Sistema de seguimiento y evaluación de la reinserción social del adolescente infractor en el Perú
Enviado por Gian Franco Vacchelli Sicheri
- Presentación
- Antecedentes
- Justificación
- Base legal
- Marco conceptual
- Estructura orgánica
- Objetivo
- Procedimiento
- Bibliografía
PRESENTACION
En los últimos años en el Perú, se ha logrado avances significativos en la atención e intervención socioeducativa a los adolescentes que cometen o se hallan involucrados en un acto infractor a la Ley Penal, principalmente mediante la elaboración e implementación de un Sistema de tratamiento especializado denominado "Sistema de Reinserción Social del Adolescente Infractor", el que se aplica en los Centros Juveniles del Poder Judicial desde 1997. Dichos avances solo se han percibido de manera informal y parcial, pues no se cuenta hasta la actualidad con un sistema de evaluación de los resultados que permita medir científicamente la efectividad del tratamiento en el corto, mediano y largo plazo.
Por tanto, la presente propuesta de un Sistema de Seguimiento y Evaluación de Resultados de la Intervención y Reinserción Social del Adolescente en conflicto con la Ley, pretende ser un instrumento de Gestión que regule el proceso de seguimiento y evaluación orientado a los resultados en términos de readaptación y reinserción social (funcionamiento social) de los usuarios del sistema penal juvenil en medio abierto y cerrado, es decir, aquellos que cumplen y han cumplido una medida socioeducativa en libertad y en un medio privativo de la misma.
ANTECEDENTES
Historia de la intervención con adolescentes infractores en el Perú
Las experiencias en la intervención con adolescentes infractores de la Ley en nuestro país no tienen más de un siglo. Es en el año de 1902, que el Congreso aprueba una Ley propuesta por el Gobierno del Sr. Eduardo López de Romaña, quedando de esta manera establecida la "Escuela Correccional de Varones", la cual tendría como objetivo primordial, reformar a los menores que observasen una conducta "inmoral". Dicho correccional, el primero en el Perú, ocupó un inadecuado local ubicado en el entonces alejado Distrito de Surco, dependiendo del Ministerio de Justicia, Beneficencia, Culto e Instrucción de aquella época.
En 1932 el Gobierno de turno firmó un convenio con la Congregación "San Juan Bautista de la Salle", por el cual los miembros de esta comunidad religiosa se encargarían de la dirección y administración del Correccional. Como primera medida se cambia el nombre del establecimiento por el de "Reformatorio de Menores", imprimiéndose una marcada influencia religiosa. En 1941 se produce un incendio en el local de Surco, por lo que los menores son trasladados al local del Colegio Japonés, el cual había sido confiscado como consecuencia de la segunda guerra mundial, el mismo que actualmente ocupa la Gran Unidad Escolar "Teresa Gonzales de Fanning", en Jesús María. El 12 de julio de 1945 se inauguró el local ubicado en la cuadra 17 de la Av. Costanera, en donde se encuentra actualmente el Centro Juvenil, con el nombre de "Instituto Reeducacional de Menores", siendo Presidente de la República el Dr. Manuel Prado. Durante su gobierno se aperturaron institutos similares en las principales ciudades del país.
En 1962 se decreta la finalización del Convenio suscrito con la Congregación de La Salle y el instituto retorna a la Dirección de Asistencia Social y Tutela de Menores del Ministerio de Justicia y Culto. El 1º de julio de ese mismo año entra en vigencia el Código de menores, el cual introduce una serie de innovaciones en la política metodológica de tratamiento, como los Servicios Técnicos, Gabinetes de Observación y Orientación, Secciones Preventivas y Atención Multidisciplinaria. En 1963, en concordancia con las nuevas concepciones de intervención, el Instituto recibe el nombre de "Centro Piloto".
En diciembre de 1969 se desactiva el Ministerio de Justicia, por lo que el Instituto pasa a depender del Ministerio de Salud, decretándose la reorganización total de todos los institutos de tutela del país, imprimiendo un criterio psiquiátrico – farmacológico al tratamiento reeducativo. En el año de 1973, conforme al D.L. 19326 (Ley de la Educación), todos los centros de tutela pasan a formar parte de la Dirección de Educación Especial, en el área de Irregularidad Social del Ministerio de Educación, dando cierto criterio pedagógico al tratamiento al mando de docentes y con un régimen tipo militar. En 1975 los docentes fueron reemplazados por el personal anterior, puesto que no se obtuvieron los resultados esperados.
En 1977 se implementó el departamento de Normas Educativas y Programación, conducente a diseñar programas de tratamiento en donde la función de tutoría es resaltada conjuntamente con la labor psicológica y de servicio social. El 09 de enero de ese año, el Gobierno de turno aprueba el D.L. 21993, creándose el instituto Nacional de Promoción al Menor y a la Familia (INAPROMEF), del cual pasan a depender los centros de Tutela a partir de enero de 1978.
Por medio del D.L.118 del 12 de junio de 1981, recibe el nombre de Instituto Nacional de Bienestar Familiar (INABIF), Organismo Público Descentralizado del Ministerio de Justicia, procediéndose a su reestructuración. El 22 de agosto de 1985, el Gobierno de turno a través del Ministerio de Justicia y mediante Resolución Ministerial, declara en intervención el INABIF. En 1987 se apertura un cambio metodológico hacia un tratamiento más educativo, pasando a un trabajo de equipos de tratamiento.
El 25 de setiembre de 1991, el INABIF pasa a depender del Ministerio de la Presidencia, orientando sus políticas hacia la promoción, prevención, protección y atención de los entonces denominados "menores en circunstancias especialmente difíciles" y familias de extrema pobreza, con una política de Humanización y Apertura Institucional. En diciembre de 1992 se promulga el D.L. 26102 (Código de los Niños y Adolescentes), el cual introduce los principios contenidos en la Convención Sobre los Derechos del Niño, considerando al niño como un Sujeto de Derecho, el cual merece un trato digno y especial de acuerdo a su edad.
Hasta entonces se consideraba al niño y adolescente que delinquía como un enfermo social, peligroso y desadaptado, que debía ser aislado y corregido severamente. La atención no distinguía entre niños en abandono o en riesgo social y aquellos adolescentes infractores de la ley, por lo que compartían los mismos espacios y actividades, sin una intervención especializada e individualizada, más bien masificada y sin el menor respeto a sus derechos y necesidades personales y especiales.
Mediante el Decreto Legislativo Nº 866, Ley de Organización y Funciones del Ministerio de la Mujer y el Desarrollo Humano, de fecha 25 de Octubre de 1996, se transfiere a la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial, las funciones relacionadas con la rehabilitación para la reinserción en la sociedad de los adolescentes infractores de la ley penal, es decir, aquellos que cumplen una medida socio – educativa en libertad o privativa de tal. Es así que se crea la Gerencia de Operaciones de Centros Juveniles como Órgano de Línea de la Gerencia General del Poder Judicial, el 25 de noviembre de 1996.
Desde entonces la Gerencia de Centros Juveniles asumió el reto de dar un viraje radical al tratamiento de los adolescentes, coherente con las normas internacionales y nacionales vigentes sobre administración de justicia a menores de edad, tendientes a la promoción y mantenimiento de la paz con justicia social, para lo cual se desarrollaron una serie de estrategias de intervención con miras a elevar la calidad del servicio y brindar una posibilidad de cambio en base a un trabajo técnico planificado.
La Gerencia de Operaciones tiene como principal objetivo institucional y compromiso social, rehabilitar al adolescente infractor favoreciendo de esta manera, una reinserción social efectiva, en mejores condiciones. Para ello se elaboró y se aprobó mediante Resolución Administrativa del Titular del Pliego del Poder Judicial Nº 539-CME-PJ, del 25 de noviembre de 1997, el Sistema de Reinserción Social del Adolescente Infractor, documento técnico jurídico especializado en el tratamiento del adolescente infractor, el cual comprende una serie de programas, métodos, técnicas e instrumentos de carácter eminentemente educativo, acorde con las leyes y normas compatibles con los derechos humanos. En el año 2000 se aprueba su modificatoria, incluyendo tres programas complementarios, así como fases y áreas de intervención por Programa Educativo.
Si bien dicho documento marca la pauta metodológica en la intervención al adolescente en conflicto con la Ley, no se han elaborado indicadores de cumplimiento ni un sistema de seguimiento y evaluación que hubiese permitido conocer los resultados y corregir los errores.
Experiencias de seguimiento y evaluación de la reinserción social
Mientras que en nuestro medio no existen experiencias en seguimiento y evaluación de la efectividad en la intervención o tratamiento al adolescente infractor, en otros países como Chile y España se han desarrollado una serie de estrategias tendientes a medir los resultados de reinserción en términos de REINSERCION SOCIAL y REINCIDENCIA EN EL DELITO.
En Chile el Servicio Nacional de Menores presentó en el año de 2008, un nuevo modelo de monitoreo y evaluación de los programas de responsabilidad juvenil con el fin de medir los logros alcanzados a través de la intervención socioeducativa por los adolescentes que cumplen una sanción, optimizar la gestión técnica de los equipos de intervención y el análisis y ajuste de los planes de intervención en base a una sistematización estadística. El monitoreo y evaluación es de carácter interno, participativo y de autoevaluación. El proceso se inició con la identificación de indicadores y construcción de instrumentos de medición del logro, luego de lo cual se procedió al levantamiento y registro de información del análisis de los planes de intervención individual (PII) de los adolescentes con medidas privativas de la libertad usuarios del SENAME, para elaborar la propuesta, siendo la Reinserción social el objetivo central de la intervención.
La Fundación Paz Ciudadana, elaboró en el año 2009 un estudio sobre la construcción de indicadores de reinserción social de adolescentes infractores de la ley penal en Chile, cuyo objetivo era medir la tasa de reincidencia de la población que ingresó al sistema de responsabilidad juvenil, para lo cual se elaboraron instrumentos que permitían identificar los Factores de riesgo de reincidencia, tanto antes como después de la aplicación del programa de intervención de acuerdo a la sanción impuesta. Dicha herramienta luego de validada, permitiría conocer los factores de riesgo de reincidencia de la población y predecir un futuro comportamiento delictivo.
En el mismo sentido, en los últimos años en España, se han elaborado algunos estudios sobre seguimiento y evaluación de la reinserción según factores de riesgo como factor predictivo de la reincidencia. La Universidad de Jaume aplicó el Inventario para la gestión e intervención para jóvenes (IGI-J) de Hoge y Andrews (2002), que predice la reincidencia entre jóvenes delincuentes según factores de riesgo que presentan, en diferentes momentos del trámite judicial. En la evaluación de los factores de riesgo se identifican las necesidades criminógenas de los sujetos, a las que van dirigidas los objetivos para el logro del cambio conductual. Ello permite realizar la planificación y evaluación de los programas educativos individualizados y brinda orientación en la aplicación de las mejores estrategias a utilizar para erradicarlos o reducirlos. El estudio revelo que la prueba presentó importantes indicadores de fiabilidad y validez, discriminando entre reincidentes y no reincidentes en los tres niveles de riesgo: alto, medio y bajo, siendo un predictor valido el riesgo y se recomienda su uso en los centros de ejecución de medidas judiciales.
En otra investigación similar efectuada por la Universidad Complutense de Madrid en el año 2007 sobre evaluación de las características delictivas de menores infractores y su influencia en el tratamiento, se obtienen resultados similares sobre la aplicación del IGI-J en la obtención de indicaciones objetivas sobre los aspectos educativos y psicológicos a tratar con la población de adolescentes infractores a partir del riesgo que presenta de reincidir en el delito.
Estas experiencias en el seguimiento y evaluación de la reinserción social del adolescente infractor con el enfoque de riesgo, será profundizado más adelante como parte del marco conceptual.
JUSTIFICACION
En los 13 años de vigencia del documento técnico normativo que rige la intervención socioeducativa de los adolescentes que ingresan al sistema judicial por infracciones a la Ley, denominado "Sistema de Reinserción Social del Adolescente Infractor" y su modificatoria, no se ha diseñado un sistema de seguimiento y monitoreo de los resultados del tratamiento, por lo que hoy no podemos saber si realmente se ha alcanzado – y en que magnitud – los objetivos propuestos y si contribuye en la inserción social de dicha población con criterios de calidad y oportunidad.
Por tanto se requiere del diseño e implementación de un sistema de seguimiento y evaluación del proceso de reinserción social que nos permita establecer objetivos y metas claras, medir los efectos directos e impactos de nuestra intervención, así como realizar cambios tácticos y estratégicos (aprendizaje).
BASE LEGAL
Constitución Política del Perú
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN)
Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores Privados de Libertad (Reglas de la Habana)
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores (Reglas de Beijing)
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas No Privativas de Libertad (Reglas de Tokio)
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los Reclusos.
Código de los Niños y Adolescentes (Ley N° 27337)
Ley de Organización y Funciones del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Humano (D.L. N° 866)
Resolución Administrativa N° 075-2000, que aprueba la modificatoria del "Sistema de Reinserción Social del Adolescente Infractor"
Resolución Administrativa N° 238-2007, que aprueba el Reglamento de Organización y Funciones de la Gerencia General del Poder Judicial
Resolución Administrativa N° 103-2008, que aprueba el Manual de Organización y Funciones de la Gerencia General del Poder Judicial
Resolución Administrativa N° 293-2001, que aprueba el Compendio de Directivas Técnico Normativas de la Gerencia de Centros Juveniles
MARCO CONCEPTUAL
El Seguimiento y la evaluación como herramientas de gestión
A pesar de que el término "seguimiento y evaluación" tiende a ser tratado como uno solo, en realidad, constituyen dos conjuntos de actividades organizativas distintas que están relacionadas, pero que no son idénticas:
El seguimiento consiste en el análisis y recopilación sistemáticos de información a medida que avanza un proyecto. Su objetivo es mejorar la eficacia de un proyecto y organización. Se basa en metas establecidas y actividades planificadas durante distintas fases del trabajo de planificación. Ayuda a que se siga una línea de trabajo, y además, permite conocer cuando algo no está funcionando. Si se lleva a cabo adecuadamente, es una herramienta de incalculable valor para una buena administración y proporciona la base para la evaluación. Permite determinar si los recursos disponibles son suficientes y están bien administrados, si la capacidad de trabajo es suficiente y adecuada, y si se está haciendo lo que se había planificado.
La evaluación consiste en la comparación de los impactos reales del proyecto con los planes estratégicos acordados. Está enfocada hacia lo que se había establecido hacer, lo que se ha conseguido y como se consiguió. Puede ser formativa: tiene lugar durante la vida de un proyecto u organización con la intención de mejorar la estrategia o el modo de funcionar del proyecto y la organización. También puede ser conclusiva: obteniendo aprendizaje a partir de un proyecto completado o una organización que ya no está en funcionamiento. Una vez alguien describió esto como la diferencia entre un reconocimiento médico y una autopsia (CIVICUS, 2005).
El seguimiento y la evaluación comparten la misma orientación, hacia un aprendizaje a partir de aquello que haces y como lo haces, concentrándose en:
La eficacia te informa sobre la adecuada aportación en el trabajo en cuanto a producción. Podría tratarse de aportación en cuanto a dinero, tiempo, personal y equipamiento, entre otros.
La efectividad mide los logros obtenidos por un programa o proyecto de desarrollo en relación con aquellos objetivos específicos que se habían establecido.
El impacto te informa sobre la influencia causada en la situación del problema que se intentaba afrontar. Es decir, ¿será útil tu estrategia? Ej. ¿mejoró el índice de aprobados en el último curso escolar gracias a la mejora en la preparación del profesorado?
El seguimiento y evaluación permite:
Comprobar el "saldo final" de un trabajo de de desarrollo, es decir si se están generando los cambios esperados
Revisar los avances
Identificar problemas en la planificación y/o en la puesta en practica
Hacer ajustes necesarios
Es importante reconocer que el seguimiento y evaluación no son varitas mágicas que pueden hacer y aparecer los problemas, curarlos o cambiar de manera milagrosa sin aportar ningún tipo de trabajo duro por parte de la organización o proyecto. Por si solas no son una solución, pero si son unas herramientas de gran valor. El seguimiento y evaluación puede:
Ayudar a identificar problemas y sus causas
Sugerir posibles soluciones para estos problemas
Plantear cuestiones sobre suposiciones y estrategia
Fomenta la reflexión sobre a donde estas yendo y como llegas ahí
Proporciona información y compresión sobre un asunto
Motiva a actuar sobre esta información y compresión
El seguimiento implica:
La evaluación implica:
Una evaluación se puede llevar a cabo de muchas maneras distintas. Alguno de los términos más comunes son los siguientes:
Auto evaluación: implica a una organización o proyecto mirándose en un espejo y evaluando como está haciendo su trabajo es un tipo de aprendizaje y mejora para la que es necesaria una organización muy auto reflexivo y honesto. Puede resultar una experiencia de aprendizaje muy reflexiva.
Evaluación participativa: es un tipo de evaluación interna. Su propósito no es otro que el de implicar al mayor número de personas posibles con participación directa en el trabajo. Esto puede significar que el personal y los beneficiarios tengan que trabajar juntos en la evaluación.
Evaluación participativa rápida: usada en un principio en áreas rurales, esta metodología puede en realidad aplicarse en la mayoría de las comunidades. Este es un modo cualitativo de evaluar. Un equipo interdisciplinario es el encargado de semiestructurarla y llevarla a cabo en breve periodo de tiempo. Se utiliza como un punto de partida para comprender situación local y supone un método rápido, barato y útil para recopilar información. Este método implica el empleo de un estudio de información secundaria, una observación indirecta, entrevistas semiestructuradas, entrevistas grupales, informadores clave, juegos, diagramas, mapas y almanaques. En un contexto de evaluación, permite obtener una valiosa aportación de aquellos que se suponen beneficiarios del trabajo de desarrollo. Es flexible e interactiva.
Evaluación externa: este tipo de evaluación la lleva a cabo una persona o equipo que no pertenece a la organización o proyecto y que ha sido elegido cuidadosamente para dicho propósito.
Evaluación interactiva: implica una interacción muy activa entre un evaluador o equipo de evaluación exterior y la organización o proyecto en proceso de evaluación. A veces, también se incluye a alguien que pertenezca a la organización o proyecto dentro del equipo de evaluación.
La selección de un evaluador externo o equipo de evaluación externa a la organización requiere tener en cuenta las siguientes cualidades:
Comprensión de asuntos organizativos
Experiencia en la evaluación de proyectos, organizaciones o programas de desarrollo
Una buena experiencia comprobada con clientes previos
Destrezas de investigación
Compromiso de calidad
Responsabilidad para cumplir plazos establecidos
Objetividad, honestidad e imparcialidad
Lógica y habilidad para funcionar sistemáticamente
Capacidad de comunicación oral y escrita
Valores que sean compatibles con aquellos de la organización
Experiencia en temas de niñez y adolescencia
Planificación para el seguimiento y evaluación
El seguimiento y evaluación deben formar parte del proceso de planificación. Se requiere comenzar a recopilar información sobre el ejercicio y las metas desde el principio. La primera recopilación tiene lugar cuando se evalúan las necesidades y se establecen indicadores. Estos indicadores aportan el marco para el sistema de seguimiento y evaluación. No existe un solo método de planificación para seguimiento y evaluación. El Análisis del marco lógico (AML) puede ayudar a la planificación de un sistema de seguimiento y evaluación.
Los indicadores son señales concretas que se pueden medir y el reflejo de que se ha hecho o logrado por algo. Por ejemplo, en ciertos estudios, un aumento en el número de antenas de televisión en una comunidad se ha utilizado como indicador para reflejar la mejora del estándar de la vida de esa comunidad. Un indicador de la capacitación de una comunidad podría ser el aumento de la frecuencia de participación, entonces se podría utilizar como indicador "mayor tiempo de implicación disponibles para mujeres en proyectos de desarrollo". Algunos indicadores comunes para la salud general de una comunidad son el índice de mortalidad maternal/infantil, el índice de natalidad, el estado nutricional y el peso de los recién nacidos. También se podría considerar indicadores menos directos como el grado de inmunización, de agua potable (que se puede beber) disponible, entre otros (CIVICUS, 2005).
Por tanto, el seguimiento y evaluación son herramientas indispensables en la gestión por resultados y la excelencia institucional, pues permiten a través de la medición de los logros, conocer, mejorar, aprender y crecer como personas e instituciones.
La reincidencia y reinserción social
El concepto de reincidencia tiene relación con la definición de la acción delictiva realizada en forma repetitiva. Desde el punto de vista legal, el concepto de reincidencia nace a partir de una repetición de la conducta criminal, una vez que el Estado ya ha ejercido la acción condenatoria por el delito cometido (Fundación Paz Ciudadana, 2009). Si este requisito no se cumple, no sería factible referirse a un nuevo delito como reincidencia.
El concepto de reincidencia puede tomar distintos matices, dependiendo de la relación existente entre el delito de referencia y el delito posterior. En este sentido, si el delito de referencia derivó en una condena, una posibilidad considera la comisión de un nuevo delito como reincidencia, sólo una vez que ha recibido una nueva condena. Otra posibilidad se genera una vez que un infractor de la ley que ya ha sido condenado, tiene un nuevo contacto con la justicia o quebranta su medida socioeducativa.
El Código de los Niños y Adolescentes de nuestro país no hace referencia a la figura de la reincidencia, salvo para la aplicación de la internación en caso de "reiteración en la perpetración de otras infracciones graves" y por "incumplimiento injustificado y reiterado de la medida socioeducativa impuesta".
En resumen podemos proponer un concepto de Reincidencia a la luz de su utilización internacional como un nuevo contacto con la justicia una vez que el o la adolescente infractor(a) ha sido sentenciado al cumplimiento de una medida socioeducativa en libertad o privativa de tal.
Medición de la reincidencia
La medición de tasas de reincidencia se ha realizado en los últimos años a través de diversas técnicas, dependiendo de los alcances del estudio a realizar, de los datos disponibles y de las hipótesis que sea requiere contrastar. Sin duda, la disponibilidad de datos es uno de los factores preponderantes en la elección de la técnica de medición de la reincidencia, sin embargo, en los últimos años, se ha logrado consensuar de manera implícita las condiciones mínimas necesarias para obtener buenos resultados en la medición de la reincidencia.
Las tasas de reincidencia calculadas como el porcentaje de personas que cumplen una condena y que vuelven a ser imputadas o condenadas por un nuevo delito, tienen cada vez menos cabida en la investigación sobre el fenómeno de la reincidencia, que aquellas que consideran el tiempo transcurrido hasta que se produce la reincidencia.
En los últimos años, se ha comenzado a utilizar la técnica de análisis de supervivencia la cual estima niveles de reincidencia para miembros de una muestra. Esta técnica busca determinar el número de personas que presentan un riesgo de ocurrencia de un evento durante un intervalo de tiempo y el número de personas que experimentaron tal evento en el mismo intervalo. Así, es factible conocer el porcentaje de personas que presentan el riesgo de reincidir en un momento determinado una vez que ha transcurrido el tiempo desde el periodo inicial (Kaplan y Meier, citado por la Fundación Paz Ciudadana en el estudio de "Construcción de indicadores de reinserción social de adolescentes infractores de la ley penal, 2009).
En relación al tipo de técnica utilizada para conocer los factores que inciden en la probabilidad de reincidir, se hace cada vez más frecuente la utilización de regresiones logísticas. El objetivo de esta técnica es modelar la influencia en la probabilidad de aparición de un suceso habitualmente dicotómico (en este caso si reincide o no) de diversos factores explicativos. Diversas variables se encuentran en la bibliografía revisada, entre las más comunes es posible encontrar género, edad, estado civil, educación formal, condenas anteriores, tipo de delito cometido, entre otras. Específicamente, el modelo de regresión logística de Cox, es el que presenta un uso recurrente. Este procedimiento es una técnica estadística que permite explorar la relación entre la supervivencia (tiempo transcurrido entre el inicio del estudio y la reincidencia) y varias variables explicativas. Al mismo tiempo provee estimaciones de los efectos de cada uno de los factores considerados, controlando a su vez la presencia de las demás variables incluidas en el modelo.
La predicción de la conducta criminal
La investigación sobre la predicción de la futura conducta se orienta a establecer qué factores influyen en el desarrollo futuro de una conducta delictiva. Los primeros estudios de predicción de la conducta criminal se remontan a un poco menos de un siglo atrás. El desarrollo de la investigación sobre estos temas se ha enfocado a través de los años en diferentes temas y áreas como las siguientes (Farrington y Tarling, 1985, citado por la Fundación Paz Ciudadana en el estudio de "Construcción de indicadores de reinserción social de adolescentes infractores de la ley penal, 2009):
Peligrosidad: Basada en valoraciones referidas a la salud mental (patologías mentales), que servían como predictores de la reincidencia, estudios que fueron muy cuestionados pues eran muy subjetivos y sujetos a interpretación
Estudios en libertad condicional: En 1928, Burgess realizó el primer estudio de predicción de reincidencia con infractores en libertad condicional en Estados Unidos. Sus resultados fueron una importante influencia para el servicio de libertad condicional de los Estados Unidos y posteriormente de Inglaterra, donde de diseñaron escalas para orientar la toma de decisiones.
Delincuencia: la predicción de la delincuencia en general se ha desarrollado básicamente en dos tipos de poblaciones diferentes. En primer lugar ha habido importante investigación en torno a aquellos factores de riesgo que influyen en la
futura conducta criminal, especialmente factores ligados a la etapa de la infancia y adolescencia temprana. Por otra parte, gran parte de la investigación en las últimas décadas se ha centrado en la predicción de la reincidencia, es decir, en estudios con sujetos que ya han cometido delitos.
Estudios longitudinales: Influenciados por la denominada criminología del desarrollo y se trata de la conformación de un panel compuesto por un grupo de personas que son seguidos por un período de tiempo y medidos varias veces durante este proceso. Los mejores estudios de este tipo para conocer predictores de delincuencia, son los prospectivos, es decir, en los cuales los factores de riesgo y protectores se miden antes de la comisión del delito.
Estudios psicométricos: El estudio de los factores de riesgo de la conducta criminal ha permitido el diseño de un gran número de estudios destinados a la predicción de la reincidencia. La utilización de instrumentos de medición como el Youth Level of Service Case Management Inventory (YLS/CMI) ha permitido evaluar y clasificar los distintos factores de riesgo que mejor predicen la conducta criminal y la reincidencia.
Los meta análisis: El meta análisis integra y combina los resultados de diferentes estudios científicos orientados a determinar cuáles eran los factores predictores de la delincuencia. Los estudios de meta análisis presentan la ventaja de poder hacer una revisión de literatura de manera simple y uniforme, realizando estadística comparativa. Este tipo de estudios se han desarrollado en forma frecuente en los últimos años, ya que permiten hacer inferencia estadística de manera uniforme y con muestras más representativas entregando una mayor confiabilidad a los resultados de los trabajos realizados. Esencialmente, este tipo de estudios requiere volver a realizar los cálculos con los datos disponibles de distintos experimentos para realizar un nuevo análisis estadístico, y por tanto obtener nuevos resultados.
Los estudios de meta análisis más recientes como los de Andrews et al (1990) y Lipsey (1992), concluyen que el tratamiento lleva una reducción de la reincidencia en promedio de 10 a 12%, midiendo las siguientes categorías de análisis:
Andrews y Bonta en su libro "Psychology of the criminal conduct" resumen los resultados de ocho meta análisis a partir de lo cual se establecen los 08 factores de riesgo que más se correlacionan con la conducta criminal y dentro de estos, los primeros 04 poseen mayor capacidad de predecir la futura conducta delincuencial:
Enfoque de factores de riesgo
Según las investigaciones en criminología se puede clasificar los comportamientos delincuenciales en dos grupos, los cuales tienen lugar durante la infancia y adolescencia:
La primera es denominada delincuencia eventual o esporádica que se asocia a la experimentación y es común en niños, niñas y adolescentes como parte del proceso de su crecimiento, aprendizaje y desarrollo social y se expresa a través de conductas desafiantes con el fin de diferenciarse de los adultos como parte de la creación de su propia identidad e independencia, por lo tanto es de carácter leve, episódica y sin consecuencias negativas.
La delincuencia habitual, persistente o crónica, como lo denominan algunos investigadores, es ejercida por un porcentaje minoritario de niños/as y adolescentes que son autores de delitos más graves y frecuentes, conducta asociada a carreras delictivas y considerar el delito como un modo de vida. Recientes investigaciones concluyen que algunas vivencias negativas en edad temprana (individual, familiar y social) se relacionan con el desarrollo y perpetuación de las conductas antisociales.
Por tanto, el enfoque de factores de riesgo se centra en identificar y estudiar las causas que producen comportamientos delictuales en niños/as y jóvenes, como antesala de la criminalidad adulta. Para ello, las premisas de este enfoque se sustentan en estudios longitudinales que tienen como fin identificar la presencia de factores de riesgo que se manifiestan a temprana edad y que se relacionan con delincuencia, para luego realizar estudios transversales (también llamados estudios experimentales) que determinan la relación causal entre los factores de riesgo identificados.
El término "factores de riesgo" se refiere a la presencia de situaciones personales, familiares y/o sociales de carácter negativo que incrementan la probabilidad de que se desarrollen problemas emocionales, conductuales o de salud. Este enfoque nace en el área de salud pública debido a que las enfermedades tenían mayor prevalencia en algunos sectores de la población que en otros. Para comprender esta desigualdad, especialistas identificaron que ciertos individuos experimentaban determinadas circunstancias, situaciones y/o hábitos nocivos para la salud, lo que fue conceptualizado como factor de riesgo.
De esta forma, mediante evidencia empírica pudieron comprobar que la presencia de factores de riesgo en una persona, aumentaba la probabilidad de que manifestara alguna enfermedad. Estos factores de riesgo se ven reflejados en conductas o comportamientos de riesgo como son el consumo de drogas, el abandono escolar, actitudes violentas y actos infractores, entre otros, los cuales se detallan a continuación, según estudios recientes:
En consecuencia, se puede inferir que a mayor acumulación de factores de riesgo a edad temprana, será mayor la posibilidad de que ese individuo manifieste conductas antisociales o francamente infractoras.
Reinserción social y reincidencia
La reinserción social del adolescente es el objetivo central y final de la intervención psicosocial con el adolescente infractor y su familia, mediante un proceso de fortalecimiento de capacidades personales, familiares y sociales tendientes al logro de la integración social (afectiva, familiar, comunitaria, laboral, etc..) y el desistimiento de comportamientos alejados de las normas (reincidencia). Por ello es necesaria una intervención de calidad, así como un seguimiento de los logros readaptativos evaluando la reinserción y reincidencia.
ESTRUCTURA ORGANICA
Con la finalidad de mejorar la aplicación del "Sistema de Reinserción social del adolescente infractor", se propone una nueva estructura orgánica acorde a las tendencias internacionales en el tratamiento al adolescente en conflicto con la Ley, de la siguiente manera:
Sub-gerencia Nacional de Seguimiento y evaluación de la reinserción, es el órgano de línea de la Gerencia de Centros Juveniles, encargada de diseñar, organizar, dirigir, ejecutar y supervisar las actividades relacionadas con la implementación de un sistema de seguimiento y evaluación de los resultados del tratamiento readaptativo de los adolescentes en contacto con el sistema de justicia en medio abierto y cerrado.
Está a cargo de un sub gerente, propuesto por la Gerencia de Centros Juveniles y designado por el Gerente General. Cuenta con dos unidades operativas, cada una compuesta por un equipo interdisciplinario.
Unidad de seguimiento y evaluación de la reinserción en medio abierto, a cargo de un coordinador, quien depende del sub gerente nacional, encargado del diseño y sistematización de la información de los adolescentes egresados del medio abierto, seleccionar metas en término de resultados, realizar seguimiento a los resultados, presentar informes y proponer cambios. Para ello cuenta con un equipo de profesionales que recogen la información y la procesan:
Un psicólogo
Un sociólogo
Tres asistentas sociales
Unidad de seguimiento y evaluación de la reinserción en medio cerrado, a cargo de un coordinador, quien depende del sub gerente nacional, encargado del diseño y sistematización de la información de los adolescentes egresados del medio cerrado, seleccionar metas en término de resultados, realizar seguimiento a los resultados, presentar informes y proponer cambios. Para ello cuenta con un equipo de profesionales que recogen la información y la procesan:
Un psicólogo
Un sociólogo
Tres asistentas sociales
Además se contará con una secretaria y un experto en estadística (procesamiento de la información).
SUB GERENCIA DE SEGUIMIENTO Y EVALUACION
OBJETIVO
El Sistema de Seguimiento y Evaluación de Resultados de la Intervención y Reinserción Social del Adolescente en Conflicto con la Ley, tiene por objetivo mejorar la calidad y el impacto de las acciones comprendidas en el Sistema de Reinserción Social del Adolescente Infractor tendientes al logro de una reinserción social efectiva, mediante la medición de los logros alcanzados por la intervención.
METODOLOGIA
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