. Sus propulsores fueron: Rafael Villavicencio, quien dirige su teoría al positivismo espiritual, dejando abierta una posibilidad a la especulación metafísica. Adolfo Ernest, simpatizante de las ideas de Heackel y Darwin, advierte que los principios de Lyell eran el fundamento de la geología y defiende el positivismo moral o ético por considerar que la moralidad del individuo es sólo un hecho normativo, cuyas causas hay que buscarlas en el terreno empírico de la antropología, la sociología o de la psicología. José Gil Fortoul, quien funda la Ciencia Histórica del País y Lisandro Alvarado.
Con los años, Laureano Vallenilla Lanz utilizaría el estilo histórico para describir los hechos acontecidos en la época gomecista, tal como sucedieron, partiendo del principio de que todo pueblo tiene "el sistema de gobierno que él mismo produce de acuerdo con su idiosincrasia y con su grado de cultura".
En la segunda mitad del Siglo XIX y bajo la influencia del pensamiento positivista la educación superior se interesó por mantenerse al ritmo del progreso de la ciencia y de la técnica. Las corrientes de pensamiento positivista que estaban penetrando en Venezuela permitían y facilitaban el desarrollo de un nivel de conciencia orientado a alcanzar altos niveles de progreso. De allí que en las memorias presentadas al Congreso en 1849 por el Secretario de Interior y Justicia, Antonio Leocadio Guzmán, se considerara la necesidad de impulsar el desarrollo de la educación científica:
Una de las más imperiosas necesidades que en el ramo de la instrucción pública experimenta Venezuela, es la de clases de enseñanza análogas a su clima, a sus industrias y producciones, y al desarrollo de los elementos que la naturaleza ha prodigado. Es inexplicable, señor, cómo en medio de estas selvas y en el centro
de la Zona Tórrida, con la agricultura y la cría por bases de riqueza no haya una clase de botánica en todo el país, ni de física y química aplicadas a la agricultura, ni
de agricultura misma, ni de aquella parte de la historia natural relacionada con nuestro territorio y con nuestros intereses… (Presidencia de laRepública, 1961, s/f)
Los planteamientos anteriores fueron considerados e incorporados en las tres últimas décadas del siglo XIX en todas las reformas que se hicieron en los estudios universitarios. Fue una época donde el orden intelectual se vio afectado por el interés desarrollado hacia las Ciencias Experimentales. Un nuevo paradigma educativo penetra en el sistema y se traslada a las aulas universitarias. El positivismo, como doctrina europea fue adoptado y adaptado en Venezuela como una nueva forma de hacer ciencia, su penetración no se hace de una manera automática, sino que es el producto de las discusiones que se sostuvieron alrededor de los aspectos centrales del campo científico donde éste se manifestaba.
Estilo: Científico Social
El positivismo bajo este estilo, expone de manera directa la verdad científica, enseña la verdad histórica como fruto de la verdad científica, analizada y revisada por los juicios de su razón filosófica, sin dejarse influenciar por cronistas superficiales, ni por el odio de los enemigos políticos, ni por la superstición religiosa del "populacho" -ignorante de las leyes-.
Libre de prejuicios, con imparcialidad, se utiliza el determinismo sociológico y las pasiones políticas para narrar los hechos.
En el Cesarismo Democrático de Laureano Vallenilla Lanz se expone el siguiente ejemplo:
"…tras las derrotas que comenzaron en La Puerta, ve sucumbir la Patria bajo los cascos de los caballos llaneros, decepcionado y violento, Bolívar exclama: "si el destino inconstante hizo alternar la victoria entre los enemigos y nosotros, fue sólo en favor de pueblos americanos que una inconcebible demencia hizo tomar las armas para destruir a sus libertadores y restituir el cetro a sus tiranos…".
Tema: Político-Militar
Los temas de las obras de los autores de esta época, como es el caso de Laureano Vallenilla Lanz en el Cesarismo Democrático, narran la cruda realidad de la Patria en tiempos de Independencia. Época en que los conceptos políticos estaban acomodados a conveniencia de los "pudientes", latifundistas y militares poderosos.
Sólo tenían acceso a cargos políticos las personas "racialmente correctas" y todas las influencias militares de turno, en torno a quienes giraban las clases sociales dominantes.
Laureano Vallenilla Lanz en el Cesarismo democrático plantea un claro ejemplo de ello:
"Las disposiciones de esa real cédula de "Gracias al Sacar" que en 1796 y en 1801 constituían en el concepto de los nobles de Venezuela un peligro para la sociedad, y que tan profundamente conmueven al Ayuntamiento de Caracas, serán pálidas ante la amplia declaración de derechos expedidas por el mismo Ayuntamiento… La amenaza de que los "pardos, quinterones, mestizos, blancos de orilla, curanderos, comerciantes, etc. Dispensados de su baxa calidad " pudieran quedar habilitados para los oficios y dignidades exclusivas de personas blancas…"
Los escritores de la época trataron de transmitir un concepto objetivo de los hechos.
Descripción y Narración
Laureano Vallenilla Lanz en el Cesarismo Democrático utiliza los recursos narrativos y descriptivos en estilo poético de forma casi única e irónica.
Narra los sucesos de manera práctica y breve; simplemente los expone, analiza y critica espontáneamente, avanzando hacia el siguiente hecho histórico de una manera clara y precisa.
En la obra de Laureano Vallenilla Lanz da un ejemplo y expone en él por qué el Negro Primero sirvió al ejército enemigo. El Negro Primero es interrogado por Bolívar:
"- Dicen -le interrumpió Bolívar- que allí mataba usted las vacas que no le pertenecían.
– Por supuesto -replicó- y si no ¿qué comía? En fin, vino el Mayordomo (así llamaban los llaneros a Páez) y nos enseñó lo que era la Patria y que la diablocracia no era ninguna cosa mala, y desde entonces estoy sirviendo a los patriotas".
Orden y Progreso como categorías
Después de la escolástica, ninguna otra corriente filosófica ha llegado a tener en Hispanoamérica la importancia que tuvo el Positivismo. Por lo que ase refiere la escolástica, su arraigo y vigencia dependieron de la concepción que sobre el mundo y la vida tuvieron los pueblos que conquistaron y colonizaron esta parte de América: la Península Ibérica, España y Portugal.
A esta parte de América llegaron también otras corrientes filosóficas, las mismas que en Europa habían ido minando la autoridad de la filosofía católica. El Cartesianismo, el Sensualismo, la Ilustración, el eclecticismo, la Ideología y el Utilitarismo fueron estas corrientes. Sirviéndose de ellas, los Iberoamericanos se fueron enfrentando a la filosofía impuesta por la Colonia. Sin embargo, ninguna de estas filosofías llegó a tener la importancia del positivismo.
Mientras las demás doctrinas filosóficas citadas anteriormente no jugaron otro papel que el de instrumentos destructivos, útiles para desembarazar paulatinamente a los Iberoamericanos de la serie de ideas que les habían impuesto, rompiendo el cerco mental dentro del cual se había pretendido encerrarlos, el positivismo pretendió ser algo más: La doctrina filosófica que reemplazaría a la escolástica. Mientras las otras doctrinas fueron vistas como instrumentos destructivos o de combate, el positivismo fue visto como un instrumento de orden constructivo, de progreso.
Determinismo Geográfico y Racial
Basándonos en la obra de Laureano Vallenilla Lanz, el Cesarismo Democrático, el determinismo geográfico en la Guerra de Independencia queda evidenciado por la actitud de los combatientes realistas frente al comportamiento de los soldados patriotas: mientras los españoles sufrían los rigores insalubres de un país inhóspito para ellos, los combatientes venezolanos lo soportaban valientemente, pensando en su único objetivo: Ganar la Independencia.
El ambiente geográfico condenó al fracaso a todas las filas realista; por el contrario, adaptados al medio, herederos del etnicismo patrio, los patriotas nacieron para marchar por el camino del triunfo y vivir o morir abrazados en el seno de la Colonia.
En el orden racial, el determinismo estaba caracterizado por los conflictos, diferencias y luchas raciales entre blancos y pardos. Las circunstancias obligaron a los criollos a luchar por la igualdad en oposición a los privilegios usurpados por la oligarquía, quienes ejercían el poder y disfrutaban los beneficios de la sociedad venezolana.
Cuenta Vallenilla Lanz que "Los ejércitos de Morillo no podían de ningún modo enfrentarse, en un territorio y un clima como los nuestros, a aquellas montoneras heroicas, a aquellos formidables llaneros que atravesaban a nado ríos caudalosos cuando los europeos hacían menester de puentes. Éstos pedían los alimentos a que estaban habituados y las asistencias todas de los ejércitos regulares, cuando los venezolanos comían carne sin sal, andaban desnudos y se curaban las heridas con cocuiza".
Incipiente Análisis
La obra El Cesarismo Democrático de Vallenilla Lanz, plasmo muy acertadamente un carácter incipiente del análisis histórico que vive Venezuela. Este análisis está determinado por la preferencia del autor en sólo historiar y analizar algunos aspectos que conforman la cronología de Venezuela, de sus luchas por lograr la Independencia, de sus sistemas sociales, políticos, económicos, sociológicos e históricos de una manera breve, sin extenderse en amplias consideraciones sobre la idiosincrasia y la sociología del pueblo venezolano antes, durante y después de la Guerra de Independencia.
El autor sólo hace un diagnóstico de la situación, sin extenderse en amplias consideraciones históricas y sociológicas de la Patria de Bolívar.
"En nuestra Guerra de Independencia la faz más trascendental, la más digna de estudio es aquella en que la anarquía de todas las clases sociales dio empuje al movimiento igualitario que la llenado la historia de todo este siglo de vida independiente" (Laureano Vallenilla Lanz).
Conclusiones
El Positivismo, fundado por Augusto Comte, plantea una reforma de la sociedad, aceptando sólo hechos palpables.
Se caracteriza por una hostilidad a la deducción y a la sistematización.
Todo debe ser comprobado científicamente, reduciendo la filosofía a los resultados de la ciencia.
Se desarrolla la doctrina de la verificación.
El Positivismo cree en los hechos y no en las deducciones o proposiciones. Importa el qué y no el por qué o para qué.
Venezuela ve nacer este movimiento como cátedra en la insigne Universidad Central.
Abarca los temas político-militares por cuanto Venezuela atravesaba cambios a nivel políticos fuertes. La historia es plasmada a través de la visión de los autores de la época.
Utiliza la Narración y Descripción como estilo para dar a conocer los sucesos por los que atravesaba el país.
Trae cambios ideológicos fuertes en un país que se adentra a un nuevo siglo de cambios y libertad democrática.
Bibliografía
ARIAS, Alberto. Lecciones de Historia Moderna y Contemporánea de Venezuela. Editorial Romor, C.A. Venezuela 1982.
VALLENILLA LANZ, Laureano. Cesarismo Democrático. Monte Ávila Editores. Venezuela 1994.
MAZA ZAVALA, Domingo. Medio Siglo de Historia de América Latina. Caso Venezuela. Fundación polar.
VARGAS, José y GARCÍA, Pablo. Historia Contemporánea de Venezuela. Editorial Romor C.A. Venezuela 1982.
Diccionario de Historia de Venezuela. Fundación Polar, tomo II.
Presidencia de la República, 1961, s/f
Autor:
Jorge Iglesias
Docente y Periodista