- Introducción
- Montevideo: "nuestra ciudad", "nuestro puerto"
- Colonia del Sacramento
- Nuevas miradas en la Región Portuaria Platense
- El complejo portuario platense y el papel de Colonia (1716-1777)
- ¿Por qué un complejo portuario?
- A modo de colofón
- Anexos
- Bibliografía
Introducción:
El contenido del pasado es la vida histórica vivida. El saber histórico ha sido una constante preocupación de la humanidad, mas el saber histórico es de tal intensidad, de tal extensión y de compromiso con la vida que constituye un enorme desafío saber que preguntarle a ese pasado. Al decir de José Luis Romero[1]este proceso se realiza como la indagación psicoanalítica individual en el que la primera pregunta ha sido la de la identidad, que implica buscar e interpelar sobre ¿quiénes somos? Para responder a esta pregunta se construyó el saber histórico. Esta identidad se procesa en contraposición a los otros, se va conformando el concepto de nosotros exagerando las semejanzas hacia adentro, pero también las diferencias hacia afuera.
En la busca de la identidad, una sociedad halla un gran repertorio sobre la creación y sus orígenes y es en este derrotero que la historiografía uruguaya de fines del siglo XIX y principios del siglo XX justificó la presencia de una nación preexistente, que se vincula con la idea de patria, que se consolida en las últimas décadas del siglo XIX. Es así como se visualiza al Uruguay como una nación preexistente desde los tiempos de la "lejana colonia".
Al momento de "construir" aquellos elementos que concurrieran como identitario, se construye la idea de la lucha de puertos entre Montevideo y Buenos Aires desde fines del siglo XVIII, identificando a Montevideo como la región "total del Uruguay" y como un conjunto económico, social y cultural distinto.
Estamos al decir de Chiaramonte[2]ante el problema del uso deshistorizado de la noción de región, en el presupuesto que Montevideo es parte de un todo que es el Uruguay, pero que al mismo tiempo desconoce el papel que cumple otro puerto de esta región, que es "ignorado" por la mayoría de esta historiografía, como lo es el puerto de Colonia. El encuadre parte de un análisis primariamente de historia económica, pero teniendo presente que las relaciones económicos son también relaciones sociales y al decir de Mata[3]:
"la circulación implica no solo flujos mercantiles sino además relaciones personales, redes sociales. Abandonar el perfil economicista y cuantitativo del análisis económico y prestar atención a estas relaciones sociales, interacciones y redes ha posibilitado también estudiar la construcción de poder, las relaciones de género y muchos otros problemas de la historia social y política…"
Es en esta línea en la cual se enmarca el presente trabajo, en el cual en un primer momento se planteará los argumentos de la construcción de "la lucha de puertos" como un elemento importante de una supuesta identidad homogénea, en segundo término el papel de Colonia en el período 1716-1777 y finalmente la mirada sobre el complejo portuario platense, con una mirada integradora, con un enfoque que prioriza los vínculos socio-económicos y centrando la mirada en el papel de Colonia del Sacramento en el complejo portuario platense.
Montevideo: "nuestra ciudad", "nuestro puerto"
La historiografía tradicional uruguaya o también denominada como vieja Historia de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XIX, sigue los mismos parámetros de la historiografía tradicional europea. Es decir la dedicación casi exclusiva en la historia política, con un marcado acento en los aspectos jurídicos, teniendo a los documentos escritos oficiales como la fuente de la verdad. Los protagonistas de esta historia se identifican con los padres de la nación que son los héroes de la patria. Citando a Fradkin y Guaraglia[4]ellos afirman que narrar la historia de "la Nación" fue durante un largo tiempo el cometido principal y podríamos decir fundacional de los historiadores, construida como una representación del despliegue de la nación a lo largo de los años, ignorando la complejidad de los procesos históricos.
En la necesidad de definir quiénes somos y por ende quiénes son ellos, se va conformando un discurso de identidad social y de identidad cultural es decir de una clara homogeneidad, desconociendo los entramados de los grupos humanos. En esta estrategia de contraposición de unos contra otros, los que no son nosotros son constituidos como enemigos.
Carlos Real de Azúa[5]al analizar la tesis independentista clásica cita como portadores de esta corriente a Ramírez, Zorrilla de San Martín, Bauzá, Pablo Blanco Acevedo y posteriormente el gran historiador y docente Juan Pivel Devoto (su accionar como docente primero en la enseñanza media y posteriormente en la formación de docentes durante más de un cuarto de siglo multiplicó su labor más allá de su producción historiográfica).
La producción de estos historiadores puede ser identificada por los siguientes indicadores:
La utilización por excelencia de documentos oficiales, llevando a la búsqueda incesante para su posterior publicación, ejemplo más paradigmático sería el Archivo Artigas
Predilección por el estudio del período colonial y de la independencia
En este buceo por el período colonial en todos ellos se busca las raíces de un sentimiento nacional que advierte la independencia
Es en este sentido que los autores se alistan directamente a la tesis independentista en relación a los orígenes del Estado uruguayo
El proyecto planteado es localista y nacionalista, es por ello que ignoran "las historia fuera de frontera", en el que se observa una relativa indiferencia a los fenómenos o sucesos mundiales
La visión u orientación de los mismos es "cruelmente" montevideana, ignorando otros puntos de vista o miradas desde otros lugares
Este concepto se construye a partir del presupuesto historiográfico de "una independencia antes de la independencia"[6] en la cual eran factores claves la disposición del territorio, las aspiraciones de sus habitantes y la rivalidad con Buenos Aires.
En este sentido Real de Azúa señala que:
"Para la historiografía independentista uruguaya en los indicadores de esa pugna siempre jugó Buenos Aires la parte del egoísmo, la dureza y la arrogante defensa de la precedencia y el privilegio: a Montevideo portavoz de las energías reprimidas por las mallas jurídicas, de los fueros coartados de una existencia ascendente, le tocó siempre, por ello, la parte del bueno."[7]
Para Pablo Blanco Acevedo[8]el Uruguay forma un mundo histórico aparte en el escenario del continente, distinguiendo una serie elementos que concurren en la formación de la nacionalidad uruguaya como los son:
En primer lugar el elemento étnico primitivo que poblaban el territorio a la llegada de los españoles: "nación charrúa"
En segundo término la colonización española muy particular de este territorio
El tercer factor que distingue es la "ciudad" que es prototipo de esta colonización: Montevideo, sobre ella se edifica su rápido desenvolvimiento económico, la superioridad y hegemonía de su puerto y la posterior rivalidad con el puerto de la otra ribera: Buenos Aires. Que se transforma en una lucha económica, administrativa y política.
En su trabajo se procede a identificar a los enemigos, veamos algún ejemplo ilustrativo de esta argumentación:
"La fundación de la nueva ciudad tuvo por causa señalar el dominio español en la margen septentrional del Plata y contribuir, a la vez, el fomento de Buenos Aires, puesto en jaque por los portugueses que amenazaban hacerse dueños de la navegación en esta parte Sur de América meridional. Conseguido el primer objetivo, era menester obtener el segundo, es decir: reconcentrar el movimiento comercial en el puerto de la gobernación, a fin de que los peligros que entrañaba la proximidad de la Colonia no aumentasen con el desarrollo de un nueva población del río"[9]
Por un lado se resalta el valor de la fundación de la ciudad de Montevideo, en la lucha o conflicto hispano lusitano, tanto estratégico como desde un punto de vista comercial, es decir ciudad puerto, como también implícitamente la identificación de Colonia como reducto o ciudad del otro es decir el enemigo.
Es en relación a esta ciudad puerto, sobre la que se erige la aspiración de independencia del Uruguay y en la que juega un papel trascendental la lucha de puertos. Sobre esta supuesta rivalidad se configura uno de los soportes teóricos de la nacionalidad uruguaya:
"En esa ciudad, así formada y construida vivió y se desarrolló la sociedad colonial. En su aislamiento geográfico, cerrado casi en absoluto las comunicaciones con el mundo exterior, a excepción de las noticias llegadas muy de tarde en tarde por los buques arribados al puerto en tránsito al Perú o con destino a Buenos Aires., la vida de los pobladores debió reconcentrarse en su ciudad, en la tierra en que vivieran. Para ellos, como en las sociedades antiguas, la ciudad debió ser la Patria."[10]
El autor resalta por un lado, la simbiosis ciudad-patria, aspecto ya explicitado con anterioridad, pero otro aspecto muy interesante en nuestro análisis es la conformación de "mundos cerrados" sin que existan intercambios entre ellos, a pesar de sus cercanías, no hay un análisis que vincule las relaciones de los distintos sujetos de los tres puertos platenses.
Al avanzar en su abordaje aparece claramente la identidad Montevideo y de Buenos Aires con Uruguay y Argentina, es decir la identificación del nosotros y de los otros, como también el reduccionismo histórico de identificar Montevideo con el Uruguay, cometiendo un anacronismo histórico, con una visión muy simplista de la historia
"Montevideo y Buenos Aires, el Uruguay y la Argentina, quizá la historia de sus divergencias que conducirían a su separación definitiva, no reconozcan en el pasado, sino su aspiración firme y reiterada de cada una de las ciudades ribereñas hacia el predominio comercial en el Río de la Plata,"[11]
La búsqueda de los orígenes de la nacionalidad uruguaya se organiza en relación a que la Banda Oriental era otra cosa que la orilla vecina y en ella el rol protagónico lo juega Montevideo y sus habitantes que luchan contra los porteños desde el lejano día de su fundación. Los actores de la sociedad uruguaya o de su pasado histórico fueron identificados como los "nuestros", ejemplo paradigmático son los montevideanos, desde su fundación en un lugar privilegiado, con un papel trascendental para detener el avance portugués, luego en su lucha con Buenos Aires, posteriormente su fidelidad a la corona española y su enfrentamiento a los porteños…son los actores por excelencia en el discurso de estos historiadores, y aparentemente con un accionar homogéneo.
La figura más representativa de esta corriente es el Prof. Juan Pivel Devoto quien sostiene que el puerto de Montevideo es el propulsor de la tendencia regionalista como ciudad hegemónica de la región. Este concepto se identificada como todo el territorio, como una unidad político y económica.
Como vemos en esta región de la plata, no aparece en el análisis de los historiadores clásicos el papel que jugó otro de los puertos de la zona, como lo es Colonia. Solamente aparece en relación a la conformación de la "banda frontera", pero no en relación o mejor dicho en interrelación con los dos puertos en el siglo XVIII.
Veamos, entonces sumariamente cual ha sido su "papel" tradicional
Colonia del Sacramento
Antes de finalizar el siglo XVII los portugueses en su afán de expansión tanto territorial como económica se establecen en la margen oriental del Río de la Plata fundando Colonia del Sacramento en 1680 como cabecera de puente en el mencionado río.
No es objetivo de este trabajo plantear lo avatares de la misma durante los casi cien años que van de su fundación hasta su toma final por parte de Cevallos, jalonada casi por una centuria de vida pendular con períodos de toma y reintegro por los actores involucrados y estrechamente vinculado a la conformación de los territorios hispanoamericanos . Si es importante tener presente que la acuciada vida de Colonia del Sacramento ha sido tomada por la mayoría de los historiadores que se interesaron en la lucha de los imperios coloniales ibéricos. Es así que aparece en toda la literatura que menciona el comercio atlántico, las reformas borbónicas del siglo XVIII, las luchas entre españoles y portugueses primero y posteriormente en la formación de los países de Uruguay, Argentina y Brasil. Se la menciona como un enclave portugués en tierra española y por ende como polo del contrabando, vía por la cual se obtenían en forma ilegal los metales preciosos del Alto Perú.
La historia de Colonia entre 1680-1777(ver anexo N°1 Plano de Colonia) se concentra en la lucha entre España y Portugal y el contrabando practicado aparentemente sólo por los habitantes de la banda de Buenos Aires, siendo un elemento de disputa permanente entre las cortes castellanas y portugueses. Es en este sentido que los distintos trabajos relacionados con la Colonia analizan el cambio de dueño de la ciudad, con una mirada esencialmente geopolítica: por un lado España intenta salvar la integridad de su territorio mientras que Portugal busca expandir sus fronteras y su comercio.
En la historiografía de Brasil, Argentina o Uruguay se encuentra que aquellos que se interesaron por la historia de Colonia del Sacramento eran historiadores que en su primera vocación había sido sujetos que abrazaron las armas o la diplomacia. En el caso de las armas se puede citar al brasileño J. da Costa Regio Monteiro y al argentino Juan M. Monferini, en el ámbito diplomático el Barón de Río Branco y el uruguayo Luis Enrique Azarola Gil[12]todos en las décadas de los treinta y cuarenta del siglo XX. Posteriormente en la década de los cincuenta debo mencionar la importante obra de Antonio Riverós Tula "Historia de la Colonia del Sacramento 1680-1830", publicada en Montevideo en 1959 que se convirtió en un texto de indispensable consulta por la solvencia de su trabajo.
La historiografía en este sentido supone la conformación de "dos bandos" en el cual se opondrían de un lado a los historiadores españoles, uruguayos y argentinos y en la otra esquina a los portugueses y brasileños.[13] En el devenir de los análisis historiográficos sirvió para construir el mito que el río, desde siempre separó a uruguayos de argentinos.
Es casi nulo el enfoque sobre los contactos con Montevideo o del lugar de Colonia en el nacimiento de otras ciudades o en la relación con la posterior fundación de Montevideo[14]
Uno de los trabajos más importantes en la historiografía uruguaya sobre los pueblos del interior, es el llevado a cabo por Aníbal Barrios Pintos[15]a principios de la década de los setenta en el cual realiza una muy importante investigación sobre los orígenes de los principales pueblos del interior de la Banda Oriental. Más allá del análisis de la Colonia como fortaleza lusitana y foco del contrabando aparecen distintos indicadores que nos hablan de de la dinámica de la ciudad:
"En 1742 Colonia tenía 1956 habitantes de los cuales un millar eran civiles. Seguía siendo la más importante población de la Banda septentrional del Río de la Plata. Recuérdese que en 1751 Montevideo no alcanzaba el millar de habitantes."[16]
En el cual establece un juego de sus relaciones muy distinto al relato tradicional:
"En ese año (hace referencia al año 1729) se realizaron grandes fiestas en Colonia, a la que asistieron autoridades e invitados de Buenos Aires. Un romance impreso en Lisboa occidental en 1732, publicado en facsímil por el profesor Juan Carlos Sábat Pebet, contiene la referencia inicial a representaciones teatrales en nuestro territorio, realizadas durante dichas celebraciones." [17]
Éste último aspecto destacado por Barrios Pintos es muy interesante porque nos muestran por lo menos la interacción de algunos protagonistas, en este caso las autoridades de las "ciudades puertos rivales". Ver Anexo N° 2[18]y Anexo N° 3
Este planteo constituye uno de los primeros casos en que el cuadro tradicional de negro y blanco se tiñe de gris y en el que queda en evidencia una nueva mirada a la frontera constituyendo un espacio que se modula en forma constante.
Al acercarse la conmemoración del tercer centenario de la fundación de Colonia del Sacramento (1980) el tema atrajo nuevamente la atención en la edición de un volumen de fotos y textos[19]En 1995 al ser inscrita la ciudad en la lista del Patrimonio mundial de la UNESCO se renueva el interés pero concentrado en el trabajo de restauración, conservación y puesta en valor del patrimonio sacramentino, que incluye una síntesis de la historia de Colonia.[20] En el ámbito de la investigación local es importante señalar los trabajos del Profesor Omar Moreira sobre Colonia del Sacramento en la modalidad de Crónicas que elige como objeto de estudio documentos oficiales, historia más oscuras, en la cual el autor encuentra las relaciones entre los acontecimientos seleccionados y la estructura de larga duración de la gesta sacramentina.[21] En el 2006 se editó en Montevideo: "La manzana de la discordia" del historiador español Diego Téllez Alarcia, docente la Universidad de la Rioja, que contiene un minucioso catálogo de cada uno de los acontecimientos ocurridos en la región platense que bien quedan definidos en su sub-título: "Historia de la Colonia del Sacramento desde la fundación portuguesa hasta la conquista definitiva por los españolas" (1680-1777).
Nuevas miradas en la Región Portuaria Platense:
Como hemos visto los historiadores suelen recurrir a argumentos geográficos para justificar el surgimiento de una ciudad (o muchas veces una civilización) en un espacio y un tiempo determinado. También se presupone muy a menudo que la emergencia de ésta corresponde con un ámbito espacial idóneo o al menos favorable para su desarrollo, con un clima y un suelo propicio para el asentamiento humano, temática que está presente en nuestra Banda Oriental.
Pero sin duda el elemento geográfico más peculiar de este "espacio" es su mirada al río y en espacial al Río de la Plata. Y ciertamente en el "mundo platense" los elementos tierra y mar, fueron desde mi punto de vista, elementos geográficos- históricos complementarios. Siendo el río el medio idóneo de comunicación, no sólo de los "orientales y porteños" sino de las principales potencias marítimas del momento, entiéndase portugueses, británicos, franceses, holandeses y españoles (siglo XVII y XVIII).
Desde poco más de treinta años a esta parte se observa una renovación en los estudios históricos de la región, que se ha denominado como región platina, que abarca Buenos Aires, la Banda Oriental y su articulación con Río Grande.
En este nuevo enfoque el profesor Fernando Jumar destaca los siguientes trabajos:
Zacarías Moutoukias, que en 1983 presentaba en París su tesis de doctorado que analizaba el comercio porteño en la segunda mitad del siglo XVII, este trabajo constituye una nueva mirada sobre la región y se transformó en el pie para trabajos posteriores.
Hernán Asdrúbal Silva, también en la década de los ochenta asimismo comenzó a analizar el comercio rioplatense durante el siglo XVIII[22], posteriormente aborda la presencia portuguesa en el Río de la Plata[23]
Posteriormente se destacan los trabajos de Isabel Paredes(1996) sobre el comercio y contrabando en la zona platense en el período de fines de la década del treinta a principios del sesenta[24]
Por último subraya el trabajo del profesor Fabricio Prado (2002) que se ha dedicado en profundidad al estudio de Colonia del Sacramento en un análisis que trata de vincular la historia de Colonia con la de Río Grande do Sul ya que para él la historia riograndense en el Siglo XVIII no se disocia de la región platina.
Esta breve síntesis de las distintas investigaciones realizadas en torno a la región platina muestran una renovación de las miradas, de lo político a lo económico y social, en el período del Antiguo Régimen y constituyen nuevos puntos de vistas de la región y de la concepción de respetar la unidad de la misma en ese tiempo histórico.
Por ello la intencionalidad de la propuesta es proceder a plantear los principales argumentos esbozados por esta nueva mirada historiográfica en relación a la temática planteada.
El complejo portuario platense y el papel de Colonia (1716-1777)[25]
El análisis parte teniendo en cuenta al Río de la Plata como un espacio integrado y complejo por lo que es anacrónico enunciar el concepto de frontera, que para ese momento eran totalmente inexistente. En el caso de Jumar parte de relativizar el concepto que se le otorgó a Colonia desde la historia tradicional de "nido de contrabandistas" y en su lugar la califica como una pieza clave del Complejo Portuario en el Río de la Plata.[26]
El interés y la presencia de los portugueses en el mercado rioplatense son anterior a la propia fundación de la ciudad en 1680, se inicia con la fundación de Buenos Aires en 1580, marcando desde esos momentos la presencia portuguesa en el mercado rioplatense. Los procesos históricos marcarán que la situación estratégica de Buenos Aires será tanto política como también desde la dimensión económica.
Desde un punto de vista comercial Buenos Aires se constituirá rápidamente en un recinto de escala, acopio de distintos productos y de recambio entre los medios de transporte terrestre y marítimo. El contrabando contribuye a un desahogo económico importante para la región dado los escasos suministros que se obtenían a través de los navíos de registro.
La colonización de los portugueses en 1680 marca la conjugación de dos modalidades de expansión portuguesa como lo son la creación de factorías comerciales y al mismo tiempo de una colonia de poblamiento, teniendo una vida muy intensa tanto desde la mirada política como también desde la perspectiva económica (en la que se distinguen dos períodos: 1683-1705 y 1716-1777).
¿Por qué un complejo portuario?
Para qué la dominación española fuera exitosa en esta región, era imprescindible la disposición de las dos orillas del Río de la Plata y así poder participar en el comercio atlántico. Con la fundación de Buenos Aires (1580) las autoridades españolas permiten a los primeros habitantes el comercio de cabotaje con el Brasil y para ello era necesario los metales preciosos del alto Perú es por ello que se abre una ruta terrestre con dirección a Potosí, centro estratégico desde el punto de vista económico ya que la plata era el nervio principal del reino. Es asi que se configuran espacios económicos regionales articulados por vínculos mercantiles, los cuales tomando las palabras de María Victoria Márquez[27]se "adelantaron" a la zonificación político-administrativa. El espacio peruano se define por tanto como uno de estos grandes conjuntos regionales de la economía colonial cuyo eje vertebrador fuera la economía minera. Hacia afuera, la minería altoperuana era el elemento central que definía las relaciones del Perú con las economías ultramarinas, en tanto éstas condicionaban al sistema colonial a través de la demanda exclusiva de plata.
Pero se necesitaba la posesión de la otra margen para el amarre seguro de los navíos que navegaban el atlántico. Es aquí en donde entra en escena Colonia, en el sentido de la conformación del complejo portuario. Colonia aseguraba a los portugueses la entrada de la tan ansiada plata que en un comercio ya "globalizado" era un metal que escaseaba en China y que tenía un precio muy alto en Asia, ya que el coeficiente bimetálico existente la favorecía en relación al oro; esto permitía comprar con ella casi todos los artículos suntuosos elaborados en Asia, a un precio muy barato y luego venderlo en América y en Europa con un muy amplio margen de ganancia. Tomando como referencia la postura del historiador Fernand Braudel[28]esta región es parte de una economía mundo como parte de un todo económico que tiene como polo en el siglos XVII a Holanda y más precisamente a Amsterdam, dado que al decir del autor antes mencionado siempre se necesita de un polo, un centro nodal que articule las relaciones y que siempre es una ciudad.
En este período de transición entre fines del siglo XVII y principios del XVIII los comerciantes bonaerenses acumulan experiencias que con el devenir del tiempo los transformará en los interlocutores por excelencia de todos aquellos que quisieran comerciar en esta zona privilegiada. Al decir de Jumar la historia del Río de la Plata es el juego entre los intereses de los actores exteriores e interiores. Cuando la corona prohíba el comercio con Brasil se practicará el contrabando y posteriormente el comercio directo con Europa especialmente con los comerciantes andaluces. (Este proceso va desde fines del siglo XVI hasta la fundación de la Nova Colonia do Sacramento)
Es por ello que al instalarse los portugueses en la otra orilla del río, transformará a los comerciantes porteños en los interlocutores experimentados de una importante red de intercambios comerciales, que aseguraba los cambios entre Buenos Aires y Potosí. Al plantear los juegos de intereses, también es importante tener presente que muchas veces los intercambios y sus oscilaciones están marcadas por las coyunturas económicas y como estas afectan a las economías imperiales[29]
Tomando las palabras de Fernando Jumar el complejo portuario platense estuvo conformado por:
"…las ciudades puerto (Buenos Aires, Colonia del Sacramento y Montevideo), la Ensenada de Barragán(al sur de Buenos Aires) y un número imposible de definir de desembarcaderos clandestinos sobre la costa de Buenos Aires (preferentemente al norte de la ciudad). Los múltiples actores interesados intentaron alcanzar sus objetivos respectivos, muchas veces opuestos unos a otros, adaptándose a y sirviéndose de las imposiciones geográficas, la intermitente presencia portuguesa en la Banda Oriental, los marcos institucionales español y portugués y las guerras. Forzosamente debieron encontrar puntos de equilibrio para que el objetivo de base, la exportación de metales preciosos por el Río de la Plata; pudiera ser alcanzado."[30]
Ver anexo N° 4
Este complejo es parte de un proceso que dura aproximadamente cien años desde la primera fundación de Colonia hasta la expulsión de los portugueses en 1777 y en el cual se pueden identificar, de acuerdo al planteo de Jumar, las siguientes etapas[31]
Primera etapa formativa que se extiende desde la fundación de Buenos Aires en 1580 y se extiende hasta 1716 (fecha del tercer establecimiento portugués en Colonia) que se caracteriza por un lado por el dominio de los comerciantes porteños del comercio interior con la conformación de una colectividad muy particular y por otro lado el papel de los comerciantes riograndenses que se conectan con el escenario europeo. En esta primera etapa se pueden desglosar cuatro fases.
1580-1618: período de los duros inicios de la población porteña que recién se está instalando y que en ese medio tan inhóspito lucha por sobrevivir y que consigue de la corona el permiso para comerciar ( tener presente que ese el momento en que las dos coronas están unidas). Es menester señalar que dichos permisos son transitorios y limitados en el tiempo, seis años y para comerciar con Brasil y Guinea. Estos permisos se obtienen en 1602, 1608 y 1614 gracias a los insistentes petitorios que se elevaron a las autoridades españolas.
Asdrúbal Silva conceptualiza este espacio como región de frontera es situación desigualitaria en relación al Perú:
"Era esa una región de frontera que se extendía desde el Guairá a la desembocadura del estuario y se consolidaba en el Tucumán como contrafuerte del Alto Perú.. Al este se levantaba una barrera formal, permeable y movible, que debía, al menos teóricamente, contener el avance expansivo de Portugal. Allí se encontraba también la boca de salida y entrada natural para los vínculos atlánticos de la Hispanoamérica austral, encarnada básicamente en el puerto de Buenos Aires. Era una frontera pobre y empobrecida. Pobre por sus condiciones naturales, cuyas potencialidades aún estaban por desarrollarse. Empobrecida por las limitaciones a las que sucesivamente estuvo sometida para comerciar. ( subrayado es mio)
No obstante ello la actividad más destacada de la ciudad fue el contrabando que funcionó como nexo entre el Alto Perú minero y el comercio atlántico y el principal rubro eran los esclavos negros que provenían del Brasil o en su defecto desde África. Como vemos más allá del la imposición de restricciones o prohibiciones, los portugueses se las ingeniaban para estar presentes en la región, generándose un movimiento de mercaderías y gentes que, que se dirigían a las rutas interiores y cuyo destino final era el camino de la plata potosina.
1622-1683: comienza con la apertura del comercio de Buenos Aires con Andalucía por medio de los navíos de registro, finalizando con la instalación duradera de los portugueses en la otra banda del río. Es el momento en que se oficializa la navegación al Río de la Plata por parte de los españoles, que se mantiene los contactos con los portugueses y en el cual la zona platina entra en el circuito de los navíos holandeses[32]La fundación de colonia generará más allá de los impedimentos un circuito de relación entre hispanos y portugueses transformándose en un epicentro de la contra-frontera[33]
1683-1705: que abarca el primer dominio de los portugueses sobre Colonia y en el cual se dan los primeros síntomas del complejo portuario en el cual las corrientes de comercio entre Colonia y Buenos Aires son controladas por los gobernadores de las dos ciudades[34]
1705- 1716 desde la Guerra de Sucesión en España hasta la instalación de la factoría de la South Sea Company y la devolución de Colonia a los portugueses, es el período en el cual se desmantela el complejo, situación que es aprovechada por los franceses que tienen una especie de monopolio de la zona.
2 .Segunda Etapa: es el período de distinguido por Jumar como de pleno funcionamiento del complejo que se extenderá hasta 1776-1778, durante este proceso de más de cincuenta años habrá períodos de alta como también de baja en los circuitos comerciales que se vincula a la coyuntura internacional y del papel que se le asigna desde Buenos Aires a los distintos actores de la región , llámese portugueses (el período de mayor interferencia con este actor es al momento de la conquista de Colonia del Sacramento por Pedro Cevallos, gobernador de buenos Aires en 1762) como también los habitantes de la recién fundada Montevideo( muchas veces resistiendo a las medidas adoptadas por Buenos Aires).
En todo este largo período quien marca los roles, afirma Fumar, de cada uno de los protagonistas son "los poderosos de Buenos Aires" regulando que:
"A los habitantes de Colonia del Sacramento les corresponda la tarea de ser los intermediarios entre el río y el Atlántico en todo lo relacionado con la provisión de productos europeos y brasileños destinados a ser comercializadas en fraude en loe territorios españoles. Pero, sobre todo, deberán abstenerse de explotar los bovinos de la Banda Oriental. Los cueros, junto con los metales preciosos llegados desde el interior español, serán los medios de pago que los habitantes de Buenos Aires utilizarán para equilibrar sus cuentas con los portugueses. Montevideo, por su parte, debe contentarse con ser el puerto de amarraje de los navíos que circulan dentro del circuito español y Buenos aires va a intentar limitar tanto como le sea posible las actividades ganaderas de sus habitantes. Buenos Aires se reserva la mejor parte: la comercialización en los mercados interiores y la explotación de los bovinos sobre las dos bandas del rio."[35] (Subrayado es mío)
Aquí claramente se ven las ventajas que consigue Buenos Aires producto de acumular la experiencia de tantos años, de un saber especializado, como también por ser la sede de las autoridades españolas, las cuales tratan a su vez de tener el beneplácito de los integrantes del cabildo porteño y en la que observamos cómo se articulan las relaciones entre los distintos actores.
En esa línea es de destacar el trabajo de Zacarías Moutoukias[36]tomado y ampliado posteriormente por Jumar y Prado, que coincide en establecer que este es el período en que la presencia portuguesa incrementa notablemente los volúmenes de bienes comercializados en el Río de la Plata.
Así, ubicada frente a Buenos Aires, en una zona donde las autoridades españolas no podían -o no querían-ejercer patrullajes permanentes y efectivos, la Colonia se constituyó desde su fundación, en un gran almacén destinado al comercio ilegal, en complementación con el tradicional aliado británico[37]La puerta portuguesa era adecuada para la introducción de artículos propios y ajenos. Tal el caso de productos de la tierra y esclavatura, a lo que se sumaban las manufacturas británicas y otras que en calidad de intermediarios, traficaban los ingleses desde las más diversas partes del mundo; todo esto sin olvidar las extracciones de efectos rioplatenses.[38]
En este proceso de concatenación de elementos que nos ayudan a mirar desde otra óptica esta temática estaría vinculado al papel de los luso-brasileños en Buenos Aires colonial, es decir la presencia y permanencia de los mismos en el Río de la Plata[39]El trabajo realizado por Emir Reitano[40]analiza el proceso inmigratorio den Buenos Aires planteando las pautas inmigratorias, características sociales ocupaciones y en particular sus redes sociales, el parentesco y sus patrones de inversión lo que nos permite comprender el entramado de relaciones dentro de la ciudad bonaerense y el peso en los circuitos comerciales de la región y el atlántico:
"Resulta fundamental, para comprender los inicios de Buenos Aires como ciudad, conocer el papel de la comunidad portuguesa que se instaló en ella desde prácticamente su segunda fundación. Hacia 1643 los portugueses sumaban 108 cabezas de familia lo que totalizaba unos 370 individuos aproximadamente, cifra elevada si consideramos las dimensiones reales de la pequeña aldea en esos días, a la que Besio Moreno le había estimado una población, para 1639, de 2070 almas . Esto confirma en gran medida la postura sostenida por Lafuente Machaín acerca de que el aporte portugués había sido decisivo en la conformación étnica de las primeras familias porteñas y el crecimiento de la ciudad se debía, en gran medida, a la actividad comercial y artesanal de estos portugueses… En Buenos Aires muchos inmigrantes se vincularon con familias de la elite porteña y tuvieron éxito en las actividades económicas desarrolladas."[41]
Población de Colonia
Tomando como referente los documentos oficiales la población de la colonia evoluciona de la siguiente forma:
AÑO | POBLACION |
1722 | 1388 |
1742 | 1956 |
1760 | 2712 |
1783 | 290 |
El primer dato de población proviene del censo efectuado bajo la administración de Pedro de Vasconcellos en la cual vemos que la población civil alcanzaba casi mil cuatrocientos almas a las que hay que agregar cuatrocientas personas más entre militares y funcionarios. Casi al mismo tiempo en que recién se inicia el proceso de fundación de Montevideo, Colonia es ya una ciudad con más de un millar de habitantes en pleno crecimiento y con un proceso de expansión en los territorios circundantes (ver AnexoN° 5), dejando muy atrás la jurisdicción del "tiro del cañón". Jumar utiliza como suministro para su análisis la información proporcionada por los diezmos de trigo y maíz entre 1729 y 1733 lo que puede "revelar un aumento de la superficie sembrada", a ello lo podemos complementar con la explotación de cueros y la salazón de carnes como derivados de la explotación bovina, como también la producción de jabón, que se exportaban hacia Brasil. Este argumento es ratificado por Isabel Paredes,[42] que sostiene que en la década de 1740 los portugueses se extendieron a la Isla Martín García y a las de Las Hermanas, que junto a la de San Gabriel conformaban una cadena de escalada que les permitía desplazarse por el canal del norte del Río de La Plata y en los fines de los cincuenta las chacras portuguesas sobrepasaban los límites establecidos por los tratados[43]
Esta salida más allá del tiro de cañón afecta notoriamente los intereses de sus vecinos bonaerenses que eran "dueños" de las tierras que explotaban los habitantes colonienses, es por ello que en cada proceso en el cual se recupera la ciudad (1735-1750- 1762) lleva consigo también recuperar territorios agrícolas-ganaderos que muchas veces se extendían en un radio de casi 8 leguas. [44]
¿Y desde el punto de vista del comercio?
El comercio de los portugueses en la región platina permitió la conformación en este período del complejo portuario brindando una puerta siempre abierta para los intercambios y con distintos momentos tanto comerciales como políticos[45]Colonia será esencialmente una factoría comercial, no sólo al servicio directo de los portugueses sino también como depositarios de bienes británicos, a través de las naves de la South Sea Company, que entre 1716 a 1739 manejó el asiento de esclavos en el Río de la Plata. Por su parte en el período que va de 1739 a 1762 es un período de mayores intercambios comerciales, incrementándose los volúmenes del contrabando
En el caso de los españoles, Jumar destaca que los intereses son tanto de la Corona, como de los comerciantes porteños, pero también agrega como elemento muy interesante en su planteo el papel que juega la población rioplatense en su conjunto, desde los soldados de los puestos de guardia, los pequeños comerciantes aspirantes a abrir una pequeña pulpería o los pequeños productores de cuero esta modalidad es denominada por Isabel Paredes como el contrabando hormiga, que incluye a los pobladores que realizan intercambios para el diario subsistir, alejados de los circuitos de las élites . El autor concluye en este sentido que en realidad eran muy pocos los que realmente estaban interesados en que los portugueses fueran desalojados de la otra banda, porque también estaban aquellos que se beneficiaban también de su denuncia y que obtenían ganancias de las Cajas Reales o lograban ascensos y reconocimiento social..
Por su parte la Corona portuguesa en ningún momento deja de fomentar las relaciones comerciales de sus súbditos en la región platina (que llega en algún momento a la exoneración de derechos de aduana).
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